Tengo algunas sugerencias abajo, por favor, leerlas y contestarme.
Ah, al parecer no deje muy claro quien era la acompañante de Severus… Bueno, quizá fui un poco retorcida, pero no era mi intención. Quizá añada abajo mi lógica. De todas maneras en este capítulo esta totalmente explicito (vamos, con nombre y apellidos).
Por favor, cualquier duda, sugerencia, etc… Enviarme un reviews!!! Aunque el final ya esta escrito (Tranquilos aún queda mucho…….) siempre puedo modificar algo.
Nada más, por ahora, os dejo para que leáis.
Salazar Lestrange
CAPITULO VIII
Su vuelta a la realidad fue suave, dulce. Se estiró en la cama aún somnoliento, cansado. Parecía que acabada de nacer. Abrió los párpados con cuidado, no sabiendo si quería encontrarse el cuarto totalmente iluminado, señal de que llegaba tarde, o a oscuras, para quedarse a dormir aún más.
- Creo que dormiré de todas maneras.
- Pues te vas a perder la comida.
Draco abrió los ojos, sobresaltado. ¿¿La comida?? ¿Tan tarde era?
- ¿Qué? – Se levantó como un resorte. - ¿Qué me he perdido?
Zabinni sonrió viéndolo como se vestía apresurado. Saboreó el momento mientras decía si ser bueno o no.
- Draco… - al fin al cabo era un líder entre los Slytherins.- Hoy es sábado.
- Umm.- El rubio volvió a tenderse en la cama, sin molestarse en abrocharse los pantalones. – Despiértame para la cena.
- Vaya.
Draco intentó dormirse aún sabiendo que ahora le sería imposible. Maldito Zabinni. Volvió a abrir los ojos, fastidiado.
- ¿Vaya qué?
- Vaya… nada. Si aún no lo sabes…
- ¿QUÉ no sé?
- Umm… nada.
Con un gruñido tiró las sabanas a un lado, levantándose con ayuda de las manos, lo que le dio un aspecto siniestro. Se acercó pausadamente a Blaise, cuya sonrisa se había ido borrando según el rubio se acercaba.
- ¿El qué no sé?
- Verás…- Blaise, intentando mostrar una tranquilidad que no poseía, fue rodeando a Malfoy seguido por los brillantes ojos del rubio. – Bueno, yo me quedé en la fiesta hasta muy tarde, de los últimos. Bueno, - echó una ojeada a la puerta.- no era el único…
- Abrevia
- Vi a Potter con tu prima.
El moreno cerró los ojos esperando oír la explosión. No se produjo. Abrió un ojo, desconfiado. Cuando vio al rubio de pie tranquilamente en medio de la habitación, cerrándole el camino a la salida, los abrió totalmente.
- Umm… Draco. ¿me has oído?
- Sí.
- Amps… Bueno, si no me necesitas… - se acercó lentamente para rebasarlo.- me voy.
El rubio lo miró fijamente unos segundos más antes de darse la vuelta y salir de la habitación rápidamente.
- ¿Draco?
Katrinna miraba continuamente hacia la puerta de la biblioteca. Levantó la mirada tantas veces que Pansy la empezó a mirar también.
- ¿Esperas a alguien? – Preguntó curiosa.
- No… no, claro que no. ¿Por qué iba a esperar a alguien?
- Ya… Bueno, aún está dormido. Ambos.
- ¿¿¿¿Qué???? – Katrinna la miró con sorpresa y con cierta culpabilidad. - ¿Cómo lo sabes?
- ¿Cómo sé el qué?- Pansy volvía a estar sumergida en la lectura de su manoseado libro de romances. – Sólo te he preguntado a quién esperabas.
- No, lo que me has dicho es… - Katrinna estrechó los ojos con suspicacia.- ¿No te acuerdas…?- recordó sus sospechas anteriores.- Nada.
Ahora fue Pansy quién la miró con suspicacia.
- ¿He dicho algo?
- No…
- ¡¡Katrinna!!
- Bueno… ¿Alguna vez has tenido… presentimientos? – Kat se apoyó en la mesa, inclinándose hacia la otra.
- ¿Presentimientos?
- Sí. Espera.- Pansy se sobresaltó ante su vehemente exclamación. La rubia revolvió entre sus papeles con rapidez hasta encontrar uno en blanco. Cogió la pluma y el tintero de su mochila, y cuando lo tuvo todo dispuesto, miró a Pansy con ansiedad.
- Mira, vamos a hacer una prueba. Voy a escribir algo en el papel y me tienes que decir que he escrito.
- Estás loca.
- Venga en serio. – Kat escribió algo con rapidez, mientras escondía las letras a los ojos de Pansy, que la miraba extrañada. – Cuando quieras.
- No sé… ¿Slytherin es la mejor casa?
- No. Venga en serio. Concéntrate. O mejor, no lo hagas. – Añadió como ocurrencia de último momento.
- Como quieres qué…- La voz de Pansy que había sonada exasperada subió una nota. - ¿QUÉ HAS HECHO QUÉ?
- Bien. Prueba superada. Sabía que era imposible que acertarás por suerte.
- Entonces… ¿Es mentira?
Katrinna se levantó pausadamente haciendo gala de toda su elegancia y soberbia Malfoy. Pero no engañó a su compañera, que llevaba viendo los mismos movimientos durante cuatro años, cada vez que él quería librarse de alguna pregunta indiscreta.
- Katrinna…- protestó débilmente.
Harry miró a ambos lados mientras entraba en el Gran Vestíbulo. Su extraño comportamiento no paso desapercibido por Ron, que se quedó parado en mitad del Vestíbulo mirándolo.
- ¿Por qué te paras?
- ¿De quién te escondes? – Contraatacó el pelirrojo.
- ¿Yo? – aunque la voz sonó convincentemente sorprendida, entre su expresión totalmente culpable y el movimiento nervioso de sus ojos, que miraban todos los rincones del Hall, se reafirmaron las sospechas de Ron.
- Sí, tú. – Ron frunció las cejas empezando a enfadarse. - ¿Qué…?- Las piezas encajaron repentinamente en la mente del menor de los Weasley.- ¿Qué pasó anoche? No me intentes mentir, sé que no fue nada con mi hermana.
- Verás…
- Dime solamente que no fue la Malfoy.
Silencio.
- Harry…
La cara de Ron se fue poniendo roja. A Harry le pareció que en cualquier momento le empezaría a salir humo por las orejas. Ron abrió la boca, posiblemente para maldecirlo, pero la volvió a cerrar fuertemente después de mirar un momento en la dirección de Harry. Se dio la vuelta con brusquedad, mientras le gruñía que se diera prisa porque tenía hambre.
Harry lo miró sorprendido un momento pero se encogió de hombros adoptando la sabiduría popular de a caballo regalado no le mires el diente
- ¡¡Harry!!
El susodicho se dio la vuelta, suponiendo con acierto la razón de la huida de Ron y el hecho de que, a pesar de que seguro que lo había oído, seguía su camino incluso más rápido que antes.
- Hola Solenn.
- ¿Puedo acompañarte un momento?- sin esperar la respuesta del moreno, el Ravenclaw lo cogió del brazo y lo arrastró consigo hacia el Gran Comedor.
- Bueno…
- Verás, quería preguntarte si Ron está muy enfadado conmigo por lo de… Hermione. Y quería preguntarte si tú y los demás podemos quedar el fin de semana que viene para ir a hacer un picnic o algo así. – Se quedó mirando unos segundos la expresión de incredulidad de Potter, pero continuó con rapidez obviándola.- No te preocupes, lo tengo todo pensado. Tienes una semana para convencerlo y yo intentaré desaparecer esa semana para que no tenga más… motivos para enfadarse.
El castaño tiró con suavidad del brazo del Gryffindor, dejándolo enfrente de él. Los miró con intensidad, adoptando una expresión suplicante y encantadora, que rompió el corazón al moreno.
- Solo quiero solucionar las cosas.
- Bueno, lo intentaré.- al ver la sonrisa de Wolfgang, añadió.- Pero no creo que…
- ¡¡Gracias!!
Y dejándolo con la palabra en la boca se dirigió hacia su mesa. Después de unos momentos en que lo miró alucinado, se dirigió él también hacia su mesa, donde lo esperaban Ron, Hermione y… Ginny.
Ginny llevaba toda la mañana muy callada, lo que les pareció inusual a sus compañeras, ya que por lo general era muy alegre y siempre estaba dispuesta ayudar a quien fuera a lo que sea. Pero hoy se había levantado, se había vestido y se había ido sin dirigir una palabra a sus compañeras, a pesar de que Sarah la había llamado para que le ayudara a hacerse sus trenzas.
Pero como sabían lo que había pasado en el baile, simplemente se encogieron de hombros, musitaron un pobrecita y la dejaron en paz, para que meditara. Y Ginny hizo eso, pero no del tema que pensaban.
Ni mucho menos.
Aún recordaba perfectamente como se había sentido. Poderosa. Por una vez había dejado de ser la pequeña Ginny y había sido Virginia. Ella. Había tenido poder, autoridad y lo había ejercido. Durante unos instantes había tenido a Malfoy, al prepotente y grandioso Malfoy, a sus pies. Y le había gustado.
Todavía estaba un poco confusa de por qué lo había hecho. Bueno, había perdido su virginidad con un chaval que la odiaba y al cual odiaba, así, sin más. Pero aunque una parte de ella se arrepentía de lo que había pasado, otra quería probar más. La parte más fuerte.
No quería repetir la noche, no. Eso era cosa del pasado, un instante de descontrol. Pero quería probar de nuevo el sentirse superior. Nada de hermanos que la cuidaran y protegieran: Ginny arrugó el entrecejo al pensarlo que la mimaran. En fin, que la metieran en una jaula de cristal a la fuerza. Dejar de ser la pequeña, la débil, la hermanita.
Y sabía donde conseguirlo.
- Hola Harry.- Dijeron Ron y Hermione al unísono. Harry sonrió al escucharlos, más cuando se miraron turbados y enrojecieron a la vez. Ginny solo gruñó.
Aunque esto le hubiera molestado cualquier otro día, se sentía culpable, así que solo le sonrió débilmente y se sentó al lado de Ron.
- Oye, Ron. ¿Tienes algo que hacer el próximo fin de semana?
- ¿Aparte de las pruebas de Quidditch?
- ¿Qué?- Harry lo miró sorprendido. ¿Las pruebas de Quidditch? ¿Ya? Aunque bien pensado la verdad es que estaban tardando demasiado, pero como había habido algunos ataques de mortífagos, los profesores habían estado muy preocupados y las había ido posponiendo. Una y otra vez.- ¿Son el próximo fin de semana? ¿Cómo lo sabes?
- Eh, Harry. Las estuvimos mirando esta mañana en el tablón de la Sala Común.
- Ahhhh.- La cara de Harry compitió con el pelo de los Weasleys presentes. La situación incluso arrancó una sonrisa de Hermione, que había estado compartiendo el aislamiento de Ginny.
- Bueno, Harry.- le pregunto la castaña dulcemente.- ¿Nos quieres decir que pasó ayer, para que estés en las nubes?
Por la mirada alarmada de Ron y la aterrorizada de Harry, Hermione supo enseguida que había metido la pata. Hasta el fondo.
- No te preocupes Mione.- salió en su defensa la menor de las Weasleys.- Lo que pasa es que Harry se lió con Katrinna Malfoy ayer.
Dicho esto, se levanto dignamente y se fue.
- ¿QUÉ HICISTE QUÉ?
Harry solo pudo encogerse en la silla y agachar la cabeza, totalmente rojo y temeroso de la reacción de su amiga. Al fin y al cabo, la había visto pegarle a Malfoy.
- Bueno Hermione, cálmate.- Harry miró sorprendido a Ron, que hacia unos minutos había reaccionado exactamente igual pero sin embargo ahora lo defendía con fervor. Desgraciadamente, el motivo de su altruismo quedo prontamente definido.- Al fin y al cabo, es mayor para hacer lo que le plazca y no podemos obligarle a salir con una u otra persona. No es el único en esta mesa que sale con gente de otras casas, apropiadas o no.- añadió.
- ¿Qué? ¿Cómo te atreves a meter a Solenn en esta discusión? Él no es para nada comparable con esa víbora de Slytherin.
- ¿Y quién a mencionado a Solenn? Si tan rápido saltas es que te incomoda tu relación, si tan culpable te sientes.
Harry miró sorprendido hacia Ron por millonésima vez en lo que llevaba de día. No es que fuera tonto, pero nunca se había distinguido por su rapidez mental. Normalmente era Hermione quien ganaba en los duelos verbales, por amplio margen. Pero esta vez había utilizado una táctica que había dejado en evidencia a la prefecta. Una digna de un Slytherin.
- Yo…- Hermione parecía tan sorprendida como Harry, y al menos el doble de confusa.
- Déjalo.
El último Weasley que quedaba en la mesa se levantó con elegancia. Miro a Harry un momento, que notó por primera vez en el brillo de la madurez en la mirada de su amigo.
- Nos vemos en el campo. Quiero practicar un poco para presentarme para Guardián. – se despidió.
- De acuerdo.
Una vez que el pelirrojo salió del Comedor, el moreno se volvió hacia su amiga, con la preocupación reflejada en sus ojos.
- Hermione…- empezó vacilante. Su compañera sólo levantó un fugaz instante la mirada del plato, para darle a entender que la había escuchado. La culpabilidad destilaba de sus ojos marrones.- No debes tomártelo demasiado en serio, pero Ron verdaderamente no… cree que Solenn vaya con buenas intenciones. No es que no le vayamos a dar una oportunidad, pero deberías ir con más cuidado.
- ¿Vayamos? ¿A ti también te cae mal, no?- No era una pregunta sino una afirmación. Suspiró cansada.- Mira, no pretendo que os llevéis de perlas con él, pero tampoco quiero que mis dos mejores amigos no puedan ni ver a…- titubeó algo confusa. Aún no había hablado de lo que pasó, casi pasó, en Hogsmeade. Ni se había vuelto a repetir la situación. – Mi amigo. Yo…
- Espera.- Harry levantó la mano para acallarla. Había notado su titubeo y eso no presagiaba nada bueno para Ron.- Yo no he dicho que no lo pueda ni ver, de hecho he hablado con él y me ha dicho de quedar el fin de semana que viene para almorzar fuera, en plan picnic. – Vio como la cara de Hermione resplandecía de felicidad. Ni que fuera a ser tan fácil.- A mí me parece bien, pero…- fin de sonrisa de la chica.- no sé lo que le parecerá a Ron ni que pasará. Sólo digo que lo conoces poco y deberías…
- ¿Salir con alguien conocido?
Vaya con la niña, se dejaba liar por Ron pero la primera que se le escapaba a él no se la dejaba pasar. ¿Y ahora que decía? Por la sonrisa torcida de Hermione adivinaba que quería una respuesta directa y ya. Pero como se fuera de la lengua Ron lo mataría. Y tampoco tenía pruebas, solo su desliz del baile.
- Bueno… Siempre es mejor salir con gente que ya conoces para no llevarte sorpresas.- Bien!! Prueba superada. Harry sonrió más tranquilo.
- Pero tú tampoco conoces a Katrinna de mucho.
Mierda. ¿Y ahora qué?
- Bueno…
Los dos se miraron por encima de la mesa y súbitamente se echaron a reír. Fue como si una mano descorriera el pesado velo de culpabilidad y tristezas, y no tardaron en contarse todo, todo, tranquilos y alegres.
Ginny había salido del Gran Comedor sin una dirección fija. Después de andar unos cuantos metros decidió ir al campo de Quidditch, a practicar un poco. Siempre había querido ser cazadora, pero nunca se había atrevido a intentarlo por miedo a que sus hermanos mayores no la dejaran. O se lo tomaran a broma. Pero eso ya no importaba.
Pensando aún en eso, se dio bruscamente la vuelta para dirigirse a las puertas. Con el resultado que fue a darse de bruces contra alguien.
- ¿Quién demonios…? – La conocida voz que arrastraba sensualmente las palabras la despertó de su ensimismamiento.- Ah, eres tú.
Nada más. Ni culpa, ni deseo ni nada que no fuera fría indiferencia se reflejaba en la voz del rubio Slytherin. No es que Ginny esperara otra cosa, pero le molestó en su orgullo femenino. Iba a contestarle bruscamente, pero recordó que quería hablar con él.
- Precisamente te iba buscando.- mentira, pero no se lo ocurrió otra cosa para empezar la conversación. Draco simplemente se apoyó en la pared que estaba a su espalda, cruzando los brazos ante su pecho. Una postura muy seductora, por cierto. Arrogante pero seductora.- Era sobre la otra noche…
- Mira Weasley, lo de la otra noche solo fue para divertirme…
- Oh, cállate. No me refería a eso.- le interrumpió a su vez con gesto impaciente.
Draco la miró sorprendido. No era su comportamiento habitual ni mucho menos, normalmente agachaba la cabeza y enrojecía a su menor palabra. La escuchó con atención, inclinándose levemente hacia ella.
- De lo quería hablar es de…- ahora que había llegado la hora de la verdad se sentía aturrullada. ¿Cómo decírselo sin parecer imbécil? No quería que empezará a pensar como sus hermanos, como si fuera pequeña y débil. Aunque seguramente ya lo pensaba.- la otra noche me hiciste sentir especial – alzamiento de cejas de Malfoy, con su correspondiente sonrisita prepotente.- poderosa.- mirada desafiante por parte de la pelirroja.- y quería saber cómo puedo mantener esa sensación, cómo serlo.- terminó con decisión.
Draco solamente sonrió.
Draco se dirigía al Gran Comedor después de una "agradable" charla con la Weasley. ¿O debería decir Virginia? Quizá Gin, mejor. Por el rostro del atractivo chico se extendió una maliciosa sonrisa. ¡Hay que ver la de sorpresas que te podía dar una mujer! Ahora entendía el sabio consejo de su padre: Nunca pierdas de vista a un enemigo, nunca le des la espalda a una mujer.
Hablando de mujeres. Con la tontería de Gin se le había olvidado por completo su cuenta pendiente con Katrinna. Bueno, por completo no, pero lo había dejado en un segundo plano. De todas formas era seguro que no se dirigiría al Gran Comedor hasta la hora de comer. Hora que ya era.
Un gruñido de su estómago, que le recordaba que también se había olvidado de desayunar, hizo que apresurará el paso. Abrió las puertas del Gran Comedor con prisas, golpeando sin querer a un Hufflepuff. Sin dirigir la mirada hacia el caído, continuó con más tranquilidad hacia su mesa, donde comprobó con satisfacción que ya era ocupada por su prima.
- Hola querida prima.
Katrinna levantó la vista con rapidez. Ante ella se encontraba su primo sonriente. Si no fuera porque Blaise le había confesado que se lo había dicho, juraría que seguía en la completa ignorancia de los hechos ocurridos en el baile. Pero si lo sabía, ¿por qué estaba tan tranquilo? Porque el día que Draco aceptará de buena gana algo relacionado con Potter (algo que no incluyera descuartizamiento, muerte, etc...) llegaría el día del Juicio Final.
- Hola primo. ¿Qué tal tu día? ¿Te has levantado bien? – En ese momento recordó lo sucedido en su noche del baile. ¿Acaso la reunión…? Lo examinó con fijeza. No parecía herido ni trastornado.- ¿Estás bien? – añadió al ver que el rubio no cambiaba su sonrisa.
El Slytherin, que en esos momentos era observado por todos los Slytherins que sabían del suceso, o sea, todos, apartó una silla al lado de la rubia, se sentó con tranquilidad en ella, desdobló su servilleta para colocársela en las rodillas, se sirvió lentamente su vaso de zumo y se acercó el plato de la comida, para examinarlo.
Al termino de todas estas acciones, los Slytherins estaban mirándolo ya sin ningún tipo de disimulo y Katrinna casi se comía las uñas de la impaciencia. Y todo eso sin perder la sonrisa.
- Bueno…- todos en la mesa aguantaron la respiración.- ¿vas a apuntarte a hacer las pruebas para el equipo de Quidditch?- Ante el suspiro decepcionado de los comensales, amplió su sonrisa.
- No sé. Quizá me apunte de cazadora. - Si quieres jugar, juguemos pensó Kat con determinación, mientras le sonreía a su querido primo con su misma mueca maliciosa y arrogante. - ¿No hay muchos puestos libres?
- Sí. Casi todo el equipo se ha ido. Sólo quedamos yo, el Guardián y un cazador.- Ah, querida, demuestras ser una verdadera Malfoy, pero conmigo no puedes.- Creo que el único equipo que tiene tantas vacantes es el de Gryffindor.
Definitivamente, por lo menos en opinión de Katrinna, hoy no era el día de los disimulos de sus compañeros. Todos habían dejado sus "intentos" de comer indiferentes a su conversación y se habían girado para mirarla. Cualquier otra se hubiera sonrojado y Draco hubiera ganado, pero Kat hizo acopio de todo su orgullo y altanería Malfoy, más toda la frialdad y astucia de Slytherin, para mantener la mirada fija y el rostro sereno y sin rastro de rubor. Incluso consiguió ensanchar su sonrisa con naturalidad
- Algo de eso he oído. Mejor para Slytherin, así tendremos tiempo de entrenar a nuestros jugadores sin la presión de un contrario fuerte.
- Sí, mucho mejor. Los Gryffindors tienden a distraerse con cualquier cosa nueva.
Ping, Pong. Silencio absoluto.
- Cualquier distracción de los rivales será beneficiosa entonces, ¿no?
- Siempre y cuando no sea una distracción también para Slytherin. – la miró con tranquilidad, en sus ojos una llama juguetona.- Y siempre que no atente contra las buenas costumbres.
- No sabía que los Slytherins fueran conocidos por respetar las buenas costumbres.
- Sólo cuando nos interesa.
- ¿Y nos interesa?
Silencio.
- Depende.
Katrinna andaba con tranquilidad y parsimonia al lado de su primo. Ambos habían salido del Gran Comedor con tranquilidad, para decepción de algunos de sus compañeros, que esperaban ver hundirse el apellido Malfoy en el escándalo. Iban hacia el campo de Quidditch hablando tranquilamente, siendo aún perseguidos por las miradas de los últimos persistentes.
Cuando el último de sus espías entró al Gran Comedor, Draco se volvió hacia su prima, cortando la conversación. Ésta, simplemente suspiró. Ya le parecía demasiada suerte. Se preparó para el estallido.
- ¿Con Potter?
Bueno, tampoco había sido tan malo. Suspiró otra vez, pero con una dosis de culpa, y lo miró a los ojos compungida, agachando un poco la cabeza para demostrar que él tenía la razón y de paso que el cabello le cubriera los ojos parcialmente. En otras palabras, uso todas sus técnicas de "ganarse al sexo contrario". Cuando le contestó al cabo de unos segundos (para dar tiempo a que surtiera efecto, pero sin que se impacientara), fue con su voz más dulce.
- Bueno, sí. Pero lo hice sólo por…- Venga Kat, piensa- que estaba muy triste y preocupada por ti y él se aprovechó de la situación y me besó antes de que pudiera reaccionar.- lo miró con un mohín culpable y a la vez inocente.- No regresaste para contarme nada y me moría de preocupación por mi querido Draco.- añadió aún compungida pero con un leve matiz de reproche.
Draco la miró en silencio. Serio. Se lo ha tragado pensó con cierta satisfacción la rubia. Aunque quizá había sido demasiado fácil, un tanto decepcionante. Se preparó para preguntarle por la noche y así matar dos pájaros de un tiro: enterarse de que pasó y mandar al olvido absoluto su "desliz" con Potter.
De improviso Draco se paró. La miró serio unos instantes más y, sonriendo, empezó a aplaudir.
- Perfecto. Cada día actúas mejor querida. Casi me lo trago. Casi.
- Ya decía yo que había resultado demasiado fácil.- compartieron una sonrisa irónica durante unos segundos antes de que el rubio volviera a ponerse serio.
- Pero ahora me vas a decir exactamente que pasó, y por qué.
La rubia simplemente suspiró y empezó a hablar.
- Así que me engañaste.
- Bueno, tú tampoco me contaste nunca la verdad sobre ti. Lo único que pasa es que nunca te enteraste de mi secreto. Incluso cuando vivíamos juntos.- Le sonrió por encima del borde de su copa, burlona.
- Si mis compañeros se enteraran de que el gran conspirador Severus Snape fue engañado como un niño de pecho seguro que lo encontrarían muy divertido.
- La verdad es que lo encuentro muy divertido, mirándolo retrospectivamente.
Los dos profesores estaban en una esquina de la Mesa Alta, hablando muy cerca el uno del otro, intrigando. Ya habían recibido más de una mirada curiosa por parte tanto del alumnado como de los profesores, hecho del cual ellos pasaban.
Hogwarts, en general, no sabía que pensar de la extraña pareja, que primero se evitaba, luego se dedicaban a entrar uno en las clases del otro y ahora se marginaban para hablar sabe Dios de qué. Corrían toda clase de historias, a cuál más extraña. Y los hechos parcialmente conocidos por ciertos miembros del alumnado sólo embarullaban más el asunto.
Sam se apartó el pelo de la cara con un suave ademan, con lo que consiguió la completa atención de Severus. Éste no sabía que pensar. Después de su conversación de la anterior noche no sabía con que grado de familiaridad comportarse con ella. Ahora entendía porque se había ido, aunque, en contrapartida, no sabía porque se había quedado tanto tiempo. Este último pensamiento lo hizo sonreír con acidez.
- ¿Qué ocurre?- Sam lo miraba con curiosidad. Se había inclinado hacia él, intentando encontrar la respuesta en sus ojos. Con el movimiento se le había abierto ligeramente el cuello de la túnica, nada importante, sólo lo suficiente para que los oscuros ojos de su acompañante le pudieran recorrer la curva del cuello.
- Nada.- la visión que se le ofrecía, aunque inocente, no ayudaba a apaciguar el estado de ánimo del profesor de pociones, cuyo pensamiento unía a la profesora que tenía enfrente con la joven vecina de su recuerdo. ¿Cómo pudo haber sido tan estúpido? aunque en el fondo sabía que parte de su ceguera había sido culpa suya, así podía mantener los dos mundos aparte, diferenciados. Al parecer, no era el único que lo había hecho.- ¿Crees que alguna vez coincidimos? Quiero decir…- ¿Para que diablos he sacado el tema? Estúpido- cuando salíamos a…
- Tranquilo, te he entendido.- La morena se echó atrás en su asiento, apoyando la espalda completamente en el respaldo, meditando la cuestión.- sinceramente – conectó su mirada violeta con la del hombre.- la verdad es que sí lo hicimos. Pero cada vez que te localizaba me iba al otro lado, lo más lejos posible.- le sonrió dulcemente, disculpándose. – No sabes en los líos que me metí con mi jefe por moverme de mi posición sin razón alguna.
- Gracias.- susurró.
- No hay de que.- amplió su sonrisa.- no sé lo que hubiera hecho si hubiésemos coincidido frente a frente. No sé en que clase de batalla nos hubiésemos visto envueltos.
Severus no pudo más que reírse, con lo que se ganó miradas incrédulas por parte de todos los presentes, que no lo habían oído reír en su vida. Deseaba que si hubieran coincidido, hubiera sido la historia perfecta para contársela a Voldemort… y matarlo de un paro cardíaco.
- Bueno, hubiera podido ser peor.
- ¿Cómo?- consiguió intercalar entre carcajada y carcajada.
- Podría haberte… capturado.
Las risas de los dos resonaron en el Gran Comedor, justo cuando Dumbledore entraba. Sólo pudo encogerse de hombros cuando los profesores presentes lo interrogaron con la mirada. Ni siquiera supo hasta hace unos días que su profesor de pociones y la profesora de Duelo se conocían anteriormente.
Harry le tiraba la quaffle a Ron con todas sus fuerzas, para ayudarlo a entrenar para la selección, mientras le contaba a gritos su conversación con Wolfgang. Ron no parecía muy contento con la idea de pasar la tarde del sábado con… ese.
- Harry, me parece muy mala idea. Auch!! No me las tires tan bajo, que casi me caigo de la escoba!! – Ron intentaba guardar el equilibrio mientras sujetaba precariamente con la mano la pelota. Estaba de muy buen humor, debido a que sus hermanos no sólo le habían felicitado por su pretensión a ser Guardián, además de ofrecerle su ayuda cuando no estuvieran haciendo travesuras, sino que le habían regalado una Nimbus 2001.
- Lo siento.- se disculpó a gritos.- Es que aún no domino bien ser cazador. Tampoco creo que sea tan mala idea.- añadió mientras recibía la quaffle y se preparaba para lanzarla otra vez.- además así puedes investigar y buscar cosas sobre Wolfgang. Enterarte de sus intenciones.
Ron meditó un momento las palabras de su amigo, mientras no lo perdía de vista mientras retrocedía para lanzar.
- Bueno, pero invitamos a Ginny.
A Harry se le resbalaron las manos del palo de la escoba, con lo que acabo soltando la quaffle para agarrarse con la otra, quedándose tumbado mirando hacia abajo. Hacia donde cierta rubia se frotaba la cabeza mirando al culpable que le había dado con la condenada pelota roja.
- ¡¡¿¿Quién diablos te crees, Potter??!!¡¡No vuelvas a tirarle nada a mi prima o te bajo de la escoba a maldiciones!!
Harry sólo puedo descender planeando de la escoba lentamente. Llegó al suelo justo al mismo tiempo que Ron, que también había bajado para no perderse nada y, eventualmente, salvarlo de Malfoy.
- Yo… lo siento Kat…
- Para ti es Malfoy, idiota cara rajada.
Y yo que pensaba que lo tenía superado. ¡Y sólo se estaba reservando! Bueno, por lo menos no la ha pagado conmigo Con esta nueva perspectiva de la situación en la mente, le sonrió a los presentes (a Harry y Draco se entiende, ella no iba a sonreír a un Weasley)
- Bueno, no creo que sea para tanto, tampoco me ha dado tan fuerte.- intercedió para calmar las cosas.
- ¿A quién llamas cara rajada, serpiente?- se añadió a la pelea Ron.
- ¿A quién le diriges la palabra pobretón?- contraatacó el rubio.
Kat sólo los miró un momento para asegurarse de que hiciera lo que hiciera no la iban a escuchar. Con un suspiro resignado, se dispuso a permanecer de pie un buen rato. Y ya de paso aprovechar para ver la reacción de Potter.
Pero alguien sí había escuchado la intersección de Katrinna, él mismo que ahora sentía sobre sí los penetrantes ojos verdes de la rubia, mientras intentaba por todos los medios no sonrojarse… más de lo que ya estaba.
- Bueno Ron…
- Además- le interrumpió el chico Slytherin.- no se que hacéis ocupando el campo de Quidditch, cuando deberíais estar cuidando de vuestra amiga la Sangre Sucia, que la veo muy "espabilada" últimamente con ese Ravenclaw.
Adiós a intentar solucionar las cosas por la vía pacífica.
- Aquí el último que está espabilado eres tu Malfoy.- salió en defensa de la Gryffindor, Harry.
- Por favor Potter, no seas ridículo. Todos los aquí presentes saben que más te gustaría haber estado en mi lugar.- se carcajeó. El rostro del moreno paso por todos los colores posibles mientras intentaba por todos los medios no apartar la vista de él para dirigirla a Katrinna, quién también tenía sus problemas para mantener su rostro sereno, aunque por ahora estaba teniendo más éxito.
- Bueno, al paso que va, seguro que muchos van a tener ese privilegio.
Eso fue la gota que colmó el vaso.
- ¿¿QUÉ??!!- Katrinna lo miraba con verdadero odio.- ¿Cómo te atreves a decirme, a insinuar acaso, ese compartimiento sobre mí?¿Quién te crees que soy?¿Tu hermana?¿O esa zorra de Granger? Aunque últimamente parece que tiene mejor gusto, prefiere compartir cama con las ratas a estar contigo.
La respuesta de Draco fue sacar la varita.
- Serpentosia
Una serpiente negra y grande, muy grande, salió de la punta de la varita del rubio. A Harry le parecía estar viviendo de nuevo aquel día de segundo en el cual había descubierto, él y todo el colegio, que hablaba Parsél.
- Tranquila. No nos ataques. Somos tus amigos.- Siseó intentando calmar a la sierpe, que no parecía muy contenta con el golpe que se había dado contra el suelo. Al principio Harry se preguntó porque esa maldición si Malfoy sabía de su don. Aunque segundos más tarde cayó en la cuenta de que así estaría ocupado dejando a Ron contra dos Malfoy.
- Petrificus totalus.
- Expelliarmo.
- Protego.
Las dos maldiciones surcaron el aire mientras que el escudo protector de Katrinna se formaba en el aire para protegerlos de la maldición de Ron. Consecuencia, el pelirrojo fue lanzado tres metros hacia atrás mientras que los Slytherins quedaban incólumes. Por lo menos consiguió mantener sujeta la varita.
Los segundos de distracción de Harry, bastaron para que la serpiente avanzara algo más hacia ellos, así que no le quedó más remedio que volver toda su atención hacia ella, mientras intentaba recordar frenéticamente el hechizo que utilizó Snape.
Mientras, Ron se había recuperado a duras penas y aguantaba medio arrodillado los embates del Malfoy, mientras la rubia dividía su atención entre mantener el escudo y las evoluciones de Potter. Por lo menos aún no se había unido a la lucha activa.
- Ronald!! Parece que tu gran amigo te deja en la estacada.- lo zahirió Draco con maldad.- Y tampoco parece que la Granger se vaya a pasar por aquí, creo que prefiere pasar su tiempo que el Ravenclaw nuevo.- terminó con un falso tono serio.
- Por lo menos mis amigos están junto a mí no por conveniencia.- respondió entre jadeos el pelirrojo. En ese momento, Harry consiguió hacer un trato con la condenada serpiente y que ésta no se metiera en la pelea.
- Bueno Malfoy.- Recuerda Harry, no la mires, por Dios no la mires.- Ahora ya somos dos contra dos.
Los duelistas se miraron fijamente separados por apenas tres metros de hierba. Justo cuando levantaban sus varitas apareció proveniente de Hogwarts la señora Hooch, acompañada por algunos alumnos que la acribillaban a preguntas por la selección, que los miró recelosa. Tuvieron el tiempo justo para guardarlas antes de que llegara junto a ellos.
- Bueno, bueno, chicos. ¿Serían tan amables de decirme lo que ocurre?
Se miraron entre sí, inseguros. Por fin tomó la palabra Draco.
- Nada, señorita Hooch.- dijo con su más empalagosa voz. Harry y Ron se tensaron previniendo lo que iba a venir.- Sólo hemos venido a ayudar a mi prima y a Weasley que se van a presentar a la selección.
- ¿Los cuatro juntos?- inquirió aún desconfiada la profesora de Vuelo.
- No, nos hemos encontrado por casualidad ya en el campo.- se sumo Harry.
- Bueno, eso está bien.- cedió por fin.- pero vosotros dos,- señaló a los dos buscadores.- podéis iros, que voy a darle unas clases a estos chicos extras y no quiero más gente de la necesaria. En cambio, vosotros podéis quedaros y si queréis, podéis uniros.
Los cuatros se quedaron momentáneamente solos mientras Hooch llevaba a los demás a coger las escobas. Se despidieron algo amenazantes todavía pero con sonrisas forzadas para el público. Cuando Harry y Draco desaparecieron, los dos restantes se miraron entre sí sin saber que decir. A ninguno de los dos le apetecía realmente unirse a la pandilla de chicos de segundo y primer año que comandaba la profesora.
- ¿Te presentas a cazadora?
- Sí.- Katrinna miró al pelirrojo con desconfianza.
- ¿Quieres que entrenemos juntos?
La rubia lo miró con sorpresa unos instantes antes de echar una ojeada a los pequeños. Se encogió de hombros.
- Vale.
Antes de responder a los reviews, voy a someter a votación una cosa. Me he dado cuenta de que no trato a los personajes como si tuvieran 15 años, así que tenía pensado subirlos de curso. ¿Qué os parece? Por supuesto esto origina dos cuestiones:
1.- ¿Qué titulo? Ponerle Sexto año sería poco imaginativo. (Sé que Quinto año es lo mismo pero en ese momento aún no sabía de que exactamente iba a ir, así que…) Así que acepto ideas para títulos.
2.- ¿Dejo que me influya el Quinto Libro? Personalmente me parece una injusticia para los que no lo han leído, pero la verdad como la historia va bastante diferente tampoco tendría que hacer muchos cambios (sólo explicar el cambio de prefectos y eso).
Me interesa mucho vuestra opinión así que contestarme please!!
Ah, el porqué de que Severus nunca hubiera visto a Samantha en los enfrentamientos, es que durante la época más salvaje de Voldemort, los aurores también se tapaban las caras para ocultar su identidad y mantener a sus familias a salvo. También para que no se sospechará de ellos en todo momento y fuera más fácil coger algún desliz de los mortífagos en su vida normal.
REVIEWS:
Arel-M: Espero que la razón de la escenita Draco-Ginny haya quedado lo suficientemente explicada para que no me mates. Ya te advertí que lo más probable es que sucediera algo así, pero su relación no se va a basar en eso, no te preocupes. Pero necesitaba un detonante para lo que tengo pensado para Ginny. Aunque no te creas, aún puede, y dará, muchas sorpresas.
Creo que lo de Sev ya ha quedado aclarado, no? De todas maneras te voy a explicar porque creía que había quedado claro, (Ya me han dicho que soy muy retorcida, así que no te preocupes) Creo que era evidente que la chica de la foto y la persona que entraba era la misma persona, porque Severus nunca deja de referirse a una misma mujer cuando cuenta que lo dejó y que ahora regresaba. De que estaba en Hogwarts se deducía que era una bruja, a pesar de conocerse bajo tapadera muggle (recordemos que Severus también la utilizaba). Sólo hay dos personas nuevas ese año: Delacour, que tendría por entonces unos tres o cuatro años, cono lo que queda descartada, y Samantha Blake, la única opción posible. Además así se explica que lo abandonara.
Bueno, espero que este capítulo te haya gustado. Como siempre, espero tu review con ansia.
Rakel: Muchas gracias por escribirme, no sabes la ilusión que me hace que los lectores me escriban. Espero que este capítulo no te haya decepcionado mucho y recibir tu review pronto. Te prometo que esta vez la espera será más corta.
Chi-San: Me alegro de que te haya gustado. Este no tenía líos entre personajes pero creo que puedo prometerte que en el siguiente haya algún que otro lío… y alguna que otra decepción. Espero que me mandes tu opinión sobre el capítulo y las preguntas pronto. Bss
Aliena: Bueno, por lo menos fui buena y actualice antes de recibir tu review, jejeje. Este es más largo, y aunque hayas estado leyendo por encima de mi hombro espero que me escribas un review: AHORA!! Para que luego digas que tardo y eres tú la primera. Creo que ya las dudas te las he resuelto algo más, no? Aunque… aún no he dicho que piensa Kat exactamente de todo el asunto. No te preocupes, reflexiones de pociones. Sólo puedo prometerte un capítulo muy, muy entretenido.
JAJAJAJA
Besos a todos y : REVIEWSSSSSSS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
