Previamente en "Shuichi´s Live Action" :
La mujer con la que hablaba Tatsuha había sacado un cigarrillo, y antes de que a esta le diera tiempo de sacar un mechero para prenderlo, el moreno había echo un increíble juego de manos con su propio encendedor, casi tachable de prestidigitador, dejando perpleja a la joven cuando el zippo tras describir impresionantes parábolas, se detuvo llameante ante ella.
-Shuichi. ¿Yuki-san sigue fumando verdad?
El cantante miro a su amigo y adopto una expresión rara, con un leve tic que se hizo presente en uno de sus párpados al abrir la boca con desgana.
-La verdad es que... desde hace unos días dejo el tabaco y la cerveza..., a parte que ha decidido dejarse barba- el joven de cabellos rosados suprimió un escalofrió bajo la sorprendida mueca de su amigo- no voy a decirle nada, pero si dentro de una semana empieza a ponerse pantalones de color rosa chillón y camisas con muchas flores me veré en un grabe conflicto emocional...
-¡Kumagoro ya podemos comer!
Ryuichi deposito los platos de la comida sobre la mesa de la cocina donde conejo y serpiente esperaban inmóviles las vituallas con sendos baberos de bebe.
-Itadakimaaaaaaaaaaasu!- el cantante de llevo la comida a la altura de la boca pero antes de dar el primer bocado, se centro en la serpiente que engullía las albóndigas de los macarrones de dos en dos- Kumagoro dile a tu mascota que mastique con la boca cerrada!
La serpiente se detuvo pariendo incluso avergonzada ante el comentario.
-.. pero sólo porque en realidad creo que a Yuki no le gustaría el color de este conjuntito que sino...
Dentro de la caja de basura se escucho un leve suspiro, al quedarse nuevamente sola y quieta en mitad de la calle. Situación que cambio, cuando un muchacho con un sospechoso parecido a Fuyisaki, parcialmente cubierto por una gabardina de cuello alto, un sombrero de ala ancha y opacas gafas de sol, llego hasta el montón de productos de desecho arrastrando una "persocon" semidesnuda con apariencia de hombre rubio. El joven de cabellos verdosos miro a ambos lados de la calle desierta antes de dejar caer el cuerpo exánime entre las bolsas y las cajas, marchándose acto seguido todo lo deprisa que le dieron sus piernas.
-¿Señor presidente?
Dentro de la caja algo se movió. Sakano enfundado completamente en prendas negras emergió entre la basura, para ponerse rápidamente de rodillas a la altura del muñeco y al comprobar que se trataba de un juguete, asegurarse que seguía encontrándose sólo y con un sospechoso rubor de mejillas, cargarse el muñeco al hombro y abandonar igual de deprisa el lugar que su antiguo propietario.
Yuki ladeo la cabeza, incomodo pero consciente de que aunque considerase todo el asunto como un capricho más del cantante (uno de tantos otros), en este caso debía de admitir que no era algo completamente descabellado. Al fin y al cabo era normal que quisiera probar ¿verdad?. En realidad más que normal era casi hasta justo.
-Como sea tan persistente para esto como para todo lo demás estoy en un verdadero problema- El escritor se empezó a poner nerviosos ante tales pensamientos decidiendo al instante que era el momento perfecto para tomarse una buenas y ante todo merecidas vacaciones
Creo que en el Polo Norte hace una buena temperatura en esta época del año. Esperemos que ahí no me encuentre... –musito un no tan convencido escritor que ya se imaginaba la persecución del cantante hasta vestido de perro esquinal nativo para atacarle por sorpresa.
-Tenia algo que pedirle- exclamó el menor de los Uesigi con una sonrisa segura- Para el próximo numero querría saber si puede participar un amigo mío. Es un novato no tiene ni idea de esto pero aprende rápido...
Dos minutos mas tarde Shindou estaba en una plataforma circular, rodeado de un montón de espejos que le devolvían su propia imagen temblorosa.
El suelo estaba cubierto de moqueta y miles de almohadones se ofrecían como cómodos asientos, quizá por ello el cantante seguía con aquella expresión de pánico a expensas de saber que le aguardaba, mientras tras uno de todos aquellos cristales Tatsuha se hurgaba la oreja desmoralizado.
-Mira que al final elegir la "fantasía gitana" –murmuró chasqueando la lengua ante la irrisoria visión del cantante vestido de Sevillana con un traje rojo de lunares blancos e peineta- ese con tal de no hacer nada sexy es capaz de auto convencerse que esto es un tablao flamenco... y lo peor es que pretende convencernos a los demás... será idiota
Una vez Seguchi llego al lugar donde se había citado con Sakano, omitió por cortesía tanto el deplorable aspecto que su empleado presentaba tras una noche de horas extras como la curiosidad ante el notable nerviosismo que se hizo presente en el rostro de este al verle. El productor le tendió la carpeta con el trabajo de toda la noche.
-¿Tiene que hacerme algún comentario? ¿Alguna cosa ocurrida que fuera reseñable?- inquirió con formalidad el presidente antes de abrir la carpeta. Sakano se limito a ruborizarse sospechosamente a la par que negaba enérgicamente con la cabeza- en ese caso...
Y pese a haber desconfiado en un principio por la extraña actitud de su empleado, incluso el propio presidente tuvo la sensación de que se le estaba resbalando la camisa por los hombros al ver la sucesión de fotos que la carpeta contenía.
Esto es en definitiva mucho peor, de lo peor que me había imaginado... –Thoma siguió pasando hojas, y entre las fotografías de Shindou Shuichi, creyó ver una de si mismo desnudo que fue arrancada de sus manos y posteriormente echa una bola e ingerida por el productor, en tan escasos segundos que consiguieron hacerle dudar de lo que creía haber visto, pero quedando de igual modo con una pertinente sospecha plasmada en sus aniñados rasgos.
-¿De verdad que no tenias nada reseñable que decirme Sakano-san?
Shuichi´s Live Action 2.00 ACT 004
La noche había sido larga e incomoda. Las sabanas se le habían pegado al cuerpo de una manera desagradable. Al igual que tras dar excesivas vueltas en la cama, había terminado levantándose exhausto y es que más que sentirse redimido con el -en teoría- reparador sueño nocturno, que ahora tenia jocosas connotaciones ante todas la agujetas que estaba sufriendo su cuerpo.
Al tomar una lata de cerveza de la nevera, su espalda crujió de forma sonora e igualmente dolorosa y se pregunto si su hermana, pese a lo insoportable e insufrible que pudiera llegara a parecer, no tendría algo de razón detrás de la cantidad de verborrea inútil que se gastaba, al estar continuamente criticando sus insalubres costumbres diarias.
-Me estoy haciendo mayor, si ya empiezo a plantearme estas cosas. ¿Qué va a ser lo próximo? Que me deje arropar con la mantita- comento irritado Yuki para si abriendo la cerveza. Cuando iba a sentarse en el salón para solazarse en el silencio de la mañana y en su nutritivo desayuno dorado, el timbre de su puerta tañó de forma inflexible, haciéndole alzar una ceja extrañada hacia la misma.
¿Shuichi?
El nombre había salido irreflexivamente de sus labios. Luego pensó que de ser el cantante que volviera nuevamente al "ataque"" para con él, seguramente habría tirado la puerta a abajo cargado de estúpidas y poco verídicas razones, así como de las sempiternas promesas que venían estando por costumbre en las reconciliaciones. Y es que en ningún caso el joven de cabellos rosados seria tan pausado o formal, de llamar respetuosamente a la puerta, más ahora que después de batallar durante meses, tenia en propiedad un juego de llaves de la casa y no unas prestadas o con plazo de devolución.
Eiri nunca olvidaría la frase que había ganado la batalla: "o me das una copia, o me quedo aquí contigo, hasta que termine de contarte como Sakuma-san consiguió sacarse el conguito de la nariz después de que K estuviese cuatro días enfermo en cama por comerse un flan de huevo que yo mismo había cocinado. Por cierto. Puedo tirarme perfectamente toda la semana y parte de la que viene para poder contártelo todo minuciosamente"
Ante semejante amenaza, el cantante había recibido con una sonrisa victoriosa no una copia, sino la propia llave del escritor, que prácticamente la había arrancado de su llavero, dándosela como si le quemara.
Recordando aquello, el escritor se rasco la cabeza de forma disgustada mientras se acercaba a la puerta. No obstante al abrirla tan solo encontró un pasillo vació y un periódico sobre el felpudo en aquella hora vespertina de la mañana.
Yuki se agacho a recoger la prensa abandonada, y con indiferencia, regreso al salón para retomar su estática postura con la lata de cerveza en una mano.
-.... bueno, será un nuevo servicio de la comunidad... ya me lo pasaran al banco...
Abandonando la actitud desconcertada, el rubio desdoblo el periódico a la par que se llenaba la boca con un gran trago de cerveza.
Mala acción, porque acto seguido escupió con tal fuerza todo aquel liquido, que dejo el sofá para llevar directamente a la tintorería. Sin embargo ni siquiera lo aprecio. Sus ojos seguían fijos y desencajados en el titular, que con letras mucho mas grandes de lo normal y junto a una comprometida foto decía:
"Shindou Shuichi: De estrella musical a estrella del porno" y complementaba en letra más pequeña pero igualmente resaltada "conozca una noche en la vida del cantante de Bad Luck. Lo que nunca vera en uno de sus conciertos. Pag 15"
Eiri se quedo mirando con expresión incrédula casi rodando lo estúpida, aquella foto. Sin lugar a dudas del joven de cabellos rosados, donde a todo color y en tamaño estándar, salía enfundado en cuero "cabalgando" con una mueca libidinosa en el rostro, sobre otro joven desconocido al que se le había censurado la identidad con un ridículo rectángulo negro a la altura de los ojos.
-Esto me pasa por mezclarme con mocosos
Y pese a estar seguro que ya no podría encontrarse ya con nada peor, aquello no impidió que un marcado tic nervioso se posase en uno de sus párpados cuando alzando una ceja, el novelista tuvo la insensatez de abrir el periódico por la susodicha pagina 15.
Llego un momento en que incluso sus mejillas adquirieron cierto tono carmesí, simultáneamente al escalofrió que recorrió su medula espinal ante la extravagancia de color y maquillaje mal administrado que se desplegó ante él con las nuevas fotografías.
...Cuantas veces le abre dicho ...¡¡Que no me gustan los travestís!!
Shindou dormía a pierna suelta en el colchón, habiendo tomado posesión de toda su extensión cuando Nakano se había levantado a una hora razonable para empezar con la rutina diaria.
El desayuno-comida ya estaba casi servido, con más tranquilidad y esplendor que los días anteriores, una vez superado el estrés de tener bajo el mismo techo a un cantante hiperactivo-deprimido (combinación altamente peligrosa) y un joven con altas tasas hormonales que parecían demasiado liberales a la hora de manifestarse.
Mientras el café terminaba de hacerse, Hiroshi se puso rápidamente sus deportivos de talón desborregado, y cogiendo las llaves del piso salió de una carrera al supermercado de la esquina en busca de algo de leche y algún dulce o aperitivo para la primera comida del día.
Ya estaba en junto a la caja de la tiendecita, con el dependiente guardando humildemente la comida en una bolsa, cuando la pila de periódicos junto a esta le rebelo la gran noticia del día con la foto de Shuichi en la portada.
- ¡La madre que lo-
Nakano titubeo en coger el periódico y en el momento en que finalmente lo hizo, comprobando así que se trataba realmente de su amigo, le arranco las bolsas al tendero sin recordar coger la vuelta de la compra.
"¡Pero será gilipollas!" se lamentó internamente el guitarrista, mientras corría hasta el piso perdiendo por el camino algunas cajas de galletas, demasiado asustado ya no solo por el escándalo que seguramente se habría armado a primera hora de la mañana en los medios de comunicación cuando el resto de Japón hubiera visto las fotos, sino porque ahora temía por su vida: K les mataría, y les mataría de una forma un tanto más verídica y dolorosa de la simple muerte normal a la que se referían todos los días cuando hacían alguna chapuza y temían después las represarías.
Llegó a su casa, tirando inmediatamente la compra al suelo, abalanzándose sobre Shuichi que adormilado mordisqueaba la esquina de la almohada.
-Shuichiiiiii!!! Despierta Maldito!!!, ¡¿Pero donde estuviste anoche desgraciado?!!
El joven de cabellos rosados entre abrió los ojos con aspecto cansado, sin embargo nada más que el guitarrista colocó la portada del periódico delante de su narices, Shindou se puso en pie de un salto en la cama absolutamente despierto y empezó a señalar el periódico con un dedo tembloroso y la mirada desencajada.
-¡¡ARGGG!! ¡¡Pero si... si soy yo con el pervertido de anoche!! ¡¡NO PUEDE SER!!- Le arrancó el periódico de las manos a su amigo y empezó a tirar hojas por el aire hasta que llegó a las que salía él- ¡¡Pero si soy yo en todo el día de ayer!! ¡¿Por qué?! ¡Mira, aquí sales tu cogiendome por el brazo cuando me quise ir casa de Yuki ayer!. ¡¡Me estaban siguiendo!!
El cantante empezó a romper furiosamente el periódico armando un revuelo de tiritas de papel reciclado a su alrededor, quedando finalmente rodeado de todas por doquier, con el cabello revuelto y los ojos crispados en furia, justo antes de caerse de rodillas al suelo y empezar a berrear de mala manera.
-BUAAAAAAAAAAAAAAAHAHAAAAAAAAAAAAAAAA Yuki lee el periódico todos los días, ¡¡Y se va a pensar lo que no es!! BUAAAAAAAAAAAAAAAAA, ¡¡¿Qué voy a hacer Hiro?!! Estoy gafado..... BUAAAAAAAAAAAAHAAAHAAAAA ahora si que no podré volver a casa de Yuki, no querrá verme más... Ahora si se va creer que soy un pervertido BUAAAAAAAAAAAAAAAAAAA ... ¡¡Pero no es mi culpa!! ¡Tatsuha me llevo allí y ...
En cambio el guitarrista estaba nervioso y exaltado, preguntándose que repercusiones podría tener eso a escala nacional. Paseaba nervioso delante de su amigo que seguía lloriqueando por su amante.
-Con Yuki-san ya lo hablaras, pero piensa en K, en Sakano-san... se nos muere cuando vea esto... ¡¡Seguchi-san!!... ¡Nos retirara el contrato por dañar la imagen de la empresa! –el guitarrista se tiro de los pelos- ¡¡Nos veo en la calle!!
-YUUUUUUUUUUUUUUKIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII BUAAAAAAAHAHAAAAHAAAHAAAAAAAAAA
-¡¡Deberíamos hacer algo!! Alguien tuvo que mandar que te siguieran... –continuo con su lógica medianamente fría el guitarrista. El cantante dejo de berrear y empezó a buscar algo de una manera frenética.
-¡¡¿Qué hora es?!! ¡¿QUÉ HORA ES?! a lo mejor estoy a tiempo de llegar corriendo hasta el barrio de Yuki y comprar yo todos los periódicos. Que pueden ser, 200? 300? Eso no es nada –con una mirada enloquecida así como eufórica, el cantante de Bad Luck salto de la cama y empezó a vestirse- ¡¡Comprare todos los periódicos de todo Tokyo y así Yuki no lo sabrá nunca!! JAJJAJAJJAJAJJAJ y luego los quemare!, y haré la hoguera más grande de todo Japón!!, me verán incluso desde Kyoto!!!, Oh! y podría mandar señales de humo a mi amado suegro para desearle un feliz año de...
-..... Shuichi- comento con frialdad el guitarrista mirando al cantante que se había subido vestido y con los deportivos calzados encima de su cama, colocando ambas manos en las caderas mientras reía de una forma prepotente- Es la una de la tarde. A estas horas ya todo el mundo a leído el periódico. Te has pasado durmiendo toda la mañana.... ya no puedes hacer nada
Las palabras sentaron al joven de cabellos rosados con un balde de agua fría que apago todo su fuego, dejando unas cenizas humedecidas, que se fueron resbalando al suelo, antes de quedar nuevamente de rodillas sobre él, golpeando frustrado este con fuerza.
-YUUKKIIIIIIIIIIII, ¡¡¿PORQUEEEEEE?!! BUAAAAAAAAAHAAHAAAAAAAAAAAAA
Thoma se encontraba de un particular buen humor aquella mañana. Había llegado relativamente más pronto que otros días al trabajo, se había marcado una rápidos pasos de tango con su sorprendida secretaria que le llevo la corriente, y poco después había tomado asiento en la mesa de su despacho tarareando la cancióncilla que esa misma tarde deberían de representar en el hotel ante un grupo selecto de gente.
Ya iba entre estrofa y estrofa, cuando K irrumpió de una patada en la puerta a la oficina, arrastrando a la secretaria que se había enganchado a su pierna en un intento por dar literalmente más peso a sus gritos nerviosos de que el presidente no quería ver a nadie.
-Look at this! –exclamó el hombre americano dejando caer pesadamente un periódico en la mesa. Seguchi cogió la prensa sin dejar de tararear, mientras le hacia una seña a la mujer para que dejara de patalear en el suelo enseñando las bragas y se retirase. Tras abrir el periódico, el presidente hizo un gran amago de sorpresa.
-Oh! Vayaaaaaa, Shindou-san sale en el periódico....... uhiiii, pero que escándalo!!
El manager le miro cazándose de brazos, a la par que arqueaba una ceja por encima de la otra. Ambos hombres se conocían desde hacia el suficiente tiempo, como para detectar cierto matices que para alguna otra persona hubieran pasado desapercibidos.
- ... ¿Tienes algo contra mi forma de promocionar a Bad Luck?, porque si ibas a hacer esto podrías haberme avisado. Esta mañana he recibido demasiadas llamadas de diversas cadenas de televisión locales... y también tengo a Sakano-san en estado catatónico desde primera hora del día y lo único que hace es convulsionar y gimotear "I am not responsible. I am not responsible" –apunto el rubio con un marcado deje de comicidad imitando los tartamudeos y espasmos del productor.
El presidente se permitió una sonrisa ligera y jovial, antes de pestañear con fingida sorpresa para añadir.
-¡Pero Mr. K!, ¿De verdad crees que yo haría algo semejante?
Pese a todo, al rubio le pareció sumamente divertido: Si alguna vez alguien se pregunto como alguien como Seguchi Thoma podía haber estado tanto tiempo con alguien como Sakuma Ryuichi teniendo en principio caracteres tan opuestos, en ese momento habría comprendido hasta que punto podían ser semejantes a la hora de querer parecer inocentes sobre algo.
-... Thoma???- inquirió con voz grave señalándole con el dedo, en un intento por no dejarse vencer por aquella expresión angelical que tantas cosas ocultaba. El presidente sonrió pausadamente alzando ambas manos con las palmas extendidas ante el dedo acusador.
-Tranquilo Mr. K, el periódico al que lleve las fotos no dirá nada que yo no le haya dicho que diga primero, y el tema no ira a mayores porque nadie sabrá de donde sacar mas información. Dentro de una semana el tema estará olvidado y tu como buen manager seguro que sabes aprovechar toda esta publicidad gratuita para alguna que otra cosa...
La sonrisa de Seguchi se convirtió en una mueca fría y astuta mientras el rubio se frotaba el cuero cabelludo con visible enojo, si bien parecía meditar que lo que decía era cierto.
-Tan sólo dime una cosa, Why?
El presidente se rasco la mejilla aparentemente nervioso ante la pregunta. Esbozo una sonrisa mansa y termino añadiendo.
-Razones personales
- .... –la mirada arisca del rubio lo dijo todo por él.
-Si, ya se que mi primera política de empresa es no mezclar el trabajo con lo la vida privada pero... –Seguchi miró al rubio y poniéndose de pie, esbozo una amplia sonrisa mientras hacia el amago de tomar por el hombro al americano y acompañarle amablemente a la puerta, dejándole claro de una forma muy sutil, que no pensaba contarle sus motivos- agradezco mucho como presidente todo el interés que estas mostrando en Bad Luck, confió plenamente en tu cualificada administración para enfocar el asunto. Nos veremos luego.
Una vez el americano tomo la puerta educadamente y se fue, la mueca de Thoma se hizo mas ligera mientras añadía para si con una sonrisita maquiavélica.
-A veces, las relaciones se estancan, y hay que darlas un empujoncito para que o se rompan o se vuelvan más fuertes – se permitió unas risitas conspiradoras regresando hasta su escritorio- Ah! Eiri-san... no te enfades, te prometo que en el fondo estoy siendo bueno...
-ARIGATOUUUU NORIKO-CHAN!!!!
-¡Todo sea porque nadie sabe apreciar mis caramelos esponjosos como tu Ryuichi-kun!- sonrió la antigua teclista de NG ante la expresión risueña e infantil de su antiguo compañero de grupo al tomar la bolsa con un puñado bastante grande de golosinas caseras informes supuestamente de delicioso sabor- ¿Pero a donde ibas con esa maleta?- la mujer frunció el ceño mirando de forma sospechosa al pequeño equipaje con ruedas del que iba tirando el cantante justo a la salida del portal de su casa- ¿No pensarías escaparte para no asistir a la gala de esta tarde?
Sakuma se llevo un dedo a la boca, con los carrillos hinchados en una mueca culpable pero así mismo, bañada por una mirada cristalina e inocente.
En aquella extraña combinación, Noriko pestañeo desconcertada para quitarse el leve tic de uno de sus ojos. Termino suspirando con cansancio.
-Venga, si te quedas te invito ahora a comer...
-¿De verdad?- Ryuichi sonrió entusiasmado con la idea- ¿A dónde yo quiera nanoda?
-A donde tu quieras
-Hontoni noda?
-Hontoni
-Hontono honto nanoda?
-Hontono honto
-Mayide honto na no ka noda?
-Ryuichiiiiiiiii-kuuuum- presiono la mujer con una leve agitación facial. El cantante sonrió aun más ampliamente, volviéndose tan deprisa que al tirar de la maleta se cayo a un lado y en vez de volver rodando cómodamente hasta su casa, la arrastro por todo el pasillo, pegando grandes y sonoros botes cuando el cantante tomo las escaleras.
La mujer espero en el portal, con los brazos cruzados sobre el pecho, y una mueca de resignación que cambio por otra de pánico cuando la maleta volvió sola, rebotando por los peldaños de forma temeraria, para estrellarse casi al lado de su cabeza en la pared. Tras el sonoro golpe, la maleta hizo un "ploof" al caer inerte en el suelo.
-AHHH NORIKO-CHAN ESTAS BIEN? – resonó la voz del cantante algunos pisos mas arriba.
Con una expresión mortificada la mujer se limito a afirmar lacónicamente. Nunca nadie apreciaría de mejor forma que ella, las extrañas y sutiles maneras que tenia Sakuma de mostrarse enfadado.
¿Podrías mandarme la maleta a mi piso nanoda?
Noriko se agacho a por el equipaje, y acercándose a uno de los ascensores, lo metió allí de una patada.
-Shuichi, que tampoco es para tanto...¿Quieres salir ya de debajo de la cama?
Debajo del somier, sumergido en la espesa negrura que las mantas y el colchón le proporcionaban, un gruñido emergió a modo de respuesta.
¿Tampoco vas a comer? –pregunto esperanzado el guitarrista pues no le agradaba la idea de si la cosa se prolongaba, pasar aquella noche con el cantante debajo suyo al mas puro estilo de la "maldición", no fuera a meterle un maullido a las tantas de la mañana y lo matara del susto.
-Mnngggr –aquel sonido mezcla de un gruñido y suplica, logro renovar las esperanzas de Nakano que en un viaje rápido a la cocina, trajo la pizza que había encargado en ultima instancia de intentar levantar el animo del cantante, antes de que este gritara que deseaba que la tierra se lo tragase, considerando que introducirse debajo de la cama del guitarrista era un buen comienzo para ello.
-Venga... esta calentita... –puntualizo de forma incitadora el antiguo compañero de colegio del joven de cabellos rosados posando la caja humeante de masa junto al borde de la cama, para aguardar de forma silenciosa.
Pasados unos segundos en los que el guitarrista se mantuvo de cuclillas mirando la negrura de debajo de su cama, como si esta fuera la cosa más fascinante que había visto en su vida, una mano vacilante emergió para tratar de alcanzar una porción de la pizza. Al ver esto y sin que fuese demasiado evidente, Hiroshi empezó a tirar de la caja hacia tras, obligando al cantante a estirarse cada vez más, hasta que la caja estuvo lo suficientemente lejos, como para que el joven de cabellos rosados hubiera emergido de torso para arriba.
-¡Ven pa´ ka! –exclamó de forma divertida el guitarrista cogiendo a Shuichi por el cuello de la camiseta y tirando rápidamente de él para sacarlo del todo. El cantante gruño y pataleo tontamente un par de veces antes de que Nakano cogiera otro trozo de pizza y se lo extendiera a la altura de la boca de tal manera que solo necesitaba abrirla para comer- vamos, se va a enfriar...
Haciendo un puchero sumergido en una completa actitud infantil, Shindou paro y se lleno la boca con el trozo de comida, manchándose todos los carrillos con salsa de tomate e incluso un trozo de champiñón pegado en una mejilla. Hiroshi le miro, riéndose de su aspecto e iba a comerse ese mismo trozo de champiñón al más puro estilo "fan service", cuando su puerta empezó a ser aporreada con urgencia.
-NAKANO –SAN!!! Si estas en casa ábreme por favor!! ¡¡NAKANO-SAN!!
-Um... -el cantante se chupo un dedo manchado de forma distraída- ¿no es esa la voz de Fuyisaki?
-Eso parece... –el guitarrista se puso de pie, acercándose a la puerta, vacilante ante el golpeteo incesante al otro lado de la hoja. Lanzo una ultima mirada a Shindou que afirmo con seriedad antes de abrir. Podía ser un señuelo, podía ser K el que estuviese detrás de la puerta esperando para conducirlos a los dos ante su pena capital...
"Creo que estoy pasando demasiado tiempo con Shuichi últimamente" pensó con desanimo Nakano comprendiendo tristemente que se estaba poniendo paranoico.
Abrió la puerta y tras ella, se encontró a un desarrapado Suguru de ojeras pronunciadas, con la poca ropa que llevaba casi echa jirones. El joven sonrió de la forma mas aliviada que le había visto en la vida, entrando sin invitación en el apartamento para cerrar la puerta de golpe, quedándose de forma jadeante completamente pegada a ella.
-Menos mal.. arf.. arf.. que estabas aquí... arf... ya no sabia a donde ir sin que "él" me encontrara –se volvió para encararse a Shuichi sentado en el suelo, comiendo un trozo de pizza- Shindou-san!! Me dijeron que estabas enfermo!!
-Si bueno yo....- el cantante esbozo una amplia sonría tontorrona enseñando todos los dientes de la boca- técnicamente...
-SHINDOU-SAN!! – gimoteo Suguru soltándose de la puerta para abalanzarse sobre el cantante de cabellos rosados y abrazarle por la cintura tan fuerte que este empezó a poner caras de incomodidad inquieta- ¡¡Te necesito!! ¡¡Vuelve al trabajo!! ¡¡Por favor!!¡¡Vuelve!! ¡K-san es un negrero! ¡Cuando tu no estas el ambiente de trabajo se vuelve insoportable!! ¡¡No me volveré a quejar porque llegues tarde, ni porque te cueste concentrarte o te pases el día vagueando.. pero por favor...¡¡VUELVEEEEE!!
Con una expresión divertida, Nakano se arrodillo junto a su amigo y el otro componente del grupo, dándole unas palmaditas en la cabeza a este ultimo para ver si su efecto era tan terapéutico como con Shindou y también se sosegaba.
-Tranquilo Fujisaki, esta tarde iremos todos juntos a la recepción y como es fin de semana esperemos que Shuichi ya este completamente "restablecido" para el lunes, ¿verdad Shu? –pregunto a su amigo con una sonrisa ambigua que hizo ruborizar al cantante con un atisbo de esperanza.
El guitarrista volvió a centrar su curiosidad en joven de cabellos oscuros y le llamo particularmente la atención una mancha de su cuello.
Fujisaki... no es eso un chupetón? –las palabras hicieron que Shindou mirara también la zona con los ojos entrecerrados en una expresión picarona- anda pillin... ¿Dinos con quien has estado esta noche?
Soltándose de la cintura del cantante, Suguru dejo escapar un suspiro agónico, colocándose el pelo con nerviosismo.
-Con momias. Cientos y cientos de momias. La sección femenina al completo de todos los geriátricos de Tokio... y casi me cogen- el joven suprimió un temblor lanzando una mirada aterrada la puerta- Y sino me escapo, esta mañana K-san me habría convertido en comida para peces. Me llevo para participar en un espectáculo en el acuario con una ballena blanca asesina... y adivinad quien hacia de sardina...
Noriko miro todos los menús del establecimiento de comida rápida. Cuando llego su turno, con una sonrisa ancha y coqueta le dijo lo que quería al dependiente, que tomo nota con rapidez. Después se volvió hacia Sakuma que parecía bastante distraído con el peluche sobre la cabeza.
-Venga Ryu-chan, ¿qué es lo que quieres?
Ante la invitación, el cantante poso un dedo en la boca y tras unos segundos de incertidumbre señalo uno de ellos.
-Quiero un numero seis con bebida extra grande nanoda!!
-Vale, de acuerdo un numero sei-
-Con un helado de caramelo!!
-Seis con helado de caramelo...
-Y una ensalada de gambas con salsa vinagreta
-Caramelo y ensalada de gambas... –siguió añadiendo la mujer empezando a fruncir el ceño ante la mueca feliz y emocionada del cantante.
-Y una de esas galletas de vainilla tan grandes y un donuts de canela!!
-Aquí no tienen donuts
-¿Ah no?- el cantante pareció decepcionado tan sólo un segundo antes de alzar dos dedos delante de Noriko con una sonrisa infantil y vivaz- Entonces¡¡Dos galletas!
Sus ojos despidieron chispas brillantes de emoción, como si estuviera pidiendo algo maquiavélico.
-Ryuichi-kum... ¿no crees que ya has pedido suficiente?- inquirió la mujer con un leve temblor en el ojo, así como los labios ligeramente torcidos. El cantante le miro con expresión pura, y tras pestañear una par de veces con candor, termino afirmando con la cabeza. Noriko se volvió hacia el hombre que esperaba que terminaran de confirmarle el pedido. Sonrió nuevamente- bien entonces queremos
-Y para Kumagoro... –continuo divagando el cantante a su espalda. Noriko entrecerró los ojos mortificada, enfrentándose al cantante que seguía mirando con ojos expectantes todos los menú en oferta.
-¿No estaba Kumagoro a dieta Ryu-chan?- pregunto tratando de disimilar su irritación.. El cantante la miro unos segundos tras los cuales sonrió dedicándole la mas endilgadora de las miradas.
-Kumagoro se ha dado el día libre noda. Dice que quiere un numero ocho con pastel de manzana
-¿Solo eso?
-Solo eso
-Esta bien –la mujer se volvió por tercera vez hacia el trabajador, omitiendo en esta vez la sonrisa artificial de su cara, centrando todos sus refuerzos en que el ceño tan poco femenino desapareciera de sus labios- bueno, vamos a pedir ya, me pone entonces...
-Pero para la mascota de Kumagoro no se que pedir –volvió a interrumpir la voz del cantante de NG tras ella.
Con una mueca adversa, la martirizada mujer se volvió nuevamente, omitiendo los siseos de protesta que empezaban a formarse en la cola de los demás clientes que estaban esperando su turno, y en vistas de que la pareja no terminaba.
-¿Mascota? –la mujer suprimió el comentario sarcástico de "¿Y ahora que va a ser?, ¿un pato llavero de color morado con lunares y gafas de sol?"- ¿Kumagoro tiene una mascota?
-Oh, Si! Mira!! -Aseguro el cantante
Y se produjo el caos cuando entre mas de una veintena de personas. Un hombre de identidad desconocida pero que aparentaba faltarle al menos un par de veranitos, sacaba una serpiente de cascabel de su mochila y la dejaba sobre el mostrador del negocio, produciéndose un caos generalizado tanto entre los clientes como entre la plantilla de dicho lugar.
Se estaba ajustando la corbata frente a un pequeño espejo interior dentro del armario. Se miro durante varios segundos el nudo de la corbata, como asegurándose que esta no estuviese descompesanda o inclinada ni un solo milímetro hacia ningún lado. Estaba nervioso y no quería admitirlo. También le había entrado la necesidad de verse bien. Verse mejor que de costumbre.
-¿Qué me esta pasando?- el escritor dejo de forcejear con la corbata irritado, para sacar de forma pausada un cigarrillo y prenderlo. Expulso una bocanada de humo y sus ojos contemplaron de forma perdida como las volutas se disipaban en el techo- Las cosas están cambiando...
Se dio la vuelta para cerrar el armario, tres de las cuartas partes de él, ocupadas con prendas formales pulcramente ordenadas. En el cuarto restante la puerta ni cerraba. La ropa de Shindou Shuichi estaba tan desorganizada, por no decir tirada de mala manera, que varios picos de distintas prendas y colores, sobresalían temerariamente, como si estuviesen tratando de huir del interior, dando una sensación de completa dejadez en aquella parte del mueble.
...Aunque no lo suficientemente deprisa
Eiri enarco las cejas con desagrado, lamentándose de la que le había caído encima con el cantante, abriendo aquella puerta para tratar de meter, a la fuerza si era preciso, toda la ropa en el armario. No obstante nada mas tocar la portezuela y moverla ligeramente hacia fuera. El tapón compacto que habían formado todas las cosas allí contenidas explotó, y varios kilos de camisas, pantalones, abrigos, zapatos, incluso alguna falda, sepultaron literalmente al escritor, del cual nada mas se pudo ver que la mano con la que había agarrado el armario y que ahora temblaba con un extraño pero nada tranquilizador espasmo, que no parecía ir a remitir.
-..... Aún estoy a tiempo... puedo mudarme de nuevo- se tranquilizo el rubio cerrando los ojos en un intento en que la vena palpitante de su frente no fuera a reventar- Dicen que a la tercera va la vencida ¿no?. Seguro que todavía tiene que haber algún edificio en Tokio cuyo dueño no me conozca. Mejor dicho, ¡que no le conozca! Y me lo alquile... Es muy fácil... no voy a la gala... y empiezo ahora mismo embalar... es muy sencillo... –comento Eiri al recordar atormentado el extraño papelito de advertencia con la foto de Shindou y el título "destructor de pisos" acompañándole, que creía haber visto entre los informes del propietario original del inmueble el día que se lo alquiló a regañadientes y tras mucho presionar. Lo cual explicaba bastante la reiterada pregunta que el dueño le hizo, a riesgo de pecar de impertinente, al interesarse tanto en saber si iba a vivir sólo en el lugar o en cambio era para "compartir".
El rubio pego una brazada saliendo del alud de ropa que lo había dejado sepultado, quedando frente a frente con el hueco vació destinado para asomar el rostro del disfraz de banana a escala humana de Shuichi.
Aquel disfraz llevaba demasiado tiempo rodando por su casa. Hacia meses que lo hacia en la basura, empezó a especular sino lo protegería algún tipo de misterio.
Lo aparto de una patada, contemplando frustrado el interior del armario cuyas deformadas baldas estaban desvencijadas por el peso, y las esquinas estaban atestadas de cacharros, juguetes, y artilugios excéntricos, a cada cual mas estúpido e inútil.
-Es peor que una urraca – rezongo indignado el novelista- tiene afinidad por acumular cosas inservibles y estúpidas.
Trató de cerrar el armario de un portazo, haciendo el gran esfuerzo de ignorar las pilas de ropa que habían quedado desperdigadas por el suelo, cuando un paquete de regalo bastante grande sobresalió de forma llamativa debajo de una camiseta deportiva.
Por un momento, algo en él se conmovió. Soltó la puerta, tomando sin reparos el envoltorio para depositarlo sobre la cama. Una prepotente y magnánima sonrisa se estableció en sus labios al ver la felicitación de cumpleaños, que con su nombre escrito dentro de un corazón, estaba agarrada al lazo con un trozo de celo.
-Chapucero... pero veo que ese baka se acordó al menos de que es este mes... y eso que el día se lo dije sólo una vez
Tomo la postal con arrogancia. Al abrirla, una muy rayada canción de cumpleaños salto con su soniquete estridente y desacompasado, revelando de igual forma varias líneas escritas con letra irregular, deseando muchas, muchas, pero que muchas felicidades. El resto de la postal se había malogrado con estrambóticos garabatos a modo de corazoncitos y en una esquina muy pequeña, rezaban un par de líneas que parecían un poema, o algún tipo de posdata. Eiri sin gafas, tuvo que entrecerrar los ojos para leerlas.
"Porque te considero alguien a quien seguir, espero alcanzar tu rastro en las noches tan claras como en la que te conocí. Permíteme ser tu sombra y ayudarte allí donde me necesites"
-........ –el escritor adopto varias muecas faciales, no necesariamente de satisfacción o comprensión, y dejando a un lado la postal, abrió el paquete dado que tenia uno de esos clásicos envoltorios en los que la tapa y la caja estaban envueltos por separado.
Eiri adopto una expresión de desanimo total cuando extrajo de él un disfraz de Batman de los años ochenta, revelando bajo él otro mas pequeño, pero igualmente deprimente, de Robin.
-Será idiota –se lamento el novelista desalentado, pensando que tipo de friki de cosplay estúpido le regalaría a su amante un disfraz, quizá con animo de hacer que la expresión "personajes de acción" cobrase verdadero significado. Lamentándose aun mas por el coeficiente mental del cantante si de verdad en algún momento tuvo la mas remota esperanza de que él se pusiera aquella cosa.
Tiro el traje sobre la cama, ajeno a que a su espalda, ya algunos minutos atrás, había empezado a elevarse una ligera cortinilla de humo, resultado de un desatendido cigarrillo prendido sobre un montón de ropas de nailon o de tejidos artificiales fácilmente inflamables.
Tatsuha, engalanado con un impecable esmoquin, se detuvo frente a la puerta del apartamento de Nakano Hiroshi. Extendió el puño y se dispuso a llamar cuando unos gemidos ahogados le llegaron desde el otro lado de la hoja. Su actitud cambio, esbozando una sarcástica sonrisa, con la que terminó pegando la oreja en la puerta para tratar de escuchar lo que ocurría en el interior.
-No, si al final voy a tener yo razón... y Nakano no es tan santo como lo pintan y se cobra toda su "ayuda" en "especias" – murmuró de forma jocosa cuando se escucho un nuevo gemido tras la puerta. Demasiado trabajo le costaba creer, el echo de que el guitarrista se preocupase tanto y se tomase tantas molestias por el cantante sin recibir compensaciones.
Nuevos sonidos al otro lado entremezclados con voces. El menor de los Uesugi empezó a arañar la hoja de la puerta tratando de distinguir que decían.
-Perdone, ¿Qué esta haciendo?
-Shhhhhhhhhhhisshhh silencio que me pierdo...
-Si pero yo...
-¡Que no me entero!- reclamo bajito el moreno ajeno a la voz. Al final el hombre que esperaba tras él, cansándose rápido de esperar, presiono el timbre y Tatsuha se encontró en una posición un tanto indiscreta cuando Hiroshi en menos de dos segundos abrió la puerta, para recoger el encargo de comida a domicilio que el repartidor acababa de traer.
-Ah ...eh... yo... –el moreno bajo los brazos con los que se había quedado en el aire y giro la cabeza para mirar al guitarrista de frente- ¡¡Hola!! ¿Qué tal estáis? ¿Bien? Bueno, ¿nos vamos ya a ver a mi Ryuichi? ¡¡Porque no me he olvidado de mi invitación!!–exclamó sonriente el moreno, excesivamente caradura para darse por aludido durante demasiado tiempo- por cierto ...¿Qué estabais haciendo? –pregunto con cierto deje de maldad.
Nakano cogió la bolsa del repartidor, le tendió un billete pequeño y cerro la puerta tras el menor de los Uesugi. Una vez dentro, Tatsuha comprobó que el pequeño apartamento estaba echo un caos, completamente desorganizado a diferencia de la primera impresión que había tenido el primer día, con varias prendas de ropa tiradas por el suelo o cubriendo por completo el pequeño sofá y la cama, así como algún que otro articulo tirado por ahí.
-Intentando sobrevivir a las horas previas al evento... –el guitarrista dejo la bolsa en el suelo, aproximadamente en la mitad del cuarto y pego un bocinazo nada habitual, demostrando como debía ser su nivel de saturación psicológica- ¡Fuyisaki! ¡Ya llego la comida!
Mientras Nakano extendía varios alimentos preparados sobre una mesa baja, Suguru aparecía desde la cocina con una expresión demacrada, y una ropa que por las flojeces y pliegues que le hacían, cualquiera hubiera adivinado al momento que pertenecían al dueño del inmueble. Tatsuha miro a su alrededor desconcertado, pensando que en aquella situación no encajaban los gemidos que estaba completamente seguro de haber escuchado.
-¿Y Shuichi?, ¿Dónde esta? –pregunto por fin, cuando los dos componentes presentes de Bad Luck empezaron a comer sin formalismos ni esperas innecesarias.
-Depilándose –apunto Nakano sin mirarle directamente y como si el tema no fuera realmente con él.
En ese preciso instante, otra exclamación agónica hendió la estancia desde el baño. Tatsuha alzo una ceja contrariado, caminando a grandes zancadas hacia el lugar de procedencia de los gritos.
Con seguridad tomo el pomo y lo giro. La escena le dejo sin palabras.
-¡¿Pero que se supone que haces?!!
Shindou en camiseta de tirantes y pantaloncitos cortos, estaba sentado en el borde de la bañera, con una pierna completamente empapelada de tiras de cera fría depilatoria agrupadas sobre su piel sin orden ni concierto. Arrancándolas a lo loco con sonoros quejidos angustiosos.
-Aarg.. depilarme.. no lo ves? –exclamo con una mueca de dolor el cantante arrancando otra tira de papel.
-¡¿Pero tu estas bien?!- le recrimino el moreno- ¡¿De verdad quieres cautivar a mi hermano en plan "soy un hombre ardiente que viene a colmarte" si en cuanto me descuido te rodeas con todas esas potingadas de chica?, ¡¡Y por el amor de dios quítate las ruedas de pepinillo de la cara que solo con la mascarilla y los moñitos ya estas bastante ridículo!!
Tras la espesa capa de crema verde azulada, que se deformó para adoptar aspectos grotescos, Shuichi lanzo una mirada de advertencia al moreno antes de que esta fuera sustituida por otra de dolor al arrancar un nuevo papel de cera.
-¡Déjame en paz! Además hoy no voy a ver a Yuki... ya quisiera yo..., y que sepas que a veces hago esto el día antes de los conciertos, cuando me tengo que poner ropa corta. ¡¡Fue K el que me dijo que lo hiciera!! ¡Política de imagen!
-Eres una nena- se mofo el moreno posando un hombro en el marco de la puerta.
-Pues entonces Sakuma-san también es una nena. ¡¡Estoy utilizando su cera!!
La discusión se prosiguió durante algunas frases comprometidas más, cambiando incluso de rumbo, mientras que el salón Hiroshi y Suguru comían en silencio con la vista puesta en sus respectivos platos, tan pacíficos y calmados como si en vez de gritos tuvieran puesto de fondo la quinta sinfonía de Beethoven.
-¡Pero déjame probarla! –exigió la voz del moreno desde el baño- ¡No seas egoísta Shuichi! ¡¡Quiero saber exactamente como se siente my honey Ryuichi cuando esa crema roza su piel!!- las frases se volvieron expresiones enfatizadamente melosas y emocionadas- ¡Seguro que lo hace porque en el fondo el dolor le excita!
-¡Eso solo te exista a ti pervertido!- le recrimino furioso del cantante, antes de que unas risotadas empezaran a hacer eco, seguidas de gruñidos del joven de cabellos rosados.
-Ohh claro disculpe, Mr. Franfut´s boy
-¡¡Tatsuha!!
-¡Que me dejes una tira de esas! ¡Que yo también quiero depilarme!
-¡¡Qué no!!
-¡¡SUELTA!!
-¡¡ME NIEGO!!
-¡NO! ¡SHUICHI! ¡NO ME MUERDAS! ¡SHUICHI SUELTA! ¡ARGG! ¡SHUICHI MI MANOOOO! ¡SUELTAAA JODER!
-Estan buenos los fideos de mijo ¿verdad Fujisaki? –preguntó de repente el guitarrista esbozado una tímida sonrisa, a la par que señalaba con los palillos un cartón de comida.
-AH! MIERDA! ¡TATSUHA! ¡¡NO!! ¡ESE PAPEL ES MÍO DEVUÉLVEMELO!
-Umn?, si están muy buenos –confirmo el aludido con una afirmación leve de cabeza mientras se servia otro poco de una cosa distinta- debería de coger el teléfono del local...
-JAJAJA ¡QUITAMELO SI PUEDES!
-Pues mira prueba también estas verduras en salsa que...
-¡NO! ¡ITEEE! ¡¡TATSUHA DEVUÉLVE- .... ARGGG!! MI CEJAAAAAAA!! ...........¡MI CEEEEEEJAAAAAAAAAAA BUUUUUUUUUUAAAAAAAA AAAA
-Creo que hoy tendremos una noche clara y despejada- murmuro Suguru en tono coloquial y respetuoso mirando por la ventana
-Si, creo que tienes razón...
MI POBRE CEJITAAAAA BUAAAAHAHAAAAA
Una mirada serena recorría el estante estrictamente organizado con más de una veintena de novelas. Todas ellas tenían cosas en común, desde el echo de tratarse de relatos románticos, hasta la más importante que no era otra cosa, que su pertenencia a un mismo autor: el escritor Yuki Eiri.
Ayaka recorrió los lomos de aspecto costoso en una caricia suave, con la yema de su dedo índice sin detenerse realmente en ninguno hasta llegar al final de la balda, donde tomo ocasionalmente el ultimo ejemplar que separándolo del resto, termino estrechado contra su pecho en su cuarto vacío y completamente silencioso.
-Eiri-san... –murmuró con voz delicada y dulce la joven de buena familia. Sus ojos ligeramente entornados en una mueca de profunda melancolía, se volvieron aun con el libro en su regazo, hacia el escritorio sobre el cual descansaba un periódico abierto, en un reportaje a todo color sobre un echo de actualidad que parecía haber revuelto parte del sector musical aquel día.
-¿De verdad eres feliz?¿es esto lo que deseabas?
Repaso nuevamente las fotos con una expresión tranquila, pero de igual forma un tanto entristecida, resaltando por ello de alguna manera sus rasgos dulces y delicados, que se deformaron en una expresión abrupta y furiosa cuando la chica tiro el libro que tenia en el pecho contra el suelo y se puso a soltar improperios.
MECAGUEN LA PUUUUTAAAAAAAA ¿Y para esto tanto empeño en educarme en un internado privado tratando enseñarme a ser femenina?- pateo el libro del suelo con el tacón, mientras alzaba los puños rugiendo como una mala bestia endemoniada- JODERRRRR ESTO ES UNA MIERDAAA, ¿POR QUÉ HAS TENIDO QUE ELEGIR A UN TRAVESTI? ¡¡ESA FALDA Y ESE MAKILLAJE ME HUBIERAN QUEDADO MEJOR A MI!! ARGGGGGGGG!! EIRI-SAN ELIGEME A MI!!!
Tras el bramido, el chica suspiro y bajando los brazos, volvió a adquirir ese aire dulce, elegante y angelical, a la par que se agachaba castizamente a recoger el libro del suelo.
Bueno, creo que iré a preparar te....
Se ato los botones de la camisa con nerviosismo, sintiendo la mirada del moreno recorrerle en una fría evaluación de toda su persona. Era ese tipo de miradas que te dedicaba un desconocido, habitualmente del sexo opuesto, antes de decidirse si quiere entablar conversación contigo o por el contrario prefiere dejarlo correr.
Hiroshi suspiro apesadumbrado, abrochándose el último botón de cuello del cuello de la prenda, para tomar la corbata que Suguru le tendió con amabilidad.
-Tatsuha-san... ¿no tienes nada que hacer? - el guitarrista se paso la mano por el cabello alterado. Shindou aun no salía del baño, y quedaban escasos cinco minutos para que K pasara a recogerles en la furgoneta- ¿Por qué no vas a ver cuanto le falta a Shuichi para terminar?
La actitud espectadora del moreno vaciló. Al final descruzo sus brazos y con una mueca impaciente se dirigió a la puerta del servicio, golpeándolo ligeramente con los nudillos.
-¡¡Cuñadin!! ¡¿Quieres dejar de cascartela y salir ya?!!- Nakano y Fujisaki se sobresaltaron, ruborizándose consternados a continuación- ¡¿O es que se te ha tragado el water?! ¡Me gustaría ir a ver a Ryuichi preferiblemente este año!
-¡¡TATSUHA LECHES!! ¡Ya termino!- exclamó irritado desde el otro lado de la puerta el cantante- ¡Ya le dije a Hiro que me iba a teñir el pelo!! ¡Me agobiáis!
-Teñir el pelo, teñir el pelo...- protesto burlescamente el menor de los Uesugi, girando pomo de la puerta sin reparos- .. quieres dejar de hacer gilipolleces que lo tienes perfectamente bien y...
Al abrir la puerta los ojos de Tatsuha se ensancharon significativamente, quedando prendidos en cierta parte baja de la anatomía del cantante.
... jejeje...Shuichi ...no sabia que te teñías "ahí" también- sus ojos se estrecharon una mueca picarona- ¡Pero que fresita eres! JAJAJAJJAAAA
Shindou trato de cubrirse rápidamente con lo primero que pillo que fue precisamente la caja de tinte, donde la modelo de cara sonriente hizo de curioso punto de censura antes de que el cantante, con un profundo rubor tiñendo sus mejillas, empezara a lanzar miradas asesinas al menor de los Uesugi.
¡Pobrecito de mi hermano que pena me da! JJAJAJJAAA
-¿Se puede saber que os pasa a los...
Con una mueca ceñuda, Nakano una vez vestido se había acercado al baño atraído por los gritos, contemplando ahora la bochornosa escena por encima del hombro del moreno.
-¿Hiroshi, cuanto crees que me pagarían por unas fotos de Shuichi en bolas tal que esta ahora mismo? JAJJAAJAAA – el moreno siguió riéndose a pleno pulmón, mientras se dejaba arrastrar por el guitarrista nuevamente al salón, cerrando la puerta del baño tras de si, donde Shuichi con los carrillos hinchados, quedo cabizbajo y lloroso, mirándose con miedo lo que había tras la caja de cartón.
"Riigggg"
La casa se sumergió en un silencio inusual, todos miraron con pavor hacia la puerta.
-¿Será K-san? - murmuro asustado Suguru acercándose inconscientemente a los otros dos jóvenes. Nakano le hizo un gesto para que guardase silencio. Volvió a sonar el timbre.
Al no recibir respuesta, rompió el tenso silencio un chirriante ruido de motor amortiguado por encontrarse fuera de la vivienda. Perpetuándose con la hendidura que hizo en la puerta una hoja de sierra, al traspasarla como si esta fuese mantequilla.
Los jóvenes adoptaron similares muecas de pánico en el poco tiempo en que la sierra terminó de soltar virutillas en la entrada, desplomando la puerta en un gran estruendo que levantó una gruesa capa de polvo, de la que surgió súbitamente un robusto hombre de largos cabellos rubios en traje de etiqueta, con mascara de jockey y la motosierra alzada por encima de la cabeza.
-¡AHHHHHHHHHHHHHHHH!
-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHH
-¡¡ESTA ES LA ENERGIA QUE QUIEROOOOOOOOO!! –grito el hombre todavía con la mascara puesta mirando a los acongojados chicos, comprobando que no estaban en su totalidad- ¡¿Y SHUICHI?!
-¡EN EL BAÑO! –gritaron obedientes los tres a coro, mirando con terror como su manager volvía a alzar la arma campestre y pegando grades risotadas la emprendía con la puerta del servicio, escuchando el lógico grito de pavor del cantante cuando la puerta se vino a bajo y el rubio americano le hizo la misma escenita que a los otros tres.
-¿Estáis seguros de que ese tío esta bien de la cabeza?- pregunto el moreno en un susurro apagado a los dos componentes de Bad Luck que pusieron cara de circunstancias sin atreverse a contestar.
K salió del baño con el rostro descubierto, mostrando una ancha y satisfecha sonrisa a pesar de tener a Shindou prácticamente desnudo (pues la única prenda de ropa interior mal puesta que llevaba dejaba bastante de su trasero al descubierto) recargado en su hombro en plena pataleta, y por consiguiente, proclamándose en berridos y lloros pegajosos en su oído.
Se detuvo en mitad del salón , posando su mano libre en la cadera.
-JAJAJAJA ¿Qué tal estáis chicos? Espero que descansados para la fiesta, porque quiero ver como lo dais absolutamente todo!!!
El manager se puso en marcha nuevamente, con Shuichi empezando a patearle otra vez la espalda con su soniquete de "¡sois todos unos cagaprisas!¡necesito cinco minutos más!¡¡Me estáis estresandooo!!". Hiroshi cogió el traje del cantante y salió corriendo detrás de ellos, ya resignándose a la suerte que correría su piso al dejarlo en estado casi de catastro.
Se subieron a la carrera a la furgoneta, pues al rubio americano le falto tiempo una vez hubo "tirado" a Shindou sobre un asiento, para cerrar su puerta y poner el motor en marcha, pisando el acelerador a fondo.
-¡Puntualidad! ¡Deberéis saber que es una de las bazas más importantes de un buen manager! ¡Siempre debe de saber cuando debe llegar a la hora o en cambio hacerse un poquito de rogar! JAJAJJAA
Suguru le lanzo una mirada rencorosa, pensando que de no ser por Hiroshi que tiro de él hacia dentro en el ultimo segundo, bien podría haberse caído cuando la furgoneta encabritada, casi despega literalmente del suelo.
-Pero K-san... yo no me he pasado por casa –comento enarcando levemente las cejas- y no puedo ir con la ropa de Nakano-san a la gala.
-NOU PROBLEM! – comento el rubio colocándose las gafas de sol. Con altanería señaló una par de cajas que estaban apiladas en la parte trasera de la furgoneta, justo el lugar elegido por Tatsuha para sentarse- Ahí traje un par de trajes para cada uno, previendo posibles "problemas de última hora"- sonrió de forma socarrona a Shuichi que malhumorado había empezado a vestirse de mala manera en el reducido espacio del copiloto de la furgoneta, con posturas a cada cual más complicada.
-¿Pero cómo sabía la talla que uso?- pregunto Suguru un tanto desconcertado al sacar un esmoquin perfectamente valido para él de la caja tamaño baúl. El rubio, sin soltar el volante, saco una pequeña libreta de la guantera mientras rompía en carcajadas.
-Un buen manager lo sabe absolutamente todo de sus representados JAJAJA – la abrió por la mitad y dejando imprudentemente de mirar a la carretera en empezó a leer- "Nombre Fuyisaki Suguru, nacido el día 6 de Julio. Altura uno con sesenta y un centímetros. Tipo de sangre A. Medidas de espalda y cintura.....abreviemos toda esta parte...si, aquí... Obsesionado secretamente con llegar a ser mejor músico que su primo, superándole en los teclados– el rostro de Suguru adquirió una expresión dispar próxima a la incredulidad, teñida con vergüenza y culpabilidad, volviendo a mirar fijamente al rubio que cada vez parecía más animado a rebelar "información confidencial".
Comida preferida los tallarines de Okinakawa. Odia a los chiguagua... – inevitablemente todos en la furgoneta habían dejado lo que estaban haciendo para volverse interesados a escuchar al manager, cuyo rostro adquirió una expresión traviesa y alzando un dedo en el que previamente se había pintado una espiral, continuó con aire morboso y tonillo picaron- ...Preferencias sexuales ....
-¡¡¡K-SAN!!!!- gritó el teclista completamente ruborizado y encolerizado.
-¡¡¿Y RYUICHI?!!–el rostro del menor de los Uesugi se alzo de forma abrupta hacia el rubio, apartando de un empellón a Fuyisaki y Nakano- ¡¡¿TIENES TAMBIEN LAS PREFERENCIAS SEXUALES DE RYUICHI?!!
Tatsuha tras tratar de tirarse cuasi en plancha sobre la agenda del manager, sabiamente la guardo en uno de sus bolsillos antes de que el moreno le echase las zarpas encima.
-Of Course!!! But It´s TOOOOOP SEEECREEET! –exclamó el americano con una sonrisa que no daba pie a alegaciones.
Con las manos puestas en su respaldo, Tatsuha temblando en la impotencia terminó dándose de cabezazos con este, al haber tenido la información tan cerca y habérsele escapado por los pelos.
-¡¡¿POR QUEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEÉ?!!
Mika, cuyo tiempo con su marido en los últimos días no le había permitido entablar grandes e intrincadas conversaciones, se había permitido el lujo de sin preguntar, sacar del marco aquel papel que no hacia tantas horas atrás había encontrado al fondo de la caja fuerte. Plegándolo con delicadeza lo había guardado en su bolso, al que echo un último vistazo con desaprobación, antes de introducir las llevas en el vehículo y poner en marcha el coche colocando el retrovisor mientras dejaba escapar un profundo suspiro de cansancio.
-Thoma-kun!!!– lloriqueó Noriko a su teléfono móvil a la par que se mordisqueaba sin consideración una larga y trabajosamente pintada uña postiza- ¡¡Es Ryu-chan!! ¡No consigo convencerlo para que se ponga algo decente! ¡¡Llevo en su casa más de una hora y se ha puesto de todo menos lo que acordamos!
La mujer desalentada, asomo la cabeza por el hueco de la puerta desde una habitación contigua, para comprobar nerviosa como Sakuma vestido de Kumagoro con pantalones azules, seguía pegando saltitos en el sofá de su salón, articulando inagotables gritos infantiles de "Yuuuupiiiii" y "Weeee" a medida que subía o bajaba por el efecto de los muelles.
¿Qué hago? ¡No llegaremos a tiempo a la gala! ¡Encima se supone que íbamos a tocar los primeros!
-............ –La mujer abrió los ojos despavorida cuando, justo al tiempo que lanzaba discretamente una nueva mirada al cantante, este se columpiaba de la lámpara del techo, que cedió temerariamente varios pares de centímetros antes de que Sakuma se soltase, aterrizando en el suelo con pose de gimnasta experimentado... disfrazado de conejo rosa de peluche.
Noriko volvió a morderse la uña alterada, terminando de escuchar los consejos del rubio al otro lado del teléfono.
¿Plátanos?¿Tu crees que eso funcionara?....no ya. Si. No sé. De acuerdo se lo diré, espero por dios que por una vez se porte y no lleguemos cuando ya este todo el mundo saliendo por la puerta. Si vale. Nos vemos
Colgó el teléfono móvil y tras tomar una profunda bocanada de aire, entro en el salón donde Sakuma se había puesto a rodar por el suelo al grito de "soy un rollito de shushi nanoda!!!"
Una furgoneta puso el motor en punto muerto tras el brusco frenazo que dejo marcas de neumáticos un par de metros tras ella. Pasados un par de minutos, cuando el olor a goma quemada casi hubo desaparecido y los espectadores casuales se hubieron calmado e incluso perdido el interés, la puerta del copiloto se abrió.
Un lustroso zapato de marca prestigiosa tomo contacto con el suelo de forma elegante. De la puerta del copiloto y con una mano apoyada en ella, lentamente emergió un refinado joven de cabellos rosados, engalanado con unos sobrios pantalones negros, una camisa vino burdeos y la chaqueta que completaba el traje. Todo ello resaltaba de una manera admirable su cuerpo tanto juvenil como atlético, dotándole de un aire distinguido y sobrio, en comparación con sus atuendos habituales.
Una vez en el suelo, con el cabello rosado ligeramente zarandeado por la brisa, se ajustó la corbata, dio un toquecito a las gafas de sol que ocultaban sus ojos y tomó una profunda bocanada del cigarrillo prendido que colgaba de sus labios.
La escena fue sensual hasta el mismo momento en que por la acción del humo, el joven empezó a toser de forma incontrolable, teniendo que apoyar torpemente la mano en el coche en busca de sustento, a la par que se daba bruscos golpes en el pecho.
-Deberías dejar de intentar hacer cosas que no puedes- le recriminó el guitarrista, bajando tras él del vehículo- Anda trae –Nakano, tras un suspiro paciente, se colocó el cigarrillo en la boca con naturalidad tras quitárselo de la mano al cantante. De igual modo, trato de aliviar su expresión ahogada y llorosa, a base de amistosas palmaditas en la espalda.
Y yo que tu le devolvería rápido las gafas a K-san antes de que por accidente se te caigan y las rompas....
Al otro lado de la furgoneta, el mentado manager, se atusaba el fajin del esmoquin con seguridad, sonriendo complacido a Suguru, cuyo traje no le habría quedado más perfecto ni aunque una modista se lo hubiera confeccionado a medida.
Tatsuha los miraba a todos con un deje de impaciencia.
-¡¿Pero a qué estamos esperando?! ¡¡Vamos ya!!
-.......- el americano le lanzo una fría mirada de reojo y sin volverse hacia Fuyisaki le cuestiono- Todavía no me habéis dicho cual es el motivo por el cual él ha venido con nosotros...
-Yo no se nada- contesto resueltamente el más joven del grupo encogiéndose de hombros.
Viendo que su entrada en la gala peligraba, cambió bruscamente de táctica y tras esbozar una sonrisa complaciente y servicial, salió corriendo a buscar a Shuichi al otro lado de la furgoneta. Rodeándole la espalda con un brazo, comenzó a comentarle con jovialidad:
-Y recuerda, esta es tan buena ocasión para practicar lo que te enseñe como cualquier otra, tu mira mucho a todo el mundo, y si ves a alguien que te guste, entonces vas y ...
Los salones dedicados a la gala eran amplios. Siendo un hotel de nueva construcción, casi toda su arquitectura estaba basada en cristales, columnas de metal, y paredes casi inexistentes de finas escayolas decoradas con fresnos.
Había una gran agitación. Cientos de personas engalanadas para la ocasión, vagaban como un banco de peces en busca de oxigeno o de las figuras importantes que allí se estaban congregando, en busca de autógrafos, conversaciones o algún que otro saludo formal.
Entre tanta algarabía se encontraba Thoma, en mitad de una conversación con unos invitados extranjeros en un ingles perfecto, acompañando su gran fluidez con sonrisas formales y correctas. No obstante la fugaz visión de una familiar cabellera rubia por encima de algunas de las cabezas del resto de los asistentes disminuyo su atención, viéndose reflejado en su diálogo en el que termino afirmando meramente con monosílabos y leves asentimientos de cabeza.
-Excuseme, please –se disculpo el presidente de NG. Abandonó a los caballeros y las damas con las que había estado conferenciando, poniéndose a buscar al recién llegado, al que poco tardo en alcanzar, recibiéndole con una sonrisa divertida al reconocer en él, una mirada nerviosa o agitada hacia su alrededor.
-Hola Eiri-san, cuanto me alegro que al final decidieses asistir- comprobó que el rubio efectivamente le estaba prestando poca atención, pues trataba en realidad de reconocer a los presentes de forma discreta- ... Eiri-san?¿buscas a alguien?
Tras la pregunta maliciosa, obtuvo toda la atención del novelista, que adoptando un rictus severo desmentido por un tenue rubor casi imperceptible de mejillas. Negó con contundencia.
-Por supuesto que no. Tan sólo estaba mirando cuanta gente había decidido asistir. Ya sabes que no me suelo encontrar cómodo en lugares con tanta gen-
-KYAAAAAAAAAAAAAA YUUUUUUUUUUKIIIIIIII EIRIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII- grito una, hasta el momento dama, que rebajándose a adolescente esclava de sus hormonas, le falto poco para remangarse el elegante vestido que llevaba y saltarle al cuello al escritor.
El rubio puso cara de mártir silencioso, con la mujer y otras tres más que se habían sumado al grito inicial, rodeándole con muecas expectantes y adorativas, e incluso permitiéndose algún roce indiscreto, según ellas debido a que estaban siendo empujadas, si bien no se sabia exactamente por quien pues a sus espaldas no venia a haber nadie.
La sufrida mueca del rubio fue respondida con una sonrisa comprensiva del presidente, que divulgando palabras de disculpa a tales damas, tomo del brazo al novelista y se lo llevo con educación lejos de tan insolentes manos. Una vez en un lugar más apartado, observo con aprecio el elegante atuendo completamente negro que portaba el escritor, con levita en vez de chaqueta y tan sólo resaltado por la pieza de tela blanca a modo de pasmina que portaba tras su cuello y le caía por ambos lados del cuerpo hasta un poco por debajo de la cadera. Si el conjunto inicialmente había tenido corbata, esta debía de habérsela dejado en casa puesto que levaba los tres primeros botones de la camisa desabrochados.
Como venia diciendo te preguntaba si buscabas a alguien porque habitualmente no sueles aparecer tan ceremonioso- apunto Seguchi con aire casual, al que el rubio contesto sacando un cigarrillo de un bolsillo interior y prendiéndolo con indiferencia- ¿Tienes algún plan?
-¿Debería tenerlo?
Yuki tomo el cigarrillo entre los dedos y expulsó una bocanada de uno. En ese momento, deslizándose con obstinación entre la gente, Mika surgió a través de los desconocidos para detenerse ante los dos hombres con una sonrisa ufana.
-Vaya, justo a las dos personas que yo quería encontrarme... y además juntitas...- sonrió con una aire malicioso, que poco confianza le infundió a su marido.
Por parte del escritor en cambio, poco más consiguió, que este se llevase el cigarrillo a la boca con aire ausente.
La mujer metió la mano en el bolso, y de él extrajo una hoja de papel plegado que lo alzó frente la mirada interrogante de su concurrido publico.
Thoma, me gustaría que me explicases esto.
Y abrió el papel.
La eterna sonrisa del presidente tembló al reconocer el escrito, y trató de arrancarlo con manos nerviosas de la mano de su esposa, recibiendo dos miradas: una interrogante de Eiri, que seguía sin comprender y otra acusadora de su esposa que se había cruzado de brazos con frialdad.
-¿Y bien? –reclamó saber la mujer
-Veras... – musito su marido
-¿Qué se supone que es eso? – reacciono tardíamente el escritor.
-Esto es, que cuando yo... cuando Eiri-san le...–la mujer alzo una ceja expectante- cuando a mi me ...
El presidente miró comprometidamente al escritor que empezó a entrecerrar los ojos en una mirada recelosa.
-Es de cuando a mi me-
-¡¡KUMAGORO´S BEAM!!
Asustando incluso al propio presidente, un conejo de peluche rosado se estrello contra su cara haciéndole tambalearse. Ryuichi surgió de la nada, arrojándose sobre el trío donde se abrazó posesivamente al cuello del teclado de NG, que lo recibió con una sonrisa aliviada al mismo tiempo que instintivamente se sujetaba el sombrero.
¡¡THOOOOMAAAAA!! ¡¿Dónde esta la mesa de los cócteles?! Kumagoro tiene hambre!¡¡AHHH ESTE SITIO ES MUY GRANDE!! ¡¿Tendrán gambas para todos?!¡¡Ah, me voy a quedar sin gambas!! THOMAAAA QUIERO IR A LA MESA DE LOS C"CTELES!
-¿Los cócteles? Oh! si ¡están muy escondidos! ¡mejor te llevo yo no te vayas a perder...-el presidente sonrió inocentemente a su esposa y después al hermano de esta- Me voy a acompañar a Ryuichi-san. Seria terrible que se quedase sin sus gambas y le diera un bajón de glucosa a media representación y nos quedemos con el numero a la mitad. Ya... ya hablaremos de eso después- comentó en un tono mas bajo y serio refiriéndose a su esposa- haz el favor de guardar el papel hasta entonces.
Y sin dar mucho tiempo a reaccionar, tomo a Sakuma del brazo, faltándole poco para echar a correr entre los invitados del salón. Yuki ahora sólo con su hermana, le lanzo una mirada fría y escrutadora a esta, mientras que con los dedos que tenia sujeto el cigarrillo casi consumido, señalaba el pliego de su mano.
-¿Qué es ESO?
La hermana mayor de los Uesugi absorbió la expresión austera, principio de enfurruñamiento del escritor, empezando a reírse de forma nerviosa con tono de falsete.
-¿Esto? jojojo esto no es nada. Yo ...perdona, tengo que irme ahora mismo al baño. Creo que acaba de bajarme la menstruación.
Yuki se quedo sólo es ese rincón oculto tras una columna en el que había estado hablando con su familia, con la impresión de haberse perdido en algún momento importante.
Lo primero que vio Bad Luck al entrar en el gran salón donde se celebraba la gala fue gente. Tras varios angustiosos minutos en los que trato de hacerse sitio incluso a codazos, lo único que continuo viendo fue mas gente. Shuichi empezaba a deprimirse.
-Neeeee Hirooooo, ¿de verdad que tenemos que estar aquí? ¿es que no me veo con- un arma fría empezó a rozarle la sien. El cantante cerro los ojos desalentado y rascándose la cabeza con cansancio, completó con voz monocorde y rutinaria- ánimos para marcharme sin antes hacer una magnifica actuación. Por algo soy el genial vocalista Shindou Shuichi "ja" "ja" "ja".
-Así me gusta- el manager volvió a guardarse su arma bajo el esmoquin y sonrió complacido- bien, voy a ver como anda el programa. Esperadme aqu
Se acerco al cantante y al guitarrista haciéndoles señas para que ambos levantasen un brazo. Cuando obedecieron, se encontraron a las pocas milésimas de segundo esposados el uno al otro, así mismo como ambos subyugados a la gran movilidad de una gigantesca mesa de piedra, cuya única finalidad era sostener el adorno floral en el centro.
-Para evitar tentaciones – explico el manager ante la mueca asustada y confusa de los dos componente de Bad Luck- volveré enseguida JAJAJA.
El rubio se marcho y Shuichi empezó a tirar con aburrimiento de su parte de la esposa, mientras se frotaba el cuello con cansancio.
-Será idiota, ¿a dónde pensara que voy a marcharme en esta mierda de fiesta?... con lo que daría por estar en casa con Yuki... en el sofá del salón... arropadito... con él acariciándome el pelo, mientras me hacía cosquillas detrás de la oreja- el rostro del cantante empezó a adquirir a cada segundo que pasaba una mueca cada vez más estúpida y babeante remplazando el pertinente enojo- y yo con la cabeza apoyada en su pierna, empezaría a tocarle primero la rodilla, y si no protestaba subiría un poco mas la mano hacia arriba acariciándole el muslo. Y si seguía sin protestar es que estaba de buen humor y entonces podría.... – el sonrojo no tardo en aparecer en sus mejillas perfectamente limitado en lo que parecieron sendos mofletes rojizos, antes de dejar escapar un sonido cómico y vergonzoso- eghaaaa
Hiroshi se cubrió la cara con su mano libre tratando de ignorar los desvaríos de su amigo, que perfectamente podría haber estado rodeado de corazoncitos, brillitos y flores, ante sus pantomimas amorosas acompañadas de palabras roncas al tratar de imitar la voz del escritor.
-y entonces me miraría un poco mal, pero luego le saldría ese mohín en la mejilla, de cuando frunce el ceño porque en realidad esta tratando de no reírse. Me pondría la mano en la mejilla con esta misma expresión y me llamaría idiota, pero después... después!!.... AAAHH!!! YUUUKIIII!!! ¡¡¡KAKOIIIIIIIIIIIIIIIIII!!! –exclamó finalmente con los puños cerrados a la altura de la barbilla y una expresión completamente emocionada.
El guitarrista, con la mano aun puesta de forma cansada sobre los ojos, sonrió levemente, considerándose lo suficiente buena persona como para no estropearle la fantasía recordándole que todavía estaban enfadados.
Entretanto Suguru, presionado ante tanta concurrencia, retomaba a su pose habitual de "soy el único integrante responsable del grupo" empezando a soltarles charlas morales a ambos, que por supuesto ninguno hizo siquiera el amago de escuchar.
Por su parte, el moreno ajeno a todo, revoloteaba eufórico por todo el salón, en busca de su adorado ídolo del que todavía no había podido tener ni un mísero y lejano contacto visual.
En algún momento de su búsqueda, las luces de la estancia fueron reduciéndose lentamente hasta sumir el gran salón en una iluminación tenue, en la que las conversaciones quedaron reducidas a murmullos. Una voz amplificada por un micrófono hendió los susurros, y un hombre con apariencia de anfitrión hizo algunas presentaciones rápidas antes de anunciar que acto seguido, la fiesta empezaría con la apertura en vivo de la canción "Sleepless Beauty". La sala rompió en eufóricos aplausos, que el menor de los Uesugi aprovecho para deslizarse a base de empujón limpio hasta la primera fila, donde podría haberse puesto a pegar saltitos como un crío en navidad, de no ser porque la imagen de Sakuma subido al escenario ante él le dejo sin respiración.
Con los ojos cerrados en mitad de un pequeño templete en un lado de la sala, Ryuichi mantenía cogido el micrófono en una pose adulta y seductora, concentrándose para lo que iba a cantar. Estaba vestido con un traje de chaqueta y pantalón negros de corte serio, pero la camisa blanca que portaba debajo rompía el aire formal al estar prácticamente desabotonada con los picos por fuera. Dejando buena parte de su torso para la admiración publica, así como dependiendo su postura, su redondeado y apetecible ombligo. También desconcertaba bastante que bajo el cuello de la impoluta camisa incolora, llevara un pequeño collar de cuero lleno de pequeños pinchos metálicos. Thoma y Noriko a ambos lados del joven con sus teclados no captaron ni un solo segundo de su atención, la música comenzó a sonar y Tatsuha casi se cae para atrás de la impresión. Pocas veces había logrado colarse en las escasas actuaciones en vivo que había echo Sakuma tras separarse, y definitivamente nunca había estado tan cerca del escenario... empezó a imaginarse cosas bastante inapropiadas para la situación.
-Como siguas poniendo esa cara de idiota te vas a quedar con ella para siempre- un rubio con un cigarrillo prendido en su boca se detuvo a su lado- aunque bueno, supongo que tampoco se notaria mucho la diferencia
-Hermano si estas frustrado sexualmente no vengas a joderme el royo a mi también- le espetó bruscamente el moreno, cuya mínima distracción del cuerpo y la voz de su dios lo estaban poniendo bastante irritable- al menos a mi me gusta disfrutar con lo que tengo y lo que me gustaría conseguir... –sus ojos recorrieron nuevamente toda la complexión del cantante en un giro que dio marcado seguramente por la coreografía, en el que tras finalizar, quedo inclinado hacia delante con el pelo cubriéndole parte del rostro y el micrófono rozándole de forma sensual los labios.
Eiri miro disgustado a su hermano, golpeando el extremo de su cigarrillo para tirar las cenizas al suelo, sin saber exactamente si el añadir algo le iba a beneficiar o a perjudicar. Que decir cuando llevabas ciertamente más de medio mes de insatisfacciones sexuales por culpa de un amante que se había estado comportando de forma un tanto rarita. El cual, tras enterarte de los motivos de su comportamiento, te ves en la necesidad de echar a la calle por razones obvias, o al menos hasta que se aclaren las ideas. Y tras esos días terminas encontrándote con la sorpresa, de que en vez de calmarse, recapacitar y volver de forma sumisa a casa, parece haber estado todo ese tiempo poniéndose aun mas cabezón, haciendo cosas que ahora le ponía nervioso recordar haber leído en un medio de comunicación publica.
-Ahhhh my honey Ryuichiiiiii –murmuró súbitamente el moreno, con una expresión extasiada y los ojos vidriosos de la emoción, como si fuera a ponerse a llorar ante lo que veía.
Yuki lo miro nuevamente, esta vez con inseguridad, acercándose un poco mas a su hermano para preguntarle prácticamente al oído con cierto reparo mal disimulado.
-Tatsuha, ¿exactamente que te dejarías hacer por el estúpido ese del conejo?
Los ojos del menor de los Uesugi rodaron por un solo instante, para enfrentarse por primera vez a los dorados iris del novelista.
-¿Te hago un croquis?
-......... – Tatsuha con malicia, miro divertido la mueca encrespada del escritor antes de suspirar con magnificencia para apartarse el flequillo con elegancia.
-De todo- se decidió a afirmar con una enamoradiza sonrisa tontorrona, por una vez matizada por cierta inocencia y honestidad- le quiero de tal manera que, quisiese lo que quisiese hacerme, yo le dejaría- su mirada volvió a posarse en el cantante mientras su mueca se iba ensanchando perniciosamente, ensuciándose rápidamente en la perversidad- aunque la verdad es que preferiría ser yo el que le hiciera varias cositas jejejjejeej....
Yuki suspiro mirando cansadamente al techo, agradeciendo internamente que en apariencia Tatsuha no hubiera entendido la doble información que pretendía obtener con su pregunta. Tiro el cigarrillo al suelo y suspiró volviéndose hacia la mesa de los canapés. Ahora si que necesitaba beber algo. Tenia bastantes cosas en que pensar.
El echo de cómo Tatsuha pudo colarse supuestamente sólo en la fiesta no fue una de ellas.
Shuichi se había sentado en el suelo, ahora visiblemente deprimido tras volver a encontrarse cara a cara con su triste realidad. Dedicándose en silencio a hacer circulitos en el suelo disponible entre sus piernas con la mano que no tenia esposada a la mesa. Hiroshi estaba emulando su postura a su lado, con mueca de aburrimiento y la cabeza lo suficientemente retorcida para haberse adaptado al hombro del cantante como si se tratase de una almohada ergonómica de mala calidad.
-Hiiirooooo.......
-¿Quéeee?
-Tu crees que si voy a casa de Yuki esta noche... si voy esta noche... me mirara muy mal por lo del periódico?
-¿Desde cuando te ha importado eso? Anda que no las has montado gordas y has vuelto tan campante a los tres o cuatro días como si nada hubiera pasado- sentencio con indiferencia Nakano levantando la cabeza para hurgarse aburrido en el oído- creí que esa era tu estrategia con Yuki-san: pifiarla... dejarlo correr, volver con carita tierna. Volverla a pifiar, y dejarlo estar otros tres o cuatro días... Si la pifia es muy gorda: "K!! ¡Estoy lleno de energía! ¡Vamos a darle una alegría a Sakano-san! ¿Qué tal una gira de una par de semanitas por algunas ciudades vecinas?, ¿Vendría bien para la publicidad no?" Y luego varios regalos de carácter turístico para él. Recuerdo que en el último viaje de ese tipo, te trajiste media Osaka contigo....
El guitarrista sonrió enternecido al ver a su amigo haciendo pucheros, con el rostro ruborizado en una mueca infantilmente culpable y los ojos bailándole en una capilla de agüilla que resaltaban su color violeta haciéndolos parecer más grandes y brillantes.
Le dio unas palmaditas suaves en la cabeza.
-Shuichi, tu confianza en ti mismo es lo que siempre te ha hecho seguir a delante, llegar hasta donde estas. Si realmente crees en algo, lo conseguirás, se trate de lo que se trate.
-HIIRROOOooooo – le susurró con voz conmovida el cantante abriendo desmesuradamente los ojos en una mirada vidriosa de emoción... para acto seguido entrecerrar los párpados añadiendo por lo bajo con una mueca maliciosamente traviesa- ¿Tu crees? ¿de verdad?¿cualquier cosa?
Ante el sospechoso sonrojo del vocalista, el guitarrista opto por hacerse el no enterado, y empezar a mirar como Suguru se mordía la uñas histérico.
-¡Nos toca ya!
"Shining Collection" esa era la pieza de música que empezó a sonar cuando Yuki se acababa de meterse un canapé de patee en la boca tras estarlo estudiando de forma escéptica por mas de medio minuto. Se sorprendió, pues nadie le había comunicado que tocarían la única canción para la que él había compuesto letra, más aun cuando tras los primeros acordes, fue la voz de Shindou la que con seguridad y aplomo, inundo toda la sala.
Volvió a introducirse entre los congregados, avanzando costosamente hasta las primeras filas, en las que ya no encontró vestigio de su hermano. Se hizo hueco dentro de los espectadores ya presentes, y cruzándose de brazos, admiró sorprendido el buen aspecto que mostraba el cantante de cabellos rosados con aquel traje oscuro de corte formal que tan bien sabia resaltar su rasgos masculinos, incrementados por la fogosidad de su voz y sus movimientos tachables de provocadores en algunos momentos.
-Cuando aprenderás que este tipo de ropa te queda mucho mejor que cualquier "tutu" hortera que te pongas...
El cantante seguía inmerso en su propio mundo. En el sonido, donde él se volvía uno con la música a través de su voz. Ya había llegado a más de la mitad de la canción, cuando se fijo en los rostros interesados de su publico, descubriendo conmocionado por la sorpresa al rubio entre ellos, que lo observaba con una expresión serena y hasta cierto punto amigable por la media sonrisa impresa en sus labios.
Aquello le proporcionó un subidón de adrenalina: No sólo estaba cantando la única canción que Yuki había escrito, de cierta manera para él, sino que además ahora lo tenia frente a él escuchándole, como en muchos otros conciertos, con aquella sonrisa que lo derretía por dentro. Y si por si aquello por si sólo no hubiese sido ya buena noticia, además parecía que su enfado para con él había desaparecido, o al menos lo suficiente como para que sintiese que no había necesidad de mantenerse apartado más tiempo.
Imprimió fogosidad a sus palabras y sus movimientos ganaron energía. Esperando impaciente los últimos acordes de la melodía, para poder tirarle el micro a alguien en la cabeza, y salir por piernas, a encontrarse en algún rincón con el rubio y con un poco de suerte poder ponerse un poco mimoso con él.
Pero antes de que esto ocurriera, y cuando a la canción todavía le faltaba algo para finalizar, Thoma apareció junto al novelista tendiéndole un baso de bebida. Eiri tomó buena parte del liquido, y le devolvió el baso al presidente que termino el contenido del mismo. Después ambos se miraron, empezaron a comentarse cosas al oído, y con una sonrisa muy sospechosa por parte de los dos, Seguichi tiro del brazo del escritor llevándoselo fuera de las primeras filas a un lugar donde Shindou dejo de verle por completo.
Medio minuto después termino la canción. Suguru jadeo sobre el teclado, por el esfuerzo de haber tocado todas las modificaciones de la partitura, al igual que Hiroshi abría y cerraba las manos con cansancio sin reparar en que Shuichi se había quedado estático en mitad del escenario, buscando desesperado con la mirada a los dos rubios completamente evaporados entre el tumulto de desconocidos.
Dejo caer el micrófono al suelo y sin decir una palabra, bajo de un salto del pequeño templete, empezando a corretear alterado por la inmensa sala y sus dependencias, chocando con las prisas contra otra persona que se mostraba tan ansiosa como él.
-¡Tatsuha!
-¡Ah Shuichi!,¡¿Has visto a Seguchi?!
El nombre se le atraganto en la garganta al recordar aquella sonrisita aparentemente tan cómplice entre él y el novelista. Enarco las cejas en la rabia que empezaba a ponerle frenético.
-Si, y precisamente es a quien estoy buscando. ¡Se fue con Yuki!. ¡Y parecían muy "íntimos" los dos compartiendo las bebidas!- el cantante empezó a poner muecas bruscas, abriendo y cerrando las manos airado, simultáneamente a que sus orificios nasales empezaran a dilatarse por sus resuellos agitados.
-¿Bebidas?- el rostro de Tatsuha se puso levemente lívido, llevándose las manos a la cabeza a la par que hacia el amago de tirarse del cabello.
-¡¡SI EN CASA NI SIQUIERA ME DEJA ACERCARME A LA ULTIMA BALDA DE LA NEVERA!! ¡¡ES UNA AVARO CON SUS CERBEZAS!! ¡LAS TIENE NUMERADAS CON ETIQUETAS! ¡¡NUNCA COMPARTE NADA!! ¡¿ENTONCES POR QUE CON ÉL SI?! – el cantante se arrodillo en el suelo generando aspavientos impresionados de los que estaban a su alrededor en ese momento, al empezar a pegarle puñetazos al suelo con tanta fuerza que parecía que iba a reventar la madera de la que estaba echo- ¡¿POR QUÉ?! AAAAAAAAAAAHHHHHHHGTTTTTTTTT!!!
Shindou continuo con su rabieta mientras Tatsuha se estaba hiperventilando, de tanto abrir y cerrar la boca. Movió las manos en el aire terminando por exclamar furioso:
-¡¡Serán cabrones los dos!!¡Que puta manía de coger ya los cócteles preparados!!
-eh?
El cantante dejo de echar fuego por los ojos, y alzando la cabeza lo miro sin comprender. El menor de los Uesugi entrecerró los ojos molesto y disgustado.
No voy a parar a darte detalles, tan sólo te diré cuñadin que si no quieres saberte cornudo, yo de ti espabilaría en buscar a mi hermano- ante la cara de dolida incomprensión del cantante, el menor de los Uesugi se froto la nuca con cansancio- a ver... veras... es que llevaba algún tiempo pensando que Ryuichi parece del tipo de tío que sino se le da un... ejem... llamémoslo "empujoncito", no parece muy predispuesto a... –las mejillas del moreno empezaron a ruborizarse al igual que se ensancho la sonrisa obscena de sus labios- entonces, hoy por la mañana me pase por una tienda de productos naturales. Les pedí que me recomendasen algún jugo o bebida que fuese muy.. ummn ...jejeje "afrodisíaca"... para ver si hoy con un poco de suerte conseguía quedarme con él a solas y al beberla se animaba un poco.... –la expresión del moreno volvió a tornarse seria y enfadada- ¡pero esos cabrones vieron tan "a huevo" el ponche que estaba preparando que se lo han llevado y por lo que tu me has dicho se lo han bebido ya!!! ¡Y me han jodido el plan!¡Encima que había puesto cantidad como para poner en celo a media ciudad del Misisipi...
-¡ARG! ¡¡YUUKIIIIIIII!!
Espantado, Shuichi no escucho más, no lo considero necesario. Tan sólo sabia que como se descuidase mucho, encontraría a Eiri y Thoma en una situación que preferiría no ver nunca en toda su vida.
Empezó a poner mohines deprimidos al dar vueltas y mas vueltas y no encontrar al escritor. La gente le agobiaba y las muecas fluctuantes de su cara advertían que de no encontrar pronto al rubio, se pondría a llorar a berrido limpio, pensase lo que pensase el que lo viera.
-¿Yuki?....
En cuclillas, levanto uno por uno los manteles de todas las mesas, repitiendo tenuemente el nombre del novelista.
....¿Yuukii?
Se metió bajo ellas, gateando entre sus patas, para sacar la cabeza bajo los manteles, cual tortuga en un intento por no dejar ni un solo rincón sin explorar. Buscando incluso debajo de las faldas de los pomposos vestidos, que de no ser un joven guapo el pertrechador del descaro, seguramente se habría ganado algo mas que una mirada tajante.
Termino recorriendo centímetro por centímetro de la sala y todas sus dependencias, frustrándose más a cada segundo que pasaba al no encontrar al novelista.
-¡¡¿Yuki?!! –abrió una puerta que resulto un armario. Nada- ¡¡¿¿YYUUKIII?!!- otra puerta. Nada tampoco a excepción de unas escobas viejas que se cayeron de un lado a otro de la pared.
¡¡YUUKIIII!!! –terminó gritando a pleno pulmón a la sala, tras subirse a la mesa de piedra, la misma en la que había sido esposado anteriormente, tirando con la pierna un jarrón de cristal que se hizo añicos en el suelo, por el cual hubo hasta desmayos.
Termino entrando en el baño, completamente deprimido, sin encontrar un solo rastro de donde podía hallase el rubio.
Sonidos de roces de ropa y risas contenidas al fondo del servicio. Shindou se detuvo en el acto, ocultándose tras la pared de la entrada previa a los sanitarios, con una expresión angustiada y asustada por igual. Expectante, guardo un silencio nervioso a la par que cerraba los ojos articulando rezos inaudibles por que no se tratase de lo que tanto temía.
-Ummmn .... ¿Se trataba de eso?¿Eiri-san?...¿desconfiabas de mi? ¿O acaso son celos? –nuevamente una risita suave procedente de Thoma- Sabes que tu eres lo único que deseo y eso tan sólo fue una broma....
La boca del cantante se le empezó a quedar seca al reconocer el sonido de besos húmedos al fondo del servicio. No necesito ver a Yuki besándose con el presidente para que su sangre empezara a arderle de inmediato.
Maldiciendo a Tatsuha, a Seguchi e incluso al propio Eiri, se revolvió el cabello furioso y en pleno ataque de rabia se aflojó la corbata del traje oscuro con fiereza, saltando a la mitad del pasillo con la intención de enzarzarse a puñetazos, patadas, mordiscos o lo que fuese necesario, para proteger el puro, vedado y en cierta parte virginal cuerpo del escritor, de cualquier mano pegajosa que no fuera la suya.
-¡¡YUUUKIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!!- bramó Shuichi tomando una cómica posición, obtenida de las películas de artes marciales al más puro estilo "pose del tigre rugiente" que en el cuerpo de Shindou quedo relegada a parodia, pareciendo más bien que el tigre en ver de rugir, lloriqueaba tuyido. Uno de sus ojos se mantuvo con un tic bizqueante.
Tras una segunda pared de azulejos, se asomo un despeinado Seguchi con una expresión turbada en la cara.
-¿Shindou-san que hace aquí?
En cantante pestañeó confuso ante la pregunta que le pareció bastante obvia, así como ante el echo de que el presidente no se diese siquiera por aludido, al haberle pillado en in fraganti con su amante.
Cuando decidió no dejarse engañar más por los supuestos trucos de Thoma, e iba a saltarle al cuello para empezar a cobrarse su venganza, del supuesto lugar ocupado por el escritor, emergió el cuerpo de Mika que lo observo con una expresión divertida, antes de preguntar.
-¿Buscabas a alguien?, porque aquí solo estamos nosotros dos......
El rostro del cantante paso del rojo ira al rojo avergonzado, en una divertida transposición de colores ahogados. Bajo los brazos y la pierna que había mantenido ridículamente en el aire, y empezó a ajustarse la corbata nervioso de forma cabizbaja.
-Etto... –alzó una mirada suplicante a la mujer, sin dejar de haber por ello admiración por aquel rostro que a menudo le recordaba tanto al de su hermano. Sentía cierta fascinación por aquella mujer.
Finalmente se parto el cabello de la cara de forma recatada y pregunto:
¿Dónde esta Yuki?
Con una sonrisa sarcástica y paciente, la mujer extrajo un pequeño papel de su bolso, que terminó en un bolsillo de la camisa del joven de cabellos rosados, que por alguna extraña razón se ruborizo con la cercanía de la mujer al susurrarle en el oído:
-En el jardín. Dale esto y disfruta del regalo. Se te ve un tanto estresado....
Cada vez divido los capítulos en fragmentos mas largos UUU eso es porke el texto estaba completo... uno se vuelve generoso... quizá en exceso, espero ke no sea el caso ¬¬U
Este capitulo va dedicado a anna Lylian, ke fue la unica que se digno a comentarme el ultimo capitulo Gracias niña!!! luego como pa decir ke a uno no le dan bajones -.- ejem, cambiando de tercio espero que este capitulo guste mas......
