- ¡Pansy! ¡¡Quieres  hacer el favor de esperarme!!- La chica se paró y volteó para ver quien la había llamado repetidas veces…

- ¡¿No entiendes que quiero estar sola?!- la chica estaba muy nerviosa.

- ¡No!- la chica se paró delante de Pansy.- Sabes, si no creyera que no estás loca, no vendría. Así que hazme el favor de escucharme.

Pasny miró a Nayra un poco desconfiada, pero al fin aceptó.

- Será mejor que vayamos a un aula vacía - dijo Pansy mirando alrededor, donde había un par de Gryffindor's husmeando.

- ¿Por que crees que él te ha dicho que no?

- No lo se…

- Pansy piensa un poco… ¿Por que crees que no te ha querido ayudar en el trabajo de Defensa?

- ¡Dímelo tu que eres su prima!

- Eh… esto… si… Te ha rechazado como compañera, porque hay alguien que quiere… quiere estar contigo.

- ¡¿Qué?!

- Pues eso - Nayra seguía con su tono habitual.- Que hay un chico que va por ti… y él lo sabe…

El silencio inundó el aula. Durante las clases del primer día, en Defensa Contra las Artes Oscuras, la nueva profesora, Werna, les había puesto un trabajo en parejas que ellos mismos habían de escoger. Así, empezaba a conocer un poco a los estudiantes.

.-.-.-.-.-

- ¡Hurón de las narices!

- Calla la boca o…

- ¡O qué, hurón!

Ginny y Draco estaban en medio del pasillo que llevaba a una habitación secreta, donde meses antes se había reunido una asociación clandestina para aprender Defensa Contra las Artes Oscuras…

- Sabes pequeña pobretona…- dijo Draco acercándose peligrosamente a la Gryffindor…- Empiezas a hablar como un Slytherin - la chica se descolocó, se esperaba todo menos eso- pero tienes un problema… ¡Ser quien eres!

La chica desenfundó tan rápido su varita que Draco no tuvo tiempo a reaccionar. Ella tiró un hechizo el cual fue parado por una barrera que apareció de la nada e hizo que el conjuro se desintegrara.

-¡¿ Pero… que?!- los dos a la vez miraron hacia su derecha. De ahí aparecieron dos siluetas de dos chicas.

Cuando ellas estuvieron más cerca se puedo saber quines eran.

- ¿Drakín, estás bien?- Pansy se acercó a menos de un palmo de Draco.

- Si, si… ¿pero quien?

- Ella, tu prima, lo ha hecho…pero no se cómo.

- Por hoy no pasará nada, pero ten cuidado con lo que haces…- dijo Nayra a la pequeña Weasley, a quién le paso un escalofrío por todo su cuerpo al ver que Nayra sólo le había advertido.

No había hecho nada más, esa Slytherin era muy rara, pero le daba igual. Se giró e hizo su camino hacia el Gran Comedor.

- ¿Nayra, se puede saber qué has hecho?

- De nada.

- ¿Cómo que de nada?

- Pues que no estaría mal que me dieras las gracias, pero bueno… si me disculpáis tengo que hacer un par de cosas.- dijo Nayra alejándose de Draco y Pansy.

.-.-.-.-.-.-

- Pues eso, sólo me advirtió. Ni reproches ni alzamientos de voz, ni ganas de peleas… sólo una advertencia.

- ¿Gin… seguro que era ella? ¿No lo has soñado?

- Luna, lee mis labios. Me-acaba-de-pasar. – Le marco Ginny como si hablara con un sordo y además tonto…

- Vale, vale, te creo…

- Oye Luna…- un chico de Ravenclaw las interrumpió.- ¿Te importaría que después habláramos?

- ¿Después de que?

- Digo… después de… después de comer ¿Te parece?- Luna asintió y se volvió hacia Ginny.

- ¿Y eso? - preguntó Ginny cuando el chico se marchó.

- No se… parecía que nadie me conocía ¿verdad?- dijo la rubia divertida.

- Vaya, te nos has vuelto una Sex simbol…

- Ja, ja, venga Gin no me hagas reír…- Luna no lo quería admitir pero en menos de dos días ya había tenido que hablar con cuatro personas, de los cuales tres no habían hablado nunca con ella. El cuarto era Harry… para decirle lo del Lago.

Ella casi nunca se había relacionado con nadie, puesto que la veían extravagante, rara y lunática… por eso en vez de Luna la llamaban Lunática Lovegood y aunque no le gustaba, nunca reprochó a nadie por decírselo.

.-.-.-.-.-.-

Alguien había llamado repetidas veces a la puerta, pero Ron no quiso abrir. A la cuarta o quinta vez que la puerta repitió esos dos golpes secos que pedían paso. Él se levantó pesado y sin ganas de abrir, pero esos dos toques secos lo molestaban más que la presencia de alguien.

- Por fin abres…

- Que quieres…- dijo sin dejarla entrar todavía.- No puedes estar aqu

- Ya lo se… pero… sino, nunca te encuentro solo… ¿Me dejas pasar?- preguntó la chica, que más que una pregunta parecía un ruego.

El chico se apartó de la puerta y dejó que la Gryffindor pasara. Ella se sentó en la cama de su compañero, que estaba un poco revuelta de estar él estirado…

- Vaya Ron, se te ve muy bien sin camisa…- Ron iba sin nada en la parte de arriba. Los entrenamientos de Quidditch le habían ayudado a no parecer tan frágil, al contrario, ahora estaba musculado. No mucho, sólo lo justo.

- No deberías decir eso, Herms, Krum te podría dejar.- Era cierto que Viktor Krum y Hermione habían estado saliendo durante el verano. Él la fue a buscar un par de veces a casa de los Weasley para ir a pasar el día solos. Pero al segundo día él desapareció.

- De esto quería hablarte.- Ron se sentó ante las señas de Hermione.- Víctor y yo lo dejamos… bueno yo le dije que me gustaba otro chico y que él sólo era un amigo… que le agradecía los buenos ratos y…- Hermione suspiró y miró por primera vez a los ojos azules de Ron.- Ron… la persona que me gusta… bueno que… eres tu y me preguntaba si me correspondes o no…- en ese momento Hermione volvió a perder el contacto visual con los ojos de Ron. Miró hacia sus pies, que parecían ser más lindos.

Ron tragó saliva… su compañera, para que negarlo, le había gustado desde hacia un tiempo atrás y tenia celos de Krum, por eso evitaba estar sólo con ella.

- Hermione yo… bueno…- Ron empezó a ponerse rojo.- Que a mi también me gustas…

Hermione levantó la vista y vio como tanto ella como él estaban rojos y con una sonrisa estúpida en la cara.

- Bueno… será mejor que baje… si me ven aquí… puedo tener problemas.

Cuando Hermione se levantó Ron la agarró de la mano y se levantó. La abrazo y en un susurro le dio las gracias.

.-.-.-.-.-.-.

- ¡Nayra Malfoy! – una voz que procedía del final del pasillo hizo que la chica se detuviera. Al voltear vio a un chico rubio acercarse a toda velocidad hacia ella.

- Dime.

- Tengo el honor de anunciarte que has sido aceptada en…- el chico no puedo terminar. El dedo índice de la chica lo detuvo.

- No acabes.

- Pero…

- Draco… ¿crees que tu padre me dejará?

- ¿Tus padres te dejarían?- la chica alzó sus hombros.

- No lo se… nunca se lo que han pensado, en realidad… ya sabes que no tenemos mucha amistad… aunque, claro son mis padres y…

- Nayra, hemos hablado ya de eso…- Draco no pudo terminar su frase.

- Señor y señorita Malfoy, vengan.- El profesor Snape se acercó a ellos y les indicó con un gesto que le siguieran.- Alguien quiere hablar con ustedes.

Snape los condujo directo a su despacho. Les hizo entrar y al llegar ahí se encontrar los penetrantes ojos grises y la magnifica cabellera rubia del padre de Draco.

- Padre. - Saludó el hijo.

- Hijo. Nayra. - A cada nombre hizo una pequeña inclinación de cabeza.

Los tres se sentaron.

- Si me disculpan, tengo que dejarlos solos.- Snape se fue cerrando la puerta. Confiaba lo suficiente en el señor Malfoy y en su hijo para dejarlos solos en su despacho para que pudieran hablar con toda tranquilidad.

- Padre, ¿hay algún motivo que lo haya hecho venir hasta aquí?- Draco mesuraba cada una de sus palabras dirigidas a su padre.

- Señor Malfoy…- le interrumpió Nayra.- ¿Le puedo pedir un favor? Es muy grosero viniendo de mi parte y…

- Nayra, pide lo que quieras, eres de la familia…- dijo Lucius cambiando el tono de voz, poniendo una más… más familiar.

- Esto… yo quería…

- Lo que Nayra quiere pedirle, padre, es si puede aceptar hacerse del equipo…

- Bueno, me gustaría que le preguntara a mis padres y que…- Lucius negó con la cabeza y Nayra, como de costumbre, no mostró ningún sentimiento. Ni frustración, ni enfado, ni alegría, ni… nada.

- Ya entiendo… Así pues, Draco, será mejor que busquéis otro encestador…

- No, no entendiste.- Dijo Lucius poniéndose de pie y andando hacia la espalda de la chica. -  Nayra, puedes entrar en el equipo, pero recuerda que no puedo hablar con tus padres. Su trabajo les hace viajar y no he podido hablar con ellos y no creo que ahora pueda.

- Gracias.

- Bueno, venia a proponerles lo del equipo, pero veo que los entrenamientos y las pruebas de selección se me adelantaron.

.-.-.-.-.-.-

El día transcurrió sin más para los Gryffindor's. Ya por la noche en su Sala Común, Hermione y Ginny hablaban sobre alguna tarea y Ron y Harry jugaban una partida de Ajedrez Mágico.

- Ron, te toca…- Harry estaba arto de esa frase, había tenido que decirle que le tocaba tirar a él a cada jugada y aun así, el pelirrojo ganaba.

- Eh… si…- Ron movió un caballo que mató la reina de Harry y luego volvió su mirada a esas dos chicas que hablaban sobre algo muy entretenidas.

- Ron… ¡¡Ron!!- el pelirrojo, definitivamente se había perdido en su universo.- ¿Herms, Gin, podéis venir?- Las chicas se acercaron y Ron no las perdió de vista.

- ¿Qué pasa Harry?- pregunto Hermione al llegar.

- Nada, sólo quería comprobar una cosa.- Y volvió a mirar a su amigo.- ¿Ron, quieres que juegue Gin o Herms en vez de yo? Es que a lo mejor no te tiene que avisar.

- ¿Eh?- Ginny y Hermione sonrieron divertidas.

- Que te toca…- Hermione se sentó en el brazo de la butaca donde estaba Ron y Ginny se quedó de pie mirando el tablero.

Ron volvió a mover una pieza. Esta vez, mato al rey de Harry.

- Ni despistado lo ganas.- Dijo Hermione sonriendo y cogiendo la mano de Ron.

- Ni enamorado, querrás decir…- dijo Ginny mirando a la pareja, que no se habían dado ni cuenta de su gesto.

Los dos se pusieron rojos e hicieron una risita nerviosa.

- ¿Gin, vamos a dar una vuelta?- Dijo Harry mirando a la pelirroja. Ella asintió y salieron de la sala.

- Ron…- dijo Hermione aun cogiéndole de la mano.- Crees que le ha sentado mal a Harry…

- No, no creo…- y la beso tiernamente en sus preciosos labios, esos que tantas veces había soñado conseguir y que ahora, por fin eran suyos.

.-.-.-.-.-.-

- Nayra… Nayra… - Draco se acercó a Nayra y miró hacia donde ella miraba.- ¿Hay algo ahí más interesante que lo que yo te diga?- Preguntó el chico haciendo que ella se diera cuenta de que le hablaba.

- Perdón, estaba pensando.- Nayra seguía con su tono habitual. Hiciera lo que hiciera la gente, no mostraba sentimiento alguno. Era una chica diferente de la cual, pocas cosas se sabían.

- Me he dado cuanta…- dijo Draco apoyándose en la ventana con sus codos por fuera de ésta y dándole la espalda al paisaje.

- ¿Qué querías?

- ¿Tu has hablado con Parkinson?

- ¿Sobre lo del trabajo de Defensa?- El chico asintió.- Si, le di la razón que me comentaste… Por cierto, ¿cuando lo empezaremos?

- ¿Te parece ahora?- la chica alzó sus hombros y se giró para mirar los ojos grises de Draco.

- ¿Draco… podemos hacerlo fuera de la sala?

Los dos Malfoy's se fueron de la Sala común.

En la biblioteca ya con unos cuantos libros a su alrededor, empezaron la tarea de la profesora Werna. Una tarea fácil con la información que habían hallado.

La chica empezó ha escribir en un pergamino el trabajo que Draco iba dictándole (sólo tenían que entregar un pergamino). Escribía con una magnifica letra, parecía que estaba escrito por alguien muy distinguido que ha hecho caligrafía durante años.

.-.-.-.-.-.

- Gin, aun no te he dado las gracias por hacer lo de la fiesta.- Dijo a Ginny cuando andaban hacia un invernadero.

- No hay de que…- Ginny al igual que Luna también había crecido. Su melena roja y suelta flotaba en el aire y su cuerpo de 16 años había marcado unas curvas perfectas. El año anterior había tenido muchos chicos babeando por ella y había salido con unos cuantos, pero aun así, su amor de cuando era pequeña, Harry, aun le gustaba, aunque se negara a aceptarlo.

- Gin, cuando crees que Ron y Herms…

- Pues creo que no hará mucho, pero a estado bien dejarlos solos un rato…- los dos se miraron y sonrieron.

Siguieron andando un rato y luego entraron de nuevo en el castillo.

- Vaya, si tenemos a Potter y a la pobretona Weasley.

- Malfoy…- Empezó Ginny pero al ver la mirada penetrante de Nayra se calló.

- Draco, será mejor que vayamos a la Sala, tenemos mucho que hacer.

- Si, también es cierto. Potter espero que los nuevos de tu equipo no sean muy malos…- dijo Draco con una sonrisa malévola en la cara.

- Espero que los que encojáis sean mejor que tu.

- Lo siento Cara-rajada, pero has llegado tarde, ya tenemos nuevos encestadores…- y dicho esto Nayra y Draco subieron las escaleras para ir a su Sala Común.

Ese mismo año Harry y Blaise se habían hecho capitanes de Quidditch de sus respectivas casas. A diferencia de Slytherin, Gryffindor necesitaba dos bateadores y un encestador y al día siguiente tenían las pruebas.