Apostando al corazón.

Capítulo IX: "Te amo"

Amo lo que eres e imagino

Amo a lo ajeno y a lo que es mío

Amo lo que entregas, lo que escondes

Amo tus preguntas, tus respuestas.

- Creo que yo también te amo, Weasley...- susurró Draco, ya sin poder aguantar aquel sentir que le oprimía el pecho.

Ginny no podía creer lo que oía. Se separó de Draco y lo miró con ojos abiertos. Se sorprendió al ver en la mirada del chico reflejada una tristeza inmensa. Y eso era lo que él sentía: tristeza, dolor... Porque nunca iba a estar a su lado, porque su amor era algo prohibido...

-... Me amas... –repitió Ginny, con una sonrisa, sin poder impedir que lágrimas brotaran de sus ojos.

Draco bajo la mirada. No pudo evitarlo. ¡La amaba con todas sus fuerzas! Y por tanto que la amaba sabía que tenía que dejarla ir. Porque ese amor estaba condenado a no ser feliz. Porque eran diferentes y serían juzgados. Muchas personas se opondrían. Y él sabía que no iba a resistir. Y sabía que aunque Ginny le dijera que no se rendirían, ella también se derrumbaría.

- Te amo.- admitió él.- Pero debemos olvidarnos.

-¿Estas loco? Draco, nos amamos... –Ginny tomó su rostro entre las manos, pero él se alejó.

- No es suficiente. Será difícil, Ginny. No podremos llevarlo...

-¡Claro que si! No me importa lo que digan los demás, Draco...

- No es esa la cuestión Ginny. Las personas que me odian son las que te aman... Y se opondrán a que nosotros estemos juntos, lo sabes...

-¡Pero no importa! Yo te amo, y quiero estar contigo...

- No es fácil, Ginny... Somos diferentes...

- Pero lo que sentimos es lo mismo- dijo Ginny, desesperada. Sus ojos llenos de lágrimas, le picaban.

Draco sonrió. Ella tenía razón. Pero, ¿entenderían eso todos los demás...? ¿Su padre...?

- Como si eso les importara...

- Draco, por favor, no tengas miedo... Si nos amamos, no importa nada más...

- Eso sucede en las historias de amor, Ginny. Esta vez no será así...

-¡No me hagas esto! Draco, estas impidiéndote ser feliz, y me haces lo mismo a mi.

- Ginny, debemos olvidarnos que esto ocurrió. Conocerás a otra persona y serás feliz. Porque si te quedas conmigo, sufrirás mucho.

- No digas eso... Yo te quiero a ti.

- No lo lograremos, Ginny... No tendré las fuerzas suficientes para soportarlo. Y tu menos, no lo niegues.

- Draco, por favor...

- Esto se termina, Weasley. Fue algo que sucedió y olvidaremos. Solo quería que lo sepas, que sepas que... bueno, que... quería que sepas que te amo...

Yo amo tus dudas y certezas

Te amo en lo simple y en lo complejo

Y amo lo que dices, lo que callas

Amo tus recuerdos, tus olvidos

Amo tus olores, tus fragancias

- Nunca voy a olvidarte.- dijo Draco, mirándola con los ojos llenos de tristeza. Su corazón estaba desgarrándose de angustia, pero debía hacerlo.

- Draco por favor, no me dejes... –suplicó Ginny, empapando sus cachetes de lágrimas, mientras sentía que el mundo se le caía a los pies, aplastando su alegría.

- Lo siento, será mejor así. Adiós Weasley.- susurró él, dando la media vuelta y caminando hacia el castillo.

Ginny se sentó en la hierba fresca, mientras la noche caía sobre ella. Allí iba él, con su andar de siempre, alejándose de ella, como si nada. Allí se iba su amor, su vida... Se escapaba de ella como agua entre las manos. No tenía fuerzas para gritar, para hablar. Solo podía llorar. ¿Acaso tenía que ir y detenerlo? Lo pensó, claro, pero sería inútil. Sentía otra vez aquel dolor cuando sucedió lo de la apuesta. Pero aún más agudo todavía. Porque su amor si era correspondido, pero el miedo lo alejó. Y se estaba negando la felicidad que tanto anhelaba junto a la persona que ella quería. Sería difícil superar todo aquello, ni siquiera pensaba que podría asimilarlo. Ojalá alguna vez pudieran arriesgarse por lo que sentían y dejar de lado todo lo demás.

"Te amo..." le había dicho... Y aún así, el se iba...

Te amo en el beso y la distancia

Y amo lo que amas, yo te amo

Te amo con amor, sin doble filo

Te amo y si pudiera no amarte

Se que te amaría lo mismo

Caminaba hacia la sala común de Slytherin. Entro y se dirigió rápidamente a su habitación. Quería estar solo, y pensar... Sentía un gran vacío en su interior, un vacío que nadie llenaría, solo ella... La había dejado ir, y ese era el motivo porque sentía esa tristeza. No podía creer que se hubiese enamorado de ella. ¡Justamente de Ginny Weasley! De la persona menos esperada. Y la más prohibida... Y aún así, la amaba con todo su ser, como nunca había amado a alguien. Y ¿cómo sacar aquello de su corazón? ¿Cómo hacer para dejar de sentir algo tan fuerte...? Le parecía imposible, y lo era. Pero también era imposible que estuvieran juntos. No se imaginaba enfrentando a todas las personas que lo rodeaban, desde todos sus amigos de Slytherin, especialmente su padre. Si su padre se enteraría que estaba enamorado de una Weasley, no se atrevía a pensar que sucedería... Temía de que hiciera alguna locura... Y el no quería que Ginny sufriera. Y aunque sabía que le había roto el corazón, y que en ese momento ella lloraba por él, tenía en cuenta que era lo mejor, para ambos. Especialmente para ella. Podrían jurarse todo el amor que sentían, pero arriesgarse, sería complicado. Tenía que empezar a cambiar todo en su interior. Sentía que no podría volver a enamorarse otra vez, porque en su corazón solo había espacio para ella. Y siempre estaría ahí, fue y será su único amor, aunque nunca estuviesen juntos, sabía que la amaría... Siempre...

Y amo lo que amas, yo te amo

Te amo por amor a dar lo mío

Te amo con orgullo de quererte

Porque para amarte yo he nacido

Era ya de noche, y Ginny empezaba a caminar hacia la sala común de Gryffindor. Caminaba sin sentido, con la mirada perdida y sus lágrimas empapando sus mejillas y su alegría. No le importaba las miradas que recibía de algunos alumnos, solo quería llorar y desaparecer. ¡Como le gustaría desaparecer en ese instante y dejar de torturarse! ¿Por qué a ella...? ¿Será que nunca podría ser feliz...? Se desplomó en un rincón del vestíbulo, y hundió el rostro entre los brazos, desconsolada.

-¡Ginny!- alguien puso la mano en su hombro. Era Hermione.- ¿Qué sucedió?

Ginny negó con la cabeza. No quería relatar lo que había sucedido.

-¡Gin, por favor! Mírame... –finalmente levantó la cara. Hermione la miraba preocupada.- Ven, vamos a tu habitación.

La llevó a la sala común, donde pasaron rápidamente entre todos, para que no preguntasen nada. Entraron a la habitación y ambas se sentaron en la cama.

- Ahora, cuéntame que paso.- dijo Hermione, mirándola.

Ginny solo se lanzó a los brazos de su amiga, sollozando. Ojalá Hermione pudiera decirle que debía hacer...

Amo lo que seas y lo que puedas

Amo lo que afirmas, lo que niegas

Amo lo que dices, lo que piensas

Te amo en lo que mides y en lo que pesas

Y amo lo que atrapas, lo que dejas

Amo tu alegría y tus tristezas.

- Tranquila, Gin, dime, que paso... ¿Sucedió algo con Malfoy?

- Si...

-¿Qué te dijo?

- Me dijo que me amaba... – susurró Ginny, conteniendo un sollozo.

-¿Cómo?- se extraño Hermione.

Ginny relató a su amiga lo que había pasado en el lago. Hermione la oía con la boca abierta, pero en su mirada había compasión.

- Oh, Ginny... No me imaginaba esto para nada.- dijo Hermione, tomando la mano de la chica.

- Yo menos, ¿qué hago, Herm?- suplicó Ginny, llorando.

- Gin, se que es difícil para ti, pero algo de razón tiene Malfoy. Será complicado que vayan contra el resto del mundo.- respondió Hermione.

- No importa eso, ¿no entiendes, Hermione? Yo lo amo...

- Lo sé, pero es así. Tu familia no lo quiere, y la de él a ti no. ¿Cómo crees que reaccionará tu padre? ¿Y el padre de Malfoy? Ginny, debes olvidarte de él, será mejor para ti.

-¡No puedo hacerlo, Hermione! Y menos podré ahora que se que él me ama.

- Ginny, el tiempo dirá que sucederá, pero tienes que tratar de olvidar esto. Ya pasó, es algo que ocurrió, olvídate, será lo mejor.

-¿Acaso no hay otra solución que eso?

- No lo sé, Gin... Si esto pasó es por algo. Con esto puedes darte cuenta que Malfoy no es para ti...

Ginny miró a Hermione con ojos llenos de lágrimas.

- Capaz que tengas razón...- murmuró.

- No te deprimas, Gin, podrás superarlo. No pienses mas en él, hay muchas cosas que tienes que pensar. No debes ponerte así.

- Tienes razón, Hermione... Debo dejar de pensar en esto.- dijo Ginny, tristemente.

- Muy bien. Deja de llorar, ya pasará.

- Gracias... – Ginny se secó las lágrimas.- No se lo digas a Ron, por favor.

- De acuerdo, no te preocupes... ¿Bajas a comer?

- No, creo que me quedaré aquí.

- Esta bien. – Hermione se puso de pie y se dirigió hacia la puerta.- No llores, Ginny.

Ginny negó con la cabeza y se acostó en su cama. Allí estaba, rindiéndose, sintiéndose sin fuerzas para luchar por lo que sentía. Tal vez Hermione tenía razón después del todo. Pero en ese momento no encontraba más que hacer que imaginarse junto a él. Pero lo estaba dejando ir, ya sin saber que hacer, solo amarlo.

Te amo en la carne y en el alma

Te amo en tus crisis y en tus calmas

Amo lo que pides y regalas

Amo tus caricias, tus ofensas

Amo tus instantes, cielo eterno

Te amo en tu cielo y en tu infierno

Llegó el último día de clases, y todos en Hogwarts comentaban sus preparativos para las vacaciones de verano. Ginny se encaminaba hacia el expreso junto a Harry, Ron y Hermione, que charlaban animadamente. Una vez adentro, ella y Ron persuadieron a Harry y Hermione de que pasaran algunos días en la Madriguera en el verano. Finalmente, ellos aceptaron.

- Fue un año agitado, ¿no creen?- opinó Hermione, luego de que compraran algo de chocolate.

- Si, demasiado. Sobre todo rendir las MHB, espero obtener algunas.- respondió Ron.

- Sino te la verás con mamá.- sonrió Ginny.

- No te burles, Ginny... Por cierto, déjame decirte algo.

-¿Qué cosa?

- Me alegra que dejases de pensar en Malfoy. Fue un alivio para nosotros. No te convenía para nada.

- Tu hermano tiene razón.- acotó Harry, con la boca llena de chocolate.

Hermione la miró rápidamente. Ginny no respondió nada. No quería pensar más en aquello, pero los recuerdos eran sumamente vívidos.

El resto del camino se mantuvo en silencio, escuchando lo que hablaban los demás.

Al llegar a King Cross, ya los esperaban sus padres. Ellos también insistieron a Harry y Hermione de que pasaran unos días en la Madriguera.

Todos caminaban hacia la salida. Pero se cruzaron con Lucius Malfoy y Draco iba allí con él. El señor Weasley dirigió una mirada de odio intenso, y se alejó. Ginny, sin poder evitarlo, miró a Draco. Este le devolvió la mirada, que se mantenía igual a aquel día en el lago. De alguna u otra manera, sabían que aquel momento era el de decir adiós, por siempre...

Y amo lo que amas, yo te amo

Te amo con amor, sin doble filo

Te amo y si pudiera no amarte

Se que te amaría lo mismo

Y amo lo que amas, yo te amo

Te amo por amor a dar lo mío

Te amo con orgullo de quererte

Porque para amarte yo he nacido

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Espero que les haya gustado. Gracias por leer!!

R&R!

Vero Granger...