Capítulo 4: El juicio.

El encantamiento estaba listo. Los Potter estaban a salvo mientras el guardián del secreto, Sirius (NdA: tengan en cuenta que eso es lo que todos creían y que lo estoy escribiendo desde el punto de vista de Snape), se quedara callado. Faltaba sólo un día para el 31 de julio.

-Severus- Dumbledore se dirigió a Snape serio pero tranquilo- tenemos que hablar sobre tu juicio.

-¿Se refiere a entregarme al ministerio?

-Así es, pero no te preocupes, yo responderé por ti.

Snape asintió.

Soñaba. De nuevo sus padres discutiendo... Potter y Black balanceándolo en el aire... Su hermano echándolo de la casa...

Se despertó de golpe. Ruidos abajo. Salió de la cama y bajó.

Todo era un caos, gente corriendo y llorando:

-¿Qué paso?- preguntó temiendo lo peor.

-Voldemort mató a los Potter...- respondió Ojo Loco con la cabeza gacha.

Snape sintió que todo su alrededor se derrumababa. "Lily... Lily esta muerta... él la mató... él la mató.... está muerta... ¡Black!"

-Black... ¡MALDITO BLACK! ¡Él es el espía!- Snape ardía de furia quería tener a Sirius enfrente de él. Quería matarlo, torturarlo...

Encaró a la salida, tenía que encontrarlo y matarlo...

-¡Snape! ¿A dónde crees que vas?

-¡A buscar a Black, Lupin!

-No puedes irte. Dumbledore dijo que nadie debía irse- Remus tomó a Snape por el brazo.

-¡Él LA mató! ¡Él era el guardián del secreto!- estaba fuera de sí tenía que matarlo.

-¡Lo sé! ¡¿Cómo crees que me siento yo?! ¡¿Crees que no quiero salir a buscarlo también?!- le gritó Remus.

-¡No sé cómo te sientas, Lupin, pero yo voy a matar a Black!

-No vas a matar a nadie , Severus- Dumbledore apareció detrás de Snape con la profesora McGonagall que se limpiaba las lágrimas- nadie va a matar a nadie, la justicia se encargará de Sirius.

-Dumbledore- Remus lo miraba ansioso- ¿Qué pasó con Voldemort?

-Él ha desaparecido- se escucharon varios "¿Qué?" sorprendidos- y Harry está vivo.

-¿Vivo? ¿Dónde está?- preguntó Remus.

-Con la familia de Lily- al oír el nombre a Snape se le hizo un nudo en la garganta.

-¿Con muggles?

-Tengo mis razones, Kingsley...

-Pero Dumbledore... ¿Y el Innombrable...? ¿Cómo fue...? ¿Y cómo es que el niño...?

-Ni siquiera yo estoy seguro de qué fue lo que pasó, Arabella- sentenció Dumbledore, se lo veía agotado, frágil- Severus, debo hablar contigo, pronto será tu juicio.

Otra vez estaba nervioso. Odiaba esa sensación. Entró a la sala de juicios en el Ministerio, una sala subterráneas sin ventanas (NdA: para más descripción métanse al Pensadero de Dumbledore). Se sentó en una silla con cadenas, las cuales vacilaron un poco, pero no lo ataron. Dumbledore se sentó a su lado: él había logrado que no lo flanquearan Dementotes y que no lo encadenaron durante su juicio.

-Severus Snape- el señor Crouch, quien presidía el tribunal estaba hablando- ha venido acompañado por Albus Dumbledore para prestar declaración ante el Ministerio de Magia. Usted asegura haber sido mortífago y haber desertado para prestar servicio a la Orden del Fénix.

-Así es, señor- respondió sombrío, el día anterior habían enviado a Sirius a Azkaban, sin embargo eso no le hacía olvidar el dolor que sentía por la muerte de Lily.

-Bien, Snape, escuchamos su defensa- continuó Crouch.

-Si me permites, Bertemius, yo mismo haré la defensa de Severus- Crouch asintió- Él vino a mi hace un año arrepentido con una información muy valiosa. Él nos informó que Voldemort estaba enterado de la Profecía.

-¿Es eso cierto, Snape?- le preguntó Crouch.

-Sí, señor.

-No dudo de ti, Albus. Ahora debo pedir a los miembros de este tribunal que levanten las manos aquellos que crean que Severus Snape debe ser absuelto.

Snape vio con satisfacción que todas las manos se levantaban a su favor. Ya no estaba nervioso en absoluto.