Boys Don't Cry
por Karina
Arlet era la única que permanecía con uniforme. Los demás soldados ya se habían cambiado de ropa y estaban listos para partir.
-Es una lástima que no vengas con nosotros, Nathan- le dijo Dalet.
-Bah, no importa, él se lo pierde- dijo Gatty haciéndose el sentido.
-Lo siento chicos- dijo Nathan -Sé que no será lo mismo sin mí- bromeó. Todos se largaron a reír.
-Bien, yo los dejo hasta aquí- se despidió Nathan.
-Si, pásalo bien- se burló Miguel -espero que no hagas enojar mucho a Dilandau sama- le dijo mientras se despedía de ella con un golpe en el hombro.
-Yo también espero eso- respondió Arlet. Todos se despidieron de ella, pero cuando Chesta se acercó a despedirse, le dijo muy serio.
-Adios, Nathan, cuida mucho a Dilandau sama- Arlet se quedó sorprendida.
-Si... lo haré- le contestó extrañada, sin embargo pudo darse cuenta de la mirada que Gatty le dio a Chesta, como si lo estuviera reprendiendo por decir algo que no debía.
-Adios, pásenlo bien- les dijo Arlet a todos mientras se retiraba y cuando se dirigía a la salida, se dio cuenta de la presencia de Dilandau, quien estaba apoyado en una muralla, observando a sus soldados. Estaba como ensimismado y Arlet no pudo leer la expresión de su cara. De lo único que pudo darse cuenta fue de que estaba tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera la notó.
Luego de eso, Arlet se dio cuenta de que tenía el resto de la tarde libre. ¿Y ahora qué voy a hacer? Tenía algo de hambre, así que se dirigió a la cocina a ver si encontraba algo para comer, pero lo único que consiguió fue una manzana verde. Se dirigió al comedor jugando con la manzana y se sentó en uno de los inmensos mesones. El lugar estaba completamente vacío, así que se comió la manzana con toda la calma del mundo. Luego de eso, decidió irse a su habitación. Se sentía extraña al ver que podía hacer todo con absoluta calma y relajo, sin que nadie la estuviera apurando. Estaba caminando tranquilamente por los pasillos cuando se percató de una luz que provenía de la sala de Dilandau. A pesar de que ya era tarde, le extrañó que aún estuviera despierto (siempre se acostaba temprano). Una vez más, su curiosidad pudo mucho más que su sentido común, así que decidió ir a ver qué estaba haciendo Dilandau. Se acercó a la puerta y antes de que pudiera llegar a ella escuchó la voz de Dilandau.
-¡¿quién anda ahí?!- Arlet entró sigilosamente al gran Salón. Dilandau se encontraba echado en su trono, con su chaqueta puesta encima de sus hombros y con una copa de vino en su mano, mientras que con en la otra tenía apoyada su cabeza.
-Permiso, Dilandau sama- dijo Arlet alejándose de la puerta.
-Ah, eres tú Arlet, entra- le dijo Dilandau mientras se sentaba bien en el trono. Arlet se acercó un poco más y pudo darse cuenta de la pequeña mesa que se encontraba al lado del trono de Dilandau y de las dos botellas de vino, una de ellas estaba vacía y la otra se encontraba en la mitad.
-Pensé que te habías ido- dijo Dilandau.
-No... decidí quedarme- le respondió Arlet -quiero aprovechar de practicar con la espada-
-Eso es bueno. Tienes que mejorar tu manejo de la espada-
Silencio.
-Pensé que irías a visitar a tu familia-
-Ya le dije que mi familia estaba aquí- le respondió Arlet. Dilandau esquivó la mirada avergonzado. Volvió a jugar con la copa de vino y luego de un rato bebió su contenido.
-Acércate- le dijo a Arlet. Ella lo miró con desconfianza, pero de todas formas se acercó.
-Bebe una copa- le ordenó.
-No gracias, no bebo- le contestó Arlet.
-Dije-bebe-una-copa- volvió a repetir. Ni modo, Arlet tuvo que buscarse una copa y servirse una copa de vino. La única vez que había bebido vino fue cuando de curiosidad tomó un sorbo de un vaso de vino que había dejado un cliente y en realidad hubiera preferido no haber hecho tal cosa, ya que sintió que el sabor amargo y vinagre no se lo podía quitar con nada. Así que con valor, cerró los ojos y se tomó el contenido de un zarpazo. Sin embargo, el sabor del vino no le desagradó en absoluto. Al contrario, pudo sentir el sabor dulce de la bebida en su boca. Está delicioso, pensó.
-¡¿Qué manera es esa de tomar una copa de vino?!- dijo Dilandau indignado por la forma en que Arlet se tragó la copa.
-Ya le dije que no bebía- le respondió Arlet molesta. Dilandau sólo se dignó a mirarla feo, pero decidió cambiar su cara e inclinarse para servir él mismo dos copas de vino. Luego de eso, tomó una de las copas que llenó y volvió a su posición original.
-toma esa copa... te enseñaré cómo se hace- dijo Dilandau. A Arlet no le quedó otra más que hacerle caso, pero ya no estaba tan molesta de que la obligara a beber nuevamente, el vino que había probado era sencillamente exquisito.
-Primero que nada, el vino se bebe, NO SE TRAGA... no es agua lo estás tomando - le dijo mientras le dirigía la mirada para cerciorares de que lo estaba escuchando. Una vez que se dio cuenta de que sí lo hacía, volvió su mirada a su copa, la levantó y comenzó a moverla dando pequeños giros a su contenido
-Primero tienes que observar su movimiento y su color... - luego acercó la copa a su cara, cerca de su nariz - ... luego tienes que sentir su aroma... sentir su olor dulce, y una vez que has podido sentir su sabor con tan sólo olerlo, bebes un pequeño sorbo y dejas que su sabor inunde tu boca y recorra tu garganta- y después de decir eso, se llevó la copa a su boca y bebió un poco de vino, disfrutando su sabor con los ojos cerrados.
Francamente a Arlet le parecía un montón de cursilerías todo lo que acababa de escuchar, pero hizo exactamente todo lo que Dilandau le dijo y una vez que el dulce sabor del vino inundó su garganta, se dio cuenta de que no eran cursilerías en absoluto.
-¿y qué dices ahora?- preguntó Dilandau
-Delicioso- respondió Arlet al momento que sentía que las mejillas se le sonrojaban. Practicó varias veces más hasta que se acabó el contenido de su copa.
-Muchas gracias, Dilandau sama- dijo Arlet dejando su copa en la pequeña mesa. El silencio se prolongó hasta que se hizo incómodo.
-Si quieres más, puedes servirte- dijo Dilandau
-¡Muchas gracias Dilandau sama!- dijo Arlet entusiasmada e inmediatamente se sirvió otra copa llena de vino.
-De... nada- agregó Dilandau no muy seguro de que fuera una buena idea que Arlet siguiera bebiendo. Arlet continuó practicando y practicando, hasta que se tomo la botella que quedaba en la mesita y como es de suponer en alguien que nunca ha bebido, todas las copas que se tomó comenzaron a pasarle la cuenta y de pronto comenzó a sentir calor y unas ganas irresistibles de conversar y reír.
-Vaya, vaya... nunca pensé que iba a volver a beber vino en mi vida, una vez lo hice y me prometí a mi misma que nunca más lo haría... ¡¡es lo mejor que he probado en mi vida!!... por cierto ¿es idea mía o hace calor?- dijo Arlet muy animada.
-Si, hace un poco de calor- le respondió Dilandau.
-Si, ya lo suponía... Dilandau sama, no creo que le moleste que me abra la chaqueta... después de todo, no hay nada que no haya visto antes- dijo Arlet en un tono muy picarón.
-¿qué estás diciendo?- dijo Dilandau avergonzado
-Lo siento Dilandau sama, pero llevo una camiseta bajo la chaqueta- le respondió y comenzó a reírse y a echarse aire con la mano. Luego de eso dio un suspiro y siguió hablando.
-pero bueno, como le decía, jamas en mi vida había probado un vino así de exquisito, pero una vez probé un vino... sólo lo hice de pura curiosa que soy... estaba limpiando unas mesas en la cantina en la que vivía y entre los vasos que quedaban había uno que tenía algo de vino... así que lo probé... y fue horrible, lo peor que tomado en mi vida... -
-Eso es obvio... - dijo Dilandau interrumpiendo las divagaciones de Arlet -Quien sabe qué clase de vino tomaste y te aseguro que no tiene que haber sido uno muy bueno... No puedes comparar lo que tomaste en un bar de mala muerte con mi vino. Yo sólo tengo cosas de calidad- dijo de modo despectivo.
-Tiene razón Dilandau sama- dijo Arlet pensativa, pero luego agregó con entusiasmo
-Bueno Dilandau sama, qué más se podía esperar de Ud... si tiene tan buen gusto para todo... es cosa de fijarse en su traje tan elegante, y su habitación tan bien decorada... y se nota que es una persona que se cuida mucho, usted tiene muy buen gusto en todo... ¿sabe una cosa?... bueno, algunos soldados dicen por ahí... - dijo Arlet agachando la cabeza como si estuviera avergonzada. Dilandau comenzó a ponerle más atención.
-bueno... ellos dice, ¡pero Ud. no les vaya a decir que yo dije tal cosa! Bien... algunos soldados dicen que Ud. es... bueno... dicen que es homosexual y que por eso tiene tan buen gusto-
-¿¿¡¡QUÉ DIJISTE??!!- dijo Dilandau sobresaltado.
-Pero Dilandau sama, Ud. no se preocupe que sólo lo dicen de envidiosos... además... no tiene de que preocuparse de que digan eso, Ud. ya me comprobó que no es así, ¿verdad?- agregó Arlet sonrojándose aún más de lo que estaba.
-Arlet- dijo Dilandau en tono neutral
-¿Sí, Dilandau sama?- dijo Arlet mirando de reojo a Dilandau aún avergonzada.
-Estás ebria-
Arlet lo miró sorprendido.
-¡por supuesto que no!- le respondió
-Claro que si- volvió a decir Dilandau.
-¡Que no!-
-¡Que si!-
-Dilandau sama- dijo Arlet llevándose las manos a la cintura -Si realmente estuviera ebria como Ud. dice haría alguna locura como... acercarme a Ud.- dijo acercándose a Dilandau
- ... me apoyaría en los brazos de su trono... - continuó apoyando sus manos en los brazos del trono de Dilandau
- ... y me sentaría en sus piernas... - continuó diciendo mientras se montaba en las piernas de Dilandau, quedando muy cerca de él, tanto que Dilandau se recostó en el respaldo del trono.
-Arlet- dijo Dilandau con el mismo trono neutral de hace unos minutos.
-¿Sí, Dilandau sama?-
-Estás sentada en mis piernas-
Arlet se quedó quieta un momento, sin darse cuenta aún de lo que había hecho y una vez que lo hizo se largó a reír.
-creo que tiene algo de razón, Dilandau sama... creo que sí estoy un poquito ebria... - le dijo y de tanto reírse su chaqueta comenzó a abrirse, lo que hizo que Dilandau desviara la vista de su cara.
-Así es que... - dijo suavemente mientras que con una mano apartaba la chaqueta de Arlet. -así es como ocultas tus senos- se dio cuenta que debajo de la pequeña camiseta color lavanda que todos usaban, Arlet llevaba puesto varios vendajes.
-Después de todo no es tan malo tener pechos pequeños- le respondió Arlet dejando que Dilandau la observara. Él llevó su mano a su pecho y al tirar el vendaje con un dedo pudo darse cuenta de que las vendas las usaba tan apretadas que le marcaban la piel.
-¿no te molesta usarlo tan apretado?- le preguntó sin levantar la vista.
-Ya estoy acostumbrada- le respondió Arlet, estremeciéndose al sentir las manos de Dilandau, pero no hizo nada.
-Ya entiendo- De pronto, Dilandau la asió de la camiseta y la acercó bruscamente a su cuerpo. -Pero hay algo que no entiendo-
-¿q- qué no entiendes?- murmuró Arlet tratando de mantener la compostura.
-No entiendo... ¿por qué se siente tan bien tenerte cerca?-
-No lo se-
-¿Tu también sientes lo mismo?- pero Arlet no le respondió y se acercó aún más para besarlo durante un largo rato y mientras lo hacia, podía sentir el sabor dulce del vino en su boca.
-Hay otra cosa que no entiendo- dijo Dilandau una vez que se separaron.
-¿qué no entiendes?- le preguntó Arlet mientras jugaba con el cabello de Dilandau
-El cuerpo de una mujer... - comenzó a decir mientras que con una mano comenzaba a tocar los muslos de Arlet.
-Sus piernas son más delgadas que las de un hombre... - sus manos continuaron subiendo hasta llegar a sus caderas.
-Sus caderas son más anchas que la de un hombre... - luego de eso, siguió subiendo hasta que sus manos llegaron a su cintura.
-su cintura es más pequeña... - ahora sus manos se dirigieron a sus brazos.
-Sus brazos son más delicados... - continuó acariciando su cuello y su rostro. Arlet no hizo absolutamente nada, pero sentía que el corazón se le iba a escapar del cuerpo.
-su cuello es tan frágil... - y ahora sus manos comenzaron a bajar hasta sus senos
-¿y qué me dices de esto?- dijo marcando la forma de sus pechos con tal suavidad que Arlet se estremeció completamente.
-Se ven tan frágiles... pero tienen una fuerza que no se compara con nada... - se quedó callado un momento, contemplando el rostro de Arlet.
-Arlet, a veces te ves tan frágil... pero tienes una fuerza que cualquier otro soldado desearía-
-¿qué estás diciendo, Dilandau?- dijo Arlet -yo sólo soy una simple soldado, no soy tan fuerte como dices-
-No me refiero a la fuerza bruta... es otra cosa menos tangible... es... tener el valor y las agallas para salir adelante... ¿cómo lo haces?- dijo Dilandau, quien de pronto parecía fascinado con Arlet.
-Supongo que no nos queda otra solución- dijo Arlet y su mirada se volvió algo triste y de pronto suspiró. No recordaba la última vez en que se había sentido tranquila, sin la preocupación de tener que hacer algo, alerta a lo que estaba haciendo. Hace mucho tiempo que no tenía un momento de descanso, de hecho, desde que su padre murió no lo había tenido y por un pequeño momento se permitió relajarse un poco y descansar su cuerpo y su mente en los brazos de Dilandau. Qué irónico... y pensar que Dilandau nunca les da un momento de descanso a sus soldados y ahora está así conmigo.
Trató de seguir jugando con su pelo, pero Dilandau nuevamente la acercó a su cuerpo para besarla. Arlet pudo sentir como las manos de Dilandau recorrían su espalda por debajo de su camiseta hasta que de pronto sintió cierto alivio en su pecho. Dilandau le había soltado los vendajes.
-¿Qué estás tratando de hacer, Dilandau?- le dijo Arlet sin separar su boca de la de él.
-¿qué crees tú?- respondió Dilandau besando ahora su cuello.
-Nos pueden pillar- le murmuró Arlet en su oído y aprovechaba de morder su oreja.
-No te preocupes, ya no hay nadie... todos se fueron ya-
Pero en ese momento el sonido de algo cayendo en el suelo los sorprendió.
-¡¿QUIÉN DEMONIOS ESTÁ AHÍ?!- gritó Dilandau bastante alterado.
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El Minuto Cultural de Hotaru
Hola a todos, una vez más ^__^. Antes que nada, pido disculpas por demorarme taaaaaanto en poner este cap. Y debo reconocer que lo tenía un poco del lado, he estado muy atareada con una actualización especial de mi página Monitos Chinos, además de estar haciendo un par de dibujos, pero ya retomé la inspiración ^^
Bueno, este caps estuvo bastante etílico, por decirlo de alguna forma, la verdad es que no tengo idea si realmente así se prueba un vino, pero traté de hacerlo lo mejor posible ú_ù. Sé que lo dejé bastante inconcluso, pero se debe a que el cap. que tenía pensado se me volvió a alargar, así que decidí volver a dividirlo, pero no se preocupen, que esta vez no me demoraré tanto en actualizar.
Y bueno, ya saben, comentarios, pifiaduras, tomatazos, cartas de amor y amenazas de muerte, a mi mail, hotaru_albatou@hotmail.com o simplemente dejen sus reviews... ¡¡me encantan los reviews!!
