Se podía ver a una mujer de piel blanca con un vestido elegante de color negro y bordajes rojos, tenía un escote algo bajo, sus senos los llevaba altos, tenía un corcel rojo muy elegante y el vestido caía de forma acampanada. Su cabello de color negro lacio estaba peinado de forma elegante, con un moño algo complejo, sus ojos no eran de un color usual, eran como de un amarillo opaco y en el centro un negro, como si fueran los ojos de un gato....

Se encontraba caminando hacia un salón, abrió la puerta y varios hombres y mujeres que se encontraban allí rápidamente se levantaron, como si se tratase de su jefe o algo así. Todos estaban elegantemente vestidos pero no tanto como aquella mujer.

Ella siguió caminando hasta llegar a una silla que se encontraba en la cabecera de la mesa alargada de color marrón opaco, hecha de una madera muy singular, con un estilo algo diferente. Tenía tallado símbolos difíciles de describir, algunos parecían ojos que al moverte, te observaban, otros parecían animales nocturnos.

La silla donde ella se sentó era de un espaldar alto, acolchada y de color rojo sangre, el resto eran sillas con estilos semejantes a la mesa. Su voz comenzó a escucharse por todo el cuarto, haciendo que todos los presentes prestaran atención a lo que ella articulaba.

Mujer: Ahora que todos se encuentran aquí; bueno casi todos; debo decirles, que a la ciudad ha llegado el elegido que nos permitirá acabar con Rostrandd.

Hombre: Madame Ternith y como sabemos quien es el elegido.

Ternith: Su sangre es distinta a la de los demás mortales. Solo su sangre tiene la capacidad de destruir a Rostrandd, en realidad no se muy bien como sabe, pero por lo que eh visto, o eh escuchado, su sabor al principio resulta muy dulce, como un vino pero luego de un tiempo, comienza a sentirse muy amargo, tanto que sientes tu garganta quemarse por dentro.

Mujer: ¿Entonces como haríamos para saber quien es si prácticamente nos está diciendo que su sangre es intocable?

Ternith: Por que hay algo que no les he dicho, su sangre tal vez parezca que no se pueda tomar por nosotros, pero eso es solo con Rostrandd, a nosotros solo nos llega a saber amargo, mientras que a Rostrandd le sabe amargo, siente su garganta quemarse y su sangre comienza a hervir hasta, por así decirlo, desaparece.

Mujer: Comprendo, entonces, uno de nosotros la buscara. ¿Pero como sabemos quien es?

Ternith: De eso si no estoy segura, creo que no nos queda más remedio que tomar la sangre de cada uno de los mortales de la ciudad, creo que es la única forma de que sepamos quien es.

Hombre: ¿Entonces como supo que se encontraba en la ciudad?

Ternith: Exactamente no se como explicárselos, pero sentí su sangre o algo así.

Mujer: Entonces lo mejor es que comencemos a buscar al elegido antes de que regrese Rostrandd.

Ternith: Si no lo hacemos, nuestro sueño de volver a ser mortales nunca regresara, y simplemente viviremos toda la eternidad.

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Tomoyo estaba abriendo sus ojos lentamente y lo primero que vio fue a una mujer con un vestido blanco.

Enfermera: Oh! Ya despertó, mucho gusto, soy la enfermera, ¿cuál es su nombre señorita?

Tomoyo: Tomoyo Daedouji.

Enfermera: Un placer señorita Daedouji.

Tomoyo: ¿Cómo es que me encuentro aquí?, lo último que recuerdo es que me desmaye.

Enfermera: Unos jóvenes como de su misma edad la trajeron hasta aquí. A pesar de que no son familia de usted, han estado pendiente de lo que le suceda.

Tomoyo: Agradecería que por favor los llamase, quisiera conocerlos.

Enfermera: Como guste señorita.

La enfermera salió de la habitación donde Tomoyo se encontraba, Tomoyo volteó a su derecha y pudo ver a través de la ventana que el sol comenzaba a ocultarse, entonces comenzó a recordar a aquel vampiro que la había atacado, era muy distinto a Eriol. En si, no le había agradado para nada. Quería estar más tiempo junto con Eriol, es decir, a penas lo había visto una vez, y para ella eso no era suficiente, quería conocerlo como era él en realidad; pero tenía que regresar a Alemania, donde vivía...... Después de un rato pensarlo, decidió que se quedaría viviendo en Inglaterra, luego le pediría a la enfermera pluma y papel para decirle a su madre la decisión que acababa de tomar. En eso, tocaron la puerta, interrumpiendo los pensamientos de Tomoyo.

Enfermera: Aquí están los jóvenes, como me lo pidió señorita.

Tomoyo: Gracias.

Enfermera: Me retiro, para que puedan conversar tranquilamente.

Esperaron a que cierren la puerta y Tomoyo inició la conversación.

Tomoyo: Les agradezco lo que hicieron por mi, la enfermera me estuvo comentando que ustedes me trajeron después de desmayarme y que desde entonces están aquí.

Sakura: Así es, realmente nos preocupamos por usted a pesar de no conocerla, pero lo que nuestros ojos vieron fue más que suficiente para darnos motivo.

T: ¿Qué vieron?.

Sy: Yo no llegue a ver nada en especial, solo alcancé a verla desmayada y a un hombre de extraña apariencia al frente de usted, luego desapareció.

Sa: En cambio, yo si llegue a ver algo, vi como ese hombre tomaba sangre de su cuello o algo así, realmente fue algo escalofriante.

T: Comprendo. Permítanme presentarme, mi nombre es Tomoyo Daedouji, hija del conde Daedouji de Alemania.

Sy: Mi nombre es Syaoran Lee, hijo de la shinigai de China.

Sa: Me llamo Sakura Kinomoto, hija de un simple arqueólogo proveniente de Japón.

T: Un placer entonces joven Lee, señorita Kinomoto.

SS: Igualmente.

T: Tengo una pregunta que hacerles, aunque tal vez parezca algo indiscreta, pero ¿ustedes dos tienen alguna relación en especial?

Sy: Así es, Sakura es mi prometida.

T: Ya veo, entonces felicidades -.

SS: Gracias.

Sa: Disculpe, pero ¿usted no vive aquí en Londres cierto?, ¿tiene donde hospedarse?, de lo contrario podría ofrecerle nuestra casa.

T: Muchas gracias, nuevamente se está preocupando por mi sin conocerme, pero tiene razón, no vivo aquí, solo vine de vacaciones, sin embargo, he decidido quedarme a vivir aquí.

Sy: Comprendo, pero mientras busca un hogar a su conveniencia, ¿porqué no se queda en nuestro hogar como lo ha ofrecido mi querida Sakura?.

T: Se lo agradecería mucho -.

Sa: Entonces en lo que le den de alta, usted vendrá con nosotros.

T: Si.

Pasaron varios días, hasta que por fin a Tomoyo le dieron de alta. Ya se comenzaba a sentir incomoda, y de hecho así se sintió desde un principio, ya que nunca en su vida le han gustado los hospitales, siempre prefirió que algún doctor fuera hasta su mansión a revisarla cuando se encontraba enferma.

Subieron al carruaje que los esperaba fuera del hospital. Luego de un rato, el carruaje se detuvo al frente de una casa pequeña, sin embargo, elegante, de un color marrón rojizo, unas ventanas altas de color negro, de las cuales se podían notar que desde allí se tenía una buena vista del amanecer y anochecer, claro que era de dos pisos.... La casa por dentro era muy sencilla, la cual la hacía más atractiva, todo estaba decorado de madera, al parecer era de roble, la casa emitía un olor muy agradable, como a flores bañadas en rocío, la casa realmente daba sensación de paz.

Tomoyo se sentía muy cómoda estando allí. Se sentía mucho más segura estando allí, que en el hospital.

Sa: Venga señorita Tomoyo, la llevare a la habitación donde se hospedara.

T: Si por favor.

Sa: Me ha de imaginar que debe estar agotada, luego de permanecer tanto tiempo en el hospital.

T: A decir verdad, si, pero agradezco haber salido de allí.

Sa: ¿Y eso porqué?

T: Es que no me agradan los hospitales, siempre me parecieron desagradables.

Sa: Ya comprendo. Esta es su habitación, acomódese y si quiere se acuesta para que descanse.

T: Gracias. Antes de irte quisiera pedirte un favor, por favor háblame de tú.

Sa: Como quieras, pero entonces tu también lo harás.

T: Por supuesto.

Una vez que Sakura se retiró de la habitación, Tomoyo colocó sus maletas en el suelo y se dirigió hacia la cama, se sentó en la orilla y le gustó lo suave que se sentía, miró hacia la ventana y vio unos pájaros muy bonitos parados en el marco de la ventana, poco a poco Tomoyo se fue acostando para luego caer rendida.

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Eriol se encontraba caminando por las calles de Londres intentando encontrar a Tomoyo, pero Tomoyo aún se encontraba dormida.

En eso escucho a una mujer gritar para luego sentir un golpe muy fuerte, rápidamente se dirigió hacia donde provenían esos ruidos encontrándose con una vampiro terminando su cena.

¿?: Rayos, creo que me excedí, solo debía tomar un poco de su sangre no toda su sangre.

Eriol: ¿Por qué solo debías tomar un poco?

¿?: ¿Ah?, pero si es Eriol, que sorpresa volverte a ver.

Eriol: Hola Marie, pero no has contestado mi pregunta.

Marie: Cierto, bueno, resulta que Madame Ternith nos avisó que el elegido se hallaba en la ciudad pero como no sabemos quien es, estamos probando solo un poco de la sangre de cada una de las personas de la ciudad.

E: ¿Aún creen en ese elegido?. Saben muy bien que con eso no será suficiente para destruir a Rostrandd.

M: Tal vez, pero aún así queremos destruirlo. Eriol, ¿porqué no comprendes de que solo queremos volver a ser mortales?, ¿tú no deseas lo mismo?

E: No se.

M: ¿Cómo que no sabes?, Eriol por favor, no creo que no quieras volver a ser mortal, si eso es lo que todos deseamos.

E: Simplemente no lo se.

M: Pues no lo creo, ninguno de nosotros quiere seguir ocultándose de la luz, no queremos seguir viviendo en la oscuridad, eso no vale la pena. Además, ya estamos hartos de asesinar a personas inocentes, no te voy a negar que al principio era divertido, pero ya después de un tiempo te cansas de la misma rutina. Además.....

E: ¿Además?

M: Además, estoy enamorada de un mortal y lo único que quiero es poder estar a su lado, pero no quiero convertirlo en un vampiro, me odiaría a mi misma si así lo hiciera.

E: Te comprendo.

M: ¿Me comprendes?, Eriol, ¿acaso estás enamorado de un mortal?

E: Eso tampoco te lo puedo responder.

M: Ahora soy yo la que te entiende, lo que te sucede Eriol es que estás confundido con respecto a tus sentimientos y con lo que quieres. Solo piénsalo bien, eso te dará la respuesta que buscas.

E: Claro.

M: Ahora me voy, la noche es corta, bueno, solo para los mortales, así que tengo que aprovechar esto para buscar al elegido. Piénsalo bien Eriol, y si quieres volver a ser un mortal u descubres que estás enamorada de ella, ven junto con nosotros, sabes donde encontrarnos.

E: Si.....

Aquí está el cuarto capítulo, espero que les haya gustado.

Poco a poco se irán aclarando las dudas sobre esta historia. En los capítulos anteriores se me había olvidado decirles de donde me inspire para realizar este fic. No se si sabrán o recordarán la película "La Reina de los Condenados", bueno, el asunto es que de allí tomé la inspiración. Esa peli me pareció una historia realmente intrigante, y todos los giros que allí se dan tienden a enredar un poco la situación pero es super la peli.

Si no la han visto, veanla. Ahora me despido

au revoir -