Hola a todos, lamento muchísimo la demora para actualizar este fanfic, pero es que he estado experimentando una serie de bloqueos mentales que no me habían permitido acabarlo. Espero que disfruten este capítulo, ya que sufrí bastante escribiéndolo (no quiere decir que el cap sea angustioso, solo fue medio tortuoso de escribir).

Antes de comnezar quisiera saludar a quienes me han enviado sus reviews:

Kei-kugodgy: Se que el fic no es el mejor, pero espero que a partir de ahora, la historia vaya mejorando. Espero que sigas leyendo y me mandes reviews, recuerda que puedes opinar y aportar ideas, es que me dan crisis creativas muy seguido.

Silver Card: Hola pela', de verdad me alegra que te esté gustando la historia, ya sabes que tu y Aless son mis mejores críticas, además de mis mejores amigas. Espero que disfrutes lo que está por venir en la historia, ya sabes que todo cambia y ni yo misma sé donde irá a parar esta historia (ojalá que el E.M.M.E.D. me sirva de algo al escribir esta vaina, jajajajaja, si claro, como si yo la usara de a mucho ).

Melwen of Eärendil: Háblate hey, gracias por ser mi lectora # 1, y por apoyarme con esta idea. La verdad es que sin tí y Aleja esta historia ya se habría ido a la mierda, tu sabes que cuando yo me desespero lo dejo todo tirado. Me alegra mucho que disfrutes leyendo mi ff, y espero que los próximos capítulos también te gusten. Ah, gracias por decir que tengo ideas inteligentes, un halago de vez en cuando me hace mucho bien (y como le dije a Aleja, ojalá que el E.M.M.E.D., que aún no logro entender, me sirva de algo. Sabes que sería una de las cosas que haría supremamente feliz a Lucía ¬¬).

Kimmy-Angy: Por lo que me dices logré mi objetivo con las ratas, hacer la escena un poco repulsiva. Créeme, a mi también me gustaría estar en Harrylandia, aunque preferiría ir a Orlilandia (una tierra donde solo estamos Orlando Bloom y yo, y somos los seres más felíces, ). Lo de Ron con Voldemort lo ouse porque tu sabes que la gente suele ser paranóica y si ya regresó una vez... uno nunca sabe. Espero que sigas leyendo el ff. De verdad me hiciste reír con tu review.Un beso.

Harry Putto: Hola, me alegra que te guste mi ff, espero poder leer tu historia pronto, cuando me logre quitar de encima unos cuantos asuntillos por resolver. Espero que sigas leyendo. Un besote.

Ahora si, aquí va el capi:

Capítulo 5

Srta. Hermione Granger:

Usted ha sido invitada a participar del gran baile que se celebrará con motivo de los 20 años que lleva el Profesor Albus Dumbledore como director del Colegio Hogwarts de magia y hechicería. El baile se realizará el próximo 29 de Noviembre.

Se le permitirá llevar un acompañante, siempre y cuando dicha persona tenga pleno conocimiento del mundo mágico.

Cabe decir que para asistir, debe presentarse elegantemente vestida o le será imposible tener acceso al evento.

Atentemente

Prof. Minerva McGonagall

Eran las 5:00 p.m. de un caluroso día de Julio. Hermine Granger y Harry Potter se encontraban en el callejón Diagon.

- Harry ven, entremos a esa tienda, parece que hay túnicas muy elegantes allí - Decía la joven mientras halaba a su apuesto acompañante.

- Ok, ok, pero todavía no entiendo por qué te complicas tanto para encontrar una túnica. Sin importar cuál te pongas, tu siempre te verás hermosa - Harry.

- Gracias mi vida, pero siendo la novia del ''Gran'' Harry Potter no puedo darme el lujo de ir mal vestida - Dicho esto, le sonrió y luego lo besó.

- Bueno, esta bien, vamos - Decía el joven con resignación - pero esta noche espero mi recompensa.

- Claro, eso no lo dudes.

Finalmente, después de convencer a su novio, Hermione se estaba probando varias túnicas. Luego de medirse varias de ellas y quedar insatisfecha, se puso una hermosa túnica de terciopelo rojo. Tenía un escote bastante pronunciado en la espalda, los hombros al descubierto y se ajustaba a la delicada figura de su portadora. Hermine estaba encantada con aquel atuendo, al punto que, después de medirse aproximadamente unas 20 túnicas, se decidió por fin a dejarse ver por el niño que vivió.

Harry, por su parte, estaba más aburrido que un hongo, y para colmo de males, SU novia no había querido mostrarle nada de lo que se había probado. Estaba a punto de quedarse dormido a los pies de un maniquí, cuando, después de 3 horas de espera, Hermione se decidió a salir del vestier. Al verla, Harry olvidó toda su desesperación, pasando de lucir extremadamente aburrido a verse como el idiota más enamorado del mundo.

- ¿Y bien?, ¿qué te parece?... Harry, tierra llamando a Harry - Hermione chasqueó sus dedos, logrando que el joven de ojos verdes volviera a la realidad.

- Eh...este...creo que nos llevamos esa.

- Ok, pero ahora tengo que encontrar los accesorios adecuados. Ah, y tenemos que buscar tu túnica, vas a ser el hombre más guapo de toda la fiesta.

- ¡Qué! ¿todavía no hemos terminado? (N/A: imaginen la cara de Harry al oir la noticia, hombre al fin y al cabo).

- Amor, apenas empezamos - Le informó la castaña a Harry, que estaba a punto de salir corriendo.

- Por fin estamos en casa, ya no aguantaba medirme una sola túnica más - Decía el niño que vivió.

- ¡No lo puedo creer Harry James Potter!, tú que lograste vencer al señor tenebroso ¿te sientes abatido por una corta salida de compras? - Su tono de incredulidad arrancó una sonrisa cansada de los suaves labios del joven.

- No fue una corta salida de compras, casi compramos el callejón Diagon completo, y pensar que lo único que necesitábamos era un mísero par de túnicas. Definitivamente, salir de compras con una mujer puede llegar a ser una tortura mayor que sentir la maldición cruciatus recorrer tu cuerpo.

- Ok, lo admito, exageré un poco, pero lo hice porque quiero que te sientas orgulloso de que sea yo quien vaya de tu brazo.

- No necesitas nada de lo que compraste para eso, sólo con saber que me amas es suficiente. Pero, ahora, estoy esperando mi recompensa - Dijo el joven con una mirada pícara.

- Ah si, tu recompensa - Dicho esto, Hermione se acercó a él con movimientos felinos. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, atrapó su labio inferir con su boca y lo mordisqueó apasionadamente. Harry la tomó por la cintura sentándola en sus piernas.

- Bueno, entonces, que quieres ¿qué cocine como premio a tu paciencia? - Dijo la joven cuando separó su boca de la de su novio (N/A: jajajajaja, mal pensados).

- Ummm, que te parece...arroz de mantequilla, puré gratinado con queso parmesano y....pollo a la king (N/A: ya me dio hambre, invítenme a mi, yo lavo los platos).

- Ok, entonces, voy a la cocina. No te vayas, ¿ok?

Los días pasaron rápidamente. Harry y Hermione casi ni notaron el paso del tiempo.

Ya era el día del baile y la joven de cabello castaño no podía evitar sentir sus nervios de punta. El joven, por su parte, estaba como si nada.

- ¡Harry! arréglate o llegaremos tarde.

- ¿Tarde?, pero si todavía falta una hora para tomar el traslador que nos llevará a Hogsmeade.

- Si, pero es mejor llegar temprano. Bueno, se sincero, ¿cómo luzco?

Hermione llevaba su hermosa túnica roja con aquel pronunciado escote en la espalda y los hombros descubiertos. Su cintura se veía aún más estrecha de lo ya era, gracias a lo ajustado que era el vestido. En el cuello tenía una delicada gargantilla de plata con brillante y unos aretes a juego. Su maquillaje era suave y resaltaba sus bellos ojos, en fin, parecía una diosa.

- Wow, estás increíble, serás la mujer más bella en todo el lugar.

Ella solo se limitó a sonreír y luego se dispuso a ayudar al niño que vivió a terminar de arreglarse. El llevaba una túnica negra, bastante sencilla, pero elegante. Esta se ajustaba a su varonil torso, pero no demasiado. Traía el cabello despeinado, como siempre, pero se veía sumamente apuesto.

Hermione estaba embelezada observando lo guapo que lucía el amor de su vida, pero algo la sacó de sus cavilaciones. Harry le había recordado que llegarían tarde, así que ambos tomaron sus abrigos y se fueron a su traslador

Hogwarts parecía rodeado de una magia muy especial (N/A: ¬¬ obvio, Hogwarts es un colegio de magia, ¡ay Dios! ayúdame pero no me multipliques). El estar en los botes camino al colegio como la primera vez. Sentían esa curiosidad y la misma emoción que los embargó cuando apenas tenían 11 años. Era maravilloso volver a aquel lugar donde conocieron a las personas más importantes de sus vidas, a esas personas con las que compartieron las aventuras más increíbles y por las cuales rompieron miles de reglas sin importarles poner en riesgo sus propias vidas. De nuevo estaban en la escuela donde aprendieron a usar su magia, a ser cada día mejores seres humanos, pero sobretodo, donde aprendieron a vivr.

Millones de recuerdos de travesuras pasadas se reproducían en sus mentes como si el tiempo jamás hubiera pasado. Recordaron cuando se vieron por primera vez en el expreso de Hogwasrts, cuando encontraron aquel horrendo troll en el baño de mujeres, cuando frustraron una y otra vez los intentos de Voldemort y sus sirvientes por destruír la paz del mundo mágico. Se sentían en casa.

Estruendosamente algo los sacó de sus pensamientos, los botes habían llegado al otro lado del lago. Harry tomó la mano de su novia y la guió a la entrada del castillo con su corazón aún inundado por aquel sentimiento de bienstar que le producía el estar de vuelta en Hogwarts. Las magestuosas puertas de la imponente fortaleza estaban abiertasde par en par, permitiendo el fácil acceso a su interior.

El castillo se encontraba abarrotado de gente, sin embargo, de entre la multitud, pudieron reconocer un numeroso grupo de cabezas con cabellos del color del fuego. Con una enoreme sonrisa se dirigieron hacia ellos, hacía bastante tiempo que no veían a la familia Weasley reunida (N/A: ya saben, por eso de que Bill trabaja con Gringotts en Egipto y que Charlie estudia dragones en Rumania, o donde sea que haya alguno de estos especímenes).

- ¡Harry, cariño! - Soltó con emoción una rolliza mujer de cabellos rojos.

- Señora Weasley, que gusto ve - Su frase fue interrumpida por el maternal abrazo de la Sra. Weasley.

- Harry - Saludó el padre de Ron con su habitual amabilidad.

- Sr. Weasley - Ambos hambres se dieron la mano y posteriormente se abrazaron.

- ¡Prieten! (N/A: eso quiere decir amigo en rumano y ya se imaginarán quien lo dijo).

- ¡Charlie, tiempo sin verte! - Dicho esto, se dieron un apretón de manos y se palmearon la espalda en un gesto amistoso.

Después de saludarse (N/A: para no alargar el cuento), ingresaron al Gran Comedor y se sentaron a cenar. Cada quien ordenó el plato de su preferencia, y luego de 10 minutos de espera, todos comían mientras charlaban animadamente.

Bueno, hasta aquí dejo el capítulo 5, prometo no ausentarme por tanto tiempo la próxima vez.

En el siguiente capítulo...

- ¡Harry! - El joven sintió como lo abrazaban por la espalda.

- Ah, eres tú - Dijo con aire desepcionado el ojiverde.

- Y ¿a quién esperabas?¿a la madre Teresa? - Soltó con malicia la joven.

Ok, ya les dije mucho, si quieren saber quien es la chica lean el siguiente capítulo, aún no tiene título.

Les mando un besote y por favor, dejen reviews

Galadriel Malfoy