Bad Luck Tour
Capítulo III Policías y Yuki.
La la la, este capítulo es un total y absoluto PWP (es decir, sin argumento XD) Disfrútenlo. .
Disclaimer: Gravitation y todos sus bishies apetecibles son propiedad de Maki Murakami, ese fanfic fue hecho sin fines de lucro, es simple y ¿sana? diversión. P
Advertencia: Lemon, lemon, lemon.
-¿Sakuma?-murmuró Shuichi parpadeando, se sentía algo nervioso de tener tan cerca de su amigo, quien lo miraba con una expresión un tanto extraña mientras le acariciaba el cabello suavemente.
Ryuichi se acercó más a él, quedando a escasos centímetros de su boca, Shuichi cerró los ojos, sonrojándose, y sintió que se posaba sobre su frente un beso amistoso.
¡Yo arreglaré todo na no da! – exclamó Sakuma tomando su mochila y sacando de ella la gorra, la placa y las esposas que le había quitado a la policía. - El sargento Kumagorou y el policía Ryuichi al rescate- gritó mientras salía corriendo de la habitación dejando a Shuichi bastante confundido, mareado y con ganas de seguir llorando, buscando consuelo posó su mirada sobre la canasta de viandas y se encaminó hacia ella.
-¿Dónde estará Yuki-san Kumagorou?, tú debes saber, por algo eres el sargento- le preguntó a su muñeco quien lucía prendida en el pecho la placa de policía, mientras que Sakuma ya tenía puesta su gorra y le daba vueltas a las esposas con una mano, mientras decidía qué hacer.
¡Ryuichi!- gritó Tatshua saliendo del elevador- ¡por fin te encontré!
¡Tatshua!- exclamó gritando mientras lo tomaba del brazo y lo metía de nuevo al ascensor- tú debes saber donde está el novio de Shu, ¡llévame con él!, ¡es una misión especial!, ¡te lo ordena el sargento Kumagorou!
¡Enseguida!- respondió Tatshua cuadrándose ante su ídolo, no tenía idea de qué sucedía pero el haría todo lo que le pidiera su honey Ryuichi.
En su habitación Yuki empacaba, o más bien arrojaba a la maleta, las pocas cosas que había sacado, estaba más que furioso, muriendo de celos, sintiéndose herido y traicionado. Más le valía a Sakuma no cruzarse en su camino y terminaría en el suelo con su puño estampado en la cara.
Tocaron a la puerta, de mal humor el escritor abrió para encontrarse con la sonriente cara de su hermano.
¡Hola hermanito!, dijo alegremente Tatsuha entrando al cuarto- Ryuichi quiere hablar contigo- anunció mientras se hacía a un lado para dejar pasar al cantante, a quien el rubio lo miró con ira.
-Más te vale que te quites de mi vista Sakuma- gruñó Yuki lanzándole una mirada asesina- ¿qué no tienes algo mejor qué hacer, como acostarte con Shuichi?- le dijo con sarcasmo.
-Todo fue un malentendido- trató de explicar Ryuichi- mi hámster se escapó y entró a los pantalones de Shu-chan, yo lo ayudaba a sacarlo.
-¡Por favor!, es la excusa más estúpida que he oído en mi vida- se burló el rubio- claro que no me debe de extrañar sabiendo de quién viene, ¡ahora largo los dos, me ponen enfermo!- dijo señalándoles la puerta.
-Creo que no va a entender razones Kuma-chan- suspiró Ryuichi moviendo la cabeza- tendremos que tomar medidas drásticas, ¡sobre él!- ordeno a Tatsuha, quien de un salto tiró a su hermano al piso y le esposó las manos por delante.
¡Tatsuha!, ¡qué demonios crees que estás haciendo!- gritó el escritor tratando de zafarse de su hermano- ¡suéltame o te desharé la cara a golpes!- amenazó Yuki furioso.
-Dudo mucho que puedas hacerlo con las manos esposadas, ¡andando!- el moreno lo empujo fuera de la habitación, seguido por un alegre Ryuichi.
Minutos más tarde los tres llegaron a la suite de Shuichi, Yuki se había calmado un poco y a regañadientes aceptó escuchar la explicación de su pelirosado amante. Ryuichi abrió la puerta, los tres entraron y encontraron al cantante acostado en la cama, sollozando en sueños, abrazando la botella, vacía por supuesto, de champaña, con el hámster durmiendo sobre su cabeza. Yuki no pudo más que conmoverse al observar que lo que le había dicho Sakuma era cierto, su novio era inocente y él lo había juzgado duramente.
Bueno- dijo Ryuichi sonriendo inocentemente mientras agarraba al hámster con un movimiento rápido antes de que escapara a través de los barrotes de la cabecera- los dejamos solitos para que se contenten. - Acto seguido, metió al roedor en su jaula y salió de la habitación seguido de Tatsuha, quien nuevamente pensaba en cómo su honey lo recompensaría por haberlo ayudado tan eficientemente.
Yuki se sentó con cuidado en la cama. Al sentir el movimiento Shuichi se incorporó de un salto, la botella cayó al piso y rodó bajo la cama.
¡Yukiiiii!- gritó Shu llorando mientras abrazaba con fuerza al rubio- perdón, no quise ofenderte, pero no hice nada malo, te juro que no, ¡¡¡buaaaaaa!!!, tienes que creerme, todo fue culpa del hámster, me mordió y luego corrió sobre mi cabeza, y..y... ¡Yukiiii!, ¡¡¡no te enojes conmigooo!!!, ¡te extrañé tantoooo!!, ¡¡¡buaaaa!!!
Cálmate, y deja de llorar sobre mí, estás llenando mi camisa de mocos- dijo Yuki con aspecto serio, aunque en realidad no estaba para nada enfadado- Sakuma me explicó todo, creo que el que debe un disculpa soy yo- murmuró suavemente- debí haberte creído y no precipitarme de ese modo a sacar conclusiones. Perdóname, Shu-chan-terminó sonriendo y mirando tiernamente a su amante, quien sintió que una ola de felicidad lo recorría.
Ahora, ayúdame a quitarme esto- solicitó Yuki mostrándole las manos esposadas.
¿Quién te hizo eso Yuki?- preguntó Shu asombrado tocando las esposas.
Tatsuha, Ryuichi le ordenó que me atrapara para que no pudiera irme sin arreglar las cosas contigo, y tú sabes que mi hermano se tiraría a un pozo si Sakuma se lo pidiera-concluyó molesto el escritor. Shuichi no pudo menos que sonreír, realmente Ryu era un muy buen amigo.
- Tatsuha puso la llave en el bolsillo trasero de mi pantalón- indicó Yuki poniéndose de pie de espaldas al cantante- sácala y quítame estas malditas cosas de una vez.
Sí Yuki- Shu metió la mano, tomándose su tiempo para sacar la llave.
Shuichi...deja de manosearme – gruñó el escritor.
No te estoy manoseando- protestó el pelirosa en el tono más inocente que pudo- simplemente no la puedo agarrar- aunque en verdad sí estaba aprovechado para tocar el firme y bien formado trasero de Yuki. Hacía tanto que no lo hacía y era algo que extrañaba. Dándole por último un pellizco tomó la llave y sacó la mano del bolsillo de Yuki. – Siéntate, así será más fácil- le indicó al rubio, quien obedeció y se posó sobre la cama, recargándose en la cabecera para después extender las manos hacia Shuichi, esté comenzó su tarea, que le estaba siendo bastante difícil porque con casi una botella de champaña encima no tenía mucha coordinación en ese momento.
Shu...- comenzó a protestar Yuki, creyendo que lo hacía a propósito-deja de jugar.
No estoy jugando, es que la llave es muy pequeña y no la puedo insertar- explicó el cantante continuando con su tarea.
¡Baka!, ¡apúrate, que me están molestando!-gruñó con impaciencia el escritor.
Es que no puedo Yuki....
Podrías si no te hubieras bebido toda la champaña, ¿por qué siempre haces cosas estúpidas como esas?
.....
Con un movimiento rápido Shuichi alzó los brazos de Yuki por encima de su cabeza y hacia atrás de ésta, hasta que sus muñecas estuvieron sobre la cabecera de barrotes de la cama.
-¡¿Qué demonios haces?!
- Busco una mejor iluminación, ahora, no te muevas.
Click
Una muñeca de Yuki quedó libre.
Click
La misma muñeca quedó esposada de nuevo.
-¿Pero qué..?- exclamó Yuki, inclinándose hacia delante y sintiendo que sus movimientos eran restringidos. Movió los brazos y alzó la mirada, confirmando sus sospechas: Shuichi lo había esposado a la cabecera de la cama.
- Shuichi...- comenzó a decir con voz amenazante.
- No te deberías enojar tanto Yuki- dijo el cantante sonriendo mientras se sentaba a horcajadas sobre la cintura del escritor- te saldrán arrugas muy pronto.-murmuró acercándose al rostro de su amante, tomando una oreja suya entre sus labios, mordiéndola suavemente, arrancando del rubio un placentero gemido.
- ¿Qué crees que estás haciendo?- gruñó Yuki- tratando de zafarse de su atadura, aunque empezaba a considerar como una buena opción quedarse así por un rato.
- ¿Qué te parece a ti que hago?- ronroneó Shuichi sonrojándose, deslizando su lengua por la oreja izquierda de su amante, mientras que pasaba una mano por el pecho del rubio, desabotonando lentamente su camisa, dejando al descubierto la pálida y hermosa piel del novelista.
- Eres tan hermoso- suspiró el pelirosa mirando el pecho descubierto de Yuki para después regresar a ver el rostro de su amante, quien no parecía estar muy contento por ser prisionero- aún cuando estás enojado- susurró Shu mientras rozaba con sus labios los de Yuki, posándose finalmente sobre ellos para darle un beso largo y apasionado, deslizando su lengua dentro de la boca del rubio, explorando, reconociendo esas formas y texturas de las que se había visto privado por tanto tiempo. El beso se volvió más intenso, las lenguas luchaban entre ellas para obtener el control, hasta que finalmente, se separaron para tomar aire. Jadeando, Shuichi comenzó a besar el cuello del escritor, lamiendo su piel, chupándola hasta dejar marcas sobre ella, continúo su camino hasta el pecho de Yuki, donde a mordió delicadamente uno de sus pezones.
-¡Ah, Shu!-gimió Yuki ante la caricia, sintiendo endurecer su entrepierna. El cantante también lo percibió y prosiguió a besar el otro pezón, succionándolo hasta hacerlo endurecer. Cuando ambos estuvieron erectos, siguió bajando por el pecho de su amante, hasta el ombligo, delineando su forma con la lengua, chupando un poco de la piel que lo rodeaba.
Yuki se sentía crecer más y más conforme Shu se aproximaba a su miembro, cómo deseba ponerle las manos encima al pelirosa, si estuviera libre, ya lo tendría debajo de él, haciéndolo gemir. No es que se quejara de las habilidades de su amante, pero generalmente prefería estar en control, ya se vengaría en cuanto lo soltara, por ahora disfrutaría de las caricias de Shuichi, quien estaba desabotonando el pantalón del escritor, después bajó el cierre y le quitó la prenda, arrojándola al piso, quedando Yuki sólo en ropa interior, debajo de la cual se veía la prueba de su excitación. Shuichi se sentó en la cama y contempló a su amante, era una visión exquisita, que lo hacía sentirse sumamente cálido, esposado a la cama, con la respiración agitada, dirigiéndole una mirada que le indicaba que más le valía continuar o le haría pagar en cuanto estuviera libre.
El vocalista masajeó los muslos de Yuki, frotando con especial atención la parte interior de éstos, rozando de vez en cuando la virilidad del rubio, quien se agitaba violentamente con el toque de los delgados dedos de Shuichi. Por fin el cantante tuvo compasión de él, y lo despojó de la ropa interior, liberando el goteante miembro de su amante.
Torturando a Yuki, lamió suavemente la punta de su masculinidad, probándolo, mientras que con la mano lo recorría delicadamente de arriba a abajo.
Mmm...-se quejó el rubio, sintiendo que no soportaba más esa clase de provocación -Shuichi....por favor....-murmuró con la voz grave, llena de deseo.
El cantante se estremeció al oírlo, y decidió complacerlo, sujetó firmemente su miembro con la mano y procedió a devorarlo, llenando su boca con él para después sacarlo y meterlo de nuevo. Con la boca aplicaba una presión perfecta mientras que con la lengua lo acariciaba. Yuki cerró los ojos y comenzó a respirar agitadamente, gimiendo, sus caderas se movían inconscientemente, buscando tener más contacto con el pelirosa. Era delicioso, estar rodeado de esa humedad, de ese calor, además del estímulo que recibía con la mano, era una sensación que lo estaba volviendo loco, la dulce boca de su amante lo internaba en él, cobijándolo, excitándolo. Shuichi sacó el miembro de Yuki de su boca y, envolviéndolo con una mano, empezó a frotarlo de arriba abajo, mientras que con la otra acariciaba sus testículos, lento al inicio, aumentando la velocidad, mientras que chupaba la punta del miembro de Yuki, que comenzó a llenar su boca de un líquido semi amargo.
¡Más!-ordenó el rubio-¡más fuerte!- Shuchi succionó con más fuerza, sin dejar de mover la mano.-¡Sí!- gimió Yuki, movimiento más las caderas, sintiendo que estaba a punto de terminar- ¡más Shuichi!, ¡no te detengas!, ¡ah!, así, sí, sí- exclamó Yuki, quien con una última chupada, arqueó la espalda y se vació en la boca de su amante, éste trató de beberlo todo sin conseguirlo. Gotas de semen resbalaron de su boca por toda su barbilla. Cuando sintió que el rubio había terminado, retiró la boca de su miembro, no sin antes darle un último apretón con la mano, que causó un gruñido por parte de Yuki y una risita en Shuichi al escucharlo.
Yuki se recostó en la cabecera de la cama, disfrutando de la relajación que seguía a la culminación y la satisfacción de su deseo. Shuichi trepó sobre él, abrazándolo por el pecho, dándole tiernos besos en la cara y ronroneando de contento como un gatito por estar al lado de su amante de nuevo. El escritor se habría sentido contento por completo de no ser porque recordó que estaba prisionero, y ese pensamiento lo hizo empezar enojarse.
-Shuichi, ahora que te has divertido haz el favor de quitarme estas cosas- le indico con tono molesto moviendo las manos esposadas- no me agrada estar así, anda, no me mires de ese modo y muévete- le urgió enfadado.
El pelirosa frunció el ceño y bajó de la cama, mirando molesto al rubio- ¿Quién dice que me he divertido?, te recuerdo que el único que la ha pasado bien hasta el momento has sido tú- le indicó señalando su propia entrepierna, en la que se veía la evidencia de su deseo insatisfecho- En cuanto me divierta yo-comenzó a decir poniéndose más rojo de lo que ya estaba a causa del alcohol- te soltaré- concluyó con una sonrisa mientras con una mano abría el cajón de la mesita de noche, extrayendo una caja que enseguida reconoció el escritor: era de lubricante, de la marca que siempre usaban ellos. Entonces tomó conciencia de lo que Shuichi estaba planeando, esa noche estaba decidido a tener control total, y él no podría hacer nada para impedirlo. Esa perspectiva, lejos de enojarlo, lo excitó, ver a su amante actuando tan atrevido, siendo que generalmente se mostraba tímido y llorón, con una mirada que le indicaba que lo poseería por completo, y tan seguro en sus acciones era algo nuevo, y agradable, a futuro recordaría tener siempre en el refrigerador una botella de champaña para cuando quisiera que saliera el lado echii del cantante.
Shuichi sacó el tubo de lubricante de su empaque, y, sin dejar de dirigirle a Yuki la mirada más sexy y atrevida que pudiera recordar, volvió a subir a la cama. – Lo compré especialmente para ti- murmuró al oído del rubio- sabía que pronto vendrías a visitarme- continuó hablando en un tono de voz bajo, sensual, en nada parecido al modo chillón en que generalmente se expresaba-no puedes pasar mucho tiempo sin tocarme, sin hacerme tuyo, al igual que yo no puedo vivir sin ti -concluyó mordiendo despacio la oreja izquierda de Eiri, deslizando a continuación la lengua sobre ella. – Te amo- susurró, volviendo la cara para mirar los dorados ojos de su amante, donde veía el deseo propio reflejado. – Y yo a ti-
La bocas se unieron nuevamente, ansiosas, exigentes, probando y recorriendo, las lenguas entrelazadas, unidas en una batalla de pasión. Continuaron devorándose mutuamente hasta que al aire les faltó. Shuichi se separó de Yuki, sentándose en la cama, sin perder contacto visual. Sus dedos tocaron ansiosos los botones de su camisa, desprendiéndose de ella con movimientos lentos, sensuales, haciendo que la prenda rozara poco a poco su piel hasta abandonarla por completo, cayendo al piso, uniéndose a la ropa del escritor. Después siguió con el pantalón, bajando el cierre despacio, al terminar se puso de pié y empujo con movimientos pausados la ropa, hasta que estuvo en sus tobillos, alzó un pié, después el otro, el pantalón siguió el mismo camino de la camisa. Sólo quedaba la ropa interior, unos boxers negros ajustados, Eiri no podía apartar la mirada del delgado cuerpo de Shuichi, quien terminó de desvestirse, permaneció de pié un momento, para que su amante terminara de contemplarlo, sintió que se le encendía la cara y se sentó nuevamente, tomó entre sus manos el rostro del rubio y le dio un beso, delineando la forma de sus labios con la lengua.
Se separó, recorriendo con las manos la suave piel de Yuki, hasta colocarse entre sus piernas, el escritor la separó para permitirle un mejor acceso. El tubo de lubricante fue abierto. Todo era como un sueño, no podía creer que su tímido Shuichi lo hubiera esposado y se preparara para penetrarlo, y tampoco podía comprender cómo es que se estaba dejando hacer todo eso tan mansamente. -¡Ah!- exclamó Eiri al sentir un dedo resbaloso del cantante entrar en él, moviéndose, preparándolo, invitando a otro a unírsele para hacerle un espacio en ese lugar tan privado y estrecho en el que pocos habían estado. Sintiendo que ya estaba listo, después de esparcir una generosa cantidad de lubricante sobre él, Shuichi, tomó con una mano su goteante miembro para dirigirlo hacia la entrada del novelista, mientras que con la otra sujetaba la virilidad nuevamente endurecida de su compañero. Lento, muy lento, se fue abriendo camino en ese pasaje caliente y angosto. Yuki frunció el ceño al sentir la intrusión, no es que fuera muy grande, pero no estaba acostumbrado a ser el uke. Shindo gimió cuando se encontró completamente alojado en su Eiri, envuelto por el ser cálido y delicioso de su amado, necesitaba más de ese contacto, los dos hombres jadeaban, mirándose a los ojos, sonriendo, con el rubor cubriendo sus mejillas, Shuichi comenzó a moverse, lentamente primero, después más y más rápido, mientras que frotaba la virilidad del escritor.
-Ah..Yuki...-gimió el cantante cerrando los ojos, concentrándose por completo en su actividad y en la sensación de culminación que comenzaba a invadirlo.
-Shuichi....
-Yo..no..ah...ah...no puedo..aguantar más...-expresó con la voz ronca, acelerando la velocidad de su cadera, entrando y saliendo más y más de prisa del escritor, que comenzó a estrecharse alrededor de él.
-¡Yuki!-exclamó dando una última embestida, vaciándose en el interior de su hermoso amante, apretando su miembro con la mano, consiguiendo que se le uniera poco después, salpicando su pecho con su semilla.
Con la respiración agitada, y sintiendo que el corazón se le iba a salir, Shuchi se desplomó sobre el rubio, por unos momentos, no fue consciente nada más que de la nube de placer que envolvía su cuerpo cubierto de sudor y semen. Poco a poco fue volviendo a la realidad. Se incorporó un poco para salir de Eiri, quien lo miró satisfecho. El pelirosa se acostó junto a su novio y lo abrazó, permanecieron así un rato hasta que el tintineo de metal le hizo recordar que el escritor estaba esposado a la cama.
-¿Ahora si me vas a liberar o es que tienes planeado algo más para mí, Shuichi?- preguntó el rubio con tono divertido en la voz.
Sonrojándose, Shindo volteó a verlo y le dio un beso rápido en los labios. –Es suficiente por hoy-declaró contento- ya te voy a soltar- dijo mientras iba por la llave.
Muy bien- respondió Eiri, su mente trabajando en cómo se vengaría del pequeño en cuanto estuviera libre. Por supuesto que las esposas estaban incluidas en el plan.
Yuki...- una voz temblorosa lo sacó de sus cavilaciones.
¿Qué pasa Shu-chan?
Este....creo que perdí la llave.
¿Cómo que la perdiste?- exclamó el novelista poniéndose furioso.
Es que no recuerdo dónde la puse....
Shuichi..... ¬¬
¡¡¡Buaaaa, Yukiii, no me mires asíiiiii. TT.
Fin del capítulo.
Notas: Echii pervertido. Uke la persona pasiva dentro de la relación.
Bueno, hasta la próxima. D Que hay lemon, digo, historia para rato en este fic. XD
