10.- Sinfonía
Tomoyo se levantaba con una gran alegría marcada en su cara, recordaba cada momento que había sucedido la noche anterior, la noche en que ella y su amor, su gran amor, se habían unido en un solo cuerpo...
Bajando por las escaleras, Harry notó lo feliz que se encontraba Tomoyo, y para no arruinarle ese momento no quiso preguntarle, simplemente se limitó a sonreírle, después de todo era su prima, su prima querida...
Más tarde, Casster cumpliendo su promesa llego a casa de Tomoyo, salieron a dar un paseo a pesar de la vista negativa que Harry había dado sobre Casster, no le inspiraba confianza alguna, mucho menos que la poca confianza o nula confianza que le inspiraba Eriol...
Harry ya sabia de quienes se trataban estos dos chicos y también de donde provenían, lo que aún no llegaba a saber a ciencia cierta de que era lo que querían con Tomoyo, porque se empeñaban a buscarla y estar a su lado. Costase lo que le costase lo averiguaría, porque por nada del mundo, permitiría que Tomoyo sufriera o quizás muriera solo por poder darle libertad a alguien más...
Casster llevó a Tomoyo hasta una gran mansión desabitada. En un principio Tomoyo no le gusto para nada la idea de encontrarse en un lugar como aquel, tenía miedo de que ocurriese cualquier cosa, todo esto pensó hasta que vio que en el centro de la sala de aquella casa se encontraba un majestuoso piano de color marfil, majestuoso ante todo aquella oscuridad en la que se cernía la casa.
Casster tomó la mano de Tomoyo suavemente y la llevo hasta donde se encontraba aquel piano, Casster se sentó en la butaca que se hallaba frente al piano también de color marfil y levantó las tapas que protegían las teclas negras y blanquecinas del piano.
Tomoyo solo veía como Casster preparaba todo, hasta que este le pidió que se sentase a su lado; en un principio Tomoyo dudo pero luego se sentó
C: ¿te gustan las músicas emitidas por un piano?
T: si.
C: entonces me alegra saber eso porque a mi también me gustan y mucho, son muy pacíficas y me sacan, aunque sea por unos momentos, de todos los problemas que trae consigo la vida
T: en eso estoy de acuerdo
Casster comenzó a tocar las teclas del piano, formando una melodía muy suave a la vez hermosa, para ser más específicos, Beethoven symphony nº 9, una canción, de paz total...
Tomoyo cerró los ojos dejándose llevar por los sonidos que emitía aquella suave canción, y en su cabeza comenzaron a cruzar de su infancia, el momento más feliz de su infancia y a la vez más triste de su vida.
--Flash Back--
Tomoyo corría a través de un extenso jardín de color verde con grandes árboles frondosos y muchos con frutas en sus copas, otros con frutas en sus pies.
Se sentía muy feliz de poder encontrarse allí, libre de toda aquella vida llena de lujo que constantemente la sofocaban pero sin embargo a la cual estaba acostumbrada pero que de vez en cuando necesitaba sentirse libre.
Tomoyo corría con un vestido de color beige muy fresco para el lugar donde se encontraba y también para la estación en la que se hallaba, un vestido, que particularmente era uno de sus preferidos, elegante para ser de una niña con apenas 6 años de edad, pero muy sutil y suave, que contrastaba perfectamente con su piel.
Ese vestido era uno de sus preferidos, porque se lo había regalado su abuelo cuando cumplía sus 6 años de edad, hace casi un año de eso, desde entonces, siempre que visitaba a su abuelo se lo ponía para demostrarle lo feliz que estaba de tenerlo, y mostrándole una sonrisa digna de un ángel como le decía su abuelo.
Era primavera, su estación favorita, ya que eso implicaba ir de vacaciones con su abuelo a la casa de campo en París.
Mientras corría una brisa fresca que le susurro en el oído y le acarició el cabello, se tiró en el pasto para así poder disfrutar más del ambiente en que estaba rodeada, de todos los seis años de vida que tenía, para ella ese era el mejor, aunque le faltasen muchos más...
En ese momento escuchó una voz roída pero dulce y suave que la llamaba, levantó su cabeza y la giró hacia atrás, cruzándose con unos ojos color ambarino que no mostraban otra cosa que no fuera paz.
Se levantó rápidamente y salió corriendo en dirección a su abuelo.
Este la recibió con un fuerte abrazo como si tuviera años sin verla, y la llevo hasta dentro de la casa.
Le pidió que cerrara los ojos porque tenía una sorpresa que darle, Tomoyo en su alegría hizo caso y cerró los ojos duramente.
Su abuelo siguió caminando y Tomoyo intentaba abrir los ojos para ver que era esa sorpresa que su abuelo quería darle, pero no quería defraudar a su abuelo así que hacía todo su esfuerzo por cerrarlos.
Su abuelo se detuvo un momento, haciendo pensar que ya habían llegado hasta donde se encontraba el regalo pero los mantuvo cerrados hasta que su abuelo le diera la orden de abrir los ojos.
Tomo asiento y luego aun lado, sentó a Tomoyo. Luego de acomodarse le pidió a Tomoyo que abriera los ojos.
Lentamente Tomoyo abrió los ojos hasta tenerlos abierto por completo, por un momento no supo que decir ni que hacer, solo observo lo que tenía en frente suyo, su abuelo ante aquella actitud comenzó a hablarle.
A: ¿qué te parece?
T: abuelo, ¿por qué me muestras algo así?, no creo que sea un regalo para una niña tan pequeña como yo
A: -sonriendo paternalmente- claro que si mi princesa, pero no te das cuenta y eso ya es otro asunto.
T: ¿entonces dime por que me regalas algo como esto?
Tomoyo dejo de mirar al objeto para mirar los ojos de su abuelo que tanto le gustaban
A: princesa, tú voz es hermosa, como la de los ángeles y lo menos que puede acompañar tan hermosa voz es este piano que te compre
T: pero abuelo, yo no se tocar el piano
A: no importa, yo lo se tocar, de esa forma mientras yo toco tú cantas
T: ¿pero cuando tú no estés abuelo, quién lo tocara?
A: te enseñaré a tocarlo
T: no, me da fastidio
A: entonces me las arreglare para ver a quien le enseño a tocarlo, y así tú nunca dejarás de cantar y yo siempre podré estar feliz mientras te escuche así sea que me halle muerto
T: abuelo...
A: dime princesa
T: tú siempre me dices que algún día vas a morir
A: si princesa, es algo inevitable
T: pero yo no voy a permitir que mueras, te lo prometo abuelo
A: entonces yo te prometo que lucharé para ayudarte a que no muera
T: si
A: ¿te gustaría escuchar "symphony nº 9"?
T: ¿qué es eso?
A: es una composición que hizo Beethoven.
T: ¿y quién se supone que es Beethoven? Abuelo
A: fue uno de los grandes músicos de la historia, tocaba el piano y componía canciones majestuosamente bellas como no tienes idea.
T: ¿y tú sabes tocar esa canción que me dijiste?
A: si, y a mi me gusta y mucho, quisiera que tú también la escucharas
T: esta bien, además suena interesante
A: si
Suavemente las teclas comenzaron a sonar y a escucharse por el ambiente colmándolo de paz y de tranquilidad. Tomoyo se dejó llevar por la canción y entrecerró los ojos para poder disfrutarla mejor. Desde ese día se había convertido en su canción favorita.
Mientras la música seguía sonando, Tomoyo comenzó a idearse en la cabeza una canción que pudiera ir acompañada de aquella melodía, de ese modo volvería a escuchar el sonido de aquella canción y a la vez complacería a su abuelo de poder cantarle.
Pero la música era tan hermosa que no la dejaba concentrarse, haciendo que se olvidara por completo de componer aquella canción...
Cuando su abuelo culminó de tocar aquella melodía, Tomoyo abrió lentamente los ojos...
--Fin flash back--
Justo en ese instante, Casster terminó de tocar la sinfonía y Tomoyo abrió lentamente los ojos, se sentía tranquila y en paz, y a la vez llena de una energía inexplicable, después de todo, había vuelto a escuchar su canción favorita después de tanto tiempo, después de que su abuelo falleciera, esa melodía había vuelto a ser escuchada por una de sus grandes admiradoras.
Tomoyo se quedó mirando fijamente el piano de color marfil, hasta ahora no se había dado cuenta de lo parecido que tenía con el piano que su abuelo tocaba y también lo casual que tenía que Casster tocará su música favorita.
Casster simplemente la miraba fijamente su sola compañía la reconfortaba y no había necesidad de hablarle, además de que todo estaba tranquilo y no quería romper el ambiente por el que estaban rodeados.
T: ¿dónde aprendiste a tocar esa canción?
C: me la enseño un viejo amigo de mi abuelo
T: ¿y cómo conseguiste el piano?
C: me lo regalo mi padre
C: ¿por qué lo preguntas?
T: esa canción, symphony nº 9 es mi favorita y este piano se parece al que tenía mi abuelo cuando era pequeña
C: no sabía que era tú favorita, entonces me alegro de haberla tocado
T: yo también, tenía tiempo, mucho en realidad, desde la muerte de mi abuelo que no la escuchaba. Siempre, en primavera, cuando iba con él a Francia le pedía que me tocará esa canción y yo siempre lo acompañaba cantando.
C: hubieses cantado, a mi no me hubiese molestado en lo absoluto
T: a mi tampoco me hubiese molestado cantarla, pero es que no recuerdo la letra no se porque
C: esta bien, seguramente eras muy pequeña cuando eso y por eso no recuerdas
T: si, lo más seguro.
C: dime, ¿te gustaría que volviera a tocarla? Y así tratas de recordar la letra con la que la acompañabas
T: esta bien
Las teclas volvieron a sonar dulcemente y Tomoyo volvió a sumergirse en su pasado, esta vez recordando la última vez que la escucho sonar por parte de su abuelo, minutos antes de su muerte...
Toda la tarde corrió allí, mientras Tomoyo escuchaba la melodía...
Tomoyo regresaba a su casa feliz y relajada por la tarde que tuvo, tal vez solo escucho una melodía que para muchos no significa nada pero para ella significa mucho.
Entró y se encontró que Harry tenía visitas en la sala, así que para no molestar subió directamente a la habitación para tomar un baño y cambiarse antes de ir a cenar.
En la sala
H: no me gusta para nada que Tomoyo este con esos dos tipos
¿?: aléjala de ellos, sabes el peligro que ellos representan, además no sabemos si están con ella por ese motivo
H: lo se y eso es lo que más miedo me da
¿?: entonces sepárala de ellos y ya esta
H: no puedo
¿?: ¿por qué?
H: ellos son muy importantes para Tomoyo, me pude dar cuenta de ello, sobre todo aquel de cabello negro azulado
¿?: ¿qué me dices del de cabello platino?
H: también lo es, pero no creo que signifique tanto como el otro para Tomoyo
¿?: ¿por qué tan seguro?
H: de eso me di cuenta del día en que nos encontramos con el de cabello negro azulado, lo miraba de forma distinta, hasta sus ojos brillaron. Mientras que el de cabello platino lo miraba más de forma amistosa, tal vez como un hermano
¿?: ¿cómo es que sabes que Tomoyo miraba al de cabellos platinos como un hermano si ni siquiera lo has visto de cerca a los dos juntos?
H: los vi la otra noche cuando regresaban
¿?: ahora si te explicas mejor.
H: entonces ya comprendes porque se me haría difícil separarla de ellos
¿?: claro que sí, yo estaría en una situación como esta igual que tú. Pero, te recuerdo Harry que no sabemos el propósito de esos dos, así que tampoco sabemos de que lado están
H: lo se, lo se...
¿?: piénsalo Harry, sólo ese pequeño consejo te doy amigo mío, piénsalo y respóndete lo más pronto posible antes de que te estés arrepintiendo de no haber actuado con anticipación
H: si...
¿?: entonces me voy, y te repito, piénsalo.
Aquel hombre se marcho de la casa de Harry. Harry fue a ver si la cena estaba lista y también si Tomoyo había llegado, para su sorpresa, Tomoyo venía bajando las escaleras con un vestido color verde pálido que la hacía ver muy bien.
H: ¿cuándo llegaste? Ni siquiera te sentí
T: llegue hace un rato, y no me sentiste porque tenías visitas y me pareció que era importante así que no quise molestarte.
H: esta bien. Por cierto, la cena esta lista
T: si
Se dirigieron al comedor y se sentaron a platicar mientras cenaban
H: ¿cómo te fue?
T: muy bien, fue un día maravilloso
H: ¿qué hicieron para que des esa opinión prima?
T: Casster me llevó hasta una antigua mansión que se encontraba en ruinas. En un principio me dio miedo pero él me tomó la mano y me llevó hasta donde se suponía que estaría la sala y en medio de todas las ruinas se encontraba un piano en perfectas condiciones, se parecía mucho al que tenía el abuelo.
H: ¿en serio?
T: si, era hasta del mismo color, marfil, y sonaba muy bien. Nos sentamos en la butaca y el comenzó a tocar mi canción favorita, la que el abuelo me tocaba de pequeña.
H: ¿te refieres a symphony nº 9 no es así?
T: si, la misma
H: a mi también me gustaba pero no tanto como a ti Tomoyo, tú eras una aficionada con esa canción, yo siempre que podía ir a la casa de campo del abuelo los encontraba a los dos en el hall tocando esa canción, también recuerdo que tú a veces cantabas
T: jijiji así es primo, recuerdo que solo te quedabas allí por unos momentos a escucharla y luego te ibas a correr al patio o a la biblioteca a leer
H: encontraba los libros más fascinantes que la música
T: siempre te gustó la literatura Harry
H: si, siempre me gustó leer esas historias de Shakespeare
T: lo recuerdo perfectamente, eran tus libros favoritos, el abuelo, siempre hacía lo posible por conseguirte más libros de él
H: sí, y siempre que iba hallaba uno nuevo
T: y siempre te ponías muy feliz y te ponías a saltar por toda la casa
H: y tú siempre me gritabas para que dejara de hacer esas cosas porque querías escuchar la melodía
T: y siempre me gritabas porque decías que el libro era más importante que una estúpida música
H: y siempre me gritabas que la música era mucho más importante que esas estúpidas historias escritas por ese estúpido hombre
T: jajajajaja, cierto, siempre estábamos a punto de agarrarnos a golpes y siempre llegaba el abuelo a separarnos
H: y cada vez que él llegaba nos decía que si nos portábamos bien nos llevaría al día siguiente a montar caballos por la pradera
T: y como siempre lo cumplía
H: siempre y cuando nosotros le cumpliéramos a él
T: en eso tienes razón
H: ¿recuerdas la vez en que no le hicimos caso y seguimos gritándonos y hasta nos pegamos como nos recompensó el abuelo al otro día?
T: como olvidarlo, de que nos llevo hasta el establo nos llevo, pero no precisamente para cabalgar sino para limpiar toda la suciedad de los caballos
H: jajjajaja, ese día los dos estábamos que nos moríamos, nuestra ropa para cabalgar se vio totalmente arruinada y sudamos hasta decir basta
T: si... el abuelo sabía muy bien lo que hacía, creo que desde ese día no volvimos a repetirlo
H: si...
Volvieron a hacer silencio y continuaron cenando pero con una gran sonrisa en la boca los dos. Ambos se fueron a dormir y antes de que cada uno entrara en su habitación, se dieron un abrazo y se acercaron hasta la ventana a observar la luna, como recordando las noches en que su abuelo les regañaba por cualquier niñería y ellos siempre se sentían mal por hacer enfadar a la mejor persona del mundo y tristemente se tomaban de las manos y salían de la casa por la noche hacia el gran jardín de la casa a ver la luna...
Luego de un rato de mirar la luna y de recordar esos gratos momentos cada uno se retiró de su habitación...
Tomoyo encendió una vela para poder cambiarse, colocándose esta vez un vestido color durazno que le recordaba un poco el color de piel de su abuelo. Suave y limpia...
Antes de acostarse de asomó por una última vez en la ventana esa noche para contemplar la luna y se acostó a dormir. Pensó que lo más seguro era que Eriol no apareciera esa noche ya que tenía que buscar al elegido...
Harry aun se estaba cambiando, cuando volteó hacia la ventana que daba vista hacia la luna. Se quedó por un momento viéndola, hasta que le pareció ver una sombra que pasaba por su ventana, se apresuró en llegar hasta la ventana y la abrió apresuradamente.
Rápidamente distinguió de quien era aquella sombra por sus cabellos que destello gracias a la luz de la luna...
H: y yo que pensé que me tomaría esta noche de descanso...
Se cambió rápidamente y salió de la casa sigilosamente para encontrarse en frente de su casa a alguien más que lo esperaba y quien había hecho la señal de trabajar...
Hola de nuevo a todos, gracias por aquellos que lo han estado leyendo y también por todos aquellos que me han dejado rewievs, se los agradezco inmensamente
Espero que este cap. les haya gustado porque la verdad a mi me gusto mucho, me trajo muchos recuerdos bonitos de mi vida y la canción que coloque como favorita de Tomoyo, puedo decir que es mi favorita por parte de Beethoven, también me gustan las travista y pathetic symphony pero bueno, esa es la que mas me encanta.
Ahora me despido porque sino no me voy nunca.
Chao y nos vemos en la próxima...
Tomoyo se levantaba con una gran alegría marcada en su cara, recordaba cada momento que había sucedido la noche anterior, la noche en que ella y su amor, su gran amor, se habían unido en un solo cuerpo...
Bajando por las escaleras, Harry notó lo feliz que se encontraba Tomoyo, y para no arruinarle ese momento no quiso preguntarle, simplemente se limitó a sonreírle, después de todo era su prima, su prima querida...
Más tarde, Casster cumpliendo su promesa llego a casa de Tomoyo, salieron a dar un paseo a pesar de la vista negativa que Harry había dado sobre Casster, no le inspiraba confianza alguna, mucho menos que la poca confianza o nula confianza que le inspiraba Eriol...
Harry ya sabia de quienes se trataban estos dos chicos y también de donde provenían, lo que aún no llegaba a saber a ciencia cierta de que era lo que querían con Tomoyo, porque se empeñaban a buscarla y estar a su lado. Costase lo que le costase lo averiguaría, porque por nada del mundo, permitiría que Tomoyo sufriera o quizás muriera solo por poder darle libertad a alguien más...
Casster llevó a Tomoyo hasta una gran mansión desabitada. En un principio Tomoyo no le gusto para nada la idea de encontrarse en un lugar como aquel, tenía miedo de que ocurriese cualquier cosa, todo esto pensó hasta que vio que en el centro de la sala de aquella casa se encontraba un majestuoso piano de color marfil, majestuoso ante todo aquella oscuridad en la que se cernía la casa.
Casster tomó la mano de Tomoyo suavemente y la llevo hasta donde se encontraba aquel piano, Casster se sentó en la butaca que se hallaba frente al piano también de color marfil y levantó las tapas que protegían las teclas negras y blanquecinas del piano.
Tomoyo solo veía como Casster preparaba todo, hasta que este le pidió que se sentase a su lado; en un principio Tomoyo dudo pero luego se sentó
C: ¿te gustan las músicas emitidas por un piano?
T: si.
C: entonces me alegra saber eso porque a mi también me gustan y mucho, son muy pacíficas y me sacan, aunque sea por unos momentos, de todos los problemas que trae consigo la vida
T: en eso estoy de acuerdo
Casster comenzó a tocar las teclas del piano, formando una melodía muy suave a la vez hermosa, para ser más específicos, Beethoven symphony nº 9, una canción, de paz total...
Tomoyo cerró los ojos dejándose llevar por los sonidos que emitía aquella suave canción, y en su cabeza comenzaron a cruzar de su infancia, el momento más feliz de su infancia y a la vez más triste de su vida.
--Flash Back--
Tomoyo corría a través de un extenso jardín de color verde con grandes árboles frondosos y muchos con frutas en sus copas, otros con frutas en sus pies.
Se sentía muy feliz de poder encontrarse allí, libre de toda aquella vida llena de lujo que constantemente la sofocaban pero sin embargo a la cual estaba acostumbrada pero que de vez en cuando necesitaba sentirse libre.
Tomoyo corría con un vestido de color beige muy fresco para el lugar donde se encontraba y también para la estación en la que se hallaba, un vestido, que particularmente era uno de sus preferidos, elegante para ser de una niña con apenas 6 años de edad, pero muy sutil y suave, que contrastaba perfectamente con su piel.
Ese vestido era uno de sus preferidos, porque se lo había regalado su abuelo cuando cumplía sus 6 años de edad, hace casi un año de eso, desde entonces, siempre que visitaba a su abuelo se lo ponía para demostrarle lo feliz que estaba de tenerlo, y mostrándole una sonrisa digna de un ángel como le decía su abuelo.
Era primavera, su estación favorita, ya que eso implicaba ir de vacaciones con su abuelo a la casa de campo en París.
Mientras corría una brisa fresca que le susurro en el oído y le acarició el cabello, se tiró en el pasto para así poder disfrutar más del ambiente en que estaba rodeada, de todos los seis años de vida que tenía, para ella ese era el mejor, aunque le faltasen muchos más...
En ese momento escuchó una voz roída pero dulce y suave que la llamaba, levantó su cabeza y la giró hacia atrás, cruzándose con unos ojos color ambarino que no mostraban otra cosa que no fuera paz.
Se levantó rápidamente y salió corriendo en dirección a su abuelo.
Este la recibió con un fuerte abrazo como si tuviera años sin verla, y la llevo hasta dentro de la casa.
Le pidió que cerrara los ojos porque tenía una sorpresa que darle, Tomoyo en su alegría hizo caso y cerró los ojos duramente.
Su abuelo siguió caminando y Tomoyo intentaba abrir los ojos para ver que era esa sorpresa que su abuelo quería darle, pero no quería defraudar a su abuelo así que hacía todo su esfuerzo por cerrarlos.
Su abuelo se detuvo un momento, haciendo pensar que ya habían llegado hasta donde se encontraba el regalo pero los mantuvo cerrados hasta que su abuelo le diera la orden de abrir los ojos.
Tomo asiento y luego aun lado, sentó a Tomoyo. Luego de acomodarse le pidió a Tomoyo que abriera los ojos.
Lentamente Tomoyo abrió los ojos hasta tenerlos abierto por completo, por un momento no supo que decir ni que hacer, solo observo lo que tenía en frente suyo, su abuelo ante aquella actitud comenzó a hablarle.
A: ¿qué te parece?
T: abuelo, ¿por qué me muestras algo así?, no creo que sea un regalo para una niña tan pequeña como yo
A: -sonriendo paternalmente- claro que si mi princesa, pero no te das cuenta y eso ya es otro asunto.
T: ¿entonces dime por que me regalas algo como esto?
Tomoyo dejo de mirar al objeto para mirar los ojos de su abuelo que tanto le gustaban
A: princesa, tú voz es hermosa, como la de los ángeles y lo menos que puede acompañar tan hermosa voz es este piano que te compre
T: pero abuelo, yo no se tocar el piano
A: no importa, yo lo se tocar, de esa forma mientras yo toco tú cantas
T: ¿pero cuando tú no estés abuelo, quién lo tocara?
A: te enseñaré a tocarlo
T: no, me da fastidio
A: entonces me las arreglare para ver a quien le enseño a tocarlo, y así tú nunca dejarás de cantar y yo siempre podré estar feliz mientras te escuche así sea que me halle muerto
T: abuelo...
A: dime princesa
T: tú siempre me dices que algún día vas a morir
A: si princesa, es algo inevitable
T: pero yo no voy a permitir que mueras, te lo prometo abuelo
A: entonces yo te prometo que lucharé para ayudarte a que no muera
T: si
A: ¿te gustaría escuchar "symphony nº 9"?
T: ¿qué es eso?
A: es una composición que hizo Beethoven.
T: ¿y quién se supone que es Beethoven? Abuelo
A: fue uno de los grandes músicos de la historia, tocaba el piano y componía canciones majestuosamente bellas como no tienes idea.
T: ¿y tú sabes tocar esa canción que me dijiste?
A: si, y a mi me gusta y mucho, quisiera que tú también la escucharas
T: esta bien, además suena interesante
A: si
Suavemente las teclas comenzaron a sonar y a escucharse por el ambiente colmándolo de paz y de tranquilidad. Tomoyo se dejó llevar por la canción y entrecerró los ojos para poder disfrutarla mejor. Desde ese día se había convertido en su canción favorita.
Mientras la música seguía sonando, Tomoyo comenzó a idearse en la cabeza una canción que pudiera ir acompañada de aquella melodía, de ese modo volvería a escuchar el sonido de aquella canción y a la vez complacería a su abuelo de poder cantarle.
Pero la música era tan hermosa que no la dejaba concentrarse, haciendo que se olvidara por completo de componer aquella canción...
Cuando su abuelo culminó de tocar aquella melodía, Tomoyo abrió lentamente los ojos...
--Fin flash back--
Justo en ese instante, Casster terminó de tocar la sinfonía y Tomoyo abrió lentamente los ojos, se sentía tranquila y en paz, y a la vez llena de una energía inexplicable, después de todo, había vuelto a escuchar su canción favorita después de tanto tiempo, después de que su abuelo falleciera, esa melodía había vuelto a ser escuchada por una de sus grandes admiradoras.
Tomoyo se quedó mirando fijamente el piano de color marfil, hasta ahora no se había dado cuenta de lo parecido que tenía con el piano que su abuelo tocaba y también lo casual que tenía que Casster tocará su música favorita.
Casster simplemente la miraba fijamente su sola compañía la reconfortaba y no había necesidad de hablarle, además de que todo estaba tranquilo y no quería romper el ambiente por el que estaban rodeados.
T: ¿dónde aprendiste a tocar esa canción?
C: me la enseño un viejo amigo de mi abuelo
T: ¿y cómo conseguiste el piano?
C: me lo regalo mi padre
C: ¿por qué lo preguntas?
T: esa canción, symphony nº 9 es mi favorita y este piano se parece al que tenía mi abuelo cuando era pequeña
C: no sabía que era tú favorita, entonces me alegro de haberla tocado
T: yo también, tenía tiempo, mucho en realidad, desde la muerte de mi abuelo que no la escuchaba. Siempre, en primavera, cuando iba con él a Francia le pedía que me tocará esa canción y yo siempre lo acompañaba cantando.
C: hubieses cantado, a mi no me hubiese molestado en lo absoluto
T: a mi tampoco me hubiese molestado cantarla, pero es que no recuerdo la letra no se porque
C: esta bien, seguramente eras muy pequeña cuando eso y por eso no recuerdas
T: si, lo más seguro.
C: dime, ¿te gustaría que volviera a tocarla? Y así tratas de recordar la letra con la que la acompañabas
T: esta bien
Las teclas volvieron a sonar dulcemente y Tomoyo volvió a sumergirse en su pasado, esta vez recordando la última vez que la escucho sonar por parte de su abuelo, minutos antes de su muerte...
Toda la tarde corrió allí, mientras Tomoyo escuchaba la melodía...
Tomoyo regresaba a su casa feliz y relajada por la tarde que tuvo, tal vez solo escucho una melodía que para muchos no significa nada pero para ella significa mucho.
Entró y se encontró que Harry tenía visitas en la sala, así que para no molestar subió directamente a la habitación para tomar un baño y cambiarse antes de ir a cenar.
En la sala
H: no me gusta para nada que Tomoyo este con esos dos tipos
¿?: aléjala de ellos, sabes el peligro que ellos representan, además no sabemos si están con ella por ese motivo
H: lo se y eso es lo que más miedo me da
¿?: entonces sepárala de ellos y ya esta
H: no puedo
¿?: ¿por qué?
H: ellos son muy importantes para Tomoyo, me pude dar cuenta de ello, sobre todo aquel de cabello negro azulado
¿?: ¿qué me dices del de cabello platino?
H: también lo es, pero no creo que signifique tanto como el otro para Tomoyo
¿?: ¿por qué tan seguro?
H: de eso me di cuenta del día en que nos encontramos con el de cabello negro azulado, lo miraba de forma distinta, hasta sus ojos brillaron. Mientras que el de cabello platino lo miraba más de forma amistosa, tal vez como un hermano
¿?: ¿cómo es que sabes que Tomoyo miraba al de cabellos platinos como un hermano si ni siquiera lo has visto de cerca a los dos juntos?
H: los vi la otra noche cuando regresaban
¿?: ahora si te explicas mejor.
H: entonces ya comprendes porque se me haría difícil separarla de ellos
¿?: claro que sí, yo estaría en una situación como esta igual que tú. Pero, te recuerdo Harry que no sabemos el propósito de esos dos, así que tampoco sabemos de que lado están
H: lo se, lo se...
¿?: piénsalo Harry, sólo ese pequeño consejo te doy amigo mío, piénsalo y respóndete lo más pronto posible antes de que te estés arrepintiendo de no haber actuado con anticipación
H: si...
¿?: entonces me voy, y te repito, piénsalo.
Aquel hombre se marcho de la casa de Harry. Harry fue a ver si la cena estaba lista y también si Tomoyo había llegado, para su sorpresa, Tomoyo venía bajando las escaleras con un vestido color verde pálido que la hacía ver muy bien.
H: ¿cuándo llegaste? Ni siquiera te sentí
T: llegue hace un rato, y no me sentiste porque tenías visitas y me pareció que era importante así que no quise molestarte.
H: esta bien. Por cierto, la cena esta lista
T: si
Se dirigieron al comedor y se sentaron a platicar mientras cenaban
H: ¿cómo te fue?
T: muy bien, fue un día maravilloso
H: ¿qué hicieron para que des esa opinión prima?
T: Casster me llevó hasta una antigua mansión que se encontraba en ruinas. En un principio me dio miedo pero él me tomó la mano y me llevó hasta donde se suponía que estaría la sala y en medio de todas las ruinas se encontraba un piano en perfectas condiciones, se parecía mucho al que tenía el abuelo.
H: ¿en serio?
T: si, era hasta del mismo color, marfil, y sonaba muy bien. Nos sentamos en la butaca y el comenzó a tocar mi canción favorita, la que el abuelo me tocaba de pequeña.
H: ¿te refieres a symphony nº 9 no es así?
T: si, la misma
H: a mi también me gustaba pero no tanto como a ti Tomoyo, tú eras una aficionada con esa canción, yo siempre que podía ir a la casa de campo del abuelo los encontraba a los dos en el hall tocando esa canción, también recuerdo que tú a veces cantabas
T: jijiji así es primo, recuerdo que solo te quedabas allí por unos momentos a escucharla y luego te ibas a correr al patio o a la biblioteca a leer
H: encontraba los libros más fascinantes que la música
T: siempre te gustó la literatura Harry
H: si, siempre me gustó leer esas historias de Shakespeare
T: lo recuerdo perfectamente, eran tus libros favoritos, el abuelo, siempre hacía lo posible por conseguirte más libros de él
H: sí, y siempre que iba hallaba uno nuevo
T: y siempre te ponías muy feliz y te ponías a saltar por toda la casa
H: y tú siempre me gritabas para que dejara de hacer esas cosas porque querías escuchar la melodía
T: y siempre me gritabas porque decías que el libro era más importante que una estúpida música
H: y siempre me gritabas que la música era mucho más importante que esas estúpidas historias escritas por ese estúpido hombre
T: jajajajaja, cierto, siempre estábamos a punto de agarrarnos a golpes y siempre llegaba el abuelo a separarnos
H: y cada vez que él llegaba nos decía que si nos portábamos bien nos llevaría al día siguiente a montar caballos por la pradera
T: y como siempre lo cumplía
H: siempre y cuando nosotros le cumpliéramos a él
T: en eso tienes razón
H: ¿recuerdas la vez en que no le hicimos caso y seguimos gritándonos y hasta nos pegamos como nos recompensó el abuelo al otro día?
T: como olvidarlo, de que nos llevo hasta el establo nos llevo, pero no precisamente para cabalgar sino para limpiar toda la suciedad de los caballos
H: jajjajaja, ese día los dos estábamos que nos moríamos, nuestra ropa para cabalgar se vio totalmente arruinada y sudamos hasta decir basta
T: si... el abuelo sabía muy bien lo que hacía, creo que desde ese día no volvimos a repetirlo
H: si...
Volvieron a hacer silencio y continuaron cenando pero con una gran sonrisa en la boca los dos. Ambos se fueron a dormir y antes de que cada uno entrara en su habitación, se dieron un abrazo y se acercaron hasta la ventana a observar la luna, como recordando las noches en que su abuelo les regañaba por cualquier niñería y ellos siempre se sentían mal por hacer enfadar a la mejor persona del mundo y tristemente se tomaban de las manos y salían de la casa por la noche hacia el gran jardín de la casa a ver la luna...
Luego de un rato de mirar la luna y de recordar esos gratos momentos cada uno se retiró de su habitación...
Tomoyo encendió una vela para poder cambiarse, colocándose esta vez un vestido color durazno que le recordaba un poco el color de piel de su abuelo. Suave y limpia...
Antes de acostarse de asomó por una última vez en la ventana esa noche para contemplar la luna y se acostó a dormir. Pensó que lo más seguro era que Eriol no apareciera esa noche ya que tenía que buscar al elegido...
Harry aun se estaba cambiando, cuando volteó hacia la ventana que daba vista hacia la luna. Se quedó por un momento viéndola, hasta que le pareció ver una sombra que pasaba por su ventana, se apresuró en llegar hasta la ventana y la abrió apresuradamente.
Rápidamente distinguió de quien era aquella sombra por sus cabellos que destello gracias a la luz de la luna...
H: y yo que pensé que me tomaría esta noche de descanso...
Se cambió rápidamente y salió de la casa sigilosamente para encontrarse en frente de su casa a alguien más que lo esperaba y quien había hecho la señal de trabajar...
Hola de nuevo a todos, gracias por aquellos que lo han estado leyendo y también por todos aquellos que me han dejado rewievs, se los agradezco inmensamente
Espero que este cap. les haya gustado porque la verdad a mi me gusto mucho, me trajo muchos recuerdos bonitos de mi vida y la canción que coloque como favorita de Tomoyo, puedo decir que es mi favorita por parte de Beethoven, también me gustan las travista y pathetic symphony pero bueno, esa es la que mas me encanta.
Ahora me despido porque sino no me voy nunca.
Chao y nos vemos en la próxima...
