Apostando al corazón.
Capítulo II: Los consejos de Draco.
La luz del sol entraba por la ventana de la habitación de las chicas de 4° de Gryffindor. Ginny abrió los ojos lentamente y observó su reloj que estaba sobre la mesa de luz. Eran las 6:30.
-¡Ginny! ¡Despierta!- gritó una de sus compañeras de cuarto, Samantha Dawson. Ella era una chica de largo y enrulado pelo negro y hermosos ojos celestes.
-¡No! Todavía es temprano... –gimió Ginny, tapándose la cara con las mantas.
-¿A que hora llegaste ayer a dormir, Ginny?- preguntó Samantha, en un tono intrigado.
- Pues llegué a las 10... –respondió Ginny, sacando su cara de entre las sábanas.
-¿Y se puede saber que estuviste haciendo? ¿Con quién estuviste y dónde?- Samantha miraba a Ginny esperando que confesase algo.
- Bueno... eso a ti no te importa... –repuso Ginny volviéndose a tapar.
- Es que Harry estuvo preguntando por ti... quería saber si estabas bien y todo eso... ¿hablaste con él, Gin?
Ginny se quedó en silencio. No quería hablar de eso, pero Samantha era su amiga.
- Sí, lo hice...
-¿Y que sucedió? ¿Qué te dijo?- exclamó Samantha en tono emocionado sentándose en la cama de su amiga.
- No me quiere... Sam... me ha rechazado... –susurró Ginny sin poder evitar que sus ojos se llenasen de lágrimas.
-¿Qué? No es posible... Gin... cuanto lo siento... amiga, no llores.- le dijo Samantha, acercándose a ella y abrazándola con fuerza.
-¿Cómo quieres que no llore? Me ha destrozado el corazón, Sam... Tu sabes que desde que lo conocí que me enamoré de él... –sollozó Ginny, todavía abrazando a la chica.
- Pero debes ser fuerte, Ginny... ¿entonces donde estuviste anoche?
- Llorando, sola... en el baño de Mytre la llorona...
-¿Estuviste sola? ¿Por qué no me avisaste? Sabes que puedes contar conmigo.
- Es que no estuve sola todo el tiempo... alguien me consoló...
-¿Enserio? ¿Quién fue, Ginny?
- Pues no lo creerás... ni yo puedo creerlo todavía.
-¿Quién? Dime, me muero de curiosidad.
- Bueno... fue Draco Malfoy.
-¿Qué? ¡Bromeas!- exclamó Samantha, con incredulidad.
-¡No bromeo! Es verdad... fue él quién estuvo conmigo...
- Pero... ¿te hizo algo? ¿Te molestó?
-¡No, para nada! Fue muy amable conmigo... me consoló...
- Ay, Gin... discúlpame que te diga, pero yo no me fiaría de él...
-¿Por qué no? Fue el único que me hizo darme cuenta que no debo llorar por nadie... aunque me cuesta mucho no hacerlo...
- Pero, Ginny... ¿recuerdas de quién estamos hablando?
- Claro que sí... de Draco Malfoy.
-¡Exacto! Del mismo Draco Malfoy que molesta e insulta a tu familia. No puedes decirme ahora que es amable y que es la mejor persona del mundo.
- No te estoy diciendo eso, Sam... pero no lo juzgaré más... Fue muy atento conmigo, y trataré de pasar tiempo con él.- dijo Ginny, poniéndose de pie y buscando en su ropero su camisa y su falda.
-¿Qué? ¡Estas loca, Ginny! Por favor, no hagas locuras... si Malfoy se ha mostrado amable contigo, es porque algo se trae entre manos. No le hagas caso, Gin.
- Mira, te diré una cosa Samantha. Si yo quiero estar con Draco, estaré con él, ¿de acuerdo? Creo que ya estoy grande para darme cuenta de mis amistades.
- No sabes el error que vas a cometer, Ginny.
- Problema mío. Y ni una palabra a nadie sobre esto, ¿de acuerdo?
Ginny se cambió en silencio, sin dirigirle ni una palabra más a su amiga, que la miraba de reojo con ojos decepcionados. Cuando ya estuvo lista, Ginny bajó a la sala común y se encontró con Ron y Hermione. Agradeció de que Harry no estuviese con ellos.
-¡Ginny! Hola... –exclamó Hermione, al verla.
- Hola... ¿cómo están?- preguntó Ginny.
- Nosotros estamos bien... pero, ¿cómo estas tu, Gin?- dijo Hermione mirándola con preocupación.
- Pues bien, ¿acaso debería estar mal?- repuso Ginny, mirándolos fijamente.
- Bueno, es que nos hemos enterado lo que paso ayer con Harry... y estamos preocupados por ti, Ginny.- explicó Ron.
- No tienen de que preocuparse, yo estaré bien. Muchas gracias de todas formas.- les dijo Ginny, aguantándose las ganas de echarse a los brazos de Hermione y llorar.
-¿De verdad que estas bien, Gin?- insistió Ron, frunciendo el ceño.
- Estoy bien, Ron. Me voy a desayunar. Nos vemos luego.- y diciendo esto, salió de la sala común.
-¿Ves que estaba bien, Ron? No sé de que te preocupas, Ginny es una chica muy madura.- dijo Hermione.
- Si, pero me parece raro de ella. Siempre se muestra sensible... –replicó Ron.
- Puede que haya cambiado, ¿no te parece?
- No se...
-¡Oh, vamos, Ron! Deja de preocuparte y vamos a desayunar.
Mientras tanto, Ginny caminaba rumbo al Gran Salón. Una voz la hizo detener.
-¡Ginny! ¡Espera!- ella se volteó y vio a Harry corriendo hacia ella. Ginny sintió ganas de desaparecer en ese momento, pero, como le había dicho Draco; tenía que ser fuerte.
- Hola, Harry...
- Hola, Gin... necesitaba hablar contigo.
- Pues, bien dime.- dijo Ginny, dando un gran suspiro.
- Bueno, es sobre lo que ocurrió ayer... no quería que terminase de esa forma...
- Esta bien, Harry. Lo entiendo...
- Si, pero yo me siento mal, Gin... después de todos los momentos que hemos pasado...
- Lo sé, Harry... no te preocupes, no sé como pude ser tan tonta de pensar que alguien como tu me querría... –por más de todas las fuerzas que puso, Ginny no pudo evitar que unas cuantas lágrimas brotaran de sus ojos.
-¡Pero que estas diciendo! Tu eres una chica asombrosa, Ginny.
- Ya para, Harry... creo que esto debe terminar aquí...
-¡No! Gin, por favor...
-¡No insistas, Harry! Me hace mal... –sollozó Ginny, queriéndose ir, pero Harry la tomó por el brazo.
-¡Ginny, escucha! Solo quiero que seamos amigos.
-¡No puedo, Harry! ¿Qué no entiendes? No puedo ser tu amiga... yo-
- Pero, por favor...
-¿No la has escuchado, Potter? Déjala.- Draco estaba en el medio de Harry y Ginny, mirando a Harry con furia.
-¡No te metas, Malfoy! Este no es tu problema.
- Me meto todo lo que quiero. Vámonos Ginny.
- Si, claro, como si Ginny se va a ir contigo... –se burló Harry.
- Vámonos, Draco.- replicó Ginny, tomando a Draco del brazo. Harry miró a Ginny totalmente incrédulo, mientras que Draco le sonreía con maldad.
Draco y Ginny caminaron por unos minutos sin decir nada, y salieron a los terrenos.
Se sentaron en unos bancos, lejanos de la multitud de alumnos que charlaban y reían.
-¿Estas bien?- preguntó Draco. Ginny tenía la mirada perdida y el labio le temblaba. Inesperadamente se lanzó a los brazos de Draco, sollozando. Draco, totalmente sorprendido, la consoló.
- No llores...
- Draco, yo... no sé que hacer... –sollozó Ginny, separándose del rubio y mirándolo con ojos empañados de lágrimas.
- Entiendo que estés mal, pero ¿sabes que? Me parece que Potter no es el único chico que existe en el mundo...
- Para mi es único...
- ¬¬... si, pero, tienes que analizar las cosas. Si esto paso, es por algo. Las cosas no pasan por nada. Ahora tu estas mal, por eso no te das cuenta de que esto capaz que puede ayudarte mucho. Más de lo que tu crees.
-¿En que puede ayudarme? No entiendo...
- Pues... te has dado cuenta de algo, ¿no? Te has dado cuenta de que Potter no es el chico para ti. Y tienes que aceptarlo, ¿sabes?
- Lo sé, pero cuesta aceptarlo...
- Entiendo... yo nunca dije que esto fuera fácil. La solución no es que tu te quedes por siempre aquí, llorando por Potter. No. Al contrario, es algo que paso porque las cosas se dieron así. Tienes que continuar. No te vas a morir porque Potter no te quiera...
- Siento ganas de morirme en este preciso instante.
- Oh, por favor, Ginny. No seas tan drástica. Las cosas van a mejorar si es que tu quieres que mejoren. Si tu te quedas aquí llorando por Potter, las cosas nunca van a mejorar. Yo te voy a ayudar. Pero no puedo ayudarte, si tu misma no te ayudas... No llores más... es algo que paso, como miles de cosas que pasaron, y no te vas a morir por cada cosa fea que te pase... la vida continúa.
Ginny se quedó unos instantes mirando a Draco. No podía creer que con quién estaba hablando era con Draco Malfoy. Su mirada se fijo en los ojos del chico y se quedó allí por unos minutos, mientras que Ginny pensaba que había sido muy injusta al juzgar a Malfoy todos esos años anteriores. Sus ojos eran de un gris intenso. Antes les habrían parecido fríos y malvados, pero ahora veía en ellos calidez y belleza. En el fondo, Draco era una persona amable y consejera, y parecía siempre tener una palabra de consuelo.
-¿Ginny? ¿Me estas escuchando?- la voz de Draco la sacó de sus pensamientos.
-¿Eh? Lo siento... ¿sabes una cosa? Tienes toda la razón del mundo.
-¿Ves? No te angusties... prométeme que no vas a llorar más.
- Lo prometo.- le dijo Ginny.
Draco le dirigió una amplia sonrisa de satisfacción, y Ginny sintió que se sonrojaba sin saber por qué.
- Tengo que irme a clases... nos vemos luego, Draco...
- De acuerdo, adiós.- se despidió Draco. Ginny, sin poder evitarlo, se acercó a Draco y lo abrazó.
- Gracias.- le susurró al oído y a continuación, sumamente sonrojada, le dio un beso en la mejilla. Enseguida se alejó de allí rumbo al castillo.
Draco se quedó allí parado, como hipnotizado, mirando a Ginny que se alejaba hacia el castillo. Su largo pelo colorado brillaba a la luz del sol, y cuando ella se volteó para ver a Draco, sus ojos se encontraron y Ginny le dirigió una sonrisa, para luego desaparecer por un pasillo. Esa sonrisa... esa sonrisa le había encantado... pero... ¿qué le estaba pasando? ¡Era Ginny Weasley! Una pobretona, amiga de los sangre impura. Y el un Malfoy, rico y de una prestigiosa familia de sangre pura. No podía enamorase de ella. Tenía que hacer lo imposible para evitarlo... pero, aunque Draco lo intentara una y otra vez, la imagen de Ginny se había quedado en su mente.
Esa noche, Ginny llegó de comer con Samantha. No había vuelto a tocar con ella el asunto sobre Draco, así que no le contó lo que había paso esa tarde. Al entrar a la sala común, Ron y Hermione se abalanzaron sobre ella. Harry los siguió despacio. Ron parecía estar furioso.
-¡¿Acaso estas loca, Ginny!?- aulló Ron, mirándola enojado.
-¿Qué te sucede, Ronald?- gritó Ginny a su vez, extrañada por la actitud de su hermano.
-¿¡Y encima preguntas?! ¡¿Cómo es eso de que te has vuelto amiga de Malfoy?!
-¿Qué? ¿Acaso te molesta?
-¡Claro que si! ¡Malfoy siempre nos esta molestado, Ginny! ¡No puedes fiarte de él!
-¡Yo confío en quién quiero, Ron! Además... ¿quién te dijo que yo ando amiga de Draco?
-¿¡DRACO!? Así que ahora lo llamas Draco. ¡No te lo voy a permitir, Ginny!
-¡¿Qué te molesta, Ron!? ¡Es mi vida, y yo soy la que elijo con quién estar!
-¡Pero no puedo permitirte que estés con ese!
- Ginny, por favor entra en razón... –susurró Hermione, con ojos suplicantes.- Estamos hablando de Draco Malfoy. ¿Acaso no recuerdas todo lo que nos hizo él y su padre?
-¿¡Acaso no recuerdas que fue SU padre el que te dio el diario de Riddle?!- gritó Ron, como un desaforado.
-¡Si, lo recuerdo! Pero no me importa. Draco es diferente... ¡ustedes no entienden nada!
-¡Claro que entiendo! ¡Solo entiendo que te has vuelto loca, Ginny!- exclamó Ron, rojo de ira. Fred, George y Harry trataban de calmarlo, pero parecía estar fuera de sí.
- Escucha, Gin... sé que estas pasando un mal momento, pero por favor, no hagas locuras, Malfoy no es una buena persona y lo sabes... no sé porque haces esto... –murmuró Hermione, mirando a Ginny.
- Les diré una sola cosa. Y escúchame bien, Ronald, porque no voy a repetirlo. Para mí Draco es una buena persona, y si me quiero juntar con él es MI problema, ¿de acuerdo?
-¡Ginny, no sabes lo que dices!- exclamó Harry de repente. –Te hará más daño del que te imaginas, Gin...
- Tu eres el menos indicado para hablar, Harry.- dijo cortante Ginny. Harry bajo la mirada y dejo de hablar.
- Pero, Ginny, te lo ruego... lo hacemos por tu bien...
- Ya te lo dije, Hermione. ¡Y déjenme en paz!- añadió Ginny, dándose la media vuelta y subiendo hacia el cuarto de chicas. Samantha la siguió rápidamente.
-¿Ginny? ¿Estas bien?- le preguntó cuando entraron.
- No me hables, Samantha. No puedo creer que se lo dijeras a Ron.- le dijo Ginny, enojada pero algo ofendida.
- No tuve otra opción, Gin... además lo hice porque no quiero verte con Malfoy...
-¡Ya! ¿Quieres? Es la única persona que me abrió los ojos... y no quiero escucharte más.
Draco estaba sentado frente al fuego, en la sala común de Slytherin, mirándolo fijamente. Su mente, aunque trataba de evitarlo, volvía otra vez a Ginny. Era imposible para él sacársela de la cabeza. Pero tenía que hacerlo, porque las cosas iban a terminar muy mal si él llegaba a enamorarse de ella. Tenía que concentrarse en la apuesta, que ya casi estaba ganada.
El fuego ya se estaba apagando, y Draco subió a su habitación. Al entrar, vio en su cama una lechuza que traía una carta.
Se acercó, tomó la carta y la leyó. Era de Ginny. Quería verlo, en ese momento. "¿Qué querrá?- pensó Draco- Tengo que ir... ¿y si le paso algo? ¡Ya basta, tengo que dejar de pensar estupideces... mejor me voy no quiero hacerla esperar".
Al abrir la puerta de la habitación, vio a Crabbe y Goyle, que justamente entraban.
-¿Adónde vas, Draco?- preguntó Crabbe.
- Pues... tengo que encontrarme con Weasley... – respondió Draco.
-¿Ahora? ¿Por qué?- quiso saber Goyle.
- No lo sé... pero no debo faltar, ¿no? Capaz que este momento sea mi oportunidad...–sonrió Draco, mirando a sus amigos con maldad, y olvidando sus sentimientos sentidos hace unos segundos.
Crabbe y Goyle soltaron una carcajada. Draco salió de la sala común de Slytherin con mucha precaución, y se encaminó hacia los terrenos.
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Bueno, el tan ansiado capítulo ya esta aquí, y ojalá que les haya gustado. Personalmente a mi me encantó ¬¬, jeje, pero bue, espero que a ustedes también.
¡Lamento la demora! Es que tuve mi crisis de escritora (falta de inspiración...) pero después de tantos intentos para que el capítulo quede interesante, la inspiración volvió y fue muy bien recibida!!!! Jaja. Pero también debo agradecer a Polgara, que me dio unas ideas, como siempre, ella esta ahí para ayudarme... ¡Gracias Polgs! Solo les digo una cosa... ¡PACIENCIA POR FAVOR! Ando muy ocupada, (se me terminaron las vacaciones!!!!!!! Buaaaa!!!) y estoy un poco enferma de la garganta ;( No solo les pido paciencia con este fic, sino también con los otros dos (si es que lo están leyendo, obvio) pero su espera será recompensada, jeje. Lo mismo agradezco sus reviews y su apoyo... ¡son geniales!
Este capítulo va dedicado, obviamente para ustedes, pero especialmente para Polgara y Aiko (no pondré todo tu nick!! Jaja) espero que les guste!!!!! Y dejen reviews, desde ya les agradezco.
Bye, y cuídense!!!
*~Vero Granger~*
