CAPITULO 5
No tardó mucho en encontrarlos. Aunque no estuvieran en las Tres Escobas, Draco le había hablado tanto de todo lo que había por hacer en ese pueblo y, de Hogwarts, que podía ir a todos los rincones sin perderse.
Los chicos no se dieron cuenta de su llegada hasta que a Pansy casi se le cayó uno de los tantos paquetes que llevaba encima y Nayra lo hizo levitar para que este no cayera en un agujero que había delate de la chica.
- Gracias…- dijo Pansy sin saber a quien se lo decía.
- No las des. Sólo pide que te lo lleve a algún sitio.
- Vaya, así que has decidido volver…- dijo Draco cuando la vio.
- Si, pero si quieres me voy otra vez…
- No, no hace falta - dijo Zabini antes que Draco hablara, por si las moscas…
- ¿Cómo estás?
- De pie y esperando a que me digas que debo hacer con el paquete.
- ¿Que tal si lo dejas levitando ahí? En ese banco.
Dicho y hecho. La morena dejó el paquete en el banco mientras Pansy hacia lo mismo con los otros que llevaba.
- ¿Nayra, dónde has estado?
- Pues… recordando y aclarando mi cabeza.
- ¿Dónde? No he preguntado qué has hecho.
- Draco, no eres su padre. No tiene que decirte lo que ha hecho.- Pansy se puso entre los dos Malfoy's que se miraban muy fijamente. Draco parecía otro cuando hablaba con Nayra ¿Por qué?
- Parkinson. No digas nada.- Nayra la dejó helada. No se esperaba tal respuesta de la chica. - Draco que te parece si lo dejamos por esta vez.
- Nayra, ya sabes lo que hay…
- Si, si…- dijo con pesadez.- ¿Pero, no podemos dejarlo por esta vez?
- No.
- Está bien… está bien… ¿Pero, por qué eres así?
- Sabes lo que hay… no puedo dejarlo pasar y menos después de lo de tu familia.
- No lo menciones.- Nayra había cambiado su voz fría por una de congelada que estremeció a los tres Sly's, incluido Draco. Los dos Malfoy's se quedaron mirando a los ojos mutuamente.
Pasaron un par o tres de segundos hasta que Draco prosiguió.
- Está bien, luego hablamos.
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Al rato llevaron la comida y Ron y Hermione dejaron el trabajo de 'parejita feliz' para más adelante.
- ¿Sabéis, Luna tiene no…? - la frase quedó incompleta cuando la pelirroja se sorprendió al ver a alguien entrar en las Tres Escobas.
- ¿Gin? - Harry y los otros la miraban y ella empezó a fruncir el ceño, de forma preocupante. De forma que Harry giró su torso para ver qué ocurría.
Se giró hasta ver la cabellera más rubia que había visto. La persona a quien pertenecía, digamos que no era del agrado de los de la mesa. Ésta se dirigió hacia la barra pidió un par de bebidas y se sentó en el lugar más apartado y oscuro del bar. En ese momento otra cabellera rubia se sentó junto a él. Su pareja.
Harry observo todos los movimientos de la pareja, hasta que algo, mejor dicho alguien se interpuso en su visión. Cuando el camarero se fue después de servir un par de bebidas que se había dejado, Harry vio que la pareja ya no estaba sola. Ahora estaban acompañados por una morena.
- ¡Harry Potter y Virginia Weasley! - Hermione los llamó de forma que de una vez le hicieran caso de una vez.
- Si no coméis rápido se os va a quedar la comida helada…- la voz de Luna sonó divertida.
- ¿Qué hacen dos Malfoy's y una morena juntos?
- Son tres Malfoy's…- dijo volviendo a mirar la mesa donde se encontraban. - Lucius, Narcisa y Nayra.- Al oír esto el resto de la mesa olvidando una cosa que se llama discreción y miraron la mesa en cuestión.
No se sorprendieron por que Harry llamara a la 'nueva' por su nombre (el cual ellos desconocían), sino por eso de: "Son tres Malfoy's". ¿Qué harían ahí?
- Falta uno…
- Draco.- Harry recordó la conversación con la chica y supuso que estaban ahí por lo de sus padres y su cumpleaños.- Seguro que no es nada.- Volvió hacia su comida y empezó a engullir.
Los de la mesa no se quedaron indiferentes ante la reacción de Harry.
- ¿Harry quieres explicarnos algo?- sugirió Hermione, volviendo a su plato, como los otros, aunque mirando al moreno.
- No ¿Y tú?- Contestó indiferente.
- ¿Hay algo que nos quieras explicar? - Insistió Ron.
- Mmm…no.
- ¿No nos lo dirás?- preguntó Ginny con algo de esperanza a que el chico contestara "si" y les contase…
- Mmm…no.
- Harry… somos tus amigos.- Por primera vez, el moreno levantó la cabeza y miró uno a uno las caras de sus compañeros.
- Gracias por recordármelo, Ron.- dijo sonriendo y volvió a su plato.
-.-.-.-.-.-.-.
- Señores Malfoy, gracias por lo que hacen. Ahora si me disculpan, he quedado con Draco.
- Nayra, cariño - dijo Narcisa.- No nos llames señores Malfoy. Hay suficiente confianza.
- Nayra, si necesitas cualquier cosa…
- Creo que no hará falta. Ya me han dicho lo que necesitaba saber.
- Por cierto, cuando llegues a Hogwarts, en tu habitación, hemos enviado unos paquetes. Esperamos que sean de tu agrado.
La morena afirmó, se despidió y salió en busca de Draco.
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Durante la tarde Ginny y Harry se fueron a dar una vuelta, puesto que Ron y Hermione querían estar solos igual que la nueva pareja: Luna y Justin.
- Harry…- los Gry's ya llevaban un rato andando y el chico estaba muy metido en sus pensamiento. - ¿Estás bien?
- Si, si… sólo pensaba… por cierto, desde cuando Luna y Justin…
- Desde esta mañana. Luna no estaba muy convencida, pero hablamos un rato y…
- Pero, ¿Por qué? ¿No le gustaba?
- Le gustaba desde verano, pero él le pido por salir ayer y Luna pensó que era por su físico. Como todos los que ahora van detrás de ella - dijo con cara de asco.- babeando para salir con ella aunque solo sea para chulear…
- Vaya…
- Pero Justin fue muy bueno conmigo y creo que con ella lo será más. Tengo mis sospechas de que a él le gustaba desde tiempo atrás.
Volvieron a pasar unos minutos hasta que la conversación volvió a dar presencia.
- Gin… ¿crees que una persona que no aparenta más que ser un muñeco de nieve, se puede derretir?
- Si. Todos mostramos alguna vez sentimientos, nos guste o no, los tenemos.- Harry volvió a callar. Y ella ase lo quedo mirando.- ¿Pasa algo?
- No.- El moreno lanzó una sonrisa a la pequeña Gin que la deshizo, pero atino a devolverle.- Me apetece un helado ¿y a ti?
- ¡Si!
- ¿De qué?
- ¡¡De Meta y chocolate!!- La cara de Ginny se volvió muy bonita. Parecía que se había vuelto un niño pequeño soñando con el gran helado que sus padres le van a comprar.
Harry ante los ánimos de la chica fue a buscar un par de helados. Uno de menta y chocolate y el otro de limón.
Estaban sentados en una escalera que daba a una casa cuando un par de "CRACK" anunciaron la llegada de dos personas. Cada uno con una capa que cubría su rostro y no dejaba ver quien era. El de la capa oscura parecía un hombre, alto y el de la capa azul celeste parecía más bien una mujer, también alta. Como ensayado los dos se sacaron la capa al unisón y aparecieron de debajo de éstas: George Weasley y Nimfadora Tonks.
- ¡George!- la pequeña Weasley saltó (helado incluido) hacía su hermano y Harry los saludó con un "hola" y un pequeño movimiento de cabeza.
- ¿A qué se debe tal visita? - Perguntó el moreno, mientras Ginny se despegaba de su hermano.
- George, no querías hablar con tu hermana de algo.- Él asintió y se llevó a su hermana con él a un sitio más lejano.
- Me gusta tu forma de decirles que se vayan…- Bromeó Harry acabando el cucurucho.
Nimfadora era mucho de la broma pero esta vez no hizo ni una media sonrisa, por el contrario se puso más seria. Lo que hizo que el joven también se pusiera serio.
- Harry, ayer la Orden y los Mortifagos tuvieron un no muy agradable encuentro…- Tonks cogió aire y siguió.- Hubieron bajas por parte de los Mortigafos y por la nuestra sólo, por suerte, heridos. Algunos graves, pero no son más que heridos…- El joven asintió, más serio aun y Tonks prosiguió.- Tenemos sospechas de que Él tiene algún as escondido. Algo que no sabemos…
- ¿Qué razón os lleva a esa conclusión?
- Lo de ayer no pareció un ataque, sinó, más bien, un suicidio contra el Ministerio…
- ¿Suicidio?
- Cinco, seis de los suyos, sin muestra de querer nada importante… algunos eran de los que salieron de Azcabán cuando… el año pasado- Nimfadora evitó por muy poco el tema de Sirius.- Así que ya me dirás si era o no un suicidio…
- Puede ser… ¿Pero si eran tan pocos, por qué hay heridos de gravedad entre los nuestros?
- Factor sorpresa…- el chico asintió.- Estate atento. Si hay algo raro avisa y si… si quieres vigilancia…
- ¡No! Nada de eso.- Harry se mostró áspero en ese aspecto. Desde lo de Sirius prefirió no tener vigilancia, no meter a nadie más en la boca del lobo. Si alguien había de peligrar… no.
Estuvieron un rato sumergidos en un silencio penetrante, hasta la llegada de los dos pelirrojos.
- ¿Harry, dónde esta Ron? - Preguntó George.
- Con su novia.
- ¿Novia?
- Si ¿no te lo dijo Gin?- el chico negó.- Pues si, Ron tiene chica.
- Y se llama…
- ¿Quién va a ser, siendo él, Ronald Weasley?
- No me digas que es…
- Si, hermanito, es Herms.
- Vaya, así que se lo dijo… ya era hora.
Los cuatro rieron.
- Bueno nosotros nos vamos.- Anunció Tonks.
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Los cuatro Sly's volvían a estar en Hogwarts. El día, había estado bien. Nayra, no podía decir que había sido su mejor cumpleaños, pero… había sido su cumpleaños. Ninguno de los chicos le había regalado nada, ni falta que hacia. Lo que realmente quería ella, era subirse a la escoba y volar en plena noche, haciendo unos cuantos tiros y quedar exhausta para luego ducharse, cenar algo e ir a la cama lo más cansada posible… estaría muy bien. Eso seria lo que haría si Pansy la dejaba de una vez subir a por su escoba.
- Pansy… ya basta… me agobias. Quiero acabar el día a mi manera.
- Ya, pero, yo había pensado.
- No pienses. Ve a dar una vuelta con Draco y Zabini.
Dicho esto subió y fue hacia su cama. Ahí, tal y como recordó al verlos, estaban los paquetes que los señores Malfoy le habían dicho. Los contó. Eran cinco. Se los miró de lejos, sin acercarse a la cama. Pasó un buen rato parada ante los paquetes y luego recordó su escoba. Ignorando los paquetes cogió la escoba y se fue al campo.
Llegó al campo, como había empezado a anochecer, estaba vació. Subió a la escoba y dio varias vueltas al inmenso campo, antes de notar la presencia de varios espectadores. A la chica no le hizo mucha gracia y menos cuando oyó las voces de Crabbe y Goyle que la llamaban.
- ¡¡Nayra!! - La morena hizo un picado que no paró hasta tener a los dos chicos cara a cara, haciendo que perdiesen el equilibrio y quedaran sentados en unas tribunas.
- Vaya, veo que te sigue gustando esto de los picados…- dijo Draco des de detrás del grupo. Este se componía por todos los jugadores de su casa de Quidditch y Pansy.
- ¿Y bien? No creo que hayas venido ha hacer un partido. Así que ¿Qué queréis?
- La amabilidad brilla por su ausencia - Crabbe que se levantó miró a Nayra que aun estaba en su escoba.
- Nayra, haz el favor de bajar de la escoba.- Más que una petición, lo que dijo Draco pareció una orden. La chica dio una vuelta al grupo hasta quedar detrás con Draco y bajo de la escoba.
- Cierra los ojos.- Nayra no llegó a tiempo de tenerlos cerrados cuando las manos de Pansy le taparon la visión.
Empezó a oír mucho ruido y cuando la chica le dejó ver lo que tenia delante, se encontró diecisiete velas encendidas en un pastel de chocolate.
- Felicidades - la voz de sus compañeros resonó en el campo vacío. Nayra miró a Draco y él le asintió. Volvió a mirar el pastel…
- ¿Nay? - Pansy fue la primera en preguntar. Todos se sorprendieron de que la morena no dijera nada, ni tan solo diera las gracias.
- Lo… lo siento. - Su voz, dejó, por unos instantes, de ser tan fría. Parecía que no se lo esperaba y que se había quedado sin reacciones. - Vaya esto si que no era de esperar - su voz volvió a ser la misma cuando vio a los 'invitados'. - Gracias.
Al rato el pastel comenzó a rodar. Nayra estaba al lado de Draco con su trozo de pastel cuando se le ocurrió pasar un dedo en el pastel (que quedo lleno de chocolate) y tocó la nariz de Draco, dejándole todo el chocolate.
- Se puede…
- Estás más rico así.- Draco se sorprendió al verla de esa forma, como una chica más o menos normal en su cumpleaños.
- Nay, ten.- Pansy se le dio un regalo enorme a la chica. Envuelto con un papel verde y con una serpiente que hacia formas en el papel y se movía. - Es de todos.
Nayra dejó el trozo de pastel en manos de Draco quien ya se había quitado el chocolate de la nariz y empezó ha sacar el regalo del papel.
- "Magos que han hecho historia. Todo sobre ellos y sus hechizos más simbólicos" - Nayra leyó en voz alta el titulo de ese libro que tenia a medio sacar de su envoltorio. - "Magos y brujas que han hecho historia. Todo lo que quieras saber. Desde el mítico Merlín, hasta Dumbledore pasando por el más temido por todos, El-Que-No-Debe-Ser-Nombrado" - Nayra siguió leyendo la contratapa.- Vaya… gracias ¿Pero como sabias que yo… bueno que lo quería?
- Creo que tu primo te conoce un poco. ¿No?
- Si… puede.
Pasaron ahí un buen rato. No fueron a cenar, ni Nayra pudo practicar Quidditch pero fue un buen final de cumpleaños.
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Lejos de Hogwarts en una habitación muy oscura iluminada sólo por una pequeña vela dos sombras se movían agitadas y hablaban…
- Lucius, tranquilo, las bajas estaban previstas. Además, no nos afectan.
- Pero Señor - Licius hablaba con mucho respecto y cuidado. - Ellos…
- Si, ya lo se… habían hecho mucho por mí, pero era necesario. Era por la causa. Sabían lo que iba a pasar.
- Lo siento señor, pero, sigo sin entenderlo.
- Clámate, ya lo entenderás…
- Si mi señor.
El silencio invadió la habitación, la luz de la vela hizo un movimiento a la vez que la puerta daba paso a otra persona.
- Mi señor, siento interrumpir…- La persona que acababa de entrar lo hacia con una inclinación evidente de cabeza. - Hay noticias.
- Lucius, ya puedes retirarte.- Lucius hizo una reverencia y dejó al Que-No-Debe-Ser-Nombrado y al otro Mortifago solos.
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Nayra subió despacio las escaleras que llevaban a su habitación. Pansy aun estaba en la Sala Común con todos sus compañeros. Al llegar a la puerta y abrirla, se dio cuanta de que los paquetes seguían ahí, sin moverse.
Se quedó mirándolos. Se acercó, no muy convencida y se sentó en su cama, rodeada de los paquetes. Cogió el de su derecha, era un paquete bastante grande y a la vez blando. Le quitó el papel y encontró una túnica blanca con los acabados en negro, muy fina. Encima de ella encontró una tarjeta.
"Mi niña, espero que te guste. La escogí para cuando sea ese momento especial que tanto hemos hablado. Deseo que seas feliz.
Madre"
Su madre tenia buen gusto escogiendo ropa y además casi siempre acertaba el momento de poner la ropa, puesto que lo hacia con un sexto sentido que parecía que ella, Nayra no había heredado. Abrió el regalo que tenia a su izquierda. Este parecía más pesado y en cambio era más pequeño. Lo sacó de su caja y encontró un libro de tapas negras y letras plateadas: "Historia de historias" Nayra recordaba ese libro. Su padre lo tenia en su escritorio y cuando ella entraba y lo veía lo intentaba leer, pero era demasiado pequeña y no entendía las letras, no sabia leer. Entonces su padre lo cogía y ponía a su pequeña en su regazo y le leía un trozo.
"Espero que algún día seas tu quien me lo leas a mi.
Padre"
Vaya, eso seria imposible. Ese día no existiría. Nayra palpó la tapa del libro, repasó con el dedo cada letra del titulo. Ese libro traía demasiados recuerdos con él y lo dejó debajo de la cama. No era el momento para ponerse a pensar en eso.
Detrás suyo aun quedaban tres regalos cogió uno al azar. Lo abrió y encontró el típico y tópico regalo de su hermano desde que se fue: un libro para que estudiara…
- No cambias ni muerto…- lanzó el libro y con un hechizo lo destruyo en mil y un pedacitos.
Cogió los dos últimos regalos, el primero era de los señores Malfoy. El regalo era una caja de música mágica.
El último regalo era una cajita con un lazo que deshizo para poder abrirla. En ella encontró una cadenita y un colgante que llevaba grabada la fecha y la siguiente inscripción "Nayra Malfoy". Se la puso, sabiendo de quien era el regalo y luego sacó todos los papeles de los envoltorios de sus regalos se tumbó en la cama y aun con la ropa puesta se quedó dormida.
