Capítulo 33: "Recuerdos: ¿El amor no tiene edad?" - Novena parte -

Sheila: El tercer curso había comenzado, y papá se había integrado de nuevo como docente. Seis meses de clase con el tío Harry fue divertido, pero extrañaba a papá. Nadie como él para la materia

Lo que mas me emocionaba era el hecho de que empezaba con mi materia optativa. de seguro sería muy interesante, y el profesor se ve amable, y es muy carismático.

- Ya, Sheila, por fin es viernes - me dice Natalia con una sonrisa boba.

- Si, ¿Y?

- Hazte la que no sabes... por fin tendrás tu clase de "Preparación para aurores"... estuviste hablando de eso toda la semana.

- Bueno, me emociona la clase, ¿Qué puedo hacer?... lo bueno es que me toca antes de la cena, así será mas desestrezante.

John se acerca a nosotras, y como siempre acostumbraba, toma asiento al lado de Natalia.

De seguro se pondrían con su platica amorosa, por lo que me desconecto de nuevo. El profesor Ewal se veía un poco reservado, y me daba un poco de miedo que fuera una clase conflictiva por mi personalidad. Pero por algo era el experto... ¿Verdad?

- Sheila, ¡Te estoy hablando!

Natalia llama mi atención aventándome una uva.

- ¿Qué quieres? ¬¬... la comida no se desperdicia - la regaño, pareciéndome a mi mamá.

- Que si ya tienes pareja para el baile de Navidad - me dice en tono de enfado - y no fue desperdicio, digamos que fue por un bien común.

- ¿Baile de navidad? ¡Pero apenas empezamos el curso! ¿Como quieres que piense en eso?

- ¡Deberías! Luego te ganan las prisas... asumo que Hewler no te ha invitado.

Me sonrojo levemente. Michael y yo nos habíamos convertido en mejores amigos... pero aun no se daba nada.

- No - contesto al fin - y no tengo prisa, además no sé si iré de cualquier forma.

- Si quieres puedo presentarte a Diego Rusler... no te quita el ojo en cada partido - John me guiña un ojo.

- ¿Y para que? - pregunto con cierta ironía - además ya lo conozco, Gryffindor de nuestro curso, seguido me pide mis apuntes de pociones.

- Eso solo es el pretexto - sonríe John.

- Déjala, esta embobada con Hewler... Sheila, me gustaría que te fijaras en alguien mas... adecuado para ti.

Esto comienza a fastidiarme. Es cierto, me daba un poco de envidia el que Natalia tuviera novio. Era envidia de la buena... de querer una relación de respeto y cariño como la que tiene con John. Pero eso no significaba que tenía que estarme emparejando con cualquiera, o que juzgara a Michael de esa forma.

- Me voy a Pociones - me levanto.

- No te enojes - me pide Natalia.

- Entonces respeta mis gustos... cuando me enteré de tus sentimientos hacía John, te ayude sin pensarlo, ¿Por qué no puedes apoyarme de la misma forma?

Natalia suspira.

- Tienes razón, lo lamento... es solo que no quiero que te lastime.

- Agradezco tu interés, pero soy niña grande, podré superarlo...

Me alejo de la mesa de Slytherin para dirigirme a las mazmorras.

- ¡Sheila!

Volteo reconociendo la voz de inmediato. Michael se acerca a mi dando grandes zancadas.

- ¿Qué pasa?

- ¿Tan temprano a clases?

- Quiero ganar lugar al frente - sonrío en forma de broma.

- Oye... ¿Como esta tu hermano?

Me extraña un poco la pregunta... ¿A que venía eso?

- Bien... ¿Por qué preguntas?

- Es que supe que estuvo enfermo... ojala y ya este mejor...

¿Como se había enterado de eso? ¡Si fue en vacaciones!

- Ah... bueno, solo fue un resfriado, pero es un niño demasiado fuerte. ¿Y como supiste?

- Informantes que tengo por ahí... te vi en el callejón Diagon con un niño...

¿Era mi imaginación, o Michael estaba muy al pendiente de mi?

- Ahhh... si, es James, el hijo del profesor Potter...

- Se parecen muchísimo - se sorprende Michael - parece una versión pequeña del profesor Potter. ¿Y cuantos años tiene?

- Tiene 8...

- Eres como su hermana mayor, ¿Verdad?

- Si, algo así - sonrío - desde pequeño lo cuide, así que me ha tomado mucho cariño. Siempre nos decían que cuando creciéramos, nos íbamos a casar, ¿Puedes creerlo?

Michael sonríe, y no puedo evitar sonrojarme. Se ve muy guapo

- Sería una lastima - Michael se acerca a mi tomándome de la mano - porque entonces tendría que ser mi rival...

Ahora si que estaba totalmente sonrojada. Michael se acerca lentamente a mi, y sus labios están a punto de rozar los míos, cuando me separo bruscamente.

- Me tengo que ir a pociones - me suelto de la mano de Michael - nos veremos después.

Me despido ondeando mi mano en el aire, y reanudo mi camino. ¡Esa estuvo cerca! Pero no quiero que intente nada hasta que hablemos claro. Si, me gusta, y él parece que me corresponde... pero nunca me lo ha dicho. Y no me gustaría que jugaran con mis sentimientos.

El incidente con Michael se esfumo de mi cabeza hasta que Natalia me ofreció una disculpa de nuevo. La entendía, pero era ya un año y medio de la misma cantaleta. Hasta ahora Michael no había hecho nada, así que me parecía justo que bajara un poco la paranoia.

El día pasó rápidamente, y llego la hora de mi materia mas esperada del semestre... preparación para aurores.

Con excesiva puntualidad llego al aula, que se encuentra cerrada. No sé si tocar o no, pero al final me decido, y golpeo levemente la puerta.

- Adelante - escucho una voz suave, pero muy varonil.

Entro con suma precaución. Es un aula... de lo mas extraña. Solo hay un escritorio, una silla, y una chimenea. Lo demás esta alfombrado en su totalidad de color rojo. Desde el piso, paredes, e incluso el techo. Que raro. Un candelabro colgaba cuidadosamente del techo, ese era muy lindo.

- ¿Piensa pasar alguna vez? - me dice la voz, un poco impaciente.

Me sonrojo levemente. Ya empezamos mal. Cierro la puerta detrás de mi, sin saber que hacer.

- Muy bien... ¿Sheila Malfoy?

- Si...

- Excelente... tu clase quedara de 6 a 7, justo antes de la hora de la cena... todos los viernes, sin excusa ni pretexto.

La voz provenía del escritorio, pero no alcanzaba a ver bien a la persona que la emitía.

- Soy Erich Ewal, tu nuevo profesor. Aun contra todas las informalidades, a todos mis alumnos les hablo de tu y los llamo por su primer nombre en el aula de clases. Suficiente es enseñarles defensa excesiva y maniobras de ataque, como para encima hacer todo el asunto pesado con toda esa formalidad. No te asustes, el profesor Potter lo aprueba, aunque fuera de esta aula, como cualquier profesor, existirá la formalidad del usted.... puedes llamarme como desees, pero fuera de esta aula soy el profesor Ewal... ¿Entendido?

- Si, profesor - contesto con cierta timidez.

- Toma asiento.

Volteo a mi alrededor, y como no hay sillas, me siento frente a la chimenea. El profesor estaba sacando algo de su escritorio, y al verme sentada en el suelo, sonríe.

- Iba a aparecerte una silla... pero veo que ya encontraste un lugar cómodo.

- No dijo donde quería que me sentara - le respondí en voz baja.

- Tienes iniciativa, lo primordial para los aurores.

El profesor se acerca y se sienta frente a mi, y al fin puedo verlo con claridad. Se ve demasiado joven... ni siquiera aparenta los 23 años que tiene (o que me habían dicho que tenía Ô.o). Tiene cabello oscuro y corto, pero peinado de lado, y le enmarca mucho sus facciones, que son poco marcadas. Sus ojos son miel, y reflejan mucha bondad. Es un poco delgado, y alto, pero no tan alto como el tío Ron... una estatura promedio. Trae una túnica oscura, que lo hace ver misterioso.

No sé porque, pero había nacido en mi una empatia inmediata por el profesor. Era como si estuviéramos conectados en la misma frecuencia (esas palabras me las pega la tía Hermione ¬¬')

- ¿Sabes algo de los hechizos de defensa y contraataque?

- Si... un poco...

Comienzo a hablarle de todos los hechizos de defensa que conozco y de los que había leído (creo que hable un poco de los de contraataque).

- Basta... ¡BASTA! - me grita el profesor, al ver que no me callaba. Bueno, él pregunto ¬¬U - veo que te has aprendido de memoria toda la biblioteca... para la teoría eres buena... a ver que tal la práctica.... ponte de pie.

Obedezco rápidamente.

- Saca tu varita y ponla en modalidad de ataque.

- ¿Qué?

- Hazlo.

Meto mi mano a mi túnica, sacando mi varita.

- Vamos a hacer un pequeño duelo... hechizos de defensa solamente, veamos si puedes adecuarlo...

El profesor saca su varita y la pone frente a mi.

- ¿Lista?

- Pues...

- Uno... dos.... tres... ¡Alcotero!

Una fuerte luz sale de la varita del profesor.

- ¡Ill....!

No puedo. Trato de decir el hechizo, pero no me sale. El hechizo del profesor me da de lleno, empujándome contra una pared cercana. Lo bueno es que estaba alfombrado, así que no me pasa nada.

- Eso fue... Estúpido, Sheila - el profesor ofrece su mano para ayudarme a levantarme - ni siquiera pudiste defenderte. A ver, una vez mas.

No debo decirles cuantas veces repetimos eso. Me estrelle, fácil, unas 10 veces, y el profesor comenzaba a exasperarse también.

- Veo que fue un error que escogieras esta materia, si no tienes nada de talento para los hechizos... una cosa es la teoría, y otra la practica. Aprenderte la biblioteca no te servirá, con los otros profesores te ayudara, conmigo es una perdida de tiempo... uno, dos tres... ¡Alcotero! - aquí vamos de nuevo. la luz blanca viene hacia mi de nuevo.

Pero ya estaba molesta. Me había aventado infinidad de veces, y todavía dudaba de mis talentos. ¿Y que tiene que me aprenda los hechizos? ¿De que otra forma voy a poder decirlos? ¡Debo saber para que sirven! ¡Yo sabía hacer hechizos de defensa, y se lo iba a probar!

- ¡Iluminus! - me decido al fin, gritando.

De mi varita sale una luz amarilla que se extiende por toda la habitación.

- ¡Impulsaris! - grito, contraatacando.

Oh, oh... ¿¿Qué hice?? Una luz verde se impacta en el profesor, lanzándolo varios metros atrás.

¡Por Dios! Ahora si estaba perdida. ¡¡Había atacado al profesor!! Me acerco rápidamente de lo mas angustiada. El profesor seguía tendido en el suelo.

- Eso fue duro - es todo lo que dice cuando me ve acercarme.

- ¡Profesor, cuanto lo siento, de verdad! ¿Esta usted bien? ¿Quiere que lo lleve a la enfermería? ¡Por favor, no haga que me expulsen! ¡No pude contenerme y...!

- Sheila - me interrumpe - tranquila, nada paso.

- ¿Como que nada? - me atrevo a replicar - ¡Lo ataque!

- Si, ese es un buen punto - el profesor se incorpora para sentarse, quedando frente a mi - se suponía que solo practicábamos hechizos de defensa, y no de contraataque.

- ¡No supe que me paso y...!

- A ver - me interrumpe de nuevo - relájate, y analicemos todo calmadamente. Primero, no te disculpes, un hechizo de defensa siempre va seguido de uno de contraataque... mejor atacar antes de ser atacado, ¿No?... es instinto de todo auror siempre que lo atacan, defenderse y contraatacar para no dar oportunidad al oponente. Veo que me equivoque, y si tienes instinto de auror.

Me sonrojo levemente ante el cumplido.

- Sin embargo - dice con voz dura - el hecho de que lo hicieras después de 11 veces que te ataque, no es nada bueno. Te contenías porque me veías como el profesor mas que como tu enemigo, ¿Qué va a pasar si conoces a algún mortifago? ¿Vas a dejar que tus sentimientos personales se interpongan? ¿Incluso arriesgando tu vida?

- N-no... yo...

- Es difícil... pero si hay algo que caracteriza a los aurores es a ser fríos, a ser objetivos. Pensar claramente ante CUALQUIER situación, ¿Estamos de acuerdo?

- Si... pero es difícil.

- Para eso estamos aquí - me sonríe el profesor.

- Pero entonces...

Me asusta la idea de llegar a ser alguien frío. No me gustaría no poder demostrar a la gente que quiero cuanto me importa. El profesor parece adivinar mis pensamientos.

- No, Sheila. Solo serás fría con quien lo merezca. Como auror, serás objetiva, es todo. En los otros aspectos de tu vida, afortunadamente serás igual que siempre... ¿O debo decir desafortunadamente?

Sonrío ante la ocurrencia del profesor, eso me hace sentir mucho mejor.

- Yo también temía eso - me dice como en confidencia - pero creeme, sigo igual de sentimental que siempre, solo como auror es cuando pienso claro.

- '.... eso me alegra.

Ambos nos quedamos en silencio. No sé como interpreto mis palabras el profesor, pero yo lo decía con cierta admiración y... ¿Esperanza?... no sé, así lo sentí, y dejen de verme así ¬.¬'

- Ahora entiendo porque esta habitación esta alfombrada - digo al fin para cortar el silencio - así nadie se lastima.

- No siempre funciona - contesta el profesor - pero eres la primera que lo nota. Muchos piensan que es por una extravagancia mía.

- Es usted muy joven para ser auror - sigo con la platica, pero me regaño, ¿Qué clase de comentario es ese? ¬¬

- ¿Lo crees? Tengo 23 años - me explica - además desde Hogwarts ya llevamos la mitad del camino recorrido, con dos años que te prepares después, es todo... de ahí la experiencia de trabajar como auror, o en mi caso, como profesor. Aunque lo dudes, los alumnos te dan mucha sabiduría.

- Ah, claro que si - concuerdo con él - siempre puedes aprender algo de los demás... ¿Y por qué se decidió a dar clases?

- Trabaje como auror hasta los 22... quería un nuevo reto... y hasta ahora, Hogwarts lo ha sido.

- Que maravilloso - exclamo con cierto dejo de admiración - además Hogwarts es la mejor escuela de magia y hechicería... ¿A que casa fue usted?

- A Ravenclaw... fui una orgullosa águila.

- ¡Vaya! Yo siempre creí que iría a Ravenclaw también, pero el sombrero me puso en Slytherin. Quizás por mi papá. Cuando leí "La Historia de Hogwarts" me sorprendí mucho, porque a veces tenemos cualidades que no conocemos.

- En eso tienes razón... bueno, creo que ya descansamos mucho, ahora sigamos con la lección.

- Si

Me pongo de pie, y seguimos practicando hechizos de defensa, pero ahora ya estoy mas confiada. Salí del aula muy feliz, tanto, que olvide mi enojo con Natalia y le detalle mi clase. Ella había decidido tomar "División deportiva del ministerio" , y decía que era interesante (a ella, que le gusta mucho el deporte, pero no practicarlo).

Las clases con el profesor Ewal eran mis favoritas. Aprendía muchísimo, además platicábamos, éramos como amigos. Teníamos mucho en común, incluso me decía que me parecía a él en sus tiempos de estudiantes. Naturalmente eso me halagaba demasiado. Aun con su permiso, no me atrevía a tutearlo o llamarlo por su nombre, pero estaba bien, él me llamaba Sheila, así que con eso me bastaba.

Natalia me decía que parecía que me estaba enamorando del profesor. ¡Que tontería! Es natural que idolatres a algún profesor, ¿No?... y bueno, es muy atractivo.. en su forma misteriosa, pero de ahí en fuera... Natalia solo exageraba, además el profesor no me daba ningún trato preferencial. Era su alumna... y quizás un poco su confidente (¡Me decía cada cosa!), pero no pasaba a mayores. Al menos no todavía.

Ya casi llegaba el baile de Navidad... la tía Hermione cada día estaba enorme, Samuel, por su parte, también crecía a pasos agigantados. Extrañaba a todos, y ansiaba que llegaran las vacaciones para irme con papá a casa. Michael aun no me invitaba al baile... y creo que no lo va a hacer. De hecho solo me hacía insinuaciones físicas (tomarme de la mano, por ejemplo), pero nada serio.

- Muy bien, Sheila, espero que hayas practicado la forma de reflejar las cosas. Recuerda que puedes hacerlo de dos maneras...

- Si, es que me cuesta trabajo anexarle el contraataque.

- Cuestión de práctica... ahora veremos si has mejorado...

El profesor Ewal y yo estábamos en el pasillo, a punto de entrar a la clase, cuando Michael llego muy agitado.

- ¡Sheila! ¡Que bueno que te encontré!... Hola, profesor Ewal.

- Señor Hewler - saluda cordial el profesor.

- ¿Qué pasa, Michael? Estoy en clase...

- ¡Lo sé!... es solo...

Michael parece dudoso entre lo que me quiere decir, lo que me intriga mas.

- La espero adentro, señorita Malfoy...

- Si, profesor...

El profesor da media vuelta, sentándose en su escritorio, pero dejando la puerta abierta.

- ¿Michael? - pregunto, ya que él aun no dice nada - ¿Qué sucede?

- Yo... - Michael aprieta los puños . ¿Quieres ir al baile de Navidad conmigo?

Me sonrojo totalmente (ahora que lo pienso, me sonrojo con demasiada facilidad ¬.¬'). No me la esperaba... a una semana del baile... y además en un momento tan... ¿Inapropiado, es la palabra?

Observo detenidamente a Michael. Seguía con los puños cerrados, y de hecho no me veía directamente a los ojos, sino que tenía su mirada al piso. Si no fuera tan incongruente, diría que hasta lo obligaron a pedirme que fuera al baile con él.

¿Y si así era?... Vamos, Sheila.. ¿Quien lo iba a obligar?... al menos eso pensaría cualquiera, ¿No?... después me di cuenta de muchas cosas.

- ¿Y? - me dice impaciente - ¿Qué dices?

- Pues... - no sabía ni que contestar - esta bien - me decido al fin - iré contigo.

- Ah - no parecía muy feliz, pero decidir omitir eso - entonces te veré en la entrada del gran comedor ese día... adiós.

Se aleja de mi sin mirar atrás. ¿Soy yo, o no es la reacción NORMAL de alguien que invita a otra persona a un baile?

Entre confundida al salón de clases, cerrando la puerta detrás de mi. El profesor parece notar mi distracción, pero no dice nada. Comenzamos con hechizos de reflejo, pero no puedo concentrarme. Esto me había confundido.

- Sheila... ¡SHEILA! - el profesor me llama la atención - ¡No estas en clase! Será mejor que dejemos la lección de hoy, hasta que puedas concentrarte mejor.

- Lo siento - me avergüenzo - disculpe por hacerle perder su tiempo.

- Tonterías, vamos demasiado adelantados. Ojala y todos los alumnos fueran como tu. Ya pasamos a cosas que deberías ver hasta Abril... casi terminamos el curso.

Me consolaba un poco el hecho de no ir tan atrasada (o mas bien MUY adelantada).

- Puedes retirarte - me dice el profesor - cena tranquila y trata de relajarte.

- Señor - hablo tímidamente - me preguntaba... ¿Puedo consultarle algo? Pero... es algo mas... personal. No es de la materia...

El profesor me mira extrañado, pero asiente lentamente, sentándose frente a la chimenea.

Lo imito, quedando frente a él. Ese era nuestro lugar favorito, y además siempre platicábamos más tranquilos ahí. Hay algo con el fuego que tranquiliza mucho.

- ¿Y que querías preguntar? - dice él, en vista de mi repentino silencio.

- Bueno... usted es un chico...

- Eso dicen los rumores - me sonríe.

- Pues - me sonrojo, sonriendo - esto es muy penoso... pero quisiera hacerle una consulta masculina.

- Entonces veré en que puedo ayudarte.

- Verá... Michael... es decir.... el chico que llego...

- Si, Michael Hewler, Slytherin que esta en cuarto ahora, que toma esta materia los lunes una hora antes del almuerzo - recita el profesor. Vaya que conocía la vida de todos sus alumnos '.

- Si... ese... bueno... me invito al baile de navidad.

El profesor me mira extrañado (y no sé si fue mi imaginación, pero vi cierta molestia en sus ojos).

- Lo escuche - agrega con cierto tono de enojo - ya que deje la puerta abierta.

- ¡Ah, si! - lo había olvidado --' - entonces lo vio todo, ¿Verdad?

- Así es.

- ¿Es normal...? Cuando le dije que si... ni siquiera se emociono. Hasta parecía decepcionado... no lo entiendo.

Ahí estaba... pidiéndole consejos sentimentales a mi profesor. Es que le tenía tanta confianza... no sé... era como si pudiera platicar con él de lo que sea.

No me malinterpreten, a mi papá también le tengo mucha confianza, demasiada. Pero en cuestión de chicos se ponía un poco extraño. Además estaba ocupado con los finales y todo eso.

- Quizás estaba nervioso - el profesor parece meditarlo - no quería verse muy ansioso. Muchos disimulan su alegría con indiferencia, al menos en mi experiencia personal, eso hago.

- ¿Qué? ¿Entonces, por ejemplo, puedo gustarle, y usted finge indiferencia cuando por dentro muere por decirme que le atraigo? - pregunte todo esto sin pensar.

Al darme cuenta del ejemplo tan PESIMO que elegí, ya era muy tarde. El profesor se había sonrojado en exceso, de hecho parecía tan rojo como el cabello del tío Ron.

- Podría decirse - me responde al fin, todavía sonrojado . pero es un ejemplo muy drástico.

- ¿Por qué lo dice?

- Bueno, para empezar, no hay forma en que dos personas como tu y yo nos atraigamos, pero si ese fuera el caso, pues si, fingiría indiferencia. Quizás se le considera temor al rechazo.

- ¿Pero cual rechazo? - estoy exasperada ¬¬ - ¡Si le dije que si!

- Bueno, también pudo pensar que si mostraba su felicidad, tu pensarías que esta desesperado. Eso suele pasar.

- ¡Qué tontería! - suspiro - pero entonces... no es mala señal, ¿Verdad?

- Mmmm... no lo creo... ¿Tu piensas que es mala señal?

- No sé... el tiempo me lo dirá.... ¿Puedo hacerle otra pregunta?

- Por supuesto.

- ¿Por qué dijo que no hay forma de que dos personas como usted y yo nos atraigamos?

El profesor se sonroja de nuevo. Bueno, mi curiosidad es mucha. ¿O es que yo soy muy fea? ¿O mi personalidad es tan antipática que jamás atraería a alguien como él? ¿No soy interesante? ¡Tenia que averiguarlo!

No es que me importara, claro esta...

- Sheila... primero, tenemos una enorme diferencia de edad... eso lo marca todo.

- ¡Claro que no! - defiendo - solo son 10 años. Además la edad no es algo relevante, profesor, el amor es el amor, como lo vea.

- ¿Crees que te enamorarías de alguien que puede ser tu hermano mayor? Yo ya viví cosas que tu apenas vivirías... y eso nos daría cosas por las cuales separarnos.

- Eso es ridículo - sigo con mi punto - porque de cualquier modo viviría las cosas que usted ya paso, y quizás hasta sería mas divertido con alguien que me acompañara. Además la edad es algo mental, hay muchas cosas mas como la atracción y la empatía, a mi no me importaría que usted tuviera la edad de mi papá, o de mi abuelo, si yo lo amara, si yo encontrara en usted esa persona especial que me llena, no me importaría y trataría de ser feliz a su lado.

El profesor me mira desconcertado. Hasta yo misma me extraño de mi reacción. ¿Por qué actué así? ¿Por qué debía defender mi punto de vista? No era algo relevante en el tema que estábamos tocando... pero tampoco quería que al profesor le pasara por alto eso. Quería que viera que si se puede tener una relación sin importar la edad. Solo que no entiendo mi obstinación por que lo captara.

- Quizás tengas razón - dice después de una larga pausa - pero las dos partes tendrían que compartir ese sentimiento... ¿Verdad?

Nos miramos, y de nuevo quedamos en un silencio incomodo. ¿Qué quería decir? ¿Qué él si tenía ese sentimiento? ¿O que yo lo tenia?  Tal vez estoy leyendo DEMASIADO entre líneas, además yo fui la que saque el tema.

- Se te hace tarde, ve, antes de que no alcances cena - el profesor se pone de pie, ofreciéndome su mano para ayudarme.

Era tan caballeroso... tan lindo... pero no podría decirse que me este enamorando de él, ¿Verdad?

- Si... gracias...

Salgo del despacho, aun confundida. Lo único seguro es que había aceptado ir al baile con Michael Hewler, y que no estaba tan segura de que él quisiera ir conmigo.

Natalia, por supuesto, puso el grito en el cielo. Pero recordando mis palabras, se calmo, y comenzamos a planear como nos arreglaríamos ese día. Ella quería deslumbrar a John, al ser su primer baile juntos. A mi no me importaba tanto.

Y mi pareja tampoco se mostraba muy emocionada. No me hablaba, mas que lo esencial. Había algo que no me gustaba de todo esto, pero quizás el profesor tenía razón, y solo quería hacerse el interesante.

El día del baile llego, y apenas si soportaba a Natalia con todo su lío. estaba tan nerviosa, que ni siquiera sabía como sostener el tenedor adecuadamente. ¿Me pregunto si John también estará igual?

- ¡No puedo creer que no estés nerviosa! - me decía Natalia, incluso en un tono de reclamo.

- Pues... no...

- ¡PUES YO SI LO ESTOY!

- No grites

Y así fue tooodo el día. No sé que había con este baile, pero tenía un mal presentimiento.

Lamentablemente nos teníamos que arreglar con las arpichicas (Isabella y Aimee), por lo que nos ignoramos todo el tiempo.

- Listo.. estas preciosa - halago a Natalia (de otra forma me arranca la cabeza ¬¬')

- ¡Gracias! Ojala y le guste a John...

- Vamos, le encantara, si te ves hermosa.

- Malfoy, ¿Planeas divertirte en esta fiesta? - Isabella me mira despectivamente.

Muy bien, aquí hay algo extraño. Isabella y yo no nos hablábamos, a menos que fuera para insultarnos, lo que a mi me parecía divertido. Poco antes de que acabara el primer curso dijo que se vengaría por la pelea en la sala común (ella quemo mi álbum ¬¬UU), pero hasta ahora no había nada. ¿Y de repente me habla como si fuéramos las grandes amigas? Decido ignorarla.

- Espero que si, ya que iras con mi tonto primo - sigue hablando Isabella - será una noche para recordar... porque iré con el chico mas guapo de todo Hogwarts.

Natalia y yo intercambiamos miradas.

- Hablo de Terrence Fecher, por supuesto...

Isabella sigue hablando de lo maravilloso de Terrence, y hay algo que no entiendo... ¿Por qué se decide a hablarnos ahora? No me daba buena espina.

Al fin bajamos. John ya esperaba a Natalia, y se quedo boquiabierto. Bueno, esa es la reacción que esperaba Natalia.

Michael se acerca a mi, pero su mirada es triste.

- Vaya, te ves muy bien - lo dice con tanto entusiasmo, que casi me la creo (eso es sarcasmo ')

- Si... tu también...

Me toma de la mano, y entramos al gran comedor, donde todos ya están sentados cómodamente, y algunos intrépidos ya bailaban al ritmo de la música. Creo que habíamos llegado un poco tarde. En la mesa de los profesores, papá me observaba con detenimiento. También estaba el profesor Ewel, que se veía muy guapo con su túnica de gala, y quien, al verme, me sonrío.

Michael y yo bailamos un poco. Ambos estábamos distraídos, pero yo no sabía porque él estaba tan serio. Y no sabía porque me invadía este nerviosismo cuando estaba con él. Michael era guapísimo, y muy amable... creo que me gusta mucho. Pero la palabra clave aquí es el "creo".

A diferencia de mi, Natalia y John se divertían de lo lindo. Vi a Lionel robando comida de la mesa de los profesores, nunca cambiara ¬¬'.

Después de bailar un par de piezas, Michael me pidió sentarnos para platicar. Note que cerca de nosotros estaban Isabella y su pareja. Lionel también estaba en la mesa que compartíamos con Isabella, comiendo ávidamente (él decía que los bailes lo frustraban Ô.ô... es un chico raro).

- Esto es... - noto que la voz de Michael tiembla un poco - yo... creo que no he sido sincero... y creo que...

Bien... aquí venía la explicación. Veremos si me decepciono o no.

Pero Michael no tiene tiempo ni de explicarse. Una chica de Slytherin, de su curso, se acerca a nosotros. Antes la había visto, pero no le había puesto mucha atención.

- Michael, al fin... ¿Ya terminaste?

¿Ya termino? ¿De que?... no me gusta el rumbo de las cosas.

- Yo... apenas... mejor vete, Suemy - Michael le dirige una mirada dura.

- ¿De verdad es lo que deseas?... ya dile, me estoy aburriendo.

No había notado que Lionel se había acercado hasta quedar detrás de mi.

- ¿Decirme que? - pregunto al fin, ya que no sabía ni que hacer.

- Yo... Suemy... ¿La conoces?

- Si, va en tu curso.

- Muy observadora - me sonríe Suemy (y demasiado hipócrita, ella es amiga de Isabella, eso no me agrada tampoco).

- Pues ella... es... ella...

- Soy su novia - dice Suemy con un tono de superioridad.

De aquí ya no sé ni como pasaron las cosas. Primero.. ¿¿¿NOVIA???... ¿¿y por qué me invito al baile entonces?? ¿¿Y por que ella venia a aclarármelo?? ¿¿Qué estaba sucediendo??

- Ah... mucho gusto - sonrío a Suemy.

Al parecer ella se sorprende de la tranquilidad con la que contesto. Quizás pensó que iba a hacer un escándalo o algo así.

- Si no te molesta, me gustaría disfrutar lo que queda del baile con mi novio, después de todo ya le probo a Isabella que si podía conquistarte... el juego se acabo.

¡AH! ¿¿ENTONCES DE ESO SE TRATABA?? ¿¿UN JUEGUITO MAS DE ISABELLA??... me enfurezco... pero al instante me llega la melancolía.

- ¿Una apuesta? - sonrío irónica. No voy a mostrarles que me han dado donde me duele mas: Mi orgullo.

- Mas como un reto - anexa Suemy.

- Me da gusto que hayas ganado - miro a Michael tan duro, que no se atreve a sostenerme la vista.

Y pensar que yo defendía a este idiota frente a Natalia. ¿Como pude ser tan tonta?... Bien dijo Isabella que se la iba a pagar... con razón comenzó todo desde el segundo curso. Fue cuando Isabella empezó con su plan.

Me levanto para evitarme la humillación de que venga Isabella también a burlarse de mi. Una cosa es pelearnos e insultarnos... pero aquí se involucran sentimientos mas fuertes. No me importa Michael, ni siquiera estaba enamorada de él o algo así... pero por primera vez pensé que le agradaba a alguien por lo que soy, alguien que no merecía ser juzgado por su familia. Soy una tonta, en definitiva.

Lionel se puso de pie también, pero él estaba molesto.

- ¿¿Como te atreves a...?? - comenzó a reclamarle, pero levanto mi brazo para detenerlo de lanzarse encima de Michael - ¡Pero Sheila...!

- No vale la pena... disfruta el baile, Lionel, y come por mi...

No puedo creer lo calmada que estuve. Al menos durante mi camino a la salida del salón. No lagrimas. No gritos. No escenas. Quizás Isabella pensó que daría un espectáculo donde hubiera drama y cierto grado de violencia (dado mi temperamento), pero no iba a darle ese gusto.

Natalia se acerca a mi seguida de John.

- ¡Sheila! ¿Qué paso? ¿Y Michael?

- Lionel te explicara todo - le digo en voz baja.

- ¿¿Qué me contara?? ¡Sheila, me asustas!

- Natalia, por favor... que Lionel te explique. Estaré en el lago, por favor, no vayas... QUIERO ESTAR SOLA...

Natalia, al verme, solo asintió. Sabía que cuando quería estar sola, no soportaba a nadie a menos de 10 metros de distancia. Las cosas podían ponerse feas.

- Y por favor - anexo - no vayas a hacer NADA... no quiero escándalos, no quiero espectáculos... solo quiero que esto quede atrás...

Lo ultimo que veo es que Natalia y John corren a la mesa con Lionel para enterarse. Espero que respeten mi decisión, y no hagan nada.

Todo paso tan calmado, que estaba segura que nadie del salón se dio cuenta. No hubo gritos, vaya, ni siquiera aspavientos. Simplemente yo deje el salón, y el idiota de Michael se quedo con su arpinovia. Eso me tranquilizaba.

Al llegar al lago, me desplomo cerca de la orilla. No podía creer todo lo que paso. Es mas... increíble que no saliera mi enojo a relucir. Quizás no valía la pena demostrarle a Isabella que me importaba.

Porque me importaba. Aun cuando Michael valga... nada, mi orgullo me dolía. ¡Yo había confiado en él! ¡Metí las manos con Natalia por defenderlo! ¡Los chicos de mi curso me insistían que era un idiota! ¡Lionel siempre pensó que me haría algo así! ¡Y tenía razón! Todos se preocuparon por mi... y tenían razón. Todos estaban en lo cierto, y yo estaba tan ciega, que me negué a ver la clase de imbecil que era Michael.

Me pregunto, ¿Cuanto mas me dolería si realmente tuviera sentimientos hacía Michael? Porque no lo amaba... Vamos, ni siquiera contemplaba llegar a algo con él. Al menos esa fiebre paso este año... me di cuenta de que no era lo que buscaba, no era alguien con quien visualizara tener una relación. Solo me atraía físicamente, y a veces creo que me dejaba llevar mas por eso, tratando de convencerme de que era una atracción mas profunda. La verdad solo me agradaba su físico... y ahora ya ni eso.

Pero tampoco podía odiarlo. El odio es un sentimiento muy profundo, y si lo siento, es solo por Isabella. Después de todo, ella causo esto. Michael solo fue su tonto títere. No puedo odiarlo, y no podía perdonarlo. Para mi, él ya no existía... ya no QUIERO que exista.

- ¿Puedo sentarme?

Papá se acerca, sentándose a mi lado.

- Ya lo hiciste - contesto en tono melancólico.

- ¿Qué paso? ¿Por qué dejaste el baile?

Bueno, eso me comprueba que hasta ahora no hubo incidentes fatalistas por parte de Natalia.

- Quería salir un rato - miento (muy mal, como nota extra)

- ¿Ah, si? - papá chasquea su lengua. Obviamente no me ha creído ni media palabra - ¿Qué tal si me dices lo que en realidad paso? Quizás ayude...

- Lo dudo...

Papá me sonríe, dándome confianza. No me haría daño platicárselo, además estoy segura de que no hará nada... porque no PUEDE ... es un profesor.

Comienzo a relatarle todo en voz baja. Veo que las tonalidades del rostro de mi papá cambian de rojo, a pálido, a rojo de nuevo.

- ¡Esa pequeña rata...! - papá aprieta los puños.

- Papá, eres un profesor - le digo calmada - además es cosa de adolescentes, ya se me pasara...

Papá me observa con tristeza reflejada en su rostro. Soy tan transparente ante sus ojos, que siento que lee mi mente y puede saber que me siento como basura.

No puedo evitarlo mas, y me lanzo a sus brazos, llorando. Tengo que sacar toda esa tristeza, y creo que esta es la mejor forma.

- Cariño... - mi papá me abraza con fuerza - lo siento tanto.

- Él me engañó, papá... ¿Por qué?.... - logro decir entre sollozos.

- No lo sé... pero tu eres mas valiosa que él... no merece nada de ti... ni siquiera estas lágrimas...

- Si... pero no puedo evitarlas...

Papá me da un beso en la frente, y sigue abrazándome. Me decido, y sigo llorando hasta que se me acaban las lagrimas.

Increíble... pero eso me hizo sentir mejor. Me separe de papá, el cual trataba de disimular su propia tristeza. Sentí que caían unas lagrimas en mi hombro, pero no mencione nada... debió ser duro para él verme desmoronarme de esa forma.

- ¿Sabes? Creo que deberías regresar al baile - ya me siento mucho mejor - les harán falta chaperones.

- ¿Estas segura?

- Claro, papá... pero ahora quiero meditar todo... ¿No te molesta?

Papá besa mi frente de nuevo.

- Por supuesto que no... si me necesitas, estaré en mi despacho...

- ¿No regresaras al baile?

- No... tengo cosas pendientes...

Traducción: Iba a informarle todo a mamá.

- Bueno... yo me quedare un poco mas...

- Cualquier cosa que necesites..

- Si, papá....

Papá se levanto, mirándome aun con cierta melancolía.

- Papi - digo con voz tranquila - gracias... te quiero...

- Yo también - papá se sonroja. Apuesto a que nadie le había dicho eso, además de mamá. Al menos no muchas personas '. Yo se lo digo seguido, pero ahora, con este sentimiento de gran agradecimiento, debe ser mas reconfortante.

Veo que se aleja, también mas tranquilo. Todo mi dolor lo había sacado... y ahora solo quedaba ver que esto es una tontería. Ni Michael, ni Isabella, ni nadie se merece que yo me deprima por sus estupidos planes ¬¬.

El lago se ve muy tranquilo... lo que me hacía falta para sentir la calma total.

- Se va a resfriar aquí...

Volteo, sobresaltada. El profesor Ewal estaba a mi lado. ¿Cuanto tiempo llevaba ahí?

- Acabo de llegar - me dice, leyendo mis pensamientos - ¿Como es que no esta en el baile?

- No me gustan los bailes - conteste, tratando de ocultar mi rostro. Mis ojos están hinchados de tanto llorar, y no quería que el profesor lo notara.

- Le hará mas daño estar en el frío, especialmente para sus ojos - era tan raro que me hablara de usted. Pero fuera del aula, ese era el protocolo.

- Lo dudo.

- Es un hecho comprobado científicamente - el profesor suspira - ¿Por qué no regresa al salón de baile? ¿O a su habitación?

No quería regresar al gran comedor por obvias razones, y a mi habitación mucho menos, ¿Para verle la cara a Isabella?

- No pensara dormir aquí, a la orilla del lago, ¿O si?

Ahora ya me asuste. ¿¿El profesor leía mentes o algo así??

- ¿Por qué dice eso? ¿Acaso puede ver mis pensamientos?

- Ja, ja, ja - el profesor se ríe con una carcajada tan fuerte, que me confunde - señorita Malfoy, es usted muy imaginativa. No, no puedo leer mentes... mas bien nos parecemos tanto, que me imagino que puede llegar a pensar usted.... especialmente con lo que paso.

- ¿Como lo supo? - me sonrojo avergonzada.

- Uniendo las piezas. Yo sabía que el señor Hewler tenía una pareja, pero supuse que no lo eran mas después de lo que comento respecto al baile... y observe con detalle su encuentro en el gran comedor....

- Ah... - me siento mas humillada de lo que pensé. Ahora el profesor sabría que soy una tonta - bueno.... era de esperarse. ¿Quien va a querer ir a un baile conmigo?

Sonrío, un tanto irónica. Aunque no lo admita, esto me bajo un poco el autoestima. Noto que el profesor frunce el entrecejo.

- Todos nos equivocamos - dice al fin - no justifico al señor Hewler... quien le haga algo así a otra persona, especialmente tan hermosa como usted, es un imbecil de primera, pero note que no estaba seguro de quererla lastimar. Además apuesto a que muchos mueren por haber asistido al baile con usted, yo hubiera matado en mis tiempos de estudiante por conocer a alguien así....

Me sonrojo totalmente.

- Eso lo dice porque es mi profesor...

- Se lo digo porque soy hombre - afirma muy seguro.

Suspiro, aun sonrojada. Eso, aunque no lo crean, me ayudo muchísimo .... me importaba tanto la opinión del profesor, y me importaba tanto que pensara que era hermosa... aunque no entendía muy bien la razón de mi interés.

- ¿Quiere bailar? - el profesor se pone de pie, ofreciéndome su mano - note que no pudo disfrutarlo mucho.

Asiento, sonrojada hasta la raíz del cabello, tomando su mano delicadamente. Me impulso con fuerza para ponerme de pie, y me tomo de la cintura con cautela. No puedo mentir, la verdad eso fue encantador. Comenzamos a bailar lentamente, y me siento como en las nubes.

- Es buen bailarín - digo en voz baja.

- Se agarra experiencia después de Hogwarts - me sonríe el.

Seguimos platicando de muchas cosas, como siempre pasaba cuando estábamos juntos. No cabe duda que el profesor es mi héroe.... y eso me confundía un poco.

- Ya es tarde... - me susurra. Había perdido la  noción del tiempo. Creo que podría quedarme así para siempre.

- Si... - no sé que hacer.

- Puede dormir en mi despacho, si quiere - me ofrece amablemente - solo infórmele al profesor Malfoy.

- ¿De verdad? No quiero molestarlo, ya hizo suficiente con estar aquí acompañándome...

- No es nada - me sonríe, y se ve guapísimo ... oh, oh ¬¬ - vamos, la mayoría ya debe estar en sus salas comunes.

Asiento, y nos dirigimos al castillo en silencio. Papá me da permiso de quedarme en el despacho del profesor. En realidad era el aula donde tomamos clase. No me incomodaba, me encantaba ese lugar. Pero me preocupaba mas la clase de sentimientos que estaban naciendo en mi por el profesor.

Necesitaba hablar con mamá, y rápido. Solo ella podría entender lo que me pasaba. Si le decía a papá... pondría el grito en el cielo. No quiero ni imaginarlo.

El profesor se despide de mi, y papá también. No me doy cuenta ni a que horas me dormí, de tanto pensar en lo que había sucedido y los nuevos sentimientos que surgían en mi.

Despierto sobresaltada. Era sábado, de seguro la mayoría ya se fue a Hogsmeade. Espero que Isabella también. No me la iba a pasar rehuyéndole. Noto que me habían llevado una cobija... de seguro fue papá '. La doblo cuidadosamente, poniéndola sobre el escritorio, y salgo con cierta precaución del aula para dirigirme a la sala común.

Cuando entre, no me esperaba un comité de bienvenida ¬¬. Natalia, John, Lionel, Emir y Axel estaban sentados alrededor de la chimenea.

- ¡Ahí estas! - celebra Natalia - ¿Como te sientes?

- Mejor - sonrío.

- ¿Donde dormiste? - pregunta Lionel.

No sé que contestar.

- Con el profesor Malfoy, ¿Verdad? - me ayuda Natalia.

- Ah, si... en su despacho - bueno, era una verdad a medias.

- Que bueno que llegaste - Emir me dirige una mirada de empatia - porque estamos planeando la venganza.

- ¿Venganza? -pregunto, sentándome en medio de todos.

- ¡Si! - Axel se emociona - tenemos muchas ideas, entre ellas convertir a Hewler en el puerco que es... y luego asarlo

- ¬¬... no vamos a asar a nadie- corrige John - pero si sufrirá.

- Mi idea de las babosas en su cama es perfecta -Axel suspira.

- Si tu, como no ¬¬ - Emir chasquea la lengua - yo voto por violencia física.

- Eso solo nos meterá en mas problemas - John niega con la cabeza - así que mejor escojamos una venganza donde no haya evidencia.

- Si... y aunque haya pruebas, negaremos todo... soy experto en mentir - Lionel comía una tostada con mantequilla - ¿Quieres?

- Paso - le digo, sonriendo.

- Además, John, no eres miembro del ministerio, así que tu voto solo cuenta por uno, y no mas que los demás - reclama Emir.

- Oye, él solo trata de ayudar - lo defiende Natalia.

- Todos lo hacemos, por eso estamos aquí...

- Chicos... - agrego diplomaticamente - agradezco su interés para vengarse, pero no quiero que hagan nada...

Todos me miran extrañados, como si hubiera dicho alguna barbaridad.

- Lionel, dime que escuche mal - Emir pone una mano en su boca con fingida sorpresa.

- No, escuchaste bien. No quiere que hagamos nada.

- ¡Pero ese idiota te humillo! - grita Axel - ¡Merece que llore lagrimas de sangre!

- Eso es demasiado grafico - suspiro - y gracias por su apoyo... pero no merece que estemos pensando siquiera en él. Es gastar energía en algo vano e inútil. Pero si hay algo en lo que podrían ayudarme...

- ¿Y que es? - todos preguntan al mismo tiempo.

- Quiero hablar con mi mamá...

Todos se observan extrañados.

- ¿Como...? ¿Por lechuza?

- No... eso tardaría años... Por chimenea...

- ¿Por chimenea? - repite Natalia.

- Aja... ¿Qué piensan?

- Creo que podríamos irrumpir al despacho del profesor Flitwick para lograrlo - dice Emir - siempre va por un refrigerio a las 12 del día, y se queda varias horas en la cocina... o al menos eso he notado, no regresa en un buen tiempo al despacho.

- ¿Qué, lo tienes muy vigiladito, no? - Lionel se burla abiertamente.

- Oye, tantas veces que me castiga, mínimo debo tener bien memorizado su horario.

- Yo creo que es riesgoso - John frunce el entrecejo - si nos descubren, puede ser fatal.

- ¡Ay! ¿Qué nos van a hacer? - Natalia mueve su mano aparentando no darle importancia al argumento de John - ¿Expulsarnos? No es para tanto.

- Yo creo que estas loca - anexa Axel - pero me agrada el peligro. Yo te ayudare

- De mucha ayuda vas a servir ¬¬ - Natalia niega con la cabeza - te ayudaremos todos.

- Eso me suena a que me incluiste - dice John en voz baja.

- Eso es porque te incluí, amorcito - sonríe Natalia.

- Bueno, solo corroboraba --'

- Entonces, si vamos a romper las reglas, hagámoslo categóricamente - Lionel saca otra tostada con mantequilla.

- ¿Se puede saber de donde sacas la comida, Lionel? - Emir se extraña.

- Necesito energía para planear esto... ustedes no se fijen.

- ¿Saben los elfos que te la estas robando?

- Oye, yo no llamaría esto un robo... es una forma de inversión

- ¬.¬'.... ¿Inversión de que?

- A ver, ya, par de tortolitos - interrumpe Axel, haciendo que Lionel y Emir se sonrojen - dejen la pelea conyugal para Natalia y John... claro que ahí ya sabemos que siempre gana Natalia....

- ¿QUÉ DIJISTE? - se levanta Natalia molesta.

- Aquí correrá sangre - Lionel sonríe.

- Oigan - interrumpo ahora yo - ¿Les molesta si seguimos con el plan?

- Ah, si - Lionel se aclara la garganta - esto será un trabajo de equipo. Primero, el profesor Flitwick sale a las doce... ¿Tiempo estimado de regreso, Emir?

- Mmmm... por lo general entre las dos y las tres.

- Eso nos da una ventaja de dos horas... tomemos una hora y media por si las dudas. Emir, ya que tu te llevas taaaan bien con el profesor Flitwick, tu lo vigilaras.

- ¿Estas demente?

- Si .... gracias, me halagas.

- ¬'¬.... ¿Como voy a seguir al profesor?

- Pero si eres el experto en salir de noche a los pasillos. Será pan comido para ti.

- Mmm... buen punto.

- Ahora, Axel, tu estarás en la bifurcación hacia los despachos de los profesores. Cualquier intento de otro estudiante o profesor por acercarse, tendrás que detenerlo.

- ¿Y tu nieve? ¬¬

- No te estés quejando, que a mi me toca la peor parte ¬¬.

- ¿Y cual es?

- John vigilara la entrada del despacho, y yo el pasillo, para que si se acerca una persona, se aleje de inmediato. Un simple hechizo bastara.

- Nada de violencia ¬¬ - se queja John.

- Si es necesario, si - sigue Lionel - y Natalia te acompañara, Sheila, porque... pues es la que sobra, y ni modo de dejarla en la sala común.

Natalia golpea a Lionel, desatando una nueva pelea. No sé que haría sin mis amigos. Aquí estaban, dispuestos a meterse en problemas por mi. Eso también me hacía sentir mucho mejor.

Por fin llega la hora de ejecutar nuestro plan. Todo sale a la perfección, creo que haríamos un buen equipo si todos se hubieran decidido a tomar la materia de preparación para aurores.

En el despacho, avivamos el fuego y todo esta listo para comunicarme con mamá.

- Cuando quieras - me sonríe Natalia.

- Mamá... - comienzo a hablar, y la imagen de la antesala de mi casa se vislumbra entre el fuego - ¡MAMÁ!

Después de unos segundos, veo a mamá, que se acerca presurosa con Sammy en brazos.

- ¡Sheila, por Dios, me espantaste! - mamá se sienta frente al fuego, acomodando a Sammy en su regazo - mira, Samuel, es tu hermanita... ¿Draco te dejo usar la chimenea?

- Pues... no...

- Entonces no sabe que estas hablando conmigo.

- Pues... no '

- ¬¬U.... ¿Rompiendo las reglas tan rápido?

- Es que.... te necesitaba...

Eso basto para que mamá bajara la guardia. Asintió, y vi como Sammy agitaba sus bracitos hacia mi, queriendo que lo tomara. Lastima que no se pudiera.

- Papá ya te contó todo, ¿Verdad?

- Si... creo que él estaba mas dolido que tu.

- No lo dudo... por eso no quería decirle.

- Pero es tu papá... ya lo conoces... ¿Y como te sientes?

- Confundida U.... de eso quería hablarte...

- Bien... Sammy y yo somos todo oídos

Al principio, como Natalia estaba cerca, me daba un poco de pena. Pero bueno, pronto se enteraría ella también, así que comencé con mi relato. Desde como me sentí desde que inicie las clases con el profesor Ewal, hasta lo que paso en el baile y poco después.

Mamá solo me miraba fijamente, sin ninguna expresión en particular, lo que me asusto mas.

Cuando termine de contarle, mamá sonrío ampliamente.

- ¿Qué piensas?

- Hija, hija - mamá chasquea la lengua - me parece que te has enamorado de tu profesor.

Me sonrojo, pero eso no era nada nuevo. Ya lo sabía, que no lo quisiera admitir es otra cosa totaaaalmente diferente.

- Eso es malo, ¿Verdad?

- Pues... no sé... me parece que él también tiene cierta atracción por ti.

- ¡Como crees, mamá!

- Es en serio... quizás tu estas tan cerrada en el hecho de que no puede sentir por ti lo mismo que tu por él. A mi gusto, ambos sienten lo mismo, pero tienen tantos prejuicios al respecto, que prefieren negarlos.

- Mamá - la interrumpo - tengo 13 años... el tiene 23...

- ¿Te fijas lo que esta pasando?

- ¿Qué?

- Ahora tu pareces en contra de la relación, cuando, según dijiste, la defendiste ante él hace unos meses.

- ¡Es que...!

- Sheila... ¿Qué pasa? Ya has aclarado todo...

- Si, pero... es mi profesor... es como pecado o algo así... ¿No?

- Eso depende de Harry y sus reglas

- Mamá ¬¬U

- Si de verdad es amor... yo creo que se debe luchar por él. Deja de pensar en la reacción de los demás, y piensa en TI y TU felicidad...

- ¿Y si no me corresponde, y solo me hago tontas ilusiones?

- Entonces aprenderás a superarlo.

- Eso no es muy alentador ¬.¬'

- Es lo mejor que tengo para ofrecerte ahora... sabes que tu papá y yo te apoyaremos en lo que sea.

- ¿De verdad?

- Si... quizás Draco se enoje un poco y haga berrinche... pero ya se le pasara. Tu eres su hija, su tesoro... no es fácil compartirlo.

- ¡Alguien viene! - nos grita John.

- Mamá, debo irme - me levanto rápidamente - gracias por todo

- No hay porque... espero que me mantengas informada.

- ¡Ta.... sha....! - Sammy extiende sus bracitos con impaciencia.

- Nos veremos muy pronto, Sammy - le sonrío - ¡Adiós!

- Hasta las vacaciones.

Lo ultimo que veo es la sonrisa de mamá, y que le agita una manita a Sammy para despedirse.

Natalia solo observa todo en silencio, y me da una sonrisa alentadora. No le parecía la situación, pero ella se unía al grupo de las que me apoyaban.

Salimos corriendo, y John se une a nosotras. Al llegar al final del pasillo, vemos a Lionel, al lado de una chica de Gryffindor que esta en el suelo.

- ¡Por Dios! - exclama John - ¿¿Qué le hiciste??

- La aturdí un poco, no es nada

- ¿NO ES NADA? - John se exalta - ¡Nos meterás en problemas!

- Claro que no - Lionel se veía demasiado tranquilo --' - pronto despertara, yo estaré a su lado y le diré que se desmayo. Pin, pan, pun, se acabo el show

- ¬.¬

- Gracias - les digo, interrumpiendo la discusión - realmente me ayudaron mucho.

- Te apreciamos, Sheila, y queremos lo mejor para ti - Natalia, siendo la única que sabe la situación, trata de darme el apoyo moral que necesite.

- Gracias

Lionel espero a que la chica se levantara, y, sorprendentemente, se trago el cuento de que se había desmayado. Según ella, había estado muy cansada últimamente. Lionel era bueno para las mentiras '.

Y así llego la hora de ir a casa, para vacaciones de invierno. Papá y mamá habían decidido celebrar el cumpleaños de Sammy hasta que saliéramos de Hogwarts, así que nos esperaba una gran fiesta.

Después de charlar con mamá me sentí mucho mejor. Creo que necesitaba aclarar todo lo que pasaba por mi cabeza. Natalia y los chicos ya me esperaban en el tren, pero no quería irme sin ver al profesor Ewal y agradecerle de nuevo todo lo que hizo por mi. Esta bien, esta bien ¬¬... quiero verlo antes de irme, ¿FELICES? ¬¬Uuu.

- Sheila...

Volteo sobresaltada, y eso se convierte en sorpresa total. Es Michael. ¿Qué diablos quería conmigo? Isabella no me había dicho nada desde el baile, y yo los había ignorado diplomáticamente... ¿Ahora que quiere?

Estoy a punto de irme, pero me detiene del brazo.

- Solo quiero explicarte...

- No me toques - le digo con voz pausada.

- ¡Es que debes escucharme!
- ¡Yo no DEBO hacer nada! ¡Y si no me sueltas, gritare tan fuerte que hasta el profesor Potter vendrá!

- ¡Yo no quería hacerlo! ¡De verdad quería ser tu amigo! ¡Pero Isabella me reto y yo...!

- Creo que ya eres un niño grande - con violencia me zafo de su mano - y no culpes a ella de tus decisiones. Ahora, te sugiero que no me vuelvas a dirigir la palabra en lo que nos resta de vernos. Para mi no es placentero, para ti tampoco, pero lamentablemente estamos en la misma casa, así que de vez en cuando nos veremos las caras.

Michael me vuelve a tomar del brazo. ¿Qué pretendía? ¬¬

- De verdad quiero ser tu amigo...

- ¡Pues yo no! ¡Suéltame!

- ¡No hasta que me disculpes!

- ¡Te digo que me sueltes!

Empezamos a forcejear, y aunque yo soy golpeadora, no tengo tanta fuerza física como para poder soltarme de este idiota.

- ¿Hay algún problema? Creo que la señorita Malfoy le pidió que la soltara, señor Hewler...

Michael y yo nos quedamos de piedra. Es el profesor Ewal. Michael automáticamente me suelta, y se aleja mirándome con cierta duda.

- Gracias - digo aliviada.

- ¿Esta bien?

- Si... solo me duele un poco el brazo, nada grave...

Ambos nos quedamos en silencio.

- Quizás debería decirle a Madame Pomfrey de su brazo, si le duele.

- Ay, no, además ya me voy, en casa mamá sabrá que hacer... profesor, ¿Que no se supone que usted ya debería estar en casa?

- ¿No lo sabe? Yo viajo en el expreso de Hogwarts con todos los alumnos. Medidas que toma el profesor Potter para excesiva seguridad.

- Pero si los tiempos de....

- Si - me interrumpe - pero aun hay mortifagos, además no esta de mas cuidar al alumnado, ciertamente a él le hubiera gustado gozar de estos privilegios en sus tiempos de estudiante.

- Por eso es tan buen director - me admiro - toda su experiencia le trae lo nuevo a Hogwarts.

- Si, todos los cambios que ha hecho son excelentes - sonríe abiertamente.

- Profesor... quería agradecerle todo lo que ha hecho por mi....

- No tiene nada que agradecer.... para eso estoy.

- Si... todos sus alumnos deben quererlo mucho, por ser tan bueno.

- No sé si sea tan bueno como usted dice... además no tengo tantos alumnos.

- Pero los que tiene... no dar preferencias y ser amable con todos debe ser difícil.

- Si he de ser sincero, creo que he mostrado preferencia por alguien en particular...

- ¿Ah, si?.... - comienzo a ponerme nerviosa - ¿Y por quien?

- Muy simple, por alguien que...

- ¡SHEILA! - me grita Natalia - ¡APURATE!

- Si - suspiro. Ya me quede con las ganas de saber - tengo que irme... lo veré el siguiente curso.

- Cuento con ello - me sonríe de nuevo.

Me sonrojo, y subo al tren, dirigiéndome al compartimiento con los demás. Natalia me miraba como diciendo "lo siento", ella es la única que sabe acerca de mis sentimientos hacía el profesor Ewal, ni siquiera le había dicho a John. Yo se los diría a todos... cuando el tiempo fuera el adecuado.

Partimos, y siento una melancolía terrible. Estoy enamorada de mi profesor... y no sabía si iba a ser algo pasajero... o algo que se quedaría conmigo.

Y tampoco sabía si era correspondida o no... eso lo dejaría al tiempo.

Sheila Malfoy McLester…. ¿El amor no tiene edad?..... 31 de Diciembre.

Notas de la autora:

¬¬... damn it... me llego demasiada inspiración, así que creo que - para variar - extenderé el fic una vez mas U. Así que ya dejare de decir cuantos capítulos faltan, porque luego se me sala y me llega la inspiración. Este capitulo fue demasiado largo... espero que no se aburran mucho U