Nota:
No me pertenecen los maravillosos personajes de Shaman King. Son de son de Hiroyuki Takei y TV Tokyo.
"Para todos aquellos a quienes alguna vez han sentido el dolor de un corazón roto y aún creen en el amor. Y si no, han de saberlo, cupido también se equivoca, la próxima ocasión tendrá mejor puntería. "
"Para Miroslava-chan."
"Para mí misma."
Parte III
El aire era fresco, pues estábamos en verano y la lluvia otra vez amenazaba con venir. Traía a Haru-same al hombro junto con mis escasas pertenencias en una mochila. La pista del aeropuerto era tan gris como el cielo, el sonido estridente de los motores iba y venía con los aviones haciendo cimbrar la tierra, allá se oía el controlador hablando por el alta voz y varias personas sobre el asfalto dirigiendo las salidas y entradas de las gigantescas aves metálicas. Manta me acompañaba para despedirse.
Todo parecía tan triste, tan frío… como si el resto del mundo la viese sollozando en ese instante. Esa imagen... fueron pocas las ocasiones en las que la vi llorar, bueno, al menos no después de que llegara a Funbari. Cuando éramos niños lo hacia por coraje cuando la molestaba; luego ya más grandes, en el Torneo, lo hacía por mí...
Pronto localicé el avión de Len y a todos haciéndole compañía: Ryu, Horo-horo, Faust, Jun y Pilika. Tamao no quiso acompañarnos esta vez, se quedó en casa de los abuelos. Creo que hay en Izumo alguien de quien está enamorada ahora, por eso dijo que no. Por otro lado, Lycerg nos alcanzaría en la Aldea Apache, no para participar (el deseo de vengar a sus padres parece que fue saciado en el Torneo pasado), si no para alentarnos en las próximas peleas. A Chocolove lo veríamos allá igual.
Al notarme en camino, me sonríen agitando sus manos para darme la bienvenida. Todos, menos Ryu quien se limitó a alzar su mano y sonreír levemente. Era obvio porque lo hacía, del grupo ahí reunido junto al avión de los Tao, solo él sabía de lo ocurrido. Incluso visitó a Anna hace tres días para avisarle del nuevo inicio de la pelea entre shamanes.
"¿Dónde está Anna?" Interrumpió la mayor de los Tao en medio de los saludos.
"¿Por qué no viene contigo?" Preguntó Faust quien a pesar de no desear el Trono, estaba ahí para apoyarme como en la última ocasión.
"Sí, que sin ella no te pones a entrenar ni siquiera un poco." Dijo Horo-horo.
"Mira quien lo dice…" Pilika era sarcástica.
Una sombra pesó sobre mí, mientras Manta me observaba con expectación y Ryu desviaba la mirada con cierto disgusto. Al no mostrar mi habitual sonrisa o decir prontas palabras en respuesta, Len preguntó:
"¿Es que le ocurrió algo?... ¿Yoh?"
"Ella… yo…"
Al terminar de dar explicaciones no me sorprendieron los ojos acusadores o las muecas inconformes. Ni Horo-horo, Ryu, Manta, Faust o las chicas expusieron su descontento.
"Eres un idiota Yoh, pero jamás creí que cometieras tal estupidez." Fue Len el que me habló de brazos cruzados sin mirarme, como si el hacerlo le causara gran repulsión. "De no ser por ella tú no estarías aqu"
"Estamos listos para partir joven." El piloto rompió el tenso ambiente.
"Vamos, será mejor subir de una vez." Alentó Jun.
Todos se despiden de Manta y suben al avión. Y antes de abordar yo también le digo hasta luego, pero además le pido que cuide la cuide, que le haga compañía, yo ya no puedo hacer eso…
Porque yo no…
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Han trascurrido cerca de 30 días desde que dejé la pensión en Funbari, desde aquél día…Después regresé a Izumo para anunciar a mi padre y mis abuelos de la decisión que había tomado.
E igual que mis amigos me veían primero incrédulos y luego con enojo. Mi abuela fue la primera en reprimírmelo, dijo que en tal caso jamás la había merecido, que una mujer tan fuerte como Anna, no podía estar al lado del ciego de su nieto. Y con las mismas palabras que Len, me recordó que gracias a su disciplina llegué tan lejos.
Poco hace falta que me lo resuenen, estoy perfectamente conciente de ello, lo sé mejor que nadie… le debo tanto, se merece los más grandes lujos, todas las alegrías, por eso…
¿Cuándo comencé a pensar en romper el compromiso? Sí, la amaba, desde la primera vez que la vi sonreír en nuestra infancia. Y cuando llegó a la pensión, sin importar nunca cuan duros eran sus entrenamientos o lo estricta que fuesen sus reglas, nada era mejor que tenerla a mi lado.
Ella era tan fuerte y yo tan débil, el tiempo pasó, nunca necesitó de mi protección, pero a mi me bastaba con que estuviera allí a cada momento, cada día, siempre… Antes me volvía loco porque no podía sacarla de su actitud inmutable, moría por verla sonreír un instante, quería comerla a besos. Y cuando al fin comenzó a responder a mis intentos por liberarla fui tan feliz. Ahora estaba para mí, eternamente…
Después… no sé qué ocurrió, si es que acaso hubo alguna razón… quizás… tenía que suceder. Se apagó, poco a poco fue esfumada la pasión. Prueba de ello está en que no quise hacerla mía, aún estando en todo nuestro derecho hacerlo, no pude. Ahí fue cuando las dudas llegaron a mi cabeza, y de pronto ya no eran incertidumbres, sabía lo que debía hacer.
Hubiese sido injusto tomarla como esposa y aparentar que la amaba. No, ella no podía estar así, yo no hubiese podido fingir por mucho tiempo, era lo mejor, para ambos… eso es lo que debo creer… que todo estará bien.
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"Será mejor detenernos ahora, pronto anochecerá."
"Len tiene razón." Dijo Faust.
Las paredes rojizas de un profundo cañón los rodeaban, el clima se hacía poco a poco más frío conforme el manto azul oscuro de la noche cubría el inmenso desierto de la tierra americana. Alzaron un pequeño campamento alrededor de las llamas danzantes de la fogata. Pilika y Jun preparaban la cena mientras Horo-horo picaba a ratos. Faust leía un libro a lado de su esposa en un rincón apartado y Ryu molestaba a Ren por quien sabe qué tonterías. Las cosas habían mejorado gracias a que nadie volvió a interrogar al chico de Izumo e hicieron a un lado sus opiniones. Únicamente Tao de vez en cuando lo veía de mala gana.
Yoh estaba apartado en un rincón donde apenas llegaba la luz del fuego. Veía las estrellas nacientes, luego el resto del paisaje. No quería perder el rastro de aquella presencia, la que los venía guiando prácticamente desde el principio de su viaje.
Esta etapa del nuevo torneo era parecida a la anterior. Los shamanes fueron a visados por el oráculo virtual de que debían llegar nuevamente a la Aldea Apache, en esta ocasión en el tiempo de un mes. Así pues tomaron el avión de los Tao para llegar directamente a dónde, según ellos, estaba la villa hacía tres años. Pero cuando sobrevolaron tal zona, no había nada: solo desierto y nada más. Bajaron a tierra y anduvieron explorando a pie todo el día obteniendo el mismo resultado: arena y nada más. Extrañados, resolvieron por ir al aeropuerto más cercano y de ahí comenzar su viaje a pie. Quizás no tenían tan buena memoria, si recorrían tal como antes la travesía hallarían más pronto el camino.
No fue tan sencillo como creyeron, las ciudades e incluso los pequeños lugares cambiaron rápidamente en esos años, con algo de trabajo pudieron llegar a la aldea donde vivía Lirilara. Tardaron casi dos semanas en esto, pero de ahí en adelante se movieron más aprisa. No gracias a la descendiente de los seminoa, pues ella ya no habitaba ese lugar desde su primera visita; fue Yoh quien movió al equipo por el camino correcto y sin demora alguna.
Apenas pisaron el lugar, el menor Asakura percibió una sutil esencia que lo llamaba de algún lugar al noroeste, apenas perceptible, al resto del equipo le fue difícil apreciarla; hasta los espíritus fueron tardíos en hacerlo. Le pareció tan familiar y cálida… probablemente eran los Grandes Espíritus a lo lejos, se dijeron entre sí los chicos una vez que la analizaron. Como era Yoh quien más fácilmente la captaba, se fiaron de sus poderes y a partir de entonces se convirtió en guía.
Así, conforme fueron avanzando, la manifestación de esa energía se hizo más evidente, incluso para el resto de los acompañantes. Los paisajes se hicieron familiares y en justo para el amanecer del treintavo día desde que llegasen a Norteamérica, la misteriosa aldea se hizo presente ante ellos. Ni Lyserg ni Chocolove habían llegado aún.
"Inteligente estrategia la de estas poderosas esencias." Explicaba Silva una vez que estuvieron alojados y bien servidos de comida en las habitaciones destinadas a los participantes. "Escondieron la aldea para los ojos comunes, solo podrían llegar aquí utilizando su más puro poder espiritual, sintiendo las energías. Debieron tener gran afán por regresar si lograron percibir a los Grandes Espíritus desde tan lejos. Un gran deseo interior…" Así fue, al llegar reconocieron inmediatamente que eran esas esencias lo que los llevó hasta ahí.
Silva los puso además al tanto de los combates a realizar y la llegada de algunos hombres de Hao.
"¿Quieres decir que están planeando venganza o algo así?" Preguntó Faust.
"No lo creo, desde que llegaron no se han reunido o saludado siquiera hasta donde sabemos."
"Toma en cuenta que ellos no querían ser Shaman King, seguían a Hao, ¿por qué vendrían entonces si él ya está muerto? A cobrar venganza…" Argumentó Ryu.
"A menos que siga con vida…" Las palabras de Len helaron a todos.
"Imposible" Espetó Silva con tranquilidad. "Lo buscamos sin cesar hasta hace un año, la señora Goldva detuvo la exploración al no encontrar pista."
"¿Qué hay del Espíritu de Fuego?" Inquiró Yoh.
"Nada. Suponemos que regresó a los Granes Espíritus…"
Luego, ya convencidos de que no tenía caso seguir indagando al respecto, la plática siguió amena y entre bromas hablaban de sus expectativas para el torneo. Todo iba bien hasta que Horo-horo sacó el nombre de Anna en medio del diálogo:
"Jajaja, pero esta vez he seguido al pie de la letra todo lo que me pidió Pilika sin importar que el entrenamiento fuese tan horrible como el de Anna…"
"Cierto, ¿porqué la dejaste en casa Yoh?" Silva siguió la conversación ignorante de los hechos. El tenso silencio no se hizo esperar.
"Ya no es mi prometida." Afirmó Asakura fríamente. "Rompí el compromiso, por eso no está aquí." Ni siquiera levantó la mirada, sabía que le esperaba otra reprimenda.
"¿Pero porqué? ¡¿Tienes idea de toda la fe que ella tenía en ti?! ¡¡Y es por esa fe que tú…!!"
Pero no quiso escucharlo de nuevo. Yoh se levantó de su lugar en la ventana y salió a prisa del cuarto sin importarle el despectivo rostro de Silva y Ren. Amidamaru lo siguió, más a medio pasillo le ordenó quedarse y éste no dudo un instante en acatar. La imagen de su amo era atemorizante…
…
…
…
La gran torre de luz movía en espiral ante sus ojos, los grandes espíritus brillaban por siempre en ese lugar y su presencia opacaba al resto en varios kilómetros a la redonda si éstas no eran lo suficientemente fuertes.
Llegó ahí caminando sin rumbo, quería un lugar tranquilo para estar solo y sus pasos lo condujeron hasta el mirador donde ahora cerraba los ojos para sentir la gran energía que los Grandes Espíritus emanaban. La analizó en su interior, lenta y profundamente… era esto lo que condujo su camino todo el tiempo… tan cálida…tan dulce… no… lo que tenía en sus adentros no eran las deidades, ni tampoco eran éstas su guía.
Aún era pequeña, ya no el débil hilo de aureola que captó en el pueblo de Lirilara, pero seguía siendo menuda. Buscó con cierta desesperación de dónde provenía. Empezó caminando, para cuando llegó a la plaza principal su paso era trote y al correr ya estaba en las afueras, en los desiertos donde se realizaban combates.
Volteaba a todos lados, esperaba ver una criatura mítica, un ser celestial; porque sentía que esa energía lo llevaría a hacer muchas cosas, que con ella podría alcanzar la vida tranquila que tanto deseaba, la armonía completa, toda la felicidad de la tierra. Únicamente un espécimen divino podría brindarle eso. Pero no había nadie.
Una ligera ventisca levantó arena y le cegó la vista por un segundo. Caminó tres pasos más y se agachó porque el aire dejó al descubierto algo, de ahí provenía la energía. Tomó entre sus dedos un diminuto y blanco grano de arroz. Lo levantó hasta la altura de sus ojos y observó, primero maravillado y un segundo después con terror, que en él había escritos en tinta negra tres caracteres nipones firmes aún, a pesar del tiempo.
"Anna…" Leyó como si temiera decir su nombre, pues cayó en cuenta de su error. Y al fin todas las palabras que reclamaban su falta le dolieron en verdad.
Presionó en su puño el grano y volvió sus pasos a gran velocidad. Debía llamar a Manta inmediatamente para que la buscara y la trajera a su lado. No había ya dudas en su corazón, ella lo era todo. Anna era su prometida y muy pronto su esposa… sí, en cuanto la tuviese frente a él pediría su mano en matrimonio. Corría por la aldea con la sonrisa más grande que pudo esbozar, no le importó a cuantas personas golpeaba en su carrera. Deseaba verla como nunca antes, tomarla en sus brazos, jugar con sus dorados cabellos, sumergirse en sus ojos negros, besarla y jamás dejarla ir.
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"Hemos llegado." Le susurró al oído para no despertarla bruscamente. No quería hacerlo siquiera, la expresión de su rostro relajada ahí sobre sus piernas, era celestial.
Anna abrió sus ojos con lentitud y observó que estaban sobre tierra firme, en la Aldea Apache. No tuvo que hacer esfuerzo en bajar del Espíritu de Fuego, su amante la cargó y fue depositada en el piso con delicadeza. Al fin habían llegado. Observó a los Grandes Espíritus a lo lejos y dio un profundo suspiro.
"¿Cuánto tiempo más pasará antes de ver a Yoh en este lugar?" Se preguntó en sus pensamientos.
"Anna…" Hao la invitaba a buscar un lugar de descanso, al hombre que la rescató de su soledad y la hizo suya sin dudarlo.
"¿Cuánto más…?" Cuestionó nuevamente. No lo sabía, ya no le importaba…
Fin de la Parte III
Notas de la autora:
Jejeje, en verdad siento MUCHO la tardanza, entre el congreso del FIV y la escuela no pude escribir, bua. Pero bueno, para recomenzar, he decidido alargar esta historia hasta una cuarta parte y quizás hasta una quinta, no sé. Pero el siguiente capítulo sí está garantizado. Espero les haya gustado, aún no hago sufrir demasiado a Yoh, eso lo veremos cuando se encuentre con Anna. ¡Gracias por leer!
May sk:
Vaya, no creí que llegara a influir tanto en tu visión de esta pareja, me alegro que te guste mi historia. Ya verás que Yoh sufrirá, muahahahaha. ¡Gracias por tu comentario!
Emmyk:
Jejeje, no era error. Es que solo puse un pedazo para que vieran que sí estaba escribiendo. Pero bueno, espero te haya agradado el capítulo entero.
AngelOfDreams:
Claro que hacen una pareja hermosa!!! Agradezco que sigas mi historia.
Escilia:
Pues ya habrás notado que Anna no va a regresar con Yoh, claro falta la parte en la que ella misma se lo dice. Espero no haberte decepcionado ahora que leíste el capítulo completo, es poco más corto que los otros, pero habrá un cuarto. Gracias por leer.
Hitomi-san:
¿Qué te enojaste con Yoh? Jejeje, bueno es que sí debo admitir que la manera en que dejó a Anna es medio cobarde, pero lo haré sufrir, jajaja.
Alesita-san:
Bueno, al menos hay personas a las que les gusta como escribo, jajaja mis lindas compañeras dicen que es demasiado para su cabeza.
Korishiteru:
Gracias por tu aliento para el concurso, me fue muy bien de hecho. Y sí que Anna tuvo suerte de que Hao se fijara en ella no?? Jejeje, bua yo quiero ser ella.
Anna Kyouyama3:
Agradezco tu apoyo a que siga mi historia tal cual lo quiera yo, espero te haya agradado este capítulo.
Haru:
Gracias por tu comentario, ciertamente la pareja HaoxAnna es genial. Y claro que seguiré escribiendo fics sobre el dueto cada vez que tenga insipiración.
