Huellas
Capítulo 6.
Taro abrió los ojos por el tremendo sonido que acababa de escuchar. Era una como si una explosión hubiera remecido la casa completa desde sus cimientos hasta la última teja de la parte más alta del techo.
--¡¡No hoy!! –fue su primer pensamiento, rogando para que nada ni nadie tuviera el poder de arruinar aquél esperado día.
Con más rapidez de la que se creía capaz (a pesar de ser un prodigio deportivo), el muchacho de ojos eléctricos se levantó de la cama aún con pijama y el cabello revuelto, rumbo al origen de aquél extraño sonido. En el camino se topó con su padre y con Linda, quien, a pesar de su embarazo avanzado, intentaba llegar con rapidez.
La humareda que salía de la cocina indicó el origen de todo el alboroto. Takao se asomó antes que nadie, abriendo sus, ya enormes ojos, a todo lo que podía.
--¡Ladrón! –gritó echándose hacia atrás, chocando con su hijo y yendo a parar ambos al suelo. -¡Ladrón!
Linda se adelantó un poco, intentando ver si había algún incendio o cosa parecida, pero solo vio una figura delgada y chamuscada que trataba, en vano, de dejar de toser.
--¿Yakoro?
Un par de ojos grises enmarcados en ceniza negra y una maraña de cabellos parados y desordenados aparecieron frente a la mujer, aún llorosos por el humo.
--Tía Linda...
--¡Yakoro!
Taro logró quitarse a su padre de encima y se levantó rápidamente colocándose frente a la que en unas horas sería su madre, pero ella puso sus manos en sus hombros.
--Tranquilo Taro...
--Pero...
Linda sonrió con paciencia mientras se adelantaba hacia la muchacha, toda llena de cenizas.
--Ahora si estamos todos para la fiesta de esta tarde.
--¡¿Qué hacen todos dormidos a esta hora?! ¡¡Levántense!!
El potente grito de Claire resonó en todos los rincones de la casa, haciendo temblar a los recién despertados.
--¡¡¿Qué hace Josh en la pieza de mis hijas?!!
--Te dije que no era buena idea que me quedara Max...
--¡¡Te mato!!
--¡No hice nada Tïo, lo juro!
--¡Papá!
--¡No lo defiendas Rika!
--¿Porqué tanto alboroto?
--¡El desayuno está listo!
--Ya vamos...
--¡Josh!, ¡baja de una vez!
--¡¿Cómo quieres que baje si el Tío Max quiere matarme?!
--¡Dile que lo haga después!
--Tio... ¿me puedes...?
--¡No!
--¡Bajen de una vez a desayunar!
--¡Ya vamos!
--¡Mamá! ¡Papá va a matar a Josh!
--¡Max! ¡no mates a Josh!
--¿Y porqué no?
--Porque dejarás a la niña viuda antes de casarse...
--Yo no le veo el problema a eso... ¡Porque no vas a casarte con mi hija!
--¡Alguien sálveme!...¡Kia!
--Estoy comiendo...
--¡¡YA BASTA!!
La casa completa se inmovilizó. Kia quedó con la cuchara a medio camino, Rika a media escalera, Josh a medio asfixiar, Max a medio asfixiarlo, Kyo a punto de bajar y Claire.... Estaba furiosa...
--¡¡Todos a comer inmediatamente!!
Padre e hijo caminaban por las calles japonesas sin ningún interés en especial. A Rai se le hacía gracioso ver a su hijo observando con curiosidad los altos edificios de Tokio, la cantidad de gente y la prisa con la que siempre parecían estar.
--¿Y que tal tu amiga Fang? –preguntó en tono pícaro.
--¿C-con Kia?
--Claro... no me engañas. Ya llevamos varios días en Japón y sé que te has visto con ella más de una vez...
--Bu-bueno... pues... -sus mejillas morenas se coloreaban con rapidez, causando la risa de su padre.
--No te preocupes, era solo una pregunta maliciosa, no hay necesidad de contestar...
Mientras Fang regañaba y el mayor reía, el sonido de la Tv de las vitrinas atraía a la gente. Pronto los chinos se llenaron de curiosidad y fueron a mirar también.
--Papá... ¿ese no es...?
--¿Kinomiya?
"Así es Mai, estamos frente a la Gran catedral, esperando el ansiado matrimonio de Kinomiya Takao, campeón mundial de Bey Blade y embajador oficial de Japón frente a la UNESCO y número quince en la lista de los solteros más codiciados en Japón.
Los rumores indican que la afortunada es Calvin Linda, marroquí de ascendencia americana, quien habría conocido a Kinomiya a través de Hiwatari Kai, de quien habría sido Asesora Personal en Comercio Externo. El mundo financiero internacional lamenta la supuesta decisión de Calvin de no seguir trabajando luego de su matrimonio..."
--¿Takao... se casa?
--Entonces Hiwatari estará ahí ¿no?... y si él está...
--Cho Mei también estaría...
Múltiples imágenes del moreno peliazul aparecían en la pantalla mientras la reportera no paraba de hablar. Que los invitados, que el vestido, que la fiesta y la luna de miel...
--Vamos Fang, tengo sed... -dijo de pronto Rai, alejándose de los televisores y de la información de primera mano que indicaba la pista más cierta sobre el paradero de la hija de sus mejores amigos.
--¿Iremos Papá? –preguntó su hijo, alcanzándolo con largas zancadas.
--No.
--¡¿No?!
--...Fang, Takao es una buena persona... y ha sufrido bastante... No tenemos derecho a arruinar su matrimonio.
--Papá....
--No te preocupes hijo... tenemos tiempo...
El hombre siguió caminando, pero su hijo se detuvo por un momento... Quizás sería bueno decirle lo que había descubierto en una de sus conversaciones con Kia...
--Papá...
--Mi Papá dijo que parecías americana...
--Mi Papá es americano-japonés y mi madre es completamente americana...
--¿Y tu apellido?, ¿americano?
--Mas japonés que el sushi... Mizuhara...
--¿Cómo... Max Mizuhara?
--¡Pero si el es mi Papá!
--¡¿Qué?!
--Claro...
--Entonces... conoces a Kai Hiwatari...
--¡Claro que si!, con Nataku, su hija, somos compañeras de clase...
La cocina por fin volvía a parecer cocina y los restos de las ollas quemadas ya estaban en la basura.
Los relojes de la casa mostraban las 8.15am, y la mesa ya mostraba cuatro comensales. Linda sonreía con tranquilidad. Por fin su sobrina Yakoro había aparecido.
Yakoro, que estaba sentada junto a su tía con cara de vergüenza, era una muchacha delgada y un tanto pálida. Tenía una melena hasta los hombros de color castaño oscuro, casi negro, y unos transparentes ojos grises que mostraban suspicacia y una extraordinaria capacidad... para meterse en problemas. Sus dedos jugueteaban con la punta de la blusa amarilla que llevaba y sus jeans claros aún mostraban rastros de cenizas
--Con que eres sobrina de Linda –resumió Takao con una sonrisa –Que bueno que hayas llegado justo a tiempo.
La muchacha sonrió de vuelta con cierto nerviosismo. El matrimonio estaba a unas cuantas horas.... Eso significaba que en poco tiempo... él... él estaría a su alcance...
--Él es mi hijo Taro, y yo soy Takao.
--En la fiesta te presentaré a las demás –dijo alegremente el chico –Kia, Rika y Nataku estarán felices de conocerte.
--Claro
La bocina del furgón de los Mizuhara cortó la conversación, atrayendo la atención de los ocupantes de la pequeña mesa.
--Parece que conocerás a Kia y Rika antes de la fiesta –comentó Taro mientras se levantaba a abrir la puerta.
Pronto el gran alboroto llegó al comedor. Taro y Josh conversaban y se daban de palmadas, lanzando bromas, mientras Kia los regañaba y Rika defendía su novio como gato en espalda. Claire venía jalando a Linda de un brazo, mientras Kyo, Max y Takao hablaban en voz baja de algo que no querían que nadie escuchara. Yakoro observó con curiosidad al grupo y sonrió con tranquilidad. Nadie a la vista podía interrumpir sus planes... Aunque aún faltaba una persona...
--Nataku Hiwatari...
--¿Porqué no me lo habías dicho Fang?
--...Lo siento Papá... lo averigüé sin querer, y... bueno... sentí que era traicionar a Kia si te lo decía.
--Ella sin duda no tiene culpa de nada. Max siempre fue un chico bueno y honesto, no como Hiwatari...Sin embargo no debes pensar en traicionarla o no. –los ojos oscuros de Fang se clavaron en su padre, quien lo miraba con resolución –Nuestro objetivo es llevar a Cho Mei de vuelta, o al menos poder decirle la verdad. Nada es más importante que eso... Sabes que tenemos todo en contra, cualquier información será necesaria para lograr... la voluntad de Mao...
El espejo le devolvía la imagen de un perfectoidiotaenamoradosonriente, pero en ese preciso momento, eso no le importaba. Por fin lo había logrado.
Con calma y tarareando una canción alegre, puso hielo sobre su ojo derecho y acomodó el parche de su mejilla izquierda. Su mano seguía vendada, y el hombro aún dolía al cargar cosas pesadas, pero era lo de menos.
Se habían reconciliado.
Después de una paliza fenomenal, habían hecho las paces.
Su aspecto poco importaba en ese preciso momento. Aún tenía 5 horas antes de la ceremonia oficial y en ese lapsus, suponía que algún ser maravilloso (como una cosmetóloga o un masajista) haría milagros con su maltrecho cuerpo de "Número 1 en la lista de los Solteros más codiciados de Japón"
La ducha de fondo sonaba a orquesta sinfónica internacional en sus oídos. Todo iba taaan bien....
--Deja de sonreír y date una ducha de una vez.
Nataku acababa de salir del baño y le miraba con el ceño fruncido. Quería aparentar que seguía molesta, pero Kai sabía que no era cierto, y eso lo ponía aún más feliz.
--¿Podrías dejar de sonreír de esa forma?... me asustas Papá...
Él simplemente le tomó la barbilla y plantó un suave beso en sus labios. Canturreando, tomó una toalla y se encerró en el baño de un suave portazo.
--En serio que me asustas Papá...
Tranquilamente y restregando su largo cabello con la toalla blanca que llevaba, caminó hacia su habitación. El elegante vestido de fiesta estaba sobre la cama y su tenida para la ceremonia colgada tras la pared.
El vestido era una pieza ajustada al estilo chino y cuello mao, sin mangas, en rojo italiano y un dragón bordado en dorado cruzaba desde los tobillos hasta el busto, en donde abría sus fauces enormes y llenas de dientes filosos. Aberturas a ambos lados dejarían ver más piel de la que Kai hubiera aceptado jamás. El corte delicado y estilizado haría que la tela se ajustara como una segunda piel, apenas dejando algo a la imaginación.
Nataku se sonrojó al imaginarse con ese vestido puesto, pero el asesor de imagen de su padre, un italiano llamado Giovanni, había insistido en que ella era la viva imagen del salvajismo sensual y la provocación, y que debía hacer honor a su naturaleza de felina salvaje.
Al menos el traje de la ceremonia era menos provocativo. Un corse negro de cuero y una minifalda blanca y ajustada. Sus piernas se guardarían en altas botas de cuerpo reluciente y negro brillante, de taco alto.
Un suspiro pesado salió de sus labios... Su padre estaba convertido en un dulce conjunto de golpes y vendajes, mientras ella no tenía un solo rasguño. ¡No se había atrevido a golpearla!, ¡¿cómo osaba?! ¡¿acaso no la consideraba digna rival?!, ese solo pensamiento la ponía azul de ira... Pero nada de eso se quedaría así, Kai entendería que cuando ellos pelean, ¡pelean!, un combate de dos, cuerpo a cuerpo, golpe a golpe, no como la farsa llena de culpa que Hiwatari había montado en el gimnasio. Defensa, defensa, esquivo, giro, defensa... ¡ni un solo golpe!... Extrañamente no estaba tan molesta como herida de orgullo. Su rabia por la poca paciencia de Kai se había esfumado luego de verlo caer con el labio partido. Ahora solo quedaba el mal sabor de un combate desigual...
--Ya nos arreglaremos de eso también Hiwatari.
La ducha ya había sido apagada y el silencio reinaba en toda la casa... El reloj rompió el ambiente indicando que ya eran las 10. Nataku sacudió la cabeza y decidió prepararse. Había quedado de ir a las 9 a la casa Kinomiya. Los hombres luego irían a la casa Mizuhara para que se prepararan por separado y luego se reencontrarían en la fiesta... pero por alguna razón no quería ir.
Entonces sintió unos brazos fuertes y húmedos que la rodeaban y el calor de un cuerpo firme que se unía a ella. Sus mejillas se tiñeron de un rojo furioso al pensar que ambos estaban
--Kai...
... desnudos...
--¡¿Alguien me puede decir dónde esta la Gata esa?!
--Cálmate Kia...
--¡Prometió que me ayudaría a ponerme este maldito vestido y que me enseñaría a caminar con tacones altos!
--Puedo enseñarte yo hermana...
--¡Pero ella se había comprometido!
--Vamos Kia, Nataku no rompería un compromiso sin un buen motivo...
--Mamá...
--Basta de regaños y continúen vistiéndose. Rika, asegúrate que tu hermana pueda caminar con esos tacones. Yo iré con Linda a retocar el maquillaje.
Kia murmuró un par de cosas entre dientes mientras miraba con odio los tacones blancos que debía usar. Al otro lado de la habitación, en un perchero estaba el vestido blanco ajustado que usaría. La prenda estaba compuesta por una falda corta por delante y con una cola que llegaba al suelo, en blanco invierno. El peto tenía mangas caídas y realzaba el busco. Su cabello rubio caería lacio, mientras el contraste lo daría el maquillaje oscuro, en tonos azules y celestes, combinando con sus ojos.
--Odio ese traje –dijo en un puchero mientras su hermana planchaba su pelo.
--Mamá dice que parecerás un ángel...
--Ese es justamente el problema. Apuesto a que Nataku parecerá una sexy-máquina-de-sexo-inalcanzable mientras yo pareceré un ángel...
--Si me lo permites no te verás muy diferente a Nataku... Tienen cuerpos muy parecidos... incluso tienes más busto que ella...
--Pero siempre se las arregla para sobresalir... No sé como lo hace... Tendría que ir con plumas para que se fijaran en mí y no en ella...
Rika detuvo sus manos al oírla. Nunca Kia se había expresado de esa forma sobre su mejor amiga.
--Kia... no es bueno tener esos sentimientos sobre Nataku... quizás sería bueno que hablaran... Sabes que ella no lo hace a propósito. –la rubia permaneció en silencio y la pelirroja sintió como en su cabeza comenzaba a sonar una voz de alarma –Su padre es un importante empresario... es una chica hábil... es atractiva...
--¡Yo también lo soy! ¡y tú!, ¡Papá y Mamá también son importantes en la BBA!... Ni siquiera logré obtener la atención de Taro...
En ese momento la puerta se abrió y Claire entró nuevamente.
--Nataku acaba de llamar. Dice que no podrá venir, que nos encontraremos en la boda.
Kia resopló y se alejó de su gemela rumbo a su vestido.
--Siempre haciéndose notar... -murmuró –Pero a Fang no me lo vas a quitar... a él no...
--Kai...
--Dime...
--...Nada.
Sus ojos preocupados se posaron sobre el gato moreno que tenía a un lado.
--¿Qué pasa?
--...Nada...
--Es como si te colgaras un cartel en la cabeza que dijera "pregunta otra vez que te respondo"
--...Solo pensaba algo importante, pero creo que lo tengo que deducir solo.
--¿Y porqué no puedo ayudarte?
--Porque es algo que me corresponde...
Hiwatari sintió su pecho oprimirse. Rei se escuchaba demasiado serio.
--¿No me darás una pista al menos?
--...Pues... tiene relación con algo que está todos los días... infaltable, imprescindible... Vital...
La cosa se ponía cada vez más seria. El ceño de Kon estaba fruncido y parecía que pensaba demasiado.
--¿En serio no puedo ayudarte?, Me preocupas...
--...Lo cierto es que necesito llegar a una respuesta... Pero no se si sea adecuado preguntarte... quizás Takao podría darme una respuesta...
--¡¡¿Takao?!!,
¡¿En qué asunto del miserable mundo en el que vivían podía ayudarle más Kinomiya que él?!
--No te enojes... Solo que Takao sabe más de eso...
--¡¿Que sabe mas?!, ¡imposible!, ¡yo te ayudaré y punto!
--Pero Kai...
--¡Pregúntame!
--...Esta bien. A la hora de preparar tengo una entrada de palta reina con lechuga condimentada con un tris de aceite de oliva y un toque de sal y limón exportado. Un plato fuerte de carne asada al horno con verduras salteadas al vapor, una copa con una refrescante agua mineral traída de las montañas canadienses y otra con un tinto cabernet francés, un bajativo suave de late harvest de reserva, dorado y delicioso en su fondo y aroma, traído de los viñedos de Santa Rita en Chile. Además tenemos café venezolano de exportación, azucarado con dulce miel alemana de abejas perfeccionadas... ¿Qué color de mantel debo poner?
--...
--...
--...
--...Mejor llamo a Takao. –y se dio vuelta, pero –
--Depende...
--¿Eh?
--Por la comida corresponde un cabernet o cualquier tinto de cuerpo firme y olor suave, y por eso, ineludiblemente tienes cata de vino por lo que los manteles deben ser blancos o Burdeos. El mantel no debe desentonar con las cortinas del lugar ni con la alfombra. Los colores comunes son pasteles, blancos o rojizos. Han de colgar con suaves ondas sin cubrir la totalidad de la mesa, ya que así la gente puede tropezar...
La mirada dorada de Rei se posó sonriente sobre la carmesí que continuaba levemente ofendida.
--Takao jamás podría contestar una pregunta tan sofisticada como esa –dijo, lleno de orgullo y vanidad.
--Tienes razón... Pero dime, ¿de qué país debo traer lo limones?
--...Eso sí pregúntaselo a Kinomiya...
Continuará...
Notas: Bien, ¿alguien pensaba, como yo, que este sería el cap del matrimonio?. Creo que si. Supongo que el hecho de haberlo dicho yo misma no ayuda mucho, pero en fin, me retiro del negocio de los avances.
Bai. Rio
pd: gomen, por ahora no puedo contestar reviews, pero gracias a todos:
Day-chan prima mía, Galy, Silverhell, Kokoro-kaasan (besos). ¡¡Muchas gracias!!
