Aquí va mi segundo capítulo. Lo de siempre los personajes no son míos (por desgracia, snif) sino de JK Rowling. Espero que les guste, los capítulos a partir de aquí son más largos que el primero, que sirve un poco de presentación.
Los reviews los contesto abajo. Bss a mis queridos lectores.
S. Lestrange
CAPITULO II
Pronto estaría otra vez en Hogwarts, no es que no quisiera ir, pero después de lo que había pasado en el Callejón Diagon, la verdad es que no tenía ninguna gana de encontrarse con Draco y su prima. Recordaba con suficiente claridad su cobardía. Cuando empezó la pelea se asustó y se apartó, buscando desesperadamente a alguien que pudiera nivelar la balanza. Pero no había nadie. Y esa chica se metió en medio y los separó. ¡¡Y ella se había quedado paralizada!! Cuando se recuperó y vio a todos ocupados su primer impulso fue entrar en la librería, no querían que la mirasen como una cobarde. Pero ahora sería peor, se había escondido, aunque a lo mejor ni se habían dado cuenta de que había desaparecido. Y además estaba Draco. Sabía que ya no sentía nada por ella, se había pasado todo el verano engañándose a si misma. En resumen, había hecho el idiota.
Sumida en sus pensamientos, Pansy atravesó la barrera del Andén 9 ¾ sin fijarse por donde iba. Por ello, evidentemente, chocó con alguien.
- Maldita sea, lo que me faltaba, tirar todos los libros al suelo... ¿Parkinson?
Mierda, esa voz era la de Katrinna. Pansy levantó la vista. Todo lo que llevaba dándole vueltas en la cabeza estalló en ese momento. Notó que sus ojos se humedecían.
- Oye, ¿tanto daño te he hecho? ¿Estás bien?
- Sí. Sí, estoy bien. No te preocupes.- Evitó su mirada.
Katrinna estaba confusa. No es que le cayera bien esa chica, pero nunca había soportado ver a la gente llorando. ¿Qué le pasaba? Sería por…
- Oye, ¿Dónde te metiste en el Callejón Diagon?
Ya estaba. Se habían dado cuenta. Ahora debería pasarse todo el curso aguantando las burlas, las de ella y las de su primo. Las de Draco.
- No, no es por eso, es por…
- Mi primo- Le interrumpió. Katrinna miró a Pansy con intensidad. Pansy levantó la vista poco a poco. Nunca supieron cómo, pero de repente se encontraron hablando. Bueno, a decir verdad, Pansy se desahogó de todo mientras Katrinna escuchaba.
Harry andaba por la parte muggle de la estación, buscando a Ron y a Hermione. Bueno, para ser sincero consigo mismo también esperaba encontrar a Ginny y a… Katrinna. Harry suspiró. Sí, tenía ganas de volver a ver a la extraña prima de Malfoy. La última persona que había esperado encontrar con Malfoy. ¡Y menos que fueran familia!
Bueno, bueno, solo quería ratificar que ella no era como Malfoy. Sólo eso. ¿Verdad?
-¡¡¡Harry!!!- Harry no tuvo que girarse para reconocer esa voz.
-¡¡¡Ron!!! ¿Qué tal estas? ¿Has visto a Hermione? ¿Dónde están tus hermanos?
- Para, para, Harry. Que no me dejas contestar. – Ron sonrió divertido. ¡Qué solo habían pasado dos semanas desde que se vieron!!- Estoy muy bien, ¿A qué no adivinas qué? Fred y George me regalaron una túnica nueva. En realidad dos, una cada uno. Ya te las enseñare, son geniales. ¿Por qué sonríes?- Harry parecía punto de estallar en carcajadas, ya que había sido él quién le había dado el dinero a los gemelos Weasley, a cambio de que le compraran una túnica.- Bueno, a Hermione aún no la he visto, pero supongo que estará en el compartimiento de los prefectos, Percy siempre iba allí en primer lugar. Mis hermanos no sé dónde están, me paré a comprar unos dulces.-
Ahora fue Ron quien se tuvo que parar a coger aire. Charlando animadamente entraron en el andén. Una vez dentro divisaron rápidamente a los Weasley.
Draco se estaba empezando a preocupar, hacía ya un buen rato que no veía a Katrinna. ¿Dónde estaba? Ella nunca había estado en Londres, ¿y si se perdía? Se tranquilizó pensando que Kat no saldría del andén. Después de unos minutos de frenética búsqueda, durante la cual se había ido acercando a los Weasley, por fin divisó su fantástico pelo.
- ¡¡¡¡Kat!!! ¿Se quiere saber donde te habías metido?
- Estaba dando una vuelta. – Katrinna se le quedó mirando muy pensativa. ¿Qué pasaba? - ¿Te puedo hacer una pregunta personal? – Al ver que Draco asentía con semblante preocupado prosiguió.- ¿Por qué saliste con Pansy?
Draco no se lo podía creer, ¿a que venía esa pregunta? Le había pegado un susto. Se echó a reír.- La verdad es que no lo sé. Me pareció adecuado en ese momento. No me quería ver sólo en el baile de Navidad y sabía que podía pedir a Pansy algo más que unos bailes y risas tontas si quería.
Draco no vio venir la bofetada. Aunque mientras contemplaba a su prima irse echa una furia la sintió. Vaya que si la sintió.
-Ostias Harry. ¿Has visto la bofetada que le ha dado? No es que no me alegre de que le paren los pies a Draco, pero ¿no se suponía que se llevaban bien?- Ron estaba totalmente alucinado. Como Harry.
- La verdad, ni aunque se llevaran mal hubiera pensado que Katrinna perdería los nervios. No es de esas.
Quizá fue el tono suave en que fueron dichas esas palabras, o el hecho de que no miró ni una vez hacia donde estaba Draco, sino que dirigía más bien la mirada hacia donde se había perdido la muchacha, lo que hizo que Ron mirara intensamente a su amigo.
- A ti te gusta.- Sonrió.- Y mucho
- ¿Qué?- Harry volvió a la realidad con un sobresalto.
- Que a ti te gusta mucho.- Empezó a reírse y a dirigir un dedo burlón hacia él.-Te gusta la prima de Malfoy. Te gusta.
- Estás majareta. Yo sólo he dicho que no me parecía de esas.- Pero se sonrojó.
- Te gusta, te gusta, te gusta- Empezó a saltar a su alrededor.
- ¿Quién le gusta a quién?
Ron se paró en mitad de un salto. Los dos chicos se dieron la vuelta. Era Ginny. Ya tenía puesta la túnica de Hogwarts y le quedaba muy bien, a opinión de Harry. La túnica realzaba el color rojo intenso de su pelo, que enmarcaba una cara que había cambiado mucho en el transcurso del verano. Casi todo rastro infantil había desaparecido, lo único que le quedaban eran algunas pecas que le daban un toque travieso. Pero le faltan sus ojos ¿Sus ojos? ¿En que estaba pensando? Era, es, una Malfoy. El sonrojo de Harry aumentó.
- ¿Y bien?
- Esto…- Ron se quedó bloqueado. Si lo decía heriría a su hermana, que estaba locamente enamorada de Harry desde hacia tres años, y Harry simplemente lo mataría. Pero su hermana no era tonta. Había que responder ya.- Bueno, me refería a…Hermione!!!
- ¿¿Hermione??- Harry y Ginny se quedaron patidifusos
- ¡Hermione! ¡Aquí estamos! Hermione.- Repitió mirándolos sonriente. Demasiado sonriente. Harry y Ginny se miraron y dieron media vuelta para ver llegar a su amiga.
Ron vio la mirada que compartieron, le molestó un poco aunque la verdad es que se alegraba muchísimo de ver a Hermione. Sonrió. Se habían olvidado de la enamorada de Harry.
Hermione les dio un gran abrazo a los tres, (demorándose un poco más en Ron) e inmediatamente se pusieron a charlar del verano. Y todavía hablaban cuando subieron al tren y se acomodaron en un compartimiento vacío.
Draco estaba preocupado. Muy preocupado. No sólo le había abofeteado la última persona que hubiera pensado, sino que además no la veía por ninguna parte. No debería buscarla, que se pierda. Al fin y al cabo me ha abofeteado. Nadie tuvo nunca esa osadía, bueno Hermione sí, se merece un castigo, que no le vuelva a hablar. Pero mientras pensaba y la maldecía en voz baja, sus ojos buscaban ansiosos en la multitud. Empezó a desesperarse. Ya sólo quedaban cinco minutos para que saliera el tren ¿Y si no subía porque estaba enfadada? Sólo de pensarlo se le oprimía el corazón. Empezó a empujar a la gente en su ansía por pasar. Por fin la vio. Estaba en una esquina hablando con alguien. Con un último esfuerzo llegó hasta allí.
- Maldita sea Kat, ¿Dónde estabas?- Cuando Draco fue a cogerla de la manga para volverla vio por fin a la persona con quien estaba hablando. Pansy. Con razón le había pegado. Lo que le faltaba. ¿No se llevaban mal?
- ¿Qué es lo que quieres primo?
Todavía anonadado por la situación, Draco no respondió. Simplemente se les quedó mirando con la boca abierta. Al darse cuenta de su fachada, porque Kat sonreía abiertamente y hasta Pansy se estaba cubriendo la boca con la mano, la cerró con un golpe seco.- ¿No se supone que os llevabais mal?
- Bueno, a veces se cambia de opinión.- Kat lo miró muy seria. Está muy guapa seria. Draco sacudió la cabeza.- Además, resulta que tenemos mucho en común.-añadió. Pansy asintió a las palabras de su nueva amiga.
- No te preocupes Draco. No la he puesto contra a ti. Me merezco tu desprecio porque me comporte como una tonta. Pero ya no volveré a caer en el mismo error, ya no deseo ser tu novia y nada más, sólo tu amiga. Pero como aún me sigues gustando te agradecería que no te tomaras ningún tipo de confianza conmigo.
Draco esta alucinado. Sacudió otra vez la cabeza. Esto no le podía estar pasando a él. Por suerte, antes de que pudiera contestar, se escuchó un silbido: el tren estaba a punto de partir. Así que se apresuraron a entrar en el tren y a buscar compartimiento. Finalmente se quedaron los dos solos. Pansy se había ido a buscar a sus amigas, después de haber prometido volver para presentárselas a Kat.
- Bueno Kat, ahora explícame que es lo que pasa.
Harry, Hermione y Ron habían conseguido un compartimiento para ellos solos. Se habían pasado la primera parte del viaje hablando de sus respectivos veranos. Bueno, Harry no habló mucho, la vida en casa de sus tíos era más bien aburrida, muy aburrida. Así que escuchó a Hermione hablar de su verano en Bulgaria con Víctor Krum, para horror de Ron, y al propio Ron de su verano en la Madriguera. Por fin llegaron a un tema del que podía hablar: la misteriosa prima de Malfoy.
- Así que entro en el Caldero Chorreante y allí estaban, abrazándose en medio de la sala. Como si no importará nada. – Ron gesticuló para dar más énfasis a su relato.- La verdad, no se como pudo tocar a un gusano como Malfoy.
- ¿Cómo quién Weasley?- La conocida voz resbaladiza resonó en el compartimiento.- ¿A quién llamas gusano, pobretón?
- A ti, Malfoy. ¿Y tu prima?¿Se harto finalmente de ti?- Ron sonrió dulcemente, hubiera dado lo que fuera por tener una cámara en ese momento, para grabar la cara que iba a poner Malfoy.- Al fin y al cabo, en el anden no tenía pinta de querer estar contigo. A menos que demuestre su cariño a bofetadas.
Draco se puso blanco. Después, recuperándose un poco, los fulminó con la mirada y se largó a toda prisa del compartimiento. Pero no lo bastante para no oír las risas que estallaron a su salida.
- Me las pagareis.
Harry, Ron y Hermione recibieron muchas más visitas durante el trayecto. Dean y Seamus se pasaron a comentar las nuevas sobre el equipo de Quidditch, quién iba a entrar, quién iba a ser el nuevo capitán… Seamus quería presentarse para el puesto de Cazador y hasta Ron se animó para el de Guardián. Más tarde llegó Neville. Todos se quedaron sorprendidos por el cambio que había dado: Del muchacho bajo y regordete apenas quedaba rastro. Había pegado un estirón, quedando incluso más alto que Harry, y parecía que ese estirón se había comido casi toda la grasa, porque, según la misma Hermione, con un poco de ejercicio sería un magnifico partido.
- Hola chicos. Harry te estaba buscando para preguntarte sobre los puestos libres del equipo de Quidditch. ¿Qué pasa? Ah, ya estabais hablando de eso.
- Pues sí. Los puestos libres son dos para Cazador y el de Guardián. ¿A cual te quieres presentar tú?
- Al de Cazador. He estado practicando este verano y se me da bastante bien. – Se infló de orgullo mientras lo decía. No tenía muchas cosas de las que pudiera enorgullecerse. - ¿Quién más se presenta? ¿Lo sabes ya?
- Yo me presento para ese puesto Neville. – le contestó Seamus.- Y Ron se presenta para Guardián.
Siguieron hablando durante un rato más, hasta que Hermione, bastante aburrida, cambió de tema.
- ¿Sabéis lo de los bailes?
Todos los chicos se callaron y la miraron bastante preocupados. Todos recordaban el horror de invitar a una chica. Dean encontró una solución:
- ¿No son en Navidad? Yo me iré a casa de mis padres así que no hay problema.- Todos los chicos sin excepción suspiraron aliviados. Harry empezó a pensar con quién irse, ¿lo aceptarían los Weasleys? Hermione dio al traste con sus esperanzas.
- Pero no sólo hay en Navidad. Como mínimo hay uno de disfraces en Halloween y otro para fin de curso. Y creo que están pensando de poner otro por San Valentín.
- Ay Dios. Todos miraron divertidos a Ron. - ¿Qué? Seguro que piensan lo mismo. – Se echaron a reír. Todavía reían cuando Dean, Seamus y Neville se fueron a sus compartimientos.
- Bueno chicos, ¿sabéis a quien vais a invitar? Espero que no os pase como el año pasado.- Les sonrió dulcemente. Se lo estaba pasando pipa. Harry se puso totalmente colorado pero Ron hizo algo que les tomó totalmente por sorpresa:
- La verdad es que no se a quien se lo voy a pedir aún.- Ron se sonrojó totalmente, su vista no se separaba del suelo.- Aunque este año no será obligatorio, ¿no?
- No lo sé, pero espero que no, porque el año pasado lo pase fatal. Aunque supongo que quien vaya solo hará el ridículo de todas maneras.
- Bueno Harry, en ese caso sólo hace falta pedírselo a alguna amiga, para que no se piense nada y así luego no hace falta bailar ni nada, solo te tienen que ver entrando con ella.
- ¿¿Qué??- La sonrisa dulce había desaparecido.- ¿Vais a invitar a una chica solo para dejarla tirada a los cinco minutos?
- Vamos Hermione, no es para tanto.- Ron quitó importancia al asunto, mientras gesticulaba indolentemente con la mano.- Además, nunca se sabe, a lo mejor alguna ha mejorado del año pasado a éste.
Hermione se quedó totalmente tiesa. Permaneció tanto tiempo así que Ron se empezó a preocupar, no se había esperado esa reacción. Su amiga lo miraba con tal furia en los ojos que empezó a desear volver a encontrarse en algunas de las desesperadas situaciones en las que se había visto envuelto anteriormente. Cómo la guarida de Aragog, la araña gigante.
Hermione cogió aire con un silbido. Lo gritos resonaron por todo el compartimiento y parte del tren.
Mejor será que me vaya y los deje solos Harry se levantó con cuidado y salió al pasillo. Luego de cerrar la puerta, miró a ambos lados, estaba desierto excepto algunos chicos de los cursos más bajos. Se recriminó el hecho de no haber preguntado a los chicos cuál era su compartimiento. ¿Y ahora qué? Debería salir más a menudo. Se encogió de hombros. No iba a volver a entrar. Así que eligió una dirección al azar y aguzó el oído cada vez que pasaba por una puerta intentando encontrar a sus amigos.
- La verdad no entiendo porque te cae tan mal. Acabas de reconocer que apenas lo conoces.- Kat levantó la vista hasta su primo. Draco estaba sentado enfrente de ella mirando por la ventana. Tenía los brazos cruzados y cara de fastidio. Kat sabía que el fastidio ocultaba incomodidad.- ¿Y bien? ¿No me vas a contar que pasó? Te recuerdo que yo te acabo de contar todo los que he hablado con Pansy.
- No pasó nada.- Draco suspiró fastidiado, estaba claro que su prima no iba a parar hasta sonsacarle la verdad. Bueno, la verdad es que me apetece tener a alguien a quien contarle las cosas. Alguien con un poquito de más cerebro que Crabbe y Goyle. Y con menos ambición y un poco más de lealtad hacia mi. Suspiró otra vez – Mira, siéndote sincero lo que me pasa con Potter es que le ofrecí mi amistad el primer día y me rechazó, haciéndome quedar en ridículo. Y después se junto con esa Granger que me supera en todo y que Padre siempre me está recriminando ese hecho, de que me deje ganar por una sangre sucia. Y Potter siempre consigue lo que yo quiero antes y me fastidia mucho.
Kat lo miró asombrada. La verdad es que ya se imaginaba algo así, porque sabía que su primo era muy orgulloso y que su padre siempre le estaba exigiendo todo. Pero no esperaba que se sincerara tan rápido y con tanta confianza con ella. Lo miró con ternura.
- No te preocupes primo. Este año ganarás a Potter al Quidditch y a Granger en las notas.- Se inclinó y le cogió la mano.- Ya lo verás.
Se sonrieron.
Harry estaba totalmente asombrado. ¿Eso era lo que le pasaba a Malfoy? Bueno, ahora veía con otra luz lo que había pasado durante esos años, las peleas, las traiciones… Debía de ser muy duro tener un padre tan exigente. Sacudió la cabeza. ¿Qué le pasaba? No iba a perdonar a Malfoy tan fácilmente, él había elegido ser tan desagradable. Aunque si fuera más amable con él podría conocer mejor a Katrinna Ahora si que sacudió con fuerza la cabeza. ¿En que estaba pensando?
- ¿Harry?- El aludido se volvió. Esperaba que fuera Katrinna. Era Ginny.
- Hola Ginny. ¿Qué haces?
- Te vi por el cristal. ¿Por qué no estás con Ron y Hermione? Deberías ponerte la túnica, estamos a punto de llegar.- añadió.
Harry sonrió maliciosamente.
- Es que las peleas de gente enamorada-pero-no-se-nota ya me han hartado-
- Pues estamos a principios de curso.
Harry gruñó.
Por fin el tren se paró en Hogwarts. Los alumnos de bajaron con una mezcla de emociones. Los de primer año preocupados, algunos incluso asustados. La mayoría estaban excitados y con ganas de empezar. Dos jóvenes bajaron riéndose de una pareja que no quería reconocerse como tal y bastante colorada, que aún discutía. Cerca de allí un muchacho sonrió con confianza mientras ayudaba a bajar a su prima, que miraba curiosa el andén.
Todos marcharon hacia el castillo. Por que todos compartían un sentimiento, una urgencia: Tenían hambre.
El Gran Comedor estaba lleno a rebosar de los alumnos de las diferentes Casas: Slytherin, Gryffindor, Ravenclaw y Hufflepuff. Todos los alumnos de primer año acaban de ser seleccionados, sólo faltaban dos alumnos, ellos irían a quinto año, por eso se habían quedado los últimos. Además de Katrinna, Harry vio a un muchacho alto, de pelo castaño y ojos dulces de color miel. Ginny suspiró a su lado. Al parecer algunas chicas los veían guapo. Bueno bastantes chicas, se corrigió después de una mirada al comedor.
- Solenn, Wolfgang.- McGonagall seguía tan seria y estirada como siempre. Harry sonrió, aunque nunca lo admitiera, la verdad es que la estricta profesora de Transformaciones y Cabeza de la Casa Gryffindor le caía muy bien.
El muchacho se adelantó. En su mesa, en todas las mesas, muchas chicas cruzaron los dedos por debajo del mantel. Solenn se sentó en el taburete y se puso el Sombrero Seleccionador. Después de un momento…
- ¡¡¡Ravenclaw!!!
El Salón estalló en aplausos. Ginny, Parvati y Lavender suspiraron desilusionadas. Ahora le tocaba el turno a la chica y a los chicos cruzar los dedos.
- Malfoy, Katrinna
Se levantó un murmullo en el Salón, muchas cabezas se volvieron a mirar a Draco, que estaba muy erguido sonriendo con suficiencia. Otras muchas siguieron los movimientos de Katrinna hasta la Mesa y el Sombrero Seleccionador.
- Irá a Slytherin, Harry, ya lo verás.- Ron se inclinó para susurrarle al oído.
- Vamos, Ron.- Hermione lo miro desde enfrente con reprobación.- No tiene porque ir a Slytherin sólo porque su primo esté allí. Los tres esperaron con ansia el dictamen del Sombrero.
- ¡¡¡ Slytherin!!!
- ¿Lo veis?- Ron sonrió triunfante. En Slytherin, todos se levantaban para saludarla y para reacomodarse, estaba claro que se iba a sentar al lado de su primo. Aunque parecía haber estallado una disputa por ver quién se sentaba al otro lado de Katrinna. Lo hizo Pansy. – Estaba seguro que acabaría allí, es una Malfoy.
- Pues a mi me caía muy bien.
- ¿Quién te caía bien Harry?- Ginny lo miró preocupada. No me digas que al final la había visto. Adiós esperanzas Ginny no esperó una respuesta. Miró una vez más hacia Slytherin (Que guapo que estaba Malfoy) y se sentó al lado de Colin Creevey.
- Espera Ginny!! ¿Y ahora qué pasa?- Harry miró confundido a Ron, que se reía silenciosamente.
- Me parece que estás hecho un rompecorazones.- En ese momento Dumbledore se levantó para hacer el tradicional discurso de apertura, por lo que no tuvo oportunidad de contestar.
- Bienvenidos alumnos, bienvenidos a un nuevo curso en Hogwarts. Antes de que empecéis a comer, como seguro que muchos desean ya.- Ron gruñó en asentimiento.- He de daros unas noticias y presentaros a los nuevos profesores. En primer lugar, os presento a Fleur Delacour, la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras.- El Salón estalló en aplausos cuando la joven francesa rubia se levantó de su asiento. Fueron especialmente calurosos en Gryffindor, donde Ron y Harry se levantaron de sus asientos en homenaje, y Ron para verla mejor, pero es que ya la conocían del curso pasado, cuando vino al Torneo de los Tres Magos.- Y a la señorita Samantha Blake, que impartirá el nuevo curso de Duelo.
Todos se quedaron ensimismados viendo como la joven se levantaba. Tenía un cabello negro como la noche que le bajaba ondulado hasta más debajo de la cintura y unos ojos violetas que destellaron divertidos cuando vieron la cara de los presentes. Después de unas toses de Dumbledore, para llamar la atención de los presentes y sacarlos del nirvana, todos aplaudieron mientras cuchicheaban sobre la nueva asignatura.
- Para los interesados en la asignatura, mañana los prefectos pasaran los formularios para consignarse. Esta asignatura es optativa para los cursos de cuarto en adelante. Bueno, además de las consiguientes advertencias de todos los años, es decir, queda prohibido ir la Bosque sólo y más de noche.- Como siempre Dumbledore miró a los gemelos Weasleys, que sonrieron como ángeles.- He de añadir que espero que este año levantemos la sombra que la muerte de nuestro compañero bajó al final del año pasado. Por favor, que comience el banquete.
En Slytherin todos miraban embelesados a Katrinna, que fingía que no se daba cuenta mientras charlaba con Pansy, y asediaban a preguntas a Draco. Draco contestó de buena gana en un principio a todos, disfrutando de la atención tanto de los chicos por su prima como por las chicas, pero pronto se empezó a aburrir de tanto interrogatorio y hacia el final de la cena empezaba a cabrearse. Kat lo miraba preocupada, sabía reconocer los síntomas de cuando su primo se empezaba a enfadar, tenía mucha práctica.
- Bueno, estoy cansada de tanto hablar de mí. ¿No tenéis ninguna leyenda interesante de Slytherin o del colegio?
- Bueno, está lo del profesor Binns…
- Anda ya tío, eso es un aburrimiento, mejor es lo de Cedric…- En un momento estaban todos hablando, mientras Kat los miraba a todos sorprendida. Era una simple pregunta!
- La Cámara de los Secretos.
Un silencio sepulcral se hizo en la mesa. Todos sin excepción miraron a quién había hablado. Kat se giró.
- La Cámara de los Secretos, querida prima, es una leyenda, o mejor dicho una historia, del Colegio y de Slytherin.- continuó Draco. Disfrutando de la atención de su prima, se arrellanó en su silla y, juntando las manos ante él, puso su pose más seria. Era intimidador.- La Cámara de los Secretos la construyó Salazar Slytherin, fundador de nuestra casa, para eliminar a todos los sangre sucia que los demás – Hizo un vago gesto con la mano hacia las demás mesas- permitían entrar en Hogwarts. Para ello escondió en ella un monstruo y la selló, de tal manera que sólo su heredero supiera cómo abrirla y desatar su furia. – Draco se inclinó lentamente hacia Kat, que lo miraba paralizada, fascinada. – La última vez que se abrió fue hace tres años.
- ¿De…de verdad?- Tragó saliva.- ¿Y que paso? ¿Quién la abrió?¿Quién la cerró?
Draco se quedó mirándola en silencio. La mesa estaba totalmente inmóvil, totalmente pendiente de ellos. Tanto se alargó que incluso los profesores miraron. Y ellos siguieron mirándose, quietos. Draco se inclinó suavemente hacia su prima, sus labios rozaron su oreja.- Eso te lo diré más tarde
Katrinna se estremeció.
Draco sonrió al ver la reacción de Kat y lentamente se levantó y se fue del Comedor. Todos los ojos de los presentes lo siguieron hasta que atravesó las puertas. Y ciertos ojos verdes aún más allá.
- Me pregunto quién leches se creé que es.- Ron miró enfadado hacia donde había desaparecido espectacularmente Malfoy. Muy a su pesar, tanto él como la mesa de Gryffindor, la más alejada de Slytherin, había acabado cayendo en el embrujo. A Ron eso le sacaba de quicio, sobre todo porque no se había enterado de que hablaban.
- Vamos Ron. A ti lo que te molesta es no haberte enterado de lo que hablaban.- Por supuesto Hermione le había vuelto a leer los pensamientos. Era extrañamente irritante y a la vez muy agradable.
- Yo no sé si Ron tendrá curiosidad, pero yo me muero por saber de que hablaba con Kat.- Harry miraba ensimismado hacia la rubia, con el mentón apoyado en la mano y los ojos relucientes. Tan fijamente miraba que no se dio cuenta de las miradas de inteligencia que cruzaron Hermione y Ron. Ni que la mayor parte de su mesa empezaba a mirarlo alternativamente a él y al objeto de su atención.
- Harry, si la sigues mirando así la vas a asustar.- Seamus le dio con el codo. Harry volteó a verlo un tanto sonrojado, para encontrarse con que toda la mesa lo miraba. Estallaron en carcajadas.
- ¡Los de primero por aquí! ¡Síganme todos los primeros de Gryffindor! – Hermione se sentía a gusto haciendo por primera vez su papel de prefecta. Mientras los llamaba, y los contaba mentalmente, agitaba la mano e iba retrocediendo lentamente hacia las puertas. Por desgracia iba de espaldas: chocó contra algo.
Hermione y el muchacho contra el que había chocado se tambalearon ligeramente. En un acto reflejo, ambos se volvieron para ver si podían ayudar al otro o sostenerse ellos mismos. Quedaron muy cerca. Mucho
- Perdona, no te había visto! ¿Estás bien? Yo… lo siento.- Hermione notó que empezaba a tartamudear. Pero es que la mirada del joven la estaba poniendo nerviosa. Tenía los ojos tan bonitos, su color dorado relucía intensamente. Hermione parpadeó. – Esto… ¿Puedo ayudarte en algo? Espera, eres el nuevo.
- Wolfgang. – Sonrió, con una media sonrisa tímida que era absolutamente deliciosa. – Perdóname tú a mí, tú estabas ocupada guiando a los pequeños, era yo el que estaba distraído. ¿Estás bien? ¿Cómo… - En ese momento el prefecto de Ravenclaw se acercó.
- Vamos Wolfgang, tenemos que irnos a la sala común, tengo que enseñarte el camino. Ah, hola Hermione.
- Hermione. – Wolfgang pronunció lentamente su nombre. Su voz tenía un curioso acento que le hacia recordar a Krum. Con cuidado cogió su mano y, acercándosela a sus labios, pero sin besarla, añadió: Es un autentico placer conocerte.
Wolfgang la miró un poco más y luego se dio la vuelta para acompañar a su prefecto, que los miraba totalmente alucinado. Hermione se quedó estática en su sitio, nadie, nadie, la había tratado con tanta cortesía natural en toda su vida. ¡Qué diablos! Tampoco la habían tratado así ni siquiera en broma.
- Esto… perdona pero, ¿No nos tienes que enseñar donde está la sala común?
Ron estaba furioso. Había visto como Hermione y ése se chocaban y como el, el…. Ése, se había atrevido a besarle la mano, ¡ni que estuvieran en la Corte del Rey Arturo! Y Hermione no le había dicho ni pío. Si él hubiera hecho algo así seguro que se le hubiera reído en la cara. O lo habría mandado a la enfermería. Pero no, ella se había quedado mirándolo con cara de embobada. ¡¡No era tan guapo!!
- ¿Has visto al chico nuevo de Ravenclaw Lavender? ¿No es guapo? Y tan educado…
Ron las miró echando chispas por los ojos. Cuando ya abría la boca para desahogar su furia, Harry lo cogió del brazo.
- Cálmate Ron. – Harry no sabía si reír o enfadarse.- NO le vayas a hacer ninguna escena a Hermione cuando llegue, eh?
- ¿POR QUÉ le iba a hacer una escena a Hermione?! ¿Sólo porque anda por ahí besuqueándose con ése, ése… chico?- Ron echaba espuma por la boca.- ¡¡A mi no me importa!!
Harry suspiró.
Ginny subió las escaleras preocupada. Había visto con desconsuelo como Harry no apartaba la vista de la prima de Malfoy. No es que tuviera mucho que ofrecer: Katrinna era alta, guapa, rubia y de ojos increíblemente verdes, por no decir con un cuerpo que cortaba la respiración. Ella era pecosa, pelirroja y con cuerpo de niña Suspiró.
Katrinna bajaba las escaleras charlando con Pansy, riéndose de la escena que el pelirrojo había formado en las puertas del Gran Salón. Al parecer estaba enamorado de una chica que había estado tonteando con el otro nuevo. Pansy la informó de inmediato de todos los pormenores de la pareja y se expandió a gusto con lo que pensaba de cierta sangre sucia sabelotodo e insufrible. Pero los pensamientos de Kat aún estaban en la historia que le había contado su primo. Y en él.
Draco ya estaba acostado, su cuerpo cubierto por el raso plateado de su pijama entre las verdes sábanas. Mientras se acomodaba abrazando la almohada pensaba en los acontecimientos de los últimos días y en su vuelta a Hogwarts. Un cálido sentimiento le recorrió el cuerpo: No más exigencias de su padre, no más fiestas aburridas y superficiales de su madre… Y ella.
Bueno, espero que les haya gustado, si es así reviews!!! Que no les cuesta nada y animan un montón. Bss a todos.
Contestación a los reviews:
Naomi-Chang: Me alegro de que te haya gustado y esperó no haberte hecho esperar mucho, pero aunque tengo unos cuantos escritos no he tenido tiempo de subirlos. Sígueme escribiéndome que me interesa mucho tu opinión. Bss
Arel-M: Bueno es evidente que no te puedo contestar, pero sólo te diré que ya está escrito así que… jajajaja! Bueno, te quedarás con la intriga, solo te prometo que va a ver muchas cosas y muchos líos. Una pregunta por curiosidad: porque no quieres que los ponga juntos??? (la pregunta no significa nada, que conste) Espero que este capítulo también te haya gustado y que me escribas que te parece y que te gustaría que pasara (no es que vaya a cambiar la historia pero siempre son buenas las ideas) Bss
Lord Malfoy: Muchas gracias por tu review, espero que este también te haya gustado. Besitos.
