NOSFERATU

Capítulo 5: Cárcel

"Un... un... ¿un abrazo?" Hiei arqueó una de sus cejas mirando al chico como si se hubiera equivocado al elegir las palabras.

Hace tiempo que no paraba sentir decir a Kuwabara un: '¡Yukina! ¡Este es el abrazo que indica nuestro amor!', para después rodearla con ambos brazos y acercarla más hacia él, ¿pero quién era ese para decirle eso?

Él no quería un abrazo y mucho menos de alguien como él.

Ludwig lo miró desconcertado al no recibir, como él esperaba, una respuesta afirmativa e inmediata, recibiendo solo algo parecido a confusión y, un ligerísimo, toque de repulsión.

"Yo de ti estaría orgulloso. No mucha gente tiene suerte de convertirse en un vampiro, y encima si soy yo quien te lo va a dar, convirtiéndome en tu sire, es algo que no puedes rechazar." Comentó orgullosamente Ludwig, con la cabeza levantada y mirando de reojo al demonio el cual no parecía convencido después de su comentario, teniendo una expresión, ahora, de asombro.

"Un abrazo no puede hacer tal cosa." Contestó fríamente Hiei.

"Un abrazo de vampiro, si. A más, no es ese abrazo en que yo te rodeo con ambos brazos, algo que seguramente es lo que te has imaginado cuando te lo he dicho. Verás, este abrazo que te digo yo es mucho más fácil de lo que parece. Yo te muerdo, bebo de tu sangre y después tu bebes de la mía, siendo mi sangre la primera vez, de las tantas que te quedan durante el resto de tu vida, que beberás sangre." Comentó como si fuera lo más natural del mundo Ludwig, el cual le dio una gran sonrisa al demonio. "Dudo que me salga mal y te pueda matar, no soy tan imbécil para eso, así que no habrá ningún problema."

Hiei, al escuchar la última frase, miró al vampiro con más atención, pero aún así, dejando que el silencio contestara en su lugar.

"Vivirás mucho mejor que ahora. Tendrás una muerte eterna, en la cual podrás salir a alimentarte, vivirás muerto durante mucho tiempo, saliendo tan solo ciertas horas." Ludwig lo volvió a mirar de reojo, esperando ver en sus ojos algo de deseo, pero volvió a esperar cosas que no sucedieron, decidiendo que no tendría más remedio que utilizar su segundo plan.

"Serás aún más fuerte de lo que ya eres. Serás capaz de poder derrotar a quien quieras con tan solo compartir nuestra sangre. ¿Aún sigue pareciendo una mala propuesta? Tienes mucho por ganar y poco para perder."

Hiei volvió a quedar en silencio, aunque un brillo de sus ojos rojizos que apareció en un instante fue algo que el vampiro no dejó escapar, viendo como aún tenía alguna posibilidad.

"¿Aceptas?"

"Hn."

Ludwig pestañeó varias veces consecutivas sorprendido, mirando de cómo interpretar la respuesta del demonio, pero cuando vio que era mejor volvérselo a preguntar se dio cuenta de que él ya no estaba en la habitación.

"Oh. Supongo que tendrá que pensárselo." Dejó escapar una pequeña risita para luego mirar a las chicas muertas que seguían tiradas por la sala. "No me extraña que se haya ido tan pronto. Como no haya un poco de ventilación esto no es que sea un buen sitio para sentir el aroma que se desprende..." dejando una mueca de asco, decidió irse pensando en cuando ir a darle una visita al demonio.

······················

Hinageshi dejó escapar un bostezo al dejar a Reikai a su última alma del día, dándose cuenta lo mucho que echaba de menos tener una siesta después de haber comido para poder tener más energías al volver a la tarde, cosa que, ahora, era algo que no tenía y que necesitaba.

Era agotador no tener ningún momento que se pudiera llamar descanso y eso era algo que no solo ella sentía, tanto como las otras guías y ogros que corrían por esos pasadizos cada día pensaban lo mismo.

Entró a la sala que las guías tenían para tomar el descanso para ver que ni Botan ni Ayame aún no habían vuelto y decidió ir a dar una vuelta por el palacio en busca de algo de entretenimiento mientras venían las otras dos chicas.

"¡Oh Hinageshi!"

George, uno de los ogros más trabajadores y fieles que tenía Koenma había llamado la atención a la pelirroja, la cual paró para ver cual era el motivo de su llamada.

"¿Puedes darle estos papeles a Koenma? Es que tengo que llevar estos otros a la otra banda y no voy a acabar como siga así."

Hinageshi se fijo en los dos montones de papeles que llevaba el ogro, los dos bastantes grandes, casi cayéndoles por los suelos mientras que él intentaba mantenerse en una posición firme para que los papeles pararan de moverse tanto.

"¡Claro! Déjamelo a mi." La chica sonrío al ver el bufido de alivio que dejó George, el cual después de haberle demostrado su gratitud muchas veces, se fue, dejando que la chica fuera hacía su objetivo.

Justo cuando iba a tocar la puerta sintió una voz fría que provenía de la sala de Koenma y mirando por los alrededores para asegurarse de que no había nadie, acercó su oído en la puerta intentando averiguar quien más estaba con el príncipe.

"No creo que tu padre hubiera hecho otra cosa, ya que es lo único que se puede hacer, por lo tanto seguiría el juego sin replicar. No querrás hacerte responsable de lo que pueda pasar, ¿verdad?"

"No debería de hablarle así al príncipe Koenma, debería de pedirle disculpas."

"Ayame, déjalo..."

"¡Pero...!"

Hinageshi se sorprendió al sentir la voz de Ayame, la cual se suponía que debía de estar llevando un alma hacía allí, no reunida con Koenma y alguien que desconocía.

"Conoces las normas de todo esto, sabes que esto solo queda entre nosotros dos, sin contar a tu... lo que sea esta chica, pero creo que no has hecho caso de esta norma o alguien esta rompiéndola a escondidas." El desconocido volvió hablar, llevando consigo el silencio.

No tardó mucho tiempo en que Hinageshi casi parara de respirar al sentir pasos que se acercaban a la puerta, intentó huir sin hacer el mínimo ruido, pero por su desgracia, el montón de papeles se cayeron el suelo, haciendo que justo cuando la chica comenzará a recogerlos rápidamente la puerta se abriera.

"¿Sabías que una de tus trabajadoras estaba espiando?"

Hinageshi alzó la vista para encontrarse a un hombre alto, con unos ojos azul hielo que parecían querer congelarla. Tenía algo que lo hacía respetable, alto, fornido, su pose, todo en él hacía darle respecto, incluso el cabello rubio casi blanco suelto y largo que llevaba hasta la cintura recogido en una cola, de la cual mechones de delante le caían sueltos sin contar los del flequillo.

Un hombre al cual le debías de tener respecto y, al mismo tiempo, miedo.

"¡Hinageshi!" La voz de Koenma sonó dejando ver en ella miedo, confusión, lástima, muchos sentimientos y pocos buenos al pensar en lo que le podría pasar a la pelirroja y el hecho de darse cuenta de que, una de sus trabajadoras, había estado espiando.

"Supongo que harás algo al respecto, ¿verdad?" El hombre, al ver como Koenma asentía silenciosamente con la cabeza volvió a mirar a la pelirroja. "¿Nombre?"

"Hinageshi." Sus ojos se posaron en el suelo, en los papeles, en sus zapatos,... en cualquier sitio donde no pudiera encontrarse con los de ese hombre.

"Hinageshi..." Dejó que el nombre saliera de su boca para mirarla con una sonrisa no muy agradable. "Hinageshi, que pena que haya sido así nuestro encuentro. Haga lo que haga Koenma, será tu culpa al haber espiado, algo que es una falta de educación."

"Por favor, señor Senkrad, déjelo todo en mis manos, yo me ocuparé de que se mantenga en silencio." Pidió Koenma en un intento de que no le pasará nada muy grave a la guía.

"Muy bien, entonces hasta la próxima." Dicho eso, el hombre desapareció haciendo que Ayame corriera hacía la pelirroja que seguía en el suelo con los papeles.

"Sabes que no deberías de espiar a escondidas los asuntos de la otra gente, pero ahora no te voy a decir lo que se tiene que hacer y lo que no. Lo único es que, como has podido ver, no puedo hacer ver que no ha pasado nada, pero a la vez, no quiero que te pase nada malo. Por lo tanto, por ahora, me veo en obligación de dejarte encerrada para saber que no dirás nada a nadie." Comentó Koenma, cerrando los ojos para no poder sentir la lástima que sentía por dentro al tener que hacer eso a una de sus trabajadoras.

"Koenma..."

"Lo siento Hinageshi." Le cortó Koenma para hacer una señal a Ayame para que se llevara a la guía.

"Ayame... ¿qué significa todo esto?" preguntó la chica ya fuera de la vista del príncipe.

"A veces es mejor no saber las cosas, y esta, es una de esas veces." Comentó la otra.

"¿Y quién era ese hombre?"

"Vlad, Vlad Senkrad, un hombre que hace negocios con Koenma." Comentó la del cabello oscuro mientras miraba, por unos momentos, a su compañera con preocupación. "Lo mejor es que no sepas nada más, así que silencio. Seguramente Koenma me enviara a que te traiga comida y todo, para que por lo menos, estés lo más bien que se pueda estar encerrado."

"¿Y Botan?"

"Ella, como tu, no sabe nada de esto y no lo sabrá. Por eso Koenma me ha enviado a que te encierre, no por la desconfianza, sino por el hecho de que digas algo que no tendrías que decir, ya sea involuntariamente o no."

"Pero ella y las demás verán que falto al trabajo."

"Koenma ya pondrá alguna excusa..." Llegaron al destino, y sin decir palabras la pelirroja entró en lo que parecía una cárcel. "Este sitio es algo desconocido para la mayoría que trabajan aquí. Tan solo Koenma, su padre y yo sabemos que existe. Así, como entenderás, nadie te podrá encontrar. Ya vendré a visitarte cada día un ratito para hablar y no te sientas tan sola."

"Pero... no me puedes hacer esto..." Ayame pudo percibir el tono de tristeza que invadió esa última frase que dejo escapar la pelirroja y no le quedo más remedio que mirarla a los ojos, y acariciarle la mejilla.

"Son ordenes Hinageshi, y las ordenes están para cumplirlas. Pero ya miraré de hablar con Koenma para haber si puede hacer algo para que te deje, aunque dudo que lo haga. No te preocupes, todo irá bien y me tienes a mi, ¿vale?"

Hinageshi asintió con la cabeza al sentir las palabras de seguridad de su compañera y dejó entrever una pequeña sonrisa.

"Gracias."

······················

Kuwabara se tiró al sofá siendo seguido por su gato, el cual se tiro encima de la barriga del pelirrojo acomodándose para poder descansar, aunque cada vez que su dueño movía el brazo, la pierna o hacia algún movimiento que pudiera molestarlo, dejaba un maullido de enfado para dar unas vueltas en la barriga del pelirrojo para volver a encontrar la mejor posición para dormir.

"Yukina... mmm… tu comida, como siempre, esta deliciosa... Si... los niños están corriendo por el jardín..." el gato miró como Kuwabara comenzó a hablar mientras dormía, viendo como, al final, el pelirrojo se lamía los labios para volver a hablar. "Yuka, Yura, Kay, Kiwa, Kira, Kurina, Nawa... no te escondas, Kuwa... Yuna, para de llorar... ¿has visto Yukina? Como se notan que son nuestros hijos..."

El gato saltó de golpe de la barriga del chico para ir a recibir a Shizuru que acababa de llegar, notando como ella ya le había saludado con una caricia entre las orejas haciendo que el animal ronroneara.

"Anda, sal. Seguro que Kuwabara no te deja salir. Supongo que sabes el camino de vuelta, sino ya vendrá a buscarte Kuwabara como siempre hace." Comentó la chica cerrando la puerta después de que el gato se hubiera ido moviendo la cola de felicidad.

······················

Sus silenciosos pasos pararon justo a la salida de un callejón, mirando de reojo para asegurarse de que no había nadie más y salió corriendo hasta otro escondite en el que poder observar.

Sonrió al ver como pasaba un chico moreno con el pelo alborotado y tirado hacía arriba totalmente oscuro y con una vestimenta que parecía estar más rota que otra cosa, aunque eso si, su ropa mucho mejor que la que él mismo llevaba, iba hablando solo sobre lo mucho que se había divertido esa tarde, tanto como para comer, como para el negocio que dentro de poco un pequeño demonio aceptaría.

Se sintió orgulloso de él mismo al ver como no ese chico no se había dado cuenta de su presencia, subiendo su ego, el cual, desde siempre, había estado tirado por los suelos.

Apartó la sucia y desgarrada ropa que llevaba tapando su muñeca para mirar del reloj que pocos días antes se había encontrado tirado en una caja que estaba tirada cerca de un contenedor.

El reloj, aparte de que tenía el cristal rasgado y roto y algunos de los botones para cambiar la hora o poner otras cosas inútiles que ponían en estos tiempos, funcionaba bastante bien, por lo tanto, se lo quedo para poder tener el suficiente conocimiento para no ir tan perdido.

Las diez y poco de la noche y él ya estaba fuera. Y tan solo por el hecho de que a esas horas ya no había nadie por la calle siendo ya de noche, pudiendo así, salir sin que nadie lo viera.

Pensó en seguir al chico que ya estaba bastante distanciado de él, pero cambio de opinión al ver un pequeño gato que pasó casi corriendo por su lado.

"Gato..." Su voz ronca había alcanzado el oído del gato, el cual giró la cabeza para verlo y después salir corriendo al ver que él se acercaba corriendo hacia el animal con una sonrisa que daba de todo menos buena sensación.

"No corras minino. Ven a darle una agradable compañía a alguien tan pobre y desagradable como yo."

······················

"Ayame... ¿sabes donde esta Hinageshi?" preguntó Botan después de haber resistido por horas preguntar esa pregunta.

"No, creo que tenía que irse inmediatamente. Supongo que Koenma nos dará más detalles mañana." Contestó la morena sin apartar la mirada del libro que hacia poco había comenzado a leer.

"Pero... Hinageshi... ¿Dónde se ha podido ir para que sea tan urgente? ¿No nos lo hubiera avisado antes? Ella no es de las que se va sin avisar o dejar alguna nota." Comentó Botan un poco extrañada haciendo que Ayame encogiera los hombros.

"Quizá no ha tenido tiempo... Aunque eso será mejor que se lo preguntes a Koenma, él sabrá que responderte."

Botan asintió con la cabeza.

"Entonces, mañana me levantaré temprano y se lo preguntaré a Koenma. Si no me levanto a última hora, claro..." dejó escapar una pequeña risita y estiró los brazos hacia arriba. "Bueno, me iré a dormir... ha coger fuerzas para mañana y haber si no es tan agotador como ha sido hoy..."

"Dudo que las cosas se relajen... más bien diría que aún queda mucho más..." comentó para si misma Ayame para irse hacía su habitación.

······················

"¡YUSUKE!" El detective miró al pelirrojo para dejar escapar un bostezo y darle, con la mirada, unos buenos días. "¡Mi gato ha desaparecido! Mi hermana lo dejo escapar ayer y hoy aún no ha vuelto... he estado toda la noche buscándolo, pero no lo he encontrado por ningún sitio. ¿No lo habrás visto tu, verdad? Buenos días."

"¡Claro que no! No me pongo a mirar a ver si encuentro un gato cada día." Comentó Yusuke, ya enfadándose al tener como primera conversación del día la perdida de un gato.

"¡Mira! ¡Viene Kurama! ¡Voy a preguntárselo!" Kuwabara se fue hacía Kurama dispuesto a preguntarle sobre su gato cuando Yusuke se puso delante del chico más alto y le contestó por el recién llegado.

"¡Claro que no lo ha visto!"

"¿Qué ha pasado?" Preguntó extrañado Kurama.

"Nada, que este burro ha perdido su gato y cree que ya es el fin del mundo." Comentó Yusuke mirando de reojo a Kuwabara.

"¡Pero es MI gato!"

"Los gatos tienen los sentidos muy agudos, ya volverá." Comentó Kurama haciendo que Kuwabara asintiera y Yusuke dejara escapar un gruñido.

El detective y Kuwabara se miraron, comenzando así, su primera pelea visual del día mientras Kurama miró al cielo recordando la conversación que tuvo la noche pasada con cierto demonio.

···································

N/A: Oi! Dark ha subido un capítulo más y no ha tardado tanto y encima un poco más largo de lo habitual... A ver si sigo con el ejemplo... XD

Como habréis visto al principio, ya se ha mencionado lo que es el abrazo de los vampiros. El vampiro tiene que beber de la sangre de la victima, parando justo antes de que esta muera (por lo tanto es un 'poco' peligroso si no se va con cuidado) y después, la victima beberá de la sangre del vampiro.

Y sire, Ludwig ya lo mencionó antes. El vampiro se convertirá en sire para la victima que ha tenido el abrazo.

El sueño de Kuwabara, para quien no se haya dado cuenta, ya esta soñando con tener una familia con Yukina, teniendo un montón de hijos, los cuales, se parecerán a ellos XD Los nombres... todos son de letras o silabas de los nombres de su padres, no me lo he currado mucho, pero dudo que Kuwabara saque nombres mágicos de sus sueños... XD

Más cosas... bueno, Hiei y Ludwig se volverán a encontrar más veces, esto tan solo ha sido el principio de una GRAN 'amistad' XD En Reikai, como se ha podido ver, pasa algo, así que también habrá para rato y encima, como habéis podido ver al final, en el próximo capítulo saldrá, por lo menos, la conversación de Hiei y Kurama.

Yukii: ¡Esta ha sido más pronto! XD Hombre, la verdad es que me gusta hacer las cosas sabiendo que, por lo menos, he intentado hacer todo lo que he podido para que quedara bien. Tienes razón con lo de R, pero no puedo ser mala persona y ponerlo en general... por lo tanto ya estoy contenta con que se lo lea alguien XD

Sanasa: ¡Gracias! Pues, ha sido pronto siendo fic mío así que no hay de que quejarse XD Chica... hago todo lo que puedo... :P

Inari-chan: ¿Te hago pensar? Me alegro, pero ya me dirás como XD ¿Los vampiros normales? No te preocupes, ya hay uno por ahí que anda suelto, así que también habrá un vampiro 'normal'. Sips, tienes razón, coger cariño a los primeros, pero me gusta ir cambiando y poner tan solo un normal era algo que no me hacía mucha gracia hasta que les puse más... xD

Zekhen-angel and Zekhen: Hiei, por ahora, no es demonio como se ha podido ver, pero como he dicho antes, él y Ludwig se volverán a encontrar muchas veces más. ¡Muchas gracias por el review!

Ja Ne!

Miembro del Lost Heaven