Recuerdos: En el callejón Diagon - Segunda Parte -
Ahora que por fin sabía que si era una bruja (no es que lo dudará... pero en ocasiones me preguntaba si exageraba todo lo raro que hacía), contaba los días para por fin ver mi sueño hecho realidad (o al menos uno de ellos ^^).
Después del cumpleaños del tío Harry, creo que una semana después, llego el momento de ir al callejón Diagon. Irían conmigo tío Draco y tía Alix (obviamente ^^), y como Jamie insistió mucho, también nos acompañó. Tía Angelina nos estaría esperando en el callejón, dijo que me tenía una gran sorpresa.
Todo el viaje me la pase fascinada... ¡Era increíble! Tía Alix no parecía tan sorprendida... bueno, ella ya había visitado el callejón antes, así que no tenía derecho a quejarse ¬¬
- ¿¿Ya viste, Jamie?? ¡¡Escobas!!
- ¡Si! - James se contagiaba con mi emoción.
- ¡Comprare de todo! - festejaba feliz.
- ¿De todo? - tía Alix me mira con desaprobación - solo lo que necesites, chaparra, no eres una niña consentida.
- Como me gustaría serlo - me quejo.
- Vamos, Alix, no arruines la diversión de la niña - me defiende el tío Draco. Debo decir que se ha convertido en mi aliado ^^.
- ¡¡Sheila!!
Veo a tía Angelina acercarse, feliz. Me da un fuerte abrazo y un sonoro beso en la mejilla, y lo mismo hace con James.
- ¡¡¡Tía Angelina!!! - me encanta verla tan feliz.
Quizás pocos lo sepan (y ahora todos están a punto de enterarse ¬.¬'''), pero el rostro de la tía Angelina cuando paso por lo de su bebé jamás se me olvidará. Esa tristeza.... me prometí a mi misma jamás dejar que la tía Angelina volviera a sentirse así, y nadie de los que quiero sufrirían, así me costara todo lo que tenía. Eso es amar con fuerza y entereza ¿No lo creen? Creí que nadie mas entendería acerca de esto, por eso nunca lo mencione... pero con el tiempo varias personas me demostraron que ellas también están dispuestas a hacer el mismo sacrificio.
- Angelina, ¿Como has estado? - tía Alix le sonríe ampliamente.
- Muy bien... ¿Te puedo robar a la nena un momento? Tengo un regalo para ella ^^
- ¡¡¡VIVA, UN REGALO!!! - me alegro. Tía Angelina siempre estaba consintiéndonos.
- ¿Otro? Angelina, le acabas de dar ese libro la semana pasada - se queja tía Alix.
- ¡Ay, déjame consentirlos!
Parece que esta frase siempre tiene efecto en los tíos. En cuanto tía Angelina dice esto, los demás solo niegan con la cabeza y sonríen. Es la tía mas buena de todo el mundo ^^
- Bueno, vayan - consiente al fin la tía Alix.
- Cerca de Los Sortilegios Weasley esta la tienda de túnicas... nos veremos ahí en unos momentos - señala tío Draco.
- Oye, Draco - tía Alix lo mira extrañada - ¿Por ahí me fui aquella vez que me perdí en ese callejón raro?
- No, fue por el otro lado... ¿Como es posible que no te acuerdes?
- No todos tenemos memoria fotográfica como tu ¬¬
- Es de lo primero de lo que te jactas ¬¬
Tía Angelina me toma de la mano, y también a James. Decidimos dejar solos a los tíos. Cuando se ponen a discutir.... realmente se divierten.
En esos momentos yo ya no dejaba que me agarraran de la mano. Tenía 11 años, ya no era una niña ¬.¬.... pero a tía Angelina siempre se lo permití sin chistar. Ella era la única con ese privilegio (por llamarlo de alguna manera, no quiero sonar muy pretenciosa, pero sé que eso pensaron ^^U).
Caminando, la tía Angelina nos pregunta acerca de las vacaciones, y le contamos todo lo que hemos hecho hasta ahora. Ella parece feliz de escucharnos... realmente nos da un cariño especial.
Cuando llegamos a la tienda, tío Fred nos espera con una sonrisa.
- ¡Hasta que llegan!
- ¿Y el regalo? - tía Angelina mira a tío Fred con complicidad.
- Atrás... ve por él... podrías llevarte a James para que ambos la sorprendan.
Tía Angelina asiente, y me deja con tío Fred, alejándose a la parte de atrás de la tienda.
- Sheila - tío Fred me señala una silla cerca del mostrador - siéntate, quiero hablar contigo.
Dios, como odiaba las conversaciones que empezaban así... comencé a ponerme nerviosa.
- ¿Pasa algo malo? - pregunte mientras me sentaba.
- No, al contrario... ¿Sabes?... - tío Fred me mira con ternura. Parece que le cuesta trabajo hablar - cuando Angelina.... - de nuevo hace una pausa, pero ahora veo sus ojos. Están cristalinos. Trata de contener las lágrimas, y eso no me hace sentir mejor - cuando Angelina perdió al bebé.... creí que ya no se sobrepondría... pero gracias a ti y a James, ha salido adelante...
Observo a tío Fred con duda y admiración... hablar de esto debe ser realmente difícil para él, pero también no entiendo para que me lo menciona a mi.
- Y con el tiempo - continua - Angelina te ha querido como una hija... al igual que a Eli y a James... pero especialmente tu, cuando le leías esos cuentos, y le contabas historias.... simplemente le diste razones para seguir luchando...
La verdad era muy pequeña para saber que mis acciones podían repercutir positivamente en alguien. Cuando tía Angelina estuvo esa semana en cama, yo siempre le llevaba de comer, le contaba historias, y le platicaba de lo que hacían los tíos. Imitaba sus voces, y ella se reía ampliamente. En ocasiones nos acompañaba James, y entonces los dos actuábamos juntos. Yo lo hice porque quería que la tía Angelina no estuviera triste, pero no tenía idea de que realmente fue algo que la impulso a no darse por vencida.
- Por eso quiero agradecerte... y que sepas que aquí siempre tendrás a dos tíos que te darán todo su apoyo en lo que sea...
Sin poder soportarlo mas, me lanzo a los brazos de tío Fred. Es lo mas dulce que me habían dicho a mi corta edad... bueno, al menos en ese día (después sabrán porque).
- Gracias, tío...
- Pero no le digas a tía Angelina que te dije... es nuestro secreto...
Sonrío, y guiño un ojo... y le doy un beso en la mejilla al tío, el cual sonríe. Para él también fue duro perder el bebe, pero saco su fuerza para ayudar a tía Angelina. Ahora le tocaba a él desahogarse.
Al parecer tía Angelina y tío Fred habían llegado a la resolución de querernos como a sus hijos... y por nosotros no había objeción.
Tía Angelina aparece con James, y ambos traen un paquete delgado y largo.
- Mira, Sheila... un pequeño regalo de tus tíos para que vayas a Hogwarts - tía Angelina sonríe, poniendo el regalo en el mostrador.
Me acerco cautelosamente, observando el paquete.
- ¡¡Ábrelo!! - James parece mas emocionado que yo.
Me decido a abrirlo, con un poco de temor. Aun no tenía pleno conocimiento de lo que podría llegar a ser... era muy grande @.@.... pero con el cuarto de Pociones que tío Draco había improvisado en casa, era mas mi temor que mi emoción.
Al quitarle todo el papel, una flamante escoba me deslumbra.
- ¿¿¿UNA ESCOBA??? ¿¿¿MI PROPIA ESCOBA??? - la emoción me embarga totalmente.
- Y es una de las mejores escobas de carreras, Sheila.... debido a que todos hemos pertenecido a equipos de Quidditch, no dudamos que tu serás una integrante - sonríe tío Fred.
- ¿¿De verdad?? ¿¿También tío Draco perteneció a equipo de Quidditch??
- Así es, fue buscador de Slytherin - tía Angelina me mira - pero no te sientas presionada, solo entra al equipo si quieres, ¿De acuerdo?
- ¡SI! ¡¡¡MUCHAS GRACIAS!!!
Abrazo a los dos tíos con emoción embargada, mientras James nos observa con una sonrisa.
- Pero..... según me platico la abuela, a los de primero no se les permite tener escoba propia... y menos de carreras...
- No te preocupes... veo que Misheel te tuvo actualizada... en realidad Hogwarts modifico su reglamento cuando Harry ingreso como director... claro, solo aquellas que no traen grandes consecuencias... - me explica tío Fred.
- Y para el pequeño James también tenemos un regalo - tía Angelina saca una escoba igual a la mía, pero mucho mas chica.
- ¡¡Una escoba de juguete!! - James la toma rápidamente - ¡Gracias!
- No es nada para nuestros sobrinos consentidos - tío Fred toma la enorme escoba. Debo decir que es muy grande para mi... no estaba segura de poderla - Vamos a guardar tu escoba aquí, Sheila, y te la llevaremos a casa en nuestra próxima visita.
- Cuando lo decidas, te la enviamos a Hogwarts.
- ¡Muchas gracias! - sonrío ampliamente.
- Vamos, Draco y Alix nos deben estar esperando en la tienda de túnicas - tía Angelina nos toma de la mano de nuevo.
- Después se pasan por aquí, te daré de mis mejores bromas, Sheila... serás la mas popular en Hogwarts.
- ¡SI!
No cabía duda que cada tío me quería formar a su semejanza. Tío Fred y tío George querían que fuera la bromista, tía Hermione, la estudiosa, tío Ron, la intrépida, tía Angelina, la revolucionaria, tía Katie la líder, tío Draco la fría [dice que en Hogwarts puede haber muchos patanes], y tía Alix solo quiere que aprenda mucho. Decidí tomar un poco de todo, y a ver que sale ^^.
Tío Draco y tía Alix estaban tomados de la mano, viendo túnicas. Al parecer la tía le dijo algo muy gracioso, pues tío Draco estaba carcajeándose. Se ven muy lindos juntos ^^
- Aquí les traigo a su nena - tía Angelina los interrumpe.
- ¿Y cual fue tu regalo, Sheila? - tío Draco me guiña un ojo. De seguro él sabía de todo esto.
- Mejor se enteran cuando lo llevemos a su casa - sonríe tía Angelina.
- ¿Tan grande es? - tía Alix frunce el entrecejo.
- Puesss.... anden, vayan por su túnica, se les hará tarde...
- ¬.¬... tomare eso como un si.
- Tíos... ¿Podemos ir primero por mi varita? - estaba tan ansiosa, que apenas si podía disimularlo (y creo que no lo hacía tan bien después de todo ^^')
- Mmmm... bueno, no veo porque no - señala el tío Draco - vamos...
- Sería mejor que fuera sola, ¿No creen? - tía Angelina los observa - después de todo Ollivanders siempre es un lugar de descubrimientos...
Tío Draco y tía Alix se miran entre si, y asienten. No sé porque, pero creo que algo había entre ellos que me ocultaban.
- Yo la llevare... tu quédate aquí James... - tía Angelina me toma de la mano.
- ¡Pero quiero ir con Sheila! - protestaba el pequeño James.
- No, Jamie, espérame aquí - decidí seguirles el juego. Si querían que fuera sola, por algo será.
- Si, James, quizás te aburrirías - tía Alix lo toma de la mano.
- Vamos, Sheila..
Tía Angelina y yo comenzamos a caminar, y ella comienza a hablar de los bailes en Hogwarts. Me comento que en su cuarto curso de Hogwarts fue a un baile con el tío Fred y de ahí nació el amor. Me encantaba que me contara como inicio su romance con el tío, me parecía de lo mas lindo, como en un cuento.
No sé porque, pero voltee hacia atrás, y vi que tío Harry estaba con los otros tíos... ¿¿Qué hacía aquí tío Harry, si se supone que estaba trabajando??.... me pareció raro, pero no los vi preocupados.... no me tranquilizaba, pero ya era algo.
- ¿Sheila? - tía Angelina voltea también, viendo a tío Harry - vaya... a Harry se le hizo tarde...
- ¿Para qué, tía Angelina?
- Me envió una Lechuza diciéndome que nos alcanzaría aquí.... pero ya ves, mira a que horas llega... en fin, ya lo sabrás.
- ¿Saber que? - esto se estaba poniendo DEMASIADO misterioso para mi gusto.
- No me hagas caso, pensé en voz alta.
Al fin llegamos a una enorme tienda.
- Aquí es... anda, preciosa... te estaremos esperando aquí...
Ahora que podía, no quería entrar. No sé.... estaba MUY nerviosa... ¿Y si hacía algo tonto?... ¿O rompía algo?
- ¿Sheila? - tía Angelina me da un leve empujón - entra ya, o se nos hará tarde.
La miro a los ojos con cierto temor.
- No pasara nada, ¿verdad? - le pregunto.
- Claro que no - me sonríe ella - ya veras que todo saldrá bien.
Era lo que me faltaba. Alguien que me diera seguridad. Asiento, y entro a la tienda, donde resuena una campanilla puesta en la parte de arriba de la puerta.
Observo todo con detenimiento. Todo estaba apiñado, como si fuera una rara biblioteca. Había muy poco espacio para caminar, pero no se veía tan tétrico a como me lo había imaginado.
- Ahh... bienvenida...
Volteo de lo mas espantada, viendo a un hombre de edad avanzada, cabello blanco y despeinado... muy extraño.
- B-buenas.... buenas... buenas tardes - al fin logro decirlo todo.
- Señorita Malfoy, ¿Pero por qué tan nerviosa?
- ^^'... es que es la primera vez... - me detengo en seco, ¿¿Señorita Malfoy?? Aquí ya empezamos mal - ejem... disculpe, pero creo que me ha confundido, yo no me apellido Malfoy.
El hombre me ve con duda, pero sonríe ampliamente.
- ¿No es usted Sheila Malfoy?
Creo que este señor no veía bien, ¿De donde saca que puedo lucir como una Malfoy?... tío Draco me había enseñado fotos de su familia, y la gran mayoría eran rubios y de ojos azules o grises. Yo tengo cabello oscuro y ojos miel... en lo único en lo que tío Draco dice que puedo parecerme a un Malfoy es en el carácter y en la fuerza de la mirada... lo tomaba como algo bueno.
- No - digo al fin - soy Sheila McLester...
- ¿McLester, eh? - el señor raro (decidí ponerle así, ya que yo no sé si él sea el señor Ollivanders... bueno, en ese momento no lo sabía) se metió entre todos los estantes, dejándome parada.
- Si - contesto.
- Entonces usted no fue primero por su túnica... con razón adelanto su visita.
No entendía nada, pero decidí seguirle la corriente.
- Vengo por una varita...
- Por supuesto, señorita Malfoy, ¿A que mas vendría a Ollivanders?.... en un momento le llevare la varita que creo adecuada a usted...
- Oiga - esto comenzaba a irritarme - ya le dije que no soy una Malfoy, me apellido McLester.
- Si, si, si - ahora el señor raro me da por mi lado ¬¬ - a ver, ¿Con que mano toma usted la varita?
- Ahm... pues escribo con la derecha... supongo que me hace diestra.
- Supone bien - el señor raro se acerco a mi, sacando una cinta métrica ¿Y eso para que era? - a ver, vamos a medirla...
El señor raro comenzó a medirme del codo al brazo, del codo al antebrazo.... esto se ponía mas y mas raro.
- Aja... muy buenas medidas... - ¿Eso es bueno? - ¿Sabe? A pesar de que casi todos vienen acompañados a Ollivanders, me da gusto que usted haya venido por su cuenta. Habla muy bien de la independencia de los Malfoy.
- ¬¬'.... oiga, no sé cuantas veces voy a repetírselo, NO SOY UNA MALFOY.
- Si, eso también... son muy respondones - el señor raro me mira con suspicacia.
Me ruborizo totalmente. Esta bien, si era muy contestona, pero no es para que me catalogue tan rápido... ni siquiera me ha dado una oportunidad de contestarle como verdaderamente lo hago (momento... eso no se vio bien, ¿Verdad?)
El señor raro comienza a buscar en los estantes, mientras su loca cinta métrica (bueno, las cosas se parecen a su dueño -___-') sigue midiéndome.
- A ver, a ver.... por las medidas, y con sus referencias... no hay duda... su varita la esperaba con ansia. Debe saber, señorita Malfoy, ninguna varita que se vende en Ollivander es igual a otra. la varita escoge al mago, así que solo usted podrá manejar la varita que la escoja a la perfección. Nadie mas podrá igualar la perfección de sus hechizos hechos con su varita.
Observo al señor raro con cierta cautela. Ya sabia que la varita escogía al mago, y que eran únicas... pero no entendí lo de los hechizos. Y si le preguntaba, de seguro me diría Señorita Malfoy de nuevo, y eso me alteraba los nervios ¬¬.
- Sus preguntas se disiparan en Hogwarts - me sonríe.
Ahora si ya me asusto. ¿También lee mentes?
- Aquí tiene... Caoba, 19 centímetros, y nervio de corazón de Dragón... pruébela...
Me extiende una varita oscura... en nada se parece a la de mi abuela.
Al momento de tomarla, siento una calidez inexplicable en mi mano, y unas pequeñas luces de colores salen de la varita.
- Sabía que no me equivocaba - el señor raro me sonríe.
- ¿¿Esta es mi varita?? - observo la varita, que aun suelta lucecitas raras.
- Así es... como todos los Malfoy, de corazón de Dragón. Claro esta que depende mucho de que Dragón sea su varita para que se le de un buen uso.
Aquí vamos de nuevo. Si me vuelve a decir que pertenezco a la familia Malfoy, voy a golpearlo ¬¬... bueno, quizás no, pero me enervare mas de lo que ya estoy.
- Pero no se parece a la de mi abuela... - me quejo en voz alta.
- Las hermanas McGonagall usaban varitas de pelos de Unicornio, que son excelentes en transformaciones. Es raro que las tres fueran escogidas por unicornios, incluso Elian también... bueno, es una familia que siempre me sorprendió.
- ¿¿Entonces usted conoció a mi abuela??
- Señorita Malfoy, aquí se recuerda cada varita que se vende, y a quien se le vende... es un don.
- Y si sabe que yo soy de esa familia, ¿Por qué se empeña en llamarme con un apellido que no es el mío?
- Señorita Malfoy, eso no esta en mi decírselo... pero si aseguro que pronto lo sabrá - el señor raro, que de seguro si era el señor Ollivanders , me sonríe - espero verla de nuevo... si el destino lo permite, será con mucho gusto.
No entiendo nada, pero como ya me había acostumbrado a la rareza del señor, no digo nada. No sé porque, pero sonreí, ese señor, a pesar de sus comentarios extraños, me inspiraba mucha confianza... y recordaba a mi abuela...
- Gracias - es todo lo que digo.
- Al contrario... - el señor raro me mira de nuevo, sonriendo, y se aleja a la parte de atrás de la tienda.
Supongo que es todo. Tengo mi varita, que aunque ya no suelta luces raras, me sigue transmitiendo calidez en mi mano.
Al salir, los tíos me esperan ansiosos. Hasta parece que me habían espiado (no dudo que así fuera)
- ¿¿Y?? - todos me miran expectantes.
Levanto la varita para que la vean, y todos parecen sorprendidos, excepto el tío Draco, que sonríe.
- Lastima que no llegue antes - se apena tío Harry - Ollivanders me gano... ese hombre y sus dotes de adivino, ¿Quien lo diría?
- Bueno, para hacer varitas, ciertamente se debe tener un don - sonríe tía Angelina.
Naturalmente no entiendo nada.
- Ese señor - comienzo a hablar - me dijo Sheila Malfoy... y no dejaba de llamarme así... ¿Por qué?
Todos se miran, y sonríen.
- Vamos, Harry, Fred quiere hablar contigo... los veremos en la tienda de túnicas de Madame Malkin - tía Angelina abraza a James, que raramente, no protesta. Ahora si estaba segura de que algo pasaba.
- Si, vamos... - tío Harry sigue a la tía Angelina.
Tía Alix y tío Draco sonríen, pero es una sonrisa tímida.
- Ven, Sheila, vamos por un helado.
Bien, tía Alix trata de sobornarme. Aquí ya vamos mal.
- Esta bien - es todo lo que puedo decir.
Durante el camino los dos lucen de lo mas misteriosos, lo que despierta mas mi curiosidad. Dudo que sea algo malo, la cara de tía Alix es muy clara cuando esta preocupada o triste. Quizás ella les diga que no... pero cuando mi mamá murió, su expresión se me quedo en la memoria. Mas cuando me explicó que mamá se había ido para siempre... no sé porque tiendo a recordar los gestos tristes... quizás es para asegurarme de jamás volver a verlos en los rostros de las personas que tanto quiero.
Cuando llegamos a la heladería, ellos toman asiento frente a mi. Me siento como en la oficina del Director... solo que esto es mas raro todavía.
- Sheila - comienza la tía Alix - tío Harry vino a comunicarnos algo que... bueno, que no sabíamos que iba a pasar... esperemos que no te moleste...
Excelente. Si me molestaba, ellos iban a tratar de recompensarme. Si no me molestaba, es porque la situación iba a ser buena. Entonces no es malo.
La tía Alix toma aire, y comienza a narrarme lo que paso cuando llego el tío Harry:
- ¿Y Sheila?
- Va con Angelina a Ollivanders.
- ¡NO! ¿Qué no se supone que iban a comprarle una túnica primero?
- Bueno, Harry, ella prefirió ir a Ollivanders - tía Alix comienza a molestarse. Como odia que le recriminen las cosas ^^' - ¿Por qué la urgencia?
- Quería darles la noticia a todos juntos... pero bueno, así ustedes se la darán a la niña, después de todo ya son sus padres...
Tía Alix y tío Draco se miran, extrañados.
- A ver, repite eso - pide tía Alix - ¿Ya somos sus padres?
- Alix, ¿Qué no habías solicitado la custodia de la niña?
- Si, pero YO.... Draco no tiene nada que ver en esto...
- ¿No le dijiste? - tío Harry observa al tío Draco.
- Iba a hacerlo hoy en la noche... no pensé que fuera tan rápido...
- Tienes influencias, Draco - sonríe tío Harry.
- ¡Disculpen! - los interrumpe tía Alix - ¿Decirme QUE exactamente?
- Bueno... - tío Draco la mira con cierta felicidad - has de saber que si quieres la custodia de Sheila, debido a que es bruja, debes pedirla al ministerio de magia.
- ¿QUÉ? - tía Alix esta que echa humo - ¿¿Por qué tengo que pedir permiso en todos lados?? Primero el estúpido del juez que me dijo que si no estoy casada, no me puede dar custodia completa de la niña, ¿¿Y ahora tengo que pedir permiso en el minist... lo que sea que eso se llame??
- Alix, tranquila - la tía Angelina trata de calmar las cosas.
- ¡Nada de tranquila!
- Alix - tío Draco - si la pides en el ministerio, ellos se encargan del papeleo muggle... para eso tienen un departamento especializado en eso...
- Bueno, pero yo no pedí la custodia en el ministerio - tía Alix frunce el entrecejo.
- Nos tomamos la molestia de hacerlo por ti - sonríe tío Harry - pero... bueno, como la solicitaste con un testigo, y ese fue Draco... ahm...
Tío Harry acomoda sus gafas (como siempre que esta nervioso).
- ¿Y que? - tía Alix comienza a perder la paciencia.
- Pues... dado que el ministerio sabe que... pues que tu eres pareja de Draco... digamos que los tomaron como una pareja casada.... ahm... y pues.... uy, ¿Hace calor, o soy yo?
- ¬¬... ¿Y QUE, HARRY? - tía Alix esta a punto de hacer correr sangre si no le dicen de una buena vez.
- Le otorgaron la custodia completa de la niña a los Malfoy... así que el apellido de Sheila de aquí en adelante es Malfoy.... y pues el tuyo también.
Tía Alix apenas si puede salir de su estupor.
- ¿¿¿COMO ES ESO POSIBLE??? - tía Alix toma a tío Harry de la túnica.
- Tranquila, tranquila - tío Harry trata de detenerla antes de que lo ahorque.
- Alix, parece que no te da gusto la noticia - frunce el entrecejo el tío Draco - ya habíamos hablado de adoptar a Sheila los dos...
- ¡SI! pero solo hablado... no habíamos decidido nada, además... no quería que te sintieras comprometido.
- ¡No seas tonta! ¡Es lo que buscábamos! ¡Ser una familia!
Tía Alix suspira.
- No pensé que fuera a ser tan rápido...
- Ron agilizo todo, debido a que trabaja en el departamento Muggle... y pues yo hice mi parte con el Jefe del ministerio - tío Harry sonríe - así Sheila puede presumir su nuevo apellido en Hogwarts.
- ¿No te metera en problemas? - Tía Alix observa a tío Draco. Después de todo él era profesor en Hogwarts.
- ¿Por qué? Mi vida es privada, y a nadie debe importarle... ya tenemos una hija... ¿No te da gusto?
Tía Alix abraza emocionada a tío Draco. Ahora éramos los Malfoy.
- Gracias - le susurra ella.
- Yo soy quien te debe agradecer.
- ¡Miren! ¡Sheila esta escogiendo una varita! - tía Angelina alcanza a verme desde el ventanal.
- Entonces vamos - sonríe tío Harry.
Y de ahí ustedes ya saben el resto, lo que me confirma que SI me espiaban ¬¬.
Al terminar su relato, los tíos me miran, esperando mi reacción.
- ¿Por eso el señor raro me llamo Sheila Malfoy?
- Así es... se suponía que primero iríamos a las túnicas, y cuando estuvieras en Ollivanders ya estarías enterada... pero eso sufrió un pequeño cambio...
- Sheila Malfoy... - repito en voz alta.
- De hecho es Sheila Malfoy McLester - sonríe tía Alix - ¿Qué opinas?
Los observo con cierta suspicacia, mientras ellos están que truenan de nervios. Si fuera cruel, los haría sufrir mas... pero no, en realidad me han hecho muy feliz... ¡Tengo papá y mamá!
- ¡Me encanta! - es todo lo que puedo contestar, abrazándolos a los dos - aunque me va a costar trabajo llamarlos.... bueno papá y mamá...
- Tomate tu tiempo - sonríe tío Draco.
Le sonrío, y saco mi varita de mi bolsillo.
- ¿Y como es que, a pesar de que no eres... bueno, de que no tenemos la misma herencia, elegí una varita como la tuya?
- Porque no todo esta en la sangre, Sheila... quizás hubieras sido influida por tu abuela, pero la varita no solo te escoge por tu descendencia... sino por lo que es tu personalidad, y lo que hay dentro de ti... lo que te hace especial.
- Y aparentemente eres igual de contestona que Draco - replica tía Alix - y por eso te escogió esa varita.
- ¿Yo soy conteston? ¡Tu eres la que siempre discute por todo!
- ¡Claro que no!
Los observo callada. Ya comenzaron a discutir, así que es mejor dejarlos. Es cierto, tía Alix una vez me dijo padre no es el que te trae al mundo, sino el que te forja para vivir en el... y aunque siempre voy a querer a mis padres... ahora tenía unos nuevos, que terminarían el trabajo que ellos empezaron.
- Vamos a las túnicas, antes de que asesine a tu nuevo papi - tía Alix se pone de pie.
- ¿Ves? Siempre interrumpes cuando te voy ganando - se queja tío Draco.
Bien... a estas alturas ya no debería llamarlos tíos... después de todo, ese mismo día en el callejón me acostumbre a llamarlos mamá y papá... pero es que no quería arruinarles la sorpresa. Ahora ya lo saben, y entonces cuando diga mamá y papá ya saben a quienes me refiero ^^.
Comenzamos a caminar, y los tomo de la mano. Ahora SI parecíamos una familia.
Llegamos a una enorme tienda, que tiene un letrero enorme: Madame Malkin: Túnicas para toda ocasión.
Nos esperan tío Harry y tía Angelina.
- ¿Y? - tío Harry me observa.
- Soy toda una Malfoy - sonrío.
- ¡Los Malfoy! - tía Angelina da una palmada - ¿No es lindo?
- Habrá que acostumbrarse - suspira mamá.
- ¡¡Sheila!! ¿¿Ya no serás mi amiga??
- James, cambiaron mi apellido, no a tu amiga... siempre vamos a ser amigos ^^
- ¿Y cuando seamos grandes nos vamos a casar? - James me sonríe.
- Ahm... no lo creo ^^'
- ¿Por qué no?
- James, eres muy pequeño para eso - le señalo con voz seria.
- Mamá dice que nos casaremos - sigue insistiendo James.
¬.¬ ... tía Ginny podía ser muy persuasiva cuando quería.
- James... mira, no te aseguro nada... pero lo que si te prometo es que SIEMPRE vamos a ser amigos, no importa lo que pase, ¿Esta bien?
- ¡SI! - sonríe James.
- Vamos, niños, a las túnicas.
- Vayan ustedes, Harry y yo iremos a un negocio pendiente.
- ¿A donde van ustedes dos? - mamá los mira con duda.
- No seas curiosa - papá le da un beso en los labios de despedida.
- Sé de alguien que dormirá en el sofá esta noche si sigue consintiendo a Sheila - recalca mamá, como adivinando los pensamientos de mi papá.
- Auch - tío Harry sonríe - ya te sentenciaron.
- ¿Qué le vamos a hacer? papá y tío Harry se alejan.
- Bien, a las túnicas...
Al entrar a la tienda, nos recibe una mujer alta y delgada, y se dirige a mi.
- Hola, preciosa - me sonríe - ¿A Hogwarts?
- Si...
- ¡Perfecto! Ven, pasa, pasa...
La mujer me toma de la mano, y me lleva a una especie de probador, donde me sube a un banquito. Ya no veo a la tía Angelina, a mamá o a James, debido a que una gruesa cortina rosa me obstruye la vista.
- Muy bien... uy, vas a ser una muchacha alta... aja, por acá...
Comienza a tomarme medidas, y me siento como en Ollivanders.
- ¡AY! ¡¡TENGA MAS CUIDADO!!
Volteo, viendo a una niña como de mi edad. Es delgada y un poco mas baja que yo. Su tez es pálida, y sus ojos son azules y fríos.
- Lo siento - se disculpa la chica que le tomaba las medidas.
- ¿Y tu? ¿Vas a Hogwarts? - la chica me mira con cierto desdén.
- Si.. - la miro con el mismo desdén. Aunque quería causar una buena impresión, no iba a dejarme de nadie... parece que después de todo si tengo la influencia de papá.
- Yo también...
- Ya esta lista - dice la muchacha que tomaba las medidas de la niña - puede irse.
- Espero que mi túnica sea una de las mejores... - la niña me voltea a ver - nos veremos en Hogwarts.
La veo salir con cierta aprehensión. ¿Voy a toparme con gente así en Hogwarts?
- Ya estas lista, nena, puedes irte - la señora amable me sonríe.
- Gracias - le sonrío también.
Al salir, ya me están esperando.
- ¿Y?
- Listo - asiento.
- Bien, vamos...
- ¡Uy, olvide pedir algo en la tienda de calderos! - tía Angelina observa a su alrededor - ¿Me acompañas, Alix? Así le compras a Sheila su caldero reglamentario.
- ¿Puedo ir con tío... digo con...?
Tía Angelina y mamá se divierten al verme pasar por ese dilema. En ese entonces aun me costaba trabajo decirles así ¬¬.
- Ve, y lleva a James contigo - tía Angelina me da a James, y lo tomo de la mano - están en la Lechuceria.
- Y no te vayas a desviar, es aquí enfrente - se queja mamá.
- No - sonrío.
Al salir, cada quien se va por su lado. Llegamos a la Lechucería, y yo abrazo a papá por la cintura.
- ¿Tan rápido? - me pregunta él.
- Aja - asiento.
James también se había ido con el tío Harry.
- ¡Que bonita!
Me separo de papá, y me dirijo a una de las jaulas cercanas. Una Lechuza totalmente gris oscuro me llama la atención. Es tan oscura, que parece negro.
- ¿Te gusta? - papá me acaricia el cabello.
- Si... es muy bonita...
- ¡Draco!
Ambos volteamos, viendo a una mujer de cabello negro y alta, acercarse.
- Pansy - saluda papá, al parecer sin mucho animo.
- ¿¿Como has estado?? - la mujer que se llama Pansy (que feo nombre, debo decir) - años de no verte.
- Si....
- ¿Ya supiste que me acabo de casar? - la mujer extiende su mano, dejando ver un anillo enorme - nadie sabe lo que tiene, hasta que lo ve perdido.
Papá frunce el entrecejo, y por mi parte no entiendo nada.
- ¿Y esta niña quien es? - la mujer me mira con sus espantosos ojos.
- Ella es Sheila... es mi hija.
Parece que la mujer ha caído en una especie de shock interno.
- ¿Tu hija? - repite con furia contenida.
- Si, MI HIJA - repite papá alto y claro.
- Creí que no te habías casado...
- No, no me he casado...
- ¿Y entonces? ¿No me digas que te has dado a la tarea de benefactor? - la mujer ríe sarcásticamente (y debo decir que desde ahí se gano mi antipatía) - porque esta... niña... no se parece en nada a ti.
- Aja, ¿Y? - papá la mira desafiante - con decirte que es mi hija basta.
- Entonces es cierto lo que dicen... Draco Malfoy ha estado ensuciando el nombre los magos al unirse a una sangre sucia...
No sé lo que eso signifique, pero no puede ser nada bueno. Papá me rodea con su brazo, apretándome hacia él. Eso me comprueba que NO era nada bueno.
- Te voy a pedir, Pansy, que no vuelvas a mencionar esas palabras frente a mi hija... por respeto, no voy a contestarte como se debe... pero cuida tus palabras...
La mujer frunce el entrecejo. No le cayo muy en gracia lo que papá le dijo, especialmente con el desdén con el que lo hizo.
- ¿Qué pudiste ver en una sangre sucia, que no viste en mi? - dice al fin la mujer, mordiendo su labio inferior.
Hasta siento pena por ella. Esta enamorada de papá, y por eso actúa así. Pobrecita... pero tampoco es para andarnos insultando. Después, cuando me entere de lo que era Sangre Sucia me dio mucho coraje ¬¬Xxx
Mamá entra a la Lechucería, acercándose a nosotros.
- Ya le compre los calderos a Sheila... - percatándose de que no estábamos solos, mamá sonríe - ¡Hola! Soy Alix Malfoy - mamá extiende su mano en forma de saludo.
Mamá se había acostumbrado mas rápido a eso del apellido que yo. La mujer solo la miro de arriba a abajo con expresión de asco. Eso me dio mucho coraje, pero sabía bien que mamá podía defenderse sola.
- Supongo que usted no es una persona educada - mamá baja la mano, sonriendo - ¿Pasa algo?
- No - papá toma por la cintura a mamá. Dos a uno a que la mujer estaba teniendo un paro cardiaco interno en estos momentos - ¿Compraste todo, cariño?
Era tan obvio que había recalcado el cariño, que hasta a mi me sorprendió.
- Si, Angelina me asesoro...
- Bueno, me voy - la mujer nos observa con cierto enojo - dudo que nos volvamos a ver, Draco... pero supongo que esta mujer es afortunada... se llevo un buen partido... después de todo por lastima no siempre se puede ganar a alguien como tu... de seguro venció a muchas otras sangre sucias que competían.
Papá estaba a punto de contestar algo, pero mamá le gana.
- Así es... ¿Ya ves? Eso te pasa por llegar tarde... las que llegamos antes, nos ganamos a los guapos, y ahora te tienes que conformar con tu esposo... lo vi afuera, y déjame decirte... te convenía haber madrugado - mamá guiña un ojo - si tienes suerte, podrás encontrar a otro que te tenga lastima y sea guapo.
La mujer parece que va a debatir algo, pero da media vuelta, y sale furiosa, no sin antes decirnos que somos unas insolentes y que jamás deberíamos habernos mezclado con el mundo mágico. Esa era la primera vez que escucharía eso, pero no la ultima. Aun había gente que no quería nada con los que somos de sangre muggle.
Papá seguía mirando a mamá con ojos desorbitados.
- ¿Qué? - dice al fin ella.
- N-no... no pensé que fueras a contestarle tan duro.
- Bueno, ella empezó... y siempre fui amable - sonríe.
- Ya sabia yo que por algo te amaba - papá la abraza fuertemente. Que rápido se había desinhibido de decir lo que sentía. Bueno, en una familia como la nuestra, es difícil no hacerlo.
- Algo debía tener - le sigue el juego mamá - ¿Qué paso? ¿Me perdí de algo?
- Le decía a papá que me gustaba mucho esa Lechuza - señalo la lechuza gris.
- ¿Qué dijiste, Sheila? - papá y mamá me miran con ojos de sorpresa.
- Que me gustaba mucho esa lechuza - repito automáticamente.
- ¡No! ¿¿Como me llamaste?? - papá se agacha para quedar a mi altura.
- Ahm... papá...
- ¡¡SI!! ¡¡Escuche bien!! ¡¡Me llamaste papá!!
- Bueno... eres mi papá ¿No? - comienzo a sonrojarme. Aunque debo adelantarles que esta reacción no fue nada comparada con la de mamá.
- Cuando Ron dijo que escuchas que te llaman papá te embarga una emoción indescriptible creía que estaba exagerando... ahora veo que no.... - papá parece que esta demasiado emocionado como para notar que toda la tienda nos observa.
- Amor - mamá lo toma del brazo - o compras algo, o nos vamos...
- Ah, si - papá parece recuperar la compostura - bien, nos llevamos esa - papá señala la Lechuza oscura a uno de los dependientes.
- ¿¿¿DE VERDAD ME LA VAS A COMPRAR??? - me emociono.
- ¡Claro! Lo que sea para mi princesa.
- ¡Draco! ¿En que quedamos? ¡No debes consentirla!
- ¡Pero me llamo papá!
- ¡No vas a estarle comprando cosas cada vez que te diga así! ¿O no?
- Es que...
Papá y yo ponemos ojos tristes (yo le enseñe a hacer eso ^^), y mamá asiente.
- Ultima vez - suspira.
- ¡¡¡SI!! - celebramos papá y yo.
El dependiente me da la Lechuza en una jaula negra, y salimos, encontrándonos a tío Harry platicando con tía Angelina.
- ¡Mira, James! ¡Mi papá me compro una Lechuza!
- ¡¡Que bonita!! ¿Y como le vas a poner?
- ¡Piwi! ^^
- ¿Y por que Piwi? - pregunta James.
- Cuando era pequeña mamá me contaba una historia de una Lechuza que había ayudado a un ratoncito, y esa Lechuza se llamaba Piwi.
- No recuerdo que Andrea te haya contado esa historia - se extraña mamá.
- Me refería a ti - sonrío.
- ¿¿Me dijiste mamá?? ¿¿¿ESCUCHARON???
- Alto y claro, Alix - confirma tío Harry.
- Mamá... soy una mamá....
Mamá comienza a sollozar, mientras papá y los tíos tratan de consolarla. ¿Ven? Por eso les digo que me daban ganas de volverle a decir tía de nuevo... pero supongo que la emoción los embargo a los dos.
De ser dos personas que jamás se atrevían a expresar sus sentimientos, mis papas se habían transformado en los mas amorosos del mundo. Aparte de todo, los tíos nos adoraban... no recuerdo cuando me había sentido tan bien desde que mamá Andrea (para que puedan diferenciarlas) murió.... creo que fue desde que tío Ron entro a nuestras vidas... desde que, según la tía Hermione, el destino se cambio... y comenzó a formarse un futuro diferente.
*Sheila Malfoy McLester.... En el Callejón Diagon.... 5 de Agosto*
Notas de la autora:
NO, aun no se acaba... así que esperen un poco de fic para rato (pero no para mucho ^^')
