Harry Potter es propiedad de J. K. Rowling

Antes que todo quisiera agradecer a todos los que leen esta historia.

La sangre que nos une by Lars Black.

Capitulo 5: La traición.

Faltaban escasos días para el inicio de curso y en Gimmauld place se vivía un ambiente de poca tensión. Voldemort había estado inactivo, ningún ataque, ningún avistamiento, nada, pero todo eso solo daba la sensación de falsa seguridad.

Hermione había vuelto con sus padres para pasar los últimos día juntos, así que Harry pasaba la mayor parte de su tiempo con Oswall o estudiando en la biblioteca de mansión Black.

Era increíble la cantidad de libros que tenía aquel lugar, pero aunque la mayoría se trataba de magia oscura, había unos que realmente valía la pena leer. Pero todos parecían renuentes en que los leyera, así que todas las noches, Harry tomaba su capa de invisibilidad y se infiltraba en ella.

Ron no había vuelto a aparecer en el lugar, en cambio los demás Weasleys todos los días hacían su aparición. Arthur estaba fascinado con los relatos de Oswall acerca de su profesión, pero la señora Weasley, no estaba tan contenta con el echo que sus hijos escucharan como a un pobre muggle lo abrían por la mitad para cortarlo por dentro.

Oswall Evans disfrutaba al máximo, estar rodeado de gente tan singular, había sido un refrescamiento en su vida.

Ya era el día, ya había pasado un mes en ese lugar y era momento de volver a casa.

Harry y Oswall se despedían.

--Vamos Harry, no pongas cara larga- le decía mientras revolvía aún más su cabello azabache. -Nos veremos en navidad.. Cuídate- Oswall se acercó lo suficiente para susurrarle unas palabras al oído. -No me gustan los libros que has estado leyendo, Ten estos te vendrán mucho mejor.- Oswall le entregó un paquete envuelto.

Oswall partió la noche del 31 de agosto a las 9 de la noche. A Harry le hubiera encantado que se quedara hasta el día siguiente, pero no era posible. Toda la orden estaría movilizada, y Oswall debía volver a su trabajo al día siguiente.

2 jóvenes magos lo acompañaban, no creían que hubiera muchos problemas, ya que nadie sabía de su existencia, pero un poco de precaución no estaría mal.

Por fin llegaron a la calle. Ya pasaba de la media noche, habían viajado de manera muggle para no llamar la atención. Las lámparas alumbraban el lugar y al parecer nadie se encontraba fuera aquella noche. Los magos venían platicando alegremente, faltaban escasas 5 casas cuando de pronto, todas las luces desaparecieron, incluso las de las casas.

-No puede ser- dijo uno de los magos, mientras desenfundaba su varita, el otro mago jaló del hombro del pelirrojo, y con un movimiento de su varita varias chispas rojas, se elevaron al cielo. Oswall tuvo que cerrar los ojos para que el resplandor no lo lastimase, pero sintió como el joven que lo sujetaba se desplomaba en el suelo.

-¡Señor, tiene que llegar a su casa!- le gritó el otro.

Oswall miró el cuerpo del joven mago, por instinto se agachó e intentó tomar su pulso, pero nada, estaba muerto. No lo pensó dos veces y salió corriendo hacia su casa. Pero tropezó con la manguera de los vecinos, haciendo que cayera de bruces justo antes de que una luz blanca lo impactara.

Se arrastró un poco y cruzó por los setos de los vecinos, ya se encontraba en su patio, solo tenia que llegar a la puerta de su casa. Faltaba poco, cuando de pronto, una luz azul metálica impactó el costado de la casa, el suelo tembló un poco, y toda la construcción voló en pedazos. El escombro y el humo se disipó por todo el lugar. Los vecinos salían de sus hogares para ver lo que ocurría. Gran error.

Ráfagas de luces verdes volaron en todas direcciones, después de varios segundos de silenció empezaron los gritos de angustia, desesperación y llanto.

Oswall veía todo aquello. El joven mago que lo defendía, acaba de caer muerto, todo esto debía ser un mal sueño, pronto despertaría de esta horrible pesadilla, pero no lo hizo.

Varias siluetas negras empezaron a rodearlo. Una de ellas lo golpeó haciendo que cayera al suelo sin aire.

-Tráiganmelo- gritó una voz.

-Entonces es cierto- dijo - La información era cierta- sonrió y luego se dirigió a uno de los encapuchados. -Recuérdame darle una buena recompensa-

-Ahora, a terminar la función- Voldemort apuntó directamente con su varita hacia Oswall. El cual lo miraba desafiante con aquella mirada esmeralda.

-No hay duda, es él ¡AVADA KEDAVRA!- gritó. Y un potente rayo verde salió desde su varita.

Para Oswall todo se volvió oscuridad y silencio, ya no sentía nada más que una paz que inundaba su cuerpo. Pero de pronto Dolor, un dolor insoportable que le llegaba desde el interior de su médula. Cada vez se hacía más intenso.

-¡NO!- gritó.

Los mortífagos miraban asombrados. Aquel hombre pelirrojo había muerto por la maldición asesina. Ya había muerto y ahora gritaba.

Oswall tomó una bocanada de aire y sintió como la vida regresaba a su cuerpo. Varios destellos verdes salieron desde su interior.

Varios mortífagos fueron impactados por ellos y cayeron desplomados al instante.

Oswall seguía tendido en el piso, a lo lejos escuchaba las sirenas que se acercaban, pero no podía estar completamente seguro si lo eran.

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La tranquilidad en Grimmauld place se vio afectada por la aparición de varias chispas rojas, las cuales daban la señal de que algo había ocurrido. Pero la pregunta era ¿Dónde?, el mensaje había sido cortado justo cuando decía su ubicación.

La puerta de la cocina se abrió y Albus Dumbledore apareció. Venía aún con el gorro de su pijama..

-Un ataque señor, pero no sabemos donde, eran chispas rojas-

-Calma Ryan- dijo tranquilo Dumbledore, reuniré al resto de la orden de inmediato. Y tras un movimiento de su varita, los miembros de la orden empezaron a llegar.

Remus fue el primero en llegar. Siquiera, se había cambiado la pijama, escuchó el llamado de Dumbledore y había salido en el acto. El ojos miel se veía agotadísimo, las canas ya casi cubrían en su totalidad su cabello y en su rostro pálido las ojeras se notaban más que nunca.

-Remus, no debiste venir, te dije que descansaras- le dijo Dumbledore.

Remus miró a Dumbledore fijamente.

-Yo descansaré el día que Voldemort sea derrotado Albus, así que ahora no me molestes-

Remus dio media vuelta y se sentó en uno de los sillones del lugar. No quería admitirlo pero realmente se sentía muy mal.

Poco a poco fueron llegando los demás miembros, algunos con pijamas y otros vestidos. El cabello de Tonks, se vía aún más enmarañado que el de Hermione.

-¿Todos?- dijo Dumbledore.

Remus se puso de pie. -¿En donde esta Snape?-

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Había amanecido nublado. En las noticias matutinas se comentaba la tragedia que había ocurrido en la madrugada.

Una explosión en Dartford ha dejado un saldo de 7 muertos, aún no se sabe la cuasa de la explosión, pero el dueño de la casa Oswall Philip Evans (pasaron una fotografía de Oswall) milagrosamente se salvó. Aunque su estado su puede considerar estable, el sujeto no ha reaccionado de su estado latente. Los doctores afirman que si no regresa en sí en las próximas 12 horas, el sujeto podría tener una muerte cerebral. Seguiremos informando.

Hermione casi se ahoga con la leche que estaba bebiendo. Rápidamente tomó sus cosas.

-Mamá, papá me tengo que ir-

-Pero hija, el tren sale a las 11 y solo son las 7.-

-Lo sé pero surgió algo-

En Grimmauld place. Todos estaban muy tensos, las cosas se habían salido de control.

-Maldición- gritó Remus. -Snape, porque demonios no nos avisaste-

-Ya lo dije Lupin, fue sin previo aviso, nadie sabía que teníamos que hacer hasta que estuvimos ahí-

-Pero pudiste, pudiste-

-Calma Remus,- intervino Dumbledore. -Si lo que Snape nos dice es cierto tenemos más problemas que estos. Voldemort tiene un espía, alguien nos ha traicionado, se enteró de esto, no sabemos de que más estará enterado.-

-Disculpe la interrupción Dumbledore- dijo un mago alto y negro. Pero ¿cómo sobrevivió el muggle a la maldición asesina?-

-Muy buena pregunta Kingsley, pero me temo que no tengo ni idea,-

-No podemos quedarnos sin hacer nada- refutó Remus.

-Si, lo se, pero nuestro mayor problema ahora es controlar la situación con muggles, han creído que se trató de una explosión.-

-¿Y que hay de Potter señor?- preguntó Snape.

-Harry,- dijo Dumbledore. Y por unos segundos su mirada pareció perderse en su totalidad.

-¿Albus?-

-Harry no esta, Harry se ha ido.

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-Oswall Evans- gritó el ojiverde.

-Esta en intensivos jovencito no puedes pasar-

Pero Harry corría por los pasillos del hospital a toda velocidad, se llevó a varios doctores en su recorrido. Los guardias ya lo seguían. Agradeció a los gemelos Weasley las bromas que le habían regalado. Con un par de pega todo, se deshizo de sus seguidores.

Por fin llegó al lugar.

Su tío solo parecía dormir. Se acercó un poco, tenía que hacerlo, no sabía como pero simplemente tenía que hacerlo.

-Legimens-

Montones de imágenes pasaron a su alrededor, todas hasta el punto donde se había quedado anoche, en ese lugar parecía haber un vacío.

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Voldemort meditaba, algo había ocurrido anoche, algo que no había previsto. Un simple muggle jamás sobreviviría al Avada, Había algo en ese tal Evans que lo inquietaba, lo incomodaba.

-Todo listo, mi señor- interrumpió una voz.

Y por primera vez en mucho tiempo Voldemort Dudó.

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Gracias por leer esta historia, recomiendo mis otros fic.

TWINS. Drama general, completa.

Aquel al que siempre temió. General.

Remus desire. Acción aventura fantasía

MEANT TO BE. General romance.

¿Igualito a papá?. Humor.