Apostando al corazón

Capítulo I: Diez galleons por un amor

Era una mañana soleada en el colegio Hogwarts de magia y hechicería. Un muchacho alto, rubio y de ojos grises, llamado Draco Malfoy, caminaba por los pasillos de la escuela. Se detuvo y entro en la biblioteca. Se acercó a una mesa donde estaban sus dos gigantes amigos: Vicent Crabbe y Gregory Goyle.

-¿Por qué demoraste tanto, Draco?- preguntó Crabbe, cuando él se sentó en la mesa.

- Eso no te importa, Crabbe. ¿Ya empezaron a hacer ese estúpido trabajo que pidió ese gigante de Hagrid?- contestó Draco, cruzando los brazos.

-Aún no... –dijo Goyle.

-¿Y que están esperando? ¿Tarjeta de invitación? Vamos, resuman rápido, que tengo cosas que hacer.- dijo Draco, dando una mirada por la biblioteca. Se detuvo en una mesa cercana, donde estaba Harry Potter charlando con Ginny Weasley.

-Ese Potter... ¿quién se cree que es? Cada día lo detesto más... – dijo Draco, mirando a Harry con furia. -¿Y como puede esa tonta de Weasley desperdiciar su tiempo con él?

-Bueno, Draco, entre tontos se entienden, ¿no?- comento Goyle. Crabbe soltó una risa estúpida.

-Puede ser... pero hay algo en ella que me hace pensar que es diferente.- dijo Draco.

-Pero, ¿qué dices? Ella es una aliada a Potter, Draco. Es igual que todos los Weasley.- dijo Crabbe.

-No me digas... ¿Acaso te agrada esa pobretona?- dijo Goyle, sonriendo.

-¿Qué? Por favor, Goyle, deja de decir estupideces... ¿Cómo a un Malfoy le puede agradar una Weasley? Eso sería imposible... –dijo Draco.

-¿Qué? ¿No te animas a intentarlo?- preguntó Crabbe.

-¿Intentar que?

- Estar con Weasley, aunque sea por un día... ¿no te animas?- lo retó Goyle.

- Claro que me animo. Esa infeliz no me mueve ni un pelo... ¿cuánto quieren apostar a que ella terminará rendida a mis pies?- dijo Draco, con astucia.

- Te apostamos... diez galleons para cada uno... y también... nos harás las tareas por una semana...- dijo Crabbe.

- De acuerdo.- respondió Draco.

- Pero tiene que ser una semana entera.- dijo Goyle.

-¿Qué? No, esperen, me dijeron que solamente un día.- dijo Draco.

-¿No te animas, Malfoy?- dijeron Crabbe y Goyle a la vez.

-¡Claro que lo haré!- dijo Draco, sin pensarlo dos veces.- Empezaré hoy mismo, ¿de acuerdo?

- Perfecto.

- Me parece muy raro verlos pensar... parece que por fin se avivaron... aunque prepárense la semana que viene porque tendrán que pagarme.

-¡Oye, Hermione, espera!- gritó Ginny, corriendo hacia su amiga, que caminaba hacia el Gran Salón.

-¡Hola, Ginny! ¿Qué sucede?- dijo Hermione, deteniéndose.

- Me gustaría que hablemos, ¿podrías?

- Claro, vamos.

Ambas chicas entraron al Gran Salon y se ubicaron en la mesa de Gryffindor, lejos de los oídos curiosos de los demás alumnos.

- Bien, Ginny, te escucho.- dijo Hermione.

- No se si has notado, pero ultimamente he estado pasando mucho tiempo con Harry... –empezó Ginny.

- Si, lo he notado...

- Bueno, Hermione... tu sabes que a mi me gusta Harry...

- Lo sé...

- Bien. Como ya te había dicho, este ultimo tiempo he estado pensando que Harry también se siente atraído por mí... ¿tu que crees?

- Bueno, Harry nunca nos ha dicho nada ni a mí ni a Ron, pero es porque es muy tímido, pero podría ser. Estoy segura que así es.

-¿Enserio?

-¡Si! ¿Por qué lo preguntas?

- Es que he estado pensando en hablar con él y decirle lo que siento, ¿qué opinas?

- Me parece bien. Es genial, Ginny, porque es la única forma de saber que es lo que él siente.

- Si, pero... ¿si no siente lo mismo por mi?

- Bueno, no tienes que pensar tan negativamente. Y si llegara a suceder, tendrás que aceptarlo. ¡Pero no seas pesimista! Ya verás que pronto estarán juntos.

-¿Te parece?

-¡Por supuesto que sí!

- Bien, iré a hablar con Harry... y muchas gracias Hermione...- dijo Ginny, abrazando a su amiga.

- Buena suerte, Ginny.- contestó Hermione, sonriendo mientras que Ginny salía en busca de Harry.

Lo encontró en la sala común, charlando con Ron.

-¡Harry! Te he estado buscando.- dijo, al verlo.

- Si, yo también, Ginny...

-¿Enserio? Bueno, porque quisiera que hablemos...

- Yo tambien...

- Bueno, vamos a hablar a otro lugar.

Ambos salieron de la sala común, se dirigieron hacia el lago y se sentaron en la orilla.

- Eh... Ginny, yo...

- No, Harry, espera, dejame hablar a mi primero. Es importante.- lo interrumpió Ginny.

- Esta bien, dime...

Ginny dio un suspiro, pero se decidió a confesar todo.

- Harry, solo quería decirte que desde te conocí, me he enamorado de ti. Sé que al principio fui muy vergonzosa y tímida, pero ahora quiero que lo sepas, me gustas mucho Harry, siempre me has gustado, y me gustaría que fueramos más que solo amigos... sé que tu también sientes lo mismo...

- Pero, Ginny, espera...

- No digas nada, Harry.- dijo Ginny, acercándose a Harry para besarlo, pero él la agarró por los hombros, alejándola.

-¿Qué sucede?

- No, Ginny, no...

-¿No que?- repuso Ginny, sin entender.

- No quiero que te confundas.

- Pero si no estoy confundida, Harry. Todo lo contrario, estoy muy segura de lo que siento.

- No entiendes, Ginny... Escucha, sé que esto te dolerá, pero es la verdad, y no quiero mentirte, porque eso te haría sufrir más.

- Ahora si que no entiendo nada, Harry.

- Mira, Ginny. Si es que en estos últimos meses me he estado acercando a ti, solo es porque quiero que seamos amigos, nada más. Escucha Ginny, solo te quiero como una amiga, una gran amiga, y no quiero que confundas las cosas. Sé que esto te afectará, pero lo hago por tu bien. Por favor, Ginny, entiéndelo.

Ginny estaba como en un trance, sin querer creer lo que acaba de oir. ¿Cómo era posible, con todo lo que había pasado ultimamente, que Harry la rechazara así? Sus ojos se llenaron de lágrimas, que sin poder evitarlo, calleron por su rostro, empapándole las mejillas.

- Gin, Ginny... por favor, no llores... –le rogó Harry, sintiéndose cada vez peor.

La chica le dirigió una mirada de tristeza y dolor, y se alejó corriendo de allí, comenzando a sollozar.

Corrió y corrió sin rumbo. No sabía que hacía, solo sabía que no quería ver a Harry nunca más. Entro en la biblioteca y sin dar explicaciones a Madam Pince, se sentó en la mesa más lejana.

"Es obvio- penso Ginny- ¿cómo pude ser tan tonta de pensar que alguien como Harry podría enamorase de mí? Soy una estúpida, y lo peor de todo es que me ilucioné con algo que nunca podrá ser... ¿por qué tengo que ser tan tonta?" Ginny no podía dejar de llorar, y los ojos le ardían y tenía la nariz muy roja. Se quedó en la biblioteca por horas, hasta que anocheció. Madam Pince la obligó a salir, porque tenía que cerrar.

Ginny caminó sin saber a donde ir. No quería volver a la sala común; probablemente se encontraría con Harry, con Ron o Hermione, que seguramente querrían saber que le pasaba, pero ella no quería hablar ya. Tampoco iría al Gran Salón, no tenía hambre. Entonces se decidió ir al baño de Mytre la llorona, ya que era un lugar donde nadie iba, y podría estar sola.

En la mesa de Slytherin, Draco terminaba de comer, junto a Crabbe y a Goyle. Draco levantó la mirada y buscó a alguien en la mesa de Gryffindor.

-¿Buscas a Weasley, Draco?- preguntó Crabbe.

- Claro, tengo que empezar, ¿no?- respondió Draco en voz baja, ya que notó que Pansy Parkinson se interesaba mucho en la conversación que éste tenía con sus amigotes.

- Me parece que aquí no esta.- dijo Goyle.

- Tienes razón. Iré a buscarla a otro lado.- dijo Draco, poniéndose de pie y saliendo del Gran Salón.

Camino por los pasillos, pero no había rastro de la colorada. Se detuvo cerca del baño de chicas que estaba en deshuso, cansado de caminar. Entonces escuchó un llanto, que provenía del baño. Intrigado, se fijo de que nadie lo espiaba, y entró. Con una sonrisa de triunfo, vio a Ginny sentada en el suelo, con la cabeza entre los brazos, llorando suavemente.

Se acercó un poco y se apolló en la pared, cruzando los brazos.

-¿Llorando por el joven Potter, Weasley?- dijo.

Ginny levantó la mirada. Por un minuto, Draco sintió pena por ella. Tenía el pelo colorado todo despeinado, los ojos y la nariz roja de tanto llorar, y el rostro mojado por las lágrimas.

-¿Qué quieres, Malfoy?- le dijo.

- Nada, quiero saber por qué estas llorando.- respondió Draco.

-¿Bromeas? Si siempre estas insultando a mi y a mi familia, no entiendo como ahora puedes interesarte.- dijo Ginny.

-¿Por qué lloras?- insistió Draco.

Ginny miró a Draco a los ojos, entonces de dio cuenta de que era sincero.

-¿De verdad quieres saber?

- Claro.- dijo Draco, sentándose a su lado.- Es por Potter, ¿no?

Ginny dudó unos minutos en responder, pero dijo.

- Si, es por Harry, pero eso no te importa...

- De verdad me importa. Quiero saber.

-¿Para que quieres saber? ¿Para burlarte, e ir a decirles a todos de que Harry me rechazó?

-¿Así que eso fue?

Ginny se quedó en silencio, y sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas.

- No se lo diré a nadie. Pero no llores.

-¿Qué? Espera un segundo, ¿estas bien?- dijo Ginny, incrédula, poniéndo su mano en la frente del rubio.

- Si, perfectamente.- respondió Draco.

- Bah, me da igual... ya no importa nada... solo se que soy una estúpida al pensar que alguien como Harry podría llegar a quererme... –dijo Ginny, mientras unas cuantas lágrimas brotaban de sus ojos.

Draco estiró su mano y secó las lágrimas de Ginny. Ella levantó la mirada, todavía sin poder creer quien la estaba consolando.

- No te preocupes. Todo estará bien. Tienes que aceptarlo, ¿sabes?- dijo Draco. Inconsientemente Ginny apoyo su cabeza en el hombro de Draco.

- No te importa, ¿verdad, Malfoy?- dijo.

- Para nada, Weasley. ¿Sabes una cosa? No eres como yo creía...

-¿A no? Bueno, eso si es un gran consuelo... gracias, Malfoy.- dijo Ginny.

Se quedaron unos minutos en silencio.

- Creo que ya es tarde, deberías volver a la torre Gryffindor.- dijo Draco.

- No quiero volver allí...

-¿No quieres ver a Potter?

- No...

- Por favor Weasley, no seas tonta, no le demuestres que te afectó, asi Potter va a pensar que estas llorando por él.

- Es que así es...

- Pero no se lo hagas saber. Tienes que tener tu orgullo, ¿no crees?

-¿Te parece?

-¡Por supuesto! Inmediatamente te pones de pie, lávate la cara y has como si nada halla pasado.

- De acuerdo...

Draco espero afuera del baño mientras Ginny se lavaba la cara. Cuando salió, aún tenía los ojos rojos al igual que la nariz.

-¿Y bien? ¿Cómo me veo?- dijo.

- Un poco mejor...- dijo Draco, con el ceño fruncido.

- Oye, Malfoy, no sé por qué haces esto, pero gracias... puedes ser bastante agradable cuando te lo propones.

- De nada, Weasley. Y llámame Draco.

- Esta bien. Y tu llámame Ginny.

Ambos sonrieron.

- Debo irme. Buenas noches, Weas-..perdón, Ginny- dijo Draco, sonriendo y alejándose hacia la sala común de Slytherin.

Ginny sonrió y tambien se fue.

En el camino, Draco se encontró con Crabbe y Goyle.

-¿Y? ¿Cómo te fue?- preguntó Goyle, ansioso.

- Solo les digo una cosa. Preparen el dinero porque esta apuesta la gano yo.

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H00000OOLA!!!! ¿Cómo estan? Espero que muy bien n__________n

Bueno, aquí esta, mi primer D/G, ojalá que les guste, pero esto recién es el principio, todavía falta muuuucho más, así que si les ha gustado dejen reviews, si no les ha gustado, también dejen, porque me interesa saber que es lo piensan n.n

Este fic va dedicado a mi amigota Polgara, que es una fanatica de los D/G, y por supuesto para todos los lectores que andan por allí.

Sigan leyendo, ¿eh? Que todavía hay más!!!!

Y dejen reviews, plis!!!!!

Los espero en el próximo capítulo!!!!

Vero Granger