Capítulo 2 El monólogo de Natalia
4 meses antes...
- ¿Por qué estoy siguiéndolo?
No, no, no claro que no, no estoy siguiéndolo.
Que el chico vaya por el mismo camino que voy yo es sólo una feliz coincidencia, de ninguna manera estoy siguiéndolo.
Claro que si de pronto él cambiara de rumbo, seguramente yo lo seguiría...
No, no, no, Natalia, no puedes ir por ahí acechando a extraños, si el chico se diera cuenta le avisaría a la policía.
Pero es tan apuesto....siento que lo conozco, y si no, me gustaría mucho conocerlo.
Se ve algo triste, ¿en que estará pensando?
Seguramente en que hay una maniática detrás de él que lo viene siguiendo desde que salió de su colegio
Bueno al menos se en que escuela va... ¡es tan apuesto!
¿Sabrá que vengo detrás de él? No lo creo se ve muy pensativo.
Es muy extraño, yo regreso a mi casa siempre por aquí y nunca lo había visto.
¿Y si es un asesino disfrazado de estudiante y planea matarme en cuanto lleguemos a un lugar solitario? No, no lo creo, es demasiado apuesto para ser un asesino... y de todas formas si así lo fuera seria un placer morir en sus brazos.
¿Pero qué estoy diciendo? Mejor será pensar en otra cosa...
No creo que sea de por aquí tal vez va a visitar a alguien, porque si viviera por aquí yo sabría algo de él, alguien tan guapo no puede pasar desapercibido.
¡Diablos!!! Otra vez estoy pensando en ese chico... es que siento que lo conozco o lo he visto en algún lugar.
Uhmm ya vamos a llegar al camino que lleva a mi casa, tal vez va más lejos que yo... pero más allá de este camino sólo hay bosques.
No creo que vaya a seguir por mi camino, más allá de él sólo vive gente adinerada, si fuera hacia allá vendría con un chofer en una lujosa limosina... aunque yo vivo allá y no me lleva un chofer, ¡mamá es tan injusta!!!... odio su argumento de "Natalia debes caminar para ejercitarte un poco" sólo lo dice para molestarme, además no estoy tan gorda...
Si no se dispersa aquí significa que va a tomar mi mismo camino... ¿ehhh? No lo hizo, ¡que extraño! ¿Hacia donde se dirigirá?... Porque... siguiendo este camino sólo lleva a 3 lugares, mi casa, la mansión de los Hiwatari y la mansión de los Makarovich.
Definitivamente no creo vaya a mi casa... sería demasiada suerte.
En la mansión Hiwatari sólo vive el viejo y a él ya nadie lo visita, con los Makarovich sólo está la extraña anciana y su hijo el capitán, pero se que ellos ahora están en San Petersburgo, aunque bien podría dirigirse también al bosque, jaja no lo creo a menos que sea un chico ardilla.
Bueno tal vez va de visita a algún lugar, jeje ojalá vaya a mi casa.
Y acabamos de pasar la mansión Marakovich, ¡genial!! va uno y faltan dos.
Tal vez yo lo conozca, piensa Natalia, piensa... hmmm o quizá lo vi en algún lugar, siendo tan guapo, puede que sea un modelo y lo haya visto en un periódico o revista... ¿una revista?? ¡ESO ES!!!!
- Oye disculpa, espera chico – dijo la chica mientras se le acercaba corriendo desaforadamente
- ...
El chico se detuvo y vio venir corriendo a una chica de más o menos 16 años de tez blanca, ojos azules y largos rizos castaños colgando hasta su cintura, era muy atractiva, pero eso a él no le llamaba la atención, pensaba que era otra de tantas chicas dementes que hay por ahí que se había dado cuenta que él era el gran Kai de los Bladebreakers y se acercaba para pedirle un autógrafo. Ese día Kai se encontraba tan pensativo que no se había percatado que la chica había estado detrás de él todo el tiempo
-"¡Estas chicas son tan molestas!!!" –pensaba para sí el poseedor del majestuoso fénix mientras la chica se acercaba – "seguramente querrá un autógrafo, que le muestre a mi Dranzer, que le hable de los Bladebreakers, que firme su blade y que le de un beso en la mejilla... si Tyson estuviera aquí seguramente ya estaría dándole consejos para beybatallar y fanfarroneándole que es el campeón mundial, Max estaría consiguiendo su número telefónico, Kenny estaría rojo como un tomate y sin poder articular una palabra y Ray... él era el único que sabía tratar a estos fanáticos, Ray..."
- Hola, ¿eres Kai cierto? ¿Kai Hiwatari?
- Si eres una fanática demente de los Bladebreakers, no y si no lo eres, tampoco.
Fue la respuesta de Kai en su habitual tono poco amable, quienquiera que la chica fuera no le interesaba, de hecho desde que había vuelto a Rusia ya nada le interesaba.
- ¿Quien rayos te crees hablándole a una chica asi? ¿Eres Kai o no?
- No para ti.
- Pero ni siquiera sabes quien soy.
- Y no es algo que me interese. –dijo el chico de ojos carmín mientras continuaba su camino.
- Bueno si no eres Kai, ¿quien diablos eres?
- Alguien muy ocupado, a quien como verás, no le interesa tu conversación.
Natalia se detuvo y miró como el chico seguía su camino, estaba casi segura que era Kai su amigo de la infancia, pero por que negarlo, tal vez se había dado cuenta que lo había estado siguiendo y estaba molesto, o tal vez en realidad no era él, pero no, tenía que serlo, aunque a decir verdad el Kai que estaba viendo alejarse era un chico terco y arrogante, no era en nada como el Kai que ella conocía.
- ¡Oye cretino! – dijo tratando de llamar la atención del chico
- ¿Que dijiste? – el peliazul se detuvo en seco, nadie le llama así Kai Hiwatari y vive para contarlo.
- Lo que escuchaste.
- ¿Que diablos quieres niña? – de haber sido un hombre seguramente ya estaría en el suelo inconsciente, pero esta vez se trataba de una chica, Kai no se sentía capaz de golpear a una mujer, por muy detestable que esta fuera.
- Sólo dile a Kai que Natalia lo busca.
- ¿Y quien demonios es Natalia? – dijo furioso el chico
- ¿Qué? ¿No me recuerdas? –dijo la chica de cabello castaño mientras se acercaba a Kai.
- ... Natalia...
La mirada del chico cambió de la ira a la total perplejidad, por cada paso que la chica daba para acercarse Kai se alejaba, cada segundo hacía su confusión más grande y ese nombre "Natalia" estaba haciendo cada vez más ruido en su cabeza, le era familiar, pero no sabía por qué.
Kai se detuvo a observar a la chica para tratar de encontrar la respuesta que buscaba, pero su aspecto no le decía nada era como cualquier otra chica, no había nada particular en ella, era hermosa pero eso no significaba nada para el peliazul. La miró de nuevo fijando su vista directamente los intrépidos ojos azules de la chica, sólo pudo contemplarlos un instante, su mirada era tan penetrante y perturbadora que lo obligó a volver la vista hacia otro lado, el mirar de la chica le pareció familiar, pero aún no lograba descifrar porque la presencia de la castaña inquietaba tanto su cabeza.
- ¿En serio no me recuerdas? –replicó la castaña notando que el chico se hallaba algo perturbado.
- ... - el peliazul solo asintió con la cabeza y fijó sus ojos en el piso, lo que hizo que la chica quedara en el mismo estado que él.
- Soy... soy yo, Natalia vivo en la mansión que está frente a la de tu abuelo... éramos amigos cuando niños, todas las mañana Emma nos llevaba a dar un paseo por el bosque y por la tarde nos...
- ¿Emma...? –dijo interrumpiéndola
- Si, era tu nana, ¿tampoco la recuerdas? ¿Qué pasó contigo Kai?
- Yo... Emma... - el chico levantó la mirada y se topó de nuevo con ese mirar azul que ahora mostraba cierta preocupación por la actitud del peliazul– ya recuerdo...
