Previamente en "Shuichi´s Live Action" :
-Ohayoooooooooooooooo nanoda!!!! –se dirigió Ryuichi al dependiente- Mi conejo Kumagoro quería una mascota. Algo que brille nanoda!!! ¿Qué puede venderle?
-¿Qué brille?- el sujeto miro de refilón al joven que zarandeaba un peluche rosado omitiendo el brillo de locura que creía ver en sus ojos- Si quiere un "Gusiluz" debería ir a la sección de juguetes del centro comercial
Sakuma minutos después, atravesaba los pasillos del centro comercial atrayendo todas las miradas hacia si, al portar sobre su hombro un "Furvi", que ascendido a la categoría de loro pirata repetía frases de tono chillon sin cesar.
Shuichi dejo de sacudir los brazos cuando la moto de Hiro se puso en marcha y se perdió tras girar por una esquina calle abajo. A su espalda Tatsuha esbozó una sonrisa lujuriosa, al recorrer con los ojos entrecerrados el cuerpo del cantante apenas cubierto por un escueto pijama.
-¿Qué, cuñadin? –se susurro subiéndose a la cama del piso del guitarrista- ¿Empezamos ya con la teoría?
Y sin dar tiempo al joven de cabellos rosados a reaccionar, le arranco el pantalón dejando un objeto grande y metálico reluciendo bajo el alba que se filtraba a través de la ventana. Los ojos del moreno se ensancharon perplejos.
-¡¿Pero que?! ¡UN CINTURON DE CASTIDAD! –grito aun incrédulo al ver tan extraño aparato adaptado a las funciones masculinas. Shuichi no pudo menos que ruborizarse con fingido aire inmaduro y murmurar.
-Si y sólo Yuki tiene la llave...
-Pues creo que podríamos continuar mirando algunas de estas revistas especiales de mi colección privada... Jeje, mira, seguro que esta te interesa.
Inocentemente, Shuichi tomo la revista, cave casi hasta que con interés, cuando Tatsuha dejo de darle la espalda para tendérsela amablemente. El cantante sonrió agradecido antes de enfocar la foto de portada y los titulares, e inmediatamente, sentir como si los músculos de su mandíbula hubieran dejado de sostenerle el maxilar inferior, y toda la parte de abajo de su boca se le hubiera caído hasta las rodillas que tenia sobre el colchón.
-¡¡¿Kumagoro?!!- exclamó exaltado, con los ojos desorbitados y un rubor furioso extendiéndose velozmente en su mejillas- ¡¡¿Pero que hace Kumagoro posando en una revista porno?!! –paso nuevamente de hoja y ante la nueva imagen, la relista simplemente se le callo de las manos y un humillo blanco que según la tradición China era el alma, se escapo a través de su boca, oscilando a ambos lados como un mono borracho.
Seguchi sonrió de forma divertida.
-Necesito que de hoy hasta mañana- entre lazo sus dedos apoyando ambos codos sobre la mesa- ponga a alguien detrás de los pasos de Shindou-san. En una palabra, que lo siga.
Tragando con pesadez, Sakano afirmo con vehemencia, sin atreverse a replicar o preguntar la necesidad o razón de tal acción. Minutos después cuando el productor se hubo marchado del despacho, el presidente se reclino en la silla, adoptando una posición placida que contrasto con su expresión maliciosa.
Y cuanto más comprometidas mejor... Shindou Shuichi... veremos cuanto te dura la sonrisa... quizá así aprendas que las galletitas que llevo a Eiri-san "son" para Eiri-san jodido gorrón... –el presidente abandono su sonrisa cuando sus ojos se vieron anegados de lágrimas al igual que sus mejillas se inflaron en un leve puchero- ¡¡Yo solo quería que Eiri-san me dijera que estaban "tan buenas como yo"!! ¡JODIDO SHUICHI!
Shuichi´s Live Action 2.00: ACT 003
-¿De quien fue la idea de venir a este sitio?- protesto Tatsuha al que le escocían los dos mil cuatro cientos yenes que le habían sacado en caja por un bocadillo no muy grande, unas patatas fritas y un refresco- ¡¡Es más!! ¡Ni siquiera se porque todavía sigo aguantando aun par de petardos como vosotros!
Shuichi lanzo una mirada angustiada a Nakano sentado frente a él. El guitarrista sorbió algo de refresco con parsimonia, sin indignarse aparentemente ante el apelativo, y tras lanzarle una tranquilizadora sonrisa al cantante, se volvió hacia el moreno con una sonrisa trivial.
-Quizá tuviera algo que ver con ir a cierto sitio del que no tienes invitaciones de las que dudo mucho que tu hermano te vaya a conseguir. Además creo que todavía no has terminado con tu "labor social" –ladeo la cabeza hacia el cantante con cierto tacto.
El moreno dio un muerdo a su bocadillo seguramente para callar alguna replica grosera, dado que frunció el ceño y se puso a farfullar cosas entre dientes. Hiroshi volvió a coger el refresco mientras Shuichi por su parte se tragaba las patatas que tenia en la boca incomodo y ruborizado.
-Además no se de que protestáis si luego Shuichi le pone pegas a todo y cada vez que me molesto en tratar de enseñarle algo personalmente, ¡¡no se deja!!- protesto finalmente Tatsuha antes de callarse al propinarle otro gran muerdo a su comida.
Shuichi entre cerro los ojos con patente resentimiento, al recordar una de las clases "practicas" de las que tanto se vanagloriaba el menor de los Uesugi de haber tratado de instruirle, en la que se limito a bajarse los pantalones y la ropa interior de un tirón, y sin darle tiempo a reaccionar se había cruzado de brazos diciendo "Venga ya puedes empezar. Vamos a estar aquí hasta que reluzca"
Con rencor, miró de reojo al menor de los Uesugi que masticando con la boca levemente abierta, no se daba por aludido.
Pero si, relajaos. Esta noche te daré mi ultima clase y espero que por tu bien, o el de tu futura vida sexual, sepas aprovecharla porque no pienso molestarme mas.
Ante el comentario, el cantante que había estado sorbiendo de forma distraída del envase de su refresco se atraganto, empezando a toser de forma ahogada y sonora, arrojando agüilla hasta por la nariz.
Tras jadear en busca de aire, golpearse el pecho, y esperar a que el color amoratado abandonara un poco su cara, se giro con una mueca de aprensión hacia el moreno para tratar de interrogar a que se refería con aquel "ultima clase" y en que consistía esta.
No obstante, fue en ese momento cuando aprecio el vació existencial procedente del hueco donde debía haberse encontrado el menor de los Uesugi, y que era malamente suplantado por una servilleta arrugada y un sobre de mostaza caído.
-¿Dónde?- inquirió con una mueca aturdida a su amigo que se limito a señalarle una dirección con un dedo.
Tatsuha estaba sentado dos mesas mas lejos de ellos, abordando literalmente a una mujer joven que obviamente no conocía de nada, pero que parecía divertida con las atenciones del moreno, pues acaba de sentarse frente a ella y ya estaba sonriendo de forma demasiado abierta y completamente desinhibida a pesar de que el moreno le estaba comiendo las patatas.
Las mejillas de Shindou se encendieron rabiosas, a la par que enarcaba pronunciadamente las cejas en una palpable alteración y el baso de refresco que tenia entre las manos cedía bajo la presión de sus dedos volcando todo el liquido interior.
-¡¡¿Pero que se ha creído ese?!! – tiro furioso el baso doblado contra la bandeja de la mesa, empapando el trozo de hamburguesa que quedaba- ¡Encima que le di las entradas para ir al cine con Sakuma-san este domingo! ¡Arriesgándome a que lo viole y tenga que cargar con esa culpa moral! –Shuichi se puso de pie tirando de una patada una silla.
¡¡Me esta tomando el pelo!!
-Puede- comento Nakano con la barbilla apoyada en la palma de la mano, mientras miraba de forma relajada las actuaciones del menor de los Uesugi.
-¡Se va enterar! ¡Te aseguro que se entera!- Shindou había empezado a arremangarse con las cejas completamente enarcadas en una expresión asesina- ¡¡Yo pasándolo mal y él de cachondeo!!
-¡Tranquilo Popeye!- exclamó Hiroshi con ironía tomando el hombro de su amigo para obligarlo a sentarse de nuevo - También puede que esta sea una clase, una de "observación". Yo que tu, esperaría al menos un rato antes de ir a "machacarle" y que terminéis los dos fuera con una patada en el culo por los de seguridad.
-Confías demasiado en él. Además te veo muy interesado- añadió el cantante poniendo ambas manos sobre la mesa, con la cabeza sobre ellas, mirando hacia arriba de forma acusadora, donde su amigo esbozo una sonrisa.
-Digamos que tengo curiosidad. ¡Mira Shu!
La mujer con la que hablaba Tatsuha había sacado un cigarrillo, y antes de que a esta le diera tiempo de sacar un mechero para prenderlo, el moreno había echo un increíble juego de manos con su propio encendedor, casi tachable de prestidigitador, dejando perpleja a la joven cuando el zippo tras describir impresionantes parábolas, se detuvo llameante ante ella.
-¿Has visto eso?- exclamó sinceramente impresionado el cantante- Ya lo tenia encendido cuando lo ha pasado entre los dedos, y también cuando lo lanzo al aire.
-¿Sigue fumando no?
-Y lo ha cogido por la espalda antes de hacerlo rodar...
-Shuichi. ¿Sigue fumando verdad?
-Eh?- por primera vez su amigo pareció prestarle atención, pestañeando aun de forma atónita por lo que acaba de ver- ¿Quién?
-Yuki-san, ¿Quién sino? ¿Tu tía la del pueblo? ¿Yuki-san sigue fumando verdad?
El cantante afirmo apesadumbrado, como si fuera algo que ya hubiera asumido y desistido en tratar de evitar. Nakano ensancho su sonrisa antes de volver a mirar de forma disimulada al moreno.
-Pues ya sabes que es lo primero que tienes que aprender.
-¡Kumagoro ya podemos comer!
Ryuichi sonrió cogiendo un par de platos de espaguetis a la boloñesa que había sobre la repisa, junto a la vitroceramica de la cocina, la cual contaba casi con más comida desperdiga que el propio plato.
Taranreando al ritmo impuesto por la canción que en ese momento sonaba en los auriculares de sus oídos, dejo uno de los platos frente a la silla alta, casi taburete de bar, donde estaba sentado el conejito rosa de peluche, depositando el otro en otra parte de la mesa que fue seguidamente ocupada por él.
-Itadakimaaaaaaaaaaa... –La silla vacía que tenia frente a él siseó, e inmediatamente, la cabeza de una serpiente de cascabel se alzo para posarse sobre el borde de la mesa de cristal, quedándose estática allí de no ser por la vifida lengua que entraba y salía de su boca- Ah es verdad! Kumagoro ¿cómo no me dijisteis que me estaba olvidando de dar de comer a tu mascota nanoda?.
Con un expresión risueña, el cantante se quito el delantal de fresitas sonrientes de ojitos brillantes con el que se había sentado a comer, y tomo el ultimo plato bien colmado de macarrones de la repisa depositándolo frente a la serpiente.
-¡¡Que aproveche!!
-Oye Shu, espérame un momento que voy al servicio. Si Tatsuha vuelve a la mesa antes que yo, procura no matarle vale? – le guiño un ojo con picardia- Ya sabes lo caro que resulta comprar testigos hoy en día...
Shindou frunció el ceño, y cruzándose de brazos sobre la mesa, miro hacia otro lado en la clásica postura de enfado infantil.
-Lo intentare. –murmuro con los carrillos hinchados en un leve puchero- ¡pero no prometo nada!
Con una sonrisa amistosa, el guitarrista se levanto de la mesa y se perdió de la planta repleta de mesas y adolescentes que terminaban sus comidas, charlando y riendo entre si.
Con curiosidad, el cantante sin variar un ápice su postura, rodó lentamente sus pupilas hacia donde se encontraba el moreno, aun haciendo reír a la desconocida.
Entre cerro los ojos de forma resentida.
-... a este paso me quedo a vivir eternamente en casa de Hiro... quedándome a dormir a la puerta de su casa envuelto en una manta vieja con tan solo una caja de cerillas para calentarme cada vez que venga Ayaka-chan de visita...–se lamento por lo bajo el cantante ante la irrisoria imagen de verse así mismo convertido en un cencirello moderno.
Relajando su actitud, apoyó ambas manos sobre el mantelito de papel que traía la bandeja donde le habían dado los alimentos-... crucigrama?...
Molesto pues el menor de los Uesugi seguía atento a sus propios asuntos, el cantante se centro en la hojita de papel para tratar de distraerse. Saco un bolígrafo de la mochila y se puso se leer.
-Con nueve letras, reptil escamoso de poderosas mandíbulas cuyas extremidades están atrofiadas. Se mantiene en el medio acuático la mayor parte del tiempo... Godzilla! tiene que ser Gozilla etto... ¿Procedente del África meridional? Va, seguro que esto es para despistar- sentencio el cantante con una sonrisita arrogante poniendo el nombre del mítico monstruo en el crucigrama y viendo que pese a todo le sobraba un cuadro, se encogió de hombros añadiéndole una "s" para hacer un plural y así rellenar el espacio.
Con cinco letras, región de Okinawa que... va, esta no la sé...
El móvil empezó a sonar en su mochila, y sin mirar quien remitía la llamaba, lo descolgó para llevárselo al oído y preguntar:
Con seis letras ¿Persona disminuida o incapacitada para realizar complejas acciones psicológicas, así como para ejecutar trabajos en los que es necesaria gran intuición?
-Idiota
-Ah, gracias Hiro – contesto automáticamente el cantante rellenado el cuadro del crucigrama y viendo que la palabra encajaba a la perfección. Tardíamente reparo en quien le había contestado, y dejando caer el bolígrafo se centro en el teléfono- ¿Hiro?¿Por qué me llamas desde el móvil? ¿Dónde estas? ¿No te habrás marchado sin decirme nada? HIROOOOooo, eso no se le hace a un amigo. ¡Al menos espero que sea por una buena razón!, ¡porque si no es por una buena razón vas a ver que me voy a enfa-
-Shuichi- le corto tajante el guitarrista en voz baja- no me he ido a ningún sitio, sigo en el servicio.
-¿En el servicio? ¿Y para que me llamas desde el servicio? –el rostro del cantante adquirió una mueca picajosa y mal intencionada- ¿no estarás haciendo cochinadas pensando en mi y por eso me llamas verdad?
-......... – el cantante al ver que Nakano no reaccionaba con el grito en su oreja que había previsto, empezó a ponerse nervioso ante tanto silencio. Luego advirtió que su amigo le estaba hablando, pero de forma casi inaudible- ... estoy atrapado en el servicio y la puerta no se abre.
-Ah bueno, pues... eh...
-¡¡Quieres dejar de pensártelo tanto y ayudarme!!
-Eh, Si claro- afirmo el cantante cogiendo su mochila y poniéndose en pie- ¡¡ahora mismo voy!!
Tatsuha con naturalidad, volvió la cabeza hacia la mesa en la que suponía a parte de los componentes de Bad Luck, más al hacerlo, se encontró extrañado con que dicha mesa estaba ocupada por otro grupos de chavales borrando así todo vestigio del cantante y de su amigo el guitarrista. Alzo las cejas llevado por la sorpresa retomando rápidamente la parte activa en la conversación que mantenía con la mujer. Tras unos minutos de animada charla, el moreno movió los pies inquieto, chapoteando bajo la mesa en la que estaba sentado.
Se detuvo desconcertado. ¿Chapoteando?
Con una mueca de incredulidad, descubrió una película de agüilla que veloz, comenzaba a cubrir todo el suelo del local. Al parecer muy poca gente se había dado cuenta de estar literalmente a remojo.
Cuando se volvió tratando de descifrar de donde provenía la fuga, unas chicas llegaron corriendo hasta una mesa contigua, hablando de forma muy deprisa y agitada.
-¡¡Hay un psicópata en los baños!!!
-Si!!- afirmo la otra- ¡Ha entrado y sin decir nada se ha puesto a darle patadas a una puerta que estaba cerrada hasta que la ha tirado abajo! ¡La pobre chica que había dentro pego un chillido que me helo la sangre! ¡Además rompió algo porque aquello se estaba llenando de agua!, ¡¡El baño se esta inundado!!
Las chicas empezaron a recoger todas sus cosas ante el nerviosismo que empezaba a recorrer el cuerpo del moreno, viéndolas desfilar ante él, escapando con rapidez hacia la puerta mientras se llevaban con ellas sus comentarios.
-¡¡Y lo peor de todo es que era clavado a Shindou Shuichi-sama el cantante de Bad Luck!! ¡Incluso tenia el pelo rosa como él! ¡¿Os imagináis que fuera él de verdad?! ¡Que miedo!
-¡Imposible!, alguien que tiene una voz como la suya, que canta tan dulce y con unas letras tan tiernas, no puede ser tan burro en la vida real....
Tatsuha pestañeo confuso mirando nervioso a la mujer con la que estaba, que por lo visto, estando demasiado ocupada en escucharse a sí misma, no se había enterado de nada de lo que estaba pasando.
Con miedo, el moreno se volvió a tiempo de ver como tras un alarmante crujido, un Tsunami procedente del baño, comenzaba a tragarse violentamente toda la instalación, con una puerta de madera haciendo surfing sobre él, en donde Nakano con cara de pánico trataba de mantenerse a cuatro patas de forma medianamente estable al igual que Shindou agarrado al borde, berreaba cosas que podrían haber sido disculpas o cualquier otra cosa, dando un aspecto un tanto parodiado de lo que podría haber sido la dramática ultima escena de la película del "Titanic".
Debía estar en algún lugar de su casa, pero lo cierto es que pese al aparente orden con el que tanto ella como su marido siempre habían administrado todos sus documentos, aquel impreso no aparecía en ninguno de los cajones en los que suponía, debía de estar.
Mika suspiro cansada, cruzándose de brazos con un deje de malestar al no encontrar el escrito. Volvió a dar un repaso rápido a los lugares que acaba de revisar, y al cerciorarse de que de allí no lo encontraría, entro en el estudio de Seguchi, no se hubiera producido un error y su esposo hubiera mezclado el papel entre sus documentos.
Abrió algunos cajones y termino finalmente frente a la caja de seguridad.
Nunca se había molestado en abrirla y quizás por ello, tardo relativamente bastante tiempo en dar con una contraseña tan fácil como: "No. Para. Ryuichi por dios para ya. Noriko haz algo que vamos a salir a escena. Ryuichi para o te quemo a Kumagoro".
Dentro de la caja había varios cientos de papeles, algo de dinero y puede que alguna otra cosa que le llamo la atención, como pudiera ser el marco de tamaño folio, que se encontraba casi al fondo y sepultado por un montón de documentos.
Aquello no era propiamente un cuadro, sino un papel tamaño cheque, que alguien había enmarcado en una costosa moldura, quizá demasiado exagerada para tratarse tan solo de unas rudimentarios líneas escritas a bolígrafo.
Por ello, Mika no pudo evitar leerlo, más al reconocer en aquel trazo, cierto parecido con la letra de su hermano mediano de su época adolescente.
"Yo, Uesugi Eiri me comprometo formalmente a entregar, mantener, o conceder una noche de pasión al portador de este documento, como recompensa por haber sido capaz de sustituir la antorcha de la estatua de la libertad por un cono de helado durante toda la noche del día de navidad.
Valido a la entrega de este mismo papel, y tan sólo después de que dicha obra haya finalizo satisfactoriamente.
Este documento no caduca"
La hermana del escritor arqueo una ceja incrédula y perpleja, para entrecerrar los ojos de forma disgustada cuando detrás del marco descubrió un recorte de periódico de hacia bastantes años donde se informaba la extraña trasmutación de la susodicha antorcha por un colosal helado de fresa que durante mas de ocho horas, había estado derritiéndose lentamente, dejando a la emblemática escultura untada de un liquido rosado y cremoso en el día mas simbólico de las fiestas navideñas.
Dentro una caja de cartón, un gran objetivo reluciente resplandeció camuflado entre la basura, de igual modo que lo habría echo una grasienta lata de sardinas una soleada tarde de verano.
La lente permaneció inmóvil, hasta el momento en que tres jóvenes con aspecto devastado y calados hasta los huesos, llegaron a las escaleras que precedían al apartamento del guitarrista de Bad Luck.
-... Y Shuichi recuerda...- le apunto con una sonrisa tirante Nakano, mientras le daba acuosas palmaditas en la cabeza a cada cual mas fuerte- que la próxima vez que te pida ayuda, tu no hagas nada... avisa a personas competentes y que se encarguen de ello ¿de acuerdo?
El cantante adopto esa expresión dulce y adorable de cuando quería parecer que no había roto un plato en su vida, pero que en realidad lo único que conseguía era que aquellos que le conocían un mínimo, le mirasen con cierto nerviosismo perfectamente justificable al darles justo la impresión inversa.
-Ne Hiroo, ya sabes que yo soy muy delicado y nunca podría hacer nada peligroso... además tampoco fue para tanto, que todo el mundo que estaba allí o sabían nadar o chapoteaban bastante bien manteniéndose a flote...
Hiro le lanzo una de esas miradas acusadoras, viejas y cansadas en las que de cierta manera advertía que tanta palabrería no justificaría nada de lo ya pasado, pero al ser tal, toda discusión carecía de interés pues no iba a conseguir solucionarlo.
-Como sea, tan sólo hazme caso.
El guitarrista introdujo la llave en la cerradura de la puerta de su piso con un deje de cansancio, ajeno al zumbido de zum automático que tomo varias fotos de ellos a medida que entraban en el apartamento. Cuando la puerta se cerró, el zum quedó estático ante la calle desierta.
Pasaron un par de horas, y la caja de cartón con un montón de bolsas de basura meticulosamente ordenadas para que diesen impresión de desorden (con el verosímil detalle de una caja abierta de pizza por encima), rebullo inquieta hacia un borde y después hacia el otro, hasta que un gato negro que caminaba por la calle con pereza se detuvo a su lado creyendo que dicha caja podría sustituir bastante bien a su cajón de arena
La caja empezó a sufrir convulsiones, y a hacer ruidos raros, supuestamente fantasmagóricos para tratar de espantarlo. El minino no se dio por aludido y la caja lloriqueo de forma queda cuando el gato se marcho con la vejiga mas vacía que cuando había llegado.
-NOOOOOOOO!!! ME NIEGOOOOOOOOOOOOO
El Zum en ese momento deprimido, o al menos todo lo abatido que puede estar un trozo de metal, volvió a retomar su aspecto expectante inicial cuando aquellos gritos sobrepasaron las puertas del apartamento guitarrista, al abrirse la entrada de la que surgió un Shindou que tras la ampliación de la lente, se le veía recargadamente maquillado en estridentes y inadecuados tonos como pudieran ser una marcada sombra de ojos verde, unas mejillas demasiado rojas y poco naturales, unos labios con un ostentoso carmín morado así como un curioso lunar negro sobre el labio. Aquel maquillaje ocupo bastantes de las fotos, de igual forma que lo hizo posteriormente su atuendo, recreándose de igual forma en su penacho de plumas amarillas o el vestido de bailarina de cabaret que llevaba arremangado a la altura de las rodillas dejando a la vista unas singulares medias de red.
QUE ME NIEGOOOOOOOO!!
Hiro salió a buscarle y en el marco de la puerta le retuvo por el brazo.
-¡¿Pero tu crees que Yuki-san te va a dejar entrar en su casa con ese aspecto?!
-Me da igual, entro por el balcón si es preciso... la ultima casi alcanzo el noveno piso trepando por el canalón... ¡Pero yo no me quedo mas tiempo con "ESO"!- el cantante se soltó el pomposo vestido gracias al kankan y señalo furioso algún punto interior inespecífico de la casa- Prefiero mil veces arriesgarme a que me detengan por la calle!
-Cuñadin... –inquirió una voz alegre desde el interior- debo recordarte porqué te enfadaste con mi hermano??? ¿Además de verdad crees que vas a llegar muy lejos con ese aspecto? ... Anda florecilla del campo... que de verdad no te va a doler, todo esto es muy aparatoso pero ya veras como se hace rápido...
El cantante se cruzo de brazos con una expresión resentida en la cara, moviéndose ridículamente el tocado de plumas amarillo canario sobre su cabeza a la par que cerraba los ojos y fruncía los labios dejando que el extravagante maquillaje hiciera aun mas mella en su aspecto.
-...
-Cuñaaaadiiiinnnn –apunto la voz de Tatsuha en tono cantarín- ¿ya no quieres hacerle arrumacos indecentes a mi hermanito? Con lo mucho que le iba a gustar todo esto.....
Las mejillas del cantante se encendieron debajo del grueso maquillaje rojizo dotándole de un aspecto sumamente gracioso, y tras estirarse nervioso el corsé de raso carnavalero de cintas negras que tenia atado en el pecho, se volvió por donde había venido, cerrando la puerta tras él.
-.. pero sólo porque en realidad creo que a Yuki no le gustaría el color de este conjuntito que sino...
Dentro de la caja se escucho un leve suspiro, al quedarse nuevamente sola y quieta en mitad de la calle. Situación que cambio, cuando el camión de la basura doblo la esquina en su ruta diaria, recogiendo todos aquellos trastos y bolsas que llevaría al vertedero.
Ciertamente fue toda una sorpresa para los encargados de tal servicio, ver como por un día, la basura gritaba y lloriqueaba cuando trataban de subirla al camión, antes de que a esta le saliesen un par de piernas por debajo y se marchase corriendo calle abajo perdiendo la mitad de las bolsas que la cubrían por el camino.
El escritor, cansado de escribir durante demasiadas horas en el portátil, decidió que dado que no había tenido interrupciones que minasen su progreso, bien podía darse un descanso frente al televisor. Y así con cerveza en mano, tomo asiento en el sofá encendiendo la pantalla de plasma a golpe de mando, para justo después hundirse en el asiento tapándose los ojos con una mano en un claro gesto de cansancio casi crónico.
La televisión inundo la acústica del salón con cancioncillas publicitarias de varios productos, pero fue una de productos carnicos la que hizo que el escritor alzara un dedo de su rostro permitiendo verle a un hombre de mediana edad disfrazado de perrito caliente correr ridículamente de un lado a otro de la pantalla. Su rostro completamente serio, se permitió una fina sonrisa, manifestándose en la leve curvatura de la comisura de sus labios.
-Cualquier veo a Shuichi haciendo cosas tan estúpidas como estas... ¿tan desesperado estará?
Apago el televisor y se fue hacia el dormitorio, manteniendo dicha mueca casi divertida hasta que encontró su pequeña foto de la infancia en el mismo lugar de la mesita donde la había dejado dos días antes justo después de quitársela al joven de rosados cabellos en embarazosas circunstancias.
Ladeo la cabeza, incomodo pero consciente de que aunque considerase todo el asunto como un capricho más del cantante (uno de tantos otros), en este caso debía de admitir que no era algo completamente descabellado. Al fin y al cabo era normal que quisiera probar ¿verdad?
Llevaban ya bastante tiempo juntos, en realidad era la persona con la que más tiempo había estado de una forma medianamente estable, y Shuichi seguía siendo inexperto en ese tipo de materia, en el fondo no era tan extraño que sintiese curiosidad...
-Ni siquiera se porque me lo estoy planteando- se irrito el novelista sacando un cigarrillo para encenderlo con frialdad a la par que se quedaba mirando nervioso la foto pegatina del mechero plateado.
Como sea tan persistente para esto como para todo lo demás estoy en un verdadero problema...
-¿De verdad que no quieres venir Hiro?
Aquello más que a pregunta, sonaba a suplica. Shuichi lo miraba con ojos llorosos, casi imprimiendo un ruego lastimero a sus palabras mientras se agarraba con ambas manos a su camisa y sus iris rodaban hacia un sonriente Tatsuha, que le esperaba con los brazos cruzados sobre el pecho, demasiado feliz para tener algo bueno en mente.
-No Shuichi, creo que es algo que debes de hacer tu sólo – puntualizo el guitarrista, que por nada del mundo confesaría que temía tanto al moreno como él y que se sentía demasiado bien en la seguridad de su casa como para moverse- además aprovechare el tiempo que estéis fuera para llamar a Ayaka-chan por teléfono. Llevo muchos días sin hablar con ella y es capaz de enfadarse por pensar que no me acuerdo de ella o que no la llamo porque estoy con otra.
Nakano sonrió de forma serena tratando de dar ánimos a su amigo que se había bajado la cabeza en una cómica expresión de dolor, con mirada desolada y la boca hinchada en un puchero infantil.
-De acuerdo... pero si Tatsuha me hace "algo", ese "algo" pesara para siempre en tu conciencia por no haber estado ahí para defenderme!!
Inculpo el cantante en una pataleta que fue acallada cuando el guitarrista le tiro de ambos carrillos, con una expresión disgustada.
-¡¡Como si no te defendieses muy bien tu sólo!!, ¡¿O tengo que recordarte quien fue el que esta mañana rompió una puerta, destrozo una cañería, arrancó los grifos y el lavabo y por ultimo inundo todo el local en el que estuvo comiendo?!
-Etto.. yo...
Comenzó con una mueca cándida, casi tachable de angelical el cantante a la par que se llevaba ambas manos a la altura de la cara y pestañeaba mucho más rápido de los estrictamente necesario.
-Shuichiiii ¿nos vamos ya?- inquirió el moreno con prisa.
Ante la mueca de pánico del cantante, el guitarrista suspiro cansado, y rascándose la cabeza con parsimonia le tendió a su amigo una mochila mientras murmuraba por lo bajo.
-De todas formas llévate esto, es "un equipo de emergencia" preparado especialmente para la ocasión: encontraras mechero, cuerda, un cuchillo de caza, tu móvil, una ristra de ajos, una estaca de madera y el ejemplar ese al que tanto aprecio tiene Tatsuha en el que sale "Sakuma-san", por si todo lo demás falla, siempre puedes chantajearle con él- se separo del cantante que le lanzo una mirada de profundo agradecimiento mientras se colocaba la mochila a la espalda- Buena suerte Shu...
Cerro la puerta de un golpe y se apoyo contra ella respirando de forma agitada. Aun le sudaba la frente y la sensación de pánico parecía negarse a abandonarle.
-No, no más, por favor no más... - jadeo Suguru separándose un poco de la hoja de madera- como puede Shindou-san, soportar, todo esto, a diario?
El joven se dejo caer en una silla de la cocina, hambriento y fatigado, ignorando los chichones o magulladuras que había ido coleccionando a lo largo del día. K no sólo no se había conformado con proporcionarle su gran salto a la fama en forma de caída libre en la que casi le da un infarto, sino que después de que saliese de la piscina con varias docenas de encantadores y monismos pececitos mordisqueando varias partes de su cuerpo, le había llevado a una inauguración de un nuevo local de comida rápida, basado en películas extranjeras donde su manager tras dejarlo en calzoncillos y darle un ridículo palo forrado de espuma, lo había dejado solo e indefenso ante la finalista del concurso de lucha libre nacional. Para promocionar el local con una pequeña disputa a semejanza del viejo programa "Gladiadores Americanos" donde había recibido mas golpes que un saco de arena.
Apenas lo hubieron sacado de ese sitio, el teclado de Bad Luck aun mareado y tambaleante, se había dejado conducir dócilmente hasta un parque infantil donde vestido de dinosaurio morado tuvo que pasar el resto de la tarde realizando estúpidos y denigrantes bailes delante de una concurrida audiencia infantil en otra inauguración.
-Pero por fin ya se ha terminado el día... por fin!!! – clamo agradecido al cielo el chico dejándose caer sobre la mesa vacía de la cocina.
El timbre de su puerta sonó un par de veces consiguiendo que alzara asustado la cabeza. Sin que le diera tiempo a moverse, la llamada resonó un par de veces más acompañada de insistentes golpes en la puerta.
-Suguru!! Open the door!! We still have something of work!
La primera reacción del joven fue el pánico desatado, que se manifestó claramente cuando se escondió bajo la mesa de la cocina. Fuyisaki gimoteo, gateando tras los muebles de su casa, convencido de que si guardaba el silencio suficiente, su manager o bien se cansaría o pensaría que no estaba en casa y lo dejaría tranquilo al menos hasta el día siguiente.
Un disparo y la puerta de la entrada, contó con ya no una mirilla sino dos. Un ojo azul marino se coloco a la altura del nuevo agujero inspeccionando el interior oscuro de la vivienda a tiempo de captar un par de pies esconderse precipitadamente tras el sofá.
Suguru abre la puerta que te he visto!!!
Fuyisaki se hizo una bola tras el sofá, rezando en todos sus idiomas conocidos mientras cruzaba los dedos y rogaba porque el rubio se marchara.
-SUGURU!!!!
-En este momento no estamos en casa, –mascullo el chico tras el sillón con una vocecilla nerviosa y vacilante- deje su mensaje al oír la señal y en cuanto podamos nos pondremos en contacto con usted... PIIIIIIIIIIIIIIIIII
Una patada y la puerta se vino a bajo con estruendo. El joven de cabellos oscuros, aun sentado en el suelo con las rodillas flexionadas a la altura del pecho, alzo la cabeza cuando unos cabellos rubios bailaron ante sus ojos.
-Hola, soy tu manager- apunto el rubio con una ancha sonrisa como si estuviese dejando el mensaje en el contestador- y tenemos todavía mucho trabajo por delante ...
-¿A dónde decías que íbamos?- pregunto nervioso siguiendo al moreno de cerca, pero no por ello sin dejar de estudiarlo con sospecha- porque dudo mucho que a estas horas encontremos ninguna tienda abierta.
-Tranquilo, a donde vamos es precisamente a esta hora cuando empiezan a abrir.
Cuando llegaron de lleno a aquel barrio, Shuichi tuvo varias reacciones. La primera y mas visible fue acongojarse ante los reclamos de todas aquellas mujeres que de forma tan amable le invitaban a acompañarlas durante un momento que prometían agradable por una módica cantidad de dinero. Ruborizarse nervioso al seguir caminando entre los diferentes hoteles por horas temiendo que en cualquier momento Tatsuha lo secuestrara y tratase de introducirlo por la fuerza en uno de ellos, y por ultimo desconcertado, cuando terminaron llegando a un local con aspecto de cine antiguo, con un portero talla "armario empotrado" vestido de etiqueta con gafas de sol, controlando a todos aquellos que quisieran franquear la entrada.
Tatsuha sonrió de forma jovial, dándole unas palmaditas al hombre en el hombro, que si bien no provocaron ninguna reacción violenta en él, tampoco sacaron una sonrisa amistosa por su parte.
-Buenas noches, venia esta noche con mi amigo, pero él no tiene pase, ¿puede entrar conmigo de todas formas en concepto de "invitado" verdad?
El hombre de seguridad, tomo el carné que el moreno le tendía y después de inspeccionar larga y fríamente al cantante hasta tal punto que le hizo bajar la cabeza ruborizado, le devolvió el pase al menor de los Uesugi indicándoles con la cabeza que podían entrar.
Gracias!. Ya le diré a tu jefe que si renuevo un año más será todo gracias a tu amabilidad.
Shuichi entro siguiendo de cerca al moreno, apartando las pesadas cortinas de grueso terciopelo bermellón, para encontrarse en una recepción lujosamente decorado con marcados matices barrocos, molduras doradas en las paredes sin ningún cuadro en el interior, y grandes paneles informativos en algunos caballetes junto a la entrada.
-Pues a ver... quien esta hoy...- murmuro el moreno inclinándose sobre uno de ellos, mientras ignoraba la mueca desbordada del cantante que no dejaba de dar vueltas y mas vuelta mirándolo todo con asombro-... bien bien, creo que esto podría valer...
-Tatsuha, pero esto no es un cine?- pregunto finalmente Shindou al descubrir en un borde una pequeña barra donde creyó ver que vendían palomitas, entre muchas otras cosas más.
-Err, si un cine, o al menos algo muy parecido- confirmo el moreno, tomando a Shuichi por el hombro y acercándolo hasta la susodicha barra donde de cerca aprecio todos los variopintos artículos que no se trataban de dulces o chocolatinas exclusivamente - ¿Quieres algo cuñadin?, Yo te invito.
-... –observaba todo con una mueca desencajada y un evidente sonrojo de mejillas, termino negando efusivamente con la cabeza.
Con una sonrisa ambigua, el menor de los Uesugi se inclino hacia el cantante murmurándole en el oído.
-¿Te das cuenta que para empezar a conocer ciertas cosas, debes de conocer previamente otras?- Tatsuha señalo un estante cercano- así que dime, ¿De que olor lo quieres?, naranja, pomelo, piña, fresa...umn coco?
El cantante trago con dificultad eludiendo la mirada curiosa del dependiente sobre él, y con una mano temblorosa termino tomando el de en medio.
-Fresa, me quedo con la fresa- añadió cada vez mas encogido- creo que a Yuki le gustaría más la fresa...
-Jeje, de acuerdo... –el moreno busco en las estanterías y tomo de varias cosas una cantidad par, dejando la mitad correspondiente delante del joven de cabellos rosados que seguía cabizbajo, mirando como los artículos se acumulaban, muchos de ellos provocándole nerviosismo o agitación- bueno creo que con esto ya podemos ir tirando...
Una sonrisa ligera, y el moreno se dejo allí unos cuantos billetes, arrastrado a Shindou que llevaba su bolsa visiblemente avergonzando, pues le falto tiempo para guardarlo en la mochila.
Cuando se quiso dar cuenta, estaban los dos metidos en una especie de cabina oscura. Shuichi se cogió por el brazo de Tatsuha al no ver nada en absoluto.
-¿Qué es esto?
-Espera un segundo
Dicho esto, el moreno sentó al cantante en una silla y rebuscando en su monedero, introdujo unas cuantas monedas en una apertura iluminada con una pequeña bombilla rojiza. El panel que tenían en frente se hizo a un lado dejando un sugerente espectáculo en vivo de sado-maso.
La sangre acudió rápidamente a las mejillas de Shuichi, que si bien hasta ese momento, había conseguido mal que bien, quedarse sentado en la silla, el ver de sopetón algo tan explicito por sorpresa, le hizo resbalar y caerse del asiento, golpeándose la cabeza con el suelo.
El moreno le miro con cierto reproche, dándole unas palmaditas en la cara que terminaron siendo guantazos, para que el cantante reaccionara antes.
-Shuichi por favor compórtate, luego esperas que mi hermano te tome en serio. ¿Cómo pretendes hacer nada con él si ni siquiera eres capaz de ver esto?
Las mejillas del cantante se hincharon airadas, y un leve ceño de enfado contrajo sus rasgos durante el mínimo espacio de tiempo en que los gemidos de la actuación volvieron a llamarle la atención.
Shindou se agarro a la silla y costosamente, recobro su posición sobre ella.
Aun mareado, sintió las manos del moreno posarse en sus hombros y empezar a darle un suave masaje.
-Tu relájate y limítate a mirar. Y te recomiendo que trates de aprender algo... –masajeo un poco más sus hombros antes de inclinarse sobre él y darle un chapetón en el cuello. Shuichi abrió ampliamente los ojos. Se volvió claramente molesto, con el puño alzado hacia el moreno en un torpe intento por darle un puñetazo. Tatsuha lo esquivo fácilmente y aprovechando la franja abierta que dejo, tomó con ambas manos el rostro del cantante, atrayéndolo violentamente hacia él hasta abordar sus labios en un beso sediento y exigente, al que Shindou trato de oponerse.
Ante el claro intento de evasión, el moreno redistribuyo sus manos en el cuerpo del cantante: una en su nuca, la otra aprisionando fuertemente su cintura, mientras luchaba con su boca por abrirse paso en la del joven de cabellos rosados.
Finalmente, y prácticamente por la incapacidad de resistirse mas, la boca de Shuichi se abrió y Tatsuha pudo introducir definitivamente su lengua, jugando con la del cantante, explorando su cavidad, mordisqueando de forma sensual su labio inferior, para volver a introducir la lengua de forma melosa y húmeda, finalizando el beso con otros mas pequeños e igual de incitantes que el anterior.
Con una sonrisa marcada en la cara, Tatsuha apoyo su frente contra la del cantante y susurro de forma concluyente:
por ejemplo como besar de verdad –una mueca picara se extendió por el rostro del moreno ante el sonrojo y la visible desorientación de aquel que lo acompañaba.
De forma familiar, acaricio un poco el cabello del perturbado cantante, que parecía revuelto por un huracán.
-Bueno, ahora ya si que queda la ultima lección... –saliendo de shock inicial, Shindou retrocedió pegándose a la pared con cara de pánico, mientras el moreno se apartaba arrogantemente el cabello de los ojos y lo miraba con sorna contenida.
-Si bueno Ayaka-chan, ya te he dicho que estoy enfermo. Bueno si, al menos en teoría. ¿Qué que tengo?... pues no sé, la malaria...¿qué eso es imposible?, bueno pues una viruela entonces... no, no me acuerdo lo que tengo. ¡¡Es cierto!!... tu no sabes como están las cosas por aquí, a veces creo que entiendo a nuestro productor Sakano-san... si, Shuichi todavía esta en mi casa, pero ahora mismo se ha marchado con Tatsuha-san a algún sitio de esos que le gustan o eso creo. No, no creo. No Shuichi no haría eso, ya sabes que quiere mucho a Yuki-san... bueno eso no lo sé... ¿Oye, pero tu no pensaras de verdad que vaya a obligarlo a hacer nada verdad?
-Yo tengo algo que pedirle. Para el próximo numero querría saber si puede participar un amigo mío. Es un novato no tiene ni idea de esto pero aprende rápido. Eso si, le puedo garantizar que es muy guapo tiene un cuerpo muy bonito y los demás clientes no quedaran decepcionados y por supuesto no cobrara nada en absoluto...
Tatsuha lanzo una sonrisa comercial al gerente del establecimiento que lo miraba con una ceja alzada, como dudando entre echarle a la calle o esperar a que terminase de hablar para darle con mas gusto la patada y lanzarlo directamente por la puerta.
Además bueno, no es por presumir pero mi amigo es prácticamente el doble de ese cantante de la tele... Shindou Shuichi... vamos, ocasión única- continuo disertando el moreno ante el hombre que por un momento pareció minimamente interesado- sólo pediría una cosa, mi amigo es tímido así que como es su primera vez, querría saber si podría ponerle en escena con alguien, bueno que resulte, ¿delicado?, ya me entiende, para que no se asuste y tal...
-Bueno Ayaka, ya se que Tatsuha Uesugi no ha sido precisamente el "borreguito de Nori" de la familia, pero tanto como para que lo apodes el "El terror de Kyoto" o –el guitarrista se ruborizo- "Mr pansu-samaaa" creo que es un poco exagerado no?.. quiero decir que los dos son adultos y.... si, ya, deja de reírte, soy perfectamente consciente de la tontería que acabo de decir...
(pansu es ropa interior tanto femenino como masculino)
-Tatsuha.. ah... me duele.... no tan fuerte... me duele...
-Acabamos de empezar, no empieces a protestar tan pronto
-Pero ...ah...me haces daño...umn...
-Mi hermano tenia razón, eres un quejita sin aguante
Una mano recorriendo su pecho, acariciando su vientre.
-Pero es que no quiero seguir, me duele... ah.. para mn... no, no aprietes más ahí ah! ... me haces daño ...para Tatsuha!...ah...
Las manos del moreno se deslizaron rápidas por la espalda del cantante sujetando, tirando, dominando completamente cada centímetro.
-Ya, bueno, ahora no quieres. Pero después ya veras como vienes a traerme un cesto de lleno de fruta a la puerta de mi casa en agradecimiento- el moreno sin compasión por los lloriqueos, tiro mas fuerte de una de las correas que el cantante tenia cruzada en su espalda, apretándola un par de números mas para dejarla fijamente sujeta al pecho del vocalista que se miro a si mismo ruborizado.
-Ah!, te he dicho que me duele!! Además...¿De verdad qué tengo que salir así? Me da mucha vergüenza y el pantalón de cuero esta demasiado prieto me hace daño!
-De eso se trata, además no te quejes, que te he conseguido algo facilito
-Si facilito, ¿pero el qué? Todavía no me has dicho que se supone que tengo que hacer... –Shuichi se toqueteo el grueso collar de pinchos de su cuello del cual pendía un gran aro metálico del que salían sendas tiras de cuero que se cruzaban en su espalda dando varias vueltas a continuación en su cintura terminado sujetas mediante hebillas al pantalón del mismo material.
Una cosa –exclamo de pronto el cantante como si acabase de reparar en ello, volviéndose hacia el moreno con sospecha- ¡¡¿no estarás pensando que haga yo nada parecido a lo que me dejaste viendo antes verdad?!! ¡¡Yo no puedo!! ¡¿Piensa en Yuki?! ¡¿Qué pasaría si Yuki se entera que estoy aquí con este aspecto?! - El cantante empezó a hacer sonidos nasales a la par que su ojos se volvían sumamente acuosos, en una expresión nada propia con su vestimenta actual, cosa que terminó convirtiéndose en el esperado berrido que empapo su cara en lágrimas maltrechas al igual que un pequeño moquillo colgado de su nariz- ¡¡Yo no quiero que Yuki se enfade más conmigo!! BUUUUUUUUUUUUUUUUAAAAAAAHAHAAAAAAAAAAAAAAAAAAa, ¡¡Y si se entera de que he hecho esto no me vuelve a hablar en la vida!! ¡Que a él no le gustan estas cosas! BUUUUAAAAAAAHAHAAAHAAAAAAAAAAAAAAAAAA ¡¡YUUUUKIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!! ¡¡Que ya se lo que me llamó cuando me echo de su casa!! ¡Que lo vi en el diccionario que tenia Hiro en su piso! ¡Y yo no soy un pederasta! BUAAAAAAAAAaaaa...¿? bueno quizá con Yuki lo seria... ¡¡pero solo si él hubiera querido!! BUAAAAAAAAHAHAAAAAAAAA ¡¡YUUUUUKIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!
Tatsuha se cruzo de brazos, con una mueca desesperada en la cara, pensando como Nakano podía soportar esas pataletas de forma continua sin tener ninguna "compensación" a cambio por ellas. Eso era algo que de verdad no llegaba a comprender.
-Si vale, venga. Eso ya lo trataremos después, y no me pongas mas nervioso de lo que estoy, que encima me están haciendo esto como un favor de socio –apunto el moreno de forma siniestra a su lado- y como no salgas ahí ahora, te aseguro que te arrastro conmigo a un hotel de la esquina y va a ser mucho peor, así que tu decides.
Dos minutos mas tarde y Shindou estaba en una plataforma circular, rodeado de un montón de espejos que le devolvían su propia imagen temblorosa.
En el suelo cubierto de moqueta, miles de almohadones que ofrecían cómodos asientos, y el cantante seguía con esa expresión de pánico a expensas de saber que le aguardaba, mientras tras uno de todos aquellos cristales Tatsuha se hurgaba la oreja desmoralizado.
-No sé porque le da tanta importancia... a veces me saca de mis cansillas... – el moreno miro al techo de forma suplicante- My honeyy Ryuichi las cosas que tengo que hacer por ti....
Ya estaba empezando a impacientar, cuando se sobresalto ante un contacto frío de unas manos menudas que desde su espalda, recorrieron de forma sinuosa sus costados hasta llegar a su pecho.
-AHH!
Con un brinco, Shuichi retrocedió para al volverse, descubrir a otro chico con aspecto de tener su misma edad, incluso puede que un poco menor, de una estatura similar a la de Suguru, pero de rasgos mas atractivos y aniñados, parte de ellos conseguidos mediante la prolija melena negra que le llegaba por debajo de los hombros.
El chico sonrió avergonzado, aparentando estar tan nervioso como él. Eso proporciono algo de confianza al cantante para fijarse en que el desconocido en cuestión, llevaba una ropa bastante semejante también a la suya pero con un pantalón mas corto, abierto en los costados y de piezas claramente desmontables.
El que se quitara dichas piezas revirtió el nervioso a Shuichi cuando el chico se acerco hacia él lentamente, deslizando sus manos a través de su cuello para tomar sus labios en un delicado beso.
-Ah, así que vas a venir a Tokio la próxima semana –exclamo el guitarrista esbozando una sonrisa dichosa- ¡Vaya esa es una gran sorpresa! ¿Y ya tienes donde quedarte?
-TATSUHAAAAAAAAAAAAAAA!!! SACAME DE AQUIIIIIIIII!!!!! – lloriqueba el cantante de cabellos rosados, arañando uno de tantos cristales a modo de espejo, que decoraban la sala y gracias a los cuales los clientes podían ver el espectáculo.
El chico que en un principio había parecido tan tímido, ahora lo tenia completamente encima, mordisqueándole el cuello y tratando por todos los medios de desabrocharle el ajustado pantalón para tomar lo que bajo él se encontrase.
TATSUHAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!- grito nuevamente Shuichi, completamente rojo mientras palmeaba torpemente, zafándose de mala manera de las insistentes caricias del desconocido en su entrepierna- ah ya, para, mira que es un accidente que yo este aquí...- trato de defenderse con el joven, que seguía pendiente tan sólo de seguir con el espectáculo- Ah no, espera... ah! No me toques ahí!! –exclamó completamente ruborizado cuando el joven le consiguió dar la íntegramente la vuelta, para tomarle los labios e intentar deshacerse con mas facilidad del pantalón.
TATSUHAAAAAAAA PERO AYUDAMEEEEEEEEE!! –dejo de chillar y se volvió hacia el chico- No mira para, te digo que fareghtmmnn- aplastándole contra el suelo, el joven había silenciado sus labios con un opresivo beso a la par que le sujetaba ambas manos sobre la cabeza y con la mano libre intentaba introducirla bajo el pantalón. Shindou empezó a patalear. Cuando se dio cuenta que de seguir así, debido a sus "actitudes físicas" terminaría teniendo una embarazosa erección aun a pesar de no quererla, invirtió los papeles, y termino aplastando el mismo al joven contra el suelo, sujetando sus muñecas a ambos lados de su cabeza, mientras ponía una mueca de determinación jadeante en el rostro.
El joven le sonrió susurrándole por lo bajo "bien, mucho mejor. Sigue así, es lo que todos están esperando ver"
Y entonces se dio cuenta que se trataba de eso, de una representación, una forma distinta pero básicamente igual que cuando se estaba encima de un escenario. Había publico de igual forma que lo había en los conciertos, y en los conciertos el siempre trataba de dar lo mejor de si mismo.
En ese momento de breve calma, fue cuando recordó las palabras serias que el moreno le dijo antes de entrar: "Si no consigues dominar esta situación, nunca dominaras nada"
Respiro pesadamente antes de inclinarse sobre el muchacho, haciendo como que iba a besarlo pero buscando el gesto como excusa para susurrarle al oído
"¿Qué tengo que hacer?"
-Pero K-san – suplico Suguru pelado de frió a aquellas horas de la noche con una camiseta de tirantes y un pantalón corto de deporte- Es muy tarde, ¿qué estamos haciendo aquí?
-Un buen manager nunca descansa JAJJJAJJA –repuso el rubio con un gran coro de risotadas- Publicidad, todo se reduce a la publicidad y al mejor momento para hacerla!!
-Eh si claro...- confirmo el teclista sin tener muy claro que tipo de publicidad se podía hacer en ropa veraniega de deporte a horas en las que lo recomendable era dormir, si se quería uno encontrar bien al día siguiente.
El rubio sonrió aun más ampliamente ante la cara de desconcierto del joven, y abriendo un maletín se puso a repartir papelitos de publicidad de mano en mano, ante la atónita mirada de Fujisaki. Escandalizándose notoriamente al ver que cuando K no conseguía por las buenas que los transeúntes se mostrasen interesados por lo que el les estaba ofreciendo, los perseguía por toda la calle desenfundado su pistola tras ellos hasta que les hacia coger el papel y leerlo. Tras eso ya se quedaba conforme, retiraba la pistola de su cabeza, y con una sonrisa cordial seguía repartiendo la publicidad con la mayor de las tranquilidades.
Y yo sigo sin entender porque tengo que estar con esta ropa...
-Tu amigo esta haciendo un buen trabajo- comento el dueño del negocio al moreno que filmaba toda la escena de forma interesada tras el cristal, con una pequeña cámara digital que se había traído escondida entre la ropa.
El moreno se limito a asentir de forma silenciosa, recreándose tras el objetivo en lo que ocurría. Él no era ninguna hermanita de la caridad, tenia muy claro que pensaba sacar varias cosas de todo el asunto, y aquel video exclusivo era precisamente uno de los "extras". Poca gente podría presumir de tener una sesión casi integra de sado-maso realizada por el vocalista de Bad Luck, Shindou Shuichi que parecía brillar en la plataforma circular al igual que brillaba en su conciertos.
El cuerpo del cantante estaba cubierto por una pequeña capa de sudor, brillando bajo los focos de la sala. Se había dejado arrullar por la música, borrando todo vestigio de indecisión infantil de su rostro, y había atado al joven a la pared, en unos grilletes preparados previamente para eso.
Tatsuha trago con pesadez con los ojos incrustados en la cámara cuando en un primer plano toma zum, el cantante enterraba el rostro en el cuello del joven y este echando la cabeza hacia atrás gemía.
El espectáculo visual al moreno le estaba resultando simplemente fascinante, los movimientos del cuerpo de Shuichi, los gemidos suaves del otro joven, las caricias reprimidas entre ambos...
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Shindou se inclino sobre el joven y enterrando el rostro en la cavidad de su cuello le murmuro de forma nerviosa "¿Esta bien así?, ¿no te duelen las muñecas?"
El chico dejo escapar un gemido demasiado teatral, que hizo sentirse incomodo al cantante, pero para seguir con las instrucciones que le había dado inicialmente, tiro con unas de sus manos hacia atrás de su cabello dejándole aun mas expuesto el cuello y con resignación le dio una pequeña dentellada que en la garganta del chico sonó como el mas cruel de los mordiscos.
-Oye, tienes que hacer eso? –pregunto ruborizado el cantante soltando al joven mientras este adoptaba una expresión de suma necesidad y murmuraba entre dientes.
-Si, y mejor que me desates ya y sigamos con lo que te dije antes.
El cantante suspiro comenzando a desatar las muñecas del joven.
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Su expresión cada vez estaba mas embobada.
Los cuerpos semidesnudos de los dos jóvenes se frotaron íntimamente cuando Shindou se estiro para liberar las muñecas del otro joven, rozando sus torsos en una caricia sensual. El moreno casi sentía el sabor de su piel en su boca, de sus rosados y duros pezones siendo succionados por sus labios... se dio cuenta de que estaba divagando, y la verdad no era algo que necesitase, pues la realidad era tan buena o mejor que su fantasía.
Shuichi había cogido la cabeza del joven y tras zarandearlo un poco, lo había tirado con violencia al suelo, y ahora el joven a cuatro patas desde él, miraba expectante y temeroso al cantante que se había apropiado de una fusta de caballo y le observaba de forma fría golpeando con ella una de sus manos.
-Incluso pude que no sea un caso perdido después de todo... –comentó el moreno emocionado
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Shuichi suspiro, mirando al chico después de que le diese un buen susto al tirarse sólo contra el suelo. Tenia una muy buena coreografía si es que así podía llamársele de esa manera. El chico se quedo en el suelo, mirándole de forma suplicante. El cantante suprimió el impulso de poner cara de circunstancias o demostrar lo nervioso que estaba, y como había acordado con el joven cuando antes de empezar lo tiro contra el suelo, tomo la fusta que había colgada en una de las paredes y adoptó la expresión mas fría que pudo.
Puede que llegara lo mas difícil, pero de cierta manera, aquello le sereno. Si lo pensaba fríamente, muchas veces en sus años académicos había utilizado "similares métodos" (emular carantoñas y besos) con Hiro para conseguir lo que querrían de algunas de las chicas de los otros cursos. Esta vez era lo mismo, tan sólo tendría que ser el que llevase la iniciativa y sobreactuar un poco más...
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-Jeje, si, de aquí puede salir algo muy bueno... y además a partir de ahora podré sobornar a "Shu-chan" cada vez que necesite invitaciones o "favores especiales " jajajaaj- murmuró lo suficientemente bajo Tatsuha para que la cámara no registrase el sonido mientras en su rostro se extendía una mueca cada vez más estúpida y lujuriosa.
El cantante se movía de forma confiada, rodeando al chico con paso lento y autoritario. Primero señalándole con la fusta, después marcando su anatomía con ella al recorrer la piel desnuda con el cuero.
El cantante regreso a su posición inicial delante del joven e irguiendo la cabeza en una mueca prepotente, se cruzo de brazos mientras adelantaba una pierna. Posando una bota sobre el hombro del chico que permanecía sumiso en el suelo.
"Lámela"
Tatsuha tuvo una hemorragia nasal en aquel mismo instante. Un par de gotas de sangre cayeron sobre las manos temblorosas de expectación que estaban sujetando la cámara. La acción había sido tan inesperada, que incluso el moreno se había sorprendido al ver a su "cuñado" tan integrado en su nuevo papel "dominante"
Con una mueca asustada el joven había girado vacilante la cabeza, para finalmente bajo la fría mirada del cantante sacar la lengua de forma sensual y lamer lentamente de forma ascendente el cuero del calzado. Un leve matiz rojizo hizo aparición en las mejillas del joven de cabellos rosados pero su mueca resuelta no desapareció.
Con los brazos aun cruzados, piso al joven y lo hizo quedar al ras del suelo rojo tapizado.
-Oye, ¿Crees que tu amigo estaría dispuesto a trabajar aquí aunque fuera sólo algunos fines de semana...
Pero el moreno no escuchaba al sorprendido gerente. Estaba absorto en como Shuichi, había quitado el pie del chico y sujetándole déspotamente con una mordaza, se había sentado a horcajadas en su espalda, como si estuviera montando a caballo mientras daba algún que otro azote travieso en el trasero del joven que jadeaba y respiraba de forma entrecortada y sonora a forma de bufido a través del pañuelo que mordía.
-Nunca pensé que diría esto... pero Shuichi me esta haciendo empezar a sudar...
-¿Qué?- el gerente parpadeo confuso- bueno ahora te dejo sólo para que sigas "haciendo tus cosas", pero primero confírmame lo de si tu amigo podría...
Shuichi tiró con más fuerza de la mordaza cogida entre sus dedos dando un golpe mas fuerte que los demás en el cuerpo del chico, que se "encabrito", tirandolo de su espalda al suelo para quedar bordeado de un gran cantidad de cojines.
Con expresión desconcertada, Shindou permaneció sentado sobre el rojo tapizado incluso cuando el joven se arranco la mordaza de la boca y gateando, se detuvo a sus pies para acto seguido, comenzar a deshacerse de las correas de su propio pantalón.
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-Espera, ¿qué haces? –pregunto confuso el joven de cabellos rosados, adoptando una expresión intranquila y nerviosa al reparar por primera vez en la erección del joven desconocido bajo el negro y prieto cuero de sus vestimentas. -¿Te he preguntado que haces? ¡¡Para!! ¿Quieres dejar de desvestirte?
El joven no le hizo caso, y después de soltarse algunas hebillas mas, paso un brazo sobre el hombro de Shindou para obligar a este a reclinarse un poco más sobre el suelo a la par que murmuraba.
-Terminar la "representación" . Es lo que están todos esperando. ¿No pensarías que con cuatro pantomimas ya habríamos acabado verdad?. Ahora toca el plato fuerte...
Y poso su mano sobre el bajo vientre del cantante.
...¿No te excita sentirte observado por otros mientras estas teniendo sexo?
El rostro de Shuchi adquirió una tonalidad roja furiosa, casi ahogada, para pasar a otra amoratada en los diferentes y lentos estadios de comprensión en los que su cerebro le llevo a la conclusión ineludible de que finalmente, había llegado el momento de salir de allí a como diera lugar.
Cuando el chico se inclino un poco más sobre él y trató de tomar sus labios, Shuichi llevado por el pánico, no tuvo idea mejor que tras apartarle de un empujón, lanzarse temerariamente contra el lugar por donde había entrado como si de verdad pensase que podia echarlo a bajo con la cabeza...
-¿Tu eres idiota verdad?
Tatsuha le lanzo una mirada inquisitiva, fría y desagradable. El joven a su lado bajo la cabeza nervioso, haciendo oídos sordos a los silbiditos y ofertas de "empleo temporal" de algunos transeúntes de la zona que parecían ignorar deliberadamente los desgarrones y roturas del traje de cuero que portaba, centrándose tan sólo en las zonas resaltadas por maltrechas correas de aquel cuerpo joven y terso.
A veces me pregunto si tu sabes siquiera lo que significa el civismo, mira que tirar la puerta con el potro de tortura...
Un hombre un poco más audaz que el resto, empezó a seguirles por la calle, al igual que en algún otro rincón, un bicho demasiado grande para tratarse de un perro, ladraba de una forma un tanto peculiar mientras observaba la escena con peculiar interés.
-La culpa es tuya por meterme ahí- pese al pudor reflejado en sus mejillas, el cantante se volvió con el ceño fruncido hacia el moreno, antes de adoptar una pose de resulta dignidad- Ya sabes que yo no le seria infiel a Yuki, ¡Y ese tío quería que nosotros lo hiciéramos de verdad!
El hombre continuaba siguiéndoles de cerca.
-De verdad, de mentira, ¿Qué mas da?, ¡¡Por tu culpa me han echado y me han roto el carné de socio!!... –el moreno se cruzo de brazos enfurruñado, evidenciando con su actitud que realmente seguía siendo un adolescente pese a su físico- te salvas que ya me quedaba poco de suscripción y no pensaba renovar que sino... –se volvió hacia el desconocido que les seguía de forma insistente tratando de llamar su atención- ¡¡Que no pesado!! ¡Que esta conmigo!! ¡¡Que te largues!!
-Pero puedo pagarte mucho dinero- afirmó el hombre sacando un grueso fajo de billetes de uno de los bolsillos de su abrigo gris.
Sorprendido ante tal cantidad de efectivo, los ojos del moreno dieron varias vueltas en sus cuencas, en una rápida sucesión de imágenes idealizadas de actividades que podría realizar de aceptar tal cantidad de capital, todas ellas con bastantes puntos en común y no demasiado dignas o castas.
-¿De cuanto tiempo estaríamos hablando? –pregunto con la mayor de las cordialidades y la mas ancha de las sonrisas al extraño, para frotarse las manos con entusiasmo ante la mueca incrédula del joven de cabellos rosados.
-Había pensado un par de horas
-Por un par de horas mi amigo cobra el doble de eso- apunto con formalidad irrefutable, llevándole su instinto comercial a sacar una calculadora, empezando a hacer números con aspecto critico en la materia, ante la mandíbula cada vez mas caída de Shuichi, que era incapaz de creerse lo que veía- comprenda que esta muy solicitado, acaba de salir de un espectáculo en vivo y debe de aceptar las mejores ofertas...
-Tatsuha... –comenzó el cantante acercándose temerariamente a este con un leve temblor muscular lo suficientemente admonitorio para que cualquier persona normal se hubiera callado en el acto.
-...Creo que una tasa justa seria ciento cincuenta mil yenes por un par de horas, es algo caro pero este chico realmente lo vale porque hace unas-
-¡¡TATSUHA!!- gritó el cantante al ver que el moreno no vacilaba, acomodándose de un solo salto en su espalda, abrazando el cuello de éste en una llave experta con la que empezó a estrangularle- ¡¡COMO SE TE OCURRA VENDERME TE MATO!!
-.... Afg.. fuestaaaa... fuishiiiiiiiiiiiii!!
-¡¡Te lo llevas ganado a pulso!! ¡¡Todo esto es culpa tuya!! ¡¡TE ODIOOOOO!!
-Foma!! Guera una froma!!...
-¡¡ARGGGGGGGGGGGGGG!!
Lejos de darse por aludido o desalentado, el hombre miraba el espectáculo con ojos rebosantes de ilusión, empezando a sacar cantidades ingentes de billetes de su bolsillo. Acto seguido extendía deseoso todo aquel presupuesto al menor de los Uesugi, cuyo rostro empezaba a adoptar tonos azulados, dando vueltas a semejanza de una peonza enloquecida, mientras agitaba furiosamente los brazos en el aire tratando vanamente de zafarse del pequeño bicho parasitario que parecía estar tratando de asesinarle con una inquebrantable mueca de determinación en el rostro.
-Puedo pagaros lo que deseéis- persevero el hombre al parecer extasiado ante el espectáculo - realmente vosotros dos sois lo que estaba buscando...
Era curioso como uno podía pasarse prácticamente la noche entera al bris, más por iniciativa propia que por la coacción de un arma apuntándote a la sien cada vez que "recordabas" haber dejado algo encendido en casa, así como algún tipo de compromiso ineludible (seguramente con la almohada) a aquellas horas de la noche.
Suguru se había mantenido malamente despierto, abrazándose sus propios antebrazos, en un intento frágil porque el tembleque persistente de su cuerpo se ralentizase, y con un poco de suerte u optimismo llegase a desaparecer.
K había seguido repartiendo publicidad durante un par de horas más con su sonrisa inagotable, y las buenas maneras que venían siendo por costumbre en él, y que no tenían necesariamente que ver con el "gracias" o el "por favor" del resto de la gente.
Fuyisaki estornudo, mirando con desanimo a su alrededor y preguntándose por octavo trigésima vez, para que el manager le necesita allí que le retenía con tanta insistencia.
Y no obstante, tuvo una muy desagradable y premonitoria sensación, al ver como su manager dejaba de repartir papelitos de colores a los asustados transeúntes que empezaban a evitar ese lado de la cera, para tras ponerse un casco de seguridad vial propio de los guardias de trafico cuando guiaban a los escolares a cruzar la cera por la mañanas, sacar un pivote fluorescente.
El manager agito el objeto despidiendo una luz verdosa y atrayente hacia un autobús de dos pisos, del que deteniéndose frente a él, empezaron a salir ancianitas de la tercera edad a chorro, como si fueran un ejercito de termitas bien organizado que se lanza directamente hacia su presa.
Con pánico, Suguru vio como empezaba a ser cercado por todas aquellas presumibles respetables mujeres. Lanzó una mirada angustiada al rubio americano que le hizo la seña de "oks" y elevando un letrero por encima de su cabeza añadía con una sonrisa a través de él "debemos abarcar todos los sectores posibles así que tu sonríe y se simpático", acompañando a esta ultima palabra con un corazón mal pintado pero perfectamente reconocible.
Las viejas se le echaron encima al unísono toqueteándole la nariz, apretando sus mejillas y palpando algunas otras partes menos castizas de su cuerpo al menor de los descuidos.
-Ahiii pero como se parece este joven a mi nieto!! Verdad que es un encanto??
-Si señora – repuso con un sonrojo notable el teclista que se zafo de un par de manos mas que parecían que le arrancarían la camiseta al menor descuido- ¡pero seguro que a su nieto no lo toca así!! ...¡¡Y usted! Por favor modérese!!- exclamó con enojo y pudor hacia otra ancianita de grandes lentes que se ruborizo avergonzada al haberse visto descubierta al tratar de tocar "carne fresca".
Las señoras de las ultimas filas y por lo tanto las más alejadas de Fujisakli, empezaron a ponerse nerviosas al ver que a ellas no les entraba prácticamente nada en el reparto, y empezando a esgrimir temerariamente sus cachas, empezaron a empujar como vigorosas atletas tratando de llegar a los primeros puestos.
Las voces se sucedieron y Suguru termino luchando por no ser sepultado por la marea de faldas de nailon, fajas anchas y dentadura postizas que volaron por el aire al igual que alguno que otro bastón, puede que inclusive seguido de su propietaria.
-¡¡Que yo también quiero!! –grito una anciana haciéndose oír por encima de las demás.
Fuyisaki las miro con pavor, llevándose las manos a la cabeza a la par que pegaba un grito al mas puro estilo de Makauli Kalkin, cuando todas se guiaron al unísono hacia el lugar por donde él trataba de escapar.
Solo había una cosa peor que un grupo de abuelas ninfomanas. Un grupo de abuelas nifomanas organizado.
Echo a correr con todas sus fuerzas seguido de toda aquella horda de la tercera edad, mientras las voces del rubio resonaban de fondo recordándole que si llegaba a presentársele algún momento comprometido con aquellas "damas", hiciera el favor de comportarse como un caballero y tomara precauciones.
-¿Si?, ¿Sakano-san?, ¿Tiene ya lo que le solicite? De acuerdo, nos reuniremos en treinta minutos en el XXX junto al barrio de Takaino. Adiós.
Con una sonrisa calmada, el presidente de NG se recostó nuevamente en la cama, permitiéndose un suspiro somnoliento. Cerró los ojos e intento mentalizarse en aguantar el largo día que parecía demasiado ansioso por empezar para él.
-Mika-san... –murmuró con un tono suave, casi melódico. A su lado el cuerpo de una mujer rebullo, girándose, para tras un gruñido volver a quedarse tal que estaba, sin hacer amago de darse por aludida. Seguchi sonrió, pensando que hasta en eso se parecían los hermanos Uesugi, aunque ellos de por sí nunca fueran a reconocerlo.
Se inclino sobre su mujer, zarandeándola delicadamente por el hombro.
Mika-san, debo irme ya, Sakano-san me espera...
Un nuevo gruñido y la mujer abrió los ojos un tanto desorientada, dando la sensación de que bizqueaba de forma preocupante, antes de posar la vista en su marido y soltar un bufido exasperado.
-Si venga, vete con tu eterno esclavo y servidor...- la mujer dejo caer pesadamente una mano sobre la almohada- de verdad que cualquier día empezare a pensar que ese hombre esta enamorado de ti...
-¿No estarás celosa?- apunto con un pequeño y casi imperceptible tono de burla divertida pero que no paso inadvertido para la hermana mayor de los Uesigi.
-Oh!, por su puesto, con él puedes hacer cosas que conmigo obviamente no... aunque dudo que te dejases...–la mujer se rió tenuemente y se volvió, quedando nuevamente de espaldas al presidente que sonrió de una forma un tanto peculiar y diferente antes de inclinarse y depositar un tierno beso en la mejilla de la mujer.
-Nos veremos esta noche en la presentación. Recuerda llamarme si surge alguna cosa...
La mujer refunfuño de nuevo y finalmente añadió.
-Y tu recuerda llevar el bote de vaselina, sino "Sakano-san" va a andar raro durante todo el día.
El productor esperaba hecho un manojo de nervios junto a la puerta del lugar de la cita.
Una sonrisa amplia y hasta cierto punto relajada hizo aparición en su rostro, al ver a aparecer el coche del presidente, que de forma silenciosa y pausada se detuvo en aquel mismo lado de la cera, dado que a aquellas horas de la mañana en las que el sol ni si quiera se había planteado despuntar, difícilmente nadie le pondría una multa por detenerse o interrumpir un trafico que no había.
-¡¡Buenos días Señor!!- exclamó con energía incansable delante del rubio que sosegadamente se bajo del coche sin mirarle.
-Bueno días Saka...- Thoma que se había vuelto hacia su empleado, arqueo una ceja desconcertado al descubrir al productor en cuestión, completamente vestido de negro, incluyendo la cabeza que se veía particularmente inquietante al estar cubierta por un pasamontañas que tan sólo dejaba unas pequeñas ranuras libres para los ojos. El presidente sonrió de forma nerviosa antes de retomar la conversación- ...no-san...
Preferiría que se quitase el pasamontañas para poder verle la cara cuando converso con usted, sino le supone mucha molestia.
-EH?! AH!! PERDONEME!! –con un gesto impulsivo el hombre se arranco el gorro dejando una expresión seria y de carácter prudente pese a tener todo el cabello revuelto y enloquecido- ¡¡Acabo de venir de cumplir con el encargo y no he tenido tiempo de cambiarme!! ¡¡Disculpe mi presencia!!
Hizo una inclinación un tanto exagerada y le tendió al presidente una carpeta de cartón, lisa en su superficie, pero abultada debido a su contenido. Thoma al acercarse al moreno le vino un ligero hedor a basura, aunque lo obvió por cortesía tomando con una sonrisa ligera el documento para examinar el interior.
-¿Tiene que hacerme algún comentario?- inquirió con formalidad el presidente antes de abrir la carpeta. Sakano se limito a ruborizarse sospechosamente a la par que negaba con la cabeza- en ese caso...
Y pese a haber desconfiado en un principio por la extraña actitud de su empleado, incluso el propio presidente tuvo la sensación de que se le estaba resbalando la camisa por los hombros al ver la sucesión de fotos que la carpeta contenía.
Esto es en definitiva mucho peor, de lo peor que me había imaginado...
-Presidente, yo.... –alegó el productor con un deje entristecido y desconsolado.
El rubio cerro con un golpe enérgico la carpeta y contra todo pronóstico esbozo una gran sonrisa.
-Excelente. Le doy mis mas preciadas felicitaciones Sakano-san. Ha hecho un gran trabajo. Váyase a casa, dúchese y duerma un poco. Nos encontraremos esta noche en la recepción.
Con una sensación un tanto de incomprensión, el productor pudo apreciar como el presidente volvía a montar en el coche tarareando una tonadilla alegre (que antes no cantaba), y tras arrancar, se despedía gentilmente con la mano.
-No entiendo nada... –se rasco la cabeza confuso- esas fotos eran bochornosas, pensé que estaría al menos molesto... –una mirada austera apareció en sus facciones por primera vez, a la par que lanzaba una pregunta al aire sin ánimo de ser contestada- ¿Qué es lo que pretende señor presidente?
Hiroshi entreabrió los ojos adormilado, viendo entrar de reojo a su amigo de la infancia con una mueca desolada en la cara, ojeroso y casi libido, eso sin hacer hincapié en las ropas nada apropiadas para la ocasión que lucia o porque venia arrastrando la mochila por el suelo, medio abierta y sucia.
Con descaro o apatía y una vez que hubo cerrado la puerta tras él, Shuichi fue dejando caer la poca ropa que llevaba hasta entrar desnudo en el baño donde instantes después, se escucho el amortiguado sonido de la ducha de fondo. Nakano volvió a cerrar los ojos, quedando nuevamente y casi en el acto, próximo al coma. Tan sólo cuando el colchón empezó a moverse, tuvo la fuerza suficiente de abrir los ojos nuevamente, para comprobar que era el cantante con la piel fresca por la ducha y un pijama corto, el que buscaba alojarse en aquella pequeña cama.
Moviéndose un poco para dejarle espacio, el guitarrista balbuceó unas cuantas palabras hasta que fueron lo suficientemente inteligibles como para que el cantante entendiera "¿Estas bien?"
-Si. Enfadado pero bien- sentencio el joven de cabellos rosados apoderándose de su pequeño trozo de colchón y haciéndose una bola, arrimarse a Nakano en busca de calor. Este se acomodo un poco más las mantas, reparando en el ultimo instante de que faltaba alguien más.
-... y Tatsuha?
-Muerto y enterrado- sentencio con aplomo el cantante cerrando los ojos con cansancio- no te preocupes Hiro. Descansa. Cuando nos levantemos va a ser un día muy largo.... y K no va a estar precisamente contento después de haber faltado varios días al trabajo.
Ante la mención del manager, todos los demás pensamientos de la pareja se borraron, dejando paso a una intranquilidad exaltada y temerosa.
Hiro? ¿Todavía tienes "Aquello"?
-Si
-Gracias a dios, lo vamos a necesitar
-Posiblemente, aunque no me hace ni pizca de gracia
-Bueno tampoco es tan malo ¿no?
-Claro, como no has sido tu el que ha tenido que posar en lencería interior de mujer para hacerse la foto...
En otra parte distinta de Tokio, dentro de un piso amplio y mal ventilado, un rubio daba vueltas en la cama sin cesar.
El sudor cubría sus muecas faciales, al igual que su cuerpo se contorsionaba bajo las sabanas.
-¡No!¡para! ...¡Shuichi para! ...¡¿A dónde vas con "eso"?! ¡¿No te atreverás?! ¡No!¡¡SHUICHIIIIIIII!! –gritó entre sueños Eiri antes de dar otra media vuelta con la que se cayo de la cama, llevándose toda la mesita de noche con él. Abriendo los ojos para comprobar que era la mesita de noche lo que trataba en aquel momento de agredirle, el escritor comenzó a murmurar cosas malsonantes al techo de la estancia en penumbra.
HEY! Wola! Perdón por el retraso, es ke bueno, pff han pasao un mogollón de cosas y no he tenido mucho tiempo (aparte que bueno también hubo líos de notas y mi ordenador casi se subasta al igual ke mi cabeza UU), la verdad es ke si sigo a sido gracias al apoyo de los últimos rewies, la verdad es ke sin ellos me hubiera desmoralizado del todo para continuar, así ke este capitulo va dedicado un poco a la gente que se ha tomado las molestias además de leerlo en escribir.
Espero que la espera no rompiera mucho el ritmo de lectura, procurare seguirlo subiendo de forma regular, err sigo queriendo recomendaciones de los ke lo leen, en plan como creen que esto puede mejorar...
Reconozco que el testo no se si esta muy bien distribuido, pero era un solo archivo y lo estoy dividiendo al tuntún porque originalmente no había capítulos UU....
Muxos saludos a todos y gracias a Sai, Ai y Cath por su apoyo ., también estas killas tiene mucho ke ver kon el levantamiento del fic. Ummn vuelvo a recomendar el doujinshi? La verdad es ke no he dibujado nada. Ya avisare cuando suba hojas nuevas U
