Bad Luck Tour

Capítulo VII: "Tan sólo juegos"

06/06/2004.

Autor: Geisha Sakura

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Advertencias: Algo de lime.

Clasificación: PG

" - Me duele- sollozó- Ryuichi eres muy grande, no puedo soportarlo "

Mejor, tontín, imagínate si llega a ser pequeño, que decepción, jejejeje-

Ryuichi siguió leyendo el escrito que tenía entre sus manos, al finalizar, soltó otra risita, dejó a un lado las hojas, y contempló el techo de su habitación, un poco sonrojado.

– Estas fans cada día son más pervertidas- dijo divertido acomodándose en la cama, sus pies en la cabecera, sobre las almohadas- no escribían todo tan detallado en los tiempos de Nittle Grasper, aunque por lo menos ahora me dejan ser el seme, con Tohma siempre me tocaba de uke, jeje- finalizó riendo bajito.

Un movimiento de la cama lo hizo voltear a un lado, donde se encontraba Tatsuha, profundamente dormido de costado, abrazando la almohada, y sosteniendo en la otra mano el control del videojuego que habían estado jugando toda la madrugada, sobre su cabeza, reposaba Kumagorou, cuyos negros ojitos miraban a Ryuichi.

- ¿Te diviertes Kuma-chan?- dijo Sakuma tomando al peluche, sosteniéndolo frente a su cara- ¿por qué me miras así?, ¿Qué te cae bien Tat-chan y piensas que estoy jugando con él? No es cierto no da, no juego con él, solamente quiero saber si sus palabras son ciertas- finalizó entrecerrando los ojos, dándole una mirada furtiva a su durmiente acompañante, quien murmuró algo que le sonó como "my honey" y se dio la vuelta, quedando boca arriba, soltando el control.

Después del incidente en que Tatsuha resultó herido, Ryuichi había decidido no salir más a pasear hasta muy tarde con él, regresaban al hotel antes de la medianoche, claro que no se iban a dormir de inmediato, Sakuma invitaba a Tatsuha a quedarse en su habitación a jugar. La primera vez que se lo dijo, los ojos del moreno se iluminaron y se sonrojó por completo, abriendo mucho la boca y babeando un poco. El pobre se llevó una buena decepción cuando, con una gran sonrisa, Ryuichi le dio el control para que jugara con él un videojuego de carreras de autos. Así estuvieron hasta bien entrada la madrugada, divirtiéndose con el Playstation de Ryuichi, hasta que Tatsuha cayó dormido después de haber perdido irremediablemente contra Kumagorou por centésima ocasión.

A lo único a lo que jugamos Tat-chan y yo es a las carreras, no da- susurró Ryuichi a su conejo, frotando su nariz contra la del animalito.

El cantante se sentó sobre la cama, mirando a Tatsuha, le apartó el cabello del rostro, se veía realmente pacífico así, nada que ver con el adolescente calenturiento que siempre parecía ser cuando estaba despierto. Se agachó para darle un beso en la mejilla, de repente, un ruido de gente discutiendo en el pasillo lo distrajo.

- ¿Qué es ese sonido? Parece Shu-chan gritando, ¿qué le pasará?, ¿le dolerá algo?, ¡vamos a investigar!

Dicho lo anterior, el cantante se bajó de la cama y, Kumagorou en mano, salió de su habitación.

No es nada gracioso- exclamó Shuichi con los brazos cruzados ante las risas de sus compañeros. Todos habían leído el fanfic lemon de Moeko y lo hallaban muy divertido; menos Suguru, quien también estaba enojado y bastante apenado.

Vamos Shuichi, ¿qué tiene de malo una pequeña historia?, es tan sólo un juego- dijo Hiro revolviéndole el cabello a su amigo, sin dejar de reírse.

¡Es que es muy vergonzoso!, y más por que sé que lo escribió después de lo que vio- gimoteó poniéndose rojo de vergüenza al recordar el apasionado beso que se habían dado él y Sakuma- ¡esa niña está loca!, ¡deberían impedir que hiciera cosas de ese tipo!

Estoy de acuerdo con Shindo-san- intervino Suguru- ¡es una falta de respeto a nuestra persona!

Jaja, por lo que veo a los ukes no les agrada nada su papel- dijo K entre carcajadas.

¿Qué quieres decir con "ukes"?

¿Qué no leíste otros fanfics?- Shuichi negó con la cabeza- jeje, pues resulta que en la fantasía de la fans Hiro es el súper seme, y ustedes dos sus ukes, en las historias siempre está con uno, o con otro, si no es que con los dos- finalizó mirándolos con aire divertido.

¿¡Qué!?- Shuichi volteó a ver a su amigo, quien reía un poco sonrojado tapándose la boca con la mano, y se puso más rojo aún al pensar en todas las cosas enfermas y retorcidas que podrían haber escrito las fans acerca de ellos dos.

¡Eso tiene que detenerse de algún modo!- exclamó Suguru tan rojo como Shuichi, por lo visto él sí había leído el resto de las historias donde era la tierna víctima de Hiro- ¡Hablaré con Tohma y él hará que sus abogados les impidan seguir publicando semejantes textos!

Este...- intervino Sakano un algo apenado- Seguchi-san sabe de estas cosas, en los tiempos de Nittle Grasper también había muchos fanfics yaoi entre Sakuma-san y él- informó el productor poniéndose rojo- el jefe siempre pensó que eran un buen síntoma de que eran aceptados entre el público femenino y nunca se molestó por ello.

El tecladista iba a decir algo más, pero cerró la boca y bajó la cabeza en silencio. Shuichi se preguntó si él habría leído esas historias que involucraban a su primo, de hecho, sería mejor preguntarse si no había alguna donde los pusieran a ellos dos de pareja. Por la cara que tenía Suguru, lo más seguro era que sí, ese pensamiento era bastante perturbador.

A Ryuichi tampoco le importa- señaló K encogiéndose de hombros- de hecho le gusta coleccionar este tipo de historias, le acabo de dar éste fanfic para que lo lea.

Shuichi no supo que más decir, los miró a todos con una mezcla de enojo y vergüenza. Hiro, K y Sakano se lo tomaban todo tan a la ligera, ¡como si todo fuera tan sólo un juego inocente!, ¡y ahora Sakuma-san también tenía en su poder ese vergonzoso escrito! ¿Qué cara iba a poner cuando se lo encontrara? Nada más se recordar las sensación de sus labios frotándose contra los suyos, de su lengua acariciando su interior y sus manos vagando por su cuerpo se sentía sumamente incómodo, aunque... no tenía por qué, después de todo había sido una especie de actuación, ¿verdad? Entonces, ¿por qué lo hacía sentirse tan apenado?, ¿realmente le molestaba el fanfic o el hecho de que la idea en el fondo no le parecía tan... desagradable..?

Shuichi..- dijo Hiro en tono apaciguador, acerándose a su amigo, creyendo que su prolongado silencio se debía a que estaba haciendo un berrinche- No te enojes más, ¿si?- continuó poniéndole una mano en el hombro- mira, si tanto te molesta podemos pedirle a la presidenta del club que retire esa historia de la página web, no creo que se niegue, no es más que un pedazo de ficción que salió de la mente de alguien, tú no te has acostado con Sakuma, ni tienes una marca de corazón que revelarás a tu verdadero amor ni ninguna tontería por el estilo. Son tan sólo juegos de las fans ¿cierto? El pelirrosa asintió nervioso, pues había algo de realidad en esa historia.

Por cierto, ¿qué te pasó en el cuello?- preguntó el pelirrojo tirando de la bandita adhesiva que Shuichi se había puesto esa mañana revelando la marca de beso que le había hecho Yuki.

Todos soltaron un grito de sorpresa, Suguru se puso primero muy pálido y luego muy muy rojo.

-¡Shindo-san!, ¡entonces es verdad! Se acostó con Sakuma-san y...y....¡además invitó a esa niña para que los viera!

- ¡Nooooo!- exclamó el pelirrosa mientras se acomodaba a toda prisa de nuevo la bandita, sintiéndose al borde de la histeria.- Esta marca me la hizo Yuki- explicó a toda prisa a sus compañeros, Suguru lo veía como si fuera la encarnación de la perversión- pero como me daba pena que le vieran la tapé con un collar, pero se atoró en el cabello de Moeko y entonces me lo tuve qué quitar, y ella la notó, pero me daba vergüenza que supiera que era, y le inventé que era una marca de nacimiento pero que la tapaba con maquillaje para que nadie la viera, y entonces de ahí sacó esa loca historia de la marca de amor ¿Por qué todos me ven así?, ¡es verdad lo que digo!, miren, aquí tengo otras marcas que me hizo Yuki una noche que tuvimos sexo sin parar- exclamó de pronto subiéndose la playera, exponiendo su pecho, que estaba lleno de diminutas manchas rojas que comenzaba a desaparecer.

¡Shindo-san es un pervertido!- grito Suguru y salió corriendo.

¡Fujisaki-kun! Espera- exclamó Sakano yendo tras él.

K y Hiro los vieron desaparecer al dar la vuelta al pasillo, regresaron a ver a Shuichi y soltaron una carcajada.

¡Es verdad!- seguía insistiendo este, aún con la playera arriba- ¡también tengo otras en el....!

¡No es necesario que las muestres!- se apresuró a decir Hiro, deteniendo a Shuichi de su intento de bajarse el pantalón- ¡te creo, te creo!- asintió frenéticamente.

Jajaja- continuó riéndose K, agarrándose el estómago, unas lagrimitas comenzaban a salir de sus ojos azules- hacía mucho que no me divertía tanto- dijo el manager limpiándose las lágrimas.- Tanta diversión me ha dado hambre, vamos a desayunar- invitó con un gesto a Shuichi y a Hiro, este último se puso a su lado. - ¿No vienes corazoncito?- dijo K guiñándole el ojo a Shuichi, quien se sonrojó por milésima vez en ese rato y bajó la cabeza. – No, vayan ustedes, Yuki me dijo que lo esperara para ir juntos.

Ok, recuerda que partimos en una hora, llega temprano o el autobús te dejará, nos vemos Shuichi, mientras tanto no hagas cosas pervertidas, jajaja.

Los dos hombres de cabello largo se alejaron riéndose, mientras el pelirrosa les lanzaba una mirada fulminante. Después soltó un largo suspiro y se encaminó con paso abatido a su habitación, cabizbajo, arrastrando los pies.

-¡Shuichi!- una alegre, y conocida, voz lo sacó de sus pensamientos. Sakuma san venía corriendo en dirección a él, y de un salto, lo tiró al piso, sentándose sobre su cuerpo. -¡Buenos días no da!, ¿dormiste bien?

- Este... sí...- el pelirrosa evitó a toda costa mirarlo a los ojos- pero tengo que irme- dijo empujándolo suavemente para que lo dejara libre- adiós- murmuró sonrojado y se fue corriendo.

¡Shuichiiii!!!!, ¡esperaaaa!- gritó Sakuma-san persiguiéndolo hasta que estuvo lo bastante cerca como para tomarlo del resorte del pantalón, el cuál, ante un tropiezo de Ryuichi, que lo hizo caer al suelo, terminó en los tobillos de su dueño, quien también yacía en el piso con el trasero al aire.

-¡Aaah!- exclamó Shuichi rojo a más no poder, acomodándose la prenda lo más rápido que pudo, segurísimo de que Sakuma lo había visto, aunque este miraba a un lado mientras silbaba. Kumagorou tenía las patitas sobre los ojos.

- Lo siento no da- se disculpó Ryuichi una vez que la prenda de su amigo estuvo en su lugar- es que me preocupó que no me hicieras caso, ¿estás enojado conmigo?, ¿Kuma-chan te hizo algo?- preguntó con voz infantil y llorona, los ojos grandes llenos de lágrimas.

No, no Sakuma-san, no es tu culpa- trató de explicarse el pelirrosa- es que...me daba pena verte después de lo de ayer y lo del... fan..fic...

¡Ah! Menos mal- suspiró aliviado Ryuichi sonriendo ampliamente- pensé que ya no querías ser nuestro amigo, ¡pero me da gusto saber que no es así!- dijo abrazando a Shuichi, frotando su mejilla contra la de él.

S..Sakuma-san....- murmuró avergonzado Shuichi, alejándose un poco ante la repentina muestra de cariño de su ídolo y la poca importancia que le daba al asunto- yo... quiero preguntarte algo....

¿Qué pasa no da?

Tú...tú no estás molesto... por lo de... ya sabes... lo del beso- terminó bajando la voz a un nivel casi inaudible.

¿Por qué no da?- Ryuichi lo miraba con la mayor calma del mundo, jugando con su conejo, como si le preguntara qué tal estaba el clima. – Los besos son muestras de cariño, y yo te quiero- sentenció feliz- ¡Kumagorou y yo te queremos mucho, porque eres muy bueno no da!- finalizó acercando la cabecita del peluche al rostro de Shuichi, para que le diera besitos.

Jeje- rió aliviado el pelirrosa ante lo dicho por Sakuma y también por causa de las cosquillas que le causaba el animalito- menos mal, creí que podrías estar molesto ya que por mi culpa tuviste que hacer algo tan vergonzoso- dijo una sonriente una vez que el conejo dejó de prestarle sus atenciones y se posó en la cabeza de su dueño.

No fue vergonzoso no da, fue.... tan sólo un juego

¿Eh?

Ryuichi le guiñó el ojo y, dándose la media vuelta, se fue silbando por el pasillo, dejando a Shuichi más confundido que al principio. Él se pasó la mano por la rosada cabellera, preguntándose qué habría querido decir Sakuma.

Quien sabe- murmuró encogiéndose de hombros- pero me alivia saber que no le da mayor importancia al asunto, y yo debo hacer lo mismo, jeje, sí, lo mejor será pensar que todo ha sido como parte de una película, o algo así. Ryuichi tiene razón- se dijo a sí mismo- un beso es una muestra de cariño, y si no me incomodó besarme con él fue porque siempre lo he admirado y ahora tenemos una buena amistad.- Muy seguro de su idea, se fue a su habitación.

Yukiiii, ¿ya terminaste de escribir?, ¿podemos ir a desayunar? Muero de hambre y partimos en poco rato. Yukiii, ¿qué estás leyendo?

El rubio se encontraba en un sillón que daba justo frente a la puerta, leyendo algo en su laptop, que, por la cara que tenía, parecía estar muy entretenido. Con una sonrisa maliciosa, le indicó a Shuichi que se acercara, éste lo hizo, dudoso, se sentó a su lado y fue cuando reconoció en la pantalla de la computadora de Eiri, el infame fanfic de Moeko. El pelirrosa se puso pálido como una hoja de papel y miró a su amante, temeroso de la reacción de éste. ¿Le gritaría?, ¿lo correría de la habitación, celoso de Sakuma?

Y bien virgen Shuichi, ¿qué tienes que decir al respecto?- dijo el escritor un tanto serio, poniendo su laptop en una mesa cercana.

¡¡Yukiiiiiiiii!!- exclamó el cantante poniéndose de pie de un salto, agitando mucho los brazos, hablando atropelladamente, tratando de explicarlo todo antes de que el rubio montara en cólera- todo fue culpa de una niña loca con la que tuve que salir como parte de una promoción de Bad Luck, es una fan de Sakuma y yo, y se inventó toda esa historia que yo estaba leyendo porque tenía la dirección de la página en Internet del club de fans y.... y... lo del corazón fue porque vio la marca porque mi collar se atoró en su cabello, me lo quité y entonces fue cuando lo vio y me dio vergüenza que supiera de que era y le inventé que era de nacimiento y...ahora todos los de la banda lo leyeron... y... ¡¡¡Yukiiiiii, no te enojes conmigo!!- finalizó entre sollozos lanzándose a los brazos del Eiri, quien, extrañamente, no lo rechazó.

Cálmate, baka- dijo en un tono que parecía indicar que se estaba conteniendo de reír- imaginé que algo así habría sucedido, sólo quería ver tu cara cuando te dieras cuenta que lo leí también- finalizó tomando el rostro lloroso de Shuichi entre sus manos.

Yuki...- murmuró el pelirrosa, aún sin creer su buena suerte- ¿no estás molesto conmigo?

No, no es tu culpa tener por fans adolescentes pervertidas- dijo sonriendo, bastante divertido por toda la situación. A Shuichi se le iluminaron los ojitos, y abrazó con fuerza a su amante.

¿Tampoco estás celoso de Sakuma-san?

¿Tengo alguna razón para estarlo? yo confío en ti - susurró en la oreja del pelirrosa- para después darle algunos besos en el cuello, quitando la banda adhesiva, lamiendo sensualmente la marca que le había hecho anteriormente.

Yuki...- gimió Shuichi, sintiendo que todo su cuerpo respondía ante las caricias de su amante, cuando de repente, recordó que sí tenía una razón para estar celoso, renuente, se separó del abrazo y, apenado, miró al escritor- tengo algo que confesarte... verás...yo... nosotros....sí tuvimos algo que ver......

¿Qué quieres decir?- dijo Eiri en un tono bajo, que a Shuichi de inmediato lo alertó de su inminente furia.

Sakuma-san y yo nos besamos- murmuró el cantante, poniéndose rojo de vergüenza, evitando la mirada de gélida de Yuki.

El escritor puso una expresión indescifrable, se levantó del sillón, tomó un cigarrillo y lo encendió, dándole una honda calada. – Espero que tengas una buena explicación- gruñó exhalando el humo sobre la sonrojada cara de su pequeño amante, quien explicó a toda velocidad, lo ocurrido el día de la cita con Moeko, a medida que narraba los hechos, miraba a Eiri, sin adivinar cómo reaccionaría ante la situación, se veía calmado, pero en el fondo podía estar hecho pedazos por su infidelidad.

Y eso fue lo que pasó- murmuró Shuichi finalizando la historia- yo... no te lo quería contar para evitar que tuvieras algún problema con Sakuma... pero... me remuerde la conciencia cuando me dices que confías en mí... y... aunque nadie le ha dado mucha importancia al asunto...yo... quiero que lo sepas...- finalizó con lágrimas en los ojos, seguro de que en cualquier momento su amante tomaría sus cosas y lo abandonaría.

El escritor lo miraba directo a la cara, con un semblante que no mostraba ninguna emoción, de repente, su boca se curvó y comenzó a reír, mientras apagaba el cigarrillo en el cenicero que tenía cerca.

¿Yuki?- preguntó inseguro- ¿acaso se habría vuelto loco?

Esto me confirma- dijo el rubio sentándose de nuevo en el sillón, aún riendo un poco- que tus fans no sólo son unas pervertidas, también están locas, y con razón, ¿de qué otra manera podrían gustarles esas letras tan malas que escribes?- finalizó intentando ponerse serio, pero era evidente que la diversión bailaba en sus ojos dorados.

¡Yukiiiii!- gritó Shuichi feliz, lanzándose sobre Yuki para abrazarlo, éste lo acarició en le cabeza, como a un perrito que ha sido perdonado por un travesura- ¡me alegra mucho que no estés celoso!

Como te dije antes- murmuró el escritor- no tengo ninguna razón.

Pero antes no ponías buena cara cuando te hablaba de Sakuma y pensabas que teníamos algo que ver.

Sí, antes, pero desde que llegamos, Tatsuha se ha quedado con él todas las noches.

¿Tatsuha?, ¿tu hermano?, ¿con Sakuma-san?, pero si el es muchos años..mmm..- no pudo terminar la frase porque Yuki había tomado su boca, besándolo apasionadamente, deslizando su lengua en su interior, probando, reconociendo las formas y sabores que tanto le gustaban.

Yuki...- susurró Shuichi cuando se separaron- el desayuno....

Tengo ganas de comer otra cosa el día de hoy- dijo el rubio mientras lo recostaba en el sillón, comenzando a levantar su playera, dejando la suave piel del pecho al descubierto- quiero comer tus pezones sonrosados, devorarlos como si fueran caramelos- murmuró de manera sensual el rubio, provocándole al pelirrosa una sensación de excitación que lo recorrió de los pies a la cabeza, mientras el calor lo invadía a medida que Yuki lo chupaba con cuidado, mordiendo un poco, soplando sobre sus pezones húmedos de saliva, masajeándolos con el pulgar, dejándolos duros bajo su contacto, para después bajar por su pecho, detenerse a depositar pequeños besos húmedos sobre su vientre, mientras jalaba poco a poco el resorte del pantalón, hasta dejarlo totalmente desnudo

¡Aaah! ¡Yuki!- exclamó Shuichi al sentir como la lengua de su amante recorría su miembro, lentamente, mientras su mano acariciaba el interior de sus muslos, separándolos, buscando su entrada. El pelirrosa se sentía en las nubes ante las caricias del escritor, pero un súbito ruido lo hizo salir de su mundo de sueño.

¡Perdón!- exclamó un avergonzadísimo Suguru, apresurándose a recoger torpemente la pila de papeles que había tirado al suelo.

¡Kyaaa!- gritó Shuichi incorporándose de un salto, para esconderse detrás de Yuki, tomando su playera y colocándose a toda prisa.

K me pidió que te trajera estos documentos del Tour- explicó apurado el tecladista dándose la vuelta- los dejaré aquí- señaló una repisa cercana, donde colocó lo más rápido que pudo los papeles- ¡lo siento!-gritó mientras salía corriendo de la habitación de los dos amantes.

Creo que ahora podrá imaginarse mejor todo lo que lea en el fanfic- dijo Yuki sonriendo maliciosamente a su apenadísimo amante que seguía escondido tras su espalda, hecho bolita.

Ojalá que en la siguiente ciudad no tenga que pasar tantas vergüenzas- gimió Shuichi – este tour parece ser de mala suerte para mí.

Este fue un capítulo intermedio, no pasó la gran cosa, pero bueno, esperen el siguiente, que ya no me falta mucho por terminar. )

Gracias a todos los que leen y comentan este fic.