Antes de…

Bua, ninguno de los personajes de Shaman King me pertenece… ¿¡Por qué?! TT . Son de son de Hiroyuki Takei y TV Tokyo.


"ETERNIDAD"

Por Amaltea-Sibila


"Para todos aquellos a quienes alguna vez han sentido el dolor de un corazón roto y aún creen en el amor. Y si no, han de saberlo, cupido también se equivoca, la próxima ocasión tendrá mejor puntería. "

"Para Miroslava-chan y Mayeli"

"Para mí misma... sí, apesar de todo lo sufrido... aún creo."


Parte IV

Se ha ido.

Más lejos de lo que cualquiera puede imaginar. Ningún sistema de medición podría darle cantidad. ¿Cómo cuentas la brecha entre el amor y su abandonado? ¿Una grieta imposible de sellar?

Mi Anna… no… ya no eres mía. Ya no más.

"No está en la pensión, no he sabido nada de ella desde entonces."

"¡Izumo! ¡¡¿Qué no has llamado a mis abuelos?!!"

"Lo hice, no fue a Izumo… Pero cálmate, todos la estamos buscando aunque…"

"¡¿Aunque qué?!"

"Bueno… no estamos seguros, tu padre y tus abuelos creen que… Hao… estuvo en Funbari, en la pensión…"

De golpe recordé que ese abominable shaman la pretendía desde que supo de su existencia, y eran vívidas las sonrisas que éste le lanzaba en cada ocasión que la veía. ¿La había secuestrado para amenazarme? ¿A caso pretendía tomarla para sí? ¿La había lastimado? Si así era… La impotencia se volvió desesperación, pronto pude sentir mi alma arder de enojo y más aún, odio. El odio en su forma más pura.

No fui capaz de acabar con su vida hace tres años. Pero en esos instantes lo único que quería ver era su sangre, la sangre del maldito de mi hermano goteando por el filo de mi espada. Solo su cuerpo inerte era justa garantía de que Anna estuviera a salvo.

Y no obstante… nada serviría. Ni la cabeza de Hao en mis manos, ni el título de Rey Shaman, o de mi pecho el corazón arrancado con mis propias fuerzas para ofrecerlo en su honor. Ninguna acción era útil, era ignorante de los nuevos lances en su destrozada vida. Lo desconocía. La hermosa itako, ya no era mía.

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Faltaban alrededor de tres horas para que oscureciera cuando llegamos. Hao me condujo hasta la morada que tenía preparada lejos del tumulto de la aldea, más allá del pequeño bosque interior, donde esa tierra fértil se convierte otra vez en arena. Nadie llegaba hasta ahí porque se quedaban embelezados en la pequeña laguna cual albergaba el bosque. Perfecto escondite.

La construcción se medía entre dos y tres habitaciones de las que suelen ofrecer los apaches para el hospedaje. Una rústica consola empotrada en la pared este y cubierta de negro granito pulido hacía de tocador con una palangana sobre su superficie junto con el espejo biselado que colgaba sobre él. A los lados y a medio metro de altura estaban dos repisas más pequeñas con lámparas de gas. La cama, según pude ver al sentarme en ella, era un bloque de piedra como en la pensión de los nativos, pero a ésta la cubría un envoltorio de lana relleno de lo que supongo era crin, así mismo estaba forrada por varias pieles y al final una manta de de lino delgado. Por supuesto había varios cojines. En la pared oeste estaba la chimenea. El baño lo conformaba una pequeña piscina en una recámara contigua de la cual emanaba líquido caliente de la tierra. Ahí estaban los estantes que guardaban la ropa y otros accesorios de uso personal.

El lugar me pareció acogedor. Hao se disculpó por no poder ofrecer más por el momento, arguyó que algo más ostentoso llamaría la atención y que no tendría que esperar mucho por algo mil veces más rico y sofisticado. No tuve que objetar.

"¿Y eso?" Asakura me mostraba un bulto de telas.

"Es para ti." Me dio un ligero lienzo de algodón de la más alta calidad que resultó ser una yukata morado oscuro que se iba degradando a negro hacia los bajos de las mangas. El obi con motivos de plumas, era en color oro viejo, mientras que el obi-hime era negro. Lo más llamativo de la prenda, era su corta longitud, no llegaba más allá de las rodillas ahora que lo tenía puesto, a penas más largo que mi antiguo vestido negro.

"Me alegra que te haya quedado. El color hace un armonioso contraste con tu cabello." Me dijo.

"Pues yo no lo creo ¿no ves que le falta como medio metro para llegar mis tobillos?" La pregunta fue mero comentario, en realidad no me importaba ese detalle.

"Es que extrañaba cuando podía ver tus hermosas piernas, esa falda no te les hacia justicia." Se refería a lo que traía puesto antes, la falda hecha con casimir beige y línea "A" que me llegaba a media pantorrilla; en el talle portaba una simple blusa rojo burdeos, ligero escote corazón y corte a la sisa.

"Descarado"

"No me digas que no te gusta que sea así." Era cierto. " Y algo más, te entregaré a Senki y Goki, según vi la última vez, no tienes problemas para controlarlos." Me dijo entregándome una cajita de madera oscura. Guardaba unas figuras miniatura, copias exactas de los demonios. "Serán tu arma y harán de guardianes cuando yo no esté cerca." Me explicó el mecanismo de los pergaminos que él utilizaba para domarlos; nada complicado, me fue fácil tenerlos bajo mi mando al primer intento. Las figurillas de jade harían de tablillas para llevarlos conmigo a donde quisiera. Este, no era un regalo cualquiera.

Una hora después lo seguí donde sus partidarios le dieron aviso de sus observaciones, se reunieron en uno de esos campos abiertos para las batallas. El calor había disminuido en consideración y el sol comenzaba su descenso por el oeste. Me quedé relegada al lado de Hao, mirando de una en una a las personas ahí congregadas: Lackiff, Kanna Bismarch, Marion Phauana, Matilda Matisse, Zan-Ching, Turbine, Peyote, Bloken, el siempre fiel Opacho; y finalmente Nichrom quien tras la caída de Hao fue desterrado por sus congéneres y despojado de su objeto de posesión. De alguna forma se las arregló para regresar con nuevas armas.

Ellos también me miraron, unos inclinaron la cabeza con respeto, Lackiff me dio las buenas tardes y Opacho me sonrió como diciendo: "¡Qué bueno que ya está junto al Señor Hao!". Curioso.

"Están aquí Señor, Yoh y compañía. " Habló Kanna." Los apaches parecen no sospechar algo."

"Bien, sigan así. No es necesario hacer alboroto aún. Continúen separados hasta mis nuevas instrucciones. Pueden irse."

"Me alegra verlo otra vez, Señor Hao."

"A mi también Opacho. No te separes de las chicas ¿quieres?" Nunca creí que ese hombre pudiese hablar con un tono tan paternal.

"Sí Señor." Respondió sonriendo el pequeñín y luego se alejó con Kanna y el resto. Ya que estuvieron lejos, Hao se dirigió a mí.

"Lo escuchaste ¿no?"

"S" Ascendí.

"Y, ¿quieres ir a hacerle una visita o prefieres que lo haga yo?"

"No, ahora solo quiero estar contigo."

No recordaba cuan gélida se ponía la tierra del desierto con la caía del sol. Ah, eso no importa aquí dentro.

Estábamos cubiertos por una manta de lino, envueltos el uno con el otro. Una pequeña llama a punto de extinguirse en la chimenea iluminaba con tonos rojizos la habitación. Carmesí era el color del fuego, su elemento.

Al volver a nuestro albergue tomé un baño y esta vez, Hao me acompañó.

El fabuloso traje que traía puesto despareció en sus manos con lentitud, al igual que su toga en las mías. El agua se derramó en pequeñas oleadas sobre el piso y el marco de azulejos celeste que rodeaban la piscina al sumergirnos en ella. Nos tallamos y besamos tiernamente, derramando agua tibia el uno sobre el otro. Y lo que secó nuestros cuerpos fue el calor que emanaban al volvernos uno solo sobre el lecho.

Que suave y dulce es su perfume. Me gusta cerrar los ojos, posar mi rostro sobre su piel y olfateando recorrer todo su cuerpo. Tan tibio, adoro reposar entre sus brazos, verme reflejada en sus oscuros ojos.

Es fuerte, el más poderoso de los shamanes.

"Te amo." Lo dijo tantas veces mientras me acariciaba, pero por sobre el tono de lujuria con que lo susurraba, era sincero.

¿Cómo lo sabía? ¿Por qué le creía?

Ah, es cuestión de ponerse a filosofar acerca de la ética en sus acciones, en las de Yoh. Su recate, el abandono del segundo. Los ideales (y los medios para alcanzarlo) de uno y otro. Quizás encontrara que las atenciones de Hao me hacen sentir requerida, necesaria, tan especial como yo misma me considero. E idolatraba no nada más mi cuerpo, antes que eso, lo primero que percibió en mí fue mi alcance como shaman, reconoció toda capacidad cual tanto trabajo y años de duro entrenamiento me brindaron. Apreció desde el principio lo que yo soy.

O en mi pensar descubriría que me dejé amar por mero despecho, por ambición. Si es que estoy aquí para alcanzar mi vida señorial, con mansiones, joyas, telas finas; con el poder que solo la esposa del Shaman King podría tener y que yo tanto ansiaba desde que mis padres me abandonaron en la casa Asakura. Podría ser… no lo sé, Yoh me hizo olvidar mi rencor hacia aquellos quienes nos rechazaban por nuestras habilidades, pero jamás borré esas miradas de miedo y odio que nos lanzaban y eso, debo admitir, hacía nacer antipatía en su contra. Obteniendo poder les demostraría cuán equivocados estaban al rechazarme.

O lo más superficial, que el placer cual me proporcionan sus caricias y los espasmos de placer a los que me hace llegar con cierto salvajismo son tan grandiosos que viviría de ellos sin pedir nada más. ¿Cómo puede decir esto una mujer que apenas ha dejado la virginidad y no ha yacido con ningún otro? Bueno, creo que no cualquier hombre te deja exhausta, sin respiración y con la idea de que tus gritos no hacen justicia a lo que estás sintiendo.

Si, habría que ponerse a pensar en todo eso y más. De repente, dio un profundo suspiro y me abrazó con más fuerza entre sueños.

Hao Asakura…

Frío, sanguinario, ambicioso, arrogante. El mal encarnado en hombre.

Eso es él Eso es lo que todos dicen. ¿Qué si yo lo creo? Como dije, es materia de discusión entre yo y mi cabeza por horas. Pero… no quiero hacerlo, no es necesario.

Me acurruqué mejor entre sus brazos como una pequeña niña que busca la protección de su padre.

Hao.

Y si él quiere ver arder al mundo entero, acabar con cada humano, si eso es lo que desea… yo estaré ahí, a su lado, para siempre.

"Yo también te amo." Le dije.

No, no hay razón para deliberar en tales tonterías.

Murió entonces la luz del hogar y caí dormida.

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"Lo vieron."

"¿Y ella?"

"Está con él, pero…" Silva quería decírselo. Él lo había visto.

"Dime dónde está." Sin embargo, auque hubiese permitido que hablara, jamás le creería.

"Yoh, creo que…" Lo miraba con lástima.

"¡¡Dime dónde está Hao!!"

A pesar de que sus ojos estaban desorbitados por la furia y amenazaban con acabarlo si no le daba respuesta, aún así le causaba pena. Le inspiraba compasión ese pobre y estúpido chico que sabía de las necesidades de quienes le rodeaban e igual fue incapaz de ver en su propio interior que tenía junto a él la fuente de la felicidad.

Sí, seguro ver alguien así también le hubiese causado el mismo sentimiento. Pero ese chico era él, era Yoh Asakura. Y ahora se dirigía a rescatar a su amada, a salvar a su Anna de ese sucio, gallina de Hao. Pagaría con creces su atrevimiento y su rubia doncella estaría siempre bajo su custodia, porque él la amaba, ella lo amaba.

Lo amaba…

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Nadie esperaría tal acto de su parte.

Un ataque improviso a primeras horas de la madrugada. Ni siquiera había plan a mencionar. Era su arrebato de furia la inspiración para el movimiento que inició apenas supo de la localización del maldito de su hermano alrededor de las tres de la mañana. Estaría solo, dormido, o al menos con la guardia baja. Lo mataría con un solo movimiento y tan rápido como acabara con su vida, Anna volvería a su lado. Así de simple… bajo, vil y traicionero. El resto de la compañía estaba en pro de esta opinión.

Hao era –y está por de más decirlo—una amenaza latente. Nadie podía asegurar si enredaría a los shamanes, buscando aliados, moviéndose lenta e inteligentemente como un alfil sobre el tablero tal fue el inicio de su plan en el torneo pasado. O como en las horas concluyentes del mismo, que en su confianza por su la superioridad de su nuevamente acrecentado poder –Hao no se presentaría con el mismo nivel que se hubo traducido en su derrota—, un agresión sin rodeos a los Grandes Espíritus era lo que debían esperar.

Mas a pesar de tales posibilidades y el peligro que el maligno manipulador de espíritus representaba para cada ser humano, no eran razón para eliminar el honor, el respeto que ellos daban a los encuentros. Y olvidándose de las batallas, era la honestidad ante cualquier asunto. No era honesto ir tras la sombra de sus séquitos, quienes ni siquiera rondaban en las cercanías según noticias de sus espíritus acompañantes, con el fin de impedirles acudir al auxilio de Hao, vigilarlos para que la empresa sanguinaria de Yoh no fuese interrumpida.

"No es ético lo que nos estas pidiendo." Argumentó Faust ante todos los reunidos en uno de los restaurantes de la villa.

"Estás mal." Chocolove lo miraba acongojado.

"Incluso tú estabas al cien por ciento de tus capacidades cuando peleaste con él. Y jamás nos embistió de ese modo." Le hizo notar Horo-horo.

"Olvidan que nos separó para poder matarme él solo y si me dejó vivir hasta el final fue por satisfacción propia, para acabarme lentamente. Sabía que jamás podría contra él." Yoh trataba de mantener la calma, sus palabras eran lentas y caían con dureza. ¿Cómo era posible que hablaran de decencia cuando el enemigo era Hao?

"Es cierto, pero Yoh" Lyserg lo miró con angustia. El deseo de venganza por sus padres había renacido con Hao y momentos antes estaba de acuerdo con la estrategia. Luego observó los ojos del menor Asakura totalmente fuera de sí. Era igual a él, a Hao. Se preguntó si ese era el aspecto que presentaba su propia persona cuando el deseo de matar al shaman de fuego lo dominaba. Con razón Morphin se negaba a obedecerlo y todos lo miraban lastimosos "Esa es su esencia, no la tuya. Tú no eres así, tú jamás procederías tan salvajemente. Comprendo tu exaltación, pero eso solo te hará sufrir a la larga, te lo digo porque yo lo viví. No quiero que sufras lo mismo."

"¡¡Es por Anna!! ¡Es por ella! Si hay algo cobarde, es lo que él hizo al secuestrarla sabiendo que estaba sola en la pensión. "

"¿Y porqué estaba sola Yoh?" Intervino Ren despectivamente y mirándolo fulminante a los ojos. "Porque tú la abandonaste." Tao seguía el más frío al decir las cosas como eran. Y de haber sabido la verdad que rodeaba el rapto de la itako, se lo habría echado en cara sin titubear. Porque estaba decepcionado de su amigo, aquél que le inculcó la creencia en la alegría, la compasión, la camaradería, en las cosas sencillas de la vida.

"Yo…" Que duro había sido el golpe, que poderoso argumento, pero eso no dejaría de lado su plan. "Sí fue una estupidez, lo acepto. Pero estoy dispuesto a rescindirme y le pediré disculpas sobre rodillas, pero Hao debe pagar por atreverse a tocarla…" Destacaron sus últimas palabras por el tono de aborrecimiento con el que fueron pronunciadas.

No, nada cambiaría su actitud. Ryu dio un profundo suspiro de resignación.

"Le ayudaremos porque Anna-sama nos importa mucho y también deseamos que esté a salvo. Pero prometa Yoh-sama, que no cometerá ninguna locura. Vaya y rescátela, solo eso."

"Hazlo por ella como dices." Aconsejó Faust. "No por odio o venganza."

"Iremos en tu auxilio si te da pelea." Afirmó el shaman de tierras frías con una sonrisa y el dedo pulgar hacia arriba. "Mientras no te conviertas en un matón."

"En serio amigo. "Dijo el moreno. Luego fue Lyserg:

"Promételo Yoh."

Ren ya no argumentó nada más, su silencio indicó que también estaba dispuesto a ayudar siempre y cuando Yoh diera su palabra.

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Lo prometió, pero no pensaba atenerse a ese juramento.

Corrió velozmente, sigiloso para que nadie se enterara de su paso. De negro, con la mano en mango de su espada, ya había realizado la posesión antes de salir para que su incremento de energía no despertara a Hao. Era el perfecto asesino.

Cruzó la aldea, el bosque y finalmente donde su hermano. Miró alrededor antes de acercarse más a la puerta, asegurándose de su total soledad. Entonces, tranquilizó su respiración, miró el paisaje como calculando la distancia que aún le quedaba para llegar a la entrada (no más de diez metros) e inició su marcha lenta. El lugar estaba oscuro, la noche era fría, pero no había ningún fuego en los adentros. Tampoco había ruido y la presencia de ambos era serena. Sí, estaba dormido.

Antes de abrir la puerta, desenfundó con agilidad la katana, se escuchó el elegante cimbrar de su acero y Haru-same resplandeció con luz plata gracias al hálito del cuarto menguante proveniente de la luna. Un solo movimiento, rápido e imperceptible. Únicamente necesitaba un movimiento. Empujó el portón con el hombro, pues tomaba su espada con ambas manos.

Estaba oscuro, pero con la luz que entraba gracias a la cortina movida por el viento de una de las ventanas, pudo llegar sin problema hasta el lecho. Sí, ahí estaba el desgraciado de su hermano. Dándole la espalda, sonriendo, con la ignorancia de que iba a morir en los próximos segundos. ¿Y Anna? ¿Dónde estaba? Buscó rápidamente con al mirada alrededor del cuarto, pero no la localizó. Iba a moverse hasta el baño, pero una ventisca más fuerte, alzó las cortinas y dejó que entrara todo el fulgor nocturno por unos instantes. Los necesarios, para que iluminara la habitación completa y toda su empresa cayera tan profundo como sus deseos de matar a su hermano.

Con los ojos desorbitados como quien ve a alguien muy amado muerto, Yoh observó que, sin ropa, Anna yacía junto a Hao. Por debajo de sus senos, el shaman la abrazaba en un gesto de propiedad. El resto de sus cuerpos estaban envueltos en una delgada manta, pero nada más. Ese hombre, tuvo el atrevimiento de hacerle el amor, de tocarla, hacerla suya. Y lo hubiera matado por eso. Pero no pudo.

Porque Anna tenía los párpados relajados y las pestañas rizadas; sus delgadas y finas cejas no se fruncían en lo alto en señal de dolor o angustia, si no que se arqueaban naturalmente sobre los ojos; su cabello permitía a Hao acomodar su rostro entre ellos; su piel resplandecía como porcelana y estaba empapada en sudor de ambos; en sus mejillas se percibía un rubor intenso que no tenía razón del clima, pues era helado como en invierno; y lo más fatal de toda esa belleza, era la sonrisa cual se formaba en sus labios frágiles, perfectamente delineados y de color rosa. Era esa alegría que solo tiene una mujer cuando ha gozado por voluntad propia de un hombre, cuando es feliz con su compañía. Y ese hombre no era él, era Hao.

El aire seguía corriendo despacio. Un Yoh cabizbajo retrocedió con la misma lentitud con la cual había llegado. Cerró la puerta a sus espaldas sin voltear un segundo atrás. Colocó a Haru-same en su funda y echó a andar sin sentimiento alguno en su alma. No sabía que había visto o posiblemente sí, no estaba seguro. Tal vez si caminaba por el bosque despertaría en su cama, allá en Funbari, donde las noches no son tan heladas y los días calurosos se apaciguan con un delicioso raspado. Quizás, se encontraría con que todo ha sido un mal sueño y ella, su Anna, está en la habitación de a lado esperando ver su gran sonrisa como todas las mañanas.

Fin de la Parte IV


Notas de la Autora:

¡¡¡¡¡¡Ahhhhh!!!!!! ¡¡¡¡Sí por fin!!!! Lo siento, lo siento. Último trimestre en la escuela, demasiadas cosas por hacer. Pero aquí está, ¡¡¡la cuarta parte!!!. Gracias por leer y tener la paciencia de esperarme. No prometo nada pronto, pero este fic, se termina porque se termina en la siguiente parte. Y esta es la segunda vez que lo subo, faltó copiar una pequeña parte.

Y subido por tercera ocasión para responder sus comentarios:

May sk:

Muchísimas gracias por seguir esta historia que tanto ha tardado, jejeje. Bueno, en verdad sí quisiera alargar más la historia, pero ya el tiempo no me deja. Ya que termine la escuela (que será MUY pronto TT) me podré a sacar todas estas ideas que traigo en mi cabeza. En serio me halaga eso de que me hayas puesto entre tus escritoras favoritas, y de tus terapias… pues te las pagaría de no ser porque todavía tengo deudas con las mías, jajajaja. Viva Hao!!!

Escilia:

Me da mucho gusto que sigas tanto mis historias de SK, como de HP. En serio, gracias. De Yoh, pues claro que ha de estar en el infierno y más ahorita, sigo creyendo que el hecho de ver a Anna feliz con Hao creyendo que era todo lo contrario, es cruel; y como todos querían que sufriera pues ahí lo tienes. De lo de Ren, sí debo admitir que he tenido ideas de que si no estuvieran ni Yoh, ni Hao, Ren sería la tercera opción, ya que tenga tiempo desarrollo esa historia. Pero por ahora, solo lo puse así porque creo que él es el más sincero de todos, no con sus propios sentimientos, si no en opinión. Yaoi?? No, no lo creo, es una historia muy corta para meter más parejas. Ojalá te haya gustado este episodio. Gracias y bye.

Mildred Diethel:

Que bueno que te agradó mi historia, espero la sigas ahora que ya termina. Sí, ciertamente la pareja HaoxAnna es genial!

Priss:

Pues qué te puedo decir a ti? Tus historias están muy padres y me alegra mucho que me dejes reviews, en serio me encantaría agregar más capítulos, pero temo que si lo hago, descuide la historia y ya no sea lo mismo. Pero si se puede, lo haré. Espero que el episodio completo te haya gustado y sigo aguardando por la continuación de tu historia. Gracias.

Angelous Diabolicus:

Jajaja, andas igual que yo?? Sin tiempo?? Ahora mismo estoy rogando por otra semana más para poder hacer todos mis trabajos. Que bueno que te agrade mi historia y ojalá este capítulo no te haya decepcionado. Bye

Moonchant:

Haber si no sobrepasé tu límite de espera. Sí, sé que tardo mucho, pero creo que ha valido la pena. Y es que por muy malo que sea Hao, yo creo que sí tiene su

corazoncito. Gracias por tu comentario.

HiYoNo:

Aquí está la continuación, se que no fue muy pronto, pero bueno, ya lo dije… ahhh!!! Demasiado que hacer!!!! Gracias por tu review.

Emmyk:

Jajajaja, parece que dos semanas no fueron mucho, ¿cuánto me tardé en actualizar? Mmmm…. Tres meses??? Ah, no sé, pero ojalá sigas por estos rumbos. Agradezco tu opinión.

Anna Kyouyama Kenshin:

No, no te preocupes, como ves Anna jamás, pero jamás volverá con Yoh!!! Digo, teniendo a Hao, quién quiere otra cosa??? Jajajaja, Arigatou.

Minamo:

Sí, sé que fue muy repentino ese cambio de Yoh, quizás me faltó detallar esa parte. Pero el chiste es que le cayó el veinte por lo de Anna. Otra, me alegra mucho que te llegue tanto esta historia, digo para que te haga enojarte con Yoh a pesar de ser partidario YohxAnna, jajaja. Gracias por eso de "excelente escritora", jejeje, si no funciono en diseño de modas, ahora sé que tengo otra opción de modus vivendi (así se escribe??? Jejeje). Espero tu comentario de este capítulo. Bye.

An!ma:

Sí, todos queremos que sufra Yoh. ¿Lo habré logrado en esta parte? Gracias por tu comentario!

EMILY SMITH:

Contestando a tu pregunta, "Silva" es Silver, lo puse así porque según yo, esa es la escritura correcta de su nombre o al menos eso me han hecho creer muchas páginas, pero si estoy mal, tú dime. Me alegra que sigas mi historia. Gracias y bye.

Harumi-chan:

Gracias por tu review. Decidí alargarlo porque iban a suceder demasiadas cosas para solo tres capítulos. Espero tu comentario del cuarto!

Sehren Kou:

Verdad que Hao y Anna hacen una pareja excepcional??? Bua, yo quiero ser Anna. Eso de "único y especial" me agradó, jejejeje. Ojalá este episodio no se lo quite. Gracias por leer!!!