AVISO: En cursiva, flashbacks.

NOSFERATU

Capítulo 11: Malditos

Sueño los primeros tiempos
De la más larga memoria.
Canto los primeros tiempos
De todo más viejo Padre.
Y el claro amanecer
De toda la Oscuridad.

Una de las blancas habitaciones del hospital, con la puerta cerrada al igual que la ventana, pero dejando pasar los rayos del sol que lentamente iban desapareciendo.

Pasos de la gente que estaba fuera de esa sala, que iban y venían, sollozos de gente que acababa de perder a alguna persona, gritos de angustia o las voces fuertes de los médicos dando ordenes a las enfermeras.

Pero, al fin y al cabo, había una angustiosa paz.

Paz con silencio.

Un silencio con ritmo de dos respiraciones, una más lenta que la otra, otra más alterada que la una.

El chico, mirando nerviosamente por toda la habitación, dejó su mirada clavada en una de las pequeñas manos de la chica que yacía inconsciente, haciendo que su propia mano, nerviosamente, se acercara a la de ella en un intento de tener contacto con ella.

Y podía sentir el calor que irradiaba el cuerpo de la chica y lo hubiera sentido del todo cuando su mano se hubiera posado encima de la de ella si la chica no hubiera abierto repentinamente los ojos haciendo que él se apartara bruscamente de allí.

"Yusuke... ¿qué haces aquí?"

"Nada. Simplemente, como te lleve hasta aquí, quería asegurarme de que estabas bien."

Y ante la mirada sorprendida de la chica, él rectifico lo que antes hubiera sonado bien para ella.

"Al fin y al cabo, si resulta que hacen daño a una marimacho como tu mientras estabas bajo mi responsabilidad -según lo que creen tus padres-, el único que saldría perjudicado sería yo porque dudo que, después, ellos me invitaran a comer gratis."

"¡Imbécil!" La chica, viendo que estaba demasiado cansada para levantarse y darle un golpe en la cabeza, decidió dejar las cosas con esa palabra y girando su cabeza hacía otro lado para no verlo.

"Emm... ¿cómo te encuentras?"

"Bien, simplemente estoy cansada y tengo ganas de dormir, así que no te preocupes por lo de la comida gratuita."

"Si quieres te llevo a casa."

"No hace falta que ahora vengas con tanta amabilidad, puedo ir yo sola."

"No sé si lo ves, pero estoy mirando de ayudarte. Por lo tanto, no seas tan desagradecida y déjame hacer algo."

"¡Mira quien fue hablar! Él, el que no sabe que es ni ayudar ni aceptar ayuda."

"¿Sabes que quedas mejor con esa bocaza cerrada?"

Y silencio.

Porque ella ya estaba cansada de toda la discusión. Estaba cansada y dolida.

"Vete..."

Y con un golpe de puerta, la chica se quedó sola en la habitación, dejando un suspiro y dejando que su cabeza cayera en la almohada y se pusiera a mirar la pared.

Algo que duró poco, ya que la puerta volvió a abrirse bruscamente, apareciendo delante de ella un Yusuke que, sin perder ningún segundo, la cogió como si se tratara de un saco de patatas al apoyarla en su hombro y llevándosela fuera de la habitación.

"¿Qué estas haciendo?"

"El médico que te atendió me ha dicho que cuando abrieras los ojos ya te podrías ir, y como ya estas levantada te voy a llevar a casa."

"Ya te he dicho antes que puedo hacerlo sola, así que suéltame."

"Verás Keiko... No sé de ti, pero creo que exactamente no te gusta montar numeritos, por lo tanto quédate quieta y nadie te reconocerá y por lo tanto podrás mantener tu actitud de buena chica."

"Desgraciado." Murmuró la chica sin decir nada más y mirando de esconder su cara entre el tejido de la camiseta del moreno.

En Nod, donde la luz
Del Paraíso alumbra
El azabache nocturno
Y gotas de nuestros padres
Mojan y ablandan el suelo.

····

De nos, todos y cada uno,
Decidimos poder como
Quisiéramos vivir y
Coger nuestros alimentos
De las entrañas de la tierra.

"Duele..." se quejó con voz ronca, pero a la vez débil, como si fuera una pequeña criatura de pocos años que se acabara de hacer daño.

"Hombre... sería muy extraño que no te doliera." Comentó el otro mientras pasaba tranquilamente una toalla fría por las cremadas de la espalda. "¿Cómo lo ha hecho esta vez?"

"..."

"Bueno, creo que ya esta." Comentó viendo que el herido no quería decir nada a la táctica que Vlad había utilizado esta vez para hacerle daño. "Ya sería hora de que me fuera yendo."

"¿Irte? ¿Vas a dejar al monstruo solo?"

"No. No... No quería decir eso." Contestó el otro rápidamente sintiendo como el tono de voz del otro iba pasando de enfado a tristeza deprimida. "¡Venga! ¡Levántate! Te llevo a la calle."

"¿Lo dices en serio?" preguntó no muy seguro pero notándose alegría debajo de todos los oscuros sentimientos que llevaba encima. "¿Y el señor Vlad?"

"¿Qué le pasa a ese?" preguntó despreocupadamente el más alto mirando con una ceja subida al otro que parecía haber encogido su cuerpo al haber pronunciado 'Vlad'. "Si tiene algún problema, ya me lo dirá a mi. Tú no te preocupes y muévete ya."

"Gracias, gracias. ¡Muchas gracias, señor Ludwig!" Contestó el otro mientras salía corriendo hacía el otro.

"Lo que tu digas, pero deja de llamarme señor..."

La voz de desagrado que puso hizo que el otro parara quieto y se disculpara.

"Perdone."

"¡Ya, déjalo!"

Y así, uno delante del otro, uno con pasos seguros a diferencia del otro, que iba con una enorme inseguridad hasta que, después de una larga caminata en silencio, el primero se dejó caer en el primer banco que se encontró siendo el objetivo de vista del otro.

"¿Ya esta?"

"Si. Ahora puedes correr y perderte por aquí sin alejarte demasiado y mientras me voy a echar una siesta."

Con eso, y dando por finalizada la conversación, Ludwig cerró los ojos haciendo que el otro se fuera corriendo hacía llegar delante de un árbol que, después de mirarlo un rato, se puso a subir para asustar a los pájaros que estaban reposando en las ramas y, de paso, aprovechar para comerse alguno de los huevos del pequeño nido que había allí.

Y justo cuando todos los pájaros abrieron las alas para salir volando, Ludwig abrió los ojos al recordar una pequeña parte de algunas conversaciones que había tenido antes.

'La gente siempre ha deseado poder vivir toda la eternidad, no tener que llegar en el momento en que tenga que decir 'me estoy muriendo'. Pero lo que no ven es que, tener que estar como nosotros, vivos y muertos... Estando realmente muertos, pero tener que abrir los ojos y estar vivo... No es algo que se pueda considerar como regalo. Porque tu mueres y ya esta. El que vive para siempre, tendrá que llevar siempre todos los pecados que ha cometido, tendrá que sufrir sin parar y sin poder morir en paz. Porque somos inmortales y lo mejor que puede hacer un humano, es morir. Algo que nosotros no podemos hacer.'

'Pero morir... no es algo que puede ser lo mejor que pueda hacer alguien.'

'Quizá no, si solo vives los años que un mero humano puede vivir. Cuando has visto, has sentido y vivido demasiadas cosas, lo único que deseas es morir.'

'Pero...'

'¿Quién ha sido?'

'Vlad.'

'¿Por?'

'No le gusto.'

'Pero eso no es ningún motivo razonable para que cada dos por tres venga a hacerte algo.'

'Dice que no soy quien para ser considerado como vampiro...'

'Bah. Tú eres vampiro y punto. Quizá de una raza no muy agradable que digamos, pero sigues siendo igual que él, Nartz o yo. Es más, tampoco tendría que ponerse así... al fin y al cabo, los cuatro somos hermanos.'

'No vamos a hacer nada malo. Simplemente estamos siguiendo la maldición.'

Yo, primogénito Caín,
Con útiles puntiagudos,
Planté semillas oscuras,
Las regué dentro de la tierra,
Las cuidé, las vi crecer.

····

Él, segundogénito Abel,
Cuido de los animales,
Ayudó en sus sangrientos
Partos, los alimentó,
Y también los vio crecer.

Paz y tranquilidad.

Ambas cosas que una persona puede desear cuando esta cansada.

Y se estaba tan bien.

Protegida entre unas sabanas.

Notando el calor que brindaban esas sabanas suaves en una limpia y fresca habitación.

Se estaba tan bien, sabiendo que no tenías que preocuparte por estar encerrada en algún lugar apartado, sin nadie que te estuviera haciendo compañía y sintiendo solamente el sonido de las ratas corriendo por los pasillos.

Y todo parecía ir de maravillas en ese mundo de sueños pacíficos y de lugares cálidos hasta que notabas un peso encima de tu cuerpo.

"¡¡Hinageshi!!"

"¡Botan, apártate de ella! ¿¡No ves que la estas aplastando!?"

"No seas así Ayame. Simplemente la estoy saludando."

"¡Pero esta durmiendo!"

"Pues se acaba de levantar."

Y dicho eso, la guía de ojos violetas se apartó de golpe de encima de la más joven para que ésta se pudiera levantar.

"¡Buenas Hinageshi!" Saludó la chica volviéndose a tirar, esta vez, a los brazos de la pequeña chica en un cálido abrazo. "¿Dónde has estado? ¿Te ha ido bien? ¿Cuándo regresastes? ¿Por qué no dijistes que te ibas?"

Yo lo amaba, a mi hermano.
Él, él era el más brillante,
El más dulce, el más fuerte.
Él era la primera parte
De toda mi alegría.

····

Entonces, en un día
De abril, nuestro padre dijo:
"Caín, Abel, un regalo
A Aquél en lo Alto debéis
Hacer, un sacrificio –
Un don de la prima parte
De todo cuanto tenéis".

"No creo que Hiei tenga que ver con esto." Contestó sinceramente Kurama al escuchar sobre lo que había pasado al parque.

"Pues entonces ya me explicaras tu el hecho de que estuviera con ese." Se quejó bruscamente el moreno que miraba de tranquilizarse ante el movimiento de mano que hizo el pelirrojo de ojos esmeraldas.

"Que estuviera o no, no tiene nada que ver que se conozcan."

"No te pongas ahora de su parte, Kurama. Cuando yo le pregunté si era su amigo él no hizo nada para negarlo. De todas las preguntas que le hice... no respondió ni una."

"Eso no tiene nada que ver. Hiei nunca suele negar ni afirmar las cosas. Pasa de lo que puedan pensar los demás."

"Yo creo..." comentó Kuwabara rompiendo la pequeña discusión que estaban teniendo los otros dos para ver si Hiei tenía que ver algo con lo sucedido a Keiko o no. "...que tendríamos que ir a hablar con Hiei, los tres, para solucionar el problema."

"¿Y qué va a decir ese muerto viviente?" preguntó bastante fastidiado el moreno.

"Creo que Kuwabara tiene razón." Opinó el otro dejando, la pregunta del detective, olvidada.

"Muy bien... vamos todos a preguntarle que tiene que ver con todo esto al cabrón." Acabó murmurando un fastidiado Yusuke recibiendo una mirada de ambos pelirrojos. "De todas formas, hoy no podrá ser. Tengo que ir a un sitio."

Y dicho eso, el detective se fue antes de que alguno de los otros dos pudiera sacar una conclusión sobre dónde era el sitio a donde tenía que ir, haciendo que ambos se encogieran los hombros y se fueran cada uno a lo suyo después de una breve despedida.

Yo, primogénito Caín,
Recolecté tiernos brotes,
Y los frutos más brillantes,
Y la yerba más fresca.

····

Y él, segundogénito Abel,
Sacrificó el más joven,
El más fuerte, el más tierno
De todos sus animales.

Los cristales brillando ante la atenta mirada de la lámpara, mientras seguían relleno de líquido rojo.

El sonido de los cubiertos cayendo suavemente a los platos o siendo utilizados como pinchos para llevarse algo comestible a la boca de una de las dos personas que había allí.

Una mesa grande de color oscuro con brillo impecable, llena de platos y bandejas, rodeada en un salón lleno de lujurias y de brillos, de riquezas.

Y entonces, cara a cara, separados a la distancia por la longitud de la gran mesa, las dos personas que se mantenían en silencio dejando, de vez en cuando, algún comentario para entrar en alguna pequeña conversación para después volver al silencio de un principio.

"Así que... ¿le hiciste daño de nuevo?"

"Simplemente le hice lo rutinario, solo que esta vez fue diferente."

"Supongo que se lo merecía."

"Se lo merecía."

Silencio.

Minutos sin decir nada dejando simplemente el sonido de los cubiertos y el de los pasos del sirviente para traer una nueva botella de vino o para traer más platos para ofrecer.

"Al fin y al cabo, él es la vergüenza de los vampiros. Y su existencia, nos perjudica."

"Correcto Nartz."

Y se enfadó al sentir como Vlad le habló en masculino cuando ya sabía que quería que le hablaran en femenino, pero siendo el otro quien era, no dijo nada limitándose solo a asentir la cabeza.

"Podrías hacer algo parecido con Ludwig... al fin y al cabo él también es... es bastante horroroso."

"Horroroso y desagradable con ciertas personas son cosas diferentes. El hecho de que él sea desagradable contigo al igual que tú eres con él no hace que tenga que hacerle algo. El es un vampiro como tú y yo. Buena sangre y nada que haga que la raza de vampiros en general se lamente de su existencia. A parte de ser un gran partido para nosotros al ser bastante bestia cuando se trata de alimentarse."

"Es bruto."

Más silencio.

El sirviente pasando unas cuantas veces, en silencio, para recoger los platos que ya estaban vacíos.

Y después, ellos dos, sentados cara a cara, separados a la distancia por la longitud de la gran mesa, que ahora estaba llena de objetos decorativos y valiosos, se mantenían en silencio.

"¿Has conseguido...?

"Si, Vlad. He conseguido que uno de mis sirvientes trajera toda esa carne fresca de esa granja que mencionastes. Espero que sirva para algo."

"Servirá para chantajear al monstruo, si hace lo que digo, le daré recompensa y castigo, si no hace lo que le digo, le daré mucho castigo."

"Yo no le daría nada."

Y al final, silencio y partida.

Sobre el altar de nuestro Padre
Posamos los sacrificios
Y prendimos fuego so ellos,
Y el humo se los llevó,
Hacia Aquél en lo Alto.

····

El sacrificio de Abel,
Segundogénito, olió
Dulce a Aquél en lo Alto,
Y Abel fue bendecido.

"¡Hinageshi, vamos!" dijo Botan alegremente recibiendo la mirada curiosa de la pelirroja y otra sospechosa de la mayor de las tres.

"¿A dónde?"

"¡A dar un paseo!"

"Pero no puedo salir... quiero decir que..."

"Mmm... ¡Ven! ¡Te llevaré a un sitio donde no habrá ningún problema! Y Ayame también puede venir."

"Botan..." comenzó a excusarse la pelirroja antes de ser interrumpida por la morena.

"Bueno, pero solo un ratito." Cortó Ayame siendo recibida por las miradas de sorpresa de las otras dos chicas que no se esperaban a que ella estuviera de acuerdo con eso. "¿Vamos?"

"¡Si!"

Y con eso, la chica del pelo azul fue dejando atrás a las otras dos sin darse cuenta, totalmente emocionada con el hecho de salir un ratito con sus dos compañeras, mientras que Hinageshi miró preocupada a la otra chica que se había quedado atrás con ella.

"Pero Koenma digo que..."

"Estas bajo mi cuidado en estos momentos, así que olvida lo que ha dicho Koenma. Si, por algún motivo –cosa poco probable-, lo descubre, yo seré la que tenga que recibir el castigo que pueda dar." Y viendo aún como la joven no parecía del todo segura, acabó por decir una última frase para ver si se conformaba. "Haré cualquier cosa para que estés feliz y, por lo tanto, me da igual si tengo que no obedecer, por un ratito, una orden de Koenma si sirve para que seas feliz."

"Ayame... gracias."

"No tienes que agradecerme nada. Al fin y al cabo, para eso están las amigas, ¿verdad?"

Y ante la rápida afirmación con movimiento de cabeza de parte de la más joven callaron sobre el tema cuando se volvió a escuchar la voz de la otra guía.

"¿Qué hacéis aún allí? ¡Vamos!"

Yo, primogénito Caín,
Fui golpeado desde lo lejos
Por una severa palabra
Y una maldición, pues indigno
Resultó mi sacrificio.

····

Miré el sacrificio de Abel,
Todavía humeante,
La carne, la sangre.
Lloré, me tapé los ojos,
Oré de día y de noche.

Su mano apretando fuertemente la comisura de sus labios, haciendo que más sangre saliera del pequeño corte que no quería curarse ya que, el propio demonio, se encargaba de hacerle sangrar cada vez que paraba.

Porque, al fin y al cabo, eso no era dolor.

Y porque, dentro de lo que cabía, se lo merecía.

Se merecía el fuerte puñetazo que le dio ese detective de pacotilla haciéndole un pequeño corte que él se ocupaba de mantener vivo.

Se merecía las maldiciones que había recibido de esa estúpida boca.

Ya que no había hecho nada para impedir lo que había pasado.

No había ayudado.

¿Pero qué le importaba a él lo que le pasara a la chica del detective?

Nada.

Porque eso era lo que eran ellos dos, nada.

Pero ahora, lo que había perdido con eso, con su carácter, fue la ciega confianza que sus compañeros hubieran tenido hacía él.

Si es que la habían tenido algún día –a parte de Kurama, él cual seguramente ya pensaría dos veces antes de creer algo de él-.

Y eso, si es que a él le importara.

Si tuviera remordimientos, algo que no tenía.

Y entonces... ¿por qué sentía algo mal en el pecho?

¿Por qué no quería sentirse solo en esos momentos?

¿Dónde estaba Kurama cuando se lo necesitaba?

¿Dónde estaba Ludwig cuando se lo necesitaba...?

Estúpidos ningens y sus sentimientos.

Estúpidos.

Y cuando nuestro Padre dijo:
"El tiempo del sacrificio
Ha llegado ya de nuevo".

···

Y Abel condujo su más joven,
Su más tierno, más amado
Hacia el fuego sacrificial.

Una pequeña risita de una joven hizo conseguir su atención.

La misma joven que se había encontrado una vez y en que las cosas no acabaron bien.

Y él se escondió.

No queriendo ser descubierto, no queriendo destrozar ese momento de felicidad que esa chica tenía cuando él había traído su peor pesadilla.

No queriendo ver un rostro triste por su culpa.

Porque ahora quería un descanso. Descansar de todo aquello que le traía malos recuerdos, descansar de todo.

Y pudo ver tranquilamente como la chica, al girarse, dejaba que sus ojos mostraran la sorpresa que llevaba encima al darse cuenta que estaba sola, murmurando un 'ya las encontraré en el lugar de encuentro que ha puesto Botan.'

Esa inocencia infantil que llevaba, que parecía no querer desaparecer pasara lo que pasara.

Y la envidiaba.

Envidiaba a la chica que estaba debajo de él por seguir siendo siempre igual y no haber tenido que sufrir lo que él había sufrido.

Y deseaba poder ir allí y pedirle disculpas por lo que había hecho, decirle que él no quería hacerlo pero que su amo lo obligó.

Pero eso era algo imposible porque pasara lo que pasara, ella nunca le perdonaría, porque al fin y al cabo él era, como Vlad tanto se empeñaba a recordarle, un monstruo.

"Emm... Hola..."

Y entonces todos sus sentidos se pararon por unos segundos para después ver como la chica, que ahora estaba debajo de la rama en la que él estaba, lo estaba saludando con cierto temor y pena en sus ojos.

"Ho---la..."

"Me llamo Hinageshi, ¿Cómo te llamas?"

"Yo..." su voz era débil y le costaba hablar algo que la chica se fijo rápidamente. "No... No tengo nom---nombre"

"¿No tienes?" preguntó la chica después de haber parpadeado un par de veces ante la sorpresa de saber que había alguien que no tenía nombre.

'El nombre es una de las cosas más importantes que necesita tener una persona, ya que eso demuestra que es querido.' Le había explicado más de una vez Ayame, y proviniendo de la mayor, ella siempre la creyó. Al igual que una vez, con Botan allí adelante explicó: 'A una persona siempre se le tiene que dar otra oportunidad.' Y eso era lo que ella estaba haciendo en esos momentos. Dándole la oportunidad a alguien que se veía destrozado.

Y justo cuando iba a sacar una conclusión, se pudo escuchar una voz femenina.

"¡Hinageshi! ¿Estas ahí? Ven, que nos vamos."

Y la joven sonrió cuando su mirada se cruzó con la de él después de que Botan hubiera acabado de chillar.

"Me tengo que ir... Nos veremos otro día... ¿verdad?"

Y viendo el pequeño brillo esperanzador que había aparecido en él y viendo el intento de sonrisa que estaba dando, ella le sonrió de nuevo, despidiéndose con la mano y despareciendo de su visto.

Y él, al final, sonrió viendo que no todos vivían para culparle.

Yo no llevé mi más joven,
Mi más tierno, pues sabía
Que Aquél en lo Alto
De ningún modo los querría.

····

Y mi hermano, querido Abel,
Me dijo: "Caín, no has traído
Un sacrificio, un regalo
De la prima parte de
Tu alegría, para quemarlo
En la ara de Aquél en lo Alto."

"Hiei."

Y con esa forma de saludo, el demonio giró para ver a su compañero de caballera pelirroja acercarse seriamente a él.

"¿Qué haces aquí, kitsune?"

"Pasaba por aquí por casualidad y decidí pararme a hablar contigo por curiosidad."

"¿Sabes que la curiosidad mató al gato, no? Pues vigila con lo que haces, no vaya a ser que ahora se convierta en un 'la curiosidad mató al kitsune'."

"Muy gracioso Hiei, aunque de todas formas no creo que eso vaya a pasar."

"¿Qué es lo que quieres?"

"Solo he venido a verte ya que hacía tiempo que no pasabas por casa."

"Escucha... No tengo ganas de rollos. Y si has venido a hablar sobre lo que pasó con la chica del estúpido detective ya te puedes ir."

"Hiei... hay razones por las cuales sospechar de ti. Y quiero ayudar para hacer que vean que todas esas sospechas son falsas."

"No necesito ayuda y tampoco necesito TU ayuda."

"Hiei..."

Y dándole una rápida mirada llena de furia, el demonio se fue dejando a un Kurama dejando un pequeño suspiro de cansancio mientras intentaba pensar en las posibles cosas que pudieran pasar dentro de poco si las cosas seguían así.

Era tan difícil, a veces, entender a las otras personas.

Yo lloré lágrimas de amor
Cuando, con mis útiles
Puntiagudos, sacrifiqué
Aquello que era la parte
Primera de mi alegría,
Mi hermano.

····

Y la Sangre de Abel
Cubrió el altar, y olía
Dulce mientras ardía.

"¿Qué haces aquí Yusuke?"

"Nada... simplemente pasaba por aquí y quise ver como estabas..." comentó Yusuke apartando, nerviosamente, los ojos de la mirada fija de la morena.

"Ya... Pues gracias por pasarte. Y por si lo quieres saber, estoy bien."

"Por cierto... sobre lo que pasó... ¿te digo algo que pudiera dar alguna pista para cogerlo o sobre quien era?"

Y la chica pensó, pensó ante la atenta mirada del otro chico.

'Soy un vampiro, y como tal, estoy maldecido.'

'Hubo un momento en que Caín entregó al Creador la sangre de su hermano diciendo: "Creador, he aquí mi nuevo sacrificio, la sangre y las vísceras de mi hermano, pues te complace la matanza; para que yo no sea el guardián de mi hermano."

Y dijo el Creador. "¿Qué has hecho? La voz de tu hermano esta clamando a mi desde la Tierra; por eso andarás maldito, lejos de esta tierra que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano; cuando labres la tierra, ella no te dará más frutos; fugitivo y errante andarás sobre la tierra".

Pero Caín respondió: "Puesto que así me traicionas, Creador, yo te maldigo a ti. Y así como la tierra abrió su boca para recibir la sangre de mi hermano, yo la abriré para recibir la sangre de tus criaturas; si la tierra no me da más fruto, mi fruto será de sangre; fugitivo y errante andaré sobre la tierra, y así lo haré, pues no seré más como tu creación perversa. Seré como las Criaturas de las Tinieblas."'

'¿Sabes que es vivir sin poder descansar, sin poder sentir, y sin poder morir para acabar con toda la desgracia en la que vives? Noo... Tu simplemente eres una pobre ignorante como todos los demás...'

'Y como yo, hay unos tres vampiros más que no van a ser parados tan fácilmente. Porque si nosotros tenemos que seguir en esta vida por desgracia, no vamos a dejar que vosotros muráis sin haber sufrido lo que nosotros no podemos ni podremos sentir, miedo, terror y pánico.'

"¿Keiko?"

"¿Eh?" preguntó la chica dándose cuenta de que se había quedado parada sin decir nada al ver la mirada curiosa del chico. "No... No dijo nada..."

"Bueno, entonces a esperar a ver si Hiei sabe algo que nos pueda ayudar. Y claro esta, que ÉL quiera decir."

"Supongo..."

"De todas formas... me alegro de que estés bien."

"Y yo de que te preocupes tanto por mi."

"Hombre... ¿qué haría yo sin una marimacho a la que molestar?"

"¡IMBÉCIL!" Y así, la chica recuperó la energía suficiente para golpear al chico que ya estaba en un estado de defensa para protegerse de cualquier golpe que pudiera venir.

Pero mi Padre dijo:
"Maldito estás, Caín,
Quien matastes a tu hermano.
Como yo fui expulsado,
Así lo serás tu."

····

Y Él me exilió
A vagar en la oscuridad,
La tierra de Nod.

Cerró de golpe la puerta.

Después de una eterna reunión que no parecía tener fin, podía llegar a su despacho para descansar en el sillón cómodamente mientras pensaba en algún modo de entretenerse un rato.

Se lo pensó dos veces.

Quizá sería mejor dormir un rato para después entretenerse.

Eso... como si dormir fuera una tarea fácil en ese lugar con los gritos de la gente.

Gritos.

Y se preguntó: '¿cómo que no escuchaba la voz de Botan cuando siempre se la podía escuchar?'

Y así, con la gran curiosidad, con el hecho de querer saber todo como príncipe que era, entró en las habitaciones de las guías para ver que ni ella, ni Ayame y, ni mucho menos, Hinageshi estaban allí.

Desaparecidas de la habitación.

Hasta que se acercaron unos pasos veloces.

"¡Buenas Koenma!"

Y con el saludó de Botan, las otras dos guías detrás de ellas.

Y su mirada recorriendo a las chicas de arriba abajo para darse cuenta de que habían salido.

De que ellas habían desobedecido lo que él ordeno.

'Hinageshi no puede ni debe salir.'

Hinageshi no podía ni debía salir, pero lo hizo, dejando las órdenes del príncipe como un soplo de viento pasado.

Como si nada...

¿Y qué debía de hacer él?

Me precipité en la Oscuridad.
No vi ninguna luz
Y estaba asustado.
Y solo.

············

N/A: Fin del capítulo. ¿Largo, eh? Con los versos y tal me ha ocupado bastante comparados con los otros capítulos anteriores.

Comentarios sobre este capítulo: ¿qué cojones eran esos 'versos' en cursiva a principio y final de escena? Son los versos del primer capítulo del Libro de Nod.

También habréis visto que ha ido saliendo más o menos las relaciones que tienen unos vampiros con los otros, al igual que tenemos a un Hiei bastante... Bueno... no iba a hacerlo que fuera a decir como había ido la cosa ni que se hubiera puesto a ayudar a Yusuke así como así, porque al fin y al cabo, estamos hablando de Hiei. De todas formas, podéis llamarlo OOC, IC o como queráis pero yo no voy a pintarlo de otra forma a parte de la que lo estoy pintando en estos momentos (a no ser que vea con mis propios ojos que quizá –algún día- me este pasando con el carácter y haga algo, pero por ahora se queda así.

Después, de los párrafos que salen en cursiva cuando Keiko se esta recordando de ciertas cosas que dijo Ludwig... Hay una en la que se habla sobre Caín y el Creador. Ese trozo no lo he inventado yo, ha sido sacado del Evangelio de los Vampiros.

Bueno... no sé que más explicar sobre el capítulo de hoy... Así que como no sé que más decir acabo ya solo pidiendo disculpas por el retraso. Excusas: No me daba la gana de escribirlo porque quería escribir otras cosas (más bien me olvidaba de él), después me vino el 'no tengo tiempo' y después el hecho de haber cambiado de torre de ordenador y haber perdido todo lo que tenía en la vieja véase fics que tenía a medias, música, scans, videos, links, webs que estaba haciendo, etc... Y como ahora no tengo nada, quiero mirar de recuperar al menos parte de lo que tenía.

Así que por ahora, quiero primero arreglarme a mi misma porque estoy en una fase muy desordenada en la cual como no me arregle pronto iré mal y recuperar las cosas perdidas. Así que, pido disculpas –también- por adelantado.

Yukii: Ummm... casi casi que no te gusta ninguno, ¿no? xD Cada uno tiene sus cosas buenas y sus malas... aún no se han visto con detalle, quizá después cambias de idea xD

Sanasa: Yeaps... UU Pos... ya has podido ver como han ido las cosas más o menos, aunque eso se 'arreglara' o 'estropeara' a medida que pase el tiempo. Bueno, pues me alegro que te guste.

Angel: Bueno, pues lo primero de todo agradecerte por dejar el review. Sobre yaoi... y lo de Hiei y Ludwig... Por ahora no sé si habrá mucho romance o no, como puedes ver por ahora solo he hechos pequeños toques de Yusuke/Keiko y nada más, así que mirándolo de esa forma, toques ligeros de yaoi si que habrá sea de ellos o no. La cuestión será mirar si pondré romance, lo que se llama romance que entonces podrá haber tanto hetero, yaoi o yuri o solo habrá toques de cada cosa UU

Marie Shinomori: A ver, primero aclaremos una cosa. Lo de Hinageshi y Ayame, si te refieres en el sentido yuri, no ha habido nada (a no ser que vayas pensando que ya es yuri a cualquier momento que salgan ambas hablando porque su relación puede tomarse como amistad también) a parte del capítulo aparte que hizo Sanasa, que como ella dijo no tiene nada que ver con lo que este pasando. Simplemente cogió una situación e hizo un fic. Si no te gusta el yuri, no lo leas (al igual que el otro yuri que te leíste mío, si ya avisaba de que era yuri, no haberlo leído en vez de dejar un 'no me gusta para nada' cuando resulta que no te gusta simplemente por ser yuri.) Lo de Botan ya lo he explicado, este fic no se centra en ella, por lo tanto saldrá cuando necesita que salga y nada más. Lo siento si ha sido un poco borde de mi parte. De todas formas, gracias por el review.

Miraiya: ¡Me alegro que te guste! Y gracias por el review.

Ja ne!