Hola a todos los que estan leyendo este fanfic. Espero les esté gustando.
Antes que nada quiero agradecer a quienes me mandaron reviews, y mandarle
un saludo muy especial a mis amigas, Melwen of Eärendil y Silver Card.
También quiero decirles, a quienes sean fanáticos del Señor de los Anillos, que lean un fanfic de Silver Card llamado Encuentra el Destino (R).
Un saludo muy especial a Shiuling, Sokar de Ackeron, y un besote a GinnyPotterWeasley, Angelyanu, Hada de las Moritas
Bueno, sin más preámbulos, aquí está el capítulo 3
Capítulo 3
Hermione y Harry se miraron confundidos, ninguno de los dos podía creer lo que acababa de suceder. Ambos habían estado deseando ese beso desde hace bastante tiempo. Quizas desde su aventura por salvar a Buckbeak, el hipogrifo que viajó junto a Sirius Black cuando todo el mundo mágico lo creía culpable de la muerte de Peter Pettigrew.
Harry fue el encargado de romper el selincio, aún estaba algo aturdido, pero no tanto como la mujer que había frente a él. Ella simplemente parecía estar en otro mundo, un mundo en el que solo existían ella y él.
- Herm...lo siento...yo... - No sabía que decir en ese momento.
Se había enfrentado miles de veces con Voldemort, el más temible de todos los magos, incluso había ayudado a derrotarlo y ahora ¿se quedaba sin habla?, ¿era posible creer que toda su valentía se había ido a pique sólo por un beso?
- Harry... - Lágrimas empezaron a zurcar el hermoso rostro de la castaña.
- No digas nada Herm, yo no debí ser tan impul - El joven fue callado por uno suave beso en la mejilla.
- No digas eso - Dijo Herm entre lágrimas - esto no ha sido un error, al menos no para mi. - Dicho esto, bajó la cabeza intentando ocultar sus ojos de aquellas esmeraldas que tenía frente a ella.
- Herm...- ´¿me traicionan mis oídos?´ pensó Harry, su cabeza era un mar de emociones y sentimientos encontrados. - Esto...yo...he deseado esto desde hace mucho, es solo que no cría que tu también sentías algo por mi.
Dicho esto, volvieron a abrazarse y se dirigieron al carro de Hermione, sin saber que unos horribles ojos saltones los observaban.
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- Ron!!! - Gritó enérgicamente una joven castaña mientrasse acercaba jalando a un joven de cabello negro algo rebelde.
- Hermione, Harry!! - Les saludaba alegremente el joven pelirrojo.
Al estar frente a frente, ambos muchachos se abrazaron, fue un reencuentro bastante emotivo, y todo esto era observado muy de cerca sin que el trío doradode Hogwarts lo notara (N/A: no puedo decirles aún quien es el que los observa, pero no es Voldemort, él está bieennn muerto, a lo mejor se volvió bueno, porque como dicen que hierba mala nunca muere...).
- Será mejor que entremos y conversemos mientras disfrutamos una deliciosa cerveza de mantequilla, como en los viejos tiempos. - Les invitó Ron mientras les guiaba a una pequeña cafetería, que por alguna extraña razón, era idéntica a las "Tres Escobas" (N/A: para quienes no recuerden, las Tres Escobas es el pub de Hogsmeade donde los tres amigos solían ir después de cada visita al pueblo mágico).
- Que raro, casi podría jurar que estoy en Hogsmeade - Atinóa decir el joven Potter bastante asombrado.
- Aún no has visto nada, Harry, vamos a la barra - Decía un sonriente Ron.
Cuando estuvieron en la barra, a Harry casi le da un infarto, era la señora Rosmerta, o al menos alguien igual a ella. La mujer que tenía frente a él se diferenciaba de la sra. Rosmerta por tener el cabello extremadamente lacio y por ser un poco más joven.
- Harry, ella es Rose Ann, la hermana menor de la sra. Rosmerta - Dijo el pelirrojo aguantando la risa al ver la expresión de su amigo.
- Hola chicos, ¿qué les sirvo? - Indagó Rose Ann con una dulce sonrisa en lo labios.
- Tres cervezas de mantequilla y pastel de calabaza, por favor - Pidió Ron con mucha dulzura en la voz.
- No se si ya te diste cuenta, pero a Ron parece gustarle Rose Ann, al igual que le gustaba la sra. Rosmerta cuando estábamos en Hogwarts.- Le comentó Hermione entre susurros.
Después fueron a sentarse en una mesa oculta por unas cuantas plantas, esta vez Hermione y Harry se sentaron muy juntos, cosa que Ron miró con recelo, para luego preguntar:
- Harry, ¿cómo va todo en tu vida? hace mucho que no nos veíamos - Comentó el joven Weasley con doble intensión.
- Eh... pues, todo igual, Sirius está en Escocia y yo decidí venir a verlos, la verdad los extrañaba muchísimo. - Dijo Harry intentando sonar convincente (N/A: N.P.I. de como regresó Sirius)
- ¿Seguro que no hay nada más que contarme? - Volvió a indagar el joven de ojos azúles.
Hermione miró a Harry, luego a Ron, y finalmente bajó la cabeza para esconder el leve rubor que había aparecido en sus delicadas mejillas. Ron, al notar el gesto de su amiga, decidió dejar el tema para después.
- Pero cuéntame, ¿en qué estás trabajando?, no creo que durante todo este tiempo te hayas dedicado a cuidar la casa y a cocinarle a Sirius - Interrogó Ronald con un tono de voz bastante cómico.
- La verdad es que no, hace cuatro años que trabajo en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional del ministerio de magia británico y hago parte de la Confederación Internacional de Magos. De hecho, he tenido bastante contacto con tu padre, pero no te enojes con él. Cuando comencé a desempeñarme en el departamento, Sirius le pidió a tu padre que me permitiera trabajar desde Escocia y que mantuviera en completa reserva mi vínculo con el ministerio.
- Pero...¿por qué tanto empeño en esconderte? ya no hay peligro para ti, quien-tu-sabes fue derrotado hace seis años. - Dijo después de su largo silencio la joven Granger.
- Eso es una larga historia, por ahora no puedo decirles nada, prometo que cuando sea el momento adecuado, les contaré todo. - Dijo Harry evadiendo la mirada de sus amigos. - Bueno, pero ahora quisiera saber de ti, Ron, ya se que Herm y Ginny trabajan en el profeta, y tu padre me comentó que te habías hecho auror, ¿cómo te ha ido conteniendo a los mortífagos que todavía andan sueltos?
- Pues...tu debes saber bien como es este trabajo, siempre persiguiendo a esos desgraciados, pero bien, por lo menos me pagan bien y estoy cumpliendo mi sueño, recuerda que desde que estábamos en Hogwarts he querido ser auror. - Le contó el pelirrojo bastante animado.
- Bueno, será mejor que nos vayamos, Harry y yo tenemos algunas cosas que hacer. - Dijo Hermione cortésmente mientras se levantaba de su silla.
Los tres jóvenes pagaron la cuenta y se dirigieron a la salida. A un paso de la puerta, Harry se detuvo abruptamente. Tenía el semblante pálido, un sudor frío recorría su frente y lo invadió la terrible sensación de no poder moverse un solo centímetro.
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N.P.I. quiere decir ´ni puta idea´, perdón por lo grasera, pero así soy yo. Bueno, hasta aquí lo dejo, disculpen si me demoro, pero estas vacaciones he estado muy ocupada, culpa de mi papá y de sus ganas de hacerme más responsable. Antes que nada, quiero darle las gracias Melwen of Eärendil, por su gran ayuda en el proceso creativo de este capítulo y a Silver Card por sus valiosos consejos. Espero les haya gustado, se que por ahora está muy rosa, pero en un futuro planeo volverlo más oscuro, no se preocupen.
Besos Galadriel Malfoy.
También quiero decirles, a quienes sean fanáticos del Señor de los Anillos, que lean un fanfic de Silver Card llamado Encuentra el Destino (R).
Un saludo muy especial a Shiuling, Sokar de Ackeron, y un besote a GinnyPotterWeasley, Angelyanu, Hada de las Moritas
Bueno, sin más preámbulos, aquí está el capítulo 3
Capítulo 3
Hermione y Harry se miraron confundidos, ninguno de los dos podía creer lo que acababa de suceder. Ambos habían estado deseando ese beso desde hace bastante tiempo. Quizas desde su aventura por salvar a Buckbeak, el hipogrifo que viajó junto a Sirius Black cuando todo el mundo mágico lo creía culpable de la muerte de Peter Pettigrew.
Harry fue el encargado de romper el selincio, aún estaba algo aturdido, pero no tanto como la mujer que había frente a él. Ella simplemente parecía estar en otro mundo, un mundo en el que solo existían ella y él.
- Herm...lo siento...yo... - No sabía que decir en ese momento.
Se había enfrentado miles de veces con Voldemort, el más temible de todos los magos, incluso había ayudado a derrotarlo y ahora ¿se quedaba sin habla?, ¿era posible creer que toda su valentía se había ido a pique sólo por un beso?
- Harry... - Lágrimas empezaron a zurcar el hermoso rostro de la castaña.
- No digas nada Herm, yo no debí ser tan impul - El joven fue callado por uno suave beso en la mejilla.
- No digas eso - Dijo Herm entre lágrimas - esto no ha sido un error, al menos no para mi. - Dicho esto, bajó la cabeza intentando ocultar sus ojos de aquellas esmeraldas que tenía frente a ella.
- Herm...- ´¿me traicionan mis oídos?´ pensó Harry, su cabeza era un mar de emociones y sentimientos encontrados. - Esto...yo...he deseado esto desde hace mucho, es solo que no cría que tu también sentías algo por mi.
Dicho esto, volvieron a abrazarse y se dirigieron al carro de Hermione, sin saber que unos horribles ojos saltones los observaban.
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- Ron!!! - Gritó enérgicamente una joven castaña mientrasse acercaba jalando a un joven de cabello negro algo rebelde.
- Hermione, Harry!! - Les saludaba alegremente el joven pelirrojo.
Al estar frente a frente, ambos muchachos se abrazaron, fue un reencuentro bastante emotivo, y todo esto era observado muy de cerca sin que el trío doradode Hogwarts lo notara (N/A: no puedo decirles aún quien es el que los observa, pero no es Voldemort, él está bieennn muerto, a lo mejor se volvió bueno, porque como dicen que hierba mala nunca muere...).
- Será mejor que entremos y conversemos mientras disfrutamos una deliciosa cerveza de mantequilla, como en los viejos tiempos. - Les invitó Ron mientras les guiaba a una pequeña cafetería, que por alguna extraña razón, era idéntica a las "Tres Escobas" (N/A: para quienes no recuerden, las Tres Escobas es el pub de Hogsmeade donde los tres amigos solían ir después de cada visita al pueblo mágico).
- Que raro, casi podría jurar que estoy en Hogsmeade - Atinóa decir el joven Potter bastante asombrado.
- Aún no has visto nada, Harry, vamos a la barra - Decía un sonriente Ron.
Cuando estuvieron en la barra, a Harry casi le da un infarto, era la señora Rosmerta, o al menos alguien igual a ella. La mujer que tenía frente a él se diferenciaba de la sra. Rosmerta por tener el cabello extremadamente lacio y por ser un poco más joven.
- Harry, ella es Rose Ann, la hermana menor de la sra. Rosmerta - Dijo el pelirrojo aguantando la risa al ver la expresión de su amigo.
- Hola chicos, ¿qué les sirvo? - Indagó Rose Ann con una dulce sonrisa en lo labios.
- Tres cervezas de mantequilla y pastel de calabaza, por favor - Pidió Ron con mucha dulzura en la voz.
- No se si ya te diste cuenta, pero a Ron parece gustarle Rose Ann, al igual que le gustaba la sra. Rosmerta cuando estábamos en Hogwarts.- Le comentó Hermione entre susurros.
Después fueron a sentarse en una mesa oculta por unas cuantas plantas, esta vez Hermione y Harry se sentaron muy juntos, cosa que Ron miró con recelo, para luego preguntar:
- Harry, ¿cómo va todo en tu vida? hace mucho que no nos veíamos - Comentó el joven Weasley con doble intensión.
- Eh... pues, todo igual, Sirius está en Escocia y yo decidí venir a verlos, la verdad los extrañaba muchísimo. - Dijo Harry intentando sonar convincente (N/A: N.P.I. de como regresó Sirius)
- ¿Seguro que no hay nada más que contarme? - Volvió a indagar el joven de ojos azúles.
Hermione miró a Harry, luego a Ron, y finalmente bajó la cabeza para esconder el leve rubor que había aparecido en sus delicadas mejillas. Ron, al notar el gesto de su amiga, decidió dejar el tema para después.
- Pero cuéntame, ¿en qué estás trabajando?, no creo que durante todo este tiempo te hayas dedicado a cuidar la casa y a cocinarle a Sirius - Interrogó Ronald con un tono de voz bastante cómico.
- La verdad es que no, hace cuatro años que trabajo en el Departamento de Cooperación Mágica Internacional del ministerio de magia británico y hago parte de la Confederación Internacional de Magos. De hecho, he tenido bastante contacto con tu padre, pero no te enojes con él. Cuando comencé a desempeñarme en el departamento, Sirius le pidió a tu padre que me permitiera trabajar desde Escocia y que mantuviera en completa reserva mi vínculo con el ministerio.
- Pero...¿por qué tanto empeño en esconderte? ya no hay peligro para ti, quien-tu-sabes fue derrotado hace seis años. - Dijo después de su largo silencio la joven Granger.
- Eso es una larga historia, por ahora no puedo decirles nada, prometo que cuando sea el momento adecuado, les contaré todo. - Dijo Harry evadiendo la mirada de sus amigos. - Bueno, pero ahora quisiera saber de ti, Ron, ya se que Herm y Ginny trabajan en el profeta, y tu padre me comentó que te habías hecho auror, ¿cómo te ha ido conteniendo a los mortífagos que todavía andan sueltos?
- Pues...tu debes saber bien como es este trabajo, siempre persiguiendo a esos desgraciados, pero bien, por lo menos me pagan bien y estoy cumpliendo mi sueño, recuerda que desde que estábamos en Hogwarts he querido ser auror. - Le contó el pelirrojo bastante animado.
- Bueno, será mejor que nos vayamos, Harry y yo tenemos algunas cosas que hacer. - Dijo Hermione cortésmente mientras se levantaba de su silla.
Los tres jóvenes pagaron la cuenta y se dirigieron a la salida. A un paso de la puerta, Harry se detuvo abruptamente. Tenía el semblante pálido, un sudor frío recorría su frente y lo invadió la terrible sensación de no poder moverse un solo centímetro.
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N.P.I. quiere decir ´ni puta idea´, perdón por lo grasera, pero así soy yo. Bueno, hasta aquí lo dejo, disculpen si me demoro, pero estas vacaciones he estado muy ocupada, culpa de mi papá y de sus ganas de hacerme más responsable. Antes que nada, quiero darle las gracias Melwen of Eärendil, por su gran ayuda en el proceso creativo de este capítulo y a Silver Card por sus valiosos consejos. Espero les haya gustado, se que por ahora está muy rosa, pero en un futuro planeo volverlo más oscuro, no se preocupen.
Besos Galadriel Malfoy.