Previamente en "Shuichi´s Live Action :
-Yuukiii...Yo quería ... quería pedirte una cosa. Quería... quería...
El ojo del escritor le convulsionó de forma inquietante. Yuki encendió la luz, girándose furioso hacia el cantante que con una leve cortina carmesí, no se atrevía a mirarle directamente.
-¡¡¿QUÉ?!!, ¡¿Qué quieres?!, ¡LLEVAS DOS SEMANAS ASÍ!, ¡Di lo que sea, pero dilo YAAA!!
Shuichi miró con inocencia expectante al rubio de pelo revuelto, mejillas enrojecidas por la ira y manos crispadas en la desesperación.
-Es que...yo quería... -el cantante pareció dudar- ¡¡UNA HORCHATA CON PIMIENTOS!!
-¿Pero me quieres decir cual es el problema?
-Es que es algo muy personal, me da mucha vergüenza.
- ¿Seguro que no has tenido problemas con Yuki?
-No exactamente- Shuichi suspiro- pero ahí algo que no puedo quitarme de la cabeza, porque sinceramente, es algo que bueno... jejejeee... - Hiro se sorprendió al ver las mejillas del cantante tornarse carmesíes, así como un pequeño de destello de culpabilidad picara en sus ojos violetas- ... me apetece muchísimo...
Hiroshi empezó a mirarle con recelo, ruborizándose de forma violenta cuando el cantante de forma distraída y con una leve rubor en las mejillas se procuró algo de refresco de su baso, acariciando de forma insinuante la pajita plastificada semitransparente.
-¡Joder Shuichi contrólate! - exploto el guitarrista de los nervios- si estas pensando en hacer cochinadas con Yuki-san al menos ten la decencia de disimular y dejar de hacerle "mamaditas" a la pajita!!!
-Eh? Ah? -el cantante conmocionado, se detuvo visiblemente avergonzado- lo siento no me di cuenta...
-Yo... ehhh... Yuuuki... jejej...te, te acuerdas que te dije que quería algo verdad? Pues no era la horchata, eso lo dije para despistar... -la expresión del novelista se contrajo poniéndose aun mas rígida. Sus ojos dorados brillaron de forma amenazante- la verdad es que yo... yo quería acostarme contigo... pero siendo yo el que ... bueno, ya sabes... que cambiáramos los papeles para variar...
Shindou, con el rostro de un color rojo violento, trató de no acobardarse lanzando una mirada suplicante pero aun así esperanzada al escritor, que no dejo de observarle con frialdad y desconfianza.
-... Bueno, ¿qué me dices?
Yuki le lanzó una mirada ilegible.
-Que dejes de drogarte
Shuichi´s Live Action 2.00: ACT 002
El cantante rodó una vez mas en la cama. Murmuro algo sobre una doble nosequé con beicon, y quedo con la cabeza colgando en el borde del colchón.
Un leve calor a modo de respiración pausada le hizo cosquillas en la mejilla.
Respondió suave y de forma automática, cuando la respiración se torno beso sobre boca, separando los labios para recibir una húmeda intrusión, un tanto instintiva y salvaje. Shuichi suspiró complacido, abriendo los ojos de forma despejada, esbozando una relajada sonrisa hacia aquellos ojos rasgados que tras enfocar perezosamente se rebelaron azules en vez de dorados.
-UUWUUUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!
El grito sirvió como sucedáneo de despertador para todos aquellos vecinos que estuviesen durmiendo a aquella temprana hora de la mañana.
Hiroshi, visiblemente atareado hasta ese momento en la cocina, se volcó encima todo el zumo que estaba exprimiendo para el desayuno a la par que rompía con el codo al volverse los dos vasos de cristal en los que pensaba servirlo. Salió corriendo, maldiciendo por lo bajo al esquivar los trocitos de cristal en el suelo para no picarse los pies, y acudir urgentemente al reclamo.
En el dormitorio que también hacia las funciones de salón, se encontró a Shindou pudorosamente cubierto con las sabanas de la cama, cual airada dama que ve peligrar su virtud, en una expresión encendida llena de resentimiento de aquel que le han quitado algo valiosísimo y no lo va recuperar.
Ante la actitud exagerada de su amigo y la sonrisa excesivamente amplia en el rostro del menos de los Uesugi, el guitarrista se apoyo en el marco de la puerta cruzándose de brazos.
-Que sepáis que acabo de romper los dos últimos vasos de cristal que me quedaban y ahora nos veo desayunando en el caldero de la ropa... ¿se puede saber qué ha pasado?- preguntó el guitarrista con tono paternal descruzando los brazos en actitud paciente del que espera oír una larga serie de batallitas. Shuichi se ruborizo señalando furiosamente al moreno.
-¡¡ME HA BESADOO!!! ¡Y CON LENGUA!
Nakano alzo una ceja contrariada e interrogante hacia el acusado que se limitó a sonreír de forma engreída.
-¿Qué?- se encogió de hombros- me dijiste que lo despertara, pero no me especificaste el cómo... por cierto hoy que era lo que íbamos a desayunar, ¿churrasco de qué?
El comentario, y el oportuno olor a requemado, hizo a Hiroshi volverse rápidamente por donde había venido, profiriendo varias maldiciones, de diferentes escalas ofensivas, pero cada cual de mayor grado que la anterior, hasta que se escucho finalmente el sonido del grifo al abrirse y la sartén crujir y chispear de forma furiosa bajo él.
Algunos minutos después, en la cocina, los tres muchachos miraban con expresiones similares sus desayunos torrefactos en pálidos platos de cerámica. Tatsuha se preguntaba si siquiera aquello no seria venenoso con su ingestión. Shuichi se limitaba a empujarlo de forma dudosa con los palillos para uno y otro lado.
Nakano termino contemplando a ambos con el entrecejo fruncido y cara adyacente al odio.
-¡¡Ni se os ocurra quejaros, esto es culpa vuestra!!
La respuesta regreso a modo de miradas quejumbrosas, llenas de inocencia y arrepentimiento, casi con brillo endilgador en ellas. Hiroshi lucho por el que el leve temblor de su ojo no desembocara en un acto violento que finalizara en una carnicería en su propio piso.
Movió un poco su desayuno sin mucho interés. Comenzó a sonarle el móvil.
-Moshi, Moshi?... ah Fujisaki... si, no, no te había conocido. Si...- Shuichi ladeo la cabeza intentando poner la oreja en la conversación, al igual que Tatsuha que aun mas descarado se había colocado la mano delante del oído para que la acústica fuera mejor- ... no, no lo sabia. ¿Cuando? dentro de tres días? ¿contando con hoy? ¡¿Eso no es pasado mañana?! ... no, no sé donde esta eso. Repíteme el nombre por favor. Hotel Thermoon Park, a las 8. Si, lo buscare después en un mapa, aunque lo de que sea de semi formal va a ser un problema... ah, tu vas a ir con un chaleco y una blusa normal?, si mejor, sino seria un problema..... si, yo se lo digo no te preocupes. Venga, gracias por llamarme. Estaremos ahí en un par de horas. Adiós
Colgó con lentitud. Los dos jóvenes que se habían inclinado sobre él para tratar de espiar su conversación, retomaron sus lugares anteriores, volviendo a pinchar sus desayunos entre carraspeos nerviosos y sonrisas circunstanciales de breve duración.
-Era Fujisaki -comento Nakano con una sonrisa jocosa al ver la expresión tan lograda de sorpresa que consiguieron reproducir sus invitados- va a haber una fiesta dentro de tres días en este hotel, están invitadas algunas celebridades literarias, de la prensa y musicales. K-san a conseguido invitaciones para nosotros también.
Shindou torció el ceño con desagrado.
-La verdad es que no me ape-
-¡¡¿VA A IR RYUICHI?!!- acoto impetuosamente el moreno, tomando posesión de la mesa, tirando tanto los desayunos requemados como al cantante con silla incluida al suelo, por encontrarse en medio de los dos.
Hiroshi permaneció mudo e indiferente, mirando las dos piernas tiesas apuntando al techo que ocupaban el hueco que hasta hacia escasos segundos había ocupado Shuichi. Después, tras una profunda mirada de resignación dedicada íntegramente a Tatsuha, aun expectante y enardecido por la noticia, finalizo:
-Siiiii, también va a ir Sakuma-saaaan......
-¡¡GENIAAALLLLLLLLLLL!! ¡¡genial!! genial!!- proclamó entre saltos de emoción el menos de los Uesugi, ajeno a los movimientos torpes de Shindou que frotándose la cabeza con visible enojo, enderezaba la silla para sentarse de nuevo de una forma normal.
-Si, genial, pero bájate de la mesa y deja de babar mi escoba por favor- pidió con voz monocorde el guitarrista ante la ultima exhibición de júbilo del moreno- me gustaría no hacer ciertas asociaciones la próxima vez que tenga que utilizarla...
-Ohayoooooooooooooooo nanoda!!!! Mi conejo Kumagoro quería una mascota. ¿Qué puede venderle?
Peculiar frase para el primer cliente de la mañana. El dueño del establecimiento de mascotas miro con duda razonable, al conejo de peluche que se "había sentado" en el mostrador de su negocio esperando ver distintas clases de mascotas.
Después su visión cambió hacia el individuo tras el mostrador, de estatura mas bien baja, cabellos ocultos atados por un juvenil pañuelo en la frente y gafas redondas de sol.
-Pues vera señor- comenzó el dependiente hacia su cliente- teníamos...
-Para Kumagoro nanoda!! La mascota es para Kumagoro!!!!- rezongo el hombre levantando al conejo de peluche rosa como si lo que estuviera diciendo fuera tan obvio que fuera un pecado el confundirse. El dueño del negocio dudo, y finalmente obviando la salud mental de su cliente, centró su atención en el peluche y continuo como si tal cosa.
-Como le iba diciendo teníamos muchas mascotas, tenia algo pensado? algo como por ejemplo.. no se ... un perro o un gato? o quería más del tipo de mascota como pueden ser las tortugas o los peces de colores?
-Kumago quiere una mascota distinta!! Algo que brille nanoda!!!
El vendedor se llevo una mano a la barbilla pensativo en la misma medida que nervioso y desconcertado, e irritado finalmente cuando el cliente dejo al conejo sobre la mesa y empezó a toquetear varias cosas, no parando hasta que tiro una torreta de latas de comida en promoción, después de haberse enganchado el dedo con una pajarera por el susto de que uno de los loros se le hubiera arrojado a la cara cuando trato de meter la mano en la jaula.
-¿Qué brille?- el hombre trato de parecer sereno a pesar de estar completamente aturdido, más aun cuando el "respetable cliente" se puso completamente en evidencia al mirarse el arañazo del dedo con una mirada infantil y llorosa, empezado a hacer sonoras aspiraciones nasales a cada cual más quejumbrosa- ¿No querrá una raya eléctrica? lo siento de esas mascotas no tenemos aquí. Como no quiera una serpiente...
-¡¡Serpiente nanoda!!! -el joven abrió mucho los ojos. Olvidándose del corte, miro con una pequeña sonrisa que pronto empezó a ensancharse en su rostro al conejito de peluche- ¿Kumagoro quieres una serpiente noda?.. ¿si?... ¡¡Bien!! - concluyo con expresión dichosa de aquel que acaban de recompensarle con algo bueno- Kumagoro quiere una serpiente, ¿Las tienen de colores?
-Eh... no...- informo con resignación el dueño del establecimiento.
Los empleados de Nittle Gaster hacia ya algunos minutos que habían empezado con su rutina diaria, por ello no dieron demasiada importancia a la entrada de uno de los que había sido durante un corto periodo de tiempo, uno de los miembros mas importantes de la organización. Sakuma Ryuichi entro por la puerta principal portando una caja grande entre los brazos. Con Kumagoro sobre ella, se metió en los ascensores para bajarse en el piso donde estaba la oficina de Thoma. No tardo mucho en encontrarse frente a frente con el rubio.
-Buenos días nanoda!!!
-Ah, Ryuichi-san, precisamente iba a llamarte... -dejo los papeles que estaba colocando sobre el escritorio, lanzando una mirada interesada sobre la caja de aspecto poco pesado pero nada manejable que el cantante dejo con dificultad en el suelo-... ¿y eso?
-¡¡La nueva mascota de Kumagoro noda!! - Sakuma pareció feliz contestando la pregunta
-Ah, eso esta muy bien...- halagó formal así como poco apasionado el rubio antes de entrelazar los dedos sobre el escritorio y sonreír con su peculiar aire sereno- Ryuichi-san, dentro de tres días estamos invitados a una recepción, en realidad es algo mas que eso, tenemos la obligación de ir a interpretar un par de nuestros temas más populares... - Seguchi espero la reacción del cantante que no se hizo esperar cuando este comenzó a mordisquear la oreja de Kumagoro de forma llorosa.
-...Thoma.... no quiero ir...
-Lo sé Ryuichi-san, pero es una obligación que tenemos. Debes hacerlo. No me mires así, puedes dejarlo grabando.
-Good morning!!! -exclamo el rubio entrando por la puerta con una sonrisa radiante y en la mano un café humeante en un baso desechable.
-K!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Sakuma, dejando de morder la oreja del conejito de peluche rosado, se lanzo en plancha sobre el rubio provocando que este se tirara el café encima, y por consiguiente su rostro se contrajera y convulsionara en varias expresiones de dolor angustioso.
K!!!!!!!!!!!!!!!!! Ayúdame!!! Thoma me quiere obligar a ir a nose que sitio. ¡¡Y yo no quiero!! - el cantante empezó a berrear de forma sonora mientras que el rubio americano miraba de forma frustrada su camisa antaño blanca, y después con una ceja alzada, buscaba respuestas en el presidente que sosegado les miraba desde la mesa.
-Acabo de decirle lo de la recepción
-NO QUIERO IR!!!!!! BUABUBUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA. ¡Es la noche de terror de Kumagoro!! ¡¡No quiero ir!! ¡Kumagoro no podrá comer palomitas delante de la tele!
-Ryuichi...... -amenazo su antiguo manager.
-Además no puedo ir!! Me he roto la mano!!- se defendió el aludido con una mirada dolida y desesperada alzando a la altura de los ojos del rubio el dedo donde se había echo el raspón minutos atrás- Y me duele mucho nanoda!! ¡No voy a poder sujetar el micrófono! ¡¡Es una herida muy grande noda!!, ¡¡Kumagoro me dijo que lo mejor era que me llevaran al hospital! ¡¡Quizá se me gangrene la mano si me hacéis cogerlo!!
Ambos hombres miraron con estupor el dedo, cuyo arañazo habría habido que examinar con lupa para poder precisar con exactitud su gravedad.
Recuperando la compostura, Thoma se llevo un puño a al aboca y tosió.
-Vaya, siendo así no podemos hacer nada... es una lastima, ahora sólo ira Bad Luck, una autentica lastima... -apunto de forma casual tomando en aquel momento unos folios que guardo en un maletín.
Aun aferrado en la cintura del manager americano, una sonrisa que por un instante pecó de todo menos de inocente se extendió por los labios de Sakuma a la par que se bajaba el dedo magullado. Se volvió hacia Seguchi que esperaba una respuesta con la tranquilidad del que sabe que lo tiene todo ganado.
-¡A Kumagoro le gusta cumplir los compromisos! ¡¡Pero Thoma deberá grabarle la película de la tele Noda y traerle un saco de palomitas "Special Spacial" con extra de mantequilla!- acotó rápidamente Sakuma retomando su faceta infantil. Cogió a su conejito y abstrayéndose de todo, empezó a jugar con él por el cuarto, emulando a un superhéroe volador. Mientras el cántate hacia esto, K se acerco a la mesa del presidente, con un lúgubre y triste entendimiento en los ojos de ambos. Después, el americano reparo en la caja de cartón del suelo.
-¿Y eso? - se acerco indiscreto, levantando la solapa de la misma mirando con gran interés lo que había en su interior- ¿Es un juguete?
Un siseo y el rubio soltó la solapa de cartón de la caja desenfundando de forma agresiva su mágnum.
-¡¡A MI NO ME SACA LA LENGUA NADIE Y SE QUEDA TAN FRESCO!!
"Ni lo pienses" Se dijo así mismo Nakano sobre su rugiente vehículo de dos ruedas, cuando inevitablemente, sus ojos rodaron hacia la ventana de su apartamento tras la cual Shuichi le hacia señas con los brazos a modo de despedida, levantaba el pulgar y sonreía confiado.
Empezaba a sentir ese leve temblor o pánico de tener que comunicar en el trabajo que el cantante del grupo faltaría algunos días al trabajo, sin tener ninguna excusa convincente para mejorar la precaria situación de ambos. Algo sumamente arriesgado cuando la "cordial" mágnum de K se las solicitara de forma pacifica y amistosa.
Nakano quitó el pedal de la moto de una patada, poniendo en marcha su transporte antes de arrepentirse de ir a trabajar, en vez de fingir una desconocida pero de igual forma terminal enfermedad que le impidiese cumplir a él también con sus obligaciones.
Shuichi dejo de sacudir los brazos cuando la moto de Hiro se puso en marcha y se perdió tras girar por una esquina calle abajo. Se quedo arrodillado sobre la cama, con el animo empezando a desinflarse con la misma rapidez con la que había llegado. Una rápida mirada a la desolada calle le hundió por completo.
-¿Qué, cuñadin? ¿Empezamos ya con la teoría?
Se alarmo ante las palabras que despreocupadas, fueron murmuradas en una respiración contenida en su cuello. El cantante se volvió ruborizado encarando a un moreno que le sonrió visiblemente divertido por la reacción.
Y deberíamos darnos prisa, porque voy a tener que enseñarte algunas cosas...- evaluó de arriba a bajo al cante, articulando finalmente un sonido de disconformidad a la par que añadía- en realidad bastantes cosas... Y no creo que andemos muy sobrados de tiempo ninguno de los dos. Eso sin contar con que supongo que querrás volver a casa de mi hermano cuanto antes ¿no es así?
Shuichi miró Tatsuha con recelo, aun agarrandose la camiseta a la altura de su pecho movido por el susto. Bajo la cabeza tras afirmar avergonzado pero serio.
-Bien bien- el moreno se frotó las manos buscando la mochila que había traído a casa del guitarrista- el video que te deje lo vistes entero no?
Con una mueca de enojo, Shuichi afirmo nuevamente en una mirada esquiva e incomoda, sin añadir que había sido precisamente dicha cinta, el desencadenante de que Yuki le hubiera vuelto a echar de su casa.
Pues creo que podríamos continuar mirando algunas de estas revistas de mi colección privada...
El moreno deposito con cuidado, varios ejemplares de revistas sobre la cama. Sentándose junto a estas, miro algunos números hasta que sonrió sacando de un plástico protector la única que estaba envuelta.
-Jeje, mira, seguro que esta te interesa.
Inocentemente, Shuichi tomo la revista, cave casi hasta que con interés, cuando Tatsuha dejo de darle la espalda para tendérsela amablemente. El cantante sonrió agradecido antes de enfocar la foto de portada y los titulares, e inmediatamente, sentir como si los músculos de su mandíbula hubieran dejado de sostenerle el maxilar inferior, y toda la parte de abajo de su boca se le hubiera caído hasta las rodillas que tenia sobre el colchón.
-¡¡¿SAKUMA-SAN?!!- exclamó exaltado, con los ojos desorbitados y un rubor furioso extendiéndose velozmente en su mejillas, cuando desorientado comenzó a pasar las paginas de aquella revista de fotos cuyos modelos estaban en indecorosas poses, hasta llegar a varias que le abochornaron provocándole visibles temblores
¡¡¿Qué hace Sakuma-san posando en este tipo de revistas?!!
Tatsuha se subió al colchón de rodillas, mirando de forma lasciva las fotos que Shuichi sujetaba entre sus manos temblorosas, aun incrédulo de lo que tenia delante, y mirándole como en busca de una explicación que le desmintiera lo que sus ojos contemplaban abrumados.
-Si Shuichi, relájate, no es Ryuichi, es un montaje que hicieron hace algunos años. Buscaron a un tío que se le pareciera y ya sabes como son estas cosas: copias un corte de pelo, maquillas en algunas zonas, y mucho retoque por ordenador...- el moreno se quedo estático durante un segundo mirando con expresión babeante aquellas mismas fotos- ... aunque no me importaría mucho que lo fuera... My honeyy Ryuichiiiiii....
Más tranquilo por Sakuma, pero escamado con el menor de los Uesugi, Shuichi ruborizado cerró sonoramente la revista, aun tembloroso por imaginarse al cantante de NG haciendo según que tipo de cosas. Tatsuha tosió de forma comprometida cogiendo la revista y volviéndola a guardar en el plástico, de forma ceremonial y sumamente pulcra.
Aquel comportamiento excéntrico arranco una sonrisa del joven de cabellos rosados, dándole por primera vez, la confianza o el animo para hacer el típico comentario picajoso que por lo habitual tan sólo le habría echo a Nakano.
-A saber que es lo que habrás estado haciendo con esa revista desde que la compraste, jejeje...
Tatsuha termino de guardarla, y volviéndose todo serio hacia el cantante que lo miraba con ojillos divertidamente acusadores, comento.
-Exactamente los mismo que con el ejemplar en el que saliste tu hace tres meses. Y por cierto, nunca me imagine que nadie fuera capaz de hacer tantas cosas con un micrófono....
La sonrisa jocosa de sus labios desapareció inmediatamente, dejando un rostro pálido que se torno lívido o amoratado cuando el moreno se acercó un poco más a él con una ancha y lasciva sonrisa.
-Lo que me recuerda que si quieres podemos saltarnos las clases teóricas y empezar directamente por las prácticas...
A Nakano le había costado un triunfo subsistir medianamente bien aquella mañana. Descartando la opción de negar de forma reiterada el conocimiento del paradero de Shuichi tras que Sakano casi entrara al borde del coma después de llamar a la policía o para ser más exactos al departamento de desaparecidos a lagrima viva, no le quedo otro remedio mediante la motivación que tal sólo K con su amada mágnum podía ofrecer, de dar una semi oficial versión, lo mas parecida que pudo a la realidad de porque Shindou no iba a poder afrontar sus obligaciones al menos en tres días: El cantante había cogido una extraña y variante cepa de la varicela que le había dejado postrado en cama con fiebres altísimas, y debido a lo complejo de su estado era mejor no molestar de ninguna manera.
Se froto la cabeza cansado cuando llego a su barrio, aparcando la moto en el lugar habitual. Cuando se quito el casco y su cabello desordenado le tapo los ojos, tan sólo pudo recordar nervioso el momento en que su manager había guardado la pistola no muy convencido con la explicación, pero por alguna extraña razón sin hacer mas preguntas, continuado con los ensayos previstos del día.
Subió las escaleras que le llevaban a su casa, y sacando las llaves agradecido de estar por fin ya en la paz de su casa.
Paz interrumpida por varias voces que se filtraban desde el interior.
-¡¡¿Qué pasa?!! ¡¿Ya no te quieres follar a mi hermano?!!
-GRRRR
-¡¡SHUICHIIIIIIIIII!! ¡¡Baja del armario!!
-GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR
Nakano sintiendo una gota de sudor resbalando por su frente, abrió nervioso la puerta de la casa para encontrarse al menor de los Uesugi tratando mediante las cerdas de una escoba, de bajar el bulto humano que encima de un armario, gruñía y hacia sonidos similares a un gato que se siente amenazado, mientras pegaba zarpazos furiosos a lo que alcanzaba de cepillo.
-SHUICHI No seas crió y baja de una vez!!
-MAUUUUUUUUUUUUUUUU!! shhhhhhh!! GRRRRR!!!
Con visible agotamiento, el guitarrista cerro la puerta y se dejo caer contra la puerta. Por un momento tuvo la osadía de imaginarse una escena normal esperándole en casa. Que iluso.
-HIIIROOOOOOOOOOOOOOOOOO!! -grito el cantante al reparar en su llegada, dando nuevamente un zarpazo al cepillo, para después saltar dificultosamente del armario que perdió la estabilidad y se cayo encima del moreno.
-Vamos nanoda!! -el cantante con una sonrisa, tiro una pequeña pelota de plástico en el parque, que rodó a unos metros entre el césped- Busca!! Busca!!
Algunos de los que al igual que él, se encontraban en aquel parque, miraron con ojos curiosos al joven que tiraba la pelota sin ningún mamífero que fuera a buscarla. Poco después, sorprendidos, y simultáneamente aterrados, al reconocer por el sonido siseante, que le estaba lanzando la pelota a una serpiente de cascabel.
-Vamos nanoda!!- pidió nuevamente Sakuma al reptil, aun esperanzado porque esta fuera a por ella, al parecer ajeno a lo una serpiente semi erguida en un baile sinuoso con la boca abierta enseñando su vifida lengua mientras movía su extremidad posterior produciendo su característico sonido, podía significar.
El joven se volvió hacia su conejito con desesperanza, retrocediendo de forma casual unos pasos, justo en el momento el que la serpiente se lanzaba a morderle un pie.
-Na, Kuamogo, me parece que escogiste muy mal la mascota!! -reprendió al peluche- ¡¡No sabe hacer nada!! ¡¡Para la próxima vez me dejas elegir a mi nanoda!!- volvió a añadir el cantante en tono de reproche, poniéndose el conejo rosa sobre la cabeza, a la par que arrancaba exclamaciones a su alrededor cuando cogió con las manos a la serpiente y se la puso alrededor del cuello como si tal cosa.
-Veremos si al menos podemos enseñarla a traer el periódico...
-Buenas tardes Eiri-san. ¿Qué tal estas?
El escritor, con una mueca reservada se hizo a un lado para dejar pasar al presidente al interior de su casa. Una vez hubo cerrado la puerta, Eiri dio la espalda a Seguchi mientras este se descalzada, y dejaba su abrigo en el perchero de la entrada.
Veo tu casa muy silenciosa. ¿Y Shindou-san?
-No esta aqu
Thoma fingió sorpresa, alzando las cejas al unísono que dejaba escapar una exclamación de asombro.
-Oh, vaya! Y yo que venia a visitar a mi empleado tras enterarme esta mañana por medio de Sakano-san que Shindou-san estaba enfermo de un extraño caso de viruela...
El escritor esbozo una sonrisa cómica de aquel que entiende el chiste perfectamente, pero no tiene intenciones de comentarlo.
... que tan sólo podía contraerse en la selva tropical y que por cierto esta erradicada desde hace mas de veinticinco años...- comento el presidente sin decaer en ningún momento su tono de completa perplejidad, terminando en una sonrisa risueña- ¡De verdad que no me lo explico!
Mientras Seguchi tomaba asiento, Yuki fue a la cocina a buscar algunos platos, cubiertos y bebidas.
Cuando lo tuvo todo sobre una bandeja, tomo el recipiente de la cafetera, apartando a un lado la caja ahora vacía de pasteles, que Shuichi había traído el día anterior.
En el salón, Thoma se había adelantado desenvolviendo un pequeño paquetito sujeto con cuerdas de colores, rebelando bajo él una tarta adornada con confituras.
-¿Celebramos algo?- pregunto el novelista, ante la sorpresa de la sustitución de los clásicos pasteles por el bizcocho escarchado.
-Contigo siempre hay motivos para celebrar- añadió en tono enigmático que saco una sonrisa cómplice por parte de los dos hombres.
Con parsimonia Eiri corto el pastel y los sirvió en los platos mientras Seguchi vertía el café en las tazas. El verlos actuar juntos, daba la impresión de que de alguna manera, sus actos siempre estaban perfectamente sincronizados. Eiri tomo el pastel para darle un tiento con el tenedor al mismo tiempo que Thoma por su parte tomaba la taza de café y le daba un sorbo.
-¿Entonces cual es el motivo de esta "Visita"?
-Saber tu respuesta por el asunto de la gala- Seguchi sonrió de forma candorosa, bajando la taza hasta la altura de su pecho- Te traje la invitación...Aunque la verdad es que también era para decirte que Shindou-san también va a asistir.
El novelista se llevo otro trozo de pastel a la boca, dejando las púas del tenedor entre los labios durante unos breves segundos en los que su mirada rodó hasta el techo de forma cansada.
Finalmente dejo el plato vació y el cubierto sobre la mesa, y sacando un cigarrillo del paquete de tabaco que tenia junto a sus piernas en el sofá pregunto.
-¿Sabe que voy yo?
-No, por supuesto que no. Pero pensé que tu deberías saberlo... por si eso influyera en tu decisión de asistir...
-No veo porque debiera de estar relacionado- comento con indiferencia el rubio con el cigarrillo en la boca, encendiéndolo de manera pausada.
-Bien, entonces no será indiscreción el preguntarte la razón por la que Shindou-san esta tan enfermo ¿verdad?
El cigarrillo de Yuki tembló, dejando paso a una expresión desarticulada que combinó de una forma un tanto peculiar con el leve sonrojo de sus mejillas.
Nakano estaba en una esquina de su propio apartamento, abrazado a su guitarra, con la cabeza hundida sobre la misma. De vez en cuando tocaba una cuerda al azar, meramente por mantener el contacto con la realidad y no saberse abstraído del todo. El ver el estropicio que casi organizan en su piso sus dos invitados podría haberle causado un ataque de nervios, de no haber estado psicológicamente preparado para lo peor.
-Bueno, vamos a ver...- murmuró Tatsuha rascándose la cabeza, mientras repasaba unas notas mal echas en una libreta- ... soporte audiovisual esta, manuales visuales de ejemplos prácticos están, mímica corporal de interrelación ... umn ...podrían estar, clases practicas...-el moreno frunció el ceño mirando incriminatoriamente al cantante desgreñado y jadeante que le devolvía la mirada con odio escondido tras la puerta del baño- ... suspendidas.
Con una mueca cansada, el moreno empezó despeinarse los cabellos frustrado.
¡¡Joder Shuichi!! Todo el día y no hemos hecho nada! ¡Así no conseguirás nada con mi hermano ni para el año que viene!
La mueca agresiva del cántate cesó, siendo sustituida por unos ojos grandes y llorosos antes de que éste cerrase la puerta del servicio y se empezara a escuchar un berreo bastante característico.
-De todas formas - añadió Nakano alzando la cabeza de su guitarra para dejar ver una expresión dispar ligeramente azulada- eso de "mímica corporal de interrelación" sinceramente, no creo que con Yuki-san funcione, es más, no creo que ni con la más tonta de las chicas funcionase...
-¿Por qué no? - Tatsuha se volvió hacia el guitarrista con la clásica expresión arrogante de aquel que le han herido el orgullo de su ilustre profesión- ¡Que sepas que son todo técnicas acreditadas por mi mismo, y he "seleccionado" las mejores para mi cuñadin.
Hiroshi suspiro volviendo a hundir la cabeza en la guitarra. Con un pensamiento bastante pesimista, trató de no imaginar a efectos prácticos que ocurriría cuando, Shuichi dejándose mal aconsejar por el menor de los Uesugi, se presentara delante del escritor caminando como si tuviera un bicho en los pantalones, con una rosa roja entre los dientes, soltándole frases tipo "¿no es verdad ángel de amor..." o "La luz de las estrellas esta noche resalta el azul de tus ojos" pues dudaba mucho que ese tipo de "presentación" funcionase con alguien, mucho menos tratándose del escritor que difícilmente se quedaría a escuchar mucho mas de la primera palabra... eso en el mejor de los casos.
También Nakano tuvo serias dudas sobre el tipo de gente con la que solería relacionarse Tatsuha, para que aquella sarta de llamémoslo, "variopintas costumbres", dieran los resultados que garantizaba el moreno.
-Tengo hambre - informo en tono exigente el menor de los Uesugi tras unos minutos de silencio que no fueron rotos ni por los llantos ahogados del cantante en el baño que parecía haberse aburrido de desgañitarse.
Hiroshi tiro de otra de las cuerdas de la guitarra y sin mirarle advirtió.
-Pues yo no pienso mover un dedo, todavía recuero lo del desayuno. Y es lo que me faltaba, encima de gorrones desagradecidos... además- indico finalmente con un aliento cansado- no contaba con tener tantas visitas durante tanto tiempo y creo que en la nevera queda poco mas que una lata medio vacía de atún y un montón de sobres de ketchut.
-Pues yo soy el invitado así que no pensareis hacerme cocinar... ¡encima que estoy realizando una labor social!.
-Iré yo a comprar- se ofreció Shuichi saliendo del baño a la par que esbozaba una tímida sonrisa hacia su amigo- porque Hiro yo... yo te ... yo te quier...- el cantante se ruborizo, visiblemente nervioso, mientras Tatsuha lo estudiaba con una ceja alzada de perplejidad ante el ambiente meloso que estaba empezando a rodearle- ¡Quiero prepararte la cena Hiro!...Es lo mínimo que puedo hacer para agradecerte el que siempre me estés dejando quedarme en tu casa!! ¡Permíteme hacer algo por ti!
-Shu-chan- murmuró enternecido Nakano ante la expresión de sumo agradecimiento del cantante, que se había arrodillado a su lado para tomarle sus manos entre las suyas propias de forma intima y artificiosa, invitándole también de cierta manera a sonreír.
-¿Y yo?-pregunto el moreno esperanzado rompiendo aquella atmósfera idílica de sentimientos entrañables entre cantante y guitarrista- ¿Para mi también habrá "premio"?- sondeó con una sonrisa perversa.
El cantante dejo de sonreír en el acto. Gruño por lo bajo soltando las manos de Nakano, y al final rezongo sin mucha convicción.
-Tu puedes apuntarme en una lista si quieres que te traiga algo del supermercado.
Yuki solo en el piso. Tirado mas que sentado en una silla de la cocina, con una lata de cerveza recién abierta sobre la mesa.
Un pequeño hilo de humo ondulaba delante de sus dorados y fríos ojos, zigzagueando hipnotizante, atrayente, hasta perderse difuminándose en el techo.
Tal inquietante escena se vino truncada cuando el estomago de escritor gorgoteo de forma cómica y a este se le encendieron minimamente las mejillas.
Con el cigarrillo en los labios y las ceja fruncidas, el escritor abrió el frigorífico otra vez a pesar conocer perfectamente el interior. Miro la desolada explanada y protestó.
-Baka torpe que otra vez se olvido que le tocaba hacer la compra de la semana... -cerró la nevera de un portazo-¿Es que no sabrá hacer ni una sola cosa bien?...
De pronto le llamó la atención la solapa de un paquetito de cereales azucarados que asomaba por uno de los armarios mal cerrados. Tomo la caja del desayuno, y la miro un tanto indiferente mientras sacaba de forma mecánica uno de los pocos tazones que el cantante había comprado a penas que se había mudado por propia iniciativa a su casa.
Volcó los cereales en el tazón hasta casi llenarlo. Eiri se veía un tanto extraño ahí sentado con el ceño fruncido, frente a todos aquellos corazoncitos y estrellitas azucaradas entremezcladas con algún que otro cereal de no tan grotesco aspecto.
Al no disponer de ningún otro liquido, fue la cerveza la que vertió en el tazón, empapando los glaseados cereales con el dorado y agrio liquido, revolviéndolos con el dedo antes de coger una cuchara.
Con una mueca estricta, tomo una cargada cucharada del complejo derivado que se había formado en su tazón, de un color verdoso sumamente espumoso al combinarse, dedicándole una fría mirada antes de meterselo en la boca.
Sus dientes masticaron de forma pesada y silenciosa, hasta que se escucho en el mutismo de la estancia, el claro sonido de su garganta al tragar costosamente la pasta.
Bajo la cuchara. Dejo el tazón en la mesa. Se puso de pie.
Con un marcado tic nervioso en uno de sus ojos, tomo la gabardina del pasillo y salió de su casa con las llaves del coche en la mano.
-Yo y mis geniales ideas
Shuichi se bajo del autobús. Tarde había sido consciente de que aquellas horas de la noche, la gran mayoría de negocios estaban cerrados, teniendo que buscar un mega store, servicio las veinticuatro horas del día, para no volver a casa de su amigo con las manos tan vacías como cuando se había marchado. Después de tanta palabrería y promesa vacía, no podía hacer eso.
Con lo fácil que habría sido pedir una pizza... -se lamento nuevamente entrando en el supermercado, bastante grande, luminoso, y no con demasiada gente a aquellas horas del día.
Las estanterías eran altas pero bien organizadas, por lo que pudo encontrar rápidamente lo que necesitaba para la cena. Shindou Shuichi, auto nombrado cocinero por aquélla noche en casa de Nakano Hiroshi, tomo una cesta de la compra y se armo de paciencia para comprar las pocas cosas que necesitaba: zumo de piña, pan, puré, salchichas, chocolate, algunas cebollas...
Por lo menos no se había comprometido a hacer algo demasiado complicado, sino unos simples perritos calientes al picante estilo "Kentaky Shindou", por los que nadie se molesto en cuestionar que los diferenciaba de los "Kentaky" de toda la vida.
-Grageas, grageas, grageas...¿donde están las grageas de menta que me pidió Hiro? - el cantante empezó a dar vueltas y vueltas buscando el lugar de los caramelos hasta que las vio junto a la caja, con un señor muy mayor y posiblemente miope por no decir ciego, por la cercanía con la que estaba leyendo el pequeño libro que tenia entre las manos, y que de tenerlo mas cerca de la cara hubiera tenido que amputarse la nariz.
De acuerdo, eso para lo ultimo. A ver entonces el encargo de Tatsuha- el joven de cabellos rosados dejo la cesta en el suelo y saco el papel plegado del moreno- ....
Al recorrer las líneas escritas en la nota, su cara pasó por varios matices de color, desde el natural al verdoso azulado, sin olvidarse del rojo ahogado entre ambos.
Miro angustiado hacia el estante de revistas que acababa de pasar y después miro nuevamente al señor que estaba en la caja, abstraído completamente con su novela dado que el supermercado estaba casi completamente vacío, a excepción de unas pocas personas más, tan rezagadas como él.
Aquello le hizo tomar aire nervioso, pero lo suficientemente calmado como para no querer salir corriendo del lugar.
-Tranquilo, tranquilo- se dijo a si mismo cuando llego al estante de la revistas, miro todas ellas hasta encontrar la sección que quería casi completamente oculta por las otras. Y antes de tratar siquiera de tocarlas, se aseguro que no lo estaba mirando nadie y que el supermercado seguía con la misma gente que cuando entro- ... "Piensa que lo haces por mi hermano cuñado" ARGGG!! Tatsuha yo te mato, te prometo que de esta te mato...Tenia que haberme imaginado una de estas viniendo de él. -murmuró para el cuello de la camisa el cantante enfadado ante la mofa de la posdata en la nota del moreno, tomando tres ejemplares de la balda. No obstante le dio tanta vergüenza ir con esas tres revistas solo, que termino cogiendo una cuarta de crucigramas, para ponerla encima del resto y tapar las indecentes portadas cuando un ama de casa regordeta, se paro a su lado a mirar el resto de la prensa y de paso cotillear que era lo que se estaba llevando él.
Respiro de forma agitada, nervioso y tembloroso, empezando a temer la hora de tener que ir a la caja, a enfrentarse a la mirada inquisitiva del desconocido y a la sonrisa que seguro que le echaba al ver que era lo que se llevaba para casa.
A su espalda, casualmente en ese momento, un rubio con un humeante cigarrillo en la boca, entraba directamente a la sección de comida preparada para llevar.
-Vamonos... vamonos....ya- se dijo el cantante girándose de tal manera que sin verle, siguió quedando con el rubio de espaldas, oculto por otras estanterías. El novelista cegado por el hambre, tampoco había reparado siquiera en la existencia más haya que la sección de precocinados.
Los pasos que le separaron de la caja fueron lentos y temblorosos a causa de la inseguridad. Después le reconforto la idea de que aquél hombre parecía tan cegato, que seguramente no se enteraría de lo que estaba comprando a no ser que se lo incrustara en la cara, por ello esbozo una sonrisa mas tranquila, y poso la cesta con verduras sobre la caja, con las revistas a un lado.
-Buenas noches -comento el hombre de forma mecánica empezando a pasar el chocolate, el zumo, las cebollas...
-Hola- respondió por cortesía el cantante buscando la cartera para pagar.
El hombre tomo una de las revistas y sin mirarla siquiera, paso el código de barras por el infrarrojo. Shuichi lo miro de reojo y sonrió empezando a relajarse. El dependiente tomo la segunda revista y la pasó por el mismo infrarrojo, pero ésta vez la caja no la marco. El hombre repitió el proceso pero siguió sin ser aceptado por la maquina.
Shuichi alzo la cabeza, con un billete en la mano, cuando el hombre empezó a tratar de vislumbrar cuando valía aquella revista en la que el numero era demasiado pequeño para su limitada visión. El cantante carraspeo, empezando a rehuir inquieto en el suelo. Al final el señor cogió el micrófono, y ante la mirada pasmada del joven de cabellos rosados grito:
-Encargada!! Tengo aquí un numero de "Culos ardientes" ¡¡¿Cuánto valían "los Culos ardientes"?!!
Todas las miradas se volvieron hacia la caja, haciendo un alto en sus compras, para observar de forma silenciosa a aquel joven que parecía más abochornado por momentos.
Shuichi deseo que se lo tragase la tierra, sepultase cuando una voz femenina grito por otro auricular "Cuatro con cincuenta. El numero de este mes venia con un pii (sonido de censura)ii de regalo"
El ojo de Shuichi convulsiono, con parte del cuello de su camiseta resbalando por su hombro. El hombre trato de pasar la tercera revista pero ocurrió lo mismo que con la segunda. Volvió a recurrir al micrófono.
-¿Y "las tetas mas grandes del mundo"?, ¿Cuánto valen "las tetas mas grandes del mundo"?
Una mujer que salía sin compra, paso a su lado murmurando "indecente" de forma perfectamente audible.
El cantante gimió con ojos llorosos, empezando a encorvarse hacia delante, dándole un aspecto cheposo mientras llevaba lentamente su mano hacia donde estaban las grageas mentoladas pues era lo único que le faltaba por comprar para escapar de aquella horrible trampa mortal en la que se había convertido la visita. Sin embargo una presencia a su lado desvió su atención de las cajitas y sus ojos se encontraron reflejados en unos dorados de indescriptible frialdad cuando la voz femenina gritaba "Tetas cinco con ochenta!!"
Las mejillas del cantante, un tanto enrojecidas por la vergüenza, sufrieron una rápida ausencia del color, quedándose lívidas por la impresión.
Tras la mirada fría habitual, el escritor desvió los ojos del joven de cabellos rosados, posándose en el paquete de salchichas extras con la frase "las más gruesas del mundo" impresa en el paquete, de Shuichi que aun estaban sin marcar.
-Yuuki... ¿pero que haces tu aquí?- murmuro atragantado el cantante, palmeando en el aire las cajas de grageas. De los nervios, la mano se le fue un poco más halla y cogió otro paquete de un expositor contiguo. Sin mirarlo, dejo el paquete sobre las salchichas que Eiri estaba examinado. En realidad tan solo quería pagar rápido y macharse apresuradamente de allí para evitar de alguna manera aquel bochorno por el que estaba pasando.
Este era sin duda el peor momento de rencuentro, teniendo en cuenta cual había sido la ultima y comprometida trifulca entre ambos.
Alzando una ceja, el escritor dejo de mirar las frankfur, y el paquete que el cantante había depositado sobre ellas, para volver a mirar a Shuichi con una mueca enigmática.
-Por lo que veo vas a tener una noche muy ocupada- sugirió lanzando una mirada de reojo hacia la bolsa donde el empleado había metido toda la compra del vocalista. El cantante se ruborizo con una expresión desencajada pensando en todas las revistas.
-Yo no... Yuki no es...
El rubio ignoro al cantante, saco un billete pequeño que entrego al dependiente junto con la nota, dejando claro que no quería la vuelta con tal de no esperar. Al pasar junto a Shuichi se inclinó un poco para susurrar.
- Yo que tu las cocería antes
Y con esto dicho el novelista se marcho, dejando al cantante temblando, con la boca abierta y un billete convulsionando en su mano. El hombre le solicitó el dinero de la cuenta varias veces, hasta que Shindou reacciono a la tercera. Le tiro el billete encima, cogió la bolsa y salió corriendo del establecimiento mas deprisa que si lo hubiera atracado.
Llegó a casa de Nakano casi tan rojo como había salido de la tienda. Cuando su amigo le abrió la puerta, él entro con ojos llorosos y paso tambaleante.
-¿Pasa algo Shuichi? ¿No pudiste comprar lo que te pedí?
Frunciendo los labios, el cantante reprimió un puchero a la par que metía la mano dentro de la bolsa. Sacó la única caja pequeña y cuadrada que había dentro de ella. Hiroshi cogió el pequeño paquete y se la quedo mirando estático.
-Shuichi, ¿Te pedí yo una caja de condones?
La cara del cantante se torno lívida al ver la caja de preservativos en manos del guitarrista, y comprender súbitamente que era lo que había estado mirando tan fijamente Yuki en el supermercado cuando le estaban cobrando, así como los probables pensamientos que este habría tenido ante el espectáculo sumado de las revistas y las salchichas.
Con el rostro azulado, los ojos del vocalista se quedaron de un blanco decolorado, antes de que más rígido que una estatua cayese hacia atrás en plancha, dejando a su amigo con cara de no haber entendido nada en absoluto.
-Yuuki piensa que soy un pervertido... un completo pervertido- musitaba el cantante llororoso derrengado en una esquina de la solitaria mesa de la cocina, pareciendo llenar ese reducido espacio con un mal karma negativo manifestado en casi palpables y lúgubres telarañas a su alrededor- pervertiiiidoooo.....
-Es porque eso es lo que eres- murmuro un débil eco lejano justo en su oído- pero eso no es malo Shuichi. ¡¡es bueno!! Vive el amor libre, experiméntalo todo. Regala amor a todos los que te rodean!! -siguió murmurando la voz mientras que los ríos de lagrimas del cantante cesaban, y una ceja comenzaba a alzarse por encima de la otra.
-Tatsuha.....
-NO!, yo no soy Tatsuha, soy la voz de tu conciencia que trata de llevarte por el buen camino!! Ama a los demás y deja que te amen!! No te repri-
El cantante con cara de perro que muerde, se volvió aun sentado en su silla para encararse a un moreno que hablaba a través de un altavoz echo con una hoja de papel para conseguir los efectos acústicos.
mas, déjate hacer.... etto... jaja, buenos días que tal estas cuñadin?- pregunto con expresión inocente el menor de los Uesugi- ¿Mejor esta mañana?
-Mejor de cómo lo estarás tu como Yuki no quiera volver a verme por culpa de tus cochinas revistas- amenazo este con mirada severa antes de que el moreno sonriera con maldad para murmurar con falsa inocencia.
-Bueno, no era yo el que iba a montarse una orgía con media docena de salchichas...
Las mejillas del cantante enrojecieron airadas y avergonzadas, levantando un dedo amenazador a la altura del moreno, que ni corto ni perezoso, se tomo la amenaza a mofa atrapando dicho dedo en la boca para chuparlo de forma lujuriosa.
Nakano en el salón-dormitorio, se le callo el teléfono de la mano al escuchar el chillido procedente de la cocina seguido de un estruendo de cacharros caídos.
Con los ojos entrecerrados y un aspecto desgreñado, se agacho a recoger el auricular del suelo. Carraspeo.
-Si, si lo siento, si creo que fue que Shuichi me ha pegado esa... ejem, esa viruela suya. Si Sakano-san, me temo que tampoco podré ir a trabajar mañana...¡¡NO, NO HACE FALTA QUE K-SAN VENGA A VER COMO ESTAMOS!! ¡Podríais contagiaros vosotros también! ............¡Si, si, de verdad que trabajaremos el doble la próxima semana!....... ¡¡No te preocupes Sakano-san!!... De acuerdo se lo diré- el guitarrista hizo un inclinación a pesar de estar hablando por teléfono- Muchas gracias por tu comprensión. No veremos mañana por la noche en la gala. ¡Adiós!
Con los ojos cerrados, el guitarrista colgó el teléfono y rascándose el cabello de forma cansada se dirigió a la cocina. Allí como supuso, media docena de cacharros estaban tirados por el suelo y Shuichi con una hoya en la cabeza, se había parapetado en una esquina intentando protegerse de Tatsuha con una silla de por medio. Silla que había servido de poco pues el menor de los Uesugi estaba consiguiendo bastante rápido su propósito de arrancar la polea naranja que Shuindou se desesperaba por sujetar, al igual que sus bermudas.
Al ver a parecer al guitarrista, Shuichi lloro su nombre pidiendo ayuda y el moreno se volvió con sorpresa hacia él.
-¿Pero tu no se suponía que te ibas a trabajar?
-Después de cómo me dejasteis el piso ayer definitivamente no. He decidido que no os puedo dejar solos, y menos aquí. Quiero tener algo a lo que llamar casa por la noche.
El moreno chasqueo la lengua molesto, y cesó en su empeño de desvestir al cantante.
-Bien, pues vosotros diréis que es lo que queréis hacer hoy.
-Yo había pensado aprovechar la mañana... en algo útil- insinuó Nakano con una sonrisa marcada en la cara.
-¿Tenemos el mismo concepto de "útil"? -pregunto esperanzado el moreno con ojos expectantes. El guitarrista torció su sonrisa.
-Me temo que no.
Tatsuha bufo un poco decepcionado, y se sentó en una de las sillas libres de la cocina.
Había pensado en que podríamos ir a comprar la ropa que llevaremos mañana a la celebración esa en el Thermoon Park, Shuichi tu no puedes ir así, y no creo que en casa de Yuki-san tampoco tengas nada -ante la mención del rubio, Shindou enrojeció, desviando la mirada hacia otro lado- y yo tampoco tengo nada que poder llevar a ese tipo de recepciones.
-¿Con qué tipo de ropa le pareceré mas sexy a my honey Ryuichi?- empezó a murmurar el moreno ajeno a los otros dos, y siquiera al echo de que nadie le había invitado.
Sintiendo el peso de una gran gota de sudor en la frente, Hiroshi sonrió a su amigo para tratar de animarle.
-¿Te parece bien?
Suguru seguía tomando apuntes en el borde de la hoja de la partitura original de "Sleepless Beauty" junto al teclado.
De vez en cuando, sus ojos rodaban hacia el reloj de pulsera que tenia en la muñeca bajo el jersey de color verde tostado. La maquinaria sobria y elegante, le indicaba que el resto de sus compañeros deberían haber llegado al estudio al menos veinte minutos atrás.
La ausencia o retraso de Shindou, por un lado, no le extraño demasiado. Pero lo que si le sorprendió, fue la impuntualidad de su otro compañero, Nakano Hiroshi al que creía formal, serio y constante en su trabajo.
Algunos minutos más tomando apuntes en aquella partitura, tocando algunas teclas del pianillo eléctrico al azar, con una expresión de dolor o inseguridad a cada sonido que arrancaba del aparato.
Se paro a tomar un respiro en el mismo momento en que Sakano, con bastante mala cara, entraba en el estudio limpiándose el cuantioso sudor de su frente con un pañuelo blanco, tratando de sonreír aunque sin conseguir mucha credibilidad.
-Ah Fuyisaki-kun, se me olvido que estabas aquí... son tantas cosas... el jefe va a despedirme un día de estos- con una mueca doliente y los ojos próximos a las lagrimas, el productor se acerco al teclista que lo observaba con una ceja alzada- Nakano-kun acaba de llamar para decirme que no vendrá hoy ni mañana a trabajar, al igual que Shindou-san porque están enfermos... Y tu como eres muy trabajador puedes tomarte estos dos días libres....- el rostro de Sakano convulsionó en varias expresiones contradictorias entre felicidad fingida y profunda angustia, ganando al final obviamente una expresión fatalista dejando que los ojos de este se bañasen inconteniblemente de lagrimas- ¡¡a dos días de la recepción que me había encomendado el jefe!!! AHHHHHHHH ¿Por qué me pasa esto a mi? ¡¡Con la responsabilidad tan grande que teníamos de interpretar la canción del Presidenteeee!! ¡¡Voy a decepcionarle!!¡¡No soy un buen productor!!¡Todo me sale maaaaaal!¡NO me merezco la confianza que el señor presidente ha deposita en mi!! ¡¿Poooooooor queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeé?!!
Mientras el productor, acongojado y angustiado, había empezado a darse golpes contra las cuatro paredes, chocando contra todo como si se tratase de un bola en una maquinita de "pinbal" sacando la máxima puntuación, Fuyisaki de forma serena había recogido sus apuntes, había apagado el teclado, y ya se disponía a salir del edificio con una clara sensación de depresión al ver la falta de interés que estaban poniendo sus compañeros de grupo en su próximo trabajo.
Parecía que tan sólo él era consciente de la responsabilidad que tenían al deber interpretar una de las canciones más populares de Nitlle Gasper. Y es que no sólo quería interpretarla igual de bien que su primo, sino que si estaba en su mano, quería superar el impacto inicial que en su momento causo la canción. Para ello llevaba trabajando en la parte instrumental durante semanas, arreglando, matizando, cambiando y añadiendo hasta la más insignificante de las notas. Desviviéndose en general para que todo fuese un éxito.
-Pero al parecer tan sólo a mi me importa...
Y ya salía por la puerta, cuando sintió el roce del algo metálico en la nuca, acompañado del sonido que tiene un arma cuando la quitan el seguro.
-Wait please!! ¿A dónde te crees que vas?
-A mi casa, visto que nadie se toma esto en serio. Nakano-san y Shindou-san hoy no han venido al trabajo porque en teoría están enfermos y Sakano-san me ha dicho que puedo marcharme.
-Pues eso me supone un problema - K, con su sonrisa habitual (la cual había patentado hacia un par de semanas), restableció el seguro de su Mágnum, y miró a los ojos del ceñudo joven de cabellos verdosos- porque había conseguido un papel coprotagonista para un capitulo de una de esas series melodramáticas que veis los jóvenes a media tarde JAJAJAJA. ¡¡Eso les enseñaran a tomarse su trabajo más en serio!! ¡Las zanahorias son sólo para los caballos ganadores! JAJAJAJAJA ¡Ya veras con que cara se va a quedar Shuichi cuando te vea a ti en el programa y sepa que podría haberlo echo él!
-¿Quién? ¿Yo?- el teclista puso cara de pánico cuando las manazas de K le cogieron por los hombros y empezó a llevárselo a rastras hacia la furgoneta- ¡¡Pero si tengo mucho que ensayar!!
-Later! Later! - sentencio con sonoras carcajadas el rubio americano metiendo a Fujisaki en la furgoneta como si fuese un fardo de heno, y tras cerrar él su propia puerta, pisar el acelerador hasta el fondo.
Tras varias muecas de pavor, rezos por conservar su vida, y una trepidante huida de la policía porque K se salto un "Stop" justo delante de un coche patrulla, llegaron hasta unos grandes estudios a las afueras de la ciudad. A Suguru le causo una gran impresión ver a todos aquellos técnicos y personal trabajando con cartones de un lugar a otro, y por un momento se sintió emocionado con la idea de trabajar allí aunque fuese en un único capitulo.
Se volvió hacia su manager con una sonrisa esperanzada en los labios.
-¿Qué tipo de papel es?
El rubio sonrió de forma arrogante y quitándose las gafas de sol exclamo.
-Un papel de altura.
Y lo era. Suguru miro hacia abajo una vez más y grito a pleno pulmón.
-¡¡Mas alto!! ¡¡Que no se te oye bien!!
-QUE ME SOLTEEEEEEEEEEEEEEEIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSSSS!!!
Los que estaban abajo tan sólo vieron lo que parecía ser una vaca blanca con manchas, patalear y berrear colgada de una grúa boca abajo a mas de veinte metros del suelo al aire libre.
El productor de la serie, se volvió hacia el manager americano, sonriendo con emoción.
-Vaya pulmones tiene tu chico. Y grita de manera muy realista. ¡¡Nos va a quedar un programa estupendo!!
-CABROOOOOOOOONEEEEEEEEEEESSSSSS BAAAJAAADMEEE DEEE AAQUIIIII
-¿Lo ves? Maravilloso, simplemente maravilloso.
-JAJAJAJA, me gusta verme reflejado en los artista que represento JAJAJJAA
-OS HE DICHO QUE ME SOOOOLTEEEEISSSSSSSSSSSSSSS
-Seguro que el papel de víctima quedara extraordinariamente realista cuando soltemos los cables que le tienen sujeto a la polea y le dejemos bajar en caída libre hasta la piscina de pirañas de debajo.
Hiroshi se miro de forma dudosa en el espejo. Aquella ropa era demasiado formal, o así la veía él. Le daba demasiada apariencia de estirado, por lo que con bastante aplomo, se decidió por la camisa que se había probado anteriormente y los pantalones entallados pero no demasiado elegantes que le habían gustado principalmente. Una vez zanjado su propio vestuario, se volvió hacia el lugar en donde había dejado a Tatsuha ayudando a Shuichi a decidirse por las prendas.
-Ni se te ocurra!!- sentencio apresuradamente, notoriamente escandalizado el guitarrista al encontrarse a un Shindou ataviado con un traje de corte antiguo, chaleco de tres botones dobles terminado en pico, camisa con mangas apuntilladas con greca, bombin de ala ancha, e incluso monóculo y un bastón con la cabeza de metal- ¡Ni que fueras Drácula! ¡¿Cómo te has dejado convencer para ponerte algo tan ... tan...?!- fue incapaz de terminar la frase. Se volvió hacia el moreno, que si apenas había logrado contener la risa hasta ese momento, estallo en sonoras carcajadas al ver la mirada furiosa de Nakano sobre él.
-¡¡Es que tenias que haberle visto!! ¡Menuda pinta!- se defendió Tatsuha con la cara roja de tanto reírse- ¡Es que de verdad que era de película!¡Pensé que se daría cuenta que la ropa era para vacilarle ... pero cuando veo que empieza a cambiarse!!- Señalo al cantante que se había vuelto hacia los dos con los hombros caídos, el monóculo resbalando de su ojo y una expresión ceñuda claramente marcada.
A Tatsuha se le caían lagrimones de la risa imitando las posturas con las que el joven de cabellellos rosados se había estado contemplando en el espejo, y teniendo en cuenta que portaba bastón, todas ellas eran ridículas emulaciones estilo aristocráticas, pero un tanto fachosas y desmejoradas.
-Tranquilo Shuichi.......-sereno el guitarrista a su amigo cuando tuvo muy claro que de no evitarlo, el cantante posiblemente le rompería el bastón en la cabeza al moreno que se había apoyado en una pared, para mientras golpeaba con un puño esta, seguía señalandole con el dedo completamente doblado de la risa- si es que sabia que no os podía dejar solos...
-Esta esta bien, esta bien, seré serio- el menor de los Uesugi se limpio las lagrimas de las comisuras de los ojos, y sin poder dejar de esbozar una sonrisa demasiado amplia para el gusto del cantante, Tatsuha cogió un juego de chaqueta y pantalón que tenia apartado y se lo tendió con media inclinación.
My lord...
-¡Yo lo mato!- grito Shindou con una mueca asesina en la cara.
-¡¡Tranquilo Shuichi!!- lo paro el guitarrista, haciéndole una llave en que le sujeto ambos brazos, cuando el cantante trato se saltar sobre el moreno que había estallado de nuevo en carcajadas.
-¡¡Suéltame Hiro que lo mato!!¡¡Lo mato!! ¡¡Se lo ha estado ganando a pulso!! ¡¡Lo mato!! - intento dar pataditas en el aire pero o bien Tatsuha estaba fuera de su alcance o sus piernas se habían acortado de repente, pues por mucho que pataleo sin tocar el suelo, no consiguió nada de lo que pretendía.
Cuando se cansó el guitarrista le soltó.
-Yo sólo quería estar guapo para que me viera Yuki.... -lloriqueo repentinamente el cantante.
-Ah, ¿Pero va a ir mi hermano también a la gala de mañana?- pregunto el moreno con seriedad. Nakano le miro encogiéndose de hombros.
-La verdad... -Tatsuha se llevo una mano a la barbilla con aire meditabundo- es que vaya o no, seria un buen momento para que practicaras todo lo que he tratado de enseñarte...
Shindou le miro de forma recelosa.
-¿Con otras personas?
-Claro
-¡¡Pero yo sólo quiero a YUKI!!
-Ya, ya.... - le resto importancia el moreno empezando a buscar por primera vez ropa seria en el establecimiento, cuyas dependientas estaban por algunas extraña razón , agazapadas todas juntas tras el mostrador, mirando con cara de pavor a sus nuevos clientes- pruébate esto.
Shuichi miro a Nakano antes de aceptar la prenda, pero como el guitarrista volvió a encogerse de hombros, la tomo con desconfianza y tras lanzar una mirada asesina al moreno, entro a los vestuarios.
Cinco minutos después salía mirándose no muy convencido.
-¿Qué tal?
-Yo lo veo bien -murmuro Tatsuha ladeando a un lado la cabeza, en un claro gesto de que no opinaba exactamente lo mismo que decía.
-Si, muy bien- añadió Nakano mirando con irritación al menos de los Uesigi- tu quédate con Shuichi mientras yo voy a comprar una funda de violín y ya lo podemos meter en la mafia italiana. ¡Si parece sacado del padrino!
-Ya, pero eso no quita para que no este bien - se defendió con indiferencia el moreno- además así a lo mejor podríamos comer gratis en el restaurante italiano que había de camino ¿no?
Nakano puso una expresión implorante hacia el cielo, mientras que su amigo bajaba la cabeza, avergonzado y con el animo bastante pisoteado.
Con paciencia busco nuevas prendas en perchas y estantes continuos. El guitarrista cogió una camisa y tras examinarla con duda, se volvió nuevamente hacia su amigo que ahora ya no parecía un capo de la mafia, dado que se había echo una bola junto al macetero de un helecho, y parecía jugar con un alfiler del suelo de forma deprimida.
-Mira Shu- comento Hiroshi con aquella misma camisa y un traje de chaqueta y pantalón- ponte esto.
Sin convicción, el cantante tomo las prendas y volvió a meterse en el probador. Cuatro minutos después, salía cabizbajo, nervioso, y enfurruñado.
-Como volváis a reíros de mi os voy a...
-Perfecto- le cortaron ambos jóvenes a la vez.
Shuichi alzo la cabeza sorprendido, volviéndose hacia el espejo de cuerpo entero de la pared. A pesar de ser radicalmente distinto aquel traje a sus atuendos normales, debía de reconocer que aquella prenda elegante pero sin llegar a ser de estricta etiqueta, de color negro en combinación con la camisa de una tonalidad mas oscura y no obstante similar a la conocida como granate, le daba un toque distinto y agraciado, con cierto nivel de madurez.
Al menos a lo que la vista se refería.
-Acércate- le comento Hiro con una sonrisa divertida.
Obedientemente, el cantante se aproximo a su amigo que le esperaba con una corbata negra en las manos. Con paciencia, Nakano deslizo el complemento por el cuello de Shuichi, nivelándolo, realizando nudos y vueltas con facilidad, hasta que la corbata estuvo pulcramente anudada a su cuello y el guitarrista dio los últimos toques ajustándola y centrándola en el cuello con sensualidad.
Al ver la escenita, varias de las acongojadas dependientas, emitieron un inconsciente suspiro, que hizo ruborizarse tanto a guitarrista como a cantante.
Tras un brillo cómplice en los ojos de ambos, Hiroshi añadió.
Sin lugar a dudas este.
Sakano había sufrido ocho desmayos consecutivos en menos de cinco minutos.
Al encontrarse a su empleado más excitable, tan desesperado correteando por las oficinas de NG, Thoma le sonrió de forma cordial, invitándole a tomar un café en su oficina.
Al borde de un ataque de nervios, y con las lagrimas aun recorriendo a ríos por sus mejillas, el productor acompaño a su jefe con el funesto pensamiento de que por fin, de una vez por todas, le iban a despedir.
Tomo asiento como al que le colocan en la silla eléctrica, quedándose muy quieto, silencioso y cabizbajo hasta que Seguchi le tendió una taza de aromático café apoyada en un plato pequeño.
-Aquí tiene Sakano-san
-Gracias señor presidente- repuso de forma inmediatamente servil el productor, haciendo muchas, rápidas y consecutivas inclinaciones de cabeza con las que termino vertiéndose la infusión sobre de los pantalones. Sakano puso el grito en el cielo, dejando las porcelanas sobre la mesa de forma desesperada mientras se aseguraba de no haber manchado nada que no fuera el mismo.
-¡¡AHHHH!!¡¡LO SIENTOOOOO!!¡¡LO SIENTO DE VERDAD!!!¡¡NO SOY DIGNO!! ¡Mi incapacidad en una deshonra para la empresa!- el productor volvió a retomar su llanto anterior- ¡¡Señor presidente no debo de tener el honor de trabajar con usted!!¡¡LO SIENTOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
-Cálmese Sakano-san -sugirió Seguchi con una sonrisa tranquilizadora tomando asiento en su sillón- Nada de lo que usted pueda hacer va a ser peor que la vez que Ryuichi-san para celebrar su viaje a los Estados Unidos, organizo una fiesta de despedida en mi despacho y lo que iba a ser una "merienda", termino siendo una batalla campal de comida. Las manchas de pastel y canapés aun pueden apreciarse en las paredes si uno las mira detenidamente.- comento sin dar aparente importancia al suceso.
Le invite a que me acompañara porque había algo que quería comentarle.
Adquiriendo una actitud de suma seriedad y profesionalidad, el productor se puso en pie frente a la mesa de Thoma en una rígida postura.
-Lo que usted necesite.
Seguchi sonrió de forma divertida.
-Necesito que de hoy hasta mañana- entre lazo sus dedos apoyando ambos codos sobre la mesa- ponga a alguien detrás de los pasos de Shindou-san. En una palabra, que lo siga.
Tragando con pesadez, Sakano afirmo con vehemencia, sin atreverse a replicar o preguntar la necesidad o razón de tal acción.
-También quiero que realicen fotos de todo lo que haga e inmediatamente me las traigan a mi oficina antes del amanecer de mañana.
Minutos después cuando el productor se hubo marchado del despacho, el presidente se reclino en la silla, adoptando una posición placida que contrasto con su expresión maliciosa.
Y cuanto más comprometidas mejor... Shindou Shuichi... veremos cuanto te dura la sonrisa...
Bueno lo de arriba es una especia de resumen pero en plan toma falsa o añadiendo detallitos, vamos ke no es lo "original" pero no esta tan de coña como había pensado al principio, a ver si en la siguiente me queda mas como quería.
Asi komo comentarios ke a veces a lo mejor me paso un poko (el tema de la foto y demás ) UU pero es que tenia que ponerlo de verdad. También pido la colaboración de todos aquellos que nunca han dado su opinión, ¿qué os parece? Creéis que seré buena o mala con Shuichi? XD
También querría que me aconsejarais si alguien viera posibilidades de mejorarlo, porke aunque el fic esta íntegramente ya escrito, me ha ocurrido que en un lectura posterior ha dejado de parecerme interesante y como me de la ñoña a lo mejor dejo de subirlo porque pienso que os aburre, así que agradecería cualquier consejo --
Muchas gracias a los que están leyendo estas paranoias y a las que capitulo a capitulo me van dejando su opinión :
Y please visit my doujinshi en la web de Sakura-san o (no, no he actualizado pero es por hacerme publicidad
-Yuukiii...Yo quería ... quería pedirte una cosa. Quería... quería...
El ojo del escritor le convulsionó de forma inquietante. Yuki encendió la luz, girándose furioso hacia el cantante que con una leve cortina carmesí, no se atrevía a mirarle directamente.
-¡¡¿QUÉ?!!, ¡¿Qué quieres?!, ¡LLEVAS DOS SEMANAS ASÍ!, ¡Di lo que sea, pero dilo YAAA!!
Shuichi miró con inocencia expectante al rubio de pelo revuelto, mejillas enrojecidas por la ira y manos crispadas en la desesperación.
-Es que...yo quería... -el cantante pareció dudar- ¡¡UNA HORCHATA CON PIMIENTOS!!
-¿Pero me quieres decir cual es el problema?
-Es que es algo muy personal, me da mucha vergüenza.
- ¿Seguro que no has tenido problemas con Yuki?
-No exactamente- Shuichi suspiro- pero ahí algo que no puedo quitarme de la cabeza, porque sinceramente, es algo que bueno... jejejeee... - Hiro se sorprendió al ver las mejillas del cantante tornarse carmesíes, así como un pequeño de destello de culpabilidad picara en sus ojos violetas- ... me apetece muchísimo...
Hiroshi empezó a mirarle con recelo, ruborizándose de forma violenta cuando el cantante de forma distraída y con una leve rubor en las mejillas se procuró algo de refresco de su baso, acariciando de forma insinuante la pajita plastificada semitransparente.
-¡Joder Shuichi contrólate! - exploto el guitarrista de los nervios- si estas pensando en hacer cochinadas con Yuki-san al menos ten la decencia de disimular y dejar de hacerle "mamaditas" a la pajita!!!
-Eh? Ah? -el cantante conmocionado, se detuvo visiblemente avergonzado- lo siento no me di cuenta...
-Yo... ehhh... Yuuuki... jejej...te, te acuerdas que te dije que quería algo verdad? Pues no era la horchata, eso lo dije para despistar... -la expresión del novelista se contrajo poniéndose aun mas rígida. Sus ojos dorados brillaron de forma amenazante- la verdad es que yo... yo quería acostarme contigo... pero siendo yo el que ... bueno, ya sabes... que cambiáramos los papeles para variar...
Shindou, con el rostro de un color rojo violento, trató de no acobardarse lanzando una mirada suplicante pero aun así esperanzada al escritor, que no dejo de observarle con frialdad y desconfianza.
-... Bueno, ¿qué me dices?
Yuki le lanzó una mirada ilegible.
-Que dejes de drogarte
Shuichi´s Live Action 2.00: ACT 002
El cantante rodó una vez mas en la cama. Murmuro algo sobre una doble nosequé con beicon, y quedo con la cabeza colgando en el borde del colchón.
Un leve calor a modo de respiración pausada le hizo cosquillas en la mejilla.
Respondió suave y de forma automática, cuando la respiración se torno beso sobre boca, separando los labios para recibir una húmeda intrusión, un tanto instintiva y salvaje. Shuichi suspiró complacido, abriendo los ojos de forma despejada, esbozando una relajada sonrisa hacia aquellos ojos rasgados que tras enfocar perezosamente se rebelaron azules en vez de dorados.
-UUWUUUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!!!
El grito sirvió como sucedáneo de despertador para todos aquellos vecinos que estuviesen durmiendo a aquella temprana hora de la mañana.
Hiroshi, visiblemente atareado hasta ese momento en la cocina, se volcó encima todo el zumo que estaba exprimiendo para el desayuno a la par que rompía con el codo al volverse los dos vasos de cristal en los que pensaba servirlo. Salió corriendo, maldiciendo por lo bajo al esquivar los trocitos de cristal en el suelo para no picarse los pies, y acudir urgentemente al reclamo.
En el dormitorio que también hacia las funciones de salón, se encontró a Shindou pudorosamente cubierto con las sabanas de la cama, cual airada dama que ve peligrar su virtud, en una expresión encendida llena de resentimiento de aquel que le han quitado algo valiosísimo y no lo va recuperar.
Ante la actitud exagerada de su amigo y la sonrisa excesivamente amplia en el rostro del menos de los Uesugi, el guitarrista se apoyo en el marco de la puerta cruzándose de brazos.
-Que sepáis que acabo de romper los dos últimos vasos de cristal que me quedaban y ahora nos veo desayunando en el caldero de la ropa... ¿se puede saber qué ha pasado?- preguntó el guitarrista con tono paternal descruzando los brazos en actitud paciente del que espera oír una larga serie de batallitas. Shuichi se ruborizo señalando furiosamente al moreno.
-¡¡ME HA BESADOO!!! ¡Y CON LENGUA!
Nakano alzo una ceja contrariada e interrogante hacia el acusado que se limitó a sonreír de forma engreída.
-¿Qué?- se encogió de hombros- me dijiste que lo despertara, pero no me especificaste el cómo... por cierto hoy que era lo que íbamos a desayunar, ¿churrasco de qué?
El comentario, y el oportuno olor a requemado, hizo a Hiroshi volverse rápidamente por donde había venido, profiriendo varias maldiciones, de diferentes escalas ofensivas, pero cada cual de mayor grado que la anterior, hasta que se escucho finalmente el sonido del grifo al abrirse y la sartén crujir y chispear de forma furiosa bajo él.
Algunos minutos después, en la cocina, los tres muchachos miraban con expresiones similares sus desayunos torrefactos en pálidos platos de cerámica. Tatsuha se preguntaba si siquiera aquello no seria venenoso con su ingestión. Shuichi se limitaba a empujarlo de forma dudosa con los palillos para uno y otro lado.
Nakano termino contemplando a ambos con el entrecejo fruncido y cara adyacente al odio.
-¡¡Ni se os ocurra quejaros, esto es culpa vuestra!!
La respuesta regreso a modo de miradas quejumbrosas, llenas de inocencia y arrepentimiento, casi con brillo endilgador en ellas. Hiroshi lucho por el que el leve temblor de su ojo no desembocara en un acto violento que finalizara en una carnicería en su propio piso.
Movió un poco su desayuno sin mucho interés. Comenzó a sonarle el móvil.
-Moshi, Moshi?... ah Fujisaki... si, no, no te había conocido. Si...- Shuichi ladeo la cabeza intentando poner la oreja en la conversación, al igual que Tatsuha que aun mas descarado se había colocado la mano delante del oído para que la acústica fuera mejor- ... no, no lo sabia. ¿Cuando? dentro de tres días? ¿contando con hoy? ¡¿Eso no es pasado mañana?! ... no, no sé donde esta eso. Repíteme el nombre por favor. Hotel Thermoon Park, a las 8. Si, lo buscare después en un mapa, aunque lo de que sea de semi formal va a ser un problema... ah, tu vas a ir con un chaleco y una blusa normal?, si mejor, sino seria un problema..... si, yo se lo digo no te preocupes. Venga, gracias por llamarme. Estaremos ahí en un par de horas. Adiós
Colgó con lentitud. Los dos jóvenes que se habían inclinado sobre él para tratar de espiar su conversación, retomaron sus lugares anteriores, volviendo a pinchar sus desayunos entre carraspeos nerviosos y sonrisas circunstanciales de breve duración.
-Era Fujisaki -comento Nakano con una sonrisa jocosa al ver la expresión tan lograda de sorpresa que consiguieron reproducir sus invitados- va a haber una fiesta dentro de tres días en este hotel, están invitadas algunas celebridades literarias, de la prensa y musicales. K-san a conseguido invitaciones para nosotros también.
Shindou torció el ceño con desagrado.
-La verdad es que no me ape-
-¡¡¿VA A IR RYUICHI?!!- acoto impetuosamente el moreno, tomando posesión de la mesa, tirando tanto los desayunos requemados como al cantante con silla incluida al suelo, por encontrarse en medio de los dos.
Hiroshi permaneció mudo e indiferente, mirando las dos piernas tiesas apuntando al techo que ocupaban el hueco que hasta hacia escasos segundos había ocupado Shuichi. Después, tras una profunda mirada de resignación dedicada íntegramente a Tatsuha, aun expectante y enardecido por la noticia, finalizo:
-Siiiii, también va a ir Sakuma-saaaan......
-¡¡GENIAAALLLLLLLLLLL!! ¡¡genial!! genial!!- proclamó entre saltos de emoción el menos de los Uesugi, ajeno a los movimientos torpes de Shindou que frotándose la cabeza con visible enojo, enderezaba la silla para sentarse de nuevo de una forma normal.
-Si, genial, pero bájate de la mesa y deja de babar mi escoba por favor- pidió con voz monocorde el guitarrista ante la ultima exhibición de júbilo del moreno- me gustaría no hacer ciertas asociaciones la próxima vez que tenga que utilizarla...
-Ohayoooooooooooooooo nanoda!!!! Mi conejo Kumagoro quería una mascota. ¿Qué puede venderle?
Peculiar frase para el primer cliente de la mañana. El dueño del establecimiento de mascotas miro con duda razonable, al conejo de peluche que se "había sentado" en el mostrador de su negocio esperando ver distintas clases de mascotas.
Después su visión cambió hacia el individuo tras el mostrador, de estatura mas bien baja, cabellos ocultos atados por un juvenil pañuelo en la frente y gafas redondas de sol.
-Pues vera señor- comenzó el dependiente hacia su cliente- teníamos...
-Para Kumagoro nanoda!! La mascota es para Kumagoro!!!!- rezongo el hombre levantando al conejo de peluche rosa como si lo que estuviera diciendo fuera tan obvio que fuera un pecado el confundirse. El dueño del negocio dudo, y finalmente obviando la salud mental de su cliente, centró su atención en el peluche y continuo como si tal cosa.
-Como le iba diciendo teníamos muchas mascotas, tenia algo pensado? algo como por ejemplo.. no se ... un perro o un gato? o quería más del tipo de mascota como pueden ser las tortugas o los peces de colores?
-Kumago quiere una mascota distinta!! Algo que brille nanoda!!!
El vendedor se llevo una mano a la barbilla pensativo en la misma medida que nervioso y desconcertado, e irritado finalmente cuando el cliente dejo al conejo sobre la mesa y empezó a toquetear varias cosas, no parando hasta que tiro una torreta de latas de comida en promoción, después de haberse enganchado el dedo con una pajarera por el susto de que uno de los loros se le hubiera arrojado a la cara cuando trato de meter la mano en la jaula.
-¿Qué brille?- el hombre trato de parecer sereno a pesar de estar completamente aturdido, más aun cuando el "respetable cliente" se puso completamente en evidencia al mirarse el arañazo del dedo con una mirada infantil y llorosa, empezado a hacer sonoras aspiraciones nasales a cada cual más quejumbrosa- ¿No querrá una raya eléctrica? lo siento de esas mascotas no tenemos aquí. Como no quiera una serpiente...
-¡¡Serpiente nanoda!!! -el joven abrió mucho los ojos. Olvidándose del corte, miro con una pequeña sonrisa que pronto empezó a ensancharse en su rostro al conejito de peluche- ¿Kumagoro quieres una serpiente noda?.. ¿si?... ¡¡Bien!! - concluyo con expresión dichosa de aquel que acaban de recompensarle con algo bueno- Kumagoro quiere una serpiente, ¿Las tienen de colores?
-Eh... no...- informo con resignación el dueño del establecimiento.
Los empleados de Nittle Gaster hacia ya algunos minutos que habían empezado con su rutina diaria, por ello no dieron demasiada importancia a la entrada de uno de los que había sido durante un corto periodo de tiempo, uno de los miembros mas importantes de la organización. Sakuma Ryuichi entro por la puerta principal portando una caja grande entre los brazos. Con Kumagoro sobre ella, se metió en los ascensores para bajarse en el piso donde estaba la oficina de Thoma. No tardo mucho en encontrarse frente a frente con el rubio.
-Buenos días nanoda!!!
-Ah, Ryuichi-san, precisamente iba a llamarte... -dejo los papeles que estaba colocando sobre el escritorio, lanzando una mirada interesada sobre la caja de aspecto poco pesado pero nada manejable que el cantante dejo con dificultad en el suelo-... ¿y eso?
-¡¡La nueva mascota de Kumagoro noda!! - Sakuma pareció feliz contestando la pregunta
-Ah, eso esta muy bien...- halagó formal así como poco apasionado el rubio antes de entrelazar los dedos sobre el escritorio y sonreír con su peculiar aire sereno- Ryuichi-san, dentro de tres días estamos invitados a una recepción, en realidad es algo mas que eso, tenemos la obligación de ir a interpretar un par de nuestros temas más populares... - Seguchi espero la reacción del cantante que no se hizo esperar cuando este comenzó a mordisquear la oreja de Kumagoro de forma llorosa.
-...Thoma.... no quiero ir...
-Lo sé Ryuichi-san, pero es una obligación que tenemos. Debes hacerlo. No me mires así, puedes dejarlo grabando.
-Good morning!!! -exclamo el rubio entrando por la puerta con una sonrisa radiante y en la mano un café humeante en un baso desechable.
-K!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Sakuma, dejando de morder la oreja del conejito de peluche rosado, se lanzo en plancha sobre el rubio provocando que este se tirara el café encima, y por consiguiente su rostro se contrajera y convulsionara en varias expresiones de dolor angustioso.
K!!!!!!!!!!!!!!!!! Ayúdame!!! Thoma me quiere obligar a ir a nose que sitio. ¡¡Y yo no quiero!! - el cantante empezó a berrear de forma sonora mientras que el rubio americano miraba de forma frustrada su camisa antaño blanca, y después con una ceja alzada, buscaba respuestas en el presidente que sosegado les miraba desde la mesa.
-Acabo de decirle lo de la recepción
-NO QUIERO IR!!!!!! BUABUBUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA. ¡Es la noche de terror de Kumagoro!! ¡¡No quiero ir!! ¡Kumagoro no podrá comer palomitas delante de la tele!
-Ryuichi...... -amenazo su antiguo manager.
-Además no puedo ir!! Me he roto la mano!!- se defendió el aludido con una mirada dolida y desesperada alzando a la altura de los ojos del rubio el dedo donde se había echo el raspón minutos atrás- Y me duele mucho nanoda!! ¡No voy a poder sujetar el micrófono! ¡¡Es una herida muy grande noda!!, ¡¡Kumagoro me dijo que lo mejor era que me llevaran al hospital! ¡¡Quizá se me gangrene la mano si me hacéis cogerlo!!
Ambos hombres miraron con estupor el dedo, cuyo arañazo habría habido que examinar con lupa para poder precisar con exactitud su gravedad.
Recuperando la compostura, Thoma se llevo un puño a al aboca y tosió.
-Vaya, siendo así no podemos hacer nada... es una lastima, ahora sólo ira Bad Luck, una autentica lastima... -apunto de forma casual tomando en aquel momento unos folios que guardo en un maletín.
Aun aferrado en la cintura del manager americano, una sonrisa que por un instante pecó de todo menos de inocente se extendió por los labios de Sakuma a la par que se bajaba el dedo magullado. Se volvió hacia Seguchi que esperaba una respuesta con la tranquilidad del que sabe que lo tiene todo ganado.
-¡A Kumagoro le gusta cumplir los compromisos! ¡¡Pero Thoma deberá grabarle la película de la tele Noda y traerle un saco de palomitas "Special Spacial" con extra de mantequilla!- acotó rápidamente Sakuma retomando su faceta infantil. Cogió a su conejito y abstrayéndose de todo, empezó a jugar con él por el cuarto, emulando a un superhéroe volador. Mientras el cántate hacia esto, K se acerco a la mesa del presidente, con un lúgubre y triste entendimiento en los ojos de ambos. Después, el americano reparo en la caja de cartón del suelo.
-¿Y eso? - se acerco indiscreto, levantando la solapa de la misma mirando con gran interés lo que había en su interior- ¿Es un juguete?
Un siseo y el rubio soltó la solapa de cartón de la caja desenfundando de forma agresiva su mágnum.
-¡¡A MI NO ME SACA LA LENGUA NADIE Y SE QUEDA TAN FRESCO!!
"Ni lo pienses" Se dijo así mismo Nakano sobre su rugiente vehículo de dos ruedas, cuando inevitablemente, sus ojos rodaron hacia la ventana de su apartamento tras la cual Shuichi le hacia señas con los brazos a modo de despedida, levantaba el pulgar y sonreía confiado.
Empezaba a sentir ese leve temblor o pánico de tener que comunicar en el trabajo que el cantante del grupo faltaría algunos días al trabajo, sin tener ninguna excusa convincente para mejorar la precaria situación de ambos. Algo sumamente arriesgado cuando la "cordial" mágnum de K se las solicitara de forma pacifica y amistosa.
Nakano quitó el pedal de la moto de una patada, poniendo en marcha su transporte antes de arrepentirse de ir a trabajar, en vez de fingir una desconocida pero de igual forma terminal enfermedad que le impidiese cumplir a él también con sus obligaciones.
Shuichi dejo de sacudir los brazos cuando la moto de Hiro se puso en marcha y se perdió tras girar por una esquina calle abajo. Se quedo arrodillado sobre la cama, con el animo empezando a desinflarse con la misma rapidez con la que había llegado. Una rápida mirada a la desolada calle le hundió por completo.
-¿Qué, cuñadin? ¿Empezamos ya con la teoría?
Se alarmo ante las palabras que despreocupadas, fueron murmuradas en una respiración contenida en su cuello. El cantante se volvió ruborizado encarando a un moreno que le sonrió visiblemente divertido por la reacción.
Y deberíamos darnos prisa, porque voy a tener que enseñarte algunas cosas...- evaluó de arriba a bajo al cante, articulando finalmente un sonido de disconformidad a la par que añadía- en realidad bastantes cosas... Y no creo que andemos muy sobrados de tiempo ninguno de los dos. Eso sin contar con que supongo que querrás volver a casa de mi hermano cuanto antes ¿no es así?
Shuichi miró Tatsuha con recelo, aun agarrandose la camiseta a la altura de su pecho movido por el susto. Bajo la cabeza tras afirmar avergonzado pero serio.
-Bien bien- el moreno se frotó las manos buscando la mochila que había traído a casa del guitarrista- el video que te deje lo vistes entero no?
Con una mueca de enojo, Shuichi afirmo nuevamente en una mirada esquiva e incomoda, sin añadir que había sido precisamente dicha cinta, el desencadenante de que Yuki le hubiera vuelto a echar de su casa.
Pues creo que podríamos continuar mirando algunas de estas revistas de mi colección privada...
El moreno deposito con cuidado, varios ejemplares de revistas sobre la cama. Sentándose junto a estas, miro algunos números hasta que sonrió sacando de un plástico protector la única que estaba envuelta.
-Jeje, mira, seguro que esta te interesa.
Inocentemente, Shuichi tomo la revista, cave casi hasta que con interés, cuando Tatsuha dejo de darle la espalda para tendérsela amablemente. El cantante sonrió agradecido antes de enfocar la foto de portada y los titulares, e inmediatamente, sentir como si los músculos de su mandíbula hubieran dejado de sostenerle el maxilar inferior, y toda la parte de abajo de su boca se le hubiera caído hasta las rodillas que tenia sobre el colchón.
-¡¡¿SAKUMA-SAN?!!- exclamó exaltado, con los ojos desorbitados y un rubor furioso extendiéndose velozmente en su mejillas, cuando desorientado comenzó a pasar las paginas de aquella revista de fotos cuyos modelos estaban en indecorosas poses, hasta llegar a varias que le abochornaron provocándole visibles temblores
¡¡¿Qué hace Sakuma-san posando en este tipo de revistas?!!
Tatsuha se subió al colchón de rodillas, mirando de forma lasciva las fotos que Shuichi sujetaba entre sus manos temblorosas, aun incrédulo de lo que tenia delante, y mirándole como en busca de una explicación que le desmintiera lo que sus ojos contemplaban abrumados.
-Si Shuichi, relájate, no es Ryuichi, es un montaje que hicieron hace algunos años. Buscaron a un tío que se le pareciera y ya sabes como son estas cosas: copias un corte de pelo, maquillas en algunas zonas, y mucho retoque por ordenador...- el moreno se quedo estático durante un segundo mirando con expresión babeante aquellas mismas fotos- ... aunque no me importaría mucho que lo fuera... My honeyy Ryuichiiiiii....
Más tranquilo por Sakuma, pero escamado con el menor de los Uesugi, Shuichi ruborizado cerró sonoramente la revista, aun tembloroso por imaginarse al cantante de NG haciendo según que tipo de cosas. Tatsuha tosió de forma comprometida cogiendo la revista y volviéndola a guardar en el plástico, de forma ceremonial y sumamente pulcra.
Aquel comportamiento excéntrico arranco una sonrisa del joven de cabellos rosados, dándole por primera vez, la confianza o el animo para hacer el típico comentario picajoso que por lo habitual tan sólo le habría echo a Nakano.
-A saber que es lo que habrás estado haciendo con esa revista desde que la compraste, jejeje...
Tatsuha termino de guardarla, y volviéndose todo serio hacia el cantante que lo miraba con ojillos divertidamente acusadores, comento.
-Exactamente los mismo que con el ejemplar en el que saliste tu hace tres meses. Y por cierto, nunca me imagine que nadie fuera capaz de hacer tantas cosas con un micrófono....
La sonrisa jocosa de sus labios desapareció inmediatamente, dejando un rostro pálido que se torno lívido o amoratado cuando el moreno se acercó un poco más a él con una ancha y lasciva sonrisa.
-Lo que me recuerda que si quieres podemos saltarnos las clases teóricas y empezar directamente por las prácticas...
A Nakano le había costado un triunfo subsistir medianamente bien aquella mañana. Descartando la opción de negar de forma reiterada el conocimiento del paradero de Shuichi tras que Sakano casi entrara al borde del coma después de llamar a la policía o para ser más exactos al departamento de desaparecidos a lagrima viva, no le quedo otro remedio mediante la motivación que tal sólo K con su amada mágnum podía ofrecer, de dar una semi oficial versión, lo mas parecida que pudo a la realidad de porque Shindou no iba a poder afrontar sus obligaciones al menos en tres días: El cantante había cogido una extraña y variante cepa de la varicela que le había dejado postrado en cama con fiebres altísimas, y debido a lo complejo de su estado era mejor no molestar de ninguna manera.
Se froto la cabeza cansado cuando llego a su barrio, aparcando la moto en el lugar habitual. Cuando se quito el casco y su cabello desordenado le tapo los ojos, tan sólo pudo recordar nervioso el momento en que su manager había guardado la pistola no muy convencido con la explicación, pero por alguna extraña razón sin hacer mas preguntas, continuado con los ensayos previstos del día.
Subió las escaleras que le llevaban a su casa, y sacando las llaves agradecido de estar por fin ya en la paz de su casa.
Paz interrumpida por varias voces que se filtraban desde el interior.
-¡¡¿Qué pasa?!! ¡¿Ya no te quieres follar a mi hermano?!!
-GRRRR
-¡¡SHUICHIIIIIIIIII!! ¡¡Baja del armario!!
-GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR
Nakano sintiendo una gota de sudor resbalando por su frente, abrió nervioso la puerta de la casa para encontrarse al menor de los Uesugi tratando mediante las cerdas de una escoba, de bajar el bulto humano que encima de un armario, gruñía y hacia sonidos similares a un gato que se siente amenazado, mientras pegaba zarpazos furiosos a lo que alcanzaba de cepillo.
-SHUICHI No seas crió y baja de una vez!!
-MAUUUUUUUUUUUUUUUU!! shhhhhhh!! GRRRRR!!!
Con visible agotamiento, el guitarrista cerro la puerta y se dejo caer contra la puerta. Por un momento tuvo la osadía de imaginarse una escena normal esperándole en casa. Que iluso.
-HIIIROOOOOOOOOOOOOOOOOO!! -grito el cantante al reparar en su llegada, dando nuevamente un zarpazo al cepillo, para después saltar dificultosamente del armario que perdió la estabilidad y se cayo encima del moreno.
-Vamos nanoda!! -el cantante con una sonrisa, tiro una pequeña pelota de plástico en el parque, que rodó a unos metros entre el césped- Busca!! Busca!!
Algunos de los que al igual que él, se encontraban en aquel parque, miraron con ojos curiosos al joven que tiraba la pelota sin ningún mamífero que fuera a buscarla. Poco después, sorprendidos, y simultáneamente aterrados, al reconocer por el sonido siseante, que le estaba lanzando la pelota a una serpiente de cascabel.
-Vamos nanoda!!- pidió nuevamente Sakuma al reptil, aun esperanzado porque esta fuera a por ella, al parecer ajeno a lo una serpiente semi erguida en un baile sinuoso con la boca abierta enseñando su vifida lengua mientras movía su extremidad posterior produciendo su característico sonido, podía significar.
El joven se volvió hacia su conejito con desesperanza, retrocediendo de forma casual unos pasos, justo en el momento el que la serpiente se lanzaba a morderle un pie.
-Na, Kuamogo, me parece que escogiste muy mal la mascota!! -reprendió al peluche- ¡¡No sabe hacer nada!! ¡¡Para la próxima vez me dejas elegir a mi nanoda!!- volvió a añadir el cantante en tono de reproche, poniéndose el conejo rosa sobre la cabeza, a la par que arrancaba exclamaciones a su alrededor cuando cogió con las manos a la serpiente y se la puso alrededor del cuello como si tal cosa.
-Veremos si al menos podemos enseñarla a traer el periódico...
-Buenas tardes Eiri-san. ¿Qué tal estas?
El escritor, con una mueca reservada se hizo a un lado para dejar pasar al presidente al interior de su casa. Una vez hubo cerrado la puerta, Eiri dio la espalda a Seguchi mientras este se descalzada, y dejaba su abrigo en el perchero de la entrada.
Veo tu casa muy silenciosa. ¿Y Shindou-san?
-No esta aqu
Thoma fingió sorpresa, alzando las cejas al unísono que dejaba escapar una exclamación de asombro.
-Oh, vaya! Y yo que venia a visitar a mi empleado tras enterarme esta mañana por medio de Sakano-san que Shindou-san estaba enfermo de un extraño caso de viruela...
El escritor esbozo una sonrisa cómica de aquel que entiende el chiste perfectamente, pero no tiene intenciones de comentarlo.
... que tan sólo podía contraerse en la selva tropical y que por cierto esta erradicada desde hace mas de veinticinco años...- comento el presidente sin decaer en ningún momento su tono de completa perplejidad, terminando en una sonrisa risueña- ¡De verdad que no me lo explico!
Mientras Seguchi tomaba asiento, Yuki fue a la cocina a buscar algunos platos, cubiertos y bebidas.
Cuando lo tuvo todo sobre una bandeja, tomo el recipiente de la cafetera, apartando a un lado la caja ahora vacía de pasteles, que Shuichi había traído el día anterior.
En el salón, Thoma se había adelantado desenvolviendo un pequeño paquetito sujeto con cuerdas de colores, rebelando bajo él una tarta adornada con confituras.
-¿Celebramos algo?- pregunto el novelista, ante la sorpresa de la sustitución de los clásicos pasteles por el bizcocho escarchado.
-Contigo siempre hay motivos para celebrar- añadió en tono enigmático que saco una sonrisa cómplice por parte de los dos hombres.
Con parsimonia Eiri corto el pastel y los sirvió en los platos mientras Seguchi vertía el café en las tazas. El verlos actuar juntos, daba la impresión de que de alguna manera, sus actos siempre estaban perfectamente sincronizados. Eiri tomo el pastel para darle un tiento con el tenedor al mismo tiempo que Thoma por su parte tomaba la taza de café y le daba un sorbo.
-¿Entonces cual es el motivo de esta "Visita"?
-Saber tu respuesta por el asunto de la gala- Seguchi sonrió de forma candorosa, bajando la taza hasta la altura de su pecho- Te traje la invitación...Aunque la verdad es que también era para decirte que Shindou-san también va a asistir.
El novelista se llevo otro trozo de pastel a la boca, dejando las púas del tenedor entre los labios durante unos breves segundos en los que su mirada rodó hasta el techo de forma cansada.
Finalmente dejo el plato vació y el cubierto sobre la mesa, y sacando un cigarrillo del paquete de tabaco que tenia junto a sus piernas en el sofá pregunto.
-¿Sabe que voy yo?
-No, por supuesto que no. Pero pensé que tu deberías saberlo... por si eso influyera en tu decisión de asistir...
-No veo porque debiera de estar relacionado- comento con indiferencia el rubio con el cigarrillo en la boca, encendiéndolo de manera pausada.
-Bien, entonces no será indiscreción el preguntarte la razón por la que Shindou-san esta tan enfermo ¿verdad?
El cigarrillo de Yuki tembló, dejando paso a una expresión desarticulada que combinó de una forma un tanto peculiar con el leve sonrojo de sus mejillas.
Nakano estaba en una esquina de su propio apartamento, abrazado a su guitarra, con la cabeza hundida sobre la misma. De vez en cuando tocaba una cuerda al azar, meramente por mantener el contacto con la realidad y no saberse abstraído del todo. El ver el estropicio que casi organizan en su piso sus dos invitados podría haberle causado un ataque de nervios, de no haber estado psicológicamente preparado para lo peor.
-Bueno, vamos a ver...- murmuró Tatsuha rascándose la cabeza, mientras repasaba unas notas mal echas en una libreta- ... soporte audiovisual esta, manuales visuales de ejemplos prácticos están, mímica corporal de interrelación ... umn ...podrían estar, clases practicas...-el moreno frunció el ceño mirando incriminatoriamente al cantante desgreñado y jadeante que le devolvía la mirada con odio escondido tras la puerta del baño- ... suspendidas.
Con una mueca cansada, el moreno empezó despeinarse los cabellos frustrado.
¡¡Joder Shuichi!! Todo el día y no hemos hecho nada! ¡Así no conseguirás nada con mi hermano ni para el año que viene!
La mueca agresiva del cántate cesó, siendo sustituida por unos ojos grandes y llorosos antes de que éste cerrase la puerta del servicio y se empezara a escuchar un berreo bastante característico.
-De todas formas - añadió Nakano alzando la cabeza de su guitarra para dejar ver una expresión dispar ligeramente azulada- eso de "mímica corporal de interrelación" sinceramente, no creo que con Yuki-san funcione, es más, no creo que ni con la más tonta de las chicas funcionase...
-¿Por qué no? - Tatsuha se volvió hacia el guitarrista con la clásica expresión arrogante de aquel que le han herido el orgullo de su ilustre profesión- ¡Que sepas que son todo técnicas acreditadas por mi mismo, y he "seleccionado" las mejores para mi cuñadin.
Hiroshi suspiro volviendo a hundir la cabeza en la guitarra. Con un pensamiento bastante pesimista, trató de no imaginar a efectos prácticos que ocurriría cuando, Shuichi dejándose mal aconsejar por el menor de los Uesugi, se presentara delante del escritor caminando como si tuviera un bicho en los pantalones, con una rosa roja entre los dientes, soltándole frases tipo "¿no es verdad ángel de amor..." o "La luz de las estrellas esta noche resalta el azul de tus ojos" pues dudaba mucho que ese tipo de "presentación" funcionase con alguien, mucho menos tratándose del escritor que difícilmente se quedaría a escuchar mucho mas de la primera palabra... eso en el mejor de los casos.
También Nakano tuvo serias dudas sobre el tipo de gente con la que solería relacionarse Tatsuha, para que aquella sarta de llamémoslo, "variopintas costumbres", dieran los resultados que garantizaba el moreno.
-Tengo hambre - informo en tono exigente el menor de los Uesugi tras unos minutos de silencio que no fueron rotos ni por los llantos ahogados del cantante en el baño que parecía haberse aburrido de desgañitarse.
Hiroshi tiro de otra de las cuerdas de la guitarra y sin mirarle advirtió.
-Pues yo no pienso mover un dedo, todavía recuero lo del desayuno. Y es lo que me faltaba, encima de gorrones desagradecidos... además- indico finalmente con un aliento cansado- no contaba con tener tantas visitas durante tanto tiempo y creo que en la nevera queda poco mas que una lata medio vacía de atún y un montón de sobres de ketchut.
-Pues yo soy el invitado así que no pensareis hacerme cocinar... ¡encima que estoy realizando una labor social!.
-Iré yo a comprar- se ofreció Shuichi saliendo del baño a la par que esbozaba una tímida sonrisa hacia su amigo- porque Hiro yo... yo te ... yo te quier...- el cantante se ruborizo, visiblemente nervioso, mientras Tatsuha lo estudiaba con una ceja alzada de perplejidad ante el ambiente meloso que estaba empezando a rodearle- ¡Quiero prepararte la cena Hiro!...Es lo mínimo que puedo hacer para agradecerte el que siempre me estés dejando quedarme en tu casa!! ¡Permíteme hacer algo por ti!
-Shu-chan- murmuró enternecido Nakano ante la expresión de sumo agradecimiento del cantante, que se había arrodillado a su lado para tomarle sus manos entre las suyas propias de forma intima y artificiosa, invitándole también de cierta manera a sonreír.
-¿Y yo?-pregunto el moreno esperanzado rompiendo aquella atmósfera idílica de sentimientos entrañables entre cantante y guitarrista- ¿Para mi también habrá "premio"?- sondeó con una sonrisa perversa.
El cantante dejo de sonreír en el acto. Gruño por lo bajo soltando las manos de Nakano, y al final rezongo sin mucha convicción.
-Tu puedes apuntarme en una lista si quieres que te traiga algo del supermercado.
Yuki solo en el piso. Tirado mas que sentado en una silla de la cocina, con una lata de cerveza recién abierta sobre la mesa.
Un pequeño hilo de humo ondulaba delante de sus dorados y fríos ojos, zigzagueando hipnotizante, atrayente, hasta perderse difuminándose en el techo.
Tal inquietante escena se vino truncada cuando el estomago de escritor gorgoteo de forma cómica y a este se le encendieron minimamente las mejillas.
Con el cigarrillo en los labios y las ceja fruncidas, el escritor abrió el frigorífico otra vez a pesar conocer perfectamente el interior. Miro la desolada explanada y protestó.
-Baka torpe que otra vez se olvido que le tocaba hacer la compra de la semana... -cerró la nevera de un portazo-¿Es que no sabrá hacer ni una sola cosa bien?...
De pronto le llamó la atención la solapa de un paquetito de cereales azucarados que asomaba por uno de los armarios mal cerrados. Tomo la caja del desayuno, y la miro un tanto indiferente mientras sacaba de forma mecánica uno de los pocos tazones que el cantante había comprado a penas que se había mudado por propia iniciativa a su casa.
Volcó los cereales en el tazón hasta casi llenarlo. Eiri se veía un tanto extraño ahí sentado con el ceño fruncido, frente a todos aquellos corazoncitos y estrellitas azucaradas entremezcladas con algún que otro cereal de no tan grotesco aspecto.
Al no disponer de ningún otro liquido, fue la cerveza la que vertió en el tazón, empapando los glaseados cereales con el dorado y agrio liquido, revolviéndolos con el dedo antes de coger una cuchara.
Con una mueca estricta, tomo una cargada cucharada del complejo derivado que se había formado en su tazón, de un color verdoso sumamente espumoso al combinarse, dedicándole una fría mirada antes de meterselo en la boca.
Sus dientes masticaron de forma pesada y silenciosa, hasta que se escucho en el mutismo de la estancia, el claro sonido de su garganta al tragar costosamente la pasta.
Bajo la cuchara. Dejo el tazón en la mesa. Se puso de pie.
Con un marcado tic nervioso en uno de sus ojos, tomo la gabardina del pasillo y salió de su casa con las llaves del coche en la mano.
-Yo y mis geniales ideas
Shuichi se bajo del autobús. Tarde había sido consciente de que aquellas horas de la noche, la gran mayoría de negocios estaban cerrados, teniendo que buscar un mega store, servicio las veinticuatro horas del día, para no volver a casa de su amigo con las manos tan vacías como cuando se había marchado. Después de tanta palabrería y promesa vacía, no podía hacer eso.
Con lo fácil que habría sido pedir una pizza... -se lamento nuevamente entrando en el supermercado, bastante grande, luminoso, y no con demasiada gente a aquellas horas del día.
Las estanterías eran altas pero bien organizadas, por lo que pudo encontrar rápidamente lo que necesitaba para la cena. Shindou Shuichi, auto nombrado cocinero por aquélla noche en casa de Nakano Hiroshi, tomo una cesta de la compra y se armo de paciencia para comprar las pocas cosas que necesitaba: zumo de piña, pan, puré, salchichas, chocolate, algunas cebollas...
Por lo menos no se había comprometido a hacer algo demasiado complicado, sino unos simples perritos calientes al picante estilo "Kentaky Shindou", por los que nadie se molesto en cuestionar que los diferenciaba de los "Kentaky" de toda la vida.
-Grageas, grageas, grageas...¿donde están las grageas de menta que me pidió Hiro? - el cantante empezó a dar vueltas y vueltas buscando el lugar de los caramelos hasta que las vio junto a la caja, con un señor muy mayor y posiblemente miope por no decir ciego, por la cercanía con la que estaba leyendo el pequeño libro que tenia entre las manos, y que de tenerlo mas cerca de la cara hubiera tenido que amputarse la nariz.
De acuerdo, eso para lo ultimo. A ver entonces el encargo de Tatsuha- el joven de cabellos rosados dejo la cesta en el suelo y saco el papel plegado del moreno- ....
Al recorrer las líneas escritas en la nota, su cara pasó por varios matices de color, desde el natural al verdoso azulado, sin olvidarse del rojo ahogado entre ambos.
Miro angustiado hacia el estante de revistas que acababa de pasar y después miro nuevamente al señor que estaba en la caja, abstraído completamente con su novela dado que el supermercado estaba casi completamente vacío, a excepción de unas pocas personas más, tan rezagadas como él.
Aquello le hizo tomar aire nervioso, pero lo suficientemente calmado como para no querer salir corriendo del lugar.
-Tranquilo, tranquilo- se dijo a si mismo cuando llego al estante de la revistas, miro todas ellas hasta encontrar la sección que quería casi completamente oculta por las otras. Y antes de tratar siquiera de tocarlas, se aseguro que no lo estaba mirando nadie y que el supermercado seguía con la misma gente que cuando entro- ... "Piensa que lo haces por mi hermano cuñado" ARGGG!! Tatsuha yo te mato, te prometo que de esta te mato...Tenia que haberme imaginado una de estas viniendo de él. -murmuró para el cuello de la camisa el cantante enfadado ante la mofa de la posdata en la nota del moreno, tomando tres ejemplares de la balda. No obstante le dio tanta vergüenza ir con esas tres revistas solo, que termino cogiendo una cuarta de crucigramas, para ponerla encima del resto y tapar las indecentes portadas cuando un ama de casa regordeta, se paro a su lado a mirar el resto de la prensa y de paso cotillear que era lo que se estaba llevando él.
Respiro de forma agitada, nervioso y tembloroso, empezando a temer la hora de tener que ir a la caja, a enfrentarse a la mirada inquisitiva del desconocido y a la sonrisa que seguro que le echaba al ver que era lo que se llevaba para casa.
A su espalda, casualmente en ese momento, un rubio con un humeante cigarrillo en la boca, entraba directamente a la sección de comida preparada para llevar.
-Vamonos... vamonos....ya- se dijo el cantante girándose de tal manera que sin verle, siguió quedando con el rubio de espaldas, oculto por otras estanterías. El novelista cegado por el hambre, tampoco había reparado siquiera en la existencia más haya que la sección de precocinados.
Los pasos que le separaron de la caja fueron lentos y temblorosos a causa de la inseguridad. Después le reconforto la idea de que aquél hombre parecía tan cegato, que seguramente no se enteraría de lo que estaba comprando a no ser que se lo incrustara en la cara, por ello esbozo una sonrisa mas tranquila, y poso la cesta con verduras sobre la caja, con las revistas a un lado.
-Buenas noches -comento el hombre de forma mecánica empezando a pasar el chocolate, el zumo, las cebollas...
-Hola- respondió por cortesía el cantante buscando la cartera para pagar.
El hombre tomo una de las revistas y sin mirarla siquiera, paso el código de barras por el infrarrojo. Shuichi lo miro de reojo y sonrió empezando a relajarse. El dependiente tomo la segunda revista y la pasó por el mismo infrarrojo, pero ésta vez la caja no la marco. El hombre repitió el proceso pero siguió sin ser aceptado por la maquina.
Shuichi alzo la cabeza, con un billete en la mano, cuando el hombre empezó a tratar de vislumbrar cuando valía aquella revista en la que el numero era demasiado pequeño para su limitada visión. El cantante carraspeo, empezando a rehuir inquieto en el suelo. Al final el señor cogió el micrófono, y ante la mirada pasmada del joven de cabellos rosados grito:
-Encargada!! Tengo aquí un numero de "Culos ardientes" ¡¡¿Cuánto valían "los Culos ardientes"?!!
Todas las miradas se volvieron hacia la caja, haciendo un alto en sus compras, para observar de forma silenciosa a aquel joven que parecía más abochornado por momentos.
Shuichi deseo que se lo tragase la tierra, sepultase cuando una voz femenina grito por otro auricular "Cuatro con cincuenta. El numero de este mes venia con un pii (sonido de censura)ii de regalo"
El ojo de Shuichi convulsiono, con parte del cuello de su camiseta resbalando por su hombro. El hombre trato de pasar la tercera revista pero ocurrió lo mismo que con la segunda. Volvió a recurrir al micrófono.
-¿Y "las tetas mas grandes del mundo"?, ¿Cuánto valen "las tetas mas grandes del mundo"?
Una mujer que salía sin compra, paso a su lado murmurando "indecente" de forma perfectamente audible.
El cantante gimió con ojos llorosos, empezando a encorvarse hacia delante, dándole un aspecto cheposo mientras llevaba lentamente su mano hacia donde estaban las grageas mentoladas pues era lo único que le faltaba por comprar para escapar de aquella horrible trampa mortal en la que se había convertido la visita. Sin embargo una presencia a su lado desvió su atención de las cajitas y sus ojos se encontraron reflejados en unos dorados de indescriptible frialdad cuando la voz femenina gritaba "Tetas cinco con ochenta!!"
Las mejillas del cantante, un tanto enrojecidas por la vergüenza, sufrieron una rápida ausencia del color, quedándose lívidas por la impresión.
Tras la mirada fría habitual, el escritor desvió los ojos del joven de cabellos rosados, posándose en el paquete de salchichas extras con la frase "las más gruesas del mundo" impresa en el paquete, de Shuichi que aun estaban sin marcar.
-Yuuki... ¿pero que haces tu aquí?- murmuro atragantado el cantante, palmeando en el aire las cajas de grageas. De los nervios, la mano se le fue un poco más halla y cogió otro paquete de un expositor contiguo. Sin mirarlo, dejo el paquete sobre las salchichas que Eiri estaba examinado. En realidad tan solo quería pagar rápido y macharse apresuradamente de allí para evitar de alguna manera aquel bochorno por el que estaba pasando.
Este era sin duda el peor momento de rencuentro, teniendo en cuenta cual había sido la ultima y comprometida trifulca entre ambos.
Alzando una ceja, el escritor dejo de mirar las frankfur, y el paquete que el cantante había depositado sobre ellas, para volver a mirar a Shuichi con una mueca enigmática.
-Por lo que veo vas a tener una noche muy ocupada- sugirió lanzando una mirada de reojo hacia la bolsa donde el empleado había metido toda la compra del vocalista. El cantante se ruborizo con una expresión desencajada pensando en todas las revistas.
-Yo no... Yuki no es...
El rubio ignoro al cantante, saco un billete pequeño que entrego al dependiente junto con la nota, dejando claro que no quería la vuelta con tal de no esperar. Al pasar junto a Shuichi se inclinó un poco para susurrar.
- Yo que tu las cocería antes
Y con esto dicho el novelista se marcho, dejando al cantante temblando, con la boca abierta y un billete convulsionando en su mano. El hombre le solicitó el dinero de la cuenta varias veces, hasta que Shindou reacciono a la tercera. Le tiro el billete encima, cogió la bolsa y salió corriendo del establecimiento mas deprisa que si lo hubiera atracado.
Llegó a casa de Nakano casi tan rojo como había salido de la tienda. Cuando su amigo le abrió la puerta, él entro con ojos llorosos y paso tambaleante.
-¿Pasa algo Shuichi? ¿No pudiste comprar lo que te pedí?
Frunciendo los labios, el cantante reprimió un puchero a la par que metía la mano dentro de la bolsa. Sacó la única caja pequeña y cuadrada que había dentro de ella. Hiroshi cogió el pequeño paquete y se la quedo mirando estático.
-Shuichi, ¿Te pedí yo una caja de condones?
La cara del cantante se torno lívida al ver la caja de preservativos en manos del guitarrista, y comprender súbitamente que era lo que había estado mirando tan fijamente Yuki en el supermercado cuando le estaban cobrando, así como los probables pensamientos que este habría tenido ante el espectáculo sumado de las revistas y las salchichas.
Con el rostro azulado, los ojos del vocalista se quedaron de un blanco decolorado, antes de que más rígido que una estatua cayese hacia atrás en plancha, dejando a su amigo con cara de no haber entendido nada en absoluto.
-Yuuki piensa que soy un pervertido... un completo pervertido- musitaba el cantante llororoso derrengado en una esquina de la solitaria mesa de la cocina, pareciendo llenar ese reducido espacio con un mal karma negativo manifestado en casi palpables y lúgubres telarañas a su alrededor- pervertiiiidoooo.....
-Es porque eso es lo que eres- murmuro un débil eco lejano justo en su oído- pero eso no es malo Shuichi. ¡¡es bueno!! Vive el amor libre, experiméntalo todo. Regala amor a todos los que te rodean!! -siguió murmurando la voz mientras que los ríos de lagrimas del cantante cesaban, y una ceja comenzaba a alzarse por encima de la otra.
-Tatsuha.....
-NO!, yo no soy Tatsuha, soy la voz de tu conciencia que trata de llevarte por el buen camino!! Ama a los demás y deja que te amen!! No te repri-
El cantante con cara de perro que muerde, se volvió aun sentado en su silla para encararse a un moreno que hablaba a través de un altavoz echo con una hoja de papel para conseguir los efectos acústicos.
mas, déjate hacer.... etto... jaja, buenos días que tal estas cuñadin?- pregunto con expresión inocente el menor de los Uesugi- ¿Mejor esta mañana?
-Mejor de cómo lo estarás tu como Yuki no quiera volver a verme por culpa de tus cochinas revistas- amenazo este con mirada severa antes de que el moreno sonriera con maldad para murmurar con falsa inocencia.
-Bueno, no era yo el que iba a montarse una orgía con media docena de salchichas...
Las mejillas del cantante enrojecieron airadas y avergonzadas, levantando un dedo amenazador a la altura del moreno, que ni corto ni perezoso, se tomo la amenaza a mofa atrapando dicho dedo en la boca para chuparlo de forma lujuriosa.
Nakano en el salón-dormitorio, se le callo el teléfono de la mano al escuchar el chillido procedente de la cocina seguido de un estruendo de cacharros caídos.
Con los ojos entrecerrados y un aspecto desgreñado, se agacho a recoger el auricular del suelo. Carraspeo.
-Si, si lo siento, si creo que fue que Shuichi me ha pegado esa... ejem, esa viruela suya. Si Sakano-san, me temo que tampoco podré ir a trabajar mañana...¡¡NO, NO HACE FALTA QUE K-SAN VENGA A VER COMO ESTAMOS!! ¡Podríais contagiaros vosotros también! ............¡Si, si, de verdad que trabajaremos el doble la próxima semana!....... ¡¡No te preocupes Sakano-san!!... De acuerdo se lo diré- el guitarrista hizo un inclinación a pesar de estar hablando por teléfono- Muchas gracias por tu comprensión. No veremos mañana por la noche en la gala. ¡Adiós!
Con los ojos cerrados, el guitarrista colgó el teléfono y rascándose el cabello de forma cansada se dirigió a la cocina. Allí como supuso, media docena de cacharros estaban tirados por el suelo y Shuichi con una hoya en la cabeza, se había parapetado en una esquina intentando protegerse de Tatsuha con una silla de por medio. Silla que había servido de poco pues el menor de los Uesugi estaba consiguiendo bastante rápido su propósito de arrancar la polea naranja que Shuindou se desesperaba por sujetar, al igual que sus bermudas.
Al ver a parecer al guitarrista, Shuichi lloro su nombre pidiendo ayuda y el moreno se volvió con sorpresa hacia él.
-¿Pero tu no se suponía que te ibas a trabajar?
-Después de cómo me dejasteis el piso ayer definitivamente no. He decidido que no os puedo dejar solos, y menos aquí. Quiero tener algo a lo que llamar casa por la noche.
El moreno chasqueo la lengua molesto, y cesó en su empeño de desvestir al cantante.
-Bien, pues vosotros diréis que es lo que queréis hacer hoy.
-Yo había pensado aprovechar la mañana... en algo útil- insinuó Nakano con una sonrisa marcada en la cara.
-¿Tenemos el mismo concepto de "útil"? -pregunto esperanzado el moreno con ojos expectantes. El guitarrista torció su sonrisa.
-Me temo que no.
Tatsuha bufo un poco decepcionado, y se sentó en una de las sillas libres de la cocina.
Había pensado en que podríamos ir a comprar la ropa que llevaremos mañana a la celebración esa en el Thermoon Park, Shuichi tu no puedes ir así, y no creo que en casa de Yuki-san tampoco tengas nada -ante la mención del rubio, Shindou enrojeció, desviando la mirada hacia otro lado- y yo tampoco tengo nada que poder llevar a ese tipo de recepciones.
-¿Con qué tipo de ropa le pareceré mas sexy a my honey Ryuichi?- empezó a murmurar el moreno ajeno a los otros dos, y siquiera al echo de que nadie le había invitado.
Sintiendo el peso de una gran gota de sudor en la frente, Hiroshi sonrió a su amigo para tratar de animarle.
-¿Te parece bien?
Suguru seguía tomando apuntes en el borde de la hoja de la partitura original de "Sleepless Beauty" junto al teclado.
De vez en cuando, sus ojos rodaban hacia el reloj de pulsera que tenia en la muñeca bajo el jersey de color verde tostado. La maquinaria sobria y elegante, le indicaba que el resto de sus compañeros deberían haber llegado al estudio al menos veinte minutos atrás.
La ausencia o retraso de Shindou, por un lado, no le extraño demasiado. Pero lo que si le sorprendió, fue la impuntualidad de su otro compañero, Nakano Hiroshi al que creía formal, serio y constante en su trabajo.
Algunos minutos más tomando apuntes en aquella partitura, tocando algunas teclas del pianillo eléctrico al azar, con una expresión de dolor o inseguridad a cada sonido que arrancaba del aparato.
Se paro a tomar un respiro en el mismo momento en que Sakano, con bastante mala cara, entraba en el estudio limpiándose el cuantioso sudor de su frente con un pañuelo blanco, tratando de sonreír aunque sin conseguir mucha credibilidad.
-Ah Fuyisaki-kun, se me olvido que estabas aquí... son tantas cosas... el jefe va a despedirme un día de estos- con una mueca doliente y los ojos próximos a las lagrimas, el productor se acerco al teclista que lo observaba con una ceja alzada- Nakano-kun acaba de llamar para decirme que no vendrá hoy ni mañana a trabajar, al igual que Shindou-san porque están enfermos... Y tu como eres muy trabajador puedes tomarte estos dos días libres....- el rostro de Sakano convulsionó en varias expresiones contradictorias entre felicidad fingida y profunda angustia, ganando al final obviamente una expresión fatalista dejando que los ojos de este se bañasen inconteniblemente de lagrimas- ¡¡a dos días de la recepción que me había encomendado el jefe!!! AHHHHHHHH ¿Por qué me pasa esto a mi? ¡¡Con la responsabilidad tan grande que teníamos de interpretar la canción del Presidenteeee!! ¡¡Voy a decepcionarle!!¡¡No soy un buen productor!!¡Todo me sale maaaaaal!¡NO me merezco la confianza que el señor presidente ha deposita en mi!! ¡¿Poooooooor queeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeé?!!
Mientras el productor, acongojado y angustiado, había empezado a darse golpes contra las cuatro paredes, chocando contra todo como si se tratase de un bola en una maquinita de "pinbal" sacando la máxima puntuación, Fuyisaki de forma serena había recogido sus apuntes, había apagado el teclado, y ya se disponía a salir del edificio con una clara sensación de depresión al ver la falta de interés que estaban poniendo sus compañeros de grupo en su próximo trabajo.
Parecía que tan sólo él era consciente de la responsabilidad que tenían al deber interpretar una de las canciones más populares de Nitlle Gasper. Y es que no sólo quería interpretarla igual de bien que su primo, sino que si estaba en su mano, quería superar el impacto inicial que en su momento causo la canción. Para ello llevaba trabajando en la parte instrumental durante semanas, arreglando, matizando, cambiando y añadiendo hasta la más insignificante de las notas. Desviviéndose en general para que todo fuese un éxito.
-Pero al parecer tan sólo a mi me importa...
Y ya salía por la puerta, cuando sintió el roce del algo metálico en la nuca, acompañado del sonido que tiene un arma cuando la quitan el seguro.
-Wait please!! ¿A dónde te crees que vas?
-A mi casa, visto que nadie se toma esto en serio. Nakano-san y Shindou-san hoy no han venido al trabajo porque en teoría están enfermos y Sakano-san me ha dicho que puedo marcharme.
-Pues eso me supone un problema - K, con su sonrisa habitual (la cual había patentado hacia un par de semanas), restableció el seguro de su Mágnum, y miró a los ojos del ceñudo joven de cabellos verdosos- porque había conseguido un papel coprotagonista para un capitulo de una de esas series melodramáticas que veis los jóvenes a media tarde JAJAJAJA. ¡¡Eso les enseñaran a tomarse su trabajo más en serio!! ¡Las zanahorias son sólo para los caballos ganadores! JAJAJAJAJA ¡Ya veras con que cara se va a quedar Shuichi cuando te vea a ti en el programa y sepa que podría haberlo echo él!
-¿Quién? ¿Yo?- el teclista puso cara de pánico cuando las manazas de K le cogieron por los hombros y empezó a llevárselo a rastras hacia la furgoneta- ¡¡Pero si tengo mucho que ensayar!!
-Later! Later! - sentencio con sonoras carcajadas el rubio americano metiendo a Fujisaki en la furgoneta como si fuese un fardo de heno, y tras cerrar él su propia puerta, pisar el acelerador hasta el fondo.
Tras varias muecas de pavor, rezos por conservar su vida, y una trepidante huida de la policía porque K se salto un "Stop" justo delante de un coche patrulla, llegaron hasta unos grandes estudios a las afueras de la ciudad. A Suguru le causo una gran impresión ver a todos aquellos técnicos y personal trabajando con cartones de un lugar a otro, y por un momento se sintió emocionado con la idea de trabajar allí aunque fuese en un único capitulo.
Se volvió hacia su manager con una sonrisa esperanzada en los labios.
-¿Qué tipo de papel es?
El rubio sonrió de forma arrogante y quitándose las gafas de sol exclamo.
-Un papel de altura.
Y lo era. Suguru miro hacia abajo una vez más y grito a pleno pulmón.
-¡¡Mas alto!! ¡¡Que no se te oye bien!!
-QUE ME SOLTEEEEEEEEEEEEEEEIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIISSSSSSSSSS!!!
Los que estaban abajo tan sólo vieron lo que parecía ser una vaca blanca con manchas, patalear y berrear colgada de una grúa boca abajo a mas de veinte metros del suelo al aire libre.
El productor de la serie, se volvió hacia el manager americano, sonriendo con emoción.
-Vaya pulmones tiene tu chico. Y grita de manera muy realista. ¡¡Nos va a quedar un programa estupendo!!
-CABROOOOOOOOONEEEEEEEEEEESSSSSS BAAAJAAADMEEE DEEE AAQUIIIII
-¿Lo ves? Maravilloso, simplemente maravilloso.
-JAJAJAJA, me gusta verme reflejado en los artista que represento JAJAJJAA
-OS HE DICHO QUE ME SOOOOLTEEEEISSSSSSSSSSSSSSS
-Seguro que el papel de víctima quedara extraordinariamente realista cuando soltemos los cables que le tienen sujeto a la polea y le dejemos bajar en caída libre hasta la piscina de pirañas de debajo.
Hiroshi se miro de forma dudosa en el espejo. Aquella ropa era demasiado formal, o así la veía él. Le daba demasiada apariencia de estirado, por lo que con bastante aplomo, se decidió por la camisa que se había probado anteriormente y los pantalones entallados pero no demasiado elegantes que le habían gustado principalmente. Una vez zanjado su propio vestuario, se volvió hacia el lugar en donde había dejado a Tatsuha ayudando a Shuichi a decidirse por las prendas.
-Ni se te ocurra!!- sentencio apresuradamente, notoriamente escandalizado el guitarrista al encontrarse a un Shindou ataviado con un traje de corte antiguo, chaleco de tres botones dobles terminado en pico, camisa con mangas apuntilladas con greca, bombin de ala ancha, e incluso monóculo y un bastón con la cabeza de metal- ¡Ni que fueras Drácula! ¡¿Cómo te has dejado convencer para ponerte algo tan ... tan...?!- fue incapaz de terminar la frase. Se volvió hacia el moreno, que si apenas había logrado contener la risa hasta ese momento, estallo en sonoras carcajadas al ver la mirada furiosa de Nakano sobre él.
-¡¡Es que tenias que haberle visto!! ¡Menuda pinta!- se defendió Tatsuha con la cara roja de tanto reírse- ¡Es que de verdad que era de película!¡Pensé que se daría cuenta que la ropa era para vacilarle ... pero cuando veo que empieza a cambiarse!!- Señalo al cantante que se había vuelto hacia los dos con los hombros caídos, el monóculo resbalando de su ojo y una expresión ceñuda claramente marcada.
A Tatsuha se le caían lagrimones de la risa imitando las posturas con las que el joven de cabellellos rosados se había estado contemplando en el espejo, y teniendo en cuenta que portaba bastón, todas ellas eran ridículas emulaciones estilo aristocráticas, pero un tanto fachosas y desmejoradas.
-Tranquilo Shuichi.......-sereno el guitarrista a su amigo cuando tuvo muy claro que de no evitarlo, el cantante posiblemente le rompería el bastón en la cabeza al moreno que se había apoyado en una pared, para mientras golpeaba con un puño esta, seguía señalandole con el dedo completamente doblado de la risa- si es que sabia que no os podía dejar solos...
-Esta esta bien, esta bien, seré serio- el menor de los Uesugi se limpio las lagrimas de las comisuras de los ojos, y sin poder dejar de esbozar una sonrisa demasiado amplia para el gusto del cantante, Tatsuha cogió un juego de chaqueta y pantalón que tenia apartado y se lo tendió con media inclinación.
My lord...
-¡Yo lo mato!- grito Shindou con una mueca asesina en la cara.
-¡¡Tranquilo Shuichi!!- lo paro el guitarrista, haciéndole una llave en que le sujeto ambos brazos, cuando el cantante trato se saltar sobre el moreno que había estallado de nuevo en carcajadas.
-¡¡Suéltame Hiro que lo mato!!¡¡Lo mato!! ¡¡Se lo ha estado ganando a pulso!! ¡¡Lo mato!! - intento dar pataditas en el aire pero o bien Tatsuha estaba fuera de su alcance o sus piernas se habían acortado de repente, pues por mucho que pataleo sin tocar el suelo, no consiguió nada de lo que pretendía.
Cuando se cansó el guitarrista le soltó.
-Yo sólo quería estar guapo para que me viera Yuki.... -lloriqueo repentinamente el cantante.
-Ah, ¿Pero va a ir mi hermano también a la gala de mañana?- pregunto el moreno con seriedad. Nakano le miro encogiéndose de hombros.
-La verdad... -Tatsuha se llevo una mano a la barbilla con aire meditabundo- es que vaya o no, seria un buen momento para que practicaras todo lo que he tratado de enseñarte...
Shindou le miro de forma recelosa.
-¿Con otras personas?
-Claro
-¡¡Pero yo sólo quiero a YUKI!!
-Ya, ya.... - le resto importancia el moreno empezando a buscar por primera vez ropa seria en el establecimiento, cuyas dependientas estaban por algunas extraña razón , agazapadas todas juntas tras el mostrador, mirando con cara de pavor a sus nuevos clientes- pruébate esto.
Shuichi miro a Nakano antes de aceptar la prenda, pero como el guitarrista volvió a encogerse de hombros, la tomo con desconfianza y tras lanzar una mirada asesina al moreno, entro a los vestuarios.
Cinco minutos después salía mirándose no muy convencido.
-¿Qué tal?
-Yo lo veo bien -murmuro Tatsuha ladeando a un lado la cabeza, en un claro gesto de que no opinaba exactamente lo mismo que decía.
-Si, muy bien- añadió Nakano mirando con irritación al menos de los Uesigi- tu quédate con Shuichi mientras yo voy a comprar una funda de violín y ya lo podemos meter en la mafia italiana. ¡Si parece sacado del padrino!
-Ya, pero eso no quita para que no este bien - se defendió con indiferencia el moreno- además así a lo mejor podríamos comer gratis en el restaurante italiano que había de camino ¿no?
Nakano puso una expresión implorante hacia el cielo, mientras que su amigo bajaba la cabeza, avergonzado y con el animo bastante pisoteado.
Con paciencia busco nuevas prendas en perchas y estantes continuos. El guitarrista cogió una camisa y tras examinarla con duda, se volvió nuevamente hacia su amigo que ahora ya no parecía un capo de la mafia, dado que se había echo una bola junto al macetero de un helecho, y parecía jugar con un alfiler del suelo de forma deprimida.
-Mira Shu- comento Hiroshi con aquella misma camisa y un traje de chaqueta y pantalón- ponte esto.
Sin convicción, el cantante tomo las prendas y volvió a meterse en el probador. Cuatro minutos después, salía cabizbajo, nervioso, y enfurruñado.
-Como volváis a reíros de mi os voy a...
-Perfecto- le cortaron ambos jóvenes a la vez.
Shuichi alzo la cabeza sorprendido, volviéndose hacia el espejo de cuerpo entero de la pared. A pesar de ser radicalmente distinto aquel traje a sus atuendos normales, debía de reconocer que aquella prenda elegante pero sin llegar a ser de estricta etiqueta, de color negro en combinación con la camisa de una tonalidad mas oscura y no obstante similar a la conocida como granate, le daba un toque distinto y agraciado, con cierto nivel de madurez.
Al menos a lo que la vista se refería.
-Acércate- le comento Hiro con una sonrisa divertida.
Obedientemente, el cantante se aproximo a su amigo que le esperaba con una corbata negra en las manos. Con paciencia, Nakano deslizo el complemento por el cuello de Shuichi, nivelándolo, realizando nudos y vueltas con facilidad, hasta que la corbata estuvo pulcramente anudada a su cuello y el guitarrista dio los últimos toques ajustándola y centrándola en el cuello con sensualidad.
Al ver la escenita, varias de las acongojadas dependientas, emitieron un inconsciente suspiro, que hizo ruborizarse tanto a guitarrista como a cantante.
Tras un brillo cómplice en los ojos de ambos, Hiroshi añadió.
Sin lugar a dudas este.
Sakano había sufrido ocho desmayos consecutivos en menos de cinco minutos.
Al encontrarse a su empleado más excitable, tan desesperado correteando por las oficinas de NG, Thoma le sonrió de forma cordial, invitándole a tomar un café en su oficina.
Al borde de un ataque de nervios, y con las lagrimas aun recorriendo a ríos por sus mejillas, el productor acompaño a su jefe con el funesto pensamiento de que por fin, de una vez por todas, le iban a despedir.
Tomo asiento como al que le colocan en la silla eléctrica, quedándose muy quieto, silencioso y cabizbajo hasta que Seguchi le tendió una taza de aromático café apoyada en un plato pequeño.
-Aquí tiene Sakano-san
-Gracias señor presidente- repuso de forma inmediatamente servil el productor, haciendo muchas, rápidas y consecutivas inclinaciones de cabeza con las que termino vertiéndose la infusión sobre de los pantalones. Sakano puso el grito en el cielo, dejando las porcelanas sobre la mesa de forma desesperada mientras se aseguraba de no haber manchado nada que no fuera el mismo.
-¡¡AHHHH!!¡¡LO SIENTOOOOO!!¡¡LO SIENTO DE VERDAD!!!¡¡NO SOY DIGNO!! ¡Mi incapacidad en una deshonra para la empresa!- el productor volvió a retomar su llanto anterior- ¡¡Señor presidente no debo de tener el honor de trabajar con usted!!¡¡LO SIENTOOOOOOOOOOOOOOOOO!!
-Cálmese Sakano-san -sugirió Seguchi con una sonrisa tranquilizadora tomando asiento en su sillón- Nada de lo que usted pueda hacer va a ser peor que la vez que Ryuichi-san para celebrar su viaje a los Estados Unidos, organizo una fiesta de despedida en mi despacho y lo que iba a ser una "merienda", termino siendo una batalla campal de comida. Las manchas de pastel y canapés aun pueden apreciarse en las paredes si uno las mira detenidamente.- comento sin dar aparente importancia al suceso.
Le invite a que me acompañara porque había algo que quería comentarle.
Adquiriendo una actitud de suma seriedad y profesionalidad, el productor se puso en pie frente a la mesa de Thoma en una rígida postura.
-Lo que usted necesite.
Seguchi sonrió de forma divertida.
-Necesito que de hoy hasta mañana- entre lazo sus dedos apoyando ambos codos sobre la mesa- ponga a alguien detrás de los pasos de Shindou-san. En una palabra, que lo siga.
Tragando con pesadez, Sakano afirmo con vehemencia, sin atreverse a replicar o preguntar la necesidad o razón de tal acción.
-También quiero que realicen fotos de todo lo que haga e inmediatamente me las traigan a mi oficina antes del amanecer de mañana.
Minutos después cuando el productor se hubo marchado del despacho, el presidente se reclino en la silla, adoptando una posición placida que contrasto con su expresión maliciosa.
Y cuanto más comprometidas mejor... Shindou Shuichi... veremos cuanto te dura la sonrisa...
Bueno lo de arriba es una especia de resumen pero en plan toma falsa o añadiendo detallitos, vamos ke no es lo "original" pero no esta tan de coña como había pensado al principio, a ver si en la siguiente me queda mas como quería.
Asi komo comentarios ke a veces a lo mejor me paso un poko (el tema de la foto y demás ) UU pero es que tenia que ponerlo de verdad. También pido la colaboración de todos aquellos que nunca han dado su opinión, ¿qué os parece? Creéis que seré buena o mala con Shuichi? XD
También querría que me aconsejarais si alguien viera posibilidades de mejorarlo, porke aunque el fic esta íntegramente ya escrito, me ha ocurrido que en un lectura posterior ha dejado de parecerme interesante y como me de la ñoña a lo mejor dejo de subirlo porque pienso que os aburre, así que agradecería cualquier consejo --
Muchas gracias a los que están leyendo estas paranoias y a las que capitulo a capitulo me van dejando su opinión :
Y please visit my doujinshi en la web de Sakura-san o (no, no he actualizado pero es por hacerme publicidad
