Esta vez si que he tardado, pero es que no escribís reviews!! Snif. Y animan mucho para escribir. Bueno, aquí os dejo el nuevo capítulo, espero que os guste, con la mima retahíla de siempre: Los personajes no son míos sino de J.K.Rowling, etc…

            S. Lestrange

CAPÍTULO V

La siguiente semana pasó con relativa tranquilidad en Hogwarts, quizá debido a que todos esperaban con ansia el primer fin de semana en Hogsmeade. Slytherin y Gryffindor se dedicaban a evitarse lo más posible, excepto en las clases que coincidían.

Como en Duelo.

            En la clase sólo se escuchaba la voz de la profesora mientras dictaba las reglas fundamentales de un duelo entre magos, desde los modales hasta las "reglas". No había comentado nada sobre la última clase.

            En mitad de su discurso respecto a que reverencias eran las apropiadas, ni muy pronunciadas ni muy leves, cuando la puerta de la clase se abrió.

- Buenos días profesor Snape, ¿pasa algo?- La voz de Samantha sonó totalmente despreocupada, como si fuera normal y natural que el profesor Snape, conocido en toda la escuela por su talante reservado y cínico, entrará en su clase. Los alumnos estaban flipados.

- No nada. Sólo le devolvía la visita.- Snape sonrió torcidamente. Por los milagros de la vida, la mueca, en vez de afearle el rostro, hizo todo lo contrario. Muchas alumnas se encontraron pensando que Snape era un hombre atractivo. Si sonriera.

- Vaya, que amable. – la sonrisa de Samantha rivalizó con la suya.- Supongo que con las mismas reglas que en su clase.- añadió.

- Por supuesto.

Snape se dirigió al final de la clase y se sentó detrás de unos aterrorizados alumnos. Se acomodó en el asiento, echándose hacia atrás y extendiendo las piernas.

- Por favor, no se interrumpa por mí.

La clase siguió sin ningún tipo de interrupción, quitando las frecuentes miradas (sobre todo por parte de los Gryffindors) hacía atrás. Snape no varió su postura durante toda la disertación de Samantha, excepto cuando una pregunta de una alumna motivó su interés.

- Perdone profesora, ¿pero vamos a hacer más prácticas de Duelo?

- Claro que sí, señorita Brown. ¿Por qué lo pregunta?

- Bueno profesora, pero creo que todos estarán de acuerdo que después de… um… el comportamiento de la Slytherin, no creo que sea seguro que los demás nos expongamos a sus maldiciones.

Quedó bastante claro que había llamado a los Slytherin poco menos que mortífagos. Draco tuvo que contener a Katrinna, que miraba a Lavender con rabia. Si no estuviera en una clase ya se hubiera lanzado un par de buenas maldiciones. De las de verdad.

Snape se inclinó hacia delante muy interesado, apoyando los brazos en el pupitre y recargándose en ellos. Sus ojos brillaban mientras esperaba la reacción de la morena profesora, que miraba sorprendida a Lavender.

- Señorita Brown…- Samantha cogió aire mientras ordenaba sus ideas.- Le puedo asegurar que los duelos serán totalmente inofensivos, a menos que se salgan de lo explicado, y no debe temer nada respecto a sus compañeros.- Los Slytherins la miraban con fijeza. ¿Los defendería?- respecto al comportamiento de su compañera… - la profesora Blake la miró con seriedad.- me parece totalmente natural.

La clase ahogó una exclamación. Los Gryffindors estaban totalmente sorprendidos y la miraban con la boca abierta. Los Slytherins en cambio la miraban sonrientes, aunque también un poco sorprendidos. Excepto Snape, los demás profesores no solían defenderlos. Snape sonreía suavemente. Samantha esperó pacientemente a que la clase le volviera a prestar atención. 

- Me parece natural – a sus primeras palabras se volvió a hacer el silencio- que la señorita Malfoy respondiera con excesiva dureza, aunque a una persona inocente.- sonrió a modo de disculpa a Harry, que asintió con la cabeza.- Yo hubiera hecho lo mismo si hubiera escuchado el comentario totalmente desagradable e inoportuno que se escuchó durante la práctica. Aunque yo le hubiera dado al culpable.- mientras decía esto último barrió con su mirada violeta a toda la clase.- me pareció vergonzoso que una alumna tuviera que pasar por semejante vergüenza.

Katrinna sonrió. Intentó no mirar con triunfo a la Gryffindor. Fracasó.

Cuando Sinistra pasó por el pasillo de Duelo camino de la torre norte se encontró una curiosa escena: un grupo bastante numeroso de alumnos de Gryffindor y Slytherin pegados a la puerta de la clase de Blake, al parecer intentando escuchar detrás de la puerta.

Sinistra se enfadó bastante ante el intento de espiar a la profesora.

- ¿Se quiere saber que estáis haciendo? No podéis invadir así la intimidad de…

- El profesor Snape está dentro.- le cortó uno de los Slytherin que estaban detrás.

- ¿Así? Dejadme paso.- Y Sinistra llegó al principio del grupo… para apoyarse ella también en la puerta junto a Harry, Ron, Draco y Katrinna.- ¿Ha pasado algo?

- Que va.- Le respondió Draco.

- Apenas se escucha nada.- añadió Ron.

El viernes antes de la salida a Hogsmeade el Salón Comedor estaba más concurrido y bullicioso de lo normal en la cena. Todos comentaban la salida con entusiasmo

- Hey Hermione, ¿no tienes ganas de tomarte una cerveza de mantequilla en las Tres Escobas? Yo me muero de ganas.- le comentó un sonriente Ron a la prefecta.

- Esto…- ¿y ahora como se lo digo? Pensaba Hermione desesperada. Se había pasado toda la semana anterior buscando un momento para decirle, decirles, que no iba a ir con ellos a Hogsmeade. Pero siempre se echaba para detrás en el último momento.- Verás…

- Hola Hermione.- Los chicos se dieron la vuelta, para ver quién la llamaba. Era Wolfgang.- ¿Quedamos a las ocho en la puerta?- Se apoyó en el respaldo de Hermione (que estaba entre Harry y Ron) y se inclinó hacia ella.- Estoy deseando enseñarte un sitio.- susurró.

- Claro. A las ocho.

Cuando Wolfgang volvió a su mesa de Ravenclaw se hizo el silencio en la mesa de Gryffindor, alrededor de una ruborizada Hermione que miraba fijamente su plato. Es que la sopa de fideos era muy interesante.

- ¿Vas a ir con el Ravenclaw a Hogsmeade?- El tono de Ron helaría la puñetera sopa.

- Sí. – la voz de Hermione sonó lastimera y culpable.- Yo…

Antes de que Mione  terminara de hablar Ron ya se había levantado de la mesa y había abandonado el comedor ardiendo de cólera.

- ¡¡Ron!!

La salida un tanto brusca del pelirrojo fue observada con diversión desde Slytherin y desde una siento de Ravenclaw, cuyo ocupante sonreía con satisfacción.

El sábado amaneció soleado. Era un magnífico día de otoño. Aunque el sol y los pájaros cantarines parecían molestar enormemente a ciertos pelirrojos, que habían decidido ir andando hasta Hogsmeade.

Harry miró hacia los lados, intentando que algunos de sus amigos dejara el malhumor de lado y hablará con él. Ginny andaba a su derecha con la mirada destellante de furia clavada en el suelo. No le había hecho ninguna gracia la escena del vestíbulo. Y mira que habían bajado tarde para no encontrarse con Hermione. Había sido mucha casualidad que se hubieran levantado también ellos tarde. Mejor a ella no.

Ron iba dándole patadas a una piedra a la de izquierda del moreno. Miraba al suelo con odio, mientras mascullaba cosas para sí que sonaban a un estilo de Así que lo prefiere a él… o Pues que se diviertan mucho. Bueno, a falta de pan buenas son tortas.

- Um, Ron. ¿Qué te apetece hacer unas vez que lleguemos?

- Matarlos.

- ¿Qué?- Harry se paró en seco alucinado. ¿Había escuchado bien?

- ¿Qué? – Ron se sonrojó.- ¿Ha hablado en voz alta?- Al gesto afirmativo de Harry su sonrojo aumentó.- Yo….

Fue interrumpido por unas risas. Al mirar alrededor descubrió a su hermana apoyada en un árbol riéndose hasta perder la respiración.

- Vaya pandilla que estamos hechos.- intercaló entre carcajada y carcajada.- seguro que hemos asustado a Harry.

- Seguro que asustaríais a mucha más gente.- Harry le sonrió burlón.

Los tres se miraron y empezaron a reírse a la vez, olvidado el mal humor de los minutos anteriores.

- ¿Te lo estás pasando bien, Hermione?- La dulce voz de Solenn sonó preocupada. - ¿Prefieres que vayamos a buscar a tus amigos?

- No, estoy bien. – Hermione se ruborizó un poco. ¿Tan evidente era lo que había estado pensando? Disimuló su turbación acercándose a uno de los escaparates que bordeaban la calle por donde estaban pasando. Era un tienda de modas, donde su estrella era un magnifico vestido azul. Le recordó el baile del año pasado, donde fue con Víctor Krum. Todavía se acordaba de la cara de Ron. Ron…

- Hermione…- Solenn se le había acercado por detrás. – Hermione… - Su cara se fue aproximando suavemente. La chica cerró los ojos, alzando un poco el rostro…

- Que bonito. La sangre sucia ha encontrado por fin pareja.

Hermione abrió los ojos de golpe para mirar detrás de Solenn, que se había ruborizado intensamente. Aunque no necesitaba mirar para reconocer la fría voz que arrastraba las sílabas.

- Draco.- Su voz compitió en frialdad.

- ¿Qué pasa Granger? ¿te aburriste del pobretón? Se veía muy solo esta mañana en el vestíbulo.

Hermione no supo que contestar. A la mención de Ron se le retorcieron las tripas y una repentina sensación de culpabilidad la inundó. Balbuceando, miró a sus pies derrotada.

- Oye Draco.- Aunque aún tenía las mejillas un poco rojas, Solenn por fin había encontrado el valor suficiente para enfrentarse a quién lo había pillado en tan delicada situación. No podía permitir que se metiera con Hermione. Además de que no le había gustado nada la mención de Ron.- ¿Y tu prima? ¿Te ha vuelto a abandonar como en el tren?

Ahora fue el turno de Draco de ruborizarse. Con una última mirada amenazante se dio la vuelta, encontrándose con el instrumento de su venganza. Un Malfoy siempre dice la última palabra.

- Hey Ron, felicita a la nueva pareja.

Katrinna entró en las Tres Escobas buscando a Pansy. Ella le había dicho esta mañana que estaría allí con Blaise y Millicent, cuando se despertó. Pero ella le había dicho que iría con su primo, más tarde. Bien, se confirmaba la teoría de que nunca se sabe lo que depara tu futuro: Allí estaba, tragándose su orgullo y buscándola. Sin Draco.

- Hey Kat. ¡Aquí!

- Hola Pansy, te buscaba.- Kat saludó con un gesto poco entusiasta al otro ocupante de la mesa, Blaise Zabinni. Perfecto pensó Kat enojada ahora interrumpo una escenita romántica. ¿Ahora que hago sola?

- Kat siéntate aquí con nosotros. ¿Y Draco? – Al ver la renuencia de Kat en sentarse, miró rápidamente a Blaise.- Estábamos hablando de la nueva "presa" de Blaise.- añadió interpretando acertadamente los pensamientos de la rubia. Rápidamente puso a Katrinna en antecedentes, mientras Blaise pedía una nueva ronde de cervezas de mantequilla.

Pronto se enfrascaron en una animada conversación donde discutían las diversas estrategias de caza de Blaise, intentando encontrar la mejor para acercarse a su nuevo capricho, una tímida Hufflepuff rubia, Susan Bones.

Kat se relajó totalmente y olvidó el incidente del Vestíbulo, causa de que se hubiera apartado de Draco hoy. Bueno, se olvido todo lo que se puede olvidar una Malfoy. Pero no todo lo bueno dura.

- Bueno Kat, cuéntanos que pasó hoy para que te enfadarás con Draco.

Kat soltó un suspiro de resignación.

- Verás, cuando por fin subimos al Vestíbulo para irnos…

Kat apremiaba a Draco a ir más deprisa, mientras pasaban a toda velocidad por las mazmorras. Había quedado con los demás en Hogsmeade, pero primero querían dar una vuelta juntos. Solos.

Pero Draco se había levantado tarde y luego había querido esperar un rato hasta que todos se fueron. Últimamente Kat había notado a su primo un poco tenso y melancólico, aunque nunca le dijo que le preocupaba. Y eso que se lo había preguntando muchas veces.

- Oye Draco, me vas a contar de una vez que te pasa porque…

- ¿Has visto eso?

- ¿El qué?- Kat miró a su alrededor con desconfianza. El rubio era muy capaz de inventar la primera triquiñuela que se le pasara por la cabeza con tal de evadir su pregunta. Otra vez.

Los dos rubios estaban parados en un cruce de pasillos. Ambos estaban muy oscuros y solitarios, pero eso no era de extrañar: era sábado y había salida a Hogsmeade. Kat reconoció uno como el que iba a clase de Pociones y otro parecía ser el que se dirigía al despacho del profesor Snape. Los otros dos no los conocía.

- Mira Draco si no quieres responder…- en ese instante avistó un movimiento por el rabillo del ojo. Una sombra.- ¿Qué diablos…?

Compartió una mirada cómplice con Draco antes de dirigirse hacia el pasillo donde le había parecido ver a la escurridiza sombra. Era uno de los que no conocía, que giraba a la derecha casi inmediatamente, con lo que apenas veía nada de su extensión. Draco se acercó por su derecha, sosteniendo la varita con mano firme.

Cuando estaba a punto de doblar el recodo una mano fría y fuerte la sujeto por el hombro. Ahogó un grito, mientras, temblando ligeramente, se dió la vuelta con la varita en la mano. Sintió a su primo al lado girando también con rapidez, alcanzando escuchar las primeras palabras de un hechizo de sus labios, pero éste no llegó a materializarse, pues su suave voz se diluyo en un siseo. Alzó la mirada.

Era Snape.

- ¿Se pueden hacer que hacen yendo hacia mi dormitorio?

- ¿su dormitorio?- Kat no salía de su asombro.- ¿Por aquí…?

- Así es señorita Malfoy. – Snape la miraba con frialdad.

- Esto profesor- La voz de Draco había adquirido una tonalidad respetuosa que solo usaba cuando quería conseguir algo de alguien con más autoridad que él. Para los demás utilizaba la intimidación. – Nosotros no sabíamos que por aquí se iba a sus aposentos, nosotros íbamos a Hogsmeade, cuando…

- Pues vayan a Hogsmeade. – Y dicho esto se fue por el mismo pasillo que había llamado su curiosidad.

- No le has dicho que había alguien por aquí.-reprendió con suavidad la rubia a Draco cuando los pasos de Snape se dejaron de escuchar.

- Tres cosas: No me ha dejado. Tú tampoco lo has hecho y si había alguien se encontrará con él. Vayamos a Hogsmeade.

La tranquilidad de los Malfoy volvió a ser interrumpida cuando por fin alcanzaron el Vestíbulo. Allí se encontraron con Potter y dos de los Weasleys que al parecer también iban tarde. A su lado, Draco maldijo en voz baja.

Haciéndole un gesto con la mano, para que entendiera que podían pasar por su lado sin que los vieran y evitar una escena, la rubia empezó a andar por uno de los bordes del Vestíbulo en dirección de las puertas.

Cuando los dos rubios llegaron a la altura del trío de Gryffindor sin que éstos se dieran cuenta, alcanzaron a oír parte de su conversación.

- Venga Ron déjalo ya. No es el fin del mundo. – La voz de Harry sonaba un poco cansada. Pero es que llevaba repitiendo lo mismo desde que se habían levantado. A su lado Ginny asentía con la cabeza, respaldándolo.- qué Hermione vaya a ir con Wolfgang no significa que no sienta nada por…- al ver la expresión de Ron comprendió que había cometido un error. Un grave error.

- ¿Por quién Harry?- Al ver que el susodicho no tenía ni la más remota intención de contestar, continuó. – Pues te equivocas. A mi no me interesa para nada lo que quiera ella. – Fue subiendo el tono de voz sin darse cuenta.- además, deberías dejar de meterte en los asuntos de los demás, creo que con los tuyos ya tienes más que suficientes. Porque a ti tampoco te echa la más mínima cuenta esa zorra de Malfoy.- Esto último casi lo gritó. Al darse cuenta de lo que había dicho se sonrojó.

- Ay, Harry lo siento. No pretendía decir…

- ¿El qué, Weasley?

Los Gryffindors se dieron la vuelta para encontrarse a una pálida Katrinna y a un furioso Draco.

- ¿De que te arrepientes pobretón?

- Mira Malfoy esto no va contigo.- Aunque intentaba permanecer impasible y desafiante, Ron no pudo dejar de mirar avergonzado a Katrinna.

- Pues yo creo que si te metes con mi prima va conmigo.

- Ni que fuera tu novia, ¿es que no es capaz de defenderse ella sola?- Ron se acercó peligrosamente al Malfoy.

- Vamos Ron, déjalo. Es normal que se sienta ofendido.- Harry intercedió. Miró por el rabillo del ojo a Katrinna, que los miraba cada vez más furiosa. Se metió entre los contrincantes.- Reconoce que te has pasado un poco…

- ¿Reconocer? Yo no voy a pedirle perdón a la serpiente esa. ¿Es que no sabes lo que se dice? Qué su relación va un pelín más lejos de lo familiar con su querido primo.

Draco no se aguantó más y le dio un derechazo en la mandíbula al pelirrojo, que cayó al suelo. Harry intentó detener al rubio cogiéndolo por la túnica, pero Katrinna le arañó la mano mientras le gritaba que lo soltara.

Al ver que Katrinna atacaba a Harry, Ginny la cogió del pelo para alejarla (cuantas ganas tenía de hacer eso), pero Kat al sentir sus manos en su cabeza se volteó y saco la varita, estrellándola contra la pared que estaba a un par de metros. En ese momento Ron se levantó y placó a Draco, ocasionando su caída y la de Harry, que estaba justo detrás.

Draco sacó la varita desde el suelo, al igual que Ginny lo hacia mientras se levantaba. Todos se miraron con diversas emociones en la mirada.

- ¡¡¡ALTO!!!

El grito los paró en seco, y todos giraron hacia donde provenía la voz, con diferentes grados de renuencia. La profesora McGonagall los miró con ira, totalmente estupefacta.

- ¿Se puede saber que significa esto? NO, cállense, no hace falta que hablen. 50 puntos menos para cada casa y detenciones para todos. ¡¡VAYANSE!!

- Y eso es todo.- Kat miró a sus compañeros de mesa, que los miraban totalmente boquiabiertos.- Me separe de Draco nada más salir del vestíbulo.

- Um…- Pansy no sabía que decir.- ¿Te has hecho daño?

- No…

- ¿De verdad tu y Draco…? ¿Qué?- les recriminó Blaise a sus miradas acusadoras y exasperadas. – Tengo curiosidad.

No pudieron evitar reírse.

Draco se había pasado la mayor parte de la tarde dando vueltas por sitios poco frecuentados en Hogsmeade, para evitar encontrarse con alguien conocido.

Estaba furioso. Por culpa de esos insoportables Gryffindors se había enfadado con Katrinna. ¿Cómo se habían enterado de lo de la semana pasada?Draco sacudió la cabeza frustrado. Lo primero de todo era arreglar las cosas con su prima, y luego enterarse de quién se había enterado y había esparcido el rumor. Y cómo se había enterado. Y luego lo torturaría. Por largo tiempo.

Cuando paseaba ocupado en estos entretenidos pensamientos se dio de bruces con cierta pareja. La sangre sucia y el Ravenclaw nuevo. Iba a seguir de largo, pues no estaba para bromas, cuando decidió fastidiar un poco. Al fin y al cabo, el muchacho de ojos dorados nunca le había caído bien.

La vuelta de Hogsmeade fue un momento de rencuentros.

Draco y Katrinna se vieron cuando estaban a punto de subir a los carruajes que los llevarían de vuelta al colegio. Aunque la primera intención de Kat fue subirse con Pansy y Blaise, finalmente prefirió sentarse junto a Draco, quién echó a los ocupantes de uno de los carruajes para poder estar ellos solos.

- Esto… Siento lo que…- Draco balbuceaba mientras miraba el suelo. Estaba muy incomodo, no solía hacer estas cosas.

- ¿Sabes quién a podido enterarse y cómo?- Kat lo miró con dulzura, con esas miradas que lo perdonan todo, porque entienden.

- No, pero cuando lo pille…

El viaje continuó tranquilo, con ciertos rubios charlando amigablemente, mientras las primeras nubes de una tormenta aparecían en el cielo.

El reencuentro de Ron, Harry, Ginny, Hermione y Solenn no fue tan fácil. Se quedaron estáticos mientras se dirigían miradas de odio o desafío (Ron y Solenn) o miraban avergonzados o incómodos al suelo.

- Solenn, creo que lo mejor será que…

- Entiendo.- Solenn cambio su desafiante mirada por una dulce. Se acercó a ella y la besó en la mejilla, susurrándole: - No dejes que te intimide. – Y cogiéndola de la mano se fue separando hasta que quedaron con los brazos extendidos.- Si me necesitas…

- Qué escena más bonita.

- Ron! – Harry lo miró escandalizado.

- Déjalo Harry.- lo atajó Hermione con firmeza.- Este asunto sólo nos concierne a los dos. Si no te molesta prefiero hablarlo durante el camino- Ron asintió a esas palabras, con la mirada aún llena de ardiente furia.-Solos.

Y solos se subieron a un carruaje.

La tormenta descargo justo cuando los primeros carruajes abrieron sus puertas, por lo que todos quedaron empapados y la cena transcurrió entre hipidos y estornudos.

Sólo hubo una interrupción aparte de la gente que se levantaba para ir a la enfermería a por poción pepperup.

- Estimados alumnos.- La voz de Dumbledore sonó clara en le Comedor, provocando un silencio inmediato.- Sólo quería recordarles la fiesta de Halloween, en donde se celebrará un baile de máscaras después de la cena. A la cena asistirán todos los alumnos, pero sólo los mayores de 4º año, estos inclusive, podrán quedarse después, aunque tendrán que estar acompañados y disfrazados. Para ello, habrá otra salida a Hogsmeade el día antes. Muchas gracias.

El Comedor se llenó de inmediato de emocionados susurros, menos en cierta zona de Gryffindor, que permaneció callada.

En el Nido, todos los alumnos estaban ya acostados, escuchando a la tormenta que rugía fuera. No parecía que quisiera remitir y algunos ya rezongaban a sus compañeros de cuarto sobre el domingo arruinado.

Draco daba vueltas en su cama, inquieto. Las sábanas resultaban pesadas, pero cuando las apartaba a un lado de una patada, no pasaban ni un minuto antes de empezar a congelarse. Todos los demás de 5º dormían ya. El y su prima habían sido los últimos en acostarse.

Empezaba por fin a conciliar el escurridizo sueño cuando unos repetitivos ruidos lo sacaron de su modorra. Cansado, levantó la cabeza de la almohada. Era una lechuza. Golpeaba a intervalos la ventana, o claraboya mejor dicho. Al parecer tenía problemas de estabilidad por la tormenta.

Maldiciendo su suerte, se levantó de su cama y fue a abrirle. Seguramente era para Blaise, con alguna cita o proposición indecente de última hora. Cuál fue su sorpresa cuando la lechuza, totalmente vulgar, como las del colegio, se posó en su mesita y extendió la pata, impaciente.

Draco desanudo la carta con mano firme y con bastante curiosidad. Era un simple papel enrollado, con una palabra escrita en una elegante letra negra.

Pronto

El rubio se durmió enseguida, con el papel firmemente sujeto con una de sus blancas manos.

Reviews:

Arel M.: Bueno, aquí ha habido más Solenn, espero que te haya gustado. Para que veas que no soy tan mala, si has leído con atención verás que ha habido algo que da que pensar. XD. Bueno, que crees que habrá pasado con Ron y Hermione??jejeje. Cambiando de tema, tu fic va genial, pero, ¿Es que nunca hay nadie cuando esos dos…? Porque mira que la sala común suele estar llena de gente. XD. Espero con impaciencia tu opinión sobre este capítulo, el siguiente será…

Noe-arvi: Me alegro de que te gustara el duelo, ha sido difícil de describir. Espero que este capítulo también te haya gustado, esta claro que Hermione va a dejar de ser la chiquilla que era. ¿Qué te parece su nuevo ligue? Aunque… nunca se sabe. bss