¿A quién eliges Kagome-sama?
Por Kuruma ChidoriCapítulo 2 "Adiós"
Cabizbaja y mirando fijamente el suelo con los ojos vidriosos, víctimas de las impotentes lágrimas, ahogó un suspiro. Sus acciones habían sido totalmente incorrectas, y ahora pagaba las fuertes y duras consecuencias.
Una responsabilidad asfixiante le mantenía atada a Hoyo, lo había engañado vilmente cuando aún mantenían un noviazgo. Noviazgo tal vez no del todo llevado correctamente, pero finalmente eso eran, y no sólo eso... Hoyo ocupaba el papel en su corazón como mejor amigo.
Pero esa amistad... ¿podría ser amor?
Kagome se sumergió en la tina de agua tibia con la intención de liberar su mente de aquellos pensamientos angustiantes y poder descansar... aún pensando en esos ojos que la hipnotizaron desde la primera vez... esos labios finamente afilados y delgados propios de Inuyasha... en esa voz grave y actitud caprichosa e infantil que le conquistó aquella noche.
Más sin embargo el carisma, la sonrisa amistosa de Hoyo opacó su corazón tan repentina como cruelmente haciendo que sus castaños ojos se vieran inundados en lágrimas de dolor y culpabilidad.
-Fuiste tan tonta- Se reprochó, cerrando los ojos con fuerza sintiendo como un líquido salino cruzaba juguetonamente sus sonrojadas mejillas.
La noche calló sobre la ciudad de Tokio como manto nocturno al mismo tiempo que la joven de cabellera color ébano, tomaba su decisión final... producta del fuerte sentimiento de culpa.
Elegiría a Hoyo...
-¿Kagome-sama?- Dijo sonriente Inuyasha por el auricular telefónico. La había llamado ya que deseaba citarle en alguna cafetería para ver cual era la decisión tomada por su chica- Sí, soy yo, Inuyasha. Hablaba para ver si deseabas tomar un café en... - Inuyasha sintió algo en el pecho se le encogía, un fuerte dolor que hizo que terminara la llamada en ese mismo momento cuando Kagome le cortó las palabras abruptamente- Bien, ese lugar está bien, te veo ahí en una hora...
Depositó el teléfono en su lugar...
¿Un mal presentimiento?
Era una decisión que le haría bien a los dos... pero ¿Y a ella?
-Te ruego que lo pienses mejor Kagome- Dijo como en una súplica su mejor amiga Sango.
-Ya he decidido- Musitó Kagome tragándose sus sentimientos, queriendo ocultarlos ante ojos humanos, pero a la castaña no se le escapaba nada, menos cuando se trataba de esos asuntos.
-Estás cometiendo un error... recapacita, por tu bien...
-¡Seré feliz Sango!- Cortó fríamente la joven de cabellos azabaches sin detenerse a pensar en nada más.- ¡No cometeré tu error de rechazar una propuesta de matrimonio del hombre que quiero!
-Kagome... no metas a Miroku en esto.- Saltó Sango con gesto dolido y enfadado.- Sólo quiero que seas feliz...
-¡No me hables de felicidad Sango!
-Kagome, te estás comportando como una tonta, ¡Inuyasha te ama, tú lo amas a él!
-Si tienes tantos consejos, guárdatelos para ti ¿Quieres? No me digas que cometo un error cuando tu dejaste la oportunidad de casarte con Miroku, cuando tu le amabas y ni siquiera tenías razones...
-¡Las razones de por qué no le acepté no te incumben Kagome!- Estalló la castaña levantándose de la mesa de la cocina de Kagome. Varias lágrimas de coraje nublaban sus ojos.- Yo sólo quería ver por mi mejor amiga... que no cometiera una idiotez, pero ¿sabes qué?... ¡Has lo que quieras!
La mujer salió a grandes zancadas de la casa y cerró de un portazo.
Kagome miró fijamente la puerta de su casa un par de segundos antes de dejar escapar un prolongado suspiro y llevó sus dos manos a su rostro.
-Que idiota...
¿No bastaba con estar a punto de perder al amor de su vida? Ahora encima trataba de esa forma a su mejor amiga, y todo por sus decisiones tan erróneas.
Le había lastimado con ese comentario...
La joven miró su reloj de mano, este marcaba las ocho menos treinta, ya era hora de verse con Inuyasha. Kagome se levantó, tomó su bolso y ya estaba por irse cuando el ruido del teléfono la detuvo.
-¿Diga?
-¿Kagome-chan?
-Sí, ¿Quién habla?- Kagome no reconocía aquella voz masculina tan galante.
-¿Cómo quién?- Miroku rió.- Soy Miroku.
-¡Ah! Hola Miroku-kun, perdona, no te reconocí.
-No te preocupes, es que ando con un fuerte resfriado que me anda atrofiando la garganta.- Miroku rió.- Kagome, yo...
-¿Qué pasa?.- Kagome empezaba a desesperarse, tenía una cita con Inuyasha, no podía estar jugueteando por ahí, ni siquiera tratándose de su amigo Miroku.
-Sé que es probable que no me escuches ni que le tomes importancia a mis palabras, pero sólo quería decirte que...- Miroku dudó.- Inuyasha de verdad te ama.- El chico poseía un dejo de tristeza en la voz.
-...- La chica no sabía que decir, no esperaba aquellas palabras de su amigo, y menos después de haber discutido con Sango.
-... Comprendo que no respondas, pero te pido que lo pienses bien. Bueno... cuídate mucho ¿sí? Nos veremos Kagome-chan.
-A-adiós...
Kagome colgó el teléfono y se quedó quieta unos momentos.
"Inuyasha me ama" Pensó.
Eso no era una novedad, ella lo sabía. Sonrió levemente. No... Miroku no pondría en duda su decisión cuando ni siquiera Sango lo había logrado.
-Y yo lo amo.- Se dijo para sí.- Yo te amo Inuyasha...
La chica se sentó en su sofá y frotó suavemente su sien, le dolía la cabeza. Debía pensar, pero ya no tenía tiempo.
Se dirigió a la puerta y tomando sus llaves salió de la casa; caminaría, iba retrasada por unos quince minutos, pero la cafetería le quedaba a un par de calles.
-Kagome-sama...
La chica se volvió para ver quién le llamaba, sintió que algo en el pecho se le encogía al ver al muchacho de tierna mirada azul y cortos cabellos café claro.
-Ho-hoyo...- Le dolía decir aquel nombre.
No tengo por qué cederteyo no quiero pedirte nada... (1)
-Hola...- Hoyo sonrió débilmente. El semblante de la muchacha se tornó inmensamente triste lo cual le hizo sentir inmensamente culpable a él.
Le provocaba tanto sufrimiento a la mujer que amaba.
-Hola Hoyo-kun.- Kagome se acercó al chico y le dio un beso en la mejilla a modo de saludo. El chico sintió un fuerte estremecimiento recorrerle ante ese gesto de amistad.
"¿De amistad?" Pensó el chico. Pero ella le amaba ¿no?... él sabía la respuesta.
Pero aún así quería oírlo de sus labios... aunque fuese una mentira que le lastimara. La mentira que le cortaba la piel cruelmente todos los días, desde hacía casi tres años, el escozor en su pecho que le provocaban las palabras de la mujer que amaba... que esta le mintiera.
Yo te creo todo y tú no me das nada,
Tú no me das nada...Un inquietante silencio les embargaba a los dos, la mirada de Kagome empezaba a empañarse por las lágrimas, mientras que Hoyo se vio rodeado de una brisa interna helada. Tenía frío, tenía miedo...
"¿Miedo a sus palabras?... Vamos Hoyo, tú sabes la respuesta, tú la conoces... Pero entonces, ¿Por qué saber?" El chico miró fijamente los marrones ojos de la joven, era una mirada tan expresiva, pero tan melancólica. "¿Te estoy lastimando, cierto?"
Debía preguntar ya, debía sacarse esa duda, hacerla suya hasta la muerte o darle su anhelada libertad, la libertad que tarde o temprano pertenecería a Inuyasha.
-Kagome... ¿Me amas?
Aunque sea mentira, siento que estoy vivo,
Aunque es falso el aire,
Siento que respiro...(2)
Siempre había obtenido un "¿Cómo no hacerlo?" de su parte ante esa pregunta, pero aquella vez...
Kagome no respondió, por el contrario, se mantenía en silencio mirando fijamente al suelo. Podría decir lo que tenía planeado "Te amo a ti, casémonos..." pero las palabras no salían de su boca, ¿por qué ahora la duda sembrada en su corazón?
-Yo...
-Kagome, seme sincera, si no me amas, te dejaré libre...
La chica sacó una cajita de su bolso, tomó las manos de Hoyo con cuidado, y le entregó aquella cajita negra. Kagome le sonrió débilmente y se acercó a su rostro, depositando un beso en sus labios... el último beso.
-Adiós Hoyo...- Kagome dio media vuelta y comenzó a caminar, apenas se despidió, un taxi paró frente a ella, el cual abordó la chica y partió.
El hombre abrió la cajita y sonrió...
El anillo de compromiso.
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Kagome bajó aprisa del vehículo, ¿cómo era posible que se hubiera demorado tanto? ¡Media hora de retraso!
La joven entró rápidamente a la cafetería, esta se hallaba casi llena. Buscó con la mirada a Inuyasha, había tanto chicos pero ninguno era el que buscaba.
-Disculpe, ¿de casualidad no ha visto entrar a un joven de cabellos oscuros y ojos color ámbar?- Preguntó Kagome a uno de los meseros. Este pensó por un momento.
-¡Oh, si! Estuvo aquí un buen rato, pero se fue hace como cuarenta minutos...
-...Ya veo, gracias.
El miedo se apoderó de Kagome. No había llegado a tiempo, Inuyasha se había marchado...
-Lo perdí... lo perdí...- Se repetía una y otra vez la chica después de salir del establecimiento. Caminó un par de calles hasta que las fuerzas la abandonaron por completo y se sentó en una de las aceras.
La chica dejó su bolso en el suelo y cubrió su rostro con sus manos recargándose en sus rodillas.
-¿Por qué Kagome? ¡Por qué, maldita sea! ¡Eres una tonta! ¡Una gran tonta! ¡Tonta!... tonta...- Una solitaria lágrima paseaba por su mejilla. Le dolía el pecho, le dolía demasiado... algo se estaba desmoronando poco a poco en su interior, en su alma...
No importa nada
Puedes seguir aqu
no importa nada,
La gente no pasaba por esa solitaria y oscura calle, Kagome se encontraba totalmente sola, nadie había a su lado.
"Ni mi alma"... Kagome sonrió para sí, se levantó con dificultad y tomando su bolso emprendió el paso a su hogar...
Había tanto vacío en mente, estaba hueca... sentía tanto dolor en el pecho... Cristales le desgarraban por dentro lentamente... El tiempo le traicionó... pero ella traicionó a dos...
La chica se detuvo en una esquina y se recargó en un poste de luz, las lágrimas no eran compasivas, por el contrario, no se hicieron esperar, una tras otra fueron resbalando en su rostro enrojecido. Jamás había sentido tanta tristeza en su vida... ¿Qué diría Sango si le viera?...
La joven sacó un celular de su bolso y marcó un número... A pesar de todo, confiaba en ella, su mejor amiga estaría a su lado, dejaría a un lado las palabras...
-¿Sango?...- Kagome intentó ahogar un sollozo sin buenos resultados. Pronto rompió en llanto.
-¡En dónde estás!- Preguntó escandalizada la castaña....
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-Fui tan idiota Sango...- Kagome lloraba sobre el regazo de su amiga desconsoladamente. Apenas habían cortado la llamada, Sango había salido del hogar de Miroku para encontrarse con su amiga; ahora las dos se hallaban en al casa de Kagome.
-Kagome... tú hiciste lo correcto, paraste el error, las cosas con Inuyasha aún se pueden arreglar...- Le dolía tanto a Sango ver en ese estado a su casi hermana. Esta sólo podía decirle palabras de aliento a la chica, no esperaba que aquello terminara así...
-Inuyasha no querrá hablar conmigo...- Kagome abrazó con fuerza a su amiga sin poder detener las lágrimas, se sentía tan vacía.
-¿Cómo puedes estar tan segura? Kagome, si no lo intentas nada cambiará, tu lo amas y él a ti.
Kagome se separó de la chica... las lágrimas aún corrían, pero como decía Sango ¿Qué podía perder?...
"Lo que te queda de alma"El mundo se ha calmado,
se ha parado el tiempo por ahí,
y ha contemplado el amor en Marte,
y amarte duele,
tras la ventana...
Las dos jóvenes subieron al auto de Sango y partieron rumbo al departamento de Inuyasha, no era muy tarde aún...
A los pocos minutos bajaron del auto, las luces de la residencia seguían encendidas lo cual les dio algo de tranquilidad.
-Sango...yo, quería pedirte perdón y darte las gracias por todo lo que has hecho.- Titubeó Kagome. Sango sonrió.
-No tienes por qué darlas Kagome-chan, para eso estamos las amigas, además, hoy arreglé las cosas con Miroku, así que quien debe dar las gracias soy yo...
Las dos mujeres sonrieron.
-Ahora Kagome, todo queda en tus manos...
Sango subió nuevamente a su auto y partió, no sin antes desearle buena suerte a su mejor amiga.
El mundo duerme, yo quiero despertar,
soñar, reír, también morir,
Y ser feliz
Kagome tocó aún indecisa el timbre del apartamento, al poco rato la puerta fue abierta por un desanimado Inuyasha, el cual se asombró y, según pudo observar Kagome, alegró.
-Kagome-sama...
-¿Podríamos dejar el "sama" a un lado?- Kagome sonrió tímidamente y se acercó al hombre de mirada ambarina.
-Pensé que ya no deseabas verme...- Inuyasha bajó la vista.
-Eso jamás... Inuyasha, yo te amo.
El joven le miró aún ,más sorprendido, pero sonrió casi al instante.
-Lo mismo digo...
Tocarte, amarte, estar en Marte solos tú y yo...
Y amarte duele, tras al ventana...
Quisiera escapar, llevarte a Marte... (3)
FIN
Las Huellas- Ximena
Mientes tan Bien- Sin Bandera
Llevarte a Marte- Natalia Lafourcade
Notas de Autora:
Me tienen de vuelta después de quién sabe cuantos meses jeje, lamento mucho la demora, pero espero que este final les haya agradado. No deseé escribir lo que pasó después del encuentro de Inuyasha y Kagome ya que eso queda a su imaginación lo mismo que Sango y Miroku, en cuanto a Hoyo, pues... solo con su alma xD (soy mala o.o)
Agradezco mucho, mucho, muchísimo sus reviews! Me ayudaron a continuar y a seguir con el mismo empeño con esta historia, a pesar de mi tardanza. Espero que me dejen uno si no es molestia, se los agradeceré eternamente!! Me ponen requete feliz! XD (invención plagiada mía de quien sabe ´onde o.o)
Este capítulo va con mucho cariño para cuatro personitas mega super recontra archi lindas! (yo y mis plagios xD) mis hermanitas, que aunque no lo son de sangre, siempre las llevo conmigo en el corazón, a Alex (Sayo Yukishiro), Gaby-chanis (o mi lucesita, mi chibi-onne! XD mi Yashita!) (Yashi-MGJ), Lina, y mi oka del msn Aio-chan!! (Aiosami) Todas excelentes escritoras de fics! Las envidio demasiado!! Y que por desgracia, a falta de internet, no he tenido mucho tiempo compartido con ellas, las adoro!!! Son mis mejores amigas!!
Pero en especial para Naryís (Akemi) que yo me sigo preguntando, cómo demonios me sigue soportando después de todo este tiempo, cómo es que se molesta en leerme SIEMPRE sin hartarse de mis idioteces, y como es que nadie se da cuenta de la escritorasa que poco a poco se va creando en ella?!?!?!?!?! No será mi gemela de verdad, pero el parecido que tenemos a veces es mucho! Por eso linda, gemelas por siempre!! (Chidori salta idiotamente para abrazar a Akemita xD) no, ya enserio, te quiero muchísimo Nar-chan, esto va con cariño para ti n.n Eres una personita admirable, con una gran carácter explosivo... (muy explosivo diría yo ) graciosa y sobre todo divertida y muy buena amiga. Re cuerda que cuentas conmigo nn
Gracias de nuevo a todos por leerme o!!
REVIEWS!!!!
Kuruma Chidori (IYA! P)
