Huellas.
Capítulo 5.
Nataku-san, soy Makoto la asistente de su padre. Kai-san me ha pedido que le avise que necesita verla, que por favor le llame para que pueda recogerla en un lugar escogido por usted.
No quiero parecer entrometida pero… Kai-san parece tan cansado y deprimido… No, olvídelo, lo siento. Su padre también me pidió que le dijera que ha decidido comprar a los Kinomiya una camioneta último modelo y si podía acompañarlo a ver una para la fiesta de mañana. Su traje estará listo a las 7 de hoy y el de Kai-san ya está en su casa. Serán llevados en el Roll Royce negro de su padre, ya que los novios serán llevados en limusina y Kai-san consideró inapropiado ir también en una.
Su peluquera la visitará mañana a las 2 de la tarde, para poder llegar a la ceremonia religiosa a las cuatro en punto y a la recepción a las siete.
Por favor Nataku-san… llame a su padre…
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
--¿Para qué vinimos Nat?, no tenemos edad para conducir.
--Ayúdame a escoger una buena camioneta. –dijo ella sin esperarlo, adentrándose en la enorme estructura en donde una treintena de vehículos se hallaban en exhibición.
--¿Y para qué quieres una camioneta?
--Para robármela y llenarla de explosivos. –respondió –Después la mando al matrimonio de tu padre y los mato a todos.
--….¿En serio?
--¡Claro que no Taro!... al menos la parte de robarla y hacerla explotar mañana.
--¿Entonces si vas a comprar una camioneta? –la morena clavó sus ojos dorados en él y puso las manos en su cintura.
--¡Deja de parlotear Taro Kinomiya y dime que camioneta te gusta!
Ante la potente orden, los vendedores alzaron las cabezas, pero las bajaron al ver que solo eran dos muchachos que ni siquiera podían sacar licencias de conducir.
--¡Mira esta Nataku! –exclamó el chico de pelo azulado, señalando una Montero Sport 4x4 último modelo de color azul marino.
--Es muy bonita. –dijo ella mirando su interior –Espaciosa, 200 km/h como velocidad máxima, cinco velocidades, caja manual, cierre centralizado, aire acondicionado, radio/cd con adaptador de discman… Air bag, barras laterales… Se ve bastante bien… ¿De veras te gusta Taro?
--¡Claro!, ¿a quién puede NO gustarle una camioneta como esta?
--Tienes razón –dijo sonriendo. –Entonces será esta. Espérame aquí.
Hiwatari salió hacia la sala de ventas mientras Taro miraba el precio. 30000 dólares más impuestos.
--Me encantaría tener una camioneta como esta…
Pocos minutos después Nataku volvió, luciendo una enorme sonrisa.
--¿Porqué tan contenta?
--Nada en especial… -contestó tirándolo de la mano hacia la calle. –Vamos, tenemos que llegar a tu casa. Esta era solo una "pequeña" desviación, ¿lo recuerdas?
--Claro…Etto… Nat… ¿tu padre no quería verte?, ¿para eso te llamó Makoto-san verdad?
--….Hablaré con él en la noche… cuando vuelva a casa…
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
--¿A….? –Kai lanzó un bufido mientras comenzaba a dar vueltas por la oficina -¿Estás segura que le dijiste que era urgente?
--Así es.
--¿Y te escuchó?
--Si Señor. Me dijo que llamaría en cuanto necesitara que la pasara a buscar a casa de su amigo Kinomiya…
--¡¡Kinomiya!!, ¡¡Kinomiya!! –gritó -¡Estoy harto del maldito mocoso!
Makoto retrocedió unos pasos y enarcó sus cejas en un gesto de obvia preocupación.
--Señor…
--¿Dijiste a la casa de Kinomiya verdad?
--S-Si
--¿Segura? –asintió -¡¿Completamente segura?!
--Si Señor…
Poco menos que furioso, Kai tomó su chaqueta y salió hecho un tornado de la oficina.
--Lo dije claramente… Necesito-Hablar-Con-Nataku y ese mocoso no me lo va a impedir…
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
La mesa estaba lista y todos estaban sentados disfrutando de la conversación. Taro, Linda, Takao y Nataku tenían un pastel cada uno. El chico genio tenía uno de merengue, la mujer uno de frambuesa, el adulto uno de durazno y la muchacha uno de manjar y galletas.
--Taro nos dijo que te gustaba la torta de hoja Nataku –dijo Linda con su tono amable –Así que decidimos comprar uno.
--¡Está delicioso Linda-san!
--Siempre tan amable Taro –musitó Takao como distraído, pero con la clara intención de incomodarlo.
--Pap
--De todas maneras Nataku –continuó el ex campeón –Ya sabes que permitiré su amistad siempre y cuando me asegures la integridad de mi hijo. –ella sonrió y Linda puso cara preocupada –Ya me entiendes niña, que Kai no lo mate, que Kai no lo golpee, que Kai no lo haga desaparecer, que Kai no…
--Basta ya Takao –dijo la mujer –Lo haces ver como un ogro…
--Pero cariño… el Príncipe de Hielo puede ser muy peligroso… lo digo por experiencia propia
Todos rieron. Nataku detuvo su gesto y escuchó con atención. Un sonido gutural venía de la calle, y se acercaba a gran velocidad.
--¿Pasa algo Nataku?
El rechinar de neumáticos coronó el extraño sonido, y la muchacha puso una cara parecida al espanto.
--¡Viene Papá!
--¿Kai?
--Estupendo, ¿Querrá tomar té con nosotros?
--Dios, viene furioso…
El timbre comenzó a sonar con insistencia. Linda hizo un ademán de levantarse, pero fue detenida por Taro.
--Yo iré Linda-san
--No te preocupes Taro –le dijo ella, tan tierna como siempre –Yo puedo ir…
--No, no, no, permítame ir.
--Taro…
--Por favor Linda-san…
Takao sonreía mientras aprovechaba de robar el pastel de Taro y Nataku decidió que si no hacía algo, su padre echaría la puerta abajo.
--Iré yo. –declaró. Su mejor amigo abrió la boca para protestar, pero ella se adelantó –Es Papá y creo que viene un poco molesto.
El muchacho y la mujer intercambiaron miradas mientras la Hiwatari caminaba por el pasillo hacia la puerta.
--¿Qué hiciste Taro? –preguntó Takao.
--¡Nada!
--¿Seguro?
--¡Papá!
--Por favor, no discutan… Si Kai está enojado, debe tener un buen motivo.
--Amor, Kai no necesita un motivo para estar enojado, el vive enojado.
Y mientras la familia discute, Nataku toma el pomo de la puerta. Creía saber que pasaba con su padre. Casi siempre lo sabía. Era en momentos como esos en donde odiaba esa extraña conectividad que tenía que ese hombre que amaba, era casi una relación síquica.
La puerta se abrió lentamente, dejándolos frente a frente, en silencio.
--Hola Papá… -dijo finalmente, levantando los ojos.
--¿No te mandé a buscar acaso? –gruñó.
--…Técnicamente no. Solo me mandaste un mensaje con Makoto diciendo que era urgente…
--¿Y qué demonios significa para ti la palabra "urgente"?
--No lo sé en realidad, pero supongo que si era "tan" importante… ¿podrías haberme llamado tú mismo no?
Oops, golpe bajo.
--Pues deberías recordar que me parto la espalda para que darte la mejor vida posible, eso no me deja tiempo ni siquiera de saber donde está mi maldito celular.
¡¡Si eres tú Kai entra de una vez que la casa se enfría!! –se oyó que gritaba Takao desde el comedor.
--Vamos a casa... –ordenó Hiwatari.
--Al menos entra a saludar Pap
--Tenemos que comprar la maldita camioneta…. –regañó controlando apenas el volumen de su voz –¡Vamos!
--…Deja que vaya a buscar mis cosas y me despida.
Los pasos de Kai volvieron hacia su vehículo mientras los de su hija se internaban nuevamente en la casa.
--Lo siento mucho, pero debo irme –dijo Nataku haciendo una venia, con su tono neutral y diligente.
--Kai no debería tratarte así. –regañó Takao. –Ni siquiera pasó a saludar.
--Mañana estaremos en su fiesta de matrimonio –aseguró la Hiwatari con una sonrisa –Ya verá que estará de mejor humor. Yo me encargo de eso.
No te preocupes Takao, ya verás que en un rato se olvidará, yo me encargo
--Claro -dijo más serio el dueño de casa- asegúrate Niña que no espante a los invitados con su cara de Príncipe de Hielo.
--Claro Kinomiya-san. Hasta mañana Linda-san, bai bai Taro.
--Cuidate mucho Nataku.
--Hasta mañana Nat…
Recogida la chaqueta, la muchacha partió, cerrando la puerta en su espalda, pensando en la pérdida que significaba no haber podido terminar de comer ese delicioso pastel.
--Hacia la Avenida Central –le dijo a su padre cuando subió al vehículo –Tengo una camioneta encargada.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
--A veces siento que Kai es demasiado duro con su hija… Sé que no me corresponde hablar ni opinar pero…
--Linda, la historia de Kai y Nataku es muy complicada. Ese Príncipe de Hielo ha cambiado mucho, si lo hubieras conocido cuando éramos niños no lo creerías. Se desvive por esa niña…. Tal como lo hubiera hecho Rei… -susurró finalmente.
--¿Me contarás algún día? –preguntó ella, encarando sus ojos azules. –¿me dirás la historia de Nataku?
--…. Claro…
La feliz pareja se acostó. Takao pasó sus brazos por los hombros de Linda y le permitió conciliar el sueño ahí. Pero lo cierto era que el antiguo líder de los Blade Brakers poco podía pegar los ojos. Kai no estaba en su mente, sino el día que se avecinaba… su boda, su matrimonio… Por fin se casaría.
--Tal como dicen… la tercera es la vencida…
Primero Hilary. Una relación alocada y divertida, llena de energía y juegos… pero poco seria y voluble. Siguieron siendo amigos, pero se dieron cuenta que no era posible que fueran otra cosa que eso. Ser novios, o algo más que eso, quedaba definitivamente descartado.
Luego… luego… Era gracioso, aún le costaba pensar que habían tenido algo. Eso que habían tenido (cosa que se resistía a recibir el nombre de "relación") había sido más una terapia de reanimación antidepresiva que nada. Les había servido a ambos. Habían sellado su destino como Némesis… y no era un mal recuerdo… A pesar de lo gruñón y dolido que estaba, a pesar de tener una niña ajena en los brazos, aunque la pena lo consumiera por dentro… Él había necesitado un apoyo, y Takao Kinomiya había estado ahí para brindárselo, otorgándole a ambos una oportunidad nunca vista… Sin embargo, seguía costándole ponerle un nombre, seguía costando aceptar el nombre… Pero tarde o temprano se lo contaría a Linda… cuando tuviera que decirle la verdad sobre Nataku… en ese momento, le diría de su fugaz amorío con Kai.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
La casa era un conjunto de bullicio y risas.
--Siento la confusión Kyo, ya conoces a Takao…
--No te preocupes, ya debí haber imaginado que no estaría en casa el día que tenía que recibirme… Mañana mismo pediré habitaciones en un hotel, pierde cuidado.
--¡Pero puedes quedarte si quieres! La casa es amplia y los muchachos se llevan bien.
--Si, pero tu tienes dos muchachas hermosas y yo tengo un hijo mujeriego.
--Entonces llévatelo antes que lo mate.
Claire reía mientras preparaba los últimos bocadillos del día. Ya eran más de las 10 y todos estaban levantados, como si no recordaran que al día siguiente tenían un matrimonio importante y que debían lucir perfectos.
--Les hice algunos…. -Pero ya no quedaban en la bandeja. – iré por más.
Kyo reía ante la embobada mirada que Max seguía dándole a su cobriza esposa, y le recordaba con frecuencia sus espionajes en la universidad (donde se conocieron), como la seguía y el día que se escondió en el ducto de ventilación del camarín de mujeres del equipo de hockey en césped que la mujer lideraba.
--¡Calla! –le había gritado Mizuhara, lanzándose contra él, tapando su boca con ambas manos mientras todos reían.
--Como si no estuviera enterada Max Mizuhara –había dicho ella entre japonés e inglés. Al rubio se le encendieron las mejillas y todos volvieron a reír.
--¡Lo siento Claire!
Aprovechando el escándalo, Kia se arrastró a la cocina y robó la totalidad de galletas con chocolate que había en la bandeja, listas para ser servidas, y corrió hasta las escaleras en donde Josh y Rika la esperaban.
Josh era un muchacho delgado y de vivos ojos pardos. Tenía la piel tostada y el cabello (originalmente castaño) caía largo hasta sus hombros en tonalidades negras, verdes y rojas. Vestía a la manera Hip Hop, con anchos pantalones de muchos bolsillos a media pierna, con bóxers a la vista, zapatillas de basquetbolista y una camiseta larga con el símbolo de los Lakers en el pecho y los hombros. Un arete dorado caía desde su oreja izquierda y llevaba otro en su ceja derecha. Solía ir por el mundo masticando chicle de menta o comiendo pastillas del mismo sabor. De su cinto colgaba eternamente un discman con música de su tendencia y algo de metal. Ciertamente no era el prototipo de hijo que se esperaría del genio del Bey Blade (más teniendo como amigo al "otro" hijo de un genio científico como eran Judy y Max), pero con el tiempo padre e hijo se habían entendido: Josh había demostrado que la ropa no influía en sus neuronas y que sus gustos se alejaban de las drogas y el alcohol. Kyo, a su vez, le dio todas las armas para que fuera el mejor del mundo… literalmente. Su única condición… cuidarse…
--A veces suele ir con sus amigos a jugar baloncesto a ciertos barrios peligrosos. Sé que tiene buenos amigos ahí, incluso me he enterado que participa en algunos proyectos de nivelación estudiantil y ayuda social… pero no puedo evitar temer que algo le pase.
Pero el muchacho era feliz, y en ese momento, planeaba ser aún más feliz al lado de la chica de su vida, de su cuñada preferida y de una deliciosa dotación de galletas mal habidas que, seguramente, harían rodar cabezas.
--Vamos rápido antes que Mamá se de cuenta.
--Las comeremos antes que lo haga.
--Pero chicos… Mamá se enojar
--No seas aburrida Rika.
--Tranquila Amor mío, yo te protegeré con mi vida de la furia de tu madre –le había dicho melosamente, colocando una rodilla en el suelo y posicionando sus manos sobre su pecho, una, y extendida hacia ella la otra.
Los tres rieron de buena gana sin notar el silencio que reinaba en la sala.
--¡¡Ustedes se robaron mis galletas!!
--¡Yo no Tía Claire! –saltó Josh –Fueron ellas…
--¡Josh! –reclamaron a coro las gemelas con caras furiosas.
--….Tu madre da miedo enojada –susurró el muchacho intentando excusarse.
--¡¿Qué dijiste Josh?!
--Nada Tía Claire, ¿cómo cree eso?
Max y Kyo se alejaron un poco. El pobre muchacho estaba entre la madre furiosa y las gemelas de la destrucción… después de todo… por algo se habían ganado el apodo…
--Procuren dejarlo entero para mañana Mujeres –dijo Mizuhara mientras sugería a Kyo ir a dormir. Habían hecho un largo viaje y la fiesta prometía ser un verdadero espectáculo.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
--El desayuno está listo…
--¿Y qué tenemos hoy?
--Huevos, leche, miel, pan fresco y tostado, mermelada, palta, queso, jamón, paté, un poco de salsa de jamón con pimentón, yogurt con y sin sabor, cereal y… y… y… ¡jugo!, eso, jugo.
--…Me dejarás hecho una bola de grasa Rei…
--¡Nada de esto tiene grasa!, es un desayuno balanceado, claro si quitas los huevos y la salsa… pero es bueno.
--No veo café.
--No hay café.
--¿Cómo que no hay café?
--No, no hay café. La cafeína dificulta la absorción de calcio, si sigues así serás un viejo osteoporósico, y te advierto que no cuidaré viejos achacosos.
--¡Rei!
--Me buscaré un amante con dinero y te contrataré una enfermera.
--¡Rei!
--…Por eso no pongo café
--…Estás loco Rei…
--Loco, loco de amor por ti… -cantó el chino- loco, loco hasta pedir perdón, ¡loco por tu corazón!
Ambos habían reído y habían engullido todo el suculento desayuno.
--¿Y ahora?
--Ah no Kai Hiwatari. El sexo después del desayuno es contraproducente.
--…¿Y quién quería sexo?
--¿No lo querías?
--No.
--¡¿Y porqué no?!
--…Por que es contraproducente…
--…Estoy de acuerdo. Más tarde.
--Tú lo has dicho. Más tarde.
--…
--…
--¿Kai?
--Aún es no mas tarde Rei…
--Oh…
--…
--…
--…
--Kai…
--Aún no Rei…
--Oh… ¿me avisas verdad?
--Por supuesto…
--…
--…
--…
--Rei…
--De acuerdo.
Continuará.
Notas: Este capítulo lo dejé más corto para centrarme en el matrimonio de Takao y Linda en el siguiente. Espero que les haga gustado. Me parece un poco raro que sean 7 hojas y que el capítulo diga TAN pero TAN poco. Es increíble, a veces uno escribe dos hojas que dicen todo y a veces 10 que no dicen nada…
Reviews:
Kokoro Yana: . Kaasan!! Espero que puedas leerlo y que te guste mucho. ¡Ves que si te hago feliz!, todo por mi kaasan… Por cierto, ¿te gustó como quedó Josh?
Galy: Cierto que si?, la dieta de la lagartija: primero el padre, luego la hija. XD Jejeje, lamentablemente, Lee ya llegó a Japón y no anda en buenos pasos. Espero que te haya gustado el capítulo.
Chibi-Kaisie: Me alegra que no te moleste la tardanza (aunque sé que en el fondo todos me odian por ser demorona). Otro capítulo más.
Senko: ¡Cantemos! "Todos odiamos a Mao… todos odiamos a Lee" (se repite tres veces dando vueltas sobre el círculo mágico, lanzando las maldiciones luego por orden secuencial). Me halaga que pienses que este será tu fic favorito. Al parecer tiene para rato, así que disfrútalo XD.
