Vidas Cruzadas

Disclaimer: Ninguno de los personajes son nuestros, todos de Rowling, que se le va a hacer. Pero no ganamos nada con esta historia y cuando terminemos se los devolveremos igualitos, prometido.

Advertencia: Historia slash, es decir chico/chico, si no les gusta el tema mejor no sigan leyendo. Este capítulo contiene lemon al final, así que si no te gusta, NO LO LEAS

Pareja: HP/DM

Bueno, esto es lo segundo que escribimos juntas y la primera historia completa (lo otro fue un capítulo de Contraluz). Este fic es un regalo muy especial para Sailor Earth, con motivo de su cumpleaños, ¡¡¡feliz cumpleaños, amiga!!! Te deseamos lo mejor del mundo y que te lo pases genial en este día. Besitos mil, brujita. Ah, se nos olvidaba (aconsejamos a todo el que lea que tapen sus oídos), ajam ajam.

Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, te deseamos Irma, cumpleaños feliz.

¡¡¡Muy Feliz Cumpleaños De Parte De Estas Dos Locas!!!

Por cierto, la canción que incluimos en este capítulo es una de las favoritas de Sailor, su intérprete es Myriam Montemayor y su título es "Hasta el límite", de ahí el título del capítulo.

Capítulo 2

Hasta el Límite

Si me miras fijamente
Y te adentras en mi mente
Si aproximas tus latidos
A este loco corazón.


La tarde del día de graduación había llegado, los jóvenes de las cuatro casas se estaban preparando para la gran noche que los esperaba. Todos ellos se encontraban excitados y deseosos que pasaran las dos horas que quedaban para que el baile comenzara, todos menos un Gryffindor, el cual sólo tenía ganas de que acabara para poder huir de todos y refugiarse en una pequeña casita al sur de Londres que recientemente había adquirido, pensando en la cercanía que ésta tenía con la academia de Aurores en la que iba a estudiar, pues había descartado estudiar en la universidad alemana que en un principio tenía pensado, sabiendo que si viajaba allí los planes hechos junto a Severus y la persistente soledad que ahogaba su alma, acabarían con él. Deseaba morir, pero no de esa manera, y antes necesitaba hacer que su amor estuviera orgulloso de él, debía cumplir su sueño y ser Auror.

Harry intentó apartar sus pensamientos durante esa noche, deseando sentirse cómodo la última noche que pasaba en el único hogar que había tenido en su vida. Terminó de acomodarse el alborotado cabello, aunque últimamente la había crecido y casi no le hacía falta tocarlo, pues le caía libremente en el rostro y la frente. Apenas terminó de vestirse con la túnica de gala y perfumarse, salió de la habitación rumbo al Vestíbulo Principal donde se vería con sus amigos.

Al mismo tiempo, un joven rubio abandonaba las mazmorras y se dirigía hacia el mismo lugar.

Si entendieras lo que digo
Tradujeras mis suspiros
Te darías cuenta
Que nada me importa sin tu amor


Mientras subía por las escaleras que le dirigían hacia el Vestíbulo Principal, Draco Malfoy iba pensando en los acontecimientos del último año, su último año en Hogwarts. Llevaba puesta un túnica de gala añil, la cual se ajustaba perfectamente a su elegante silueta. Draco era bastante alto y aunque delgado, estaba bien proporcionado. Sus ojos entre azules y grises hacían un bello contraste con el color de la túnica, mientras que su brillante pelo rubio le caía de forma natural hasta hombros, perfectamente liso.

"Esos ojos. Esos bellos ojos verdes se ven tan tristes desde que murió Severus, con él murieron su ilusión y ganas de vivir. He intentado todo para ayudarle, pues soy la única persona que puede comprender el sufrimiento que le ha causado la pérdida de Severus. No es que yo lo amara románticamente y por eso comprenda su dolor, no, sino que él fue la persona que se interesó verdaderamente por mí, incluso más que mis propios padres o familiares. Él era mi padrino, era mi verdadero padre, no de sangre, pero sí de corazón.

Para todos a su alrededor era gruñón, sarcástico, y a veces retorcido y despiadado, y aún así consiguió que yo le amara como a un padre y que Harry...mi Harry en mis sueños...se enamorara de él y le entregara su vida e ilusiones.

Cuando Severus nos reunió a los dos y nos explicó lo que cada uno de nosotros significaba para él, no podía creer, pensaba que mi padrino no podía caer más bajo. ¿Enamorarse de un Potter? ¿Y encima del hijo de una sangre sucia? Era asqueroso para mí en ese entonces. No puedo mentir diciendo que no me importó, odiaba a Harry y me repugnaba que estuviera con Severus, y sin embargo ahora, sólo puedo decir cosas bonitas de él. Mi Gryffindor es guapo, inteligente y cariñoso, además del mejor amigo que he tenido nunca y no puedo evitar preguntarme, ¿cómo no me fijé en él antes? Ya lo sé, era demasiado inmaduro y estúpido como para fijarme en alguien como él. Mis tontos prejuicios, sumado a mi sangre limpia y a mi apellido, además del excesivo control de mi padre, me hicieron comportarme la mayoría de mi vida como un niño mimado y consentido que tenía todo lo que quería sin siquiera mover un dedo. Nunca creí que algo pudiese ser más importante que cualquiera de mis creencias, y sin embargo, estaba equivocado.

Antes, en nuestra época de peleas e insultos, una cosa era reconocer que era guapo y otra muy distinta que me gustara. Fue a raíz de su relación con Severus que empecé a ver realmente quien era Harry Potter, mientras ellos hacían planes para su futuro, yo me enamoré del chico de oro.

Que a veces salgo a la calle
Y no reconozco a nadie
Y me encuentro de pie
Sin poder entender como fue que llegue

Ahora, la única esperanza que me queda con él es su amistad, y me duele tanto verle en este estado deprimido y decaído, que no me importaría haber muerto yo simplemente para verlo feliz"


Sus pensamientos se cortaron de repente cuando al subir el último tramo de la escalera vislumbró al dueño de sus pensamientos. Había que reconocer que físicamente tenía muy buen aspecto. Harry no tenía una estatura demasiado grande, pero era bastante proporcionado y su cuerpo era delgado pero fibroso, en fin que sin llegar a deslumbrar era bastante atractivo. Iba vestido con una elegante túnica gris metálico con los puños verde esmeralda, un tono 'casi' idéntico al de sus maravillosos ojos. En fin, estaba muy presentable, salvo...salvo porque mientras en su cara no lo demostraba, sus ojos decían que no era feliz y todo era una máscara. Pero que estuviera presente en la fiesta y se hubiera arreglado para la ocasión ya era un gran logro.

Cuando Draco llegó a su altura, ambos se dirigieron al Gran Comedor, donde se entregarían los diplomas y posteriormente se celebraría la fiesta.

Hasta el límite del cielo yo llegue
Hasta el límite el infierno lo toque
Hasta el límite de todo lo que soy
Lo que pretendo y lo que fue


El sol se estaba poniendo, dando a los allí presentes una misteriosa belleza que sólo se podía conseguir tan cerca del bosque prohibido; los profesores McGonagall y Flitwick habían improvisado un escenario muy cerca del lago, para que todos pudieran estar cómodos celebrando la entrega de diplomas mientras que los elfos domésticos se encontraban terminando de preparar el comedor para la posterior cena. Las filas de bancos poco a poco eran ocupadas por los estudiantes de las cuatro casas de la escuela, dejando las diez primeras para los graduados. Una vez que todos estaban acomodados, Dumbledore, se preparó para hacer su habitual discurso, aunque esta vez sería muy diferente a los de los últimos años.

-Queridos alumnos y profesores, aquí se termina otro año más en Hogwarts, el peor año que la escuela ha tenido. Lo primero quisiera recordar a las víctimas que cayeron en la última batalla ocurrida hace cuatro meses. Cuarenta y dos alumnos que ahora deberían estar aquí disfrutando de este día memorable, murieron a manos de los Mortifagos, diecinueve de ellos deberían recibir hoy su diploma, lo recibirán sus padres en representación suya, aunque eso no es nada comparado con lo que cada uno de ellos merecería recibir. Lo justo sería que pudiesen vivir y nadie les hubiera arrancado la vida, pero gracias a su sacrificio el mundo mágico está una vez más a salvo, aunque al más alto coste. Gracias queridos alumnos- Dumbledore suspiró audiblemente, mientras observaba los rostros dolidos y desesperados de los jóvenes y los padres alrededor suyo, deteniéndose en una intensa mirada verde cargada de pena. Intentando coger fuerzas para seguir hablando de los héroes de la guerra el director continuó-, también quisiera mencionar y dar mis más sinceras gracias, al profesorado caído en la batalla, gracias a esos siete valientes las víctimas entre los primeros cursos se redujeron considerablemente.

Quisiera recordar a la persona que se sacrificó a si mismo por salvar al único que podía acabar con el terror, al profesor Severus Snape. Severus interceptó la maldición que iba dirigida al chico que vivió, Harry Potter. Su sacrificio salvó la vida de Harry, permitiéndole después de una cruenta lucha entre ambos acabar con Voldemort para siempre. Gracias Severus, te recordaremos siempre.- El director sabía perfectamente que Severus no había salvado a Harry Potter "el chico que vivió", él se sacrificó por salvar a Harry, el que era su amor y su vida, dio su vida a cambio de la persona amada-. Y por supuesto que también tengo miles de agradecimientos a todos los Aurores y ciudadanos que cayeron en la batalla, al igual que a los que ayudaron y salieron vivos o heridos. Y lo más importante, agradecerles infinitamente a cada uno de ustedes el esfuerzo y la constancia que pusieron en esta maldita guerra, y que nunca dejaran de luchar, incluso mientras veían como sus amados familiares, amigos y compañeros caían. Y las últimas palabras que dedicaré esta noche van dirigidas a nuestro salvador, a Harry Potter. Nuestro valiente amigo aún a riesgo de su vida y después de sufrir grandes pérdidas durante la batalla, luchó contra Lord Voldemort valientemente y acabó con él, consiguiendo librarnos del terror oscuro por segunda vez en su vida, gracias Harry, vivimos gracias a ti.

Hasta el límite del cielo te busque
En el viento y el silencio te encontré
Ah y no llegaste a ver....lo mucho que te amé


Dumbledore terminó con estas palabras su discurso, para después proceder a entregar sus títulos de graduados a todos los alumnos, que fueron pasando uno tras otro estrechándole la mano al director y a sus profesores. Una vez terminada la ceremonia, cada uno de ellos se dirigió al gran comedor, donde los esperaba la cena y fiesta.

Los estudiantes se agolpaban en las puertas del comedor, esperando la ansiada hora de que el banquete diera comienzo. Habían decorado el techo del mismo con cuatro grandes estándares de las casas de Hogwarts, dejando en el medio el escudo de dicha escuela. Las mesas eran redondas, con espacio para diez personas en cada una de ellas y estaban cubiertas por un fino mantel en color blanco con el ribete en un azul clarito, a juego con el tapizado de las sillas. Por fin pudieron entrar y empezar a sentarse en el sitio elegido, ya fuera acompañados de su pareja o amigos. Un menú muy variado estaba servido ya en la mesa, recordando a los muchachos el banquete que se ofreció para los campeones del torneo de los tres magos hacía más de tres años, pero lo más extraño para todos fue encontrar que en cada mesa de los estudiantes graduados, había dos botellas de vino tinto.

Si decides enterarte
Si me dejas acercarme
Si pudieras ser honesto
Con tu propio corazón


Harry se había sentado con Draco, su mejor amigo desde hacia unos meses; también estaba acompañado de las parejas Ron y Hermione, Lavender y Neville, Susan y Terry, y Blaise y Pansy. La cena transcurrió tranquila mientras hablaban de temas tan triviales como qué harían cada uno de ellos a partir de ese momento, Quidditch y el nuevo Ministro, así evitaban hablar de la guerra, aunque en los pensamientos de los diez se encontraban sus seres queridos y sus compañeros perdidos.

Casi ninguno de ellos tocaba el vino, el contenido de alcohol de éste podía resultar muy poco agradable para quien nunca lo había tomado, así que sólo gente acostumbrada a su sabor lo probaba, como en el caso de Draco, Pansy o Blaise, que tomaron una copa cada uno en el transcurso de la cena. Pero ellos no eran los únicos, Harry bebía también y no por que le gustara, sino porque quería ahogarse en esa burbuja irrompible e inquebrantable en que nada te sucede ni te afecta y en la que sólo te sumerge la consumición de alcohol o drogas en general, quería olvidar por una noche. Olvidarse del sufrimiento y las ganas de gritar en medio del salón que quería morir. Sí, tal vez fuese el héroe, el salvador de todos, el que había arriesgado su vida para librar a los demás, pero también era el que perdió todo en el transcurso del conflicto. Mientras los demás seguían su vida y la disfrutaban, él había perdido la suya, la que tenía nombre propio, Severus. Una copa y otra, y otra, y Harry estaba sumergiéndose en un estado de embriaguez que estaba cumpliendo su cometido, olvidar por esa noche, aunque eso significase que al día siguiente tendría un terrible dolor de cabeza y unas náuseas espantosas.

Si entendieras lo que digo
Tradujeras mis suspiros
Te darías cuenta
Que nada me importa sin tu amor


Después de cenar comenzó el tan ansiado baile. Pese a que Harry no quería bailar, primero se vio arrastrado a la pista por todos los componentes de su mesa, para bailar al ritmo de las marchosas canciones de las brujas de Macbeth, y después una de sus baladas junto con una Hermione que mientras bailaban, le abrazó con todo el cariño y protección que le podía brindar en ese momento, y Harry agradeció el gesto con un suave beso en la frente de la chica.

Una vez terminada la canción el Gryffindor fue a las mesas de bebidas y mientras se servía el ponche especialmente preparado para los dos cursos superiores, dado que contenía un poco de Whisky de fuego, unos ojos grises seguían cada uno de sus movimientos. Harry llevaba un rato sentado en una de las sillas mientras bebía y miraba con nostalgia hacia la zona de profesores, estaba tan bebido y absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta de que su rubio amigo se dirigía hacia él.

Antes de que ni siquiera pudiese parpadear, un jalón le llevó directamente a los brazos de su amigo, quien le estrechó contra si mismo mientras le arrastraba hacia la pista de baile. No era nuevo ver bailar a dos hombres juntos, en el mundo mágico las relaciones homosexuales eran tan comunes como las heterosexuales, y dado que Harry pasaba tanto tiempo con Draco, más de uno creía que su relación iba más allá de una amistad.

Que a veces salgo a la calle
Y no reconozco a nadie
Y me encuentro de pie
Sin poder entender como fue que llegue


Ambos se movían suavemente por la pista de baile, los brazos de Harry estaban alrededor del cuello de Draco y su cabeza apoyada en su hombro, mientras que los brazos del rubio estaban posados en la cintura del Gryffindor. Sus cuerpos se acoplaban perfectamente, mientras sus movimientos se hacían más lentos y sutiles, estaban tan concentrados en la música que ni cuenta se dieron que habían llegado a los jardines. Draco estaba en el cielo, pues sabía que nunca iba a tener a Harry tan cerca como en ese instante, aunque le dolía que estuviera así con él sólo por el estado de embriaguez en que se encontraba, se conformaba con oler la esencia que emanaba del pelo Harry, el fresco aroma a hierbabuena estaba excitando sus sentidos, algo por lo que Draco se sentía tremendamente culpable. Pero no así Harry, que estaba tan bebido qué no sabía lo que se hacía.

Comenzó a dar pequeños besos en el cuello del Slytherin, cosa que sobresalto a Draco, quien retrocedió unos momentos temiendo la propia reacción de su cuerpo. Harry ignoró el retroceso del rubio y siguió avanzando en un camino de besos suaves hasta encontrarse con la boca de Draco, que fue besada suavemente por el moreno. Draco al principio se negaba a participar, ¡pero era Harry! Era el chico del que estaba enamorado quien estaba besándole, aunque sabía perfectamente que en el fondo Harry no era consciente de sus actos. El rubio intentó separarse, pero los brazos de Harry le trajeron más para si mientras le acariciaba la espalda suavemente, lo que consiguió un estremecimiento del rubio y que todas las barreras que éste había creado para resistirse al toque y los labios del moreno, cayeran una tras otra.

Hasta el límite del cielo yo llegue
Hasta el límite el infierno lo toque
Hasta el límite de todo lo que soy,
Lo que pretendo y lo que fue


-Ha...rry, no sabes el tiem...po que llevo dese...ando sentir...tus labios. Me...gustas tan...to, ojalá esto no ter...minara- Draco jadeaba, mientras la boca de Harry devoraba a la suya. Sentía que no estaba bien lo que estaba pasando entre los dos, pero estaba demasiado enamorado del Gryffindor para perder quizás la única oportunidad en su vida de estar así con él.

-Mmm, te deseo, necesito tu calor- Harry besaba cada centímetro de la cara y cuello de Draco, mientras sus impacientes manos recorrían toda la piel que se ponía a su paso-. Vamos a otro sitio más privado, ¿Dónde sugieres?- El moreno no tenía mente para pensar, sólo tenía una fuerte excitación y su mente no recordaba nada, sólo sentía la necesidad con la que su cuerpo deseaba al chico que tenía enfrente.

-Yo tengo un cuarto para mi solo, ¿te gustaría ir allí?- preguntó Draco.

-Sí, vamos- ambos se dirigieron a la habitación del rubio, deseando más intimidad. Aunque sus amigos notaron cuando salieron bailando al jardín, ni se enteraron cuando ambos se fueron hacia las mazmorras.

Hasta el límite del cielo te busque
En el viento y el silencio te encontré
Ah y no pudiste ver


Cuando llegaron a la puerta de entrada a las habitaciones de las serpientes, el retrato que lo custodiaba les pidió la contraseña y Draco no tardo en dársela. Una vez que entraron se dirigieron a la habitación del rubio, que por prefecto de Slytherin y Premio Anual no compartía con nadie.

Una vez que cruzaron el umbral, sin ninguna ceremonia Harry se abalanzó contra Draco besándole con fiereza, casi haciéndole daño. Draco le respondió más tranquilo, consiguiendo que el moreno se tranquilizase y parara un poco esa ansia de dominar que le estaba sorprendiendo. Las manos de los chicos vagaron por sus cuerpos arrancando gemidos ahogados y frases incoherentes. En un rápido movimiento, ambos se deshicieron de sus túnicas, lanzándolas abandonadas al suelo.

Gradualmente Harry iba acercándose a la cama, haciendo que el rubio caminara de espaldas. De un suave empujón, el Slytherin quedó tumbado sobre la cama con un apasionado chico encima de él, que le besaba y mordía en el cuello, dejándole marcas rojizas a causa de la presión de sus labios y dientes. Bajando sus manos por el plano torso, comenzó a desabrochar los botones de la camisa del rubio juguetonamente, bromeándolo con un beso por cada botón desabrochado, consiguiendo así que el chico se retorciera de placer contra la cama. Una vez que la camisa estuvo completamente abierta, Harry ayudó a Draco a incorporarse para quitársela completamente.

Hasta el límite del cielo yo llegue
Hasta el límite el infierno lo toque
Hasta el límite de todo lo que soy,
Lo que pretendo y lo que fue


Con ágil movimiento, Draco cambio de puesto, quedando encima de Harry. Empezó a desabrochar la suya, mientras iba recorriendo con su lengua cada parte de piel expuesta del torso del moreno, quien gemía audiblemente debido a la gran excitación que le provocaba la suave y juguetona lengua. Siguió bajando hasta llegar a la cinturilla del pantalón, la cual abrió, al mismo tiempo que comenzó a masajear la más que evidente despierta virilidad, lo cual consiguió que Harry comenzara a mover sus caderas suplicante, apurando a su compañero a continuar. Draco rió por la reacción del otro mientras seguía jugueteando, pero esta vez bajando sus pantalones mientras sus manos acariciaban cada centímetro de piel expuesta, hasta que se deshizo de ellos lanzándolos al suelo.

Harto del juego de Draco, Harry tomó el control, volviendo a quedar arriba. Abrió la cremallera del pantalón del otro y rápidamente, sin ninguna ceremonia, los bajó, y comenzó a besar la evidente excitación que se vislumbraba a través de los boxer del rubio y empezó a mover los dedos sobre ésta, consiguiendo que se endureciera rápidamente bajo su tacto. Lentamente se deshizo de los boxer, para después tomar su pene y plantar pequeños besos en la punta, mientras sus dedos jugaban con sus testículos. Decidió probar una nueva caricia, así que colocándose sobre las piernas del rubio comenzó a lamer su erección, siguiendo las palpitantes venas, consiguiendo roncos gemidos como premio, por lo cual terminó con su agonía introduciendo el pene del rubio en la cálida cavidad de su boca, succionando y subiendo de arriba abajo hasta que sintió que pronto acabaría y pasó a la siguiente fase.

Hasta el límite del cielo te busque
En el viento y el silencio te encontré
Ah y no pudiste ver... lo mucho que te ame


Convocando un frasco de lubricante, acarició la estrada del Slytherin, arrancando verdaderos gemidos de placer del otro. Harry comenzó a introducir el primer dedo, moviéndolo suavemente en el interior de su acompañante hasta que tocó el bulto del placer, su próstata, momentos después introdujo un segundo dedo, para después repetir la acción e introducir un tercero.

Draco se movía buscando los dedos de Harry, mientras sentía un placer que le nublaba los sentidos, y soltó un gemido de frustración cuando el otro saco sus dedos. Sacándose los boxer, y con su erección en completo auge, colocó un cojín en las caderas de Draco, y procedió a abrir sus piernas.

Si me miras fijamente
Y te adentras en mi mente
Si aproximas tus latidos
A este loco corazón... mi loco corazón


Comenzó a introducir la cabeza de su pene en la entrada del otro, arrancando un pequeño gemido de dolor, así que esperó unos segundos hasta que el otro se acostumbró a la intrusión. Cuando Draco le hizo una seña para que siguiera, Harry empujó suavemente hasta entrar por completo en él. Momentos después comenzó una danza entre ambos, en la cual sólo se distinguían suspiros de placer y lujuria.

-Ahhhh, más, dame más Harry, quiero que me ames, quiero tenerlo todo de ti- Draco, que sentía estas palabras de corazón, nunca imaginó las consecuencias que las mismas le traerían.

-Ohhh, por Merlín me siento tan bien, esto es fantástico

Moviéndose frenéticamente, ambos se acercaban cada vez más hasta el deseado orgasmo. Cuando Harry sintió que estaba muy cerca, buscó el pene del otro y comenzó a masajearlo.

-Wow, no agu...anto másss, ahhh- Draco se corrió entre ambos cuerpos, haciendo que sus músculos internos aceleraran el orgasmo de Harry.

-Ahh, ohh.

Cuando ambos habían acabado, Draco beso tiernamente al otro, quien le devolvió el beso y le atrajo junto a si, al momento ambos estaban dormidos, de camino al mundo de los sueños.

°°°°°°°

A la mañana siguiente, el rubio despertó sintiéndose extrañamente cálido y protegido, Recordando la noche pasada, había sido todo tan hermoso. Se giró sobre si mismo, y con una sonrisa llena de ternura, se quedó largo rato observando dormir a su Harry, antes de levantarse, tomar una bata del armario y desaparecer por la puerta del baño.

Harry, con todo el movimiento, se despertó momentos después, desconcertado y con un inmenso dolor de cabeza. A tientas buscó los lentes y se los puso con cierta dificultad, mientras parpadeaba para identificar el lugar donde estaba.

La habitación era fría y oscura, extrañamente parecida a las dependencias de Severus en las mazmorras, y por un momento olvidó la realidad y se sintió vivo de nuevo. Pero al instante comprendió, no era su cuarto. No estaba el sofá verde frente a la chimenea ni el retrato de Severus y él encima de la repisa. ¿Dónde se encontraba? ¿Y por qué estaba desnudo?

En ese momento, un sonriente Draco salía por la puerta que comunicaba con el baño.

-Draco- murmuró algo más tranquilo.

-Hola, Harry- saludó el rubio feliz, mientras se acercaba a la cama-. ¿Cómo te sientes?

-Terrible- confesó el Gryffindor-. Se me parte la cabeza y estoy mareado-. ¿Qué me pasó? ¿Dónde estoy?

-Estás en mi habitación- contestó Draco, a quien la sonrisa se le había borrado de repente.

-¿Y qué hago aquí? ¿Y por qué estoy desnudo?

-¿No recuerdas lo que pasó anoche?- musitó Draco con dificultad.

-Pues sé que estaba bebiendo mucho, quería olvidar mi tristeza y por un momento lo logré- miró a Draco con desesperanza-. Creo que tomé mucho vino y....espera, ¿tú me sacaste a bailar, verdad?

-Sí- afirmó Draco-, bailamos un buen rato.

-Pero a partir de ahí, te juró que no recuerdo nada- continuó, sin notar el gesto de dolor en el rostro del rubio-. Hasta ahora, que desperté dormido en tu cama.

-No recuerdas nada- repitió Draco más para si mismo que para Harry, sintiendo como una pesada losa caía en su corazón, una losa que sellaba el fin de su felicidad.

Continuará...

Nota de María: ¿Yo? ¿Obligar a Ali? ¡¡¡Si era ella la que me amenazaba con la varita a golpe de crucios sólo para que aceptara el affaire de la pareja Harry/Sev!!! Y tuve que negarme a pasarlo de ahí, ¡¡¡mis contusiones por la maldición lo demuestran!!! Todo sea por el cumple de nuestra mosquetera.

Jane Eyre Parker: Hola Cris!! Nos alegra que te haya gustado, pero yo que tú no diría muy alto que prefieres los Harry/Draco a los Harry/Sev, pues Ali es una apasionada defensora de la parejita e cuestión. Gracias por tus palabras, todo se hace con mucho cariño para vosotros. Besitos de las y un abrazo de Ali.