Título: Bad Luck Tour.

Capítulo IV "De noche en la ciudad"

Autor: Geisha Sakura

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Clasificación: NC-17

Advertencias: Lime P, sí lo siento... este fic se está rebelando y se niega a ser una sucesión sin sentido de lemon, hasta trama pretende tener, por lo que este capítulo no tiene muchas cosas pervertidas. ¡Hey no se vayan! Sigan leyendo. XD

Disclaimer: Gravitation y todos sus bishies apetecibles son propiedad de Maki Murakami, este fic fue hecho sin fines de lucro.

Ryuichi cerró tras de si la puerta de la habitación donde estaban Shuichi y Yuki. - Ojalá que se reconcilien, después de todo fue en parte mi culpa- meditó mientras lanzaba sobre su cabeza y volvía a atrapar a su conejito de felpa una y otra vez.

Tatsuha lo contemplaba en silencio, maquinando cosas pervertidas, cosas que haría en cuanto Ryu-chan se diera la vuelta y él pudiera ponerle las manos encima. Después de todo, estaba en deuda con él, lo había ayudado fielmente y esperaba su recompensa.

-¡Tat-chan!

- ¿Eh?- la alegre voz de Sakuma lo sacó de sus profundos pensamientos.

- ¿Y ahora qué hacemos na no da?, Kumagorou no se quiere ir a dormir todavía, ¡salgamos a dar una vuelta por la ciudad!- gritó alegremente mientras jalaba al sorprendido Uesugi dentro del elevador, apretando después el botón que los conduciría a la planta baja.

K estaba el amplio y lujoso lobby del hotel, sentado en un cómodo sillón mirando la televisión, desviando de vez en cuando la mirada para asegurarse que ninguno de sus músicos quisiera escaparse para irse de juerga por ahí, no señor, él lo había prohibido, al día siguiente tenían compromisos importantes que cumplir, como otro concierto masivo y reunión con el club oficial local de fans de Bad Luck. Más les valía a todos quedarse como niños buenos en sus habitaciones o su pistola se encargaría de recordarles que tienen que obedecer, pensó contento volviendo su atención a las noticias de la noche, donde hablaban, por supuesto, de Bad Luck.

Ryuichi se escondió detrás de una planta, con Tatsuha a su lado. Había visto a K con cara de pocos amigos y pistola en mano vigilando las puertas de salida. Seguramente no lo dejaría ir a divertirse, pensó con tristeza.

K-san es malo, no da...- murmuró Ryuichi haciendo pucheros y apretando a su conejito contra su pecho- no dejará que salgamos juntos Tat-chan.

Bueno, pues en ese caso puedes ir a mi habitación, tengo algunos juguetes que quiero mostrarte- dijo con fingida inocencia Tatsuha poniendo su mano sobre el hombro de Sakuma, encaminándolo de regreso al ascensor.

Con permiso- dijeron dos mucamas al salir del elevador empujando un carrito de limpieza. Ryuichi las observó un momento, pensativo - ¡Kumagorou tiene una idea na no da!- exclamó de repente soltándose del brazo del menor de los Uesugi, quien ya estaba dentro del ascensor, con un hilo de sangre en la nariz por todas las cosas retorcidas que planeaba hacer en cuanto tuviera a su precioso cantante en su cuarto.

¡Sakuma-san! Espera, gritó mientras salía a toda prisa del elevador, siguiendo a Ryuichi, quien se había ido tras las camareras.

¿No te parece una idea estupenda Tat-chan?- dijo sonriente el vocalista de Nittle Grasper terminando de acomodarse la cofia blanca, colocando después a Kumagorou en el carrito de limpieza.

Este... sí claro...,- aunque no creo que el color melón combine con mis ojos...- pensó Tatsuha mientras se colocaba el delantal, haciéndose un moño con las cintas.

Tras una breve plática con las mucamas, haciendo gala de su encantadora sonrisa y regalándoles fotos autografiadas y pases para un concierto, Ryuichi había conseguido que las dos chicas les cedieran sus uniformes, por suerte eran de estaturas similares a las de ellos, aunque a Tatsuha le quedaba un poco corta la falda.

Y ahí estaban los dos, vestidos con un encantador vestido color melón de mangas abultadas, delantal blanco con holanes, mallas blancas, zapatos negros y con una linda cofia blanca en la cabeza.

¡Listo!- exclamó Sakuma terminando de esconder a su peluche entre los desinfectantes y el plumero- con esto K no nos reconocerá, ¡vamos Tatsuha!, lo conminó mientras avanzaba con paso decidido empujando el carrito. El moreno lo siguió obediente, sin poder dejar de notar que la falda le venía muy bien a su honey, quien lucía sus bonitas piernas en esas lindas mallas. Sintiendo que la sangre comenzaba a salir de nuevo por su nariz, Tatsuha se limpió con el delantal y continuó su camino.

En la recepción K seguía vigilando. No parecía haber nada extraño, los huéspedes llegan a registrarse, algunas parejas paseaban, los bell boys cargaban las maletas, las mucamas hacían la limpieza- Mmm... que mucamas tan altas hay por aquí, aunque la otra pequeña no está mal- todo continuaba en orden, como siempre, pensó satisfecho K, contento de que todos le habían hecho caso, esa noche no habría escurridizos cantantes yéndose de fiesta.

Ryuichi empujó más rápido el carrito, por un momento pensó que los descubrirían, pero por suerte K no se había fijado demasiado en "ellas". Por fin estaban a salvo en el área de servicio.

¡Ahora a cambiarnos y a salir de paseo no da!

¿Cambiarnos?- montones de escenas de Ryu-chan haciendo streap tease pasaron por la mente del joven Uesugi. Sí, podía imaginarlo claramente, su honey quitándose poco a poco el uniforme de mucama, bajando lentamente las mallas blancas por sus bien torneadas piernas, quedando al final únicamente con la linda cofia blanca y el delantal, desnudo debajo de él, sonrojado...esperando a que lo tocara, a que acariciara su suave piel y dijera su nombre ahogado en un gemido...

Tat-chan, te pusiste rojo-, ¿te da pena que Kumagorou te vea mientras de desvistes?- preguntó Ryuichi mientras pasaba la mano por enfrente de los ojos del moreno, quien tenía la mirada perdida y la boca abierta, con un hilo de baba escurriendo- No te preocupes, nos iremos al armario de las escobas para que estés a gusto.

¡¡Noooo!!- gimoteó Tatsuha mientras lloriqueaba por su mala suerte viendo como Sakuma se metía al armario, tan cerca que había estado de ver al cantante desnudo, la ocasión anterior se habían cambiado en el baño y por más que había intentado espiarlo, no había conseguido nada. Resignado se puso de nuevo sus masculinas ropas, pantalón, camisa roja, chamarra de mezclilla azul, y aguardó a que Ryuichi terminara de hacer lo propio.

¡Listo na no da!- dijo alegremente Sakuma, vistiendo nuevamente un informal pantalón de mezclilla azul, playera negra, tenis rojos así como su gorra y lentes negros, para evitar ser reconocido- ¡Vámonos! , gritó jalando a Tatsuha, saliendo del hotel por la puerta de servicio.

La noche era despejada y un viento fresco soplaba. Las calles estaban llenas de paseantes que se divertían en el distrito comercial de la ciudad, haciendo compras, entrando a los restaurantes y cafés o a los teatros y cines. Ryuichi y Tatsuha se mezclaban en la multitud, nadie notaba al pequeño cantante y a su alto compañero. El vocalista iba muy contento comiendo, con un helado en cada mano, uno de chocolate y otro de moras azules con crema, no había podido decidirse entre los dos sabores y el moreno Uesugi le había comprado ambos. Le daba mucho gusto tener el privilegio de acompañar a alguien tan importante como Sakuma-san, aunque eso significara que se quedara sin dinero. Sus escasos ahorros se habían casi acabado en boletos de cine, comida en un restaurante elegante (su honey se merecía lo mejor), muchas fichas para jugar videojuegos, entradas a un parque de diversiones y numerosos bocadillos.

-¿Ya te cansaste Tatsuha?- preguntó el castaño con la boca llena de helado.

- No, para nada - contestó sonriendo.

- ¡Kumagorou quiere ir al karaoke!- dijo señalando con el índice un local que ofrecía dicho servicio.

- Claro, vamos.

Al llegar al lugar, Tatsuha sacó su billetera y con horror comprobó que no le alcanzaba para pagar ni siquiera la mitad de lo que costaba rentar un privado. - Este... Sakuma-san..- murmuró apenado el joven buscando en sus bolsillos traseros alguna moneda o billete perdido, - creo que yo...- se moría de vergüenza, quedar así de mal frente a su dios era imperdonable. Como si le adivinara el pensamiento, Ryuichi sacó un billete que le extendió al empleado que cobraba la entrada- Kuma-chan dice que él invita- sentenció sonriendo ampliamente a su acompañante, quien seguía con la cara roja. – Está bien, pero sólo por esta vez- dijo Uesugi apenado a modo de disculpa.

Ambos entraron al karaoke privado, era bastante amplio, con luces en el techo, y confortables sillones, además de la imprescindible máquina con diversas melodías y un micrófono inalámbrico.

Esto es maravilloso- pensó Tatsuha- tendré un concierto privado.- Sus fantasías se esfumaron cuando Ryuichi le tendió el micrófono- ¡Canta Tat-chan! Kumagorou dice que se ve que tienes talento na no da, quiere oírte cantar- exigió el castaño agitando el micrófono ante el rostro del azorado Uesugi, quien no tuvo más remedio que tomarlo, pararse al frente y entonar cuanta melodía de Nittle Grasper se sabía, es decir, todas, mientras Sakuma coreaba y aplaudía, acompañado por Kumagoruou. - ¡Lo haces muy bien Tatsuha!, sigue así no da!

Después de tres horas y con un monje casi afónico siguiéndolo, Ryuichi salió del karaoke.

-Todavía es temprano, Kumagorou no quiere regresar al hotel todavía no da- sentenció Sakuma a pesar de que su reloj marcaba las 12 de la noche. - Tengo sed, ¡vamos a ese bar a tomar algo!- y nuevamente, como había sido toda la velada, se dirigió corriendo a donde le apetecía, con su inseparable acompañante detrás de él.

El bar era pequeño, pero confortable, con unas luces de neón adornando la barra, la iluminación era tenue, dando una atmósfera de mayor intimidad a sus clientes. El vocalista y el Uesugi moreno estaban sentados en una mesa para dos, sobre altos bancos, frente a un ventanal por el que se apreciaba el decreciente, pero aún existente, tránsito de personas y automóviles por la calle. Las luces nocturnas brillaban, Sakuma parecía absorto contemplándolas, mientras revolvía despreocupadamente con un agitador su cuarto coctel de esa noche, una piña colada servida en el interior de la fruta ahuecada. Tatsuha lo observaba en silencio, tomando un refresco, aunque él bebía desde hacía mucho tiempo, no deseaba causarle una mala impresión a su ídolo. Kumagorou descansaba sobre la mesa, abrazando la cáscara vacía de la última bebida de su dueño.

Ejem- carraspeó Tatsuha para llamar la atención de Ryuichi, quien volteó a verlo- Sakuma-san, quiero decirte que me divertí mucho contigo esta noche- murmuró el moreno sintiendo que se ponía rojo, odiaba estar así, como si no tuviera experiencia ligando personas, pero no podía evitarlo cuando estaba frente a su honey- gracias por permitirme acompañarte- continuó poniéndose rojo- , sé que podrías haber elegido a muchas personas para hacerlo, tienes a miles que te aman... y...

Yo también la pasé bien contigo no da- lo interrumpió Ryuichi sonriendo ampliamente- pero...- su mirada se desvió del rostro de Tatsuha- ... no es verdad que tengo a miles de personas- continuó con una expresión seria, adulta, sus azules ojos se ensombrecieron- es cierto que me rodean los fans y miembros del staff, pero...- su mirada estaba perdida en el paisaje nocturno nuevamente- en realidad a nadie de ellos le importo de verdad... ninguno de ellos sabe quién soy yo realmente. Fuera de mis compañeros de Nittle Grasper nadie me conoce de verdad.

¿Eh?

Es tarde- dijo Sakuma levantándose abruptamente de su asiento- quiero regresar.

Sí claro, este... olvidas a Kumagorou- informó Tatsuha alargándole al conejito.

Gracias- murmuró el castaño tomando a su peluche, abrazándolo fuertemente.

Ninguno de los dos dijo nada camino al hotel. Tatsuha de vez en cuando lanzaba miradas furtivas al ensimismado Ryuichi, preguntándose qué había hecho mal, por qué el cantante se comportaba de esa manera tan seria, nada propia de él. Mientras reflexionaba, avanzaron por un callejón solitario, donde, repentinamente, una figura alta, aproximadamente de 1.80 metros, les cortó el paso.

Disculpen caballeros- dijo en tono burlón un hombre musculoso, con pelo negro, largo y enredado, y ojos malignos del mismo color. El individuo apestaba a alcohol, su ropa lucía rota y mugrosa, así como toda su persona, daba un aire vicioso- me preguntaba si serían tan amables de darme unas monedas para comprarme algo de comer - terminó mientras alargaba la mano.

Dudo mucho que usaras el dinero para eso- dijo Tatsuha encarándolo, situándose delante de Ryuichi para protegerlo del vago- seguramente lo gastarías en más licor. ¡Hazte a un lado borracho!

Sí no da, Kumagoru dice que le caes mal, no quiere hablar contigo.

Qué mal educados- rió con sorna el hombre mientras sacaba una navaja de su bolsillo- ¡yo les enseñaré buenos modales! – gritó lanzándose contra Uesugi. Con un movimiento rápido, él empujó a Ryuichi a un lado, apartándolo del camino del vago al mismo tiempo que se ponía a salvo.

El maleante se tambaleó un instante al fallar su blanco y volvió a la carga, esta vez contra el vocalista.

¡Cuidado Sakuma-san!, ¡argh!

¡Tatsuha!

Tatsuha cayó al suelo, detrás de él se alzó la figura de otro vago, que había estado escondido entre las sombras del callejón, con una pinta igual de peligrosa y sucia que el anterior, con la única diferencia de que era pelirrojo. El hombre sostenía un cuchillo en la mano, goteando sangre por la reciente herida que le había causado al monje en el hombro.

Ahora tú- dijo volviendo su mirada sádica hacia el pequeño cantante al mismo tiempo que blandía la hoja de su cuchillo- quisiera matarte enseguida, pero eres tan bonito que creo que primero me divertiré contigo.

¡Ni lo intentes!- gritó Tatsuha intentando incorporarse, siendo detenido al instante por el criminal de cabello negro, quien de una patada en la espalda lo volvió a tirar, dándole numerosos y furiosos golpes para mantenerlo sometido.

No creo que puedas ayudar a tu amiguito, jejeje, ni siquiera puedes defenderte tú solo.

Ahora, ven acá- indicó el pelirrojo a Ryuichi llamándolo con un dedo - acércate voluntariamente o te atraeré hacia mí ensartado en mi cuchillo.

Sakuma permaneció inmóvil en su lugar, sosteniendo con fuerza a su peluche rosado. Su mirada era desafiante, no pensaba ceder, pero tampoco deseaba que lastimaran a Tatsuha. Éste levantó la cara del suelo en dirección a su honey, temiendo lo peor, sintiendo rabia e impotencia al no poder acudir a rescatarlo.

- Vaya que eres obstinado- gruñó el pelirrojo- bien, entonces yo iré hacia ti- sentenció mientras caminaba con pasos largos hasta plantarse frente a Ryuichi, quien seguía con una actitud impasible. – De verdad que eres lindo- sonrió malignamente mientras sostenía la cara de Sakuma por la barbilla- voy a gozar realmente contigo- murmuró mientras acercaba su rostro al del cantante, dispuesto a darle un beso.

No lo creo, ¡Kumagorou Beam!- gritó Ryuichi lanzando su peluche contra la cara de su atacante, impidiéndole ver, y dándole un puñetazo en el estómago. El vago se descontroló ante al súbito ataque y cayó al piso, soltando su cuchillo, el cantante lo recogió rápidamente y volteó hacia el otro vago, quien tenía un pié sobre la cabeza de Tatsuha. El maleante del pelo negro se sorprendió ante la repentina acción del vocalista, aprovechando que bajó la guardia, Ryuichi lanzó el cuchillo a su hombro, dando en el blanco, consiguiendo que el hombre se hiciera a un lado de Uesugi, quien se incorporó enseguida y volteó para darle una patada en el rostro a su agresor, dejándolo fuera de combate.

¡Ryuichi, atrás de ti! – alertó Tatsuha a Sakuma, quien se quitó justo a tiempo para evitar que el pelirrojo le enterrara una navaja que tenía escondida entre su ropa. El criminal se dio la vuelta enseguida y volvió a lanzarse contra el pequeño cantante.

¡De verdad que no entiendes!- exclamó enojado Ryuichi, lanzando una patada al estómago del vago, que se complementó con el puñetazo que Tatsuha le dio en la espalda.

Como un costal de papas, cayó al suelo el cuerpo sin sentido del maleante pelirrojo.

Tatsuha y Sakuma lo miraron, con la cara roja de ira y respirando trabajosamente por el esfuerzo realizado.

Sakuma-san, ¿te encuentras bien?- preguntó el moreno acercándose hacia el cantante para verificar que no lo hubieran lastimado.

Sí no me ha pasado nada, - contestó Ryuichi mientras se agachaba para recoger a su peluche rosado- ¡pero tú estás herido Tatsuha!- exclamó Ryuichi al ver la camisa empapada de sangre de su compañero- ¡tenemos que llevarte de inmediato a un doctor!

Estoy bien- dijo con un ademán Tatsuha, tratando de quitarle importancia al asunto, pero una punzada de dolor lo hizo esbozar una mueca que no escapó a los ojos de Sakuma.

Vamos Tatsuha- ordenó tomándolo del brazo, guiándolo fuera del callejón- tenemos que curarte.

-¿Estás seguro que puedes tú solo no da?, Kuma-chan dice que te ves un poco pálido, ¿quieres que te ayude en algo?

Ryuichi revoloteaba alrededor de Tatsuha haciéndole toda clase de preguntas respecto a su salud, aunque el doctor del hospital al que habían ido para que curara al moreno había dicho que la herida no era grave, y que con un poco de descanso y medicamentos sanaría en poco tiempo, el cantante estaba muy preocupado por su amigo, se sentía culpable por todo lo ocurrido, después de todo había sido su idea irse de vagos en la noche; nada de eso habría pasado si se hubieran quedado en su cuarto tal como lo había indicado K, quien por suerte ya no estaba en la recepción del hotel cuando los dos había regresaron a las dos de la madrugada.

Me siento bien- sonrió Tatsuha- aunque me sentiría mejor si me pudiera apoyar en ti para descansar mi brazo.

Por supuesto- dijo Ryuichi- acomodando el brazo de Tatsuha sobre su hombro ante la mirada soñadora, y pervertida del moreno, quien aprovecho para acercarlo más a él so pretexto de que se sentía muy cansado y necesitaba recargarse.

Los dos se encaminaron lentamente a la habitación de Shuichi, haciendo pausas a cada momento porque Tatsuha alegaba sentirse exhausto, en esos momentos el moreno aprovechaba para abrazar descaradamente a Ryuichi, quien mimaba y daba palabras de aliento a su amigo herido.

Espero que todavía esté despierto mi hermano, él tiene la llave de la habitación. – dijo Tatsuha parándose frente a la puerta del cuarto del cantante pelirrosa, se disponía a llamar cuando un gemido placentero, que reconoció como de su cuñado, confirmó que Yuki todavía no estaba dormido, de hecho, estaba muy despierto y ocupado en asuntos que Tatsuha no tardó en adivinar que eran al pegar la oreja a la puerta para escuchar bien todo lo que ocurría.

Yukiiii, no te detengas... ah... sí... qué bueno....

¿Tat-chan?, ¿no vas a tocar no da?

Este....

Oh...- murmuró Ryuichi, al acercarse a la puerta había escuchado lo mismo que Tatsuha. se sonrojó levemente alejándose de la habitación, volteando al rostro, con la mirada perdido en el pasillo, mientras abrazaba a Kumagoru- Puedes quedarte conmigo.

¿Eh?

¡Acompáñame no da!, haremos una fiesta de pijamas tú, Kuma-cha y yo- exclamó Ryu-chan sonriéndole a Tatsuha, ¡será muy divertido, comeremos dulces y veremos mis videos favoritos!

Dormir....dormir con Sakuma...- el moreno Uesugi sintió que una oleada de calor invadía su cuerpo, la baba comenzó a salir de su boca así como un fino hilo de sangre de su nariz, síntomas inequívocos de las cosas enfermas y retorcidas que pasaban por su mente.

¡Vamos Tat-chan!- Ryuichi tiró suavemente del brazo de su amigo, conduciéndolo al elevador.

Ponte cómodo no da, te traeré algo de beber del mini bar.

Sí, gracias- murmuró el moreno, sintiéndose sumamente nervioso mientras se sentaba en el sillón, quitándose la chamarra, notando apenado que aún llevaba puesta su camisa manchada de sangre.

Toma- dijo Ryuichi sonriéndole mientras le extendía un vaso con refresco- veré si tengo algo que prestarte para que duermas no da, aunque Tat-chan es demasiado grande, no le quedará la ropa de Ryu-chan- meditó pensativo mientras iba su cuarto, siendo seguido por la mirada lujuriosa del moreno Uesugi, quien tomó nota mental de dónde dormía el cantante, por si acaso se le ofrecía algo en la noche.

Tatsuha se quitó la camisa, tocando su herida vendada en el hombro, a pesar de los analgésicos aún le dolía, aunque no le importaba, haría lo que fuera por su honey.

Tat-chan- ¿aún te molesta?- Ryuichi miraba a Tatsuha con una expresión preocupada, sosteniendo en los brazos una enorme playera promocional del Tour de Bad Luck.

No es nada grave.

Pero es mi culpa- susurró el pequeño cantante sentándose junto al moreno, tocándole el hombro herido- perdón- dijo dándole un suave beso en la mejilla.

Ryuichi... - murmuró el moreno acariciándole el rostro con una mano, atrayéndolo hacia él, depositando un beso en sus labios, acercándolo más con la otra mano, frotando su espalda, tomando su cintura.

El beso comenzó como algo suave, pero fue subiendo poco a poco de intensidad, Tatsuha acarició con su lengua el interior de la dulce boca de Ryuichi, quien sabía a piña colada. Era todo un sueño hecho realidad, estar en la habitación de su ídolo, acostado junto a él en el sillón, acariciándolo, quitándole la playera, recorriendo su suave piel, besándole el cuello, el pecho, lamiendo sus pequeños pezones hasta dejarlos duros, escuchando sus gemidos, viendo su hermoso rostro sonrojado, tocando su creciente erección, la fantasía de Tatsuha ahora era verdad.

Olvidándose por completo de su hombro lastimado, Tatsuha se concentró en tomar todo lo que podía del pequeño cantante, acariciando todo su cuerpo sin separarse mas que por breves momentos de sus labios. Con ágiles dedos comenzó a desabrochar el pantalón de Ryuichi, bajando lentamente el cierre, introduciendo luego una mano bajo la ropa interior para palpar su virilidad erecta.

-¡Tat-chan!- gimió Ryuichi al sentir el contacto- escuchar su nombre con esa nota de placer en la voz de su amado sólo hizo que la excitación del moreno creciera. Por fin iba a poseer ese cuerpo pequeño y delicado...¿delicado? El recuerdo de Sakuma golpeando al vago en el callejón vino a su mente, su ídolo tenía una expresión fiera y seria, a esa imagen la sucedió una de Ryu-chan sonriendo inocentemente con un helado en cada mano, y ahora, contempló el bello rostro que tenía cerca de él, estaba con un hermoso y complaciente Ryuichi. "Nadie me conoce de verdad" , esa enigmática frase que el cantante pronunció en el bar resonó en su cabeza.... ¿quién era Sakuma Ryuichi?, ¿cuál era su verdadero rostro?, él tampoco lo sabía. Tatsuha se quedó quieto, suspendiendo sus caricias. Él, quien se decía ser el mayor admirador y conocedor de Sakuma, no era diferente de todos los demás miembros de las multitudes sin nombre que lo clamaban en los conciertos.

¿Tatsuha?

Yo...lo siento...-murmuró el moreno quitándose de encima de Ryuichi,- no quiero ser como los demás...no quiero hacer esto sin antes haberte conocido de verdad... perdón... espero no ofenderte- Uesugi lanzó una mirada furtiva a su ídolo, quien tenía una expresión un tanto confundida.

Me has sorprendido- dijo con voz suave Sakuma, levantándose del sillón, parándose frente a Tatsuha - pensé que eras un alocado adolescente calenturiento, no me esperaba esto. Sonrió tímidamente.

¿Sakuma?

Pero... no irás a dejarme así, ¿verdad?, sería muy descortés de tu parte-murmuró el cantante con voz sexy esbozando una sonrisa pícara mientras tomaba la barbilla de Tatsuha con la mano, deslizando un dedo por los labios entreabiertos del moreno y señalando su erección que clamaba ser atendida.

Por supuesto- sonrió Tatsuha maliciosamente, chupando el dedo de Ryuichi para después posar una mano sobre su cadera, atrayéndolo hacia él, terminando de bajarle el pantalón con la otra mano, tomando su sexo erguido, introduciéndoselo de inmediato en la boca.

Ah....sí....- gimió Sakuma enterrando los dedos en el cabello negro de Uesugi, disfrutando su la calidez, de su humedad, de su lengua experimentada, que no dejaba de recorrerlo ni un instante, brindándole un inmenso placer.

El moreno tomó su tiempo, quería disfrutar a Ryuichi, y hacer que él disfrutara también, lamió lentamente su miembro mientras lo sujetaba con suavidad frotándolo deliciosamente, las manos un tanto ásperas de Tatsuha ocasionaron que Sakuma sintiera un escalofrío recorrer su espalda y lanzara un gemido bajo y suave, lleno de sensualidad que excitó al moreno. Tatsuha apretó con una mano el trasero desnudo de Ryuichi, y deslizó un dedo dentro de él, ocasionando que escapara de los labios del cantante un pequeño grito de sorpresa y placer.

Sakuma movió las caderas hacia adelante, quería más de la boca del moreno, quería que lo aliviara de esa presión que sentía crecer más y más en su interior. Tatsuha entendió su muda súplica y lo complació aumentando la velocidad de sus caricias, chupando con fuerza la punta del goteante miembro del cantante, introduciendo un dedo más en su aterciopelado interior.

¡No te detengas!- gimió Ryuichi con voz sensual, ronca de deseo, sujetando la nunca de Uesugi con una mano, asegurándose que su cabeza no se moviera de lugar, revolviéndole el cabello, mientras que con la otra recorría la amplia espalda del moreno. – La fricción, la humedad, los dedos tocando un punto sensible dentro de él, todo eso fue demasiado, imposible de aguantar más, y arqueando la espalda, Ryuichi se derramó en la boca de Tatsuha, quien bebió todo lo que tenía para darle mientras algunas gotas salpicaban su rostro y el líquido escapaba por las comisuras de su boca. Cuando hubo terminado, sacó el sexo de Sakuma de su boca y observó con reverencia el rostro ruborizado de su ídolo.

Satisfecho, y jadeando suavemente, Ryuichi se sentó en las piernas de Tatsuha, lamiendo las gotas de líquido blanco que estaban en su rostro, intercambiando besos húmedos, lánguidos y sensuales en los que pudo notar su propio sabor, acariciando la piel caliente y perlada de sudor de su improvisado amante. De pronto, el cantante sintió la erección de Uesugi entre sus piernas, atrapada aún en el pantalón.

Tat-chan- ronroneó Sakuma al oído del moreno, quien ese mismo momento sintió que se le erizaba la piel, olvidando todo el discurso que había dicho antes, qué importaba si no sabía quién era en realidad su honey, la mejor manera de descubrirlo sería introduciéndose, literalmente, muy profundamente en su interior.

Sakuma....

¡Buenas noches Tat-chan! – exclamó repentinamente un alegre Ryu-chan, quien se levantó de un salto y se fue muy contento, Kumagorou en mano, a su habitación, cerrando la puerta con pasador, dejando a un sorprendido y sexualmente insatisfecho Tatsuha, dándose de topes contra el sillón, el moreno se maldijo a sí mismo por intentar ser algo más que un adolescente calenturiento. Ni modo... esa noche tendría que aliviarse él solo, como había hecho en otras tantas ocasiones...

FIN del capítulo.

Y bueno... por fin terminé este capítulo, tardé horrores en hacerlo... ¡, aparte de porque estaba trabada en una parte, estoy hasta el tope de trabajo en la uni. --

Espero que les haya gustado lo que escribí, ya saben, pueden mandarme un mail para dudas o sugerencias. :D Gracias a todas las que dejan un comentario.

¡Nos vemos! Espero que pronto... P