Título: Creo que me quedo con el chibi..., capítulo 18

Autora: Azdriel

Categoría: humor, misterio, shonen ai muy, muy suavecito. Datos importantes sobre la serie… un poco tarde para avisar de esto, ¿no?

Disclaimers: Los usuales.

Nota: Cometí un error de bulto cuando mencioné el año en que James Attwood había fundado la Mansión Nakamori. En realidad no tiene la menor importancia para el buen desarrollo de la historia, pero me gusta corregir mis errores cuando es posible. En ese capítulo decía que el año de fundación había sido 1695, pero eso sería imposible si tenemos en cuenta que Sir James había sido un corsario al servicio de la reina Isabel I, porque ésta vivió entre 1533 y 1603. Así que, en realidad, tampoco pertenecían al siglo XVII, sino al XVI. Pero, como he dicho antes, esto no influye en el relato.

Otra nota: Por si os interesa, he subido ya dos capis de un nuevo fic. Un crossover de Yami y Angel Sanctuary. Los protagonistas son Hisoka y Kira my loooooove, aunque también aparecerán Belial (o Mad Hatter) y Kato. Y, no sé, algún otro tal vez. Lo que sí puedo aseguraros es que la repipi de Sara NO va a asomar ni la nariz. La odioooooooooooo.... ¡¡Ella es la única que impide que Angel Sanctuary sea un manga shounen-ai!!

CAPÍTULO 18

Si algo odiaba Hisoka más que equivocarse, era tener reconocer que se había equivocado. Y los últimos días se había visto obligado a hacer el ejercicio de humildad más exhaustivo de toda su vida y su "otra vida". Primero se había equivocado con respecto a su recalcitrante independencia. Después se había equivocado con respecto a sus ideas preconcebidas sobre Tatsumi... bueno, sólo en ciertos aspectos. También se había equivocado con Hiroshi, Arthur y Sayoko-san. Por supuesto, se había equivocado con Tsuzuki -¡y de qué manera!-. Y, por último, se había equivocado al afirmar tan pomposamente ante Tatsumi que los fantasmas nunca experimentaban sentimientos de odio, rencor o violencia contra los vivos.

Porque el fantasma de Sir James Attwood había demostrado ser capaz de sentir semejantes emociones... y, a juzgar por lo que Arthur había logrado traducir del diario de Lady Margaret, tenía poderosas razones para ello.

Al volver junto a Tatsumi a la habitación de éste último, Hisoka se había encontrado con que Arthur había servido un pequeño tentempié sobre la mesa de estudio. Tsuzuki estaba inclinado sobre dicha mesa, estudiando el diario de marras, con un tazón de sopa de miso junto a su codo, enfriándose. La cuchara seguía en la bandeja de plata, envuelta con la pulcra servilleta que Arthur había añadido al conjunto. Hisoka se sorprendió al ver que Tsuzuki ni siquiera había tocado su cena.

El shinigami de ojos violetas levantó la mirada brevemente al sentirlos entrar y luego volvió a su libro. Hisoka sintió un escalofrío cuando la mirada de Tsuzuki se deslizó sobre él y pasó de largo. La inseguridad que parecía haberse esfumado volvió a llamar quedamente con los nudillos a la puerta de su corazón. Pues no pensaba dejarla entrar. Que llamara todo lo que quisiera.

Hiroshi no estaba. Arthur informó que había mandado al joven criado a la cama. Hisoka recordó con sorpresa que Hiroshi había estado picando el muro de la cámara subterránea a saber durante cuánto tiempo antes de ser atravesado por el fantasma de Sir James, para luego pasar por la deprimente tarea de revivir su pesadilla personal a manos de Sayoko-san y, finalmente, la traumática experiencia de encontrarse un cadáver decapitado en medio de la sala de billar. Un día completo. Debía estar emocional y físicamente agotado.

-¿Alguna novedad? –preguntó Hisoka, sentándose a la mesa frente a Tsuzuki. El otro shinigami no levantó la mirada del diario al contestar.

-Arthur ha conseguido traducir la prueba definitiva –dijo, mientras le tendía sin mirarle un pedazo de papel escrito a mano. Con la otra mano, pasó una página del libro y siguió leyendo. Hisoka supuso que se dedicaba a buscar fragmentos legibles porque, que él supiera, Tsuzuki no tenía ni idea de inglés. Aunque había dado por sentadas tantas cosas equivocadas con respecto a Tsuzuki...-. Esto confirma, sin lugar a dudas, que Margaret Attwood fue la asesina de su esposo.

Hisoka tomó el papel y rozó los dedos de Tsuzuki –accidentalmente, se dijo- al hacerlo. Había esperado que estuvieran fríos, como su actitud, pero no era así. Su piel era tan cálida como siempre.

¿No ibas a olvidarte de eso ahora?

Se concentró en la hoja de papel cuadriculado que tenía en las manos. La letra era la de Tsuzuki, apresurada y casi infantil –al menos, en eso no ha cambiado-; sin duda había copiado la traducción de Arthur conforme éste la iba dictando. Sin embargo, no había tachones, ni borrones de tinta, ni los dibujitos al margen que Tsuzuki solía añadir incluso a los informes que redactaba tras sus misiones.

Ejem…, casi podía ver a su conciencia de cruzada de brazos, con una ceja levantada y dando impacientes golpecitos en el suelo con el pie.

Si, sí. Ya me olvido.

27 de Mayo de 1550

Hoy se cumplen dos años desde nuestra llegada a Tokio. Y él cada vez se aleja más de mí. Pero soy tan estúpida que sigo esperando a renacer bajo su mirada. Sé que es inútil, James no me ama. Nunca lo ha hecho. Y mucho menos ahora que tiene otro amor. Se acabó. Mañana lo haré. Ya no puedo aguantarlo más.

28 de Mayo de 1550

No pude. Lo tenía todo planeado pero, cuando me dirigí a su despacho se había ido. Su ayuda de cámara dijo que había salido a dar un paseo a caballo. A caballo. Yo sé dónde está en realidad ese bastardo. Con su verdadero amor. Pero hoy lo haré. Esta noche. Voy a matarlo.

Hisoka silbó por lo bajo.

-Realmente contaba con que nadie leería esto, ¿verdad? ¿A quién se refería con lo de "su verdadero amor"? ¿Sir James tenía una amante?

-Una amante dorada –dijo Tatsumi, críptico-. Se refería a su tesoro. El que buscaba Hiroshi, con toda probabilidad. De todos modos, no creo que le hubiera sucedido nada de haber caído este diario en manos indiscretas. Dudo mucho que en el siglo XVI hubiera mucha gente en Japón capaz de leer los caracteres occidentales y mucho menos el Inglés.

-Lady Margaret estaba celosa de la atención excesiva que su esposo dedicaba a su gran fortuna. La obligó a huir a una ciudad extranjera en un país que era lo más opuesto que podía imaginar a su Inglaterra natal. No tenía amigos, no podía hablar con nadie porque no conocía el idioma y, encima, su esposo sólo tenía ojos para su oro. Es normal que ella no estuviera demasiado contenta con la situación –apuntó Tsuzuki.

-Pero, ¿tanto como para matarle? –susurró Hisoka, impresionado-. En esa época la mayoría de los matrimonios de clase alta eran de conveniencia. Me cuesta creer que a Lady Margaret le cogiera por sorpresa que su esposo no estuviera enamorado de ella.

Tsuzuki movió negativamente la cabeza.

-Más que su amor, creo que lo que ella deseaba era atención. Por lo que hemos podido deducir de este diario, era una mujer orgullosa. En esos tiempos no existía el divorcio, jamás habría podido separarse de Sir James, a menos que pudiera presentar ante la Iglesia una prueba de que él le era infiel. Y no creo que su obsesión por su oro contara como infidelidad conyugal.

-Así que, al final, después de soportar la humillación durante dos años, la única salida que le quedó fue matarle. Drástico, desde luego. Pero probablemente el estado mental de Lady Margaret no fuera demasiado estable por entonces.

-Me pregunto si se lo habría tomado mejor de haber existido una amante de carne y hueso... –murmuró Tsuzuki, pensativo.

Tatsumi respondió algo, pero Hisoka dejó de prestarles atención. Acababa de darle la vuelta a la hoja de papel para seguir leyendo, y lo que vio le provocó un estremecimiento helado. No sólo eran las palabras de lady Margaret, era la letra de Tsuzuki dándoles forma, con una firmeza y una frialdad espeluznante. El pulso del shinigami de ojos violetas no había temblado ni lo más mínimo mientras copiaba el escalofriante dictado de Arthur, se había limitado a transcribirlo todo como si fuera una inocente lista de la compra.

29 de Mayo de 1550

Ya está. Está muerto. No ha sido difícil. En el estanque del jardín crecen unas hermosas plantas acuáticas que reciben un nombre extraño en la lengua de esta gente. El jardinero nunca permite que los hijos de los criados jueguen con ellas porque, al parecer, sus semillas, del tamaño de avellanas, son extremadamente venenosas. Pero también son muy parecidas a la nuez moscada. Sobre todo si se rallan y se añaden a la comida. El resultado no es inmediato. Al principio pensé que no había funcionado. Pero a media tarde, James empezó a sentirse mal. Primero fueron escalofríos y fiebre. Luego empezó a vomitar. Después dejó de respirar. Está muerto. Se acabó. Ahora descansa junto a su verdadero amor.

Hisoka tragó saliva y dejó el papel sobre la mesa. Levantó la mirada y la posó en Tsuzuki. La expresión de su amigo no había variado un ápice. En sus ojos permanecía aquella mirada tranquila y distante que sacaba de quicio a Hisoka.

-Esto explica, supongo, por qué mató a Sayoko-san –murmuró el émpata, pensativo-. Según Hiroshi, ella era una Nakamori por nacimiento y no por matrimonio. Fue Saburo-san quien tomó su apellido al casarse. Probablemente Sir James la mató para vengarse... ya que no podía hacerlo sobre la persona de su esposa, lo hizo sobre la de una heredera directa.

-Apostaría un aumento de sueldo para toda la división a que las víctimas anteriores de Sir James también fueron las mujeres de la familia Nakamori –intervino Tatsumi, y miró a Tsuzuki al decir esto. El shinigami de ojos violetas le devolvió una mirada inexpresiva, como si no se hubiera dado por aludido.

-¿Qué víctimas anteriores? –preguntó Hisoka, sobresaltado. Viendo que Tatsumi estaba mirando a Tsuzuki como si esperara a que éste dijera algo al respecto, el muchacho dirigió su pregunta hacia su antiguo compañero, en lugar de al secretario.

Pero fue Tatsumi quien respondió:

-Al parecer, Sayoko-san no ha sido la primera víctima del espíritu de Sir James. En los archivos no hemos hallado gran cosa, pero Tsuzuki asegura que... en el pasado el fantasma de Nakamori acosó a esta familia en bastantes ocasiones.

-Pero... ¿no fue Lady Margaret quien lo encadenó al lugar donde yace su esqueleto? –preguntó Hisoka, cada vez más confuso. Esta vez se encaró con Tsuzuki, dispuesto a no permitirle una nueva evasiva-. Se supone que ha estado allí atrapado hasta que Hiroshi lo liberó esta mañana... ¿Cómo pudo entonces...?

Hisoka no continuó. Tanto Tatsumi como él se quedaron observando a Tsuzuki, esperando una respuesta. El secretario no había caído en la cuenta de la contradicción hasta que Hisoka la había sacado a la palestra. Tsuzuki les estaba ocultando más de lo que le había parecido al principio.

El shinigami de ojos violetas emitió un suspiro borrascoso de resignación.

-Está bien. Os lo contaré todo –murmuró, evitando mirarlos a ambos-. Arthur, ¿le importa dejarnos a solas un minuto?

El envarado mayordomo pareció a punto de protestar, pero la mirada de Tsuzuki tuvo de nuevo la virtud de eliminar cualquier objeción que al inglés se le hubiera pasado por la cabeza. Alzando su nariz al viento, Arthur abandonó la habitación en silencio.

-No sé cuánto tiempo lleva en Japón, pero no quiero correr el riesgo de que la palabra shinigami le resulte familiar –explicó Tsuzuki, antes de que sus compañeros pudieran preguntar nada-. Prefiero que siga creyendo que somos una especie de espiritistas.

Tsuzuki se sentó en uno de los sillones que había cerca de la ventana y, con un gesto, indicó a sus dos amigos que hicieran lo mismo. Tatsumi ocupó el otro sillón y Hisoka se sentó en el borde de la cama. Un minuto después, tras reunir sus ideas, Tsuzuki empezó a hablar:

-Antes que nada, Tatsumi, quiero que sepas que, si no hablé antes de esto es porque EnMa me ordenó que no lo hiciera. Supongo que quería protegerme... os lo habría contado antes, pero... no sabía que pudiera llegar a ser tan importante... –se interrumpió y sacudió la cabeza-. Es igual. Todo lo que sé sobre Nakamori, su fantasma y la historia de Lady Margaret se debe a que... fui yo quien lo encadenó a su esqueleto y quien lo confinó en la cueva donde lo encontrasteis.

Al otro lado de la puerta, en el pasillo, Hiroshi se quedó helado. ¿Qué acababa de decir aquel hombre? Asegurándose de no hacer el menor ruido, el joven pegó el oído a la puerta y se esforzó por no perderse una sola palabra...

...mientras el término "shinigami" seguía levantando desagradables ecos en su cabeza.

Dentro de la habitación, ajenos a la presencia del "espía" del pasillo, Tatsumi y Hisoka tenían la misma expresión de estupefacción en sus rostros.

Tsuzuki no les dio opción de preguntar nada. Probablemente no habrían sido capaces, de todos modos.

-Fue una de mis primeras misiones. Sir James Attwood murió el 29 de mayo de 1550, pero su alma nunca llegó a Meifu... ni a ningún otro lugar equivalente... Quiero decir que Sir James era católico, no budista, por lo que su espíritu debería haber ido a parar al Purgatorio que corresponde a su religión, pero... tampoco allí fue registrada su llegada –Tsuzuki volvió a sacudir la cabeza-. Bien, eso no tiene la menor importancia. De hecho, no nos correspondía a nosotros, en Meifu, recuperar su espíritu y por eso EnMa se desentendió del caso durante casi 400 años... hasta que... alguien le pidió ayuda.

-¿Alguien? –preguntó Tatsumi, frunciendo el ceño.

Tsuzuki asintió.

-Uno de los emisarios del dios de los cristianos, un ángel llamado Gibrel (1), apareció en Meifu para entrevistarse con EnMa. Yo no estuve presente en esa entrevista, obviamente, pero cuando EnMa me encargó la misión me dijo que Gibrel le había pedido, en nombre de su señor, que buscáramos y encontráramos el alma perdida de James Attwood. Al parecer el poder de los ángeles no era suficiente para romper el sello de magia negra que mantenía atrapada su alma en algún lugar de Chijou (2).

-Pero si... –empezó Hisoka. Tsuzuki lo interrumpió alzando una mano.

-Déjame continuar, por favor. Lo entenderéis todo enseguida –pidió-. Como he dicho, fue una de mis primeras misiones. EnMa no quería encargármela a mí, pero yo insistí hasta la saciedad. Quería probarme. Pensaba que podría encargarme sin problemas de un espíritu cautivo. Supuse que estaría deseando ser rescatado y poder ingresar en su Meifu particular –Tsuzuki soltó una risilla carente de humor-. Por entonces yo era un poco ingenuo... pero EnMa me concedió mi deseo y me entregó la misión.

Tsuzuki se pasó las manos por el pelo, apartándose unos mechones del rostro.

-Cuando me pasaron los informes del caso, averigüé que el supuesto "cautivo" había estado campando a sus anchas por la mansión Nakamori durante cuatrocientos años, aterrorizando a sus habitantes y, en ocasiones, asesinando a alguno de ellos. Gracias al informe pude recordar los rumores que había oído de niño, las leyendas urbanas sobre esta casa y su "fantasma" y comprendí que eran completamente ciertas. James Attwood y el fantasma de los Nakamori eran la misma entidad y, desde luego, no era un espíritu cautivo como nos habían hecho creer, sino uno realmente agresivo y vengativo y me iba a resultar muy difícil convencerlo para que regresara conmigo a Meifu. Sobre todo porque tendría que entregárselo al emisario del dios cristiano que, sin duda, lo conduciría a su Jigoku (3) correspondiente. Pero ya no podía echarme atrás.

-¿Y qué hay del sello mágico? –preguntó Tatsumi.

-Oh, Lady Margaret había conjurado un simple hechizo de magia negra sobre el cadáver de su esposo al dejarlo en su improvisada cripta bajo el roble petrificado –admitió Tsuzuki-. Pero, aunque desde luego aquella mujer tenía cierta capacidad mágica, no era ni por asomo la suficiente para hacer que el sello perdurara eternamente. Con el paso de los siglos, el hechizo fue debilitándose hasta que Sir James quedó libre... y se dedicó a tomar venganza en todos los miembros femeninos del clan Nakamori que estuvieron a su alcance durante casi un siglo... hasta que a su dios se le ocurrió reclamar su alma y envió a sus ángeles... que volvieron con las manos vacías.

Cuando mi compañero, Shinichiro, y yo llegamos a este lugar conocimos a la abuela de Sayoko-san. Era una joven encantadora que había heredado los poderes mágicos de su antepasada, Lady Margaret –Tsuzuki sonrió, con cariño-. Por suerte, aquella generación de Nakamori salió más o menos decente. Al menos ella no tenía nada sucio que ocultar. Era honesta, buena y... estaba totalmente aterrorizada por culpa del fantasma de sir James. Fue ella quien me contó todo lo que sé sobre Lady Margaret, pero si ella conocía la existencia de este diario o del mapa, nunca me lo dijo.

No obstante, sí sabía dónde se encontraba el cadáver de Sir James. Por aquel entonces (estoy hablando de los años 30), el hueco del roble petrificado estaba tapado con tierra con la que alguien, probablemente Lady Margaret, había pretendido ocultar el túnel que conducía la cámara subterránea donde se hallaba el esqueleto de Sir James. La señora Nakamori conocía aquella cámara. Dijo que la había visto en una visión o un sueño, no lo recuerdo bien. Dijo también que sabía que el fantasma se ocultaba allí... pero que nunca se había atrevido a apartar la tierra para bajar. No confiaba en sus poderes tanto como para enfrentarse ella sola al fantasma. Hasta la fecha apenas le habían bastado para protegerse de los ataques del furioso Sir James.

Shinichiro y yo abrimos de nuevo la boca del túnel y bajamos a la cámara. Ese muro del que hablaste, Hisoka, no existía aún. La cámara era una cueva grande, excavada de forma artificial bajo el suelo del prado. Tenía gruesas vigas de madera sosteniendo el techo para que no se derrumbara, como si hubiera sido obra de mineros. La señora Nakamori nos contó que, según la leyenda, Sir James había mandado excavar aquella cámara para ocultar allí su tesoro... pero aquel lugar estaba completamente vacío. A excepción del esqueleto de Lord Attwood, claro está.

Lo encontramos tendido en el suelo, con los brazos cruzados sobre el pecho, como la imagen de un sepulcro. Lo que quedaba de él no eran más que huesos enmohecidos y algunos harapos, pero el poder oscuro que emanaba de él, aunque débil, aún era patente. Cuando nos acercamos para examinarlo mejor, descubrimos un medallón de oro sobre su pecho, con siete hematites engarzados, rematando las siete puntas de una estrella arcana. Un poderoso símbolo de magia negra, utilizado para contener y dominar demonios y espíritus maléficos. Lady Margaret sabía lo que se hacía. Pero el poder con que había imbuido aquel amuleto había ido desapareciendo y ahora apenas era una joya vistosa. Aún emitía un aura oscura, pero eso era todo. El más débil de los demonios de Jigoku habría podido librarse de semejante sello.

Resumiendo, mi compañero sugirió hacer un exorcismo para atraer al espíritu hasta donde estábamos y atraparlo con un nuevo hechizo para llevárnoslo a Meifu y poder entregárselo a Gibrel. Ese era el plan. Desgraciadamente, tanto Shinichiro como yo éramos novatos y no contamos con que Sir James no iba a tomarse nuestras intenciones con demasiada deportividad.

En el rostro de Tsuzuki apareció una melancólica expresión, llena de tristeza.

-En cuanto comenzamos a recitar las primeras palabras del hechizo, el espíritu de Sir James hizo su aparición, hecho una furia. Eso nos cogió por sorpresa, pues esperábamos un alma debilitada y sometida por nuestro conjuro, y lo pagamos caro. Sobre todo mi compañero –los ojos violetas del shinigami se volvieron vidriosos, como si mirara algo muy lejano-. El fantasma de Sir James arremetió contra él, atravesándolo violentamente, una y otra vez, absorbiendo su energía espiritual. Luego... –Tsuzuki se detuvo, los ojos muy abiertos, contemplando algo que sólo él podía ver. Después, volviendo a la realidad, sacudió la cabeza y suspiró-. Hasta entonces yo había pensado que los shinigami no podíamos morir. Pero, aunque no poseamos un "cuerpo" físico real, existen modos de matarnos. Estamos hechos de energía espiritual, de vida, al fin y al cabo. Y si esa vida nos es arrebatada... sencillamente, desaparecemos. Eso fue lo que le pasó a Shinichiro. Sir James... igual que un vampiro... le absorbió toda su energía espiritual y Shinichiro, sencillamente... se desvaneció.

La voz de Tsuzuki murió pronunciando la última palabra y sus ojos se desviaron a un rincón de la habitación, evitando mirar a sus dos amigos, que lo contemplaban consternados. Tatsumi se inclinó hacia delante y apoyó una mano sobre la rodilla de Tsuzuki, tratando de transmitirle algo de consuelo a través del contacto. El shinigami de ojos violetas no hizo gesto alguno de reconocimiento, pero Tatsumi no se apartó.

Hisoka, por su parte, sentía un nudo en la garganta. No estaba seguro de qué le había impresionado más, si la revelación de que realmente podían morir, o la terrible y desoladora imagen que la mente de Tsuzuki –sin pretenderlo, evidentemente- le había enviado. Había visto morir a Shinichiro, el primer compañero que Tsuzuki había tenido. Y no había sido una muerte agradable. Desaparecer en la nada, como si nunca hubieras existido, sin posibilidad de regresar de un modo u otro... Su mente rebelde se empeñó en imaginar cientos de posibles pensamientos que podrían haber cruzado por la cabeza de Shinichiro en el momento de desvanecerse... y sintió deseos de gritar.

Luego se fijó en los ojos violetas de Tsuzuki y vio el brillo de las lágrimas en ellos. Tsuzuki había visto morir a su compañero sin poder hacer nada por protegerlo. Conociendo a su amigo, sin duda había sido una experiencia traumática. Hisoka recordó cómo le había protegido Tsuzuki de Muraki cuando apenas hacía dos días que se conocían... Tsuzuki casi había volado hecho pedazos por la magia de Muraki por interponerse entre él y Hisoka para que el émpata no saliera herido. Y apenas acaban de conocerse, por el amor de EnMa... ¿Cuánto tiempo habrían sido compañeros... amigos... Shinichiro y Tsuzuki? ¿Cuánto había sufrido su amigo a causa de aquella terrible pérdida?

Sin darse cuenta de lo que hacía, Hisoka se había puesto en pie y había dado unos pasos hacia Tsuzuki, con un único pensamiento en su mente: consolar a su afligido amigo. Tomarle entre sus brazos y estrecharle contra su pecho, como Tsuzuki había hecho con él después de la muerte de Tsubaki-hime.

La voz de Tsuzuki, retomando su relato, lo hizo volver a la realidad. Dándose cuenta de lo que había estado a punto de hacer, Hisoka retrocedió rápidamente, enrojeciendo hasta la raíz del cabello, y volvió a sentarse en la cama. Por fortuna, ni Tsuzuki ni Tatsumi se habían percatado de que hubiera llegado a levantarse en primer lugar.

-Sé que no estuvo bien lo que hice –estaba diciendo Tsuzuki, con la voz más firme, pero igual de distante. Tatsumi seguía con su mano sobre la rodilla de su amigo, sin que a ninguno de los dos pareciera importarle-. Pero al ver morir a Shinichiro, yo... sentí que algo se rompía dentro de mí. Nunca había sentido tanto odio por nadie en toda mi vida... Mi único pensamiento era destruir a Sir James. No sé qué se apoderó de mí, pero me olvidé por completo de la misión, de la orden de EnMa, del ángel Gibrel y del dios de los cristianos. Me olvidé incluso de mí mismo. Shinichiro era lo único que ocupaba mi mente, mi visión, todos mis sentidos. Tenía que destruir a quien lo había destruido a él.

En ese momento, descubrí hasta donde llegaban mis poderes como shinigami. Hasta la fecha, sólo había podido invocar a un shikigami, a Byakko. Pero ese día... –los ojos de Tsuzuki se volvieron duros, terribles, oscuros. Hisoka dio un respingo, sobresaltado. Aquella oscuridad... no era normal. No era buena-. Ese día ni siquiera necesité a Byakko. Proyecté todo mi ser contra el espíritu de Sir James. Todo mi deseo era destruirle y... pensé que lo había conseguido...

Sentí como si mi corazón y mi cabeza explotaran, sentí cómo surgía el poder de mi interior, con la fuerza de un huracán. Lo sentí recorrer mis brazos y brotar a través de mis dedos. Me volqué en esa sensación. No me importaba sacrificarme con tal de aniquilar a mi enemigo. Shinichiro estaba muerto y a mí... ya no me importaba nada más...

Tsuzuki hizo una nueva pausa y cerró los ojos. Al cabo de un instante de silencio, continuó su relato.

-Lo único que recuerdo, a partir de ese momento, fue oír aullar al espectro y la voz de la señora Nakamori gritando algo, mi nombre tal vez. Y sentí que el suelo temblaba bajo mis pies. Cuando recuperé el conocimiento, estaba en el prado, a unos metros del roble petrificado, y ella estaba arrodillada a mi lado. Me explicó que el fantasma de Sir James había desaparecido y que la cueva había empezado a temblar y a derrumbarse, pero que todo se había detenido en el momento en que yo había perdido el conocimiento. Ella me había sacado al exterior de nuevo con ayuda de uno de los criados. Allí terminó todo.

Cuando volví a Meifu y le expliqué a EnMa lo ocurrido, él... –Tsuzuki sonrió suavemente, con algo más de calidez en esta ocasión-. Me dijo que se ocuparía de todo, que no me preocupara por haber incumplido las normas. No sé qué le contó a Gibrel, pero nunca se volvió a hablar del tema y a mí jamás me pidió nadie explicaciones. Lo único que EnMa me pidió fue que nunca le contara esto a nadie... Se lo juré, por supuesto. Después de todo, me merecía un severo castigo por haber utilizado mis poderes para una venganza personal... y él me había protegido y respondido por mí ante el dios de los cristianos. Lo menos que podía hacer era cumplir una pequeña promesa.

-Que acabas de romper –murmuró Tatsumi, echándose por fin hacia atrás en el sillón. No había reproche en su voz.

-Estoy seguro de que EnMa comprenderá que era necesario. Además, yo creía que había destruido a Sir James y resulta que no fue así. A juzgar por los hechos, lo único que conseguí fue volver a sellarle con el medallón. Supongo que la señora Nakamori no se atrevió a sacar el cadáver de la cámara y levantó el muro que Hiroshi echó abajo esta mañana para evitar que nadie más pudiera encontrarlo. No lo sé. No había vuelto a pensar en todo ese asunto hasta que volví a oírte mencionar esta mañana en Meifu el nombre de Nakamori.

-Entonces, lo que ha ocurrido ha sido que, una vez más, la magia del medallón perdió fuerza y Nakamori volvió a quedar libre... –dijo Tatsumi.

Tsuzuki sacudió la cabeza.

-Es difícil de creer. Lady Margaret no era una bruja poderosa y, sin embargo, su hechizo perduró cuatro siglos. ¿Cómo iba el mío, siendo mi magia mil veces más potente, haber aguantado sólo setenta años?

-¿Cómo lo explicas, entonces?

-Un muro de ladrillo vulgar no detiene a un espíritu. El sello debió romperse en el momento en que Hiroshi tiró abajo ese muro... aunque para eso debería haberle quitado también el medallón del cuello al cadáver...

Hisoka se levantó de un salto.

-¡El esqueleto no tenía ningún medallón! –exclamó-. Pero Hiroshi no pudo quitárselo. Aunque me lo hubiera ocultado, la abertura que había llegado a hacerle al muro antes de que el fantasma lo atravesara era demasiado pequeña para que ni siquiera un niño hubiera podido cruzarla. Es imposible que Hiroshi entrara en la cámara antes de que lo hiciéramos juntos tras tirar todo el muro. Y no había ningún medallón en el cadáver ni cerca de él.

-Disculpad...

Los tres shinigami se volvieron sobresaltados hacia la puerta de la habitación. Inmersos como habían estado en la discusión, no habían oído entrar a Hiroshi. El joven había cerrado la puerta tras él y se había quedado allí de pie, con un aire sospechosamente avergonzado. No se atrevía a mirar a ninguno de los tres.

-Perdóname, Hisoka... –continuó en voz baja-. No sabía que fuera importante. Lo vi a través del hueco... era lo único de valor que parecía haber en la cámara. Vi también el esqueleto y no me atreví a derribar por completo el muro para entrar allí. Así que pensé que, si era tan valioso como parecía de lejos, podía conformarme con ello. Utilicé mis poderes telequinéticos para soltarlo del cadáver y traerlo hacia mí. Yo... no sabía que era mágico. No sabía que ocurriría esto... Sólo pensé que era una joya valiosa... Lo siento.

Con las últimas palabras, extendió una mano hacia los tres shinigami y abrió los dedos. El medallón de oro y hematites, del tamaño de una moneda, descansaba sobre su palma. La cadena que una vez lo había unido al cuello de Sir James, sellando así su espíritu dentro de su esqueleto, había desaparecido.

FIN DEL CAPÍTULO 18

¿A que no os esperabais esta salida de Tsuzuki? Yo tampoco (je,je). Ya sé que he tardado una eternidad en actualizar, pero he estado siendo víctima del terror de los escritores... No, Hacienda no. El otro terror. El BLOQUEO uuuuuh. Pero ayer experimenté una repentina recuperación, agarré a mi musa por el pescuezo, la até a la pata de la silla y no le dejé ir hasta que me hubo inspirado estas diez páginas. Espero que me perdonéis el retraso. Ya lo he dicho otras veces, sé muy bien lo que es esperar el siguiente capi de una historia que te gusta. ¡¡Gomen nasai!!

(1) Sí, señor, lo habéis adivinado: Gibrel es el nombre hebreo de Gabriel, el mensajero de Yahvé en la religión cristiana.

(2) La Tierra, el mundo de los vivos. La antítesis de Meifu.

(3) El infierno, ¿recordáis?

No tengo ni idea de cómo se llamaba el primer compañero de Tsuzuki, si es que alguna vez se menciona en el manga. Lo he llamado Shinichiro en honor a mi idolatrado Shinichiro Miki, el mejor seiyuu que ha habido y que habrá arrojando confeti y globitos de colores al aire, que, por cierto, es el seiyuu de Tsuzuki . 3 3 3 ais Me encanta su voz... Me encanta él... ¡¡¡Daisuki, Miki-san!!!!

RESPUESTAS A LOS REVIEWS:

(En orden alfabético... más o menos)

¡¡Esta vez 19!! ¡¡Yiiiiiiii!! ¡¡Soy feliiiiiiiiiiiiiiiz!!

Acelama.- Gracias por aclararme lo del monólogo. Aunque voy a tener que esperar lo suyo a que se publique ese volumen aquí. Aún no ha salido el quinto... Qué sacrificada es la vida de la otaku española... snif...

Ayumi Warui.- Espero que ya hayas conseguido hacerte con el volumen 4, el 5 creo que sale en julio (¡¡todavía medio meeeeees!!), pero si no, hay una página donde puedes encontrar los scans de yami hasta el 5 (a medias), aunque en inglés. Es sakura-crisis.net. ¡Gracias por leerme y hasta la próxima!

Duare.- He vuelto a dejarlo a medias, ¿a que sí? Y he vuelto a hacer sufrir a Tsuzuki, esta vez a base de malos recuerdos. Pero tú tranquila, que los dos serán más felices dentro de poco... (eso de "poco" es relativo. Quiero decir que se supone que el capi siguiente será el último... pero, conociendo mi capacidad de síntesis...). El animé de Gravi te lo puedes bajar de Internet, con el e-mule, por ejemplo. Hay buenas subtitulaciones en inglés... no sé si en español. Si no recuerdo mal, son trece capis y dos ovas.

Fujisaki Yami.- De estúpidos comentarios, nada. ¡Que no me entere yo que se habla así de una de mis lectoras! (qué ilusión me hace poder decir eso, jiji). Todas vuestras opiniones son muy importantes para mí. Las críticas constructivas me ayudan a pulir fallos y a mejorar mi narración; y el "jabón" me levanta los ánimos y me da ganas de seguir escribiendo. Así que de estúpidos comentarios, nada de nada . Es cierto que, al principio subía primero los capis en inglés y luego en español, pero era porque esperaba a tenerlos traducidos para poder subirlos a la vez. Normalmente no tardaba más que un día entre uno y otro. Pero últimamente los subo tan pronto termino de darle los últimos toques en español y luego, una vez que los tengo traducidos y "beteados" los subo en inglés. Ojalá pudiera hacerlo más rápido, odio tener que haceros esperar.. me preocupa que os canséis y paséis de leerme. ToT.

Hersey.- He vuelto a retomar el misterio, espero que te haya gustado este capi. Y, sí, he vuelto a hacerlo: cortar en el peor momento... Lo siento, me temo que jugar con vuestra paciencia es parte de mi "estilo literario" (jijiji). En serio, celebro que el pequeño misterio que he creado te haya intrigado aunque sea un poquito. ¡Arigato!

Leuke Selene.- Seguí tu orden (y la de mi conciencia XD) y curé mi síndrome de mente en blanco. Tal vez haya ayudado el hecho de que, cada vez que leo que os zampasteis los 17 capítulos de un tirón, mi musa se pone a dar saltos de alegría. ¡¡Muchísimas gracias!!

Queen Latifa.- ¡Hola de nuevo! Gracias por seguir ahí y sí, me gustó mucho la vaquita. ¡Eres libre de mandarme más cuando quieras! .

Rikku-chan.- Bueno, como has visto Hisoka ha estado "a punto" de lanzarse al cuello de Tsu-chan en este capi . Y, tienes razón, Tsuzuki en las fuentes termales... babas babas. Pero lo que no tiene precio es la carita de Watari y Tatsumi chibis ante esa imagen de Tsu-chan quitándose el albornoz. ¡¡Están tan monos!!

SueHezziel.- ¡¡Gracias!! Eso intento, que no se salgan de personaje. Aunque a veces cuesta, porque me gustaría ponerles a hacer o decir cosas que quedarían muy bien pero que no serían normales en ellos y... en fin. Que es difícil. Me alegro de que me esté saliendo bien, uf. Y no eres la única a la que le da cosa ver a Tsuzuki tan serio. Aunque resulta extremadamente sexy cuando se pone siniestro... juas, juas. Punto dos: el pelo de Hisoka. Me alegra que me hagas esa pregunta (je, je. Siempre he querido decir eso). En este fic no le dará tiempo a que le crezca, pero tranquila, le crecerá. Cortarle el pelo fue un arrebato de última hora, no esperaba que fuera a levantar tanta polémica (jejeje) (mentira, lo hice a propósito). Punto tres: lo de las formas de huir de Tsuzuki no puedo explicarlo, entre otras cosas, porque es parte del misterio que Tsuzuki arrastra durante todo el manga (la verdad es que, no habiendo pasado del volumen 5, sé muy poco sobre el pasado de Tsu-chan, aparte de lo que se cuenta en el animé). Sólo pretendía que fuera una insinuación más sobre ese oscuro pasado del que Tsuzuki siempre parece estar huyendo y que todos tenemos más o menos claro (yo más bien "menos" XD). Así que, lamento no poder complaceros en ese aspecto, milady (jiji). Punto cuatro (¿aún sigues leyendo? ¡qué valor!): Que el fantasma ataque a Hisoka y Tsuzuki... etto... cara de sospecha Tú no habrás estado pisteando entre mis notas, ¿verdaaaaaaaaad? arrojándose prácticamente sobre las libretas de apuntes. poniendo cara de disimulo. En fin, da igual. Supongo que se veía venir (jeje). ¡Mi madre, qué largo me ha salido esto! Espero que no te hayas dormido. ¡Y perdón por el retraso!

Saritakinomoto.- Habrá cara de cachorrito, prometido. ¿Qué es Tsu-chan si cara de cachorrito? Además, ya debe tener agujetas en la cara, de tanto poner cara de seto. Y gracias por trasnochar para leerme .

Selene Sumeragi.- ¡Hola otra vez! ¿Sabes?, me acabo de dar cuenta de tu "apellido". Sumeragi, Sumeragi... ¿de qué me suena? ¿No te gustará Tokio Babilón, por casualidad, verdad? XD. Pobre Hisoka. Todo el mundo pidiéndome que no le haga sufrir tanto y tú, hala, todo lo contrario. ¿No te da penita? A mí no, desde luego XP.

Schatten Wolfendorf.- ¿Sabes que gracias a ti yo también estoy empezando a ver a Tatsumi con otros ojos? XD. Tienes toda la razón con Tsuzuki, yo también estaba harta de verle lloriquear por lo mal que lo trata la vida, por eso decidí darle un par de y hacerle buscar venganza...más o menos. ¿Que por qué más o menos? Bueno, ya lo verás. . Sí, es cierto que no concreté nada con lo de Tatsumi y Watari, pero en realidad estaba pensando en ello. Pues tú me diste la idea . Fue después de leer algunos de tus fics cuando me di cuenta de que realmente hacen buena pareja. No ya porque no haya nadie más con quien emparejarles (si uno junta a Tsu-chan y a Hisoka), sino porque... ¡juer, que hacen buena pareja! Además, el descaro de Watari es un contrapunto perfecto para lo estirado y reprimido que es Tatsumi, ne? Aunque en cuanto a Tatsumi/Hisoka... si me pusiera ahora a desarrollar algo entre ellos, este fic se haría eterno. De todos modos, veo su relación como algo más paterno-filial, ¿no?. Con Tsu-chan está bien, porque casi es un crío –mentalmente hablando-, pero Tatsumi es... demasiado adulto para tener algo con Hisoka. Y no le va a su personaje eso de colarse por un niño. O esa es mi humilde opinión... ¡Ah, y no hay de qué! Tu estilo es fabuloso, es la verdad. Desarrollas atmósferas de lo más gótico con tu forma de escribir, y eso me encanta (el gótico me pierde). Seguiré leyéndote y dejándote reviews. ¡Por cierto, lo olvidaba! El nuevo fic que he empezado a subir (Hikari to Kage) tiene algo de Tatsumi/Watari. Si te apetece (por favor, por favor, por favor) échale un vistacillo, okis?

Voz del silencio.- sí que he visto el animé, pero bajándomelo de Internet primero y comprándomelo en Amazon.com después. Evidentemente con subtítulos en inglés. Pero bueno, si la editorial del manga ve que tiene éxito, igual se animan y publican también la serie aquí. ¡Pero que no la doblen, por favor! ¡¡¡No hay nada como la voz de mi Miki-san!!! Ah, y ya tenemos el segundo de Gravi, aunque para Yami aún tendremos que esperar a julio.

Zekhen-angel and Zekhen.- ¿Te gusta Saiyuki? No conozco muy bien la serie, aunque he visto Reload. Tengo la intención de buscar scans y capis en la red en cuanto termine de bajarme las quince mil series y ovas shounen-ai que tengo en lista de espera en el emule . Lo único que saqué en claro es que voy a reclamar a Hakkai para mi uso exclusivo. XD XD. Bien, volviendo al fic, no habrá necesidad de que entres en el fic a reconciliar a esos dos, aunque sería una experiencia interesante de ver, ¿no te parece? Como Bastian en la Historia Interminable. Con Tatsumi me pasa lo mismo que a ti: cuanto más avanza el fic, mejor me cae. ¡Gracias por leerme!

MUCHAS GRACIAS TAMBIÉN A:

Adry-chan, Aguila Fanel, Kaze-Icesword, Sadame y Zhakdna-yhizet (jopé, menudo nick ).

¡¡Madre mía, las respuestas a los reviews han ocupado casi tanto como el capítulo!! Espero que los de ff.net no me lo baneen por eso.

¡¡GRACIÑAS A TODAS Y UN BESAZO!! Sois las mejores, no me canso de repetirlo...