Apostando al corazón
Capítulo XI: Perdona
Perdona Si te he hecho lo que te he hecho;
Te diré sólo excusa...
Dibuja una sonrisa y te regalo una rosa
Verás que mi amistad entra en el alma y te toca
Porque sé como soy yo te lo pido
Ginny Weasley caminaba apresuradamente hacia la oficina del señor Adams. Hacía dos años que Ginny se habia convertido en una Auror, y amaba su trabajo. Sin embargo, esa mañana estaba sorprendia por el llamado de su jefe. Tocó la puerta suavemente, y una voz gruesa le indicó que pasara.
- Buenos días, Weasley, toma asiento- dijo el señor Adams.
-¿Para que me necesita, señor?- preguntó ella, dudosa.
- Sabes bien que te considero uno de los mejores Aurors que tiene el Ministerio.
- Pues, muchas gracias...- repuso ella abochornada.
- Necesitamos que viajes a Irlanda. Según los rumores, hubo un grave problema con un supuesto mortífago que quiso colarse en nuestra cede en Dublin.
-¿Quieren que yo vaya a investigar?
- Necesito de tu ayuda, Weasley.
- No se preocupe, señor, estoy disponible.
- Sabía que podía contar contigo. El viaje será este lunes; tiene que ser lo más pronto posible. Me comunicaré con mi asistente, Draco Malfoy, y el te acompañará en las investigaciones.
-¿Draco Malfoy?- exclamó Ginny, sorprendida.
- Si, ¿algún problema?- replicó Adams, frunciendo el ceño.
- No, no... no se preocupe, estaré bien.
Ginny firmó algunos papeles, y se retiró de la oficina del señor Adams, horrorizada. Amaba su trabajo, claro, era lo mejor que le podría haber pasado. Pero viajar a Irlanda a cumplirlo era algo más fuerte de lo que ella pensaba. Y no era porque tenía que investigar sobre un peligroso mortífago, sino, porque tendría que verlo a él, después de tantos intentos de sacarlo de su cabeza...
Con la alegría que me encoge el alma
A cuatro, cinco días de Navidad
Un punto entre el encanto, los temores
Me pienso que es lo que he hecho
-¿Estas nerviosa, Gin?- pregunto Stephany, una de sus compañeras Auror que viajaba junto a ella.
- Si, un poco.- repuso ella.
-¡Yo no doy más de estos nervios! ¿Te das cuenta que es la primera misión que nos encomendaron despues de terminar nuestros estudios?
- Tienes razon.- dijo Ginny. Pero no era por eso que se sentía tan mal, sino porque en pocas horas vería a la única persona que amaba realmente y eso le ponía el corazón a mil.
Stephany le hablaba todo el tiempo, y Ginny estaba deseando que cerrase el pico.
Llegaron a Dublin e inmediatamente se trasladaron al Ministerio de la Magia. Era un alto edificio de piedra, muy antiguo pero reluciente, donde miles de magos y brujas entraban y salían apresurados.
En el vestíbulo había un enorme reloj de oro, y junto al lado de éste se encontraban dos hombres. Uno era alto, de cabello castaño y ojos marrones brillantes; el otro tenía el pelo rubio platinado y hermosos ojos grises. Al verlo, el corazón de Ginny latía cada vez con mas intensidad, y cuando se acercaban cada vez más a ellos, sus piernas temblaban sin control.
-¡Míralos, Ginny! ¿Serán ellos los que nos van a ayudar? Realmente están bastante bien, me agrada esto. Me gusta el de cabello castaño, creo que podría salir con él, ¿no lo crees?- exclamó Stephany, animada.
- Si, si, claro, Steph...- Ginny se estaba cansado de ella realmente.
- Y tu podrias quedarte con el rubio!! Y saldriamos los cuatro, imagínate que lindo.- Stephany hablaba en un tono soñador.
- Por favor, ¿qué dices? Vine a trabajar, no a buscar novio. Además ya tengo uno, ¿no lo recuerdas?
- Cierto, cierto... El perfecto Michael... El que te pidió matrimonio y aún no tiene respuesta.
-¡Callate!
Stephany rió, pero inmediatamente enmudeció al llegar frente a los dos hombres. Ginny no sabía que hacer; si pudiera elegir un momento en cual desaparecer, sería en ese. Sus ojos solo se limitaban a mirar el suelo, o a los zapatos del muchacho castaño.
- Bueno, ya estamos todos, asi que me presentaré. Mi nombre es Luke, y soy Auror como ustedes. Supongo que el señor Adams les ha hablado de lo que ha ocurrido.- dijo el hombre de cabello castaño.
-¡Claro que si!- gritó Stephany, lo que causó que Ginny se avergonzara de su amiga.- Nos dijo que alguien intentó entrar aquí, más precisamente un mortífago.
- Exactamente. Lo extraño es que nunca hemos tenido ese tipo de inconvenientes.- repuso Luke, en tono preocupado.
- Y además, suponemos que los mortifagos realmente han desaparecido. Todos.- esta vez era Draco el que hablaba, lo que provoco que Ginny agachara aún más su mirada.
-¿Cómo haremos para encontrarlo?- preguntó Ginny, dirigiéndose a Luke.
- Hemos pensando que si un mortífago esta por aquí, trataría de encontrar más aliados. Hay que detenerlo.- dijo Luke.
Lo primero que hicieron fue recorrer el Ministerio en busca de pistas y algunos lugares que le interesarían al mortífago. Durante el trayecto, Stephany hablaba entretenidamente con todos, especialmente con Luke. Ginny estaba muda, sin saber que hacer. No podía creer que después de tanto tiempo, lo tenía ahí, a su lado, sin poder decirle cuanto lo había echado de menos. El parecía apasible, sin ganas de hablar tampoco. Lo que ella no sabía era como el ser moría por poderla abrazar de nuevo y pedirle perdon por el sufrimiento que habían pasado.
No me llores Con las personas que no han sido tantas
Buenos pretextos pero siempre pocos
Entre deseos, laberintos, fuego
Comienzo nuevo año yo pidiéndote
Perdona...
Al día siguiente, Ginny y Stephany se encontraron temprano con Draco y Luke. Esa mañana habian recibido la llamada de una bruja que decía haber visto al mortífago.
- Escucha, Draco, yo iré a verla. Quédate aquí por si hay novedades. – dijo Luke, tomando su varita.
-¡Yo iré contigo!- pidió Stephany- Puedo hacerlo.
- Bien, Ginny, quédate con Malfoy. Ya sabes, cualquier cosa que suceda, comunícate conmigo.- diciendo esto, Luke y Stephany se desaparecieron.
-¿Quieres ir a mi oficina?- preguntó Draco, tímidamente.
- De acuerdo... –respondió Ginny, muy incómoda.
Caminaron por angostos y oscuros pasillos llenos de espejos y entraron al despacho de Draco. Había un escritorio de madera y a un costado un sofá.
-¿Quieres café?- preguntó él.
- Me parece bien.
Con un movimiento de su varita, Draco apareció dos tazas de café, y se la entregó a Ginny mientras esta se sentaba en su sofa.
- Veo que te va bastante bien, ¿no?- dijo ella, luego de dar un sorbo.
- No me quejo, tengo una buena vida. Tu también andas bien, por algo estas aquí.- contestó Draco.
- Le dedico mucho tiempo a este trabajo. Realmente es lo que siempre quise hacer.
- Si, realmente se siente bien ser un Auror.
-¿Eres auror?- se extraño Ginny?
- Claro que lo soy, sino no las ayudaría.
- Pero... pero, después de todo... –Ginny no encontraba las palabras para expresarse.
- Si, se que suena extraño después de todo lo que dije e hice... Pero mi padre no se pudo detener ante eso. Además, el ni siquiera logró verme llegar a ser un auror.
-¿Por qué no?
- Esta en Azkaban. Como el resto de los mortífagos...
- Lo siento...
- No te preocupes... Y ¿qué has hecho?
- Aparte de trabajar, nada...
-¿Tienes novio?- preguntó Draco, sentándose al lado de Ginny; lo cual provocó que el corazón de la chica latiera más rapido de lo normal.
- Si, ¿y tu?
- No. Tuve varias novias. Pero ninguna fue la indicada.
- Ya llegará...
- Hace mucho que llegó, pero se alejó de mi...
Ginny levantó la mirada y se sorprendió de verlo tan cerca de ella. Inmediatamente se concentró en la espuma de su café.
- Ginny, no hagas como que nunca sucedió. Los dos sentimos algo cuando nos vimos, lo sé...
- No lo negaré, pero Draco, elegimos que esto sea asi...
- Pero ahora puede cambiar. Yo no tengo compromisos con nadie, y además no me importan los demás...
- Draco, no puedo, tengo novio...
-¿Acaso ya no me quieres como antes? Ginny, nunca te he olvidado...
- Yo...
- Se que sientes lo mismo, lo veo en tus ojos... No me niegues, por favor.- Draco la miraba suplicante; ahí la tenía, enfrente suyo, tan hermosa y radiante como si solamente ayer la hubiera visto por última vez, y sus recuerdos sumamente vívidos, parecían pasar por su mente como una película. Y era verdad; nunca la había olvidado. Estando con la mujer que sea, ninguna llegaría a ocupar el lugar de ella. Esta vez no podía dejarla ir.
Y entonces, como si fuera un imán, se acercó a ella lentamente hasta que solo unos centímetros los separaban. ¡Cuánto ansiaba besar sus labios! Y volver a sentir su dulce sabor, que nunca había desaparecido de su boca. Ginny estaba de piedra, como si todo ocurriera en camara lenta. Draco la tomó suavemente por el mentón y se perdió en sus labios, haciendo su beso desde lento hasta cada vez más apasionado. Y en ese beso se decían todas las palabras que nunca se habían animado a decir, o que por rencores no se las habían dicho.
Digo que contigo estoy bien es poco
Digo que contigo estoy mal de locos
Un punto entre la tregua, las revoluciones
Donde están las buenas ocasiones
-¡Ginny! ¡Luke es maravilloso! Deberías habernos visto, caminando juntos.- Stephany hablaba sin parar y daba saltitos en su cama. Ginny estaba al lado, en la otra cama, con la mirada perdida- ¡GINNY! ¿Me escuchas?
- Lo siento, Steph...
-¿Qué te ocurre? Desde ayer que estas en las nubes.
- Tengo que contarte algo. – suspiró Ginny, mirando a su amiga- Besé a Malfoy.
-¿Cooomo? ¿Besaste al rubio?- exclamó Stephany, abriendo sus ojos negros de par en par.- No puedo creerlo!! ¿Cómo fue?
- Me deje llevar... Pero me siento mal...
-¿No te gusto?
-¡Claro que me gusto! Pero, ¿y Michael?
- Ginny, deja de engañarte, sabes bien que Michael no es la persona con quien quieres pasar el resto de tu vida.- dijo Stephany, seriamente.
- No quiero lastimarlo. Ademas... tengo miedo a que sea otra mentira de Draco.
- No pienses eso!! Eres una estúpida, tu lo amas!! No puedes dejarlo ir. No voy a permitir que lo pierdas otra vez.
- Hace mucho que lo he perdido...
Te lo recuerdo somos especiales
Entre contradicciones y defectos
Te quiero, es mi momento
Perdona...
Draco estaba radiante de felicidad. El momento del beso parecía haber sido solamente recién y no podía olvidarlo. Era su momento de ser feliz, y estar al lado de la persona a la que amaba. Entró en su despacho y encontró un sobre en su escritorio.
Draco:
Te escribo estas simples líneas para decirte que me voy; vuelvo a Londres. No puedo seguir con esta investigación, hable con el señor Adams y me permite volver. Los motivos, sabes bien, es porque me hace mal estar de vuelta cerca de ti, y recordar todo lo que no pudo ser entre nosotros. Y lo que mas me duele saber es que nunca lo intentamos, porque pudo ser algo maravilloso. Pero ya es tarde. He aprendido muchas cosas de esto; no quiero dañar a mi novio, porque el me ha pedido matrimonio y le diré que si, espero que no me busques, olvida que alguna vez existí... Pero recuerda que todo lo que siento y sentí por ti, nunca fue una mentira.
Ginny...
Draco no podía creerlo. Se había ido, sin decir nada, sin despedirse. Su corazón se desgarró de tristeza, tambien sus sueños y sus metas que tanto se habían despertado en su ser. En ese momento, Stephany entro corriendo.
-Draco! Tienes que impedir que Ginny se vaya. Tu la amas.- dijo entrecortadamente.
-¿Qué?- Draco parecía anonadado.
-¡Eso! Tu la amas y ella te ama a ti. No puede casarse con Michael. Se esta engañado.- Stephany parecía estar nerviosisima.
-¿Qué hago?- dijo Draco, desesperado.
- Ve a buscarla!! Esta en el hotel, preparando sus cosas.
Y antes de que ella pudiera decir algo más, Draco ya había desaparecido.
Alguien tocaba en la puerta, mientras Ginny preparaba sus cosas. Iba a irse, escaparse de él, otra vez; negar lo que sentía, negar su felicidad, negarse todo... Pero, ¿y si era otra mentira? No iba a caer mas... Tocaron otra vez.
-¡Pasa, Steph!- exclamó exasperada, dandose media vuelta. Pero se quedó helada al ver a Malfoy en su puerta.- ¿Qué haces aquí?
- No puedes irte.- dijo el solamente.
-¿Qué dices?- repuso ella, incredula.
- No te vayas. Te necesito junto a mi.
- Draco no bromees...
- No lo hago. Te amo, ¿no lo entiendes?
-¡No! ¡Porque siempre me has mentido! No me hagas daño...
- Es lo ultimo que quiero hacer. Ginny, por favor, no me dejes. Te amo. Y se que tu también me amas...
- Me has lastimado. Me negaste tu amor cuando te dije que lo intentaramos.- los ojos de Ginny se llenaron de lágrimas.- Ya es tarde.
-¡No! Lo siento, perdona...
Que el invierno no tiene miedo
Y es que yo sin tí no soy yo
Que perderte no es ningún juego
Y es que yo sin tí que sé yo
- Perdona, por favor. Fui un estúpido, pero créeme, soy sincero, te amo. Quiero estar contigo siempre.- Draco tomó las manos de Ginny, mientras que ella no podia contener las lágrimas.
- Yo...
- Ginny, ¿por qué te engañas? Sabes que es lo que quieres. Se que me amas. Y quiero hacerte feliz. No te niegues tu propia felicidad... y la mía...
- Pero Michael...
- Será peor si lo haces sin amor...
Ginny se acordó de Michael, y miró los ojos de Draco. Entonces se dio cuenta cuanto lo amaba y cuanto lo necesitaba. Y descubrió que lo único que quería era estar con él...
Se lanzó a sus brazos y lo besó.
- Te amo...
- Yo tambien te amo, perdona el daño que te he hecho, perdona...
Y la noche bailando sola
Porque sin tí no bailo, no
Que la luna brilla en el cielo
Que yo solo no hago nada, amor
Perdona...
FiN
ºø,¸¸,øººø,¸ ºø,¸¸,øººø,¸ ºø,¸¸,øººø,¸
Hey gente!!! Como estan??? Espero que muy bien. Seguro les sorprenderá este capítulo que he agregado, pero lo he hecho porque muchas personas me pidieron que ponga "un final feliz" (aunque para mi el final fue en el capítulo pasado) como sea, quiero dedicarle este capítulo especialemente a mi amigota Melissa jaja porque fue la que me insistió para que escribiera esto, además que siempre soporta mis locuras, muchas gracias che!!! Espero que te guste
Tambien se lo quiero dedicar a todas las personas que han seguido el fic; especialmente a Polgara (que anda desaparecida!!) y a mi prima Mandy.
Obvio que quiero agradecer por aguantar mis crisis de escritorias, que por cierto eran muy prolongadas (entiendanme) pero fueron muy pacientes, asi que les agradezco eso, y tambien los reviews.
Para este capitulo puse la cancion "Perdona" de Tiziano Ferro (amo a ese chico) espero que les haya gustado!!!!!!!!!!!!!!
Bueno, me voy yendo, espero sus reviews!!!
VeRo GraNgeR...
P/d: jaja, este cap tb va para un chico q me encanta y no voy a decir su nombre por cuestiones legales P
