Bueeeeno, pues he vuelto. Este textillo responde a la petición de Herea, que quería un fic en el que Remus Lupin le dijera "te quiero" a alguien. Y me salió esta pequeña historia.
Como siempre, hay que recordar que los personajes no son míos, son de J.K. Rowling y blablablabla.
El relato es apto para todos los públicos.
Y ya no se qué más decir, vaya. ^_^
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Primavera y un leve calor que hacía las clases aún más insoportables. Ademas estaba cansado. Las correrías nocturnas es lo que tienen, pensó, pero no había manera de escaquearse de la clase de Historia. Así que allí estaba, medio dormido, tratando de mantener la vista al frente, oyendo a su lado las risas ahogadas de Sirius y James. No parecían especialmente cansados, claro que para ellos no era lo mismo. Se había hecho daño en una pata... en una pata no, estúpido, en una mano... Para él era mucho peor. Acababa de pasar la luna llena y sentía todas las articulaciones del cuerpo como gomas que habían sido estiradas de más. Ahora los huesos trataban de volver a su sitio.
Aunque, para ser sinceros, tampoco es que antes de la luna llena hubiera dormido demasiado, a pesar de que los Merodeadores pasaban por una de sus etapas más tranquilas. Había algo que le había quitado por completo el sueño, y tenía bastante que ver con lo único que veía en ese mismo instante, una nuca blanca como el marfil, una coleta alta y unos cuantos rizos castaños acariciando el cuello de una capa. Las chicas... hasta hacía poco prácticamente ni se lo había planteado, pero había llegado un momento que, cada vez que la veía, sentía una desagradable sensación en el estómago y un impulso idiota de subirse a la torre y ponerse a aullar. Estaba bastante desconcertado, la verdad, y sus amigos no eran de mucha ayuda. Sirius y James se habían reido, Peter había sonreido de una forma bastante estúpida y él... bueno, se había quedado como estaba.
Le habían animado a que se acercara a ella y le dijera algo, que aprovechara la salida de clase para invitarla a salir... algo. Y a veces imaginaba que lo hacía, veía toda la escena, era ingenioso, ella le sonreía, se iban juntos a sentarse bajo un árbol a hablar, el le decía algo bonito, ella le cogía de la mano. Otras veces imaginaba una escena completamente distinta. El hablaba, ella directamente le mandaba a la porra. Fin de la historia. Cuando pensaba en eso le asaltaba una oleada de autocompasión tremenda y pensaba que no merecía la pena. Que lo mejor era desistir. Pero cada vez que levantaba la vista y veía su nuca... Llevaba dos meses así y lo peor era que en unas semanas comenzarían los exámenes y ya no habría tiempo... Remus J. Lupin, que había aprendido a controlar sus emociones, que podía ser perfectamente un hombre lobo en medio de los hombres y no tener demasiados problemas, estaba a punto de ser anulado mentalmente y enloquecido por la presencia de una quinceañera. Y lo peor era que los otros se burlaran de él. Como ahora. Por el rabillo del ojo vio a Canuto haciendo muecas y gestos con la mano como para animarle a que hiciera algo. Remus hundió la cabeza entre los brazos y dejó que la clase avanzara mientras trataba de ocultar que se había puesto colorado.
- Lunático, te voy a hacer un favor.- Había terminado la clase y James le había cogido del brazo al pasar, arrastrándole casi a la fuerza hacia el pasillo.
- Eh, Linda, espera.- Por Merlín, noooo, la está llamando. Lupin tuvo algo parecido a un ataque de pánico- Lupin quiere decirte algo.- Ella le estaba mirando. Sonreía, expectante.- Venga habla...
Y Lupin se quedó en blanco. Completamente. Había abierto la boca y, simplemente, las palabras se resitían a salir de su boca. Estaba delante de ella y se dio cuenta de que, bueno, era la primera vez que la miraba a los ojos.
- Es un poco tímido, déjale. Estábamos pensando en ir el domingo a Hogsmeade. Podrías decirle a Evans que viniera contigo. No una cita, ya sabes... sólo quedar por allí y tomar algo.
- Está bien, se lo diré a Lily.- La chica parecía un poco decepcionada. Y se marchó a hablar con sus amigas, aunque pudo comprobar que un par de veces se daba la vuelta para mirarle.
- Venga, tampoco es tan terrible. Al menos las veremos el domingo.- James trataba de animarle. Sirius, apoyado en la pared, le miraba con una sonrisa divertida.- Vamos, tengo hambre.
Los otros echaron a andar por el pasillo. Linda y sus amigas también. Sólo cuando se dio la vuelta y pudo ver su nuca se le ocurrieron un montón de cosas que decirle. Era la primera vez que se enamoraba y había muchas cosas que decir, aunque todas se resumían en una. Le musitó "Te quiero" al pasillo vacío y se encaminó a solas hacia el comedor.
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Ya me podéis tirar los trastos a la cabeza, jejejejeje.
Acuse de recibo: Júbilo, el próximo creo que es el tuyo. Me alegra que os riérais tanto con la historia de Draco y Ginny. Barmatal, me gusta tu reto *mayharris le da una piruleta a Barmatal y le agradece que no haya sido demasiado duro*.
Esto cada vez es más divertido. Pero seguid, seguid escribiéndome :-)
Como siempre, hay que recordar que los personajes no son míos, son de J.K. Rowling y blablablabla.
El relato es apto para todos los públicos.
Y ya no se qué más decir, vaya. ^_^
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Primavera y un leve calor que hacía las clases aún más insoportables. Ademas estaba cansado. Las correrías nocturnas es lo que tienen, pensó, pero no había manera de escaquearse de la clase de Historia. Así que allí estaba, medio dormido, tratando de mantener la vista al frente, oyendo a su lado las risas ahogadas de Sirius y James. No parecían especialmente cansados, claro que para ellos no era lo mismo. Se había hecho daño en una pata... en una pata no, estúpido, en una mano... Para él era mucho peor. Acababa de pasar la luna llena y sentía todas las articulaciones del cuerpo como gomas que habían sido estiradas de más. Ahora los huesos trataban de volver a su sitio.
Aunque, para ser sinceros, tampoco es que antes de la luna llena hubiera dormido demasiado, a pesar de que los Merodeadores pasaban por una de sus etapas más tranquilas. Había algo que le había quitado por completo el sueño, y tenía bastante que ver con lo único que veía en ese mismo instante, una nuca blanca como el marfil, una coleta alta y unos cuantos rizos castaños acariciando el cuello de una capa. Las chicas... hasta hacía poco prácticamente ni se lo había planteado, pero había llegado un momento que, cada vez que la veía, sentía una desagradable sensación en el estómago y un impulso idiota de subirse a la torre y ponerse a aullar. Estaba bastante desconcertado, la verdad, y sus amigos no eran de mucha ayuda. Sirius y James se habían reido, Peter había sonreido de una forma bastante estúpida y él... bueno, se había quedado como estaba.
Le habían animado a que se acercara a ella y le dijera algo, que aprovechara la salida de clase para invitarla a salir... algo. Y a veces imaginaba que lo hacía, veía toda la escena, era ingenioso, ella le sonreía, se iban juntos a sentarse bajo un árbol a hablar, el le decía algo bonito, ella le cogía de la mano. Otras veces imaginaba una escena completamente distinta. El hablaba, ella directamente le mandaba a la porra. Fin de la historia. Cuando pensaba en eso le asaltaba una oleada de autocompasión tremenda y pensaba que no merecía la pena. Que lo mejor era desistir. Pero cada vez que levantaba la vista y veía su nuca... Llevaba dos meses así y lo peor era que en unas semanas comenzarían los exámenes y ya no habría tiempo... Remus J. Lupin, que había aprendido a controlar sus emociones, que podía ser perfectamente un hombre lobo en medio de los hombres y no tener demasiados problemas, estaba a punto de ser anulado mentalmente y enloquecido por la presencia de una quinceañera. Y lo peor era que los otros se burlaran de él. Como ahora. Por el rabillo del ojo vio a Canuto haciendo muecas y gestos con la mano como para animarle a que hiciera algo. Remus hundió la cabeza entre los brazos y dejó que la clase avanzara mientras trataba de ocultar que se había puesto colorado.
- Lunático, te voy a hacer un favor.- Había terminado la clase y James le había cogido del brazo al pasar, arrastrándole casi a la fuerza hacia el pasillo.
- Eh, Linda, espera.- Por Merlín, noooo, la está llamando. Lupin tuvo algo parecido a un ataque de pánico- Lupin quiere decirte algo.- Ella le estaba mirando. Sonreía, expectante.- Venga habla...
Y Lupin se quedó en blanco. Completamente. Había abierto la boca y, simplemente, las palabras se resitían a salir de su boca. Estaba delante de ella y se dio cuenta de que, bueno, era la primera vez que la miraba a los ojos.
- Es un poco tímido, déjale. Estábamos pensando en ir el domingo a Hogsmeade. Podrías decirle a Evans que viniera contigo. No una cita, ya sabes... sólo quedar por allí y tomar algo.
- Está bien, se lo diré a Lily.- La chica parecía un poco decepcionada. Y se marchó a hablar con sus amigas, aunque pudo comprobar que un par de veces se daba la vuelta para mirarle.
- Venga, tampoco es tan terrible. Al menos las veremos el domingo.- James trataba de animarle. Sirius, apoyado en la pared, le miraba con una sonrisa divertida.- Vamos, tengo hambre.
Los otros echaron a andar por el pasillo. Linda y sus amigas también. Sólo cuando se dio la vuelta y pudo ver su nuca se le ocurrieron un montón de cosas que decirle. Era la primera vez que se enamoraba y había muchas cosas que decir, aunque todas se resumían en una. Le musitó "Te quiero" al pasillo vacío y se encaminó a solas hacia el comedor.
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Ya me podéis tirar los trastos a la cabeza, jejejejeje.
Acuse de recibo: Júbilo, el próximo creo que es el tuyo. Me alegra que os riérais tanto con la historia de Draco y Ginny. Barmatal, me gusta tu reto *mayharris le da una piruleta a Barmatal y le agradece que no haya sido demasiado duro*.
Esto cada vez es más divertido. Pero seguid, seguid escribiéndome :-)
