El pastel de limones.
Capítulo segundo. La frustración de una noche de invierno.
Una hechicera pelirroja avanzaba por las tranquilas calles de Seyruun, viendo como a su alrededor los niños jugaban bajo la atenta mirada de sus padres, los pajaritos cantaban dulces melodías y los mercaderes exponían sus recién adquiridas mercaderías en las tiendas. Todas esas cosas deberían hacer que Lina Inverse, la hechicera genial, se sintiese de buen humor... pero no era así, de hecho este clima tan amical estaba empeorando su temperamento, haciendo que su mal humor adquiriese cotas inimaginables. Y el principal motivo era...
-¡EH, VOSOTROS DOS, ID A UNA PENSIÓN A HACER ESAS COSAS!
-¡PERVERTIDOS, ACASO SABEN VUESTROS PADRES LO QUE ESTAIS HACIENDO!
...que por cualquier calle que pasaba, Lina no paraba de encontrarse parejas de enamorados que cogidos de las manos o dándose besos no hacían más que ponerla de los nervios. Y cuando alguien ponía de los nervios a la persona que conocían como la Dra-mata, su destino era ser carbonizado, o electrocutado, o congelado o apaleado hasta ser convertido en una masa uniforme de carne y huesos. Pero Lina no estaba dispuesta a enfrentarse a un tribunal de justicia, y aún menos cuando podía estar presidido por Amelia o Philionel, así que se había decidido por la segunda mejor opción, insultarlos.
-¡ESO NO SE HACE HASTA QUE ESTEIS CASADOS, INDECENTES!
-¡PASTELERO, MIRA LO QUE ESTÁ HACIENDO LA GUARRA DE TU HIJA CON TU AYUDANTE!
-¡ES QUE NO SABEIS QUE LOS BESOS EN LA BOCA SON PECADO, LO HA DICHO EL PAPA!
Muchas personas considerarían este comportamiento como exagerado, loco y / o paranoico. Pero pocas personas sabían lo que la hechicera más poderosa del mundo había tenido que soportar los últimos meses, de hecho sólo había una persona que lo supiese, pero probablemente ya no se acordaba ni de la mitad de lo que había pasado. La rabia que sentía en esos momentos podía alimentar a 1000 demonios hambrientos. Su furia hubiese puesto de rodillas al amo del infierno Phibrizo. Si en esos momentos el mismísimo Ojos de Rubí resucitase, temblaría con solo verla.
-Maldita sea, maldita sea, maldita sea,...
Dijo Lina, repitiéndolo una y otra vez, mientras avanzaba tan rápido como sus piernas le permitían. En ese mismo instante, una nubecita rosa se formó en su hombro derecho, la diminuta neblina comenzó a solidificarse hasta que adquirió la forma de Philia Ul Coput.
-Vamos Lina, no deberías estar de tan mal humor, es primavera y estamos en la ciudad de la magia blanca, que toma su fuerza de los sentimientos positivos como el amor y la bondad por lo que...
-OHOHOHOHOHOHOHOHOHOHOHOHOH. Menuda sarta de chorradas explicas, tu repertorio de discursos está más gastado que la goma de mascar que hay debajo de las butacas. OHOHOHOHOHOH.
En el hombro izquierdo de Lina se había formado la figura diminuta de Naga, la cual a pesar de sólo medir 10 centímetros daba la impresión de tener los pechos más grandes que Lina.
-¡CÓMO TE ATREVES A INTERRUMPIR MI DISCURSO!. Gritó la réplica de Philia, mientras que una colita dorada, adornada con un lacito rosa asomaba de su vestido. No ves que estoy intentando tranquilizarla para que no ocurra ninguna desgracia.
-OHOHOH. Y lo estás haciendo fatal. OHOHOHOH. Lina no es el tipo de chica que se calla y se queda las cosa para adentro. Para poder calmarse necesita sacarlo todo a fuera y luego comer hasta reventar. ¿Has pasado tanto tiempo a su lado y todavía no sabes algo tan básico?.
-Por supuesto que lo sé. Dijo Philia, a la vez que sus rasgos se volvían más dragoniles. ¡Pero es que lleva varios días así y todavía no se ha calmado!.
-Pero es que tiene muchas cosas por las que estar de mal humor. ¿No es verdad, Lina-chan?. Preguntó la jocosa hechicera.
Lina había intentado no hacer caso a ninguna de las dos figuras, hacía mucho tiempo que no le había pasado algo así y no quería que la gente la tomase por loca, pero lo que la visión de su antigua socia había dicho era cierto. Probar de resumir la serie de desgracias, que le habían ocurrido desde que habían vencido a Estrella Oscura era un tanto humillante, pero Lina comenzó a hacerlo, para evitar pensar en todas las parejitas que se encontraba, y con la esperanza de que eso hiciese desaparecer las alucinaciones que tenía en los hombros.
-Primero de todo las especialidades culinarias de fuera la barrera son asquerosas y sus raciones diminutas, me pregunto ¿cómo es que no se mueren de hambre?. Lo único medianamente aceptable eran aquellas especialidades tan picantes, al principio estaban bastante bien, pero después de tantos días comiendo lo mismo acabé teniendo el peor dolor de estómago de mi vida. Me pregunto ¿cómo es que a Gourry no le pasó lo mismo?. Él comió tanto o más que yo, de esas cosas.
Al recordar ese incidente, sus tripas comenzaron a rugir, quizás por el funesto recuerdo de aquellos días o simplemente porque tenía hambre. Lina prosiguió caminando mientras recordaba su viaje.
-Además, me he aburrido un montón. Los bandidos, atracadores y malvados en general de fuera la barrera, son patéticos, me habría dado pena pegarles una paliza, de no ser porque sus tesoros eran autenticas porquerías. Si voy a concederles el inmenso placer de mi visita, podrían tener algo digno de mi grandeza.
Lina golpeó una piedra que fue a para donde estaba un gato, este al despertarse maulló repentinamente hacia Lina, esta le gruñó y el gato, asustado, se escondió.
-Por donde iba, a sí, además sus ciudadanos son unos desconsiderados y unos envidiosos de la gente que sabemos hacer magia. Está ese incidente del demonio que tenía bajo su poder a todo un pueblo, resultó que era tan poderoso que tuve que utilizar el Dragon Slave, para vencerle. Si sólo el cerebro de medusa de Gourry no le hubiese dado la espada de luz a Sirius, podría haber combinado un hechizo menos intenso para destruirlo. Pero bueno, haber destruido el pueblo no fue completamente culpa mía, ¿verdad?. Si el demonio se hubiese apartado un poco más yo no hubiese tenido que disparar en esa dirección... ni a los campos de cultivo que estaban al lado. ¡Maldita sea, era una lucha a muerte!.
La versión diminuta de Philia la miró con una expresión muy seria en su semblante, mientras que la pequeña Naga asentía a todo lo que Lina decía, con ligeros movimientos de cabeza que hacían que sus senos se moviesen arriba y abajo.
-Después está cuando quise compartir mi gran talento mágico con esa pobre gente, a cambio de una compensación económica, claro. No fue culpa mía que ese viejo se quemase las barbas, encima ese ingrato quería que le devolviese el dinero, JA, pero había firmado un documento por el que no se responsabilizaba de los daños sufridos en el entrenamiento, a mí que me importaba que fuese el alcalde del pueblo, yo no hago distinciones con nadie. Entonces...
Lina se paró un momento y cogió un mapa que llevaba guardado en su capa y le dio un vistazo.
-A ver ahora a la derecha. Que es lo que estaba diciendo, a sí, entonces hice un gran descubrimiento, unas ruinas que databan de antes de la guerra de la resurrección. Estaba tan emocionada, pensé que encontraría riquezas sin igual, tesoros inimaginables incluso una espada poderosísima para Gourry, aunque él diga que la que lleva ahora ya está bien. ¡PERO SI NI SIQUIERA ES MÁGICA!. Y resulta que lo único que encontré fue un "Vision Room", cosa que bien pensado fue un hallazgo digno de mi talento, hay muy pocos magos dentro de la barrera que posean uno, pero como no se podía mover me frustré. Y fue entonces, cuando después de explicarle veinte veces el funcionamiento del aparato, a Gourry se le ocurrió una idea genial. Casi puedo recordar sus palabras exactas.
-Caramba Lina, podríamos usarlo para hablar con todos nuestros amigos.
Era algo tan evidente, tan simple, que Lina no supo como no se le había ocurrido a ella, pero no importaba, porque ahora tenía el único sistema de comunicación, conocido y a larga distancia, con los reinos del continente interior.
-Estaba tan contenta, mandé invitaciones a los principales dirigentes de los alrededores para negociar el precio... quiero decir las condiciones de acceso al canal de comunicación Inverse. Y entonces ese arrogante reyezuelo me salió con una estúpida ley antimonopolio e intentó expropiarme MIS RUINAS.
Los labios de Lina se estiraron, dotando el rostro de la hechicera de una sonrisa macabra, un efecto similar se pudo apreciar en el rostro de Naga.
-Pobrecito. Dijo poniendo una voz y una cara de pura inocencia. Es una lástima que tuviese que aprender a las malas, que los conflictos ocurren porque la gente no quiere llegar a acuerdos amistosos. Tardará AÑOS en reconstruir SU castillo y SU dentadura.
Lina y la pequeña Naga comenzaron a reír a carcajadas, mientras recordaban que antes de marcharse de ese lugar tan desagradable usaron el "Vision Room" para hablar con una de las pocas personas que tenían uno, Amelia. Lina tuvo una grata sorpresa al ver que estaba acompañada de Sylphiel. Después de los saludos de rigor y de conversar un rato bastante largo sobre como habían ido las cosas. Ocurrió algo que la dejo intrigada.
-Amelia-san, Gourry-sama. ¿Podría hablar a solas unos momentos con Lina-san?. Por favor.
-Por supuesto Sylphiel-san. Dijo la princesa justiciera, mientras se retiraba de la sala, en la que las dos sacerdotisas se encontraban.
-¡Hasta la vista Sylphiel!. Te espero fuera Lina, iré a comprar una de esas cosas picantes tan buenas, vale. El fornido espadachín se fue tarareando una canción.
-No hace fal... déjalo, haz lo que quieras. Y bien Sylphiel. ¿De que se trata?.
-Bueno, Lina-san... veras... yo... y-yo quería...
-Por el amor de Cheipied, Sylphiel desembucha. Ve al grano de una vez, y deja de llamarme Lina-san, llámame Lina, Lina, entiendes. Ya tengo bastante con aguantar que Amelia me lo diga todo el rato, pero como mínimo ella es más joven que yo.
-L-lo siento Lina-san, quiero decir lo siento Lina. Es que a veces me siento abrumada...
-Por mi belleza y talento natural. Tranquila, es normal, eso le pasa a mucha gente.
-No es por eso... exactamente.
Lina gruñó un poco y se encaró amenazadoramente a la esfera de visión, haciendo que sus rasgos se deformasen en el monitor del palacio de Seyruun.
-Y bien Sylphiel, dime de una vez de que se trata lo que me quieres decir.
-Bien Lina, en primer lugar me gustaría preguntarte si tenéis intención de regresar pronto a Seyruun.
-Bueno, visto el éxito que tenemos aquí no me extrañaría que lo hiciésemos más pronto de lo que tenía pensado. ¿Por qué lo preguntas?.
La imagen de Sylphiel comenzó a jugar nerviosamente con sus dedos, mientras que su cara se volvía roja como un pimiento. Había pocas cosas que hiciesen poner a Sylphiel así, e Lina inmediatamente dedujo que era por Gourry, pero ¿porque se lo preguntaba a ella y no al espadachín?.
-Es que verás Lina, yo querría proponerte un trato.
Los ojos de Lina se abrieron como platos.
-¿HAS DICHO TRATO?. COMO EN PLAN NEGOCIO, TRANSACCIÓN DE BIENES ECONÓMICOS, AVENTURAS, RECOMPENSAS Y OTRAS COSA PARECIDAS.
Sylphiel trató de recuperarse de la súbita subida de presión de su pelirroja amiga.
-Uumm, sí, más o menos.
-Dime de que se trata.
-Es que aquí y ahora no puedo decírtelo, preferiría hacerlo cara a cara, estos aparatos, aunque escasos pueden estar intercomunicados.
Lina miró a través de la pantalla, mientras su euforia inicial desaparecía tan rápido como había venido. Si bien era cierto que Sylphiel es una buena persona, lo cierto es que es, demasiado buena persona. La hechicera estaba cansada de embarcarse en misiones caritativas, de las que no sacaba ni una triste moneda de oro.
-Sylphiel, como mínimo me podrías adelantar algo, como cual será mi recompensa. Verás, ya sabes que yo soy una heroína terriblemente bondadosa, pero también soy la hija de unos comerciantes, y la sangre que hierve en mi interior me EXIGE ser recompensada.
-Ah bueno,... serían... alrededor de unas diez mil monedas de oro.
Lina se quedó con la boca abierta, con un hilillo de saliva que le caía por la comisura de los labios.
-¿ Has dicho diez mil monedas de oro?. Preguntó incrédula Lina.
-Sí.
-DIEZ MIL MONEDAS DE ORO, DIEZ MIL MONEDAS DE ORO, DIEZ MIL MONEDAS DE ORO, DIEZ MIL MONEDAS DE ORO, DIEZ MIL MONEDAS DE ORO, DIEZ MIL MONEDAS DE ORO,...
Las cuerdas vocales de Lina parecían encalladas, incapaces de decir ninguna otra frase, mientras que sus piernas le hacían recorrer toda la habitación de pura excitación. Al cabo de unos minutos Sylphiel decidió continuar la conversación.
-Pero no hay ninguna prisa. Tú y Gourry-sama podéis venir cuando queráis.
Lina se detuvo en seco y dijo.
-¿Cómo que cuando queramos?. ¡Vendremos ahora mismo!. Danos un par de semanas y estaremos en Seyruun.
-Bien, además quiero decirte que...
-NO HAY TIEMPO; YA ME LO DIRAS CUANDO LLEGUE, HASTA LA VISTA.
Lina se marchó corriendo, levantando tanto polvo que Sylphiel no llegó a poderle decir que...
Lina volvió a la realidad y le echó otro vistazo al mapa que llevaba.
-... que se ha cambiado de casa. Lina suspiró. El tío de Sylphiel puede ser muy buena persona, pero no sabe escribir mapas.
En ese momento, la versión diminuta de Philia sacó su maza de debajo las enaguas y golpeó la cabeza de Lina.
-Lina, las direcciones están bien descritas, si ahora no encontramos el camino ha sido por que te has desviado para ver la tienda de magia, comprar en el puesto de helados e ir a la fuente a beber agua.
-Vale, lo admito, me he desviado del camino y me he perdido, quizás debería preguntar al primero que pase.
En ese momento dos figuras pasaron velozmente al lado de Lina, eran dos tipos vestidos de negro, con capuchas a juego, uno era llevado en brazos por el otro. La única diferencia apreciable entre los dos es que el primero de ellos llevaba un chichón gigantesco en la cabeza. Entonces la diminuta Naga intervino:
-O quizás deberías continuar por camino, y confiar que la divina providencia guíe tus pasos. Puede que la gente que vive en Seyruun sean buenas personas, pero su salud mental no es que sea muy equilibrada.
-Espero que Sylphiel no acabe igual que esos. Pensó Lina, en voz alta
Dicho y hecho, Lina volvió a consultar el mapa y avanzar por la ruta que le marcaba, mientras recordaba su regreso al continente interior.
-El viaje de vuelta por barco fue agradable. O como mínimo más agradable que el de ida. Pero cuando desembarcamos, vi que en los barcos en los que, nos acompañaban los habitantes de los continentes exteriores, habían exportado esa comida tan picante. Los fabricantes de antiácidos harán una fortuna con eso. Pero lo peor no era eso. Lo peor fue cuando quise divertirme con mis "viejos amigos", los bandidos de la zona. Los primeros días fueron bastante bien, parece que dejarles en paz durante unos meses, había hecho que recaudasen mucho dinero. Pero las cosas cambiaron al encontrarme con la "última idea" de Amelia para expandir el poder de la ley y la justicia. Un grupo de hechiceros y guerreros que vestidos con un uniforme azul, y provistos de una acreditación especial del ministerio de justicia de Seyruun, se dedicaban a atacar a los grupos de bandidos, recoger sus tesoros y devolvérselos a los afectados, sin quedarse una mísera compensación por sus actos. Cuando encuentre a Amelia le voy a enseñar un par de cosas sobre la verdadera justicia.
Lina alzó un puño amenazadoramente, mientras pronunciaba esa última frase. En ese momento la diminuta Philia volvió a entrar en escena, dirigiéndose a su contrapartida vestida de cuero.
-¿Ves?. Ahora está más enfadada que antes, y encima con Amelia, que no ha hecho nada malo. Ya sabía yo que dejarte hacer era una mala idea.
-OHHOHOHOHOHOHOH. ¿Entonces por que lo has hecho?.
-¡Por educación, pero ahora ya se me ha acabado!.
La pequeña Philia se concentró y se convirtió en un dragón diminuto. La pequeña Naga, lejos de acobardarse bajó hasta el nivel del suelo alzó las manos y gritó:
-MEGA V-BRAMER.
Lina contempló atónita como un gigantesco a la par que diminuto gólem de piedra, surgía de la tierra para enfrentarse a la dragona dorada en un duelo de escasas proporciones métricas. Philia atacaba con su aliento láser, aprovechando la capacidad de volar que le conferían sus alas. Mientras que el gólem se defendía gracias a su dura piel, y atacaba lanzando piedrecillas (o pedruscos, todo dependiendo de la perspectiva) con mayor o menor acierto. Lina hubiese considerado interesante esa trifulca, de no ser por el hecho de que esto, era una prueba evidente que comenzaba a entrar en las primeras fases de un episodio sicótico.
-¿Quieres saber que has de hacer, para que todo esto acabe de una vez?
Lina se sorprendió al ver que la figura de Naga volvía a estar en su hombro. Giró la cabeza para poder hablar cara a cara con la extraña visión.
-Sí, todo esto es bastante humillante. Pero no sé si TÚ me puedes ayudar. Hablar de todo lo que me molesta, no me ha ayudado precisamente. Creo que la pequeña Philia tenía...
Lina dirigió su mirada hacía la ex-sacerdotisa, para observar que había cambiado su estrategia de combate. En esos instantes se había lanzado en un combate cuerpo a cuerpo, en el que tenía gran ventaja al atacar con sus garras y mordiscos, mientras que el indefenso gólem intentaba evitar sus ataques con poco acierto, debido a su escasa agilidad.
-No creo que ella pueda ayudarte, en estos momentos. Además aún no hemos acabado con el relato.
-¿Qué quieres decir?. Ya he explicado todo lo que tenía que decir. No queda nada más que decir. Nada, entiendes. "Cero, nothing, res, rien de rien." Léeme los labios, es que no ves que no hay nada más. Yo no puedo decirte algo, si no hay nada que decir. Eso es algo tan evidente que hasta Gourry se daría cuenta.
-¿No PUEDES decírmelo o no QUIERES decírmelo?. Vamos Lina, formo parte de tu subconsciente, no puedes engañarme.
-¿Que quieres decir con eso?.
-Que detrás de todos los engaños que has tejido, alrededor de tu inefable viaje, se esconde el verdadero motivo de tu enfado y tu frustración. Venga, va, la comida no estaba tan mala, el dinero que has conseguido te ha durado bastante tiempo y seamos sinceras, tú atraes los problemas por dondequiera que vayas.
-Sí, pero Amelia no...
-¡CÁLLATE!. Amelia quería formar ese grupo desde hace mucho tiempo, además es culpa tuya por no ser más rápida.
La cara de Lina se encendió de pura vergüenza, sabía que lo que aquella alucinación, probablemente producida por el estrés y la falta de un buen banquete en días, decía era verdad. Pero como decirlo, como expresar la verdad que se ocultaba en su corazón, desde hacía meses.
En ese instante, Philia materializó una enorme maza, cogiéndola con sus garras se elevó al cielo y descargó un impresionante golpe contra el gólem que Naga había creado, rompiéndolo en mil pedazos.
-¡Chúpate esa, pechos gigantes!. ¿A ver, por dónde íbamos?. A sí, esto no es culpa ni de Amelia ni de nadie. Lina debes calmarte y... ¿Lina?.
Pero Lina no la estaba escuchando, o si la escuchaba, hacía ver que no lo estaba haciendo. Ya que del fondo de su alma surgieron los recuerdos más funestos del viaje, pensamientos que hubiese preferido olvidar de su mente.
-Claro, como él olvida las cosa tan fácilmente, le es sencillo no prestar atención a los detalles.
En ese momento Philia se acercó hasta Lina y retomó su parte en la conversación.
-Lina, no digas esas cosas. Gourry puede ser un poco despistado. Pero guardarle rencor por algunos detallitos, es ser muy fría.
¿DETALLITOS?. ¿DETALLITOS?. ¿DETALLITOS?. Lina le dirigió la mirada más airada que pudo, a su diminuta conciencia. Dices que todas las humillaciones que he pasado por culpa de ese imbécil, son sólo detallitos.
-OHOHOHOHOHOH. Tienes razón, Lina-chan. En verdad la única persona fría que hay aquí, es esta lagartija presuntuosa y para demostrártelo...
Naga elevó sus pequeños brazos hasta que con ellos sujetó un invisible arco entonces comenzó a gritar una y otra vez...
-FREZE ARROW, FREZE ARROW, FREZE ARROW, FREZE ARROW,...
... hasta que la convirtió en un bloque de hielo.
-¡Bien hecho!. Dijo Lina.
-OHOHOHOH, verdad que sí. Venga ahora suéltalo todo. Su voz era suave y melodiosa, casi hipnotizadora. Te sentirás mucho mejor.
-Ese cabeza hueca no sabe tratar bien a una mujer. Lo he intentado todo. Le doy una parte de mi comida, en aquel restaurante tan bueno que encontramos, y que hace él, se la come sin darme las gracias, ni tan siquiera me dio un trocito de la suya.
Lina cogió una piedra del suelo y para descargar tensión, la comenzó a estrujar hasta que no quedó nada más que gravilla en el suelo.
-Días más tarde me compré aquel vestido tan bonito, que encontré rebajado. Y a ese cerebro de medusa, sólo se le ocurre decir "oook". Que pasa, que ahora es un orangután y yo no me he dado cuenta. Además nunca había llevado tacones para nadie, y como me lo paga ese ingrato, riéndose de mí. ESTÚPIDO. Y para rematar la faena, luego va y me pregunta por que me he disfrazado. Para que lo sepas Gourry. ¡YO SOY TAN O MÁS FEMENINA QUE AMELIA, PHILIA Y SYLPHIEL JUNTAS!.
Lina tomó aire y lo exhaló, esto estaba funcionado. En esos momentos se sentía más aliviada, así que decidió sacarlo todo de dentro de una vez.
-Y está también aquella vez que paseábamos por aquella playa, el paisaje era tan bonito y como era invierno, no había nadie a la vista, así que, con la excusa de que tenía frío me acerqué a él para darle la oportunidad perfecta para abrazarme y que hace ese retardado, saca una manta de su bolsa y me la pone encima. Será,... será..., SERÁ IDIOTA.
Lina se llevó las manos por encima de los oídos y comenzó a masajearse la cabeza
-Pero lo peor fue aquella noche, cuando me vestí con un camisón de seda negro y llamé a su habitación con la excusa de haber tenido una pesadilla y le dije que "necesitaba" un valiente caballero que me "protegiese" de los monstruos de la noche...
A Lina se le encendieron las mejillas y los ojos se le iluminaron
-Estaba tan nerviosa. Pensé que parecería una descarada, pero ya no sabía que hacer para atraer su atención. Entonces Gourry me cogió en brazos y me llevó a la cama. El corazón me palpitaba rápidamente. Me depositó suavemente en el colchón... y me tapó con las sabanas, mientras me explicaba que todo aquello era obra de mi imaginación, que como le decía su madre aquellos monstruos no eran reales. Me preguntó si quería que dejase la luz abierta y se puso a dormir en el suelo.
De los ojos de Lina surgió una lágrima que resbaló por toda su mejilla hasta caer al suelo.
-¿Cómo se puede ser tan infantil con más de 25 años?. Yo no quiero que la persona que me ame sea un pervertido sexual, pero quiero que me abracen, y que me besen, e incluso algún día...
La cara de Lina se volvió de un intenso color rojizo.
-...quiero hacer el amor... Pero si sigue tratándome como a una niña, no sé que voy a poder hacer. ¿Le ato a la cama y comienzo a violarle?.
Lina se mordió el labio, y buscó entre sus recuerdos algo que la hiciese detener. Un momento de intimidad, algo más que la sonrisa bobalicona con la que el rubio espadachín siempre la saludaba.
-NO, no, no. ¿Por qué en la vida real no puede ser como en aquel sueño?. Aquel en el que envueltos en extrañas luces, Gourry y ella se besaban tiernamente y...
De repente la nariz de Lina comenzó a moverse por voluntad propia.
-¡Comida!. Olfateo un poco más y mientras sus ojos se iluminaban. !Comida deliciosa!.
En todo el mundo, Lina sólo conocía a cuatro personas que pudiesen preparar una comida que oliese tan bien, y sólo una de ellas vivía en Seyruun.
-¡LIIIINNNNAAA!
La hechicera alzó la vista y vio a Sylphiel saludándola desde la terraza de su casa, parecía emocionada y algo ansiosa.
-¡ESPERA UN MOMENTO, AHORA BAJO PARA ABRIRTE!.
Lina sonrió y al ver a la sacerdotisa sus preocupaciones se disolvieron, como la nieve que se convierte en agua. Era extraño, como ver a Sylphiel siempre tenía un efecto relajante en ella.
-Es lo mismo que siento al comerme cien barritas de chocolate. ¿No crees Naga?. Dijo mirando a su hombro, pero a pesar de su sorpresa, no había nadie allí.
-Mejor, no quiero que Sylphiel piense que estoy loca.
Lina se apoyó en la pared de la casa, mientras se preguntaba si ese sentimiento de tranquilidad, que le producía su amiga era algo natural en ella o un resultado del extraño vínculo que mantuvo con Flagoon, el árbol sagrado de su ciudad natal. Cuando de repente notó algo húmedo en sus pies. Se agachó y recogió un objeto del suelo.
-¿Cómo habrá llegado esto aquí?. Se preguntó a sí misma, extrañada de ver una regadora en el suelo.
CONTINUARÁ.
