Lo de siempre: estos personajes no son míos (excepto Kat, Samantha y Solenn), ojalá lo fueran, soy la primera en quererlo. ;D
Perdonad por haber tardado tanto, pero he tenido un examen y he estado ordenando los capítulos, porque algunos quedaban muy cortos y los he fusionado (es que voy siempre un capítulo por delante) y a éste último le he añadido una escena.
Los reviews los contestó al final. Muchas gracias a los que me han escrito y a los que no… Escribidme!!!
CAPITULO III
- Aquí tienen los nuevos horarios y las fechas de los TIMOS.
- Increíble Hermione, no has tardado ni un día en empezar a dar la lata con los TIMOS.- Se veía que Ron aún seguía enfadado por lo de la noche.
- Mira Ron, esto me lo ha dado la profesora McGonagall para repartirlo a todos los de quinto, si no los quieres vuelve a cuarto.
- Eh… ¿no es muy temprano para que empiecen a pelear?- Ambos pasaron absolutamente de Harry, mientras los improperios cada vez más mordaces pasaban de un lado de la mesa al otro. Viendo que no le echaban la más mínima cuenta, Harry empezó a rellenar el impreso para matricularse en la nueva asignatura de Duelo.
- Um, Harry, ¿Qué haces?
- ¿Ya habéis terminado de pelear? La verdad es que estoy rellenando la solicitud de Duelo. ¿Os vais a matricular?
- Claro que sí, ¿no has visto como está la profesora?- Ron obvió la mirada asesina que Hermione le dirigió. Ésta se levantó muy dignamente y se fue a seguir repartiendo los nuevos horarios y las solicitudes.
- Hola Harry, Ron.- Seamus, Dean y Neville acababan de llegar al Gran Comedor. Mientras se sentaban empezaron a leer los nuevos horarios.- ¿Vais a apuntaros a Duelo? Yo creo que lo voy a hacer, porque aunque me quite algo de tiempo parece interesante y no tiene exámenes. Aunque la profesora parece demasiado… delicada para el puesto.
- Que no sea un hombre no significa nada Seamus, al fin al cabo es una de las mejores aurores del Ministerio y durante la guerra contra Vosotros-Ya-Sabéis, era una de las más temidas aunque nunca se rebajó a utilizar las maldiciones imperdonables.
Todos se quedaron mirando a Neville mudos de la impresión. Éste empezó a sonrojarse ante las miradas atónitas de sus compañeros.
- ¿Qué? Conocía a mis padres.- Harry recordó que los padres de Neville eran aurores, aunque ahora mismo estaban internados en el Hospital San Mungo, porque cuando Voldemort cayó los capturaron y los torturaron hasta volveros locos por un grupo de mortifagos que querían información.- Joe, ¿es que no puedo saber algo que los demás no sepan?
- Claro que sí Neville.- Dean se inclinó al aún sonrojado Neville.- ¿Y de que la conocen tus padres? ¿cómo es? ¿Es dura?
Antes de que Neville pudiera contestar o Harry desviar la conversación hacia algo menos doloroso para Neville, alguien tosió detrás de ellos. Era la profesora Blake.
- Neville.- El interpelado se encogió en el asiento.- ¿eres Neville Longbottom?- Ante el tímido asentimiento de éste prosiguió.- Espero verte en mis clases Neville.
Con una sonrisa a los presentes, Samantha dio media vuelta y fue hacia la mesa de los profesores. Cuando se sentó al lado de la profesora McGonagall, los Gryffindors soltaron por fin el aire que habían contenido todo el tiempo. Neville empezó a rellenar el formulario y Seamus lo imitó, aunque Dean se echó para atrás, al parecer ya tenía bastantes asignaturas para matricularse en otra más.
En Slytherin también estaban repartiendo los nuevos horarios y las matrículas para la clase de Duelo, con lo cual a Draco aún no le había dado tiempo a desayunar a pesar de que había sido uno de los primeros en bajar. Pero es que él y Zabini, un guapo chico de su mismo curso, habían sido nombrados prefectos. Cuando por fin terminó de dar los horarios a los últimos retrasados y contestó a la última pregunta (¿Te los damos a ti o al Profesor Snape?) pudo sentarse al lado de su prima a desayunar.
- ¿Cansado?
- Harto, aburrido, …
- Creo que lo he pillado, primo. – Kat le sonrió por el borde de su vaso de zumo de calabaza.- Si tan pesado es, ¿Porqué no te has negado?
- Porque tiene algunas ventajas. Además mi padre no me hubiera dejado negarme, quiere que sea Premio Anual y para ello normalmente es necesario ser primero Prefecto.
- Entonces… que te sea leve.- Katrinna empezó a reírse.
- Por cierto Kat, ¿te vas a apuntar a duelo?
- Claro que sí. Es una de mis preferidas. Pero mejor será que nos vayamos, que vamos a llegar tarde a la 1º clase. Por cierto, ¿cuál es?
- ¡¡¡¡¡¡¡NO!!!!!!!!! Es imposible. ¡¡Es horrible!! ¡¡UN SUPLICIO!!
- ¡RON! ¿Quieres dejar de gritar? ¿Qué es lo que pasa?- Harry lo miró sorprendido, al igual que todos los alumnos que salían en ese momento del Gran Comedor.
- ¿Es que no has visto el horario?
Harry miró el suyo como si fuera una bomba a punto se estallar. No le vio nada en especial, de hecho ahora tenían… Harry volvió a mirar sin podérselo creer, ¿cómo podían ser tan crueles?
- ¡¡¡NOOOOO!!!
- Pero bueno, Harry, Ron. ¿Qué son esos gritos?
- Pero Hermione, ¿Has visto los horarios?
- Bueno, aún no. Pero no le veo lo que…
- ¡¡Tenemos pociones dobles con Slytherin AHORA!!- dijeron al unísono Harry y Ron, con cara asco.- ¡¡¡Es lunes!!!
El silencio se extendía por toda la mazmorra como un manto opresivo, que solo se rompía con el débil rasgar de las plumas de los alumnos.
¿Es que nadie habla en esta clase? pensó Katrinna mientras copiaba la lista de ingredientes de una pócima para adorar. Miró por el rabillo del ojo a su primo que estaba concentrado en escribir una pequeña descripción de la poción en la cabecera de la página. Kat no entendía para que la escribía, ¡si se la sabía de memoria! Es que su primo era el mejor en pociones, tenía el don. Quizá es para Goyle o Crabbe.
- Pss, Draco. Cuéntame algo que estoy aburrida.- Susurró en dirección a su primo.
- En clase de Snape no se habla, además hoy parece de especial mal humor.- le contesto también en un susurro el rubio.
- ¡¡Pero es que me aburro!! Me dijiste que las clases de Pociones eran divertidas y que Snape era el mejor profesor.
- Pero hoy no…
- Señoritos Malfoy.- Snape estaba a su lado, más serio y sombrío que nunca.- Por si no lo saben, en MI clase no se habla.
- Perdone profesor Snape.- La voz de Katrinna sonó muy dulce en el silencio expectante (aunque discreto) de la clase, no todos los días se castigaba a un Malfoy, mientras lo miraba con su mejor cara de ángel. Totalmente inocente.- pero le estaba preguntando una duda al señor Malfoy, porque desgraciadamente mi antiguo profesor no era ni la mitad de bueno que usted, quiero decir, nunca obtuvo el titulo de Maestro de Pociones ni escribió un libro como hizo usted. Por favor, acepte mis más sinceras disculpas si he interrumpido o perturbado de alguna manera su clase, Profesor Snape.
Toda la clase se quedó estupefacta y giraron la cabeza al unísono para mirar a Snape. Éste se quedó mirando a quien tan descaradamente le había mentido, porque la poción era de 3º curso por lo menos y la había oído. Pero, inesperadamente, sonrió.
- Me alegro que conozca mi libro, señorita Malfoy. Espero que siga demostrando su interés hacia la clase y si tiene alguna duda venga a consultarme a mí, si no es molestia.
Y con una palmada en el hombro de Katrinna se fue a la pizarra.
- Ah, -Toda la clase contuvo el aliento. Tanto Kat como Draco, que habían empezado a respirar con normalidad, casi se atragantaron.- Diez puntos menos para Gryffindor. En mi clase no se habla, Potter.
Todos se volvieron hacia donde Potter estaba sentado con Weasley, al parecer comentando el hecho de que Snape hubiera escrito un libro. Ron estaba rojo de ira por la injusticia.
- ¡¡Pero profesor!! Ella también estaba hablando…- Ron gesticuló furioso hacia donde los Malfoy lo miraban divertidos y burlones.
- 20 puntos para Gryffindor por replicarme… Weasley. - Ni siquiera lo miró.
La clase se volvió a sumir en el silencio.
- Tenías razón primo.
- ¿En qué?
- Lo adoro.- Se sonrieron maliciosamente.
- ¡¡Ha sido totalmente injusto!! Ha sido baboso, despreciable…
Ron estalló nada más cruzar el umbral. Con una mirada hacia atrás, Harry y Hermione lo cogieron de los brazos y lo sacaron de allí, antes de que Snape lo oyera y le bajara más puntos a Gryffindor.
- Vamos Ron, tranquilízate.- Hermione recibió la mirada de furia del pelirrojo con serenidad.- Espera a que salgamos de las mazmorras…- cruzaron el umbral que daba al vestíbulo.- para decir lo absolutamente parcial, despreciable, arrogante…
Harry y Ron la miraron escandalizados. Hermione casi nunca decía algo en contra de los profesores, pero jamás, JAMÁS, le habían oído insultar a uno. Aunque fuera a Snape.
- Y ésa, ésa… - La cara de Hermione se empezó a congestionar de la ira mal reprimida.
- ¿Esa qué?
El trío se volvió lentamente. Y allí estaban Draco y Katrinna, con los mastodontes a sus espaldas, mirándoles burlones y, en el caso de Katrinna, desafiantes.
- ¿Qué soy…- la miro despectivamente de arriba abajo.- Granger?
- Mira tú te lo has buscado comportándote como una babosa con Snape.
- Cierra tu boca Granger. No vales lo suficiente para hablarle a mi prima.
- Malfoy, maldito hijo de…!!
Ron se le acercó con los puños apretados, pero Malfoy ni se inmutó. Cuando estaba a menos de un palmo de su cara, le dijo:
- 5 puntos menos para Gryffindor por insultar a un prefecto.
- Y es profesor Snape para vosotros.- añadió Kat.
Y con una última mirada despectiva a los atónitos Gryffindor se fueron hacia su siguiente clase.
El trío estuvo echando pestes contra los Malfoy todo el camino hacia la siguiente clase: Transformaciones. Ron y Hermione se desahogaron a gusto, aunque Harry estuvo anormalmente callado. Pero es que le daba vergüenza admitir que, incluso cuando se metía con sus amigos, había estado más pendiente del reflejo del sol en su cabello y en los destellos de sus ojos verdes, que en lo que estaba diciendo. Tan ensimismado iba en sus recuerdos que al girar la esquina chocó con alguien.
- Perdón, no iba pendiente de por donde iba.- Harry levantó la vista para encontrarse con… Cho Chang.
- No pasa nada… ¡Harry! – Cho Chang abrió muchos sus rasgados ojos.- eh... ¿Qué haces aquí?
- Esto… estudio en Hogwarts.- Harry no sabía que decir. Además, Ron y Hermione habían seguido hacia la clase sin darse cuenta de que Harry se había quedado atrás.- Umm, ¿Cómo estas? Digo… por lo de Cedric.
- Bien. Que sepas que no te hecho la culpa de nada de lo que paso. Me pareció muy valiente que arriesgaras tu vida por traerlo.
Pero mientras decía esto no despegó los ojos del suelo. Además su rostro estaba ligeramente sonrojado. Harry sintió una punzaba de remordimientos mezclado con enfado. Ya se había pasado todo el verano culpándose de lo que paso, sólo pudo perdonarse a si mismo después de una larga conversación con su padrino Sirius Black, cortesía del señor Weasley, debido a que Sirius estaba condenado por un asesinato que no había cometido por el Ministerio de Magia.
- Gracias. Bueno, me tengo que ir.
Harry se fue lo más rápidamente posible hacia la clase, intentando huir de la mirada triste y levemente acusadora de Cho.
Draco y Katrinna volvían de su última clase de la tarde hablando de la genial clase de Pociones mientras se dirigían al Gran Comedor. Todavía estaban riéndose cuando entraron en el Salón y se dirigieron hacia su mesa. A mitad de camino, la profesora Blake les salió al paso.
- Perdone señorita Malfoy, ¿le importaría pasarse por mi despacho después de la cena para hablar de un asunto referente a mi clase y a la de Defensas contra las Artes Oscuras?
- Claro, profesora. Pero, ¿Pasa algo?- La voz de Kat sonaba preocupada. ¡Aún no habían tenido esas clases! Era imposible que se hubiera metido ya en líos.
- No, para nada, es una mera cuestión de interés personal.- la profesora Blake la miró evaluadoramente.- ah, me podría hacer otro favor? Es que no podré asistir a la cena.
- Claro, estoy a su disposición.
- Avise a Harry Potter de mi parte y vénganse juntos a mi despacho. Los espero a las 10.
Katrinna se quedó helada. ¿Tenía que ser Potter? Ya la había puesto bastante nerviosa en el incidente del vestíbulo, mirándola tan fijamente. Le había dado la sensación de que no se hubiera inmutado dijera lo que dijera.
Harry estaba terminando de cenar en compañía de sus amigos cuando se fijó en la mirada que Ron dirigía a sus espaldas. Totalmente pasmada. Cuando iba a girar la cabeza sintió una mano en su hombro.
- Potter, tengo que hablar contigo.
Tendría que haberlo adivinado. Solo ella olía a fresas y vainilla.
- Claro. ¿Ahora? Ya he terminado de comer.
- Acompáñame al vestíbulo.
Ya estaba otra vez. A Katrinna se le estaban crispando los nervios. Pero es que la mirada de Potter le estaba haciendo un agujero en la espalda. Por lo menos es la espalda y no tiene el descaro de mirar más abajo Pensó mientras cruzaba las puertas del Gran Comedor. En ese momento una ráfaga de viento cerró las puertas, dejando a Harry al otro lado. Kat se volvió a abrirle. Cuando tocaba la manilla, la puerta se abrió de repente, con lo que le paso a menos de un centímetro de su cara.
- ¡Maldita sea, Potter! Podrías tener más cuidado, casi me estampas la puerta contra la cara.
- Lo siento, ¿estás bien?- Harry se acercó a la joven con un gesto de preocupación. Siguiendo un impulso le tocó la cara con la mano, examinando con sus dedos para comprobar que no se había hecho nada.
Katrinna no sabía como reaccionar. Los dedos de Harry le hacían suaves caricias en la mejilla, mientras que sus ojos verdes buceaban en la profundidad de los suyos, cómo siempre hacía. Nunca se había visto en una situación parecida, no sabía si empujarlo o quedarse donde estaba. ¿Es que no era consciente de la situación en la que la ponía? En ese momento sus ojos se despegaron y vio a todo, TODO, el Comedor mirándolos.
- ¡¡¡ ¿¿Se quiere saber que haces??!!! Apártate.
Kat lo empujó con fuerza, pero con tan mala suerte que Harry no fue muy lejos. Tenía la espalda apoyada en el canto de la otra puerta, que seguía cerrada. Así que cambió la anterior situación por una en la que ella tenía las manos sobre el pecho de Harry, que no estaba nada mal por lo que se adivinaba, y con su cara a menos de medio metro. Su inmediata reacción fue echarse hacia atrás… golpeándose con la puerta que estaba abierta.
- Ouch. Maldito… Maldita pu… ¡¡Harry!! Haz el favor de acompañarme de una puta vez y dejarte de tonterías.- Kat estaba furiosa consigo misma. ¿Por qué parecía que tenía mariposas en el estómago?
- ¿Estás bien? – Harry se empezó a acercar para comprobar su estado, pero se paró en seco ante la mirada destellante de Kat.- ¿Me has llamado Harry?- Se le escapó una sonrisa.
La rubia simplemente se dio la vuelta y comenzó a andar. Harry empezó a seguirla pero tuvo que detenerse otra vez… cuando el Gran Comedor estalló en silbidos y aplausos. Solo tuvo que mirar por encima del hombro para decidirse a seguirla lo más rápidamente posible. Draco se estaba empezando a levantar con una mirada asesina en sus ojos glaciales.
- Kat, ¡¡espera!!
- ¡¡ NO ME LLAMES KAT!!
La puerta del retrato se abrió silenciosamente. Harry traspasó el umbral de puntillas, esperando no despertar a nadie. Era la 1 de la madrugada. Cuando comenzaba a respirar tranquilo, tuvo una visión de un pelirrojo muy enfadado sentado en uno de los sillones de delante del fuego.
- Ron, déjame que te explique. ¡No me mires así!- Harry sintió como el sonrojo le subía por todo el cuello hasta sus mejillas, era imposible ponerse más rojo.- La profesora Blake le había dicho que me llamara para ir a su despacho. Quería hablar con nosotros, sólo era eso.
- ¿Y por eso casi la besaste?
Sí que se podía poner más rojo.
- ¡Yo no la besé! ¡Ni siquiera lo intenté! Fue la puerta. Quiero decir, la puerta se cerró y yo casi le di en la cara…
Ron se levantó del asiento y se dirigió hacia Harry lentamente, que empezó a retroceder hasta darse con la pared.
- Eh… Ron, yo…
- ¿Te gusta?
- Umm… Sí. Eso creo. No sé. No. Sí.
- ¿Sabes lo que pienso? – Ron lo miró con una cara que hubiera asustado a Sirius Black.- Que Malfoy te va a matar.- Y se echó a reír.
- Serás…!!!
Harry persiguió a Ron escaleras arriba hasta su cuarto, donde Ron ya estaba retorciéndose de risa en su cama, con lo que Harry tuvo que ahogar sus carcajadas con una almohada (y de paso a él). Cuando por fin se acostaron, después de que Harry le contara a Ron detalladamente lo que realmente había pasado, Ron aún se reía entre dientes.
Pero pasó algún tiempo antes de que Harry se durmiera, pensando en unos ojos verdes.
Era la única clase en la que los alumnos estaban tan silenciosos, pero es que la clase de Snape imponía. Y si imponía cuando era su hora y Snape estaba obligado a darles clases, cuando era una sustitución… Mejor no buscarle las cosquillas.
- ¿Por qué hasta las sustituciones nos la buscan con Slytherin?- le susurró cierto pelirrojo a su compañero.
- Shhh.- Hermione los chistó enfadada desde su asiento. Pero era comprensible su enfado. Snape les había quitado 25 puntos a Gryffindor en lo que llevaban de clases: 15 minutos.
- Es que no entiendo porque tenemos que tener sustitución en vez de dejarnos la clase libre, y encima con Snape y Slytherin!!
- Es sencillo.- le contestó Hermione.- no podemos perder clases porque se acercan los TIMOS y como la clase que hemos perdido es Criaturas Mágicas, que seguimos teniendo con Slytherin, es lógico que busquen una materia que también demos con ellos.
- Pues con lo que va a faltar Hagrid vamos a tener MUCHAS clases con ellos.- apuntó el moreno, pensando en el encargo que le había dado Dumbledore de ponerse en contacto con los gigantes.
- Genial.- la voz de Ron sonaba realmente amargada.- Pero podían haber adelantado la clase de Duelo o DCAO y no dar esta mierda con Snape.
- Me alegro que le guste mi clase Weasley, 15 puntos menos para Gryffindor por su mala lengua. Y 10 menos por hablar en mi clase.- La fría voz de Snape sonó a sus espaldas. Se había ido acercando poco a poco sin que ellos se dieran cuenta y les había escuchado toda la conversación.
Algunos de los Slytherins se reían y Snape los miraba amenazador y burlón.
Este nos guarda algo pensó Harry. No se equivocaba.
- Ah, ya que el Trío Maravilla habla tanto en mi clase, será porque se saben de maravilla la lección sobre venenos de hoy, más considerando que es un pequeño repaso. Así que, veamos un par de voluntarios… Ah si! Weasley y Potter – ensanchó su sonrisa burlona – se prestarán como voluntarios para probar el antídoto que van a preparar ahora mismo.
Ahora si que se reían los Slytherins, en especial Draco, que los miraba satisfecho. Sin embargo, como no pudo de dejar de notar Harry, Katrinna no se reía. A decir verdad tampoco miraba en su dirección, estaba totalmente concentrada en su lección, a pesar de que no podía haber dejado de notar el bullicio reinante.
- Katrinna no se ríe.
- ¿Qué?- Ron lo miraba alucinado y muy divertido.- ¿Es que no puedes dejar de mirarla ni un solo momento?
- ¿Cómo?- al darse cuenta de que lo había dicho en voz alta, Harry se sonrojó. No había sido su intención. Por desgracia, no sólo Ron había escuchado el comentario, sino también Neville y Seamus que se sentaban detrás. Harry se pasó el resto de la clase escuchando comentarios jocosos sobre su "fijación" por la Slytherin.
Katrinna estaba intentando concentrándose en la maldita poción que Snape les había mandado. Y podría concentrarse mucho mejor si no sintiera en su espalda la ardiente mirada de cierto moreno. No es que le cayera mal, pero su actitud la ponía nerviosa, muy nerviosa, y por ello se comportaba cortante con él. Bueno, el comentario de esa estúpida Granger en el pasillo no había ayudado a mejorar sus relaciones.
Cuando Snape volvió a sentarse en su mesa después de amenazar a los Gryffindors (¿por qué se ríen? No hay quien los entienda) Katrinna se volvió hacia Pansy, quién se sentaba en el pupitre de al lado (en el otro estaba Draco).
- Oye Pansy, ¿tú crees que de verdad los envenenará?
Pansy se le quedo mirando pensativa. Ya creía Katrinna que no le iba a responder cuando le dijo:
- La verdad en cualquier otro momento no dudaría en decirte que sí, pero no se porque no creo que hoy lo vaya a hacer, aunque ahora sea esa su intención.
- ¿Por qué?- la respuesta de Pansy la había dejado totalmente intrigada.
- No sé, es simplemente una corazonada.- Miró al profesor de pociones, que en ese momento miraba a hacia los Gryffindors con una mueca ligeramente sádica en el rostro.- aunque quizá me equivoque.- añadió.
No había terminado de decir estas palabras cuando la puerta de la clase se abrió, dejando paso a la última persona que hubieran pensado cualquiera de los alumnos.
Cuando Samantha Blake entró en la clase de pociones se llevó una cierta sorpresa al ver a los alumnos allí dentro. Se suponía que era la hora libre de Snape.
- Buenos días.- Saludó a la clase mientras avanzaba hacia Severus. Una vez a su lado añadió.- Creía que era tu hora libre. Si no molesto me gustaría quedarme y hablar después contigo.
Severus no sabía que contestar. Nunca había cultivado amistad con ninguno de los profesores y éstos habían acabado asumiendo que las mazmorras eran el territorio privado de Snape y casi nunca bajaban allí. Así que se encontraba por primera vez en años en esta situación.
- De acuerdo profesora. Pero por favor no hable y no distraiga a mis alumnos.- le contestó quizás más frío de los que había pretendido.
- Claro que no molestaré.
El resto de la clase pasó en el normal silencio, que sólo era interrumpido por una serie de miradas. Snape miraba curioso a Samantha, aunque no sacaba nada en claro. Samantha se había sentado al final de la clase y miraba todo con cierta curiosidad, pero sin decir nada ni reflejar nada de lo que le pasaba por la cabeza. No había dicho porque quería hablarle y Severus no se atrevía a preguntarle por miedo a parecer ansioso.
Harry se pasó el resto de la hora soportando las esporádicas risitas de sus compañeros cuando lo pillaban mirando hacia Katrinna. Pero es que no podía evitarlo, su extraño cabello era un foco que lo llamaba hacía él. Así que se dedicó a mirarla a hurtadillas, para que ni sus compañeros ni ella, ¡y menos a un Malfoy, que lo mataría! Se dieran cuenta.
Cuando por fin la clase terminó, todo el mundo recogió lo más aprisa posible, esperando que al profesor no le diera tiempo de mandarles tarea. Pero era una preocupación vana, ni siquiera había levantado la cabeza de su escritorio.
Cuando la clase quedó algo atrás y se consideró a salvo de los oídos de Snape, Katrinna se acercó a Pansy.
- Al final tenías razón.- le dijo sonriendo.
- ¿en qué?- Pansy estaba algo distraída, porque su libro de pociones se había revelado y no quería entrar en la mochila.
- En que al final se olvidaría.
Ambas se sonrieron. Pansy, con un brillo risueño en los ojos, le susurró conspiradora.
- ¿De qué crees que estarán hablando?- ambas se echaron a reír y se negaron a contestar a las preguntas de Draco y Blaise acerca de su comportamiento.
Cuando el último alumno hubo salido de la clase, se hizo un silencio algo incómodo (por lo menos para Severus), entre ellos. Al final, Snape carraspeó:
- ¿De qué querías hablarme?
- ¿Cómo es que tenías clases con ellos?- la morena profesora no parecía haber escuchado su pregunta. Severus arqueó una ceja.
- ¿Qué? La clase de Cuidado de Criaturas Mágicas se suspendió y cómo van bastante atrasados en pociones me cedieron la clase para que avanzaran. Además, necesitaban una clase donde les tocará juntos.
- Ah.
- ¿Ya está?- Severus no se lo podía creer. Se apoyó en el escritorio y cruzó los brazos, adoptando su mejor pose amenazadora y "correcta".
- Ya está. – Samantha le dirigió una dulce sonrisa mientras sus ojos brillaban con picardía.
- ¿Sabes que no me gustan que me molesten por tonterías? – Viendo que Samantha no reaccionaba a su pretendido tono intimidatorio, si acaso ensanchó su sonrisa, concluyó.- Y puedo ser bastante peligroso si me molestan.
Samantha se acercó a él lentamente hasta que consiguió que él se removiera un poco en su sitio, pero sin llegar a rozarle
- Me gusta lo peligroso.
Y, dándose la vuelta, se fue, dejando Snape mirándola totalmente sorprendido.
Contestación a los reviews:
Arel M: Bueno espero que te haya gustado, aunque creo que el siguiente te gustará más, jejeje. Bueno quizá (como ya te dije) estas en lo cierto o no en lo de Wolf. Sólo te adelanto que este chico dará muchas sorpresas y que saldrás más en adelante. Respecto a Ginny, creo que en el próximo capítulo… jajaja, no te digo más te dejo con la intriga.
Espero tu siguiente review diciéndome lo que te a parecido con impaciencia.
Sailor Rukawa: Bueno siento lo de Ginny, pero aunque no mejore su situación por el momento, quizá dé unas cuantas sorpresas. Me alegro que te haya gustado y espero seguir recibiendo tu opinión.
Aliena: Bueno, esto ya tiene algo nuevo impaciente!!! Eso me pasa por dejarte leerte la historia antes de subirla, snif. Jejeje besitos.
Ah, al final tenía razón con los prefectos, jajaja. Y tu querías quitarme uno. XD
