CAPITULO 19: EL HUBIERA NO EXISTE
TEMPLO DEL SOL, DELFOS, GRECIA
SALON PRINCIPAL
Los caballeros vieron que los brazaletes que las trece llevaban comenzaron a brillar extrañamente. Luego, las trece guardianas sintieron un terrible dolor que se originaba de sus muñecas. Aturdidas por el dolor, algunas cayeron de rodillas, y otras se dejaron caer hasta el suelo.
-¡Kateri!- exclamó Saga, abrazando a la guardiana de Acuario y mirando al dios con odio.
-¡Detente!- dijo Shura, a lo que Apolo solo respondió con una sonora carcajada.
-Tú olvidas algo, Apolo- dijo Dokho- aunque tus guardianas no puedan ayudarnos, nosotros tenemos cuatro aliadas que te detendrán- esto último lo dijo mostrándole un espejo.
-No te atrevas...- dijo Apolo, frunciendo el entrecejo y tratando de ocultar su preocupación.
-Sí me atrevo- dijo Dokho, dejando el espejo en el suelo. De éste salieron cuatro chicas: una rubia, una pelirroja, una peliverde y una de cabellos color morado.
-Las guardianas del fuego- dijo Apolo.
-Así es- dijo Alicia, la rubia, pasando su mirada de Apolo a Fania, y haciendo un gesto de desaprobación. Los caballeros no lo habían notado. La guardiana del fuego que estaba del lado de Apolo no llevaba un brazalete ni nada parecido que pudiera estarla controlando.
-Traidora- murmuró Tania, mirándola con odio.
-Llámame como quieras- le respondió Fania- pero me uní al equipo ganador...-
Mientras tanto, Carlos miraba la escena con los ojos abiertos desmesuradamente, y se debatía entre ayudar a su amiga y la fidelidad que había prometido a Apolo a cambio de la mano de Fania. Al fin, parecer ganó la primera y dio unos pasos hacia delante.
-No te atrevas- dijo Apolo.
-Pero...-
-Da un paso más adelante, y el trato se acaba- continuó Apolo- ella lo merece por traidora...-
Carlos lo dudó por unos segundos. Pasó su vista de Fania a Guadalupe, quien tenía un hilo de sangre escurriendo por su boca. Al fin, sus dudas desaparecieron. Tomó su espada y corrió hacia la guardiana de Sagitario, quien seguía, igual que las otras trece, retorciéndose de dolor. Trató sin éxito de romper el brazalete que llevaba la guardiana.
-Miserable traidor- dijo Fania, encendiendo su cosmo y lanzando al chico una enorme bola de fuego, que éste rechazó con su espada. Carlos, enfurecido, encendió su cosmo azulado y atacó a la guardiana de fuego, dejándola fuera de combate.
En ese momento comenzó la pelea entre las tres ninfas y las guardianas del fuego.
-Esta es nuestra oportunidad- dijo Kanon.
-Vamos- dijo Dokho.
Los doce caballeros dorados se miraron entre sí y asintieron. Saga dejó a Kateri, y con los otros fue corrieron hacia la cápsula de cristal.
-¡No tan rápido!- dijo Apolo, haciendo aparecer un bastón junto a él y apuntándolo a los caballeros. Apuntó a Máscara Mortal, y le dio con un rayo de luz. El caballero continuó, pero un segundo impacto lo dejó fuera de combate.
-Maldición- murmuró Camille al ver eso. Meggan corrió hacia Máscara Mortal y le quitó el ámbar.
-¡Meggan!- dijo Camus- ¿qué haces?-
-Yo también soy Cáncer- dijo ella- yo puedo hacerlo...-
Apolo siguió atacando a los caballeros. Umi tomó la aguamarina de Escorpión cuando Milo fue alcanzado al menos tres veces por el rayo de Apolo y ya no pudo continuar. Camille miró al dios enfurecida, y la temperatura del lugar bajó una docena de grados centígrados. Apolo atacó a Dokho cuatro veces. Cuando por fin el caballero no pudo continuar, Safiya se acercó y tomó la gema.
-¡Safiya!- exclamó Apolo enfurecido- ¿acaso tú también eres una traidora? Yo iba a darte el lugar de Kali...-
-Desgraciado- dijo Safiya- te haré pagar lo que le hiciste a mi hermana-
-Y yo te haré pagar tu traición muy cara- dijo el dios, atacándola. Safiya trató de cubrirse pero era muy tarde. Sin embargo, el impacto nunca ocurrió, porque Shaka se interpuso.
-¡Shaka!- dijo Safiya- ¿porqué?-
-Vamos... lleva el jade a su sitio- dijo el caballero antes de caer totalmente agotado.
Al ver esto último, Silver abrió sus alas y voló hacia Shaka. Tomó la turquesa de las manos del caballero y la colocó en su sitio.
-Falta uno- dijo Kanon, viendo que Saga estaba a punto de colocar el diamante en su sitio, pero el malvado dios lo atacó antes de que lo lograra. Kanon tomó el diamante de la mano de su gemelo y lo colocó en su sitio.
En seguida, la esfera de cristal desapareció, y Kanon pudo introducirse a ella. Vio a la diosa en el suelo, boca abajo. Su cosmo seguía ardiendo, pero ya había perdido potencia. Kanon trató de voltearla pero el solo contacto con ella le produjo una quemadura en sus manos. Lo intentó de nuevo y le arrancó la joya roja. El cosmo de la chica dejó de arder de inmediato, y su cuerpo recobró su temperatura normal.
-¡No es posible!- exclamó Apolo.
El efecto sobre las 13 guardianas se detuvo, y las tres ninfas desaparecieron como humo en el viento, al mismo tiempo que eran vencidas por el poder de las guardianas del fuego. Apolo encendió su cosmo, lleno de furia. Artemisa apareció junto a él.
-Te lo dije, hermano- dijo la diosa- era inútil-
-¡Calla!- bramó Apolo.
En ese momento, otros tres dioses aparecieron: Atena, Poseidón y Hades.
-Pagarás cara tu traición, Apolo- dijo Hades, desenvainando su espada.
-Hades tiene razón- dijo Poseidón, apuntándolo con su tridente- trataste de destruirnos-
-Ahora es tu turno- dijo Saori, con su báculo en la mano- ríndete o serás destruido...-
-No le temo a un montón de dioses débiles- dijo Apolo, apuntándolos con su bastón y encendiendo de nuevo. Se lanzó contra ellos, pero fue atravesado por el báculo de Atena, el tridente de Poseidón y la espada de Hades.
Carlos limpió un poco la sangre del rostro de su amiga, que estaba inconsciente pero con vida, y suspiró aliviado. Saga abrazó a Kateri, también aliviado de que Apolo no haya terminado con ella. Shura abrazó a Ana, y ésta se sonrojó visiblemente. Segundos después, se dio cuenta de lo que había hecho y la soltó, haciendo reír a todos.
Aldebarán estaba tan feliz que casi se paraba de manos, sin mencionar que Máscara Mortal casi sonrió. Daggianna cruzó los brazos satisfecha, pero Mu estaba tan feliz que la tomó en sus brazos y le dio un pequeño beso en los labios, haciéndola enrojecer visiblemente, pues no se había percatado de que no llevaba su máscara.
Camus sonrió al ver a Camille sana y salva, pero ella le dio un abrazo.
-Jamás pensé decir esto- dijo- pero me da gusto verte-
-¿Te sientes bien, Camille?- preguntó Camus, asustado por la reacción de su prima. Mientras, Meggan y Milo los miraba con una gran sonrisa.
Shaka palideció al encontrarse de nuevo con su maestra, pero ésta no dijo nada y solo sonrió. Afrodita llevaba en sus brazos a Arika, pues tenía un tobillo lastimado. Umi lo miró algo fastidiada. Ya quería volver al Santuario para ver a Shun, y Silver palideció al ver a su señor tan cerca. Dokho sonrió al ver la escena, pero su rostro cambió por uno de tristeza.
Kanon estaba arrodillado junto a Lavinia, quien seguía sin dar señales de vida. Alicia, la jefa de las guardianas del Fuego, puso su mano en el hombro del caballero, mientras Edna, Tania y Dalia sollozaron por lo bajo. Hades tenía una expresión de tristeza también.
-No llegamos a tiempo- murmuró Kanon- lo intentamos, pero...-
-No te preocupes- dijo Alicia, encendiendo su cosmo, y lanzando una mirada significativa a las otras tres. Ellas captaron la mirada de su líder y encendieron sus cosmos. Kanon pudo ver como la fuerza vital volvía a la joven diosa que agonizaba. Después de unos segundos, Lavinia abrió los ojos y dedicó una sonrisa a Kanon.
-Lo lograron- dijo en voz baja- gracias-
Carlos vio como los caballeros dejaban el lugar, cuando sintió una mano en su muñeca. Guadalupe había despertado.
-Eres muy tonto, ¿sabes?- dijo la chica en voz baja- ¿porqué renunciaste a tu trato con Apolo? Creí que amabas a Fania...-
-Yo también creí eso- dijo Carlos- pero tenías razón. Fania era una traidora...-
La chica trató de incorporarse pero no pudo, y se volvió a recostar.
-Gracias-
Carlos la besó en la frente.
-No hay nada que agradecer- dijo Carlos.
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SANTUARIO DE ATENA, ATENAS, GRECIA
JARDINES DEL SANTUARIO
Las trece guerreras de Apolo se disculparon con los caballeros, aunque lo que habían hecho no había sido su intención, y se quedaron en el templo del Sol, aguardando una nueva reencarnación de Apolo.
Varias semanas después, Camille y Milo estaban en los jardines del Santuario, peleando para variar, cuando llegó la chica rubia que había llevado a Camille semanas antes.
-¡Anette!- exclamó Camille con una mezcla de sorpresa y disgusto al verla- ¿qué haces aquí?-
-Cumplir mis órdenes- dijo Anette -Madame me ha mandado decir a Mademoiselle que ya puede volver a Francia sin peligro-
Camille abrió los ojos desmesuradamente. ¿Ya podía volver a Francia?
-Dame unos minutos, Anette- dijo Camille- quiero despedirme de las chicas-
Y corrió hacia el recinto de las amazonas, seguida de cerca por Milo. Primero encontró a Daggianna, quien estaba conversando con Mu, y ésta se mostró muy triste de escuchar que Camille se iría.
-Te extrañaremos- dijo Daggianna- no todos los días alguien hace bajar la temperatura cuando Milo abre la boca-
Luego, Camille encontró a Meggan sentada entre las pequeñas flores, y jugueteando con el cubo de hielo que Camus le había regalado. Y hablando de Camus, éste llegó, sin duda llamado por el cosmo de Milo.
-Siento mucho escuchar que te vas- dijo Meggan- pero tú siempre querías volver a casa-
-Yo digo lo mismo- dijo Camus- te extrañaremos mucho aquí-
Milo, sin decir palabra, acompañó a Camille de nuevo a la entrada del Santuario, donde esa chica rubia francesa la esperaba. Milo la miró algo entristecido. Sería la última vez que vería esos ojos fríos.
-Bueno...-dijo Milo, aclarándose la garganta- supongo que...que esto es...-
-Sí- dijo Camille, aparentando frialdad y seriedad- bueno, gracias por todo...-
-Ni lo menciones- dijo Milo, sin mirarla a los ojos- fue un placer-
-Bueno, adiós- dijo Camille, dándose la vuelta para irse.
-Espera, Camille- dijo Milo de pronto, tomando el brazo de la chica y haciendo que se vuelva hacia él. Ella abrió los ojos, sorprendida. Milo bajó un poco la cabeza y besó ligeramente los labios de la chica francesa. Ella se asustó al principio, pero luego deseó que ese beso nunca terminara.
-Mademoiselle- dijo Anette, haciendo que ambos volvieran a la realidad de pronto.
-Te extrañaré- dijo Milo. Camille, confundida, no atinó más que a asentir. Caminó detrás de Anette, alejándose del Santuario. De pronto, se detuvo.
-¿Mademoiselle?- dijo Anette- ¿qué sucede?-
-Anette, dile a mi madre que tengo que quedarme-
-¿Quedarse?-
-Sí, porque... tengo que cuidar a Camus- dijo Camille. Milo sonrió al ver la cara de sorpresa de Anette.
-Eh, como ordene, Mademoiselle- dijo Anette, y salió del Santuario.
-¿Qué fue eso?- dijo Milo- creí que odiabas este lugar, y...-
-También yo- dijo Camille- pero estaba equivocada... además, tengo un asunto que arreglar contigo- agregó muy seria. Milo palideció.
-Oye, verás...yo...- pero Camille no lo dejó continuar, porque le echó los brazos al cuello y lo besó de nuevo.
Camus y Meggan alcanzaron a ver esto último.
-Lo veo y no lo creo- dijo Camus en voz baja- hubiera jurado que Camille odia a Milo.
-Ya sabes lo que dicen- dijo Meggan- del odio al amor hay un solo paso...-
-Si ese insecto sobrealimentado se pasa de listo, pasará los próximos cien años en un bloque de hielo...- agregó Camus. Meggan tragó saliva- ¿qué?-
-Nada- dijo Meggan en voz baja- no sabía que debajo de todo ese frío había un corazón...-
Camus alzó una ceja, y Meggan se ruborizó, pensando que tal vez había hablado de más.
-¿Qué pasa?- dijo Camus- ¿porqué te pones roja?-
-No me puse roja- dijo Meggan.
-Claro que sí...-
-Eh, pues... yo...- apenas alcanzó a decir la amazona, enrojeciendo cada segundo.
-No importa- dijo Camus, y se levantó. Meggan pensó que ya estaba a salvo pero se equivocó. El caballero se agachó y la besó en la mejilla, haciéndola enrojecer de nuevo.
-Aldebarán tiene razón- dijo Camus- te ves hermosa sin máscara- y se fue, dejando a Meggan ruborizada y confundida.
Umi y Shun seguían conversando animadamente, cuando la primera hizo una mueca, ya que apareció su persona menos favorita en el mundo. Diego y Rigel venían discutiendo de nuevo, mientras Arika trataba de poner paz.
-Fue tu culpa- bramó Diego.
-Claro que no-
-Que sí-
-Que no-
-Ya basta, los dos- dijo Arika.
-¿Ahora que les pasa?- preguntó Umi.
-Estábamos jugando- dijo Rigel- pero todo estaba lleno de lodo porque anoche llovió, y...-
-Y este idiota me llenó de lodo- interrumpió Diego.
-Ya te dije que fue un accidente- reclamó Rigel.
-No actúes como niñita, Diego- dijo Umi, y el chico la fulminó con la mirada.
-¿Ah, sí?- dijo- veremos quien es la niñita cuando te gane la armadura de Escorpión...-
-En tus sueños- dijo Umi.
Diego se dio la vuelta para retirarse, y Umi le metió el pie, haciéndolo caer sobre un enorme charco. Ni siquiera Arika pudo contener la risa, y Diego se fue enfurecido.
-Ese tonto- dijo Umi- ya verá en la competencia...-
Mientras, Amira y Safiya llegaron a visitar a los caballeros, pero los guardias no las querían dejar pasar hasta que Shaka llegó.
-Déjenlas- dijo Shaka.
-Pero señor...-
Shaka les dirigió una mirada asesina, y el guardia las dejó pasar, palideciendo.
-Gracias, Shaka- sonrió Safiya.
-Hay un pequeño problema, señor- dijo el guardia- las reglas dicen que toda mujer que entra al Santuario debe usar máscara...-
-Es cierto- dijo otro guardia. Safiya frunció el entrecejo.
-No quiero usar esa horrible máscara-dijo Safiya.
-Puedes no usarla- dijo Shaka- Umi y Arika no la usan, así que puedes...-
-¡Gracias, Shaka!- exclamó la chica árabe y, sorpresivamente para el caballero, besó su mejilla y entró seguida de su hermana mayor. Shaka se ruborizó y se llevó la mano a la mejilla.
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CASA DE GÉMINIS
Kanon era el único deprimido desde hacía varias semanas. Lavinia había vuelto con las guardianas del Fuego a su templo, para aprender a utilizar su poderoso cosmo para bien, y que no volviera a ocurrir algo semejante. Saga y los otros trataron en vano de animarlo.
-Anímate, Kanon- dijo Aioros, dándole una palmada en el hombro- verás como volverá cuando esté lista...-
-¿Tú crees?-
-No, Aioros lo dice solo para fastidiar- dijo Saga en tono sarcástico- claro que volverá-
-Si ustedes dicen...-
Los demás lo dejaron, y Kanon se quedó sentado en la entrada de la casa de Géminis. En ese momento llegó Rigel, su alumno, cubierto de lodo.
-¡Rigel!- dijo Kanon, volviendo a la realidad de pronto- ¿qué te...?-
-Lo siento, maestro- dijo el chico- peleas de lodo con Umi y Arika...-
Kanon puso los ojos en blanco, pero lo comprendió. El pequeño Rigel se había enamorado de Arika desde el día que la conoció, y se había convertido en su sombra. Iba a decirle que se fuera a bañar pero alguien más llegó. Pandora, la hermana de Hades, escoltada por la sonriente Silver.
-Hola, Rigel, ¿dónde están Umi y Arika?- preguntó Silver. Pandora se aclaró la garganta, y Silver agachó la cabeza.
-Kanon- dijo Pandora- mi señor me ha ordenado decirte que la princesa Lavinia está en el Inframundo... y que tienes permiso de visitarla- estas últimas palabras las pronunció como si no quisiera hacerlo. Kanon abrió desmesuradamente los ojos.
-¿Qué dices?-
-Que puede ir a visitarnos- exclamó Silver, abrazando al sorprendido Kanon. Pandora chistó, y Silver lo soltó.
-¡Silver!- dijo Pandora enfadada- ¿qué te he dicho?-
-Lo sé, lo sé- dijo Silver- no abrazar al enemigo...-
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GIUDECCA, REINO DE HADES
SALON PRINCIPAL
Esa tarde, Kanon se dirigió al Inframundo, dudoso pero animado por las palabras de Silver. Radamanthys lo recibió muy fríamente, ya que no olvidaba quien lo había vencido la última batalla, y lo condujo hacia la sala del trono.
Hades y Perséfone, los reyes del Inframundo, se sorprendieron de verlo ahí, pero Hades sonrió.
-Se me informó que tú protegiste a la princesa Lavinia del Minotauro...- comenzó Hades.
-No solo yo, señor- dijo Kanon- también mis compañeros...-
-Te lo agradecemos mucho, caballero- continuó Perséfone- porque es alguien muy querida por nosotros; y por eso mi esposo y yo hemos decidido que te permitiremos verla cuando quieras...-
Hades asintió. A una señal del rey del Inframundo, Radamanthys lo condujo a una pequeña sala, donde Lavinia lo esperaba.
-¡Kanon!-exclamó ella, palideciendo- ¿qué haces aquí? No me digas que...-
-No, no estoy muerto- dijo Kanon.
Ambos se quedaron en silencio unos segundos.
-Kanon- comenzó ella- lamento lo que sucedió, fue todo mi culpa, si no me hubiera...-
-No te preocupes- dijo Kanon- el hubiera ya no existe. Lo que importa es que ya estás a salvo, y que ya sabes utilizar tus poderes...-
-Y que lo digas- dijo Lavinia con una leve sonrisa, mostrándole dos llamas en sus manos.
-Me alegra que al fin estés a salvo- dijo Kanon con una leve sonrisa, y dándose la vuelta para irse.
-Espera- dijo Lavinia- ¿a dónde vas?-
-Al Santuario- dijo Kanon- me están esperando...-
Lavinia cruzó los brazos con tristeza.
-Yo no quiero ser una diosa, no es justo- dijo ella de pronto.
-A veces, tenemos que hacer cosas que no nos gustan por el bien de los demás- dijo Kanon en voz baja.
-Una vez me dijiste eso- dijo Lavinia- y tenías razón...-
Kanon tomó las manos de la chica entre las suyas.
-Por algo suceden las cosas- dijo Kanon- si no fueras una diosa, ese monstruo no te hubiera perseguido hasta el Santuario de Atena y tal vez nunca te hubiera conocido...-
-Lo sé- dijo Lavinia, acercando su rostro al de él- pero el hubiera no existe...-
-Yo...-
Pero no continuaron hablando. Kanon tomó el rostro de su amada diosa entre sus manos y la besó con ternura, y ella respondió. Cuando se separaron, Lavinia miró a Kanon con una sonrisa.
-Creí que dijiste que te esperaban en el Santuario-
Kanon se encogió de hombros, y abrazó a Lavinia.
-Que sigan esperando-
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FIN
Ya acabe!!!!! Yujuuuuuu!!!!
Speedy Asakura: gracias por tu review, y espero que este final haya sido de tu agrado.
Elena: jajaja claro, y gracias por tu review
Megu-chan: aquí tienes, espero que te haya gustado, y gracias por el review!
Sango: gracias. Yo no he tenido ningún problema para ingresar a esas historias...pero no creo que sea que no estés registrada... mmm y no sé que es lo que esté pasando... lamento no ser de mucha ayuda... y gracias por todo tu apoyo.
Dark Kotetsu Angel: gracias! Espero que el final haya sido de tu agrado.
Quiero agradecer especialmente a Atalanta, Kasu, Shaina, Umi, Silver y Ryu Mari por su apoyo y su ayuda con los personajes: CHICAS!!!! ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO... dejé el final a criterio
Por si les interesa, mi siguiente fic será parte de una miniserie (o sea, que los fics van a empezar de cero, y se van a ir ligando uno con otro). No sé como se va a llamar el primero, pero va a ser Aioria x Marín para que estén pendientes.
Gracias por leer y por sus reviews!
Abby Lockhart / Nona
