Por fin!!.. aki está ya el último capítulo de esta historia que ni siquiera llevaba continuación pero por obras del destino siguió y ya me estaba empezando a picar con ella. Espero que disfruten este capítulo que en lo personal me ha gustado muchísimo. Muchas gracias a quienes la han leído y han llegado hasta el final (XD como si fuera mucho). Espero que haya cumplido sus expectativas y sobre todo, que disfruten leyéndola. Gracias a todos y nos vemos en las próximas historias.

Andy

Capítulo 3

La Esencia del amor

- Gracias por venir – dijo Draco al ver que llegaban Harry y Ginny a la cita que habían pactado – sinceramente creí que…

- No creas nada Malfoy, dije que iba a ayudarte y voy a hacerlo. – respondió Harry

- Es solo que… - Draco agachó la mirada cuando se encontró con el par de ojos color chocolate que adoraba

- Calma Draco, no los vamos a dejar solos – terminó Ginny entendiendo lo que Draco quería decirles sin palabras

Minutos después, en el salón de menesteres aparecieron Hermione, Ron, Luna, Neville y un par de chicos más que habían sido participes activos del Dumbledore's Army el año anterior.

- Nos hemos reunido esta noche aquí porque nos hemos enterado de muy buena fuente que los mortífagos planean un ataque a Hogwarts. Voldemort – y todos se estremecieron al escuchar el nombre – ha preparado mortífagos jóvenes, todos pertenecientes a la casa de Slytherin y la mayoría de ellos inconformes con el destino que Voldemort les ha impuesto. Me he permitido citar a dos de ellos aquí, confiando en que están de nuestro lado. Draco, tienes la palabra.

- Gracias Harry.

- ¡¡Cómo pretendes que confiemos en Malfoy!! – reclamó Neville extremadamente furioso – ¡¡después de todo lo que nos ha hecho!!

- Entiendo que no vayan a creerme y no les pido que confíen en mi, efectivamente después de todo lo que por órdenes del Señor Tenebroso tanto Pansy como yo les hemos hecho a muchos de ustedes. Solo les pido que me escuchen al igual que Harry, Ron, Hermione y Ginny lo han hecho y ya después ustedes decidirán.

Todos se quedaron callados mirando a Draco y a Pansy con muchas dudas y reservas. No era fácil confiar en aquel par que se había encargado de hacerles la vida de cuadritos durante todos estos años en la escuela.

- Adelante Draco – dijo Harry ante la falta de comentarios de sus compañeros

- Gracias. Es cierto- comenzó Draco – soy un mortífago y Pansy también lo es, pero no es una decisión que nosotros hayamos tomado. Nuestros padres lo decidieron así influenciados por el Señor Tenebroso. Desde el momento de nuestro nacimiento fuimos tatuados con la marca tenebrosa y, a menor medida, seguimos sus órdenes. Una de ellas es que entre los mismos mortífagos perpetuar la raza de maldad que él pretende crear. Sin embargo no todos estamos de acuerdo. Por él hemos tenido que dejar a quienes amábamos – y diciendo esto miró rápidamente a Ginny que estaba abrazada de Harry escuchando por segunda vez la historia de Draco – y soportar los castigos interminables que él nos proporciona cada vez que algo que ha planeado sale mal. Tiene una fuerza inimaginable y aún no sabemos como, pero puede aplicarnos maldiciones cruciatus a larga distancia. Si hemos acudido a ustedes es porque no queremos ser más sus marionetas, a quienes castiga a placer y voluntad y con quienes hace lo que quiere. Queremos ser libres para hacer lo que queramos y estar con quienes amemos.

Draco guardó silencio. Luna, Neville y los demás chicos miraban a los dos Slytherin sin saber que decir. En los ojos de Draco se reflejaba el temor que tenía por haber contado toda la verdad. Si Voldemort se enteraba de eso, podrían morir.

- Es por eso que los he citado aquí – comenzó a decir Harry terminando con ese silencio incómodo que se había generado después de la confesión de Draco – No podemos permitir que Voldemort siga atentando en contra de tanta gente y hay que detener el ataque a Hogwarts.

- ¿Quiénes son los que abrirán Hogwarts? – preguntó Luna

- ¿Abrir Hogwarts? – preguntó Neville

- En el colegio no se pueden aparecer. Sería muy absurdo que lo intentaran – respondió Luna viendo fijamente a Draco y a Pansy – alguien tiene que abrirles el colegio para que puedan entrar sin ser vistos.

- Los mortífafgos que estamos en Slytherin íbamos a crear un poco de distracción para que los maestros no pusieran atención en el sauce – susurró Pansy

- Ni el bosque prohibido – terminó Draco

- ¿Y cómo atacarán? – pregunt

- Dementores a la cabeza – dijo Draco – dispuestos a besar a cuanto estudiante o maestro de Hogwarts se ponga en su camino.

Un murmullo y grititos de terror se escucharon en la sala. Con los dementores a la cabeza, las cosas se complicarían mucho más. Nadie de los que habían convocado, excepto Harry, sabían crear un pratonus corpóreo capas de ahuyentar a esas terribles criaturas. Inclusive Harry sentía que las cosas se pondrías extremadamente peligrosas de ahora en adelante. No quería que ninguno saliera lastimado, mucho menos cierta pelirroja que era dueña de su corazón.

- ¡¡Eso significa que Dumbledore tiene que saber esto!! – exclamó Hermione - ¡¡No podemos contra Dementores!!

- Tal vez ahora no Hermione, pero podemos practicar, Harry podría enseñarnos, ¿no Harry? – preguntó Neville

- No creo que tengamos mucho tiempo – dijo Harry - ¿Para cuando está programado el ataque?

Pansy y Draco agacharon la mirada y negaron con la cabeza.

- Nadie conoce las fechas. El Señor tenebroso solo nos llama una noche antes de que todo ocurra – dijo Pansy

- Pero ustedes no pueden salir del colegio... – interrumpió Luna

- Nosotros no salimos del colegio. Viene uno de los emisarios a decirnos el plan y lo que nosotros tenemos que hacer – respondió Draco

- ¿Quién viene? – preguntó Ginny

- Colagusano... supongo que lo conocen – dijo Draco

En cuanto escuchó el apodo del asesino de sus padres, Harry sintió como si la sangre le hirviera. Ginny le tomó la mano y el chico de ojos verdes supo que jamás estaría solo, que Ginny entendía su dolor y su odio.

- Es una maldita rata – murmuró Ron

- Sea lo que sea, él es quien nos informa lar órdenes de El Señor Tenebroso – comentó Pansy

- Por eso conoce el sauce y su pasadizo – dijo Hermione como si estuviera pensando en voz alta

- Bien, tenemos que trazar un plan a seguir. Para empezar, hay que informar a Dumbledore – sentenció Harry – y los demás empezaremos a practicar el hechizo del patronus. A discreción buscarán a más gente de sus casas, y esto va para ustedes también Draco, mientras más seamos los que estemos preparados para defender Hogwarts....

- Argh!!!!!

El grito de Draco y Pansy interrumpió a Harry. Los dos chicos se pusieron más pálidos de lo que ya eran. Los demás los miraban asustados, como si fueran a explotar en cualquier momento...

- Dra... Draco?... – preguntó nerviosa Pansy

- Lo se pequeña. Harry, mira esto.

La marca tenebrosa del brazo de Draco estaba de color rojo. Harry lo miró y Draco asintió, no tenían más tiempo.

- Vayan a su sala común, supongo que Colagusano no tardará en llegar. Nosotros nos terminaremos de poner de acuerdo. A las 4 de la mañana nos vemos aquí de nuevo para escuchar lo que les haya dicho el traidor.

Draco tomó a Pansy de la mano y salieron del salón de menesteres. Harry miró a los demás chicos y comenzó a hablar.

- La marca tenebrosa que los identifica como mortífagos estaba de color rojo. Eso solo significa que Voldemort – y al escuchar esta palabra, muchos se estremecieron - acaba de reunir a sus mortífagos. Supongo que ya planean el ataque a Hogwarts. Vayan a sus salas comunes e intenten descansar un poco antes de que regrese Draco. Nos vemos aquí a las 4 de la mañana en punto. Supongo que más profesores estarán aquí.

Los chicos obedecieron y salieron dela sala de los menesteres. Los únicos que quedaron ahí fueron Hermione, Ron y Ginny.

- Hay que hablar con los profesores – dijo Hermione en casi un susurro – Harry...

- Vayan a dormir chicos, yo iré a hablar con Dumbledore

- Yo voy contigo Harry – se apresuró en decir Ginny

- Y nosotros también – completó Ron

- Los necesito descansados chicos. Si es cierto lo que me estoy temiendo, mañana mismo puede ser el día en el que nos enfrentemos por última vez a Voldemort. No quiero que nada malo les suceda, a ninguno de ustedes – y miró tiernamente a Ginny – mejor vayan a dormir

- Pero Harry...

- Por favor Hermione – interrumpió el chico – ande, vayan a la cama.

A los tres chicos no les quedó más remedio que obedecer y salieron de la sala de los menesteres. Harry se quedó frente a la chimenea. Probablemente mañana se decidiría su futuro. Recordaba palabra por palabra la profecía, sobre todo la parte en la que decía que Voldemort o él tendrían que morir. Harry se estremeció de tan solo pensar en lo peor. Si moría podría ver a sus padres y a Sirius. Si vivía podría por fin tener una vida normal y tal vez pedirle a cierta Weasley que se casara con él para formar lo que siempre había anhelado. Una familia.

- No moriré – dijo decidido apretando los puños – no seré yo quien muera.

Segundos más tarde caminaba hacia la gárgola que escondía la entrada a la oficina de Dumbledore. Alguien tenía que armar la estrategia a seguir.

- ¡¡Harry!!

El chico giró y se encontró con un par de ojos color chocolate y una cabellera de un hermoso color rojo. Por dentro se sentía feliz de verla, sin embargo, tuvo que endurecer el rostro y mirarla seriamente

- Les dije que se fueran a dormir

- No pensaba dejarte solo – susurró Ginny

- Voy con Dumbledore, no va a pasarme nada malo

- Harry... sé lo de la profecía.

Harry se quedó callado por un segundo. Estaba sorprendido, cómo era posible que la chica lo supiera. No había manera.

- No te sorprendas, aún no sé porqué, pero me lo dijo Dumbledore justo cuando tú y yo comenzamos a salir

- ¿Y qué más te dijo?

- Solo que me necesitabas a tu lado – dijo la pelirroja sonrojándose

- ¡Dumbledore! – sonrió Harry

- Es cierto que... o Voldemort o tú...

- Eso dice la profecía

- ¡No quiero que mueras! – exclamó Ginny abrazando fuertemente a Harry. El chico le correspondió el abrazo

- No moriré Ginny, tengo muchas cosas que hacer en este mundo... pero si así fuera, no estaría más feliz de morir si muero defendiéndote o luchando a tu lado

- Harry no digas tonterías!! – exclamó Ginny mirando al chico directamente a los ojos – No voy a permitir que mueras. Vamos con Dumbledore

- Si Gin.

Ginny tomó fuerte la mano de Harry y comenzaron a caminar con dirección al despacho de Dumbledore, quien extrañamente los estaba esperando afuera de la gárgola

- Se tardaron un poco – sonrió el viejo mago de tal forma que ambos chicos supusieron que Dumbledore sabía más de lo que aparentaba

- Tuvimos una charla en el camino – sonrió Harry apretando la mano de Ginny

- Tendrán cosas que contarme. Adelante chicos.

Media hora después, Dumbledore seguía escuchando a Harry y Ginny. El director se enteró de todo, desde el rompimiento con Ginny hasta la junta que recién había terminado. El viejo maestro miraba impasible a los dos chicos.

- Y al parecer, Colagusano vino a darles instrucciones señor – decía Harry – creemos que atacarán Hogwarts mañana.

- Entonces tendremos que estar preparados. Necesito que ustedes y los miembros del Dumbledore's Army – y el director sonrió con satisfacción – se encarguen de la defensa del castillo. Los profesores estaremos afuera. Ginny, necesito que no te alejes de Harry en ningún momento

- Si señor...

- Pero señor!! – interrumpió Harry – yo quiero, es decir, debo estar con ustedes y no quiero que lastimen a Ginny.

- En eso tiene razón Señor Potter, usted y Ginny tendrán que estar en la batalla con nosotros

- ¡¡Ginny no señor!!... no quiero que le pase nada

- Tendrás que confiar un poco más en ella, Harry. La señorita Weasley tiene un poder mágico que ni usted mismo lo imagina, señor Potter. Ella tiene que estar con usted, de otra forma, no podrá vencer a Voldemort.

- ¿A qué se refiere señor? – preguntó Harry aún sin comprender muchas cosas

- No necesita entender mucho, Señor Potter. Harry, cuando pelees hombro con hombro con Ginny, sabrás a lo que me refiero

- ¡¡Pero Voldemort puede...!!

- Preguntemos a Ginny si esta dispuesta. Al fin y al cabo es de ella la decisión – terminó Dumbledore

Los dos miraron a Ginny que no pudo más que sonrojarse al sentir la mirada de ambos magos. Los tres sonrieron un poco para aliviar la tensión y Ginny dio un respiro profundo. Su decisión ya estaba tomada.

- Señor, Harry... yo quiero estar en la batalla. No me importa salir herida ni lastimada siempre que pueda luchar a tu lado Harry

- La Señorita Weasley acaba de tomar la decisión señor Potter, hay que respetarla – sonrió Dumbledore satisfecho.

- De acuerdo – dijo resignado pero feliz Harry

- Necesito que organicen la defensa del castillo – dijo Dumbledore más serio – y que me informen lo que ha pasado con Peter y los chicos de Slytherin

- Como usted diga profesor.

Hary y Ginny salieron de la oficina del director y se dirigieron a la sala común de Gryffindor para intentar descansar un poco. Cuando llegaron al interior de la sala, sin decir una palabra más ambos se recostaron sobre el sillón que se encuentra a un lado de la chimenea. Mientras Ginny descansaba tranquila entre los brazos de Harry, el chico de ojos verdes se sentía el hombre invencible. Con Ginny a su lado, las cosas sería mucho más fáciles si tenía que enfrentarse a Lord Voldemort.

A las 4 de la mañana en punto, cientos de alumnos de 4 a 7 Ravenclaw, Gryffindor y Hufflepuff esperaban la llegada de la pareja de Slytherin. Harry sonreía al ver que los chicos estaban dispuestos a luchar por su castillo y por su libertad.

Los minutos pasabn y la desesperación comenzaba a llegar a los alumnos de Hogwarts. Neville y Luna se acercaron a Hermione, Harry Ron y Ginny que discutían si debían empezar sin Draco o esperarlo más.

- Probablemente Voldemort se enteró de lo que estábamos tramando y los ha castigado – dijo Hermione

- O quizá no quisieron venir – comentó el recién llegado Neville

- Draco decía la verdad – defendió Ginny – lo pude ver en sus ojos. No creo que nos haya estado mintiendo

- Ginny tiene razón – continuó Harry – había algo en su mirada que me hace pensar que nos decía la verdad. Hermione puede tener razón, probablemente las cosas no salieron tan bien en la sala común de Slytherin

La puerta de la sala de los menesteres se abrió y apareció Draco seguido de Pansy y un buen número de Slytherin entre los que se podía ver a Zabinni, Crabbe, Goyle y muchos más. Los chicos de las otras casas miraban extrañados a los recién llegados. Draco y su comitiva, por su parte, avanzaron hasta donde estaban Harry y los demás.

- Nos hemos tardado un poco porque tuvimos que neutralizar a Colagusano – dijo Malfoy sonriendo (N.A. Si, he dicho sonriendo)

- ¿Qué le hicieron? – preguntó Ron

- Está encerrado aquí – dijo Pansy enseñando una jaula con una rata terriblemente asquerosa dentro de ella.

- ¡¡Buen trabajo!! – dijo Harry – Ahora hay que comenzar – y levantando un poco más la voz - ¡¡Chicos, regálenme un poco de atención, por favor!!

Un círculo se formó alrededor de Harry que tuvo que utilizar un banquito para que los demás chicos le vieran y lo escucharan perfectamente. En pocos minutos puso al tanto a los alumnos de las intenciones de Voldemort y del peligro que correrían al intentar defender el colegio y su derecho a la vida y a la libertad. Hubo muchos chicos aplaudieron y gritaban que no iban a darse por vencidos.

- Ahora es turno a Draco – dijo por fin Harry – él nos dirá qué fue lo que ha pasado en Slytherin y cuáles son las órdenes de Voldemort

- Gracias Harry – dijo Draco subiendo a otro banquito, justo al lado de Harry – Colagusano, el traidor que ven ahí – y señaló la jaula en manos de Pansy – nos ha dicho que efectivamente...

- ¿Podemos entrar? – preguntó la voz de Dumbledore desde la entrada

- Adelante profesor – respondió Harry.

Detrás de Dumbledore, aparecieron los jefes de tres de las cuatro casas. Snape seguramente estaba con Voldemort para tener el recurso del espía dentro de las filas de mortífagos. Además, la nueva profesora de defensa contra las artes oscuras. Los maestros se acercaron hasta los chicos y esperaron.

- Adelante Señor Malfoy, puede continuar – dijo Dumbledore

Draco comenzó a narrarles la estrategia de Voldemort que no distaba mucho que lo que ya ellos sabían. Los mortífagos jóvenes iban a causar alboroto entre los alumnos de menores cursos y mientras que los profesores trababan de controlarlos, una primera oleada de dementores aparecerían en el colegio. Detrás de ellos, mortífagos lanzando maldiciones imperdonables (en específico Cruciatus y Avada Kedavra) a todo aquel que se pusiera en su camino.

Dumbledeore tomó la palabra para pedirles a sus alumnos que tuvieran cuidado. Explicó entonces que los profesores y la Orden del Fénix se haría cargo de los mortífagos, pero que los necesitaba a ellos como defensa de Hogwarts. No existió nadie en la sala que se negara al mandato de Dumbledore. Todos estaba dispuestos a dar sus vidas si era necesario, pero Voldemort jamás llegaría hasta el colegio.

Eran las 7 de la mañana cuando en Hogwarts reinaba una tensa calma. En el gran comedor, se encontraban los alumnos de 1 a 3, algunos visiblemente asustados y otros con las varitas desenfundadas esperando a que llegara algún mortífago. Un buen número de alumnos de 4 y 5 de todas las casas (los Slytherin se les habían unido por completo) estaban con ellos para defenderles.

Por los pasillos y salas comunes se podían ver grupos de entre 8 y 10 alumnos de las 4 casa haciendo rondas. Todos con las varitas en posición de ataque. Hermione, Ron, Neville, Luna, Draco y Pansy cuidaban la entrada principal.

Afuera, ocultos por un hechizo de invisibilidad creado por Dumbledore, se encontraban todos los maestros, incluyendo a Firenze que había dicho que el enemigo de Dumbledore también era su enemigo. Los miembros de la orden del fénix también se encontraban ahí. Ginny y Harry estaban siendo custodiados por Tonks y Remus. Todos alerta y todos a la espera de la señal de los mortífagos.

- Harry – susurró Ginny – quiero que sepas que eres lo mejor que me ha pasado en la vida

- Ginny, calma, las cosas saldrán bien, no empieces a despedirte

- No me despido... es solo que... bueno si algo llega a pasarme... Harry yo...

- Tranquilízate por favor – dijo Harry tomándola por la barbilla y mirándola a los ojos – todo estará bien. Cuando salgamos de esta, por fin podremos estar juntos sin ningún problema. ¿Te gustaría Ginny? – la chica lo miraba sorprendida - ¿te gustaría que tú y yo...? ¿qué tú yo... bueno... ¿quieres... quieres casarte conmigo?

- ¡¡Ahí vienen!!

La advertencia de Tonks sacó del trance a Ginny y Harry. Los chicos vieron como poco a poco comenzaron a aparecer de entre el bosque prohibido los dementores. El frío de muerte comenzó a sentirse en el ambiente

- Esperen a la orden de Dumbledore para atacar – dijo Remus

Ginny miraba a Harry sorprendida. No sentía la presencia de los dementores, no sentía dolor alguno. Harry le había propuesto matrimonio... ¡¡Matrimonio!!... se sentía la mujer más feliz de todo el mundo.

- ¡¡Expecto Pratomun!!

El patronus de Dumbledore, un hermoso fénix, salió de la varita ahuyentando a los primeros dementores. Segundos después, chorros de luz plateada comenzaron a salir de todos puntos y direcciones. El Ciervo de Harry salió cabalgando a embestir a dos dementores que estaban frente a ellos. Ginny sintió como electricidad comenzó a recorrerle por todo el cuerpo. De pronto, voces y palabras extrañas comenzaron a aparecer en su cabeza. La chica sabía perfectamente qué era lo que tenía que hacer.

- ¡Expecto Patromun! – gritó Ginny

Ante el asombro de Harry, Ginny conjuró un patronun corpóreo perfecto. Era una hermosa águila que comenzó a volar por los aires y llegó a ahuyentar a más dementores y se posó a un lado del ciervo de Harry. El chico miró satisfecho a la pelirroja y le dio un beso de felicidad. Comenzaba a entender lo que le había dicho Dumbledore.

Dado que los dementores no estaban dando resultados, los mortifagos comenzaron a aparecer. La lucha se hizo más encarnizada. El hechizo de invisibilidad desapareció y quedaron todos al descubierto. Harry y Ginny peleaban a la par. Lanzaban los mismos hechizos al mismo tiempo y hasta se movían igual. Era como si Ginny fuera una replica exacta de Harry.

Los chicos sintieron la presencia de Voldemort. Harry miró de nuevo los ojos color chocolate que amaba y la chica asintió con la cabeza. Iban tras él.

Voldemort miraba expectante el ataque de los mortífagos. Las defensas del colegio y el ataque de los miembros de la orden, refuerzos del ministerio y profesores no les permitían avanzar mucho. Sin embargo él tenía un objetivo en la mente: Potter.

Como si lo hubiera invocado, Harry y Ginny caminaban en dirección de él. Voldemort no pudo más que estar satisfecho. El niño era tan estúpido que venía a entregarse a sí mismo.

- Veo que haz traído a mi amiga – dijo Voldemort puntualizando la palabra al referirse a Ginny

- ¡¡Vas a morir Voldemort – dijeron Harry y Ginny al unísono.

- ¡¡Niños estúpidos!!

- ¡¡Avada Kedravra!!

Tres chorros de luz verde salieron de tres varitas. Harry tomó fuerte de la mano a Ginny y cerró los ojos.

Dos días después, Harry despertó con un terrible dolor de cabeza en la sala de terapia intensiva del Hospital SanMungo de Enfermedades Mágicas. Aún no sabía bien qué era lo que había pasado, lo último que recordaba eran los ojos de Voldemort, inyectados de sangre y llenos de maldad y los ojos de Ginny. ¡¡Ginny!!

Harry intentó ponerse en pie pero las fuerzas le faltaron y cayó de nuevo en la cama.

- ¡¡Señor Potter!! – exclamó una enfermera – ¡¡No debe de ponerse en pie, aún está muy agotado!!

- ¡¡Dígame en dónde está Ginny!!

- ¿Quién? – preguntó la distraída enfermera

- ¡¡Ginny!!.. ¡¡Ginny Weasley!! Pelirroja y de ojos color chocolate

- Ah!!, señor Potter ella...

- ¡¡Harry!!

En ese momento, entraron Hermione y Ron, seguidos de Luna y Neville. Los chicos se veían con moretones y vendas por todo el cuerpo, pero inmensamente felices

- Creímos que no despertarías – sonrió Hermione

- ¿Cómo te sientes amigo? – preguntó Ron

- ¡¡Jóvenes, dejen al señor Potter en paz!! – exigió la enfermera, empujando a los chicos hacia fuera de la habitación – salgan de aquí ahora mismo

- ¡¡No, esperen, quiero saber de Ginny, dónde demonios está Giny!!

Pero fue demasiado tarde, la enfermera ya había sacado a los chicos. Harry la miró de mala forma a intentó ponerse en pie de nuevo

- ¡¡Le he dicho que no, señor Potter!! – exclamó de nuevo la enfermera regresándolo a su cama

- ¡¡Necesito saber en dónde está Ginny!!

- ¡¡Ella está...

- ¡¡Harry!!

Ahora la interrupción provino de Tonks que entraba luciendo un hermoso color rojo en el pelo. A su lado, venía Remus, con un brazo en cabestrillo y un bastón

- Señores, les voy a pedir de favor que regresen afuera, El Señor Potter tiene que descansar – ordenó la enfermera

- Solo permítanos charlar un poco con él – suplicó Remus

- ¡¡He dicho que no!! – y la enfermera sacaba de nuevo a Remus y a Tonks

- ¡¡Remus... Ginny... Dónde está Ginny!! – gritó Harry

Pero fue inútil, no logró escuchar la respuesta de Remus. Harry quería matar con sus propias manos a la enfermera.

- ¡¡No puedo creer que no dejen descansar a este pobre chico!! –exclamaba la enfermera hablando sola como si Harry no existiera – después de todo lo que ha tenido que pasar y la gente no entiende que tiene que reposar

- Señorita, dígame dónde está Ginny

- Pero claro, como a ellos no van a regañarlos por la falta de disciplina en este hospital...

- Señorita por favor, respóndame

- ¡¡De seguro me descontarán el sueldo por esto!!

- ¡¡Señorita, Dónde está Ginny!! – gritó Harry logrando captar la atención de la enfermera

- Ah! Si, señor Potter, lamentablemente ella...

- "Señorita Saffron, señorita Saffron, favor de presentarse a recepción

La enfermera sonrió a Harry y salió dela habitación. Segundos después, se abrió la puerta y entró Dumbledore empujando una silla de ruedas con una chica en ella. Ginny

Harry sintió cómo el corazón se le vino al suelo. Estaba feliz de verla viva pero esa silla... ella no podía...

- Hola Harry – saludo Dumbledore – escuché tus gritos y te la traje para que pudieras verla

- Ho.. hola Harry.. ¿te sientes mejor? – preguntó la pelirroja

- Yo estoy bien, un poco débil... ¿y tú?

- Débil también, no logro ponerme en pie – sonrió Ginny

- Pero la señorita Weasley despertó ayer, Harry, es mucho más fuerte que tú y claro está que ella no gritó llamándote por todo el hospital

- ¡¡Tenía que verla!! – exclamo Harry – tenía que saber que estaba bien

- Estoy bien, el doctor me ha dicho que en cuanto recupere las fuerzas podré sostenerme en pie. Supongo que te pasa lo mismo a ti

- Si, no puedo levantarme... – Harry miró a Dumbledore – Señor... qué pasó con...

- Bueno... pasó lo que tenía que pasar – sonrió Dumbledore – Harry Potter y Ginny Weasley son los adolescentes que vivieron

- Eso significa que...

- Si Harry, Voldemort está muerto

- ¡¡En verdad!! – sonrió feliz Ginny

- ¿No lo sabías? – preguntó Harry

- El profesor no había querido decirme nada hasta que tú despertaras – se sonrojo Ginny

- Era algo que tenían que saber juntos. Juntos lo derrotaron y juntos tenían que saber de su victoria.

- ¿Cómo pasó? – preguntó Harry – es decir, cómo es que salimos vivos

- Ah! Una interesante historia. Cuando ustedes llegaron frente a Voldemort y lanzaron las maldiciones, y al tomarse de la mano, como me ha explicado Ginny, crearon un escudo mucho más fuerte que el que tu madre dejó en ti Harry. Formaron un escudo de esencia de amor. Eso repelió el ataque de Voldemort que en lugar de recibir sus dos fortísimas maldiciones recibió tres. Él cayó muerto y ustedes inconscientes. Cuando los mortifagos vieron que su amo cayó vencido, intentaron escapar pero no se los permitimos. Y ahora estamos aquí.

- ¡¡Usted lo sabia!! – exclamó Harry – por eso le pidió a Ginny que no se separara de mi

- El amor verdadero lo vence todo Harry – sonrió Dumbledore

Los chicos se sonrojaron. Dumbledore rió divertido al ver la escena y disculpándose se retiró de la habitación. Afuera, dejo órdenes estrictas de que no los molestaran.

Ginny se acercó hasta la cama de Harry y le tomó la mano. Ninguno de los dos sabía que decir

- Gracias Ginny – dijo Harry

- ¿Gracias por qué?

- Por todo. Sin ti no habría podido vencerlo

- Fue un placer luchar contigo. Espero que jamás volvamos a repetirlo.

- ¿Tuvimos alguna baja?

- Ninguna afortunadamente.

- ¿Los chicos de Slytherin?

- Todos bien y sanos. La mayoría disfrutando de un merecido descanso

- ¿Draco?

- Está con los tíos de Pansy. Ellos decidieron seguir juntos, creo que se quieren de verdad

- ¿Y nosotros? – sonrió pícaramente Harry

- Aquí, recuperándonos del ataque – correspondió la sonrisa Ginny

- Y... ¿recuerdas mi propuesta?

Ginny se sonrojó. No esperaba que el chico recordara lo que le había dicho antes de que comenzara la batalla.

- Er... si...

- ¿Si la recuerdas o si la aceptas? – sonrió Harry apenado

- Si a las dos – sonrió Ginny

Ginny se acercó hasta Harry para darle un beso que confirmaba que lo amaba más que a su vida.

Fin.


Nota de la Autora

Si, ya se que quedó bastante cursi... pero ps' así soy yo!!! Cursi hasta la médula. Esta capítulo quedó largo porque no quería hacer un cuarto capítulo, la razón: Ya me estaba gustando en demasía la historia!!... y ps' tengo que terminar "Amor en tiempos de Escuela" porque tengo ya dos nuevos proyectos en mente que ocuparán mi tiempo, una es mi versión del Príncipe Mestizo que ya saben que llevará por nombre "Harry Potter and The Heir's Legend" y la otra es una historia que se me ocurrió apenas y que trataremos de escribir entre varios chicos a ver cómo sale... en fin, espero que hayan disfrutado del último capítulo de esta historia y nos vemos Pronto.

Andy