El día anterior había sido el primer entrenamiento de Quidditch, al hacerlo muy temprano, se aseguraron que ningún intruso estuviera ahí para ver quienes eran los dos nuevos jugadores o las nuevas jugadas. Como siempre, Slytherin, en las estrategias de ese deporte, era la casa más reservada.
El día que empezaba, era la primera salida de los estudiantes al pueblo. Muchos de ellos se aglomerarían a en la tienda de gominolas, otros en Las Tres Escobas, para tomar sus tan conocidos batidos y, otros simplemente pasearían e irían a ver la Casa de los chillidos…
Nayra ese día se levantó un poco más tarde de lo habitual y al bajar vio que Draco estaba solo en la Sala.
- Hola…- Nayra vestía unos pantalones negros y una camiseta de manga larga y cuello abarcado de color verde manzana.
- Buenos días.- dijo Draco volteando para verla. Él llevaba unos tejanos y un jersey a tonos grises.
- ¿Estamos solos?
- No por mucho rato…
- Draco…- la chica ya estaba al lado de Draco. – ¿Crees que les deberíamos explicar?
- No, ya se han dado una explicaron…
- Es errónea.
- ¿Son felices?
- Si.
- Pues ya está. Nayra, tienes una carta, ten.- dijo sacándose del bolsillo un pergamino sellado con el símbolo de los Malfoy's.
- Gracias.- Nayra lo abrió y leyó detenidamente.
- ¿Alguna novedad?
- No, no saben nada…
- ¡Hola!- Blaise bajó de dos en dos las escaleras y se colocó entre los dos Malfoy's, mientras Nayra guardaba el pergamino.
- ¿Bajamos a comer?- los dos asintieron.
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- Este año los derrotaremos…- Blaise, como capitán de Sly, estaba muy feliz después de ver como, el día anterior, se había compaginado el equipo.
- Zabini, deja ya el tema…- Draco, llamó la atención del rubio, para que, de una vez por todas, dejara el tema.
Después de comer, Draco y Blaise fueron hacia fuera del castillo y Nayra subió a por una chaqueta.
Mientras andaba por el pasillo que llevaba a su Sala se oyó un "Crack" y ante ella apareció Lucius Malfoy.
- Creo que Draco está fuera…
- Nayra, he venido ha hablar contigo.- Lucius miró a los dos lados y vio un aula con la puerta abierta que indicaba que estaba vacía en su interior.- Vayamos ahí.
El tono de voz de Lucius era desconocido por la morena y no dejó de sorprenderla. Además, ¿quería verla a ella? ¿A solas?
- Usted dir
- Siento tener que… siento tener que ser yo quien te diga esto pero, Nayra, querida, tus padres han muerto, junto con… junto con Dan.
Lo único que ocurrió en Nayra fue que se le paro la respiración, miró a Lucius a los ojos para saber si lo que decía era verdad y volvió a respirar.
- ¿Cómo?
- No se sabe aun… solo se sabe que fue en una misión…
- ¿Cuándo?
- Suponemos que esta madrugada…
El silencio se apoderó del aula. Nayra, de pie, miraba a Lucius sin verle. Y Lucius la miraba con preocupación en el rostro. Algo extraño en él.
- Sabes que tienes la puerta abierta en casa… que eres de la familia…- la puerta se abrió de golpe y aparecieron McGonagall, Snape y el director Dumbledore.
- ¡¡ Se puede…!! – La profesora McGonagall y los otros profesores habían acudido ahí, seguramente, porque alguien (Lucius) había aparecido, rompiendo las barreras protectoras de Hogwarts. Y al ver esa escena de Lucius con cara de preocupación y a Narya absorta, mirando a la nada, traspasando muros y paredes hasta llegar a sus recuerdos y pensamientos, no dejaron de sorprenderse.
- ¡¿Señor Malfoy?!- interrogó Dumbledore a Lucius con la mirada además de con la pregunta.
- ¡Oh! profesor Dumbledore… siento no haber podido avisarle de mi visita… era… era urgente.- dijo señalando a la chica que seguía mirando para donde antes estaba, él, Lucius, que se había acercado al director.
- ¿Nayra?- Snape llamó su atención.
Ella se fijó en los tres profesores. Lucius aun la miraba con preocupación. Con su mirada fría y sus ojos repasando a cada uno, se dio cuenta de que Lucius le daba una media sonrisa…
- Si me disculpan…- Nayra apartó a los profesores de la entrada y se hizo un pasillo para salir e ir hasta Sly.
Lucius se quedó hablando con los profesores y les explicó las circunstancias en que, Nayra, se encontraba. Y, por lo tanto, el por qué de su presencia ahí.
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Nayra, después de ir a por una chaqueta bajó donde la esperaban Pansy, Draco y Blaise.
- Vaya si que tardaste…- empezó Blaise.
- No nos cruzamos ¿por donde viniste?- dijo Pansy que estaba sorprendida por el hecho, ya que sólo conocía una forma de llegar a su Sala.
- Draco, la carta que me envió tu padre es errónea.- Draco la miró interrogándola. Por su voz, no diría nunca que algo había cambiado.- Si que hay noticias.
- ¿Buenas o malas?- pregunto Pansy metiéndose donde no la incumbía, pero ella, Nayra, hizo caso omiso a quien le hacia la pregunta.
- Depende… Mis padres han muerto y Dan con ellos.- Los chicos ahogaron un grito o algo parecido. Nayra, después de ver la reacción de todos, decidió seguir andando hacia los carruajes que les llevarían a Hogsmeade. Los tres Sly corrieron hasta donde ella había llegado.
- ¿Cómo puedes decirlo así? – la medio regaño Pansy.
- ¿Así? ¿Cómo?- pregunto la chica ya subiendo a un carruaje.
- Pues, sin… no sé… así de fríamente.
- ¿Cómo lo dirías tu?
- No sé… pero…
- De verdad lo siento - dijo Blaise, haciendo callar a Pansy.
- No los conocías, no lo sientas.
- ¿Quién te lo dijo?- preguntó por primera vez Draco
- Tu padre. Se me apareció y me lo dijo.
Durante el resto del viaje nadie dijo nada. El silencio se apoderó del carruaje. Pansy echaba miradas a Draco para que dijese algo, pero el miraba al infinito recordando cosas. Blaise, no sabía como sentirse y Nayra… ella, seguía impasible.
Al llegar, la primera en bajar fue Pansy seguida de Blaise. Antes de bajar los dos Malfoy's, Draco miró a la chica.
- ¿Nayra, estás bien?
- ¿Cómo me ves?
- Nayra, no juegues a eso… sabes que si fuera por ti los sentimientos estarían prohibidos…
- Y, es lo mejor…
- ¿
- ¡Nayra, por Merlín! ¡Que se te han muerto los padres!
- Y mi hermano - agregó bajando y saliendo del carruaje.
- Pues eso…- dijo siguiéndola.- Deja ya de…
- ¿De qué?- Nayra por primera vez en su estancia en la escuela, alzó la voz. Ese alzamiento de voz, dejo sorprendidos a los dos Sly que no estaban en la conversación.- ¡Si, es mi cumpleaños y no es un regalo que se espere! ¿Y qué? ¡No quiero que me arruinen el día!
- ¡Nayra, deja ya de decir tonterías!- Draco alzo un poco más la voz que ella.
- Ni tonterías ni nada, es la verdad. Me guste o no.- Nayra volvió a su tono.
- Nayra, cariño…- Pasny entró con miedo en la conversación.- Creo que lo que Draco intenta decir, es que no es bueno que te guardes los sentimientos. Es normal que estés hecha polvo y que lo demuestres…
- Nayra, puedes confiar en nosotros- intervino el otro Sly.
Nayra los miró a los tres. Cada cual tenía en su rostro una cara de preocupación mezclada con algo de esperanza, de amistad o de cariño. Nayra se volteó y empezó a andar.
- ¿Qué más da cómo este?- hizo un par de pasos y continuó.- Me apetece estar sola.
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- Ron, Hermione, por favor no me ignoréis… sé que os queréis mucho, pero ahora me iré, lo prometo. –la pareja miró a Harry después de estar muy, muy pegados en un beso que para Harry se izo eterno y para la pareja más que corto.
- Perdón.
- Si veis a alguien del equipo… cosa que pongo en duda, tal y como estáis…- dijo él poniendo una sonrisa maliciosa.- Decirle que mañana a primera hora hay entrenamiento.
Dicho esto les dijo adiós y se fue hacia una plaza que había detrás de un callejón por el cual pocos se atrevían a entrar.
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- ¿Draco, no estás preocupado por ella?
- Claro no lo ves Blaise.
- Se le pasara, no os comáis el coco.- Dijo Draco bebiendo de su batido.
- Pero… es su cumpleaños.
- Pansy… no se a ido porque estuviera mal… lo ha hecho porque no quiere preocupar, ni que nadie se le ponga pesadito…
- Yo creo que si que debe estar mal…- sugirió Blaise.
- Quizá lo esté, pero nunca te lo dirá…- sentenció Draco.
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Una sombra en medio de la plaza indicaba que alguien también había descubierto ese sitio en el que Harry se evadía cuando quería estar solo. La sombra estaba sentada en el único banco, en el respaldo y miraba a la nada, sobre pasando ése árbol que ocupaba toda la plaza. Harry se acercó y se sorprendió al ver a la joven morena, con los ojos clavados en un recuerdo sin moverse.
- Harry… ¿Cómo lo haces?- el Gry dio un vote, se pensaba que ella no lo había ni notado.
- ¿Cómo hago el qué?- la chica se giró y clavó los ojos en los suyos.
- Nada, da igual. Se aparto un poco del banco y dejó sitio para que él se sentara.
- Ese gesto ¿es normal en una Slytherin?
- ¿Es normal en un Malfoy?- preguntó a su pregunta.
- No lo sé, dímelo tu…- dijo él mirándola aun más sorprendido y sentándose.
Ella alzó los brazos y volvió a mirar a sus recuerdos. Hasta que fue interrumpida por la voz de ese chico.
- ¿Te pasa algo? ¿Estás bien?
- Todo lo bien que una puede estar cuando es tu cumpleaños y…
- Vaya, felicidades.- La chica lo miró y le agradeció con un pequeño gesto casi imperceptible.
- Y el primer regalo –continuó - que te hacen es una noticia sobre tus padres…
- ¿Buena o mala?
- Decídelo tu mismo… mis padres han muerto.- Harry se quedó mudo.
- Lo…- ella negó con la cabeza para que no continuase con un "siento".- ¿Cómo?
- No lo s
- ¿Esto es lo que querías preguntarme?- dijo Harry entendiendo ahora el sentido de las preguntas de Narya, cuando había notado su presencia.
- ¿Cómo lo haces para aguantar tanta compasión?- el chico sólo alzó los hombros.
- No sé, supongo que te acostumbras…
El silencio se apodero otra vez del ambiente.
- ¿Sabes? No sé, si antes de que esto pasara, quería o no que mis padres estuvieran muertos…- Con tal frase, Harry se giró de golpe para ver la cara de ella. Por primera vez su cara mostraba algo que no era frialdad… mostraba indiferencia mientras una gota empezaba a caer por su mejilla.
- ¿Y ahora? ¿Qué quieres ahora?- la chica miró a Harry directamente a los ojos. Vio en el reflejo de sus gafas lo que le ocurría. Estaba llorando.
- No lloro por ellos… sólo lo hago porque no me entiendo…- aclaró ella. Harry instintivamente pasó un brazo por la espalda de la chica y la acercó a él.
A partir de ese momento, Nayra empezó a llorar, sin ruido, pero lloraba. El miedo a no entender sus sentimientos era peor que el de la perdida de sus padres. Por lo que refería a Dan… tenia un buen lío un su cabeza. Parte de si quería llorar su perdida, pero la otra le decía que no. No debía llorar por él.
Cuando pasó un buen rato, Nayra, había dejado de llorar y seguía abrazada por Harry. Sin dejarlo ir. Le miró a los ojos.
- Gracias.
- Necesitabas hablarlo ¿no?
- No lo sé…- Nayra se separó poco a poco del moreno.
- Por cierto, aun no sé tu nombre… ¿Cómo te llamas?
- Nayra.
- ¿Eres pariente de Draco?
- ¿Tu qué crees?
- Supongo.
- Pues ya está.- Nayra miró a Harry de nuevo a los ojos. – Harry, no le digas a nadie lo de mis padres, ni que me has visto as
- Tranquila. Si algún día quieres hablar del tema…- el Gry no sabía porque lo decía, pero lo hizo, le dijo esas palabras con una sonrisa.
- Si, ya lo sé.- Nayra se levantó y anduvo hacia el árbol. Al llegar al frente de el se paró.- Harry tus padres… quiero decir. ¿Los hechas de menos?
- Si, pero he aprendido ha estar sin ellos. Aunque claro… siempre te gustaría estar con ellos.
- ¿Y hay alguien que los haya podido sustituir?
- No, nadie. Aunque hay gente que te hace sentir que están vivos aun. Y te ayudan a superar los días no tan buenos…
- ¿Alguien especial?- diciendo esto Nayra se giró y lo miró.
- Supongo que antes… antes mi padrino era esa persona, pero ahora…- dejó la frase inacabada y con un suspiro prosiguió- Y los que siempre están a mi lado son mis amigos…
- ¿Por qué tu padrino no lo es ahora?- Harry tragó saliva, tarde o temprano sabía que él debía enfrentarse a esa realidad.
- Murió… murió por salvarme de… de Vol…
- ¿Voldemort?- Harry se sorprendió al ver que alguien decía su nombre con la seguridad que lo hacia él o Dumbledore de vez en cuando.
- Si…
- Hace poco, ¿no?
- Si… ¿Pero…?
- Por tu voz y tu cara… hablas de él y cambias radicalmente.
- No me había fijado en eso.
- Pues lo haces.
Harry sacó su varita e izo un movimiento del cual salió un ramo de rosas blancas.
- No se si te gustan, pero feliz cumpleaños.- La chica las cogió y las olió.- Sé que no será muy bueno este cumpleaños pero…
- Gracias.- dijo con una media sonrisa. Si se le podía llamar a eso sonrisa…
Harry se alegró de que ella le lanzara esa medio sonrisa. Nayra miró la hora, era tarde y no había comido nada.
- Creo que yo me voy. He quedado.- dijo Harry, con voz de sentirlo.
- No pasa nada. Gracias por todo.
Harry se fue. Nayra por el contrario, aunque tenía hambre se quedó un rato ahí de pie. Tiró un hechizo a las flores y desaparecieron y aparecieron en un lugar muy lejano. Su habitación.
Salió de la plaza y se dirigió a las Tres Escobas donde supuso que encontraría a sus compañeros de casa y a Draco.
