Antes de…

Bua, ninguno de los personajes de Shaman King me pertenece… ¿¡Por qué?! T_T . Son de son de Hiroyuki Takei y TV Tokyo.

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"ETERNIDAD"

Por Amaltea-Sibila

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"Para todos aquellos a quienes alguna vez han sentido el dolor de un corazón roto y aún creen en el amor. Y si no, han de saberlo, cupido también se equivoca, la próxima ocasión tendrá mejor puntería. "

"Para Miroslava-chan."

"Para mí misma."

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Parte II

Kyouyama Anna se levantó con los primeros rayos del sol que caían sobre sus ojos. Se alzó sobre las sábanas y notó que estaba desnuda, entonces volteó a su derecha para ver la razón de tal situación. Pensó que al despertar él ya no estaría ahí, que se habría marchado en medio de la noche y la dejaría tan sola como antes de su llegada. Pero no era así, Asakura Hao aún permanecía dormitando sin ropa alguna bajo el mismo futón que ella.

La misma persona quien tres años atrás había intentado acabar con el hombre que amaba, con el que la había abandonado. Y eran hermanos, tan parecidos por ser gemelos y al mismo tiempo tan distintos.

Recogió con rapidez las ropas que habían quedado abandonadas en el piso, sacó también dos batas. Con una de ellas se cubrió a sí misma y la otra la dejó a los pies de Hao.

"¿Ya tan pronto levantada?"

"Espero que no estés pensado en quedarte a vivir aquí..." Exclamó mientras abría la puerta.

"No es posible, me tendré que marchar más tardar mañana por la noche. Aún quedan asuntos pendientes en el Torneo." Respondió sonriendo según pudo decir Anna, aunque le daba la espalda.

"Más te vale... " Dijo con indiferencia. "El baño estará listo muy pronto, te dejaré ahí algo que te puedas poner." Y salió de la recámara.

            Eran ya casi las 10:00 de la mañana,  Anna apenas entraba en las aguas termales tras terminar con su aseo cuando Hao deslizó la puerta del baño. Sumergió entonces su cuerpo todo lo que le permitió la profundidad del manantial en una natural reacción de vergüenza por su falta de vestido, aún totalmente conciente del poco sentido que esto tenía dada la noche anterior. Y era más bien esa escena, la sensación aún del shaman envolviéndola, el perfume masculino que continuaba embalsamando su cuerpo, causa de su pena.

            Ahí bajo el agua, tratando de cubrirse aún más con una toalla sobre su pecho, estuvo un rato sin atreverse a salir o volverse de frente, escuchando el eco naciente de los cubos sobre las baldosas y el agua cayendo sobre el chico.

            Yoh y ella jamás habían llegado tan lejos. Una vez casi ocurrió, pero el mismo Yoh se detuvo excusando que era mejor esperar. En ese momento, Anna estuvo de acuerdo, el asunto se olvidó, y sin embargo ¿cómo fue posible que se entregara con tal facilidad a este demonio? Estaba acorralada, perdida entre varios sentimientos ¿a caso se arrepentía de su acción? Pero lo sabía, desde que Yoh dio por terminado su compromiso era libre de estar con una docena de hombres si lo deseaba. Y sin embargo… no estaba convencida… ¿era la culpa atormentándola?

            No pudo hallar respuesta pues el joven Asakura ahora parecía haber concluido su baño, apenas girando su cabeza Anna reconoció su silueta dirigiéndose hacia ella en medio del tibio estupor del agua. Una vez Hao se alojó en el manantial, la chica decidió que ya era tiempo para dejar el lugar. Apresuradamente salió del agua, tapándose lo más que pudo, tomó la bata y se la puso para luego salir directo a su habitación. 

            Tardó en bajar, quizás esperando a que se fuera, quizás con el anhelo de su aguarda.

            Al entrar en la sala, sus ojos la engañaron momentáneamente, creyó ver a su… a Yoh sentado en el pórtico que daba al jardín disfrutando del sol matutino como siempre. Pero no era el menor Asakura, era Hao quien se había recogido el cabello en una cola baja y traía puesta la ropa de su hermano cual ella misma había dejado para su vestimenta. Eran las prendas del colegio.

"¿Y te piensas quedar ahí todo el día?"

"No. Dije que he venido a verte y no pienso desperdiciar lo que me queda de tiempo antes de seguir con la Pelea de Shamanes." Dijo al voltear con una sonrisa, luego se levantó y le tendió la mano como si la invitara a bailar. "Vamos..."

"¿A dónde?"

"No lo sé, solo salgamos, no hay mucho que hacer aquí y no creo que tú tengas alguna buena razón para quedarte."

            Era verdad. Cruzada de brazos trató de contener el dolor que esa frase produjo en ella. Entonces, sin meditar nada de lo que estaba haciendo, cedió su postura y caminó hacia el jardín, pasando de largo a Hao.

"¿Qué esperas entonces?" El muchacho rió entre dientes, pues sabía que esta pregunta significaba que Anna aceptaba su propuesta. Ése era su modo de hacer las cosas.

"Claro..." Hao la siguió y llamó su espíritu, el cual apareció tan glorioso como siempre. E igual de impulsivo como ella, Asakura la cargó en brazos y montó sobre la deidad de fuego.

"¡¿Qué crees que haces?!"

"Te ayudo a subir."

"Puedo hacerlo por mi misma, tengo piernas ¿sabes?"

"Fue una de las primeras cosas que noté." Dijo él con picardía, mientras notaba como Anna se sonrojaba.

"¡Tonto!" E inmediatamente se soltó de su regazo. Ambos se sentaron ahora que el Espíritu del Fuego se elevaba.

            Anna no prestaba atención al paisaje. El último comentario de Hao la hizo volver a su meditación. Miraba a la nada, esperando que de algún modo su nudo de emociones se desatara.

"Ya no le debes ningún recato, si es lo que te está preocupando." Parecía como si hubiese leído su mente.

"¿Qué dices?"

"Lo veo en tus ojos y te digo que él te ha dejado y por eso ya no tienes que rendirle cuentas, olvídate de eso."

            Entonces levantó su mirada hacia el mayor de los Asakura quien se había puesto de pie sin importarle el fuerte viento que movía sus cabellos y observaba el horizonte infinito del cielo. Tenían sus ojos otra vez esa inusual calidez cual le recordó a su hermano, pero también notó en ellos algo más profundo. Bien pudo decirse que representaban longevidad, quizás era la sabiduría que únicamente sus tantas vidas le podrían haber brindando. Y Anna no pudo dejar de reconocer que esto le daba a Hao un porte majestuoso, uno cual jamás había de poseer su antiguo prometido. 

            Lo siguiente la tomó con tanta sorpresa como la llegada de Asakura: encontró que no era arrepentimiento, no sentía culpa por haberse entregado a él. Aún era imposible decir si era lo contrario, mas estaba ya segura de eso, había hecho el amor con este joven y no tenía remordimientos por ello. Ese era el conflicto, saber si era lo correcto sentirse as

"Lo sé…" Le respondió más que a él, a sí misma, aceptado pues aquel agradable cosquilleo cual recorría su espalda ahora que recordaba los labios de Hao sobre su boca.       

De repente un rayo de sol se coló por las gruesas nubes y cegó sus ojos, pero fue instante porque otro de aquellos blancos algodones lo volvió a ocultar. Hasta este instante Kyouyama se percató del maravilloso panorama: arriba un brillante azul inmenso, por debajo suaves nubosidades que salpicaban la verde tierra cruzada por un ancho río.

"¿Puedes verlo?" Habló Hao. "¿No es hermoso el mundo?"

Percibió entonces una paz infinita, jamás había percibido el  mundo de aquella manera. Vio la naturaleza tan grandiosa, magnifica. Cada bocanada de aire era fresca, su aroma sutil le devolvió la vida a su alma, como si hubiese despertado de un largo sueño. Siempre tras Yoh, tratando de hacerlo responsable, que tomara conciencia de las cosas, para él mismo; para su futuro, para que llevara sus capacidades al máximo y alcanzara sus sueños. Preocupada por su bienestar (aún que su actitud o palabras dijeran lo opuesto), nunca tuvo la oportunidad de apreciar siquiera el azul del cielo.

"Es… majestuoso." Y se asombró al percatarse que había usado el mismo adjetivo con el cual antes describiera a Hao.

            El shaman sonrió cuando notó la suave mueca en los labios de Anna, es probable que no fuese advertida por ella. En realidad era apenas perceptible, sin embargo para Hao Asakura (quién nunca la había visto sonreír para otro que no fuese Yoh) era la muestra de alegría más dulce vista en centurias.   

De repente un sonido extraño los separó de sus pensamientos.

"Claro, no hemos comido nada n_n." Era el estómago de Anna.

"¡Grandiosa observación ¬///¬!" Reclamó ella.

"Está bien, buscaremos algo para almorzar, yo también tengo hambre."

El espíritu de fuego descendió un poco por orden de Hao y éste escudriñó el panorama, tratando de localizar un lugar adecuado. No tardó mucho dirigir a su espíritu a la espesura del bosque, pasaron a través de los árboles y pronto sus copas dejaron ver un jardín de rocas cercado por una alta barda.

"Vaya, hace mucho que no visitaba este lugar." Dijo para sí Asakura mientras ágilmente daba un salto al suelo arenoso del patio.

            Estaban en lo que parecía fue en cierta época, ostentosa propiedad de señores feudales. Ahora ya tragada por el tiempo, pocas tejas azules quedaban el techo agujerado, los pisos de madera se convirtieron en tablas sueltas y podridas, varias vigas y pilares descansaban el suelo, y la maleza se había apropiado de las pocas paredes estables de la casa.

"En verdad eres estúpido si crees que aquí podremos encontrar algo comestible." Exclamaba la rubia quién también era ligera y bajó de la roja esencia sin tropezar en su descenso.

"No, aquí ya no queda nada…" Kyouyama sintió nostalgia en esta frase.

"¿Qué es éste lugar?"

"Cuando mis parientes decidieron no apoyarme, cuando me declararon su enemigo, tuve que salir de la casa Asakura y buscar mi propio refugio. Esta no es tan grande como la de Funbari, " Dijo refiriéndose a la construcción. "pero igual era cómoda, al menos lo suficientemente alejada de los insulsos humanos. Mientras que los shamanes quienes me llamaban demonio, se tomaban en serio la palabra y jamás se me acercaron, eran unos cobardes. Esta es otra propiedad de los antiguos Asakura, pero nunca le prestaron atención, era el lugar perfecto. Luego, una vez con el objetivo en mente de apoderarme de los Grandes Espíritus, dejé esto atrás y me fui por el mundo buscando seguidores."

            Se dirigió entonces al interior del edificio y Anna lo siguió sin hacer preguntas. El interior no estaba menos deteriorado, se detuvieron al centro de una enorme habitación, quizás la sala principal. Ahí el techo ya no existía, el sol entraba a pleno y de vez en cuando se dejaba sentir una brisa fría. Hao miraba con atención cada detalle como si fuese un anciano evocando memorias, como repasando algo que ya había sido olvidado.

"¿Sabes? Mi vida fue muy pacífica mientras estuve aquí, me la pasaba todo el día observando el cielo, a veces sin pensar en nada."

"Ja," Expresó Anna con escepticismo. "Entonces no eras tan distinto de Yoh… holgazanes, eso es lo que son."

"Sí, podría decirse eso"

Hao mostró una sonrisa mientras se movían ahora hasta un descuidado jardín: Aquí ya tampoco había algo que separara el bosque de la casa, los muros y pequeñas vallas no eran más que escombro cubierto por hierba, un pequeño lago artificial estaba lleno gracias a la lluvia. Cerca de éste se erguía un viejo árbol de tronco grueso y hojas oscuras, despedía cierto aroma cual Anna no reconoció hasta que fue audible un golpe seco contra el pasto.

"No soy tan estúpido" Hao levantó un objeto rojo del suelo y lo mostró a su acompañante.  "Estas manzanas ya están bien maduras. ¿Gustas?"

            Recolectaron solo dos manzanas más del piso, el resto fue obtenido directamente de la copa por el shaman. Se sentaron entonces en lo que quedaba del pórtico a darse banquete con la fruta.

"¿Qué tanto me miras?" Inquirió Anna una vez que terminaron de comer. Hao la veía con sus extraños ojos.

"En verdad eres hermosa, tan fría y bella a la vez." Le dijo al acercarse mientras tentaba sus cabellos dorados y la miraba directo a los ojos. "La más fuerte de las mujeres, la única digna de convertirse en la esposa del futuro Rey y el idiota de mi hermano nunca pudo verlo."

"Él…" Pero no pudo pronunciar palabra. Esos ojos, negros como el ónix, inspiraban miedo a tantos otros, fulminaban con maldad al enemigo. Pero cuando se fijaban en ella estaban llenos de pasión y locura, ardían con devoción y la impregnaban de mil fantasías. Era un salvaje, un maldito demonio con poder para acabar con el mundo y en sus brazos se sentía prisionera, total esclava sin desear la libertad. 

"Es un idiota, ya lo dije." Tomó el rostro de la rubia por la barbilla. "Y tú la más agraciada de todas las mujeres…"  La besó primero con ternura, suave y lentamente, pero poco demoró en tenerla tirada sobre el pasto a merced de su demencia.

            No siguieron tal cual la noche pasada, sencillamente se tendieron en la hierba a escuchar el cántico de las aves y a ratos Hao la llenaba de palabras similares, elevándola como si fuese la única criatura en la tierra. Luego volvieron a montar en el Espíritu de Fuego, yendo de aquí para allá, de la montaña a la costa, a las praderas y planicies, a todo lugar que aún no había sido tocado por el hombre en Japón.

No fue si no hasta cerca de las seis de la tarde cuando regresaron a la pensión. Anna esperaba en el jardín, pues Hao había subido por sus habituales ropas: ya era hora de que partiera.

"Bien, el resto de los shamanes ya han de haber llegado a la Aldea Apache, mañana se reanudan los combates." Habló a sus espaladas al tiempo que acomodaba su capa. "Mis seguidores también me están esperando."

"No me respondiste, ¿sigues con tu idea del mundo ideal formado solo por shamanes?"

"Aún pienso que lo humanos son seres inferiores y como te dije, quiero el trono… pero debo reflexionar eso de la 'amistad', la 'unidad', esas boberías que mi hermano tanto aclama. Ya veremos conforme se desarrolle el Torneo…" Asakura llamo la esencia escarlata y luego volteo con Anna. "¿Vienes conmigo?"

            Hubo silencio, la rubia estaba nuevamente aturdida por varias emociones. Si iba con él, seguramente se toparía con Yoh nuevamente y si se quedaba ahí… Observó a Hao enmarcado por el calor de la deidad del fuego y miró entonces la enorme pensión. Escuchó muchas voces, la risa de quien fuese una vez su prometido, y como la llamaba por su nombre. Y se percató de que había ahí soledad, incluso más intensa que en la antigua mansión yaciente en ruinas en medio de la nada.

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"¡Anna! ¿Estás en casa?"

            Manta traía dos bolsas de víveres en ambas manos y un cuaderno bajo el brazo. Venía a decirle a Anna sobre el comienzo del nuevo ciclo escolar y los horarios que el instituto había publicado por la tarde.

            Como no hubo respuesta, entró hasta la sala: no había nadie. Fue por todo el lugar de arriba abajo pero estaba vacio. Detectó una presencia extraña, pero al no reconocerla perdió el interés. Se puso a acomodar la despensa en las alacenas y hacer los preparativos para la cena.

"De seguro salió por fin a que le diera aire…" Pensó, y sin embargo algo le decía muy en sus adentros que Anna jamás volvería a pisar esa casa.

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Notas de la Autora:

¡Por fin el segundo capítulo! Gracias por sus reviews, realmente me empujaron a continuar la historia; también gracias a Miros-chan y Edgar-kun por proporcionarme ideas y ayudar al desbloqueo de mi cabeza.

El problema ahora es que no voy a tener mucho tiempo de escribir los próximos quince días con esto del concurso al que me metí, no esperen una pronta actualización. Bua, debo terminar el vestido,  el diario de diseño, organizar lo de pasarela, merca... ¡Horror! Ahí en lapsus iré escribiendo en los cuadernos e intentaré no ser tan tardía.

Haru: Arigatou por tu ofrecimiento de ayuda, créeme que la llegase a necesitar te contacto. Siento mucho si he tardado en actualizar.

Pinkz88: Ay, como que mi Yoh un pu**, también lo quiero mucho pero como en muchos fics siempre ponen que Anna es la desalmada que lo deja por mi Hao-sama, creí que era hora de cambiar eso. ¿Qué si Yoh-kun se va a enterar? ¡Claro!

Oriel1: Que bueno que te gustó y gracias por la sugerencia. Lo que yo hago es escribir, después de hacer una trama general, un chorro pero con una secuencia, luego voy descartando cosas que no van o desvían la historia, agrego detallitos y listo; pero me parece bueno tú método.

Annita-chan: Bua, me asustas ¿cómo que sabes donde vivo? Jejeje, no te creas. Me alegro que te agrade mi manera de escribir, a veces pienso que está muy adornada la cosa.

AomeHigurashi: ¿Sabes? Me agradó eso que te identificaras Anna (y no porque me alegra que estés triste eh?), esa era mi intención, poder trasmitir el dolor que se siente cuando te botan, jeje.

AnGeL*Of*DrEaMs: ¡Gracias por el cumplido! Me encanta la pareja YohxAnna, pero también adoro a Hao-sama y cuando lo pongo con Anna, me imagino que soy yo, jejeje. (Loca ésta ¬¬)

Otra vez, gracias y espero sus comentarios.