Disclaimer: Lo de siempre, personajes no míos sino de Rowling, Jo y Matilda son mías y no las comparto. Disfruten el capítulo.

FanFiction: Harry Potter y la deuda pendiente.

Capítulo 14: La vida te da sorpresas...

¿Es mi cerebro, o esto que escuchamos a escondidas nos incumbe? –preguntó Ron en un susurro.

No, no es tu cerebro, esto nos incumbe –contestó Hermione.

Pero lo que seguía no lo escucharon, pues los gemelos fantásticos los sorprendieron por detrás.

Ajá, veo que no se curan de escuchar a medias, ¿eh? –dijo Fred pasando por delante de ellos y entrando a la cocina.

Por nosotros no se preocupen –les dijo George levantando los pulgares- Y si alguno de ustedes tiene algún anuncio que hacer... –miró disimuladamente al cuarteto- será mejor que lo haga ahora. –y siguió su camino a la cocina.

Ginny y Harry miraron a los ahora rojos Ron y Hermione, se miraron y se echaron a reír con ganas. Parecían tener tomates en vez de cabezas (En especial Ron).

Creo que dejamos a los tórtolos planear su discurso, Harry –dijo Ginny.

Lo que usted mande, señora –dijo Harry abriendo la puerta de la cocina y haciéndose a un lado para que Ginny pase.- Mucha suerte, Sr. Y Sra. Weasley... –y entró tras Ginny, quien se aguantaba la risa. Se sentaron a la mesa y vieron que los gemelos estaban leyendo un pergamino preocupados. Pergamino que se ocuparon de esconder con el máximo disimulo posible. Los padres de Ron parecían nerviosos. Definitivamente había gato encerrado.

¿Y Ron y Hermione? –pregutnó el Señor Weasley como quién comenta el clima que hace.

La expresión de la Señora Weasley cambió a una más reflexiva, se dio la vuelta y comenzó a cocinar.

Eeeesteeee.... –murmuró Harry.

Ya vienen, Hermione le está explicando a Ron algo sobre un encantamiento que no entendía –dijo Ginny con la máxima frescura. Harry estaba admirado, pues, si él no hubiera sabido, le habría creído al 100%.

Ron y Hermione hicieron su ingreso a la cocina al mismo tiempo. Estaban fuertemente cogidos de la mano, así que Harry asumió que esta vez por fin les dirían. Miró a Ginny y vio que esta les levantaba un pulgar en señal de apoyo, muy disimuladamente.

Emmm, ¿Papá? ¿Mamá? –Aventuró la voz llena de altibajos de Ron.

Dinos, hijo –El Sr. Weasley apartó su periódico y la Señora Weasley se dio vuelta con el sartén en la mano lleno de salchichas. Ellos habrían notado que estaban cogidos de las manos, si en ese momento no hubiera sonado un PLIN y Bill Weasley no hubiera aparecido en ese mismo instante.

Más mortífagos han sido vistos, nuevos.

¿Nuevos? –Preguntó al Señor Weasley acercándose- ¿cómo es que pueden saber que son nuevos?

Eso es lo peor, son jóvenes, sin experiencia –Bill tenía el rostro preocupado- No será mayores que ellos –miró a nuestros cuatro jóvenes.- La teoría es que son los hijos de los mortífagos que aún se encuentran en Azkaban.

Malfoy –exclamó Ron, quien milagrosamente se hallaba a bastantes metros de una ceñuda Hermione.

Así que Jo tenía razón –pensó Harry. Los hijos de los mortífagos andaban en actividad bajo las narices de Diggory y Dumbledore juntos. Hizo una nota mental para decírselo a la chica regresando de vacaciones, ya que siendo muggle quizás careciera de esta clase de información.

Chicos, se deben andar con cuidado con ellos regresando al colegio, podrían estar actuando de espías. Por eso Malfoy se ha portado tan bien este año... –dijo Hermione pensativa.

Precisamente –apuntó Fred- no quieren levantar sospechas.

Tontos, ya lo hicieron. –Añadió George.

Aún así, no tenemos pruebas y Dumbledore no puede lanzar una acusación así a menores de edad. –Dijo Bill, a lo que añadió- Madre, esta noche tampoco vendré a cenar, quiero ver qué averiguo.

Está bien, hijito, ve con Dios.

PLIN, Bill desapareció.

¡Por el caldero de Merlín! –exclamó el señor Weasley- ¿Chicos?

Parece que fueran a la guerra y no a la escuela... –comentó la señora Weasley sentándose por la conmoción- Arthur... son niños... ¿no podemos...?

No, Molly, no podemos hacer más. Creo que es mejor...

No- exclamó la señora Weasley con la voz quebrada y tapándose los ojos con las manos.

Sí, Molly. Ron y Ginny son nuestros hijos, y estamos al cuidado de Harry y Hermione. Ya viste lo que dijeron sus padres y su tío –dijo señalando a Hermione y a Harry respectivamente.- Vamos, Molly, ya no son niños.

E-está bi-bi-bien –musitó la Señora Weasley.

George, dáme eso –le pidió el pergamino que habían estado escondiendo.- Muchachos, sé que es un poco tarde para esto, pero deben escucharnos.

Su madre y yo estamos aún consternados por lo que hicieron en Junio. –se dirigió hacia Ron y Ginny- Fue muy peligroso ir a enfrentarse a los mortífagos a sabiendas de que podían encontrarse a Vo-vo-voldemo-mort –la señora Weasley chilló y sus hijos lo miraron fijamente- podría estar allí. A su madre casi le dio un ataque cuando nos enteramos, y sin embargo Dumbledore intercedió por ustedes y nos hicimos los de la vista gorda. Hijos, los queremos mucho y no queremos que nada malo les pase. Lo mismo va para ustedes dos –Harry se empezaba a preguntar cuando le llegaría su parte- Saben de sobra que los queremos como si fueran dos hijos más y que nos encanta tenerlos aquí. Y también nos preocupamos por ustedes. Hermione, tus padres no parecen estar muy enterados de los sucesos en Hogwarts... –Hermione miró culpable sus zapatos, sabían de sobra que Hermione había ocultado ciertos acontecimientos de sus padres, ya que ella quería seguir yendo a Hogwarts- entendemos que no quieras preocuparlos, pero... Molly y yo...

Nos hemos tomado la libertad de invitarlos esta noche a cenar –continuó la señora Weasley. Hermione abrió los ojos sorprendida y Ron, detrás de Harry, tenía las orejas rojas- para comunicarles lo que Dumbledore nos ha pedido y sería bueno que antes les cuentes ciertas cosas, entiendes, ¿verdad?

Sí, Señora Weasley, lo entiendo perfectamente. –contestó Hermione resignada

En cuanto a Harry... –continuó el Señor Weasley- bueno, ubicamos a tu tío y pues...

Mi tío sabe que Voldemort ha vuelto y la verdad él preferiría que me encuentre siempre y cuando lo deje en paz...

Sí, eso fue lo que nos dijo, lamentablemente no estaba tu tía... en fin, de todas formas pensamos que deberían andarse con cuidado...

¿Qué es lo que Dumbledore quiere que hagamos, a qué nos enfrentaremos? –Preguntó Ginny, quien hasta entonces había permanecido callada. Harry supuso que estría harta de fingir que no habían escuchado nada. El señor y la señora Weasley la miraron sorprendidos.- Ya me harté de fingir que no escuchamos nada- dijo encogiéndose de hombros.

Bueno, exactamente no sabemos –dijo el señor Weasley- pero la idea es que se tendrán que enfrentar seriamente a lo que se han estado enfrentando todos estos años. Él les dirá en cuanto lleguen a Hogwarts, pero hijos, no queremos que se expongan más.

Ya estamos expuestos, mamá –dijo Ron.

Todos saben con quienes anda Harry y ahora los mortífagos también deben saberlo –continuó Ginny.

Yo creo que sus padres tienen razón, no deberían exponerse más, es muy peligroso. –Dijo Harry. Sus amigos ya estaban metidos hasta el cuello y estaban por meterse aún más, a punto de arriesgar sus vidas por ayudarlo. Las caras de sus padres en las fotos, la de Sirius atravesando el velo, la de Remus al ver a Pettigrew frente a sí, la de los padres de Cedric cuando les contaba cómo había muerto este, la de Ron diciéndole que habían caído en una trampa y que el perro era un animago, la de Hermione petrificada en la enfermería, la de Ginny, pálida y tumbada a los pies de la estatua de Salazar Slytherin, todas le daban vueltas y más vueltas en la cabeza. No quería perder a sus amigos también, y a Ginny (La sangre le empezó a subir al rostro al ver a la muchacha poniendo cara "No digas estupideces")

No digas estupideces –dijo Ginny. Su madre y padre la miraron aún más sorprendidos, mientras que sus tres hermanos mayores parecían estar viendo un partido de ping pong entre ella y Harry- Número uno, ya estamos metidos hasta el fondo en este asunto. Número dos, ya lo hemos hecho antes y número tres, NO te dejaremos sólo. –La chica iba levantando los dedos a cada número que decía y todos la miraban atónitos, especialmente por el control que estaba ejerciendo sobre Harry.

Porque Harry estaba cediendo, de hecho, estaba pensando que no podía negarles el derecho de meter su cucharilla en el asunto, tenían derecho de saber, ir y pelear si querían.

Sigo pensando que... en fin –dijo finalmente encogiéndose de hombros.

Esa tarde, no hubo persona más nerviosa en Gran Bretaña que Ron Weasley. Este estuvo muy ocupado eligiendo entre su ropa de segunda mano cual sería la mejor elección para usar aquella noche y ensayando las mejores frases para darles la bienvenida a los señores Granger.

- ¿Qué te parece así? –le preguntó a su amigo por centésima vez en la tarde- Buenas noches y bienvenidos a nuestro humilde hogar, Señor y señora Granger –dijo mientras hacía una ligera inclinación ante unos señores Granger imaginarios.

- No, no sirve, ¿Qué te parece: Buenas noches señor y señora Granger, Hermione y yo nos casaremos mañana? –bromeó Harry.

- ¡No bromees con eso, Harry! –exclamó Ron muy fastidiado.

- Por favor, los has visto trescientas veces y no es como si fueran a decírselo ahora, ¿o sí?

- Pues no, pero aún así, es la primera vez que los veo desde que Hermione y yo somos... No me parece gracioso.

- A mi tampoco –mintió Harry.

- Ginny... –dijo el chico pelirrojo, provocando que Harry se atragantara por enésima vez en aquellas vacaciones. Casualmente la muchacha mencionada entró en la habitación.

- Qué. –dijo la muchacha- ¿Harry, estás bien? Me parece que tienes tos.

- Cof, estoy, cof, cof... bien... cof... gracias por preocuparte... –respondió el de la tos crónica.

- Mamá dice que bajen, ya están por llegar tus suegros, digo, los padres de Hermione... –ahora fue Ron el de la tos- Es en serio, ¿No quieren un jarabe o algo así?

- No, gracias –respondieron al unísono.

Bajaron pues a la sala, y allí estaban los padres de Ron, Fred y George conversando con una semi-sonrojada Hermione. Aquello parecía como una de las pedidas de mano delas tantas novelas que había visto Tía Petunia desde que Harry podía acordarse. Sonó el timbre.

- Ven, Ron cariño, abre la puerta. –dijo la Señora Weasley.

Ron fue hacia la puerta, caminando despacio, y la abrió. A los pocos segundos los Weasley y los Granger estaban saludándose y tomando asiento como si hicieran aquello todos los domingos. Luego de ofrecer servir algunas bebidas, todos se dispusieron para oír lo que había que oír. Hermione entonces, se puso de pie y comenzó a darles un breve relato de lo sucedido con respecto a Voldemort desde que entraron a través de la trampilla debajo de Fluffy en primero, hasta el presente año, ayudada por Harry y Ron. Los padres de Hermione escuchaban atentos. Al parecer Ron y Ginny también habían ocultado cosas de sus padres por las caras que estos ponían ante ciertas partes del relato. Cuando al fin hubieron terminado, los padres de Hermione parecían conmocionados, quizás por el hecho de que su hija había hecho tantas cosas sin que ellos supieran, pensó Harry. Entonces, llegó el turno del Señor Weasley de comunicarles lo que había sido el real motivo de llamarlos aquella noche de invierno.

- Pues, verán, el profesor Dumbledore, director del colegio, nos envió esta carta, contándonos que necesita que los muchachos se entrenen para enfrentarse seriamente a lo que han estado enfrentándose todos estos años. Y quiere su consentimiento. En el caso de Harry, sus familiares no muestran el interés necesario... en fin, el asunto es que, Molly y yo pensamos que ustedes debían saber la real magnitud del asunto. Y como habrán podido ver, habían cosas que ni Molly ni yo sabíamos completas.

Ron y Ginny no parecían muy sorprendidos con lo que su padre acababa de decir. Hermione se mostraba imperturbable, aunque Harry pudo notar que se mordía el labio disimuladamente. Los Granger no parecían llegar a entender cómo era que alguien les pedía que dieran permiso a su hija a enfrentarse a una muerte casi segura, mientras que la señora Weasley parecía por fin haber encontrado aliados para retener a sus hijos (los de sangre y los postizos) de las garras de la guerra.

- Bueno, -dijo el señor Granger- la verdad es que no nos gustaría que le pasara nada malo a ninguno de estos chicos. Hermione, te queremos mucho, hija, y sabes que te prometimos cuando te fuiste al colegio de magos que te apoyaríamos cualquiera fuera tu decisión. Sin embargo...

- Hija, es muy peligroso lo que intentan hacer. Y no quisiéramos que te pase nada, eres nuestra única hija –Ron se pasaba el dedo por el cuello del jersey- pero si es realmente lo que quieres...

- Es lo que quiero, mami, papi, sé lo que hago.

- Según los magos eres casi mayor de edad, espero que estés decidiendo correctamente. –le dijo su madre.

- Hija, ten mucho cuidado. –repitió el Señor Granger.

Padres e hija se unieron en un abrazo y luego se volvieron a sentar, ellos en un sillón y Hermione en otro, junto a Ron y Harry. Ron Parecía no querer ni mirarla por temor a sonrojarse y Hermione miraba a cualquier sitio que no fuera a Ron. Ginny le dio un codazo a Harry por lo bajo y le señaló a la señora Weasley, quien miraba a su hijo menor y su amiga en forma suspicaz. "Pobres, pensó Harry, lo que le espera". Sin embargo, la señora no hizo comentario alguno. La cena pasó y los Granger se fueron, a pesar de la invitación de Arthur Weasley a quedarse unos días, dejando a su hija en las manos de los buenos Weasley, al parecer habían recibido una nota de Dumbledore en la que les pedía que dejaran a Hermione con ellos por su seguridad.

El final de las vacaciones llegó como había venido. Hermione y Ron seguían sin decir ni pío sobre lo que sentían el uno por el otro, hasta que una tarde, el día antes de regresar a Hogwarts, Harry los oyó discutiendo en la habitación de Ginny. No pasó mucho tiempo antes de que la familia Weasley en pleno, exceptuando a Charlie quien estaba en Rumania, se había reunido en torno a la puerta entornada de la habitación de la hija menor de la familia.

¡ Lo que pasa es que tienes vergüenza! –gritaba Hermione.

¡Vergüenza! Nada de eso, eres tú la que no quiere decir nada... –decía Ron.

¿YO? Si es tú familia...

Tu familia también estuvo aquí y no les dijiste nada...

Estaban aquí por otros motivos, además, no me cambies el tema, tienes vergüenza de andar con una sangre sucia...

Nunca jamás sentiría vergüenza de andar con una... ni siquiera lo puedo decir... yo no soy el que tiene vergüenza, si no tú, de andar con un... –la voz bajó considerablemente, pero pudieron alcanzar a oír- pobre.

¿ Me estás llamando ELITISTA? –La voz inconfundiblemente indignada de Hermione. Los Weasley estaban en shock mientras que Ginny y Harry se miraban y apartaban la mirada sin saber si reír o preocuparse.- ¿Me estás comparando con Malfoy? ¡Se acabó! ¿No les quieres decir nada? ¡No sigamos pues, se acabó!

La puerta se abrió y salió una furiosa, luego confundida, luego avergonzada Hermione. La familia le miró con casi la misma cara (cambiando la vergüenza por la pena) y se dirigió a las escaleras, Ron salió casi corriendo tras ella, miró a su familia y de inmediato la siguió decidido y seguro, como Harry no lo había visto nunca, la alcanzó antes de la escalera, la tomó por el brazo y le dijo:

Hermione, a mi no me importa nada de eso, y yo te quiero y... y... –la abrazó y la besó.

Oooooooh –dijeron los Weasley y Harry, Ginny se apartaba unas lágrimas falsas mientras que su madre lo hacía en serio. Los gemelos sacaban de sus bolsillos unos paquetitos que resultaron ser "Picapica especial para celebraciones Weasley". Bill los miraba sonriendo y Los señores Weasley se abrazaban.

Ron y Hermione se separaron y miraron a los espectadores, sus caras parecían hervir, pero al final todo quedó bien y Hermione fue declarada oficialmente la nuera favorita, su nuevo puesto en la gran familia Weasley.

Al día siguiente, sin embargo, hubo poco tiempo para eso, pues todos andaban de un lado para el otro recogiendo sus cosas para irse de vuelta a Hogwarts. El desayuno fue muy rápido y en menos de lo que uno se tarda en decir "llegamos tarde" estuvieron en el andén nueve y tres cuartos con quince minutos de adelanto. Se despidieron de la señora Weasley y los gemelos (El señor Weasley y Bill se habían ido temprano al ministerio).

Se subieron al tren, Harry y Ginny estaban tratando de safarse de Ron y Hermione, para darles su espacio. La verdad era que desde el día anterior habían estado melosos y era un poco incómodo para el dúo de "violinistas". La oportunidad llegó cuando se fueron a "patrullar los pasillos" luego de que Ginny regresara. Allí también se encontraban Neville y Luna.

Harry ¿Dumbledore les mandó una carta a tus tíos? –preguntó Neville.

Harry y Ginny se miraron y Harry contestó- Se la envió a los padres de Ron, ya que yo estuve allá en las vacaciones... ¿sabes de qué se trata exactamente?

Pues... no, mi abuela no me dijo mucho. Dice que Dumbledore nos dirá en cuanto lleguemos.

Papá dice que es para combatir a los que se amotinen en contra del nuevo Ministro, ya saben, Fudge y su pandilla... –dijo Luna con su voz cantarina y distraída como siempre.

Supongo que será algo relacionado a lo que hicimos en el departamento de misterios. –puntualizó Ginny.

El trayecto transcurrió en medio de la nieve que caía más copiosamente conforme el tren avanzaba. Llegaron al castillo envueltos en sus capas y dispuestos a tomarse unas sopas bien calientes para luego irse a dormir y comenzar de nuevo con las clases. Sin embargo, en el vestíbulo, Harry vió a alguien a quien no había visto hacía ya algún tiempo y se dirigió hacia la pequeña figura para saludarle.

Hola Dobby, ¿Qué tal? –saludó al elfo.

Shhhhhh, Harry Potter debe ser discreto, señor. Dobby lke agradece que se preocupe, señor. Pero Dobby tiene un mensaje para Harry Potter de partes del Profesor Dumbledore, señor.

Dime.

El profesor Dumbledore lo espera junto con sus valientes amigos en su despacho, señor, quiere verlos antes de la cena.

Gracias Dobby.

Una chica a la que no se le puede ver el rostro, pues está oculta tras una armadura de la época del Rey Arturo se sienta delante de la computadora (Haciendo un ruido terrible). Toma una respiración profunda y comienza a golpear las teclas con los dedos en forma sincronizada.

Lo siento –escribe- siento demorarme tanto con los capítulos y siento que ustedes paguen por mi horario. Para serles sincera, antes de empezar, no tenía ni idea de lo que iba a escribir y no había pensado seriamente en el fic desde hacía dos semanas. Todo eso es por el estudio, que ya saben, el horario me mata. Si no fuese mi prioridad, les pondría tres capítulos por semana. La verdad es que la semana pasada, cuando empezé a escribir este capi, no tenía la más pálida idea de que iba a escribir, ni siquiera sabía en qué me había quedado. Lo lamento mucho, Mea Culpa, pero yo... prometo ponerme al día.

La chica arroja la armadura hacia un lado, porque hace un ruido terrible, y levantando la mano izquierda y poniendo su mano derecha sobre el corazón, se pone de pie y dice: JURO-SOLEMNEMENTE-QUE-ACTUALIZARÉ. Palabra de hija de Merodeador.

Y ahora los reviews.

CoNnY-B Gracias, Conny, y que bueno que se entienda. Avísenme si hay algo que no entienden, que yo contenta se los explico.
Cristhie Claro que te recuerdo. Me siento honrada por eso de que solo lees los Draco/Ginny y me da mucho gusto que te esté gustando mi fic.La aventura es la parte que no quería dejar de lado en este fic. Ya ves que los Harry/Ginny tienen su encanto.Te aseguro que no es injusto, pues me esfuerzo en dejar el fic listo lo más antes posible

Annie Malfoy Merodeadora No te preocupes, a veces no se puede, yo lo sé, y gracias por dejar tus reviews, tan importantes tanto para los lectores como para los autores

Gran Patronus Gracias por tomarte el tiempo. Las relaciones las estoy llevando de a poquitos, porque no quiero que se pierda la acción. Y en cuanto a las hermanitas... siempre lo digo y lo diré, son mi orgulloEl Harry y Ginny se viene, algún día caerá el chico Potter, pero no se desesperen, sean pacientes. Y por Potter no te preocupes, que ya verás que sí está aumentando sus poderes, aunque él no se de cuenta.

jessytonks Gracias, ya ves que los Weasley lo han aceptado, pero se me ha desaparecido... rayos, me pregunto a dónde se habrá ido. En fin, sigue leyendo y dejando rr.

Sacralo La acción se acerca, no se preocupen.

Y bueno, esos son los rr que me llegaron, espero que les guste el capitulo y que esperen el siguiente...

Lunita L