En los brazos del sol
Cáp. III Yo soy…Mishima no Takemaru
Sakura estaba muy atareada, era lunes por la mañana y eso significaba llegar temprano a clases. Este día en especial tenía menos tiempo: cada mañana su novio pasaba por ella en su auto, sin embargo la noche anterior le había llamado avisando que el auto estaba descompuesto y que tardaría algún tiempo en lograr que le facilitaran uno de aquel modelo. Salio apresurada chocando contra alguien, era Tomoyo, levantándose tomo de la mano a su amiga para alejarse corriendo
- ¡Que bueno que llegaste, es tan tarde!...
- Pero Sakura…
- ¡¡No debemos hablar o nos cansaremos… corre!! – entraron al tren donde por fin pudieron descansar
- Sa…ku…ra…- empezó la amatista recuperando el aliento – mi auto… esta aparcado frente a tu edificio
- ¿Cómo? Jejejeje... ¿eso era lo que tenías que decirme? – respondió riéndose – en fin ya estamos en camino
Sakura había notado distante desde hacia algunos días a su fiel amiga y aunque había intentado que le contara que le sucedía no lo había conseguido, sabia de sobra que aquella mirada melancólica solo podía deberse a la ausencia de él… Eriol. También sabía que él estaba muy ocupado y que pasaba poco tiempo en Japón.
Tomoyo miraba su propio reflejo en el vidrio del vagón. Comenzó recordando cuando su novio le había pedido que trascendieran su amistad para convertirse en algo más. Ella había sido muy feliz desde aquel instante, acostumbraban salir en citas dobles en compañía de sus amigos Li y Sakura, frecuentaban fiestas tanto de sociedad como de las organizadas por los universitarios. Eran una pareja envidiable, incluso para su madre resultaba una hermosa pareja… Eriol contaba con los medios monetarios para darle la vida que ella acostumbraba llevar, que era lo que su madre exigía de cualquier pretendiente tanto de ella como de Sakura. Mas hacia algunos meses, la repentina muerte del padre de Eriol lo había convertido en la cabeza de las empresas Hiraguisawa y todo había cambiado drásticamente, él ya no contaba con tiempo ni siquiera para pasar un fin de semana con ella.
La tarde había caído, y como en cada ocasión sus cavilaciones la habían apartado del mundo real. Noto que se estaba moviendo, que se encontraba sobre un auto, su auto… conducido por Sakura. Estaban en un camino extraño, uno que no recordaba, giro mirando al conductor exigiéndole una explicación, pero su amiga se encontraba absorta en el camino.
- Vamos a un lugar especial – murmuro la castaña sin apartar la vista del frente – te hace falta que hablemos
- ¿Y no podemos hacerlo en mi apartamento?
- No… Tomoyo entiende… soy tu amiga y me preocupo por ti – los ojos amatistas se fijaron en la ciudad, era Tomoeda, su lugar natal, sonrió despejándose, por un momento se sintió niña nuevamente – el lugar al que vamos esta muy cerca
- ¿Por qué volvimos? – el auto se detuvo frente al hermoso parque pingüino
- Tomoyo este es el lugar donde comenzó todo – Sakura camino hasta llegar a los columpios y comenzó a mecerse lentamente – aquí fue donde te conocí, conocí a Shaoran y tu a Eriol, también es donde conocimos el amor, nos enamoramos y… ¿sabes? Me encantaría que todo siguiera igual… pero, aunque no lo creas me doy cuenta de que tienes problemas…
- Sakura…
- Y que tus problemas se deben al amor… pero no tienes porque pasarlo tu sola… tienes amigos que te quieren – los ojos de Tomoyo se abarrotaron de lagrimas mientras Sakura se levantaba para abrazarla –…valora a quien de verdad te ame tanto como tu… pero no me lo ocultes, porque entonces me preocupare aún mas…
La amatista sonrió, las dos amigas regresaron al auto para marcharse. Ahora era Tomoyo la que conducía, su compañera dormía placidamente a su lado. Ella también podía notar cambios en su amiga, como el hecho de que se durmiera continuamente en clase… o en cualquier otro lado "debe estar utilizando mucho su magia o talvez dedicaba mucho tiempo a… Shaoran" sonrió desviando la vista ligeramente hacia su copiloto.
En los brazos del sol
Inglaterra, una ciudad llena de neblina (y chicos guapos) ahí se encontraba Eriol. Salía de su oficina cada tarde completamente agotado, pero aún con esto estaba satisfecho, las empresas marchaban completamente en orden y podría viajar el fin de semana hasta Japón, donde residía su novia. No pasaba mucho tiempo con ella desde hacia… pero le tendría un regalo para la siguiente cita, uno muy especial. Llego hasta su apartamento despidiéndose pesadamente de su chofer, estaba acostumbrado a esa situación, su padre la había llevado durante toda su vida.
Al subir se encontró con una bella mujer… su vecina, no era ella la primera que le coqueteara, pero el estaba sinceramente enamorado de Tomoyo, incluso había pensado en dejarlo todo por ella, pero lo mas probable es que su novia le reprendería tan solo por atreverse a pensarlo. Se dejo caer en el sofá y tomando el teléfono marco.
- ¿Buenas noches esta la señorita Daidouji? – hablaba a su casa, recordando que los viernes Tomoyo salía con su madre, sin embargo la respuesta no era lo que esperaba – ya veo, entonces salio… no, yo llamo mas tarde
Colgó sin apartar la vista del teléfono, dudando ligeramente levanto el auricular y colocando su otra mano en el teléfono se concentro. Estaba utilizando magia, tanto para localizar a Tomoyo, como para que la señal se recibiera. Espero el tono y cuando por fin se escucho la clara voz agradeció ser un poderoso mago.
- ¿Hola?... ¿Sakura? ¿Y Tomoyo?... ¿conduciendo? – Eriol cada vez estaba mas confundido, la conversación con su discípula no marchaba nada bien, parecía ausente – ¿Tomoyo?.. no te distraeré mucho… tan solo llamaba para avisarte que el fin de semana llegare a Japón y… si… es por eso… me encantaría, te llevare a un lugar excelente… ¿a las dos esta bien?.. tengo algunos asuntos por la mañana y llegare tarde por la noche… si nos veremos
El teléfono dejo de dar tono, "¿conduciendo a esta hora?.. Hay algo muy extraño… no puedo sentir completamente la energía de Sakura" se recargo totalmente en el sillón perdiéndose en sus pensamientos.
En los brazos del sol
Era sábado y la mañana relucía con el sol de primavera. Tomoyo se encontraba feliz, había hecho planes con Eriol para salir a comer, algo lo cual ya no hacían con frecuencia (salir, no comer, eso lo hacen todos los días eeh!). Él había elegido un hermoso lugar en el centro; ya que se encontraba muy ocupado y ella no quería molestarle habían acordado llegar cada quien por su cuenta. Eran las dos en punto cuando entro al restaurante, busco con la mirada sin encontrar a su novio. El anfitrión se acerco.
- Buenas tardes ¿Desea una mesa señorita?
- ehh una reservada a nombre de Hiraguizawa
- ¡ohh! si… es por aqu
Tomoyo tomo asiento…
- ¿Desea ordenar?
- En un momento, espero a alguien
Paso media hora. Sobre la mesa había tan solo un vaso de agua, sin embargo "cualquiera puede tener un retraso"…
- ¿Señorita ordenara ya?
- Déme un poco mas de tiempo por favor
Otra hora. El mesero se paseaba continuamente por su mesa, Tomoyo miraba por el gran vitral esperando ver a su novio "talvez tuvo mucho trabajo"…
- Un café por favor…
- En seguida señorita
Habían transcurrido dos horas y media. La gente había comenzado a murmurar sobre la situación de aquella hermosa chica… (ya ven que la gente no es chismosa)
- ¿Esperara a alguien?
- Debería marcharse
- No ordeno mas que un café
El convertible negro se estacionó frente al restaurante llamando la atención de varias mujeres. Un joven de cabellos rubios bajo del auto y dirigiéndose hasta la entrada, hablo con el anfitrión para continuar su camino. Tomoyo aún se encontraba sentada, sus ojos denotaban tristeza, las lágrimas luchaban por salir "tres horas son suficientes" se puso de pie, sin embargo cuando lo hizo su mano fue retenida calidamente. Los murmullos fueron cesando mientras la mirada de Tomoyo se dirigía hacia quien la retenía.
- Perdóname… no era mi intención dejarte esperando tanto tiempo, he sido un tonto – Tomoyo estaba sorprendida, el hombre que tenia en frente no era su novio y sin embargo se estaba disculpando como si lo fuera – permíteme llevarte a un mejor lugar para resarcir mi error
- Yo…
La chica fue arrastrada fuera del lugar y llevada hasta el convertible negro, una vez allí y para envidia de todas las mujeres el joven le abrió la puerta cortésmente y juntos se alejaron.
El atardecer se hacia presente, los suaves tonos rosados se distinguían en el horizonte inmediato, el calor comenzaba a desaparecer dando paso al fresco de la noche. Un auto recorría a gran velocidad el estrecho camino hacia la playa, dentro de este Tomoyo no podía apartar la vista del joven que conducía. Aún con la poca luz podía distinguir sus suaves facciones, sus ojos eran del mas hermosos color, dorados, así su cabello era de tono claro "el color del sol" reflexiono, su piel en cambio era contraria, bronceada. El conjunto de aquellos colores poco comunes la llamaban, eso aunado a su imponente cuerpo…
- Disculpeme señorita – interrumpió una voz
- ¿Qué?
- Por sacarla de manera tan descortés – el auto se detuvo sobre el camino – llegamos
- ¿Llegamos? – la amatista estaba mas que confundida, no podía negar su atracción por aquel joven, pero estaba rebasando el limite de su propia moral - ¿Por qué me ha traído ha este lugar? Y… ¿se puede saber quien es usted?
- Oh que descortés he sido yo soy Mishima no Takemaru – sonrió al ver su confusión, había decidido llamarse de aquella forma gracias a un programa de TV – lamento… como ya lo había dicho haber sido tan descortés, pero no soporte verla a punto de llorar… no quise ser entrometido, si yo fuese aquel al que esperaba tenga por seguro que llegaría tres horas antes para no hacerla esperar
La joven se sonrojo ante el comentario, nunca antes un hombre había sido tan directo en cuanto a su gusto por ella. Desvió la mirada encontrándose con la puesta de sol. Pero se sonrojo aun más cuando las palabras del joven llegaron hasta sus oídos
- Es hermosa
- ¿Como dice?
- La tarde… ¿no cree usted que es hermosa?
Aquel amable hombre la había llevado hasta su apartamento, noto que las luces estaban encendidas, seguro le estaban esperando. Bajo del auto cuando su acompañante le abrió la puerta. Mishima la acompaño hasta la entrada del edificio.
- Fue un gusto conocerla
- El gusto fue mío
- Tome - Estiro la mano ofreciendo una pequeña tarjeta – ahí esta mi teléfono… el de mi oficina y celular por si…
- No creo que sea necesario
El rubio suspiro mirando tristemente la tarjeta en su mano, sin embargo tras algunos segundos Tomoyo dio vuelta y tomando la tarjeta entre sus manos se elevo lentamente besándole una mejilla y despidiéndose -…gracias – Takemaru espero hasta que la silueta se perdió en el elevador.
Las puertas se abrieron dejándola en su destino, no atinaba a interpretar en aquel momento sus sentimientos. Entro en el apartamento donde Eriol la esperaba.
- Tomoyo, discúlpame… tuve un asunto muy importante y… trate de llamarte pero nadie me contestaba y tu celular… por favor perdóname
- No te preocupes, te entiendo – la joven camino indiferente hacia la habitación – será mejor que duermas, debes estar muy cansado
El ingles seguía de cerca los pasos de su novia sin embargo al llegar frente a la puerta esta se cerro evitándole el paso, el ligero sonido de la llave dando vuelta le anuncio que por esa noche él dormiría en el sillón, pues las demás habitaciones también estaban cerradas.
Continuará...
Notas: Hola!!!!!! Bueno aquí está su compensación, esperamos que les haya gustado este capítulo ya que nos costó trabajo encontrarle un buen nombre a Kerito, como ya vieron nos robamos el nombre de uno de los personajes de la película 2 de Inuyasha (Setsuna no Takemaru) y de otra serie no muy conocida pero que está muy buena y recomendable para cualquiera que vea anime: Rahxephon (Mishima Renka…creo)
Muchas súper gracias por sus mensajillos (Yuky: reviews…como se ve que lo escribió Kazy verdad?) y no se olviden de seguir mandando!!!!!
Matta ne
