Bueno, aquí estamos otra vez. XD. Sé que muchos querrán matarme, pero de verdad que no he podido actualizar antes. Prometo, y esta vez de verdad, actualizar lo antes posible, aunque lo tendré crudo para hacerlo antes del 5 de Febrero, fecha de mi último examen.

            Además he estado pasando por una temporada sin inspiración que gracias a Dios parece haber terminado (¿o debería decir gracias a Voldy?). Una de las cosas que me han animado a volver a la carga han sido vuestros reviews, así que ¡¡ESCRIBIDME!!

            La respuesta a esos maravillosos reviews abajo, como siempre. (Que pastelosa que estoy hoy, jejeje)

            Y sin más dilación, os dejo con este capítulo, que mis ejercicios queridos de ec. Diferenciales me esperan abajo. Los odio… (Por favor, si algún profesor de la Escuela S. de Ingenieros lee esto, que lo pase por alto)

            S. Lestrange

PD: Se me olvidaba. Hoy o mañana subiré un minific (espero) sobre la vida de los fundadores. (Cortesía del aburrimiento de las clases) así que aprovecho para autopublicitarme. Leed SALAZAR

CAPITULO IX

            Harry se apresuraba por los pasillos de Hogwarts hacia el Gran Comedor, a ver si podía al menos coger una tostada antes de ir a su primera clase: Pociones.

            Mientras andaba iba maldiciendo al causante de que se hubiera quedado dormido, a ese pedante rubio cuya estúpida arrogancia le había hecho ganarse una detención para esa tarde y una severa y larga, larga bronca con el profesor Snape. Aunque realmente se alegraba de que hubiera llegado, no quería ir a Azkaban.

Flash Back

- Potter, ¿no te das cuenta de que aspiras demasiado alto? ¿De verdad crees que mi prima se iba a fijar en alguien como tú a pesar de tu fama del niño-que-vivió para más de una noche?- las crueles palabras del rubio lo acribillaron, dándole donde más dolía. Pero es que no había podido evitar preguntarse lo mismo desde el baile.

- Mira Malfoy, no eres el más indicado para hablar, te recuerdo que a la única que atraes es a Parkinson y sólo por tu dinero.

La cara del rubio se sonrosó mientras que sus ojos destellaban iracundos. Con un rápido y fluido movimiento sacó la varita del bolsillo, sobresaltando al Gryffindor, a pesar de que esperaba el ataque.

Con rapidez y maldiciendo su falta de reflejos sacó la suya. Se miraron con furia.

Fin Flash Back

Pero por suerte o por desgracia había aparecido un profesor para parar el inminente duelo. Desgraciadamente era Snape.

            Así que se había pasado hasta las tantas de la madrugada de esa noche limpiando el maldito armario de pociones, mientras Malfoy dormía tranquilamente en su cuarto.

            No pudo evitar un fiero gruñido al pensar que los tendría que ver ahora. Aunque también estaría Katrinna. Al pensar en ella y en el incidente del sábado, aminoró el paso. ¿Cómo habían llegado a esa situación? había retrocedido en un par de minutos todo lo que había adelantado en su relación con la rubia durante un par de meses de esfuerzo.

            Katrinna. Incluso en mitad de un duelo estaba hermosísima. Hasta la túnica negra de un mortífago le quedaría bien.

            Mortífago...

            No fue consciente del golpe de su cuerpo contra el suelo, solo del dolor de su cicatriz.

            Un hombre gritaba en el suelo de la sala. Harry nunca la había pisado pero algo le decía que estaba en la vieja mansión Ryddle. Alguna parte de él se asombró cuando pudo moverse para tener una mejor visión de la situación. Aunque le costo mucho esfuerzo.

            Además del hombre torturado, había un semicírculo de sombras, los mortífagos, que lo dejaban en el medio, con Voldemort erguido en mitad de la zona libre. Cuando consiguió encontrar a uno de sus seguidores convenientemente bajito que lo dejará mirar por encima del hombro, el Señor Oscuro detuvo el hechizo.

            - ¿Y bien? ¿Seguro que no recuerdas nada? ¿Qué no tienes nada para mí?

            - Mi señor...- gimió la figura del suelo, intentando arrastrarse hasta poder besar la túnica de su amo y señor.- No sé lo que paso con los libros... Le juro que no lo sé, no me dejaron estar cuando el Ministerio se los llevó. Se lo juro. No sé nada.

            Voldemort miró con gesto serio la figura que estaba a sus pies, retorciéndose patéticamente en su esfuerzo para arrodillarse.

            - Te creo.- Y con un gesto de asco se dio la vuelta. Antes de llegar a su trono, habló por encima de su hombro. - Lucius...

             El mortífago más adelantado de la punta derecha avanzó un paso. Harry contuvo la respiración, sabiendo lo que iba a ocurrir. El señor Malfoy sacó la varita de los pliegues de su oscura túnica, y sin un rastro de sentimiento humano en la voz, susurró con fría eficiencia:

            - Avada Kedavra

            Se hizo un pequeño silencio en el salón, hasta que Voldemort hizo un gesto cansado con la mano para que retiraran. Tenía la cara apoyada en la palma de la mano, cómodamente recostado en el trono negro. Si no fuera por su apariencia diabólica, el joven espía estaba seguro que le recordaría a alguien.  El único que no abandonó el lugar fue Malfoy, que se quedó quieto en su lugar, esperando.

            - Lucius...- la voz del hombre que tenía aterrorizado a medio mundo sonó cansada.

            - Sí señor...

            - ¿Cómo va el asunto? ¿Cómo está ...

            ¿Harry?

- ... va bien. Aún no esta preparada pero para ...

Traedme agua. Quizá haya que llevarlo a la enfermería.

- ¿Y él?

- Bien señor….

            ¿Señor Potter? Parece que vuelve en sí

- … descubierto aún…

            Harry intentó por todos los medios aguantar en la sala, hasta haberse enterado del "asunto", pero ésta se desdibujaba a ojos vista y estaba siendo sustituida por la cara del profesor Flitwick, que se inclinaba preocupado hacia él.

            - ¿Qué...?

            - Se ha desmayado, señor Potter. ¿Se encuentra bien?

            - Sí...- Se colocó las gafas bien sobre su nariz, por fin el reloj se enfocó bien. El reloj... - ¡¡ Llegó tarde a Pociones!!

            - No se preocupe...- Pero le hablaba al aire.

            - Y por último... El señor Potter que se ha dignado a entrar en mi humilde clase.

            Un murmullo de risitas y comentarios le acompañó en su entrada en el calabozo. Pensó durante un instante en contarle su desmayo, pero prefirió callarse que aguantar las burlas del moreno profesor el resto de la clase. Así que se dirigió hacia un asiento al lado de Ron.

            - Vaya, al parecer ni se digna en decirnos el motivo de su retraso. ¿Se le han acabado las excusas?

            - Sí.- Lo miró con tranquilidad a los ojos. Sorprendentemente Snape no dijo nada... inmediatamente.

            - 20 puntos menos para Gryffindor.

            - Genial.

            Sacó las cosas con mal humor de la mochila, con los pensamientos divididos entre lo que le acababa de ocurrirle y la melena rubia que destellaba un par de filas más hacia adelante.

            - Harry...- De repente fue consciente de que la voz de Ron llevaba varios minutos llamándole.

            .¿Sí?

            -¿Porque has llegado tarde? No creo que salieras tan tarde del Comedor.

            - No. Salí detrás vuestro. Es que me paso una cosa... - Al ver las caras de interrogación de sus amigos, añadió:- pero es mejor que os lo cuente más tarde.

            Mientras Harry era interrogado por sus amigos, Kat lo observaba por el rabillo del ojo. La verdad es que no sabía como comportarse con el moreno. ¡Qué diablos! Ni siquiera sabía si debía seguir pensando en él como Potter o como Harry, sobre todo después de lo que oyó a la vuelta del baile. El baile... Miró a su compañero de al lado. Draco. Su primo. No se había vuelto a repetir lo de esa vez, ni habían hablado sobre ello.

            Como deseaba que se repitiera.

            Meneó su rubia cabeza. ¿Qué le pasaba? Se pelea con el chico al que ha besado, se acuesta con su primo. ¡Su propio primo! Y lo volvería a hacer sin pensarlo dos veces. Aunque con Harry seguro que también estaba bien....

            Joder.

            Había dejado un manchón enorme en el pergamino de tinta, por haberla dejado quieta unos minutos. Además se notaba la cara ardiendo. ¿Qué diantres le pasaba? Nunca había pensado en chicos ni había tenido ningún tipo de problema con ellos. ¡Y ahí estaba! Calentándose la cabeza con dos de ellos, los peores que pudiera haber elegido.

            -Kat- la suave voz de Draco sobresalto a la rubia.- Si sigues en Babia vas a volver a manchar el pergamino... por tercera vez.

            - Umm?- la interpelada bajo la mirada al pergamino.- ¡Mierda! Joder, maldita sea...

            La interrumpieron unas risas a su lado. Al girar la cabeza hacia el estúpido de su primo, se lo encontró con los codos en al mesa y la cabeza descansando en la palma de la mano. Con el pelo, que no lo tenía engominado como siempre, sino suelto y libre, cayéndole sobre los ojos grises, que destellaban alegres.

            - Draco...

            - ¿Sí? - Como si supiera perfectamente lo que pasaba por la cabeza de su hermosa prima, ensanchó su sonrisa de forma pícara mientras se inclinaba un poco hacia delante.

            - Es que estaba pensando...

            Se acercaron un poco más.

            - Qué si me podías dejar copiar la receta de la poción de hoy.

            - Claro.- Sin perder en ningún momento la sonrisa le tendió la hoja con un movimiento elegante.

            - Harry.... Tierra llamando a Harry.- Ron agitó divertido la mano delante de los ojos del moreno.

            - ¿No crees que están muy cerca para ser familia?- contestó aún ausente y sin dejar en ningún momento de mirar a la conspiradora pareja Slytherin.

            - Yo creo que estarán planeando alguna nueva putada para Gryffindor y no quieren que nadie se entere.

            - Aps. Sí, es una posibilidad.- Por fin despegó la mirada de Katrinna para encontrarse a Ron mirándolo burlón y a Hermione con el entrecejo levemente fruncido.- ¿Qué?

            - Nada, pero como sigas así se va a dar cuenta hasta Snape y eso que hoy parece totalmente distraído.

            Aunque eso le hubiera llamado la atención en cualquier otro momento, lo dejó correr. Más cuando Hermione carraspeó ligeramente enfadada.

            - Venga Hermione, porque se distraiga un poco de la clase...

            - No es por eso Ron. Pero es que me parece que Harry debería olvidarse de esa Slytherin y prestar más atención a otras personas más de fiar. Cómo tu hermana, por ejemplo.

            - Bueno, Mione, si Harry no quiere nada con mi hermana no podemos obligarlo...

            - Hombres. Me refería a que Ginny está muy rara desde la noche del baile. Y empiezo a pensar que no solo es por el... incidente de la Slytherin y Harry.

            - Dos cosas.- la voz del moreno sonó levemente molesta.- La primera es que existo y estoy aquí. Y la segunda es que se llama Katrinna.

            - Tienes razón Harry.- le apoyó el pelirrojo.- Además Katrinna me parece bastante simpática para ser Malfoy.

            Ron se encontró asediado por miradas totalmente incrédulas por parte de sus dos amigos. Y es que su relación con la joven Malfoy había sido de desprecio... en el mejor de los casos.

            - ¿Qué?- ahora era su turno de protestar.- Cuando estuvimos entrenando para las pruebas de Quidditch me pareció mucho menos fría que normalmente. De hecho hasta un tanto simpática. Empiezo a sospechar que sería muy distinta sin la influencia de su primo.

            - Estoy totalmente de acuerdo contigo, Ron.- Harry sonrió con alegría al encontrarse con este inesperado apoyo.- Creo que deberíamos intentar alejarla algo de Malfoy.

            - No creo que se deje alejar. Además si te acercas a ella seguro que Malfoy te maldice.

            - Venga Hermione, no seas tan negativa. Podríamos invitarla al picnic del sábado. Ron no pongas esa cara, quedamos en que íbamos a ir.- lo regañó.

            - Quedasteis.

            - Quedamos.- contestaron con firmeza Harry y Hermione.

            - ¿Y se puede saber quien es esa persona tan importante con la que habéis quedado para que habléis de ella en mi clase?

            Tres gargantas tragaron con dificultad a la vez. Se volvieron lentamente hacia el dueño de la voz. No hace falta decir que era Snape.

            - Pues verás...

            - No quiero ninguna excusa barata, Potter. Recibiréis...

            Pero nunca supieron cual iba a ser su castigo al ser salvados por el ruido de la puerta al ser abierta. Era la profesora Blake.

            - Profesor Snape, lamento interrumpir pero es importante. Dumbledore le llama.

            Snape entró en la oficina del director con gesto preocupado. No era normal que Dumbledore lo llamara en mitad de una de sus clases. Cuando abrió la puerta vio que no estaba solo, lo acompañaban Lupin, el profesor Flitwick y Arabella Figg.

- ¿Me llamabas?

- Sí, pasa Severus y siéntate por favor.- Aunque la voz de Dumbledore sonó alegre como siempre, sus ojos estaban inusualmente serios.

- ¿Ha ocurrido algo?- Severus se sentó rígidamente en una de las sillas que quedaban libre. Samantha se sentó a su lado. Su gesto no paso desapercibido a Lupin, que se sentaba justo enfrente, que lo miró con la ceja alzada.

- Si varias cosas. La primera es que Harry se ha desmayado antes de llegar a tu clase. ¿Te ha comentado algo?- ante su gesto de negación, continuó.- el profesor Flitwick estuvo presente, pero aparte de lo que murmuró, seguramente inconscientemente, no ha dicho nada.

- ¿Y eso es urgente?

- Sí, Severus. Puesto que lo que murmuró fueron las palabras Voldemort, Malfoy y ella.

- ¿Ella?

- Sí. No tenemos ni idea de quién puede ser pero mira esto.

Dumbledore le alargó una hoja a Severus. Éste pudo comprobar que se trataba de una hoja del Ministerio, por el escudo que portaba, una varita y un rayo, del departamento de los aurores. Samantha se inclino sobre su hombro para leerlo. Incluso en la seria situación en la que se encontraba, el roce de sus cabellos en su cuello lo estremeció.

Al jefe Auror.

            Se le comunica que los resultados finales de los interrogatorios a las victimas del último ataque perpetrado por lo que se piensa que es un grupo de mortífagos que resistió a la caída de El que no debe ser nombrado.- Snape no pudo menos que resoplar con sorna.- no especifican ningún nombre o descripción clara de los asaltantes, aunque se revela un dato preocupante sobre uno de ellos. Al parecer, varios de los testigos que consiguieron sobrevivir, coinciden en que uno de ellos, al parecer el segundo al mando, era una mujer joven.

            Queremos expresar nuestra preocupación en este hecho, que revela que las filas de los disidentes, posiblemente mortífagos, están siendo nutridas por gente nueva, joven. Gente que a pesar de criarse con las historias de los horrores de su reinado, han decidido seguir su camino.

            Atentamente

                       Noberto Stimikk

                                   Departamento de Misterios.

 

-  ¿Qué te parece?

- No conozco ninguna adquisición nueva. Pero el Señor Oscuro aún no confía del todo en mí.

- Bien. Intenta conseguir algo. Hay bastantes posibilidades de que sea la mujer a la que se refería Harry.- Se quedó mirándolo por encima de sus gafas de media luna con expresión pensativa.- Sirius quiere intentar unirse como espía a las filas de Voldemort.

- ¿¿Qué??

- Va a aprovechar su estancia en Azkaban para intentar unirse. No tienes que recomendarle ni nada.- añadió al ver la expresión horrorizada del Slytherin.- De hecho, quiero que os llevéis lo peor posible y que no haya nada que os conecte.

- Eso es fácil. ¿Pero por qué...?

- Por varias razones. La primera es que no esta haciendo nada y no parece que el Ministerio vaya a admitir su inocencia. La segunda es que si sigue encerrado va a hacer una tontería y la tercera es que así tendrá la oportunidad de conseguir los nombres nuevos. Si tú lo hicieras sería bastante sospechoso.

- De acuerdo.- Su voz sonó tan furiosa que Flitwick lo miró de reojo, mientras que el licántropo tenía ciertos problemas para no sonreír.

- También quería decirte que Malfoy está planeando una fiesta en su casa y quería saber si te ha invitado o si tenemos que intentar colar a uno de los nuestros.

- Esta noche tengo previsto hablar con Malfoy. No sé si me lo dirá entonces.

- Bien. Eso era todo.

Harry levantó la vista por milésima vez de su caldero. Comprobó que Snape aún no había llegado. ¿Dónde estaría? Aún no creía que se hubiera ido sin dejar a nadie para vigilar la clase. Milagrosamente aún no había habido disturbios. De hecho la clase estaba en silencio. Demasiado silenciosa.

Buuuummmmmmmmm

            El estallido resonó con fuerza en la mazmorra. Al darse la vuelta pudo comprobar que era el caldero de Neville. No le sorprendió e iba a girarse de nuevo cuando vio a Bulstrode, Zabinni y Parkinson riéndose demasiado fuerte. Además no parecían ni pizca de sorprendidos.

            Le dio un codazo a Ron para llamar su atención y les señalo a los Slytherins. Dean Thomas y Seamus Finnigan ya se habían dado cuenta y se sacaban subrepticiamente las varitas de las mochilas. Gracias a Dios esta vez parecía que la estaba haciendo bien, porque la poción para desvanecer no había estallado ni parecía comportarse como un ácido.

            Los movimientos de los Gryffindor habían sido descubiertos por algunos Slytherins que empezaban a sacar también sus varitas. Justo cuando ambos bandos hacían ademán de incorporarse, se abrió la puerta.

            Era la profesora Blake. Los miró con gesto severo y se dirigió hacia el caldero de Neville.

- ¿Qué poción se supone que es?

Ante su comentario, algunos de las serpientes empezaron a reírse, pero la morena profesora se volvió con gesto irritado, acallando las burlas.

- La poción desvanecedora, profesora Blake.- respondió ligeramente trémulo, aunque daba gracias de que no hubiera entrado Snape.

- Bien, veamos.- Se agacho con gesto elegante y recogió con el cucharón un poco de la poción derramada. Luego cogió uno de los sapos con lo que tenían que probarla y se lo hizo tragar. A los pocos segundos el sapo se volvió transparente. El gesto de la profesora se endureció.- Una poción bien hecha no estalla.- Recorrió a la clase con la mirada, deteniéndose brevemente en los Slytherins más cercanos al caldero.- así que no es necesario ser muy listos para darse cuenta de que algunos de vosotros habéis saboteado la poción. Informaré de esto al profesor Snape.- Parkinson y Bulstrode tragaron asustadas.- No se preocupe señor Longbottom, informaré al profesor Snape de que su poción estaba perfectamente realizada.- añadió en un tono más dulce.

- Ahora acompáñenme a mi clase.

Harry, Ron, Hermione y Neville salieron una hora más tarde de la clase de Duelo, hablando emocionados tanto del rapapolvo que habían recibido los Slytherins como de la clase extra que habían tenido en vez de pociones. La profesora Blake les había informado de que en vez de examen, tendrían una serie de duelos entre ellos, evaluándose su manera de combatir, fuera de los resultados obtenidos. Aunque si notaba entusiasmo y dedicación podría hablar con Dumbledore para hacer un campeonato entre casas... con premio incluido.

-  Sería genial conseguir la Copa de las Casas, la de Quidditch y ganar el campeonato. ¿No crees Harry? ¿Te imaginas la cara que pondrían Malfoy y sus gorilas? – Se rió a carcajadas, acompañado por Neville.

- ¿Vosotros? Pero si no ganaríais ni a un ciego.- la voz que arrastraba las palabras sonó detrás suyo. Al volverse se encontraron a los Malfoy, Crabbe, Goyle, Zabinni y Parkinson.

- A menos claro que Longbottom les tirará calderos con sus pociones. ¡Seguro que nadie sobrevivía a la explosión!- añadió Parkinson

Los Slytherins estallaron en carcajadas. Bueno, todos no. Katrinna solo sonrió, como pudo comprobar Harry.

- No se de que te ríes Parkinson cuando la única manera que tienes de ganar es asustando a tu contrincante con tu cara.

La repentina salida de Neville los pilló a todos por sorpresa, aunque en unos segundos fueron los Gryffindors los que se reían a más no poder. Aunque Harry se contuvo para no ofender a la rubia, que sabía que era muy buena amiga de Parkinson.

- Por lo menos yo no parezco ni una comadreja ni una bola de grasa como tú, que seguro que te salvaste del destino de tus padres porque la maldición rebotó en tu barriga.

Después de estas palabras se hizo un silencio profundo, estremecedor. El mismo silencio que hay antes de que se descargue el rayo. Hasta Pansy pareció comprender que esta vez se había pasado.

- ¿¿CÓMO TE ATREVES??

Sin pensárselo dos veces sacó su varita y le lanzó un expelliarmus que le acertó en el pecho y la impulso hacia los que tenía a su espalda, provocando la caída de Zabinni y Crabbe.

            Pero el contraataque no se hizo esperar. Draco lanzó a Neville el mismo hechizo, mientras que Katrinna lanzó un rictumsempra. Harry conjuró un escudo protector pero en vez de parar ambos rayos, solo consiguió desviarlos, dando uno en la pared, donde abrió un boquete, y el otro acertando de lleno a Hermione.

A no tardar los hechizos volaban en uno y otro sentido.

Snape estaba furioso. Acaba de visitar a sus alumnos en la enfermería, donde descansaban junto a los Gryffindors, separados lo máximo posible unos de otros, donde se había encontrado a la profesora MacGonagall y al director. Después de discutir durante quince largos minutos con MacGonagall sobre quién había iniciado la pelea y sin encontrar respuesta, se preparó para intentar convencer al director de que no los expulsara.

            Pero no había hecho falta. Dumbledore, había sonreído y había dicho que ya había pensado el castigo para los combatientes, que se lo haría saber cuando todo estuviera preparado. Luego le había informado que había otra visita a Hogsmeade y que él sería el responsable de evitar nuevos enfrentamientos entre ambos grupos. Él.

¡Maldito Dumbledore! ¿Cómo se atreve? Cómo si no tuviera nada mejor que hacer ese día.

Continuó refunfuñando mientras andaba a paso rápido por las mazmorras en dirección a su despacho. Teóricamente tenía que pasarse a revisar la Sala Común (Snape era el único que lo hacia pero es que no se fiaba de sus alumnos. De todas formas los Slytherins lo primero que se aprendían era su horario de visitas.) Giro en una esquina mientras maldecía a la prole de los Malfoy.

- Buenos días profesor Snape. Espero que no sea un mal momento para hablar con usted sobre la clase.

Severus levantó la mirada sorprendido, encontrándose la mirada entre burlona y divertida de la profesora Blake. Estaban muy cerca. Muy cerca.

- Ah, profesora Blake. No la había visto. Añadió mientras retrocedía un paso.

- Es evidente.

            Snape sonrió mientras pensaba que el día no se había echado del todo a perder. No sólo Samantha le había escuchado comprensivamente sino que se había ofrecido a acompañarlo a Hogsmeade. Amplió su sonrisa. Sabía que se estaba arriesgando demasiado al involucrarse otra vez con una mujer. Y no cualquiera mujer, sino Samantha Blake. No sabía cual de sus personalidades era más peligrosa para un mortífago y espía, si la de una muggle inofensiva… o la de una de las mejores aurores del Ministerio.

            Aunque los… malditos Slytherins le habían echo quedar mal delante de Samantha con su estúpida broma. ¿Cómo podían ser tan torpes? Aunque también era mala suerte que por una vez en su vida Longbottom hubiera acertado con la poción…

            Riéndose suavemente abrió la puerta de su habitación.

- Hacía tiempo que no te escuchaba reírte.

Severus levantó la mirada fastidiado. Cerró con un gesto brusco la puerta a su espalda.

- Buenos días Lucius.

- Menos mal que son buenos.- le contestó con sorna el patriarca Malfoy, en replica a su tono mordaz.- ¿qué he hecho para que olvides tu motivo de alegría?

- ¿Alegría?

- Por algo te estaba riendo, digo yo.

- Ahh…- Se sentó en una de las sillas que había dispuestas alrededor de la mesa del pequeño comedor. Malfoy padre se había sentado en el sillón. Su sillón.

- ¿Y?

- ¿Te gustaría saberlo, no?

Ambos hombres se miraron en silencio unos tensos segundos. Las miradas de hielo, adquiridas después de años al servicio de Voldemort, se enfrentaron. De repente, estallaron en carcajadas

- Vale, era por una broma de los Slytherins al pequeño Longbottom.- consiguió articular Severus entre sus profundas carcajadas.

- Bueno, aunque me gustaría escucharla no tengo tiempo. He venido por un asunto más serio. – Su repentina severidad aplacó las risas de su antiguo compañero.

- ¿Pasa algo?

- No, en realidad no.- con un elegante gesto disipó su severidad mientras una sonrisa burlona bailaba en sus labios, contento de haber preocupado durante unos segundos a su moreno interlocutor.

- Lucius…

- Sólo venía para invitarte a la fiesta que vamos a celebrar en mi casa el 24 de Diciembre con motivo de la Navidad.- Obvio la ceja arqueada de Snape.- Bueno, me tengo que ir, Narcissa me espera.

- Buenas Noches Lucius, saluda a Narcissa de mi parte.

- Así lo haré.

Severus contempló en silencio la puerta por donde Lucius Malfoy había salido. La contempló durante mucho más tiempo después de que el rubio saliera.

Katrinna miró por última vez el paisaje nocturno iluminado por la Luna llena. Con un suspiro cerró la cortina de su ventana mágica. Todas sus compañeras dormían ya, pero ella estaba insomne. Quizá debería haberse quedado en la enfermería con su primo, hasta que él se recuperaba. Aún no se podía creer que hubiera sido tan estúpido para haberse quedado descubierto para defenderla a ella. ¿Es que aún quedaba alguien que pensara que no era capaz de defenderse por ella misma?

Aunque debía reconocer que su gesto le había agradado, añadió para si mientras sonreía tontamente. Suspiró. ¿Por qué todo era tan complicado?

Así que ahí estaba ella, totalmente recuperada de sus superficiales heridas mientras la mayoría de los involucrados en la pelea aún permanecía en la enfermería. La única que también había conseguido escapar con heridas leves era, milagrosamente, Pansy. Un enorme milagro, sobre todo después de haber visto las caras asesinas de algunos Gryffindors.

Pero resulta que la dulce Pansy tenía su propio caballero guardián. Goyle, perdón, Greg, que tan inútil era para algunas cosas, resulta que se sabía una enorme caterva de hechizos y maldiciones. Su padre debería sentirse orgulloso de él. Y cuando ni con esas se salvaba la emprendía a salvajes golpes. Y teniendo en cuenta su tamaño era algo para tener en cuenta.

Aunque la verdad es que si se había ido de la enfermería a la primera posibilidad fue porque no quería estar con él en la misma sala. Joder. Ya volvía a pensar en él.

La rubia se deslizó entre las sábanas con gesto fastidiado. Pero estaba tan guapo cuando…

Katrinna… Se reprendió mentalmente. Pero sus ojos verdes le habían provocado algunos escalofríos en la enfermería. Cuando la miraba mientras le curaban el labio partido (culpa de uno de los hechizos de la sangre sucia, ¿De dónde sacaba esa facilidad para derribar escudos?) Durante el duelo. Mientras salía apresuradamente de los dominios de Pomfrey seguida de Pansy…

Joder.

Y mira que se había prometido dejar de pensar en él después de la noche del baile…

Flash Back

- El Señor Oscuro se impacienta cada día más. Hay que hallar una manera para acercársele. Un punto débil.

- ¿Y de veras crees que vas a ser capaz de averiguarlo tú, Millicent, cuando ninguno de nuestros padres ha podido?

- Bueno, Moran, nunca se sabe.

- Quizá tengas razón. Pero es que es demasiado santo, si al menos saliera con alguna chica o se enamorara de alguna…

Katrinna tragó saliva con dificultad, palideciendo un poco. Aún conservaba en sus labios el regusto a menta de los de él. Avanzó despacio hacia su cuarto, intentando pasar inadvertida.

- Ah, Katrinna.- Joder.- ¿Tienes alguna idea de cómo acercarte a Potter?

Katrinna pensó a toda velocidad. Bueno, la verdad es que no había muchas respuestas donde elegir, mañana lo sabría todo el colegio.

- Alguna.

Y sin más huyó hacia su cuarto.

Joder.

Fin Flash Back

            En una de las mazmorras una joven rubia se tapó la cabeza con las sabanas, intentando mantener sus pensamientos fuera.

            No tuvo mucho éxito.

            Esa noche los insomnes tuvieron su día álgido. Incluso en la Torre Gryffindor.

            Cierta pelirroja se dio la vuelta por enésima vez en cinco minutos. Su mente era un confuso torbellino de pensamientos, mezcla de culpabilidad, deseo…

            Harta, apartó las sábanas a un lado con fuerza. Respiró hondo intentando relajarse. ¿Qué le pasaba últimamente?  Primero se acostaba con Malfoy. Luego empeoraba la situación conspirando con él.

            Malfoy se había mostrado levemente interesado, aunque a Ginny no le engañaba. Sabía perfectamente que alguien como ella sería un precioso trofeo. ¿Pero qué decía?

            Se acostó sobre su vientre. Respiró duramente enterrando la cara en la almohada. Esos pensamientos habían sido su perdición durante los últimos días. Se sentía una traidora a su propia familia. Aunque después de haber visto a su hermano charlando tranquilamente con la maldita, estúpida, arrogante serpiente… ¡La odiaba! ¿Cómo se atrevía a hablar con ella tan tranquilo después de lo que le había hecho? Porque seguro que Potter se lo había contando. ¿Potter? Se dejaba influenciar demasiado por Draco.

            Se volvió a dar la vuelta quedando boca arriba. Cerró los ojos

            ¿Draco?

            Vale, eso es grave.

            En su mente luchaban la indignación hacia Harry y Ron, el odio hacia Katrinna… El deseo de cierto Slytherin… el poder… la sensación de traicionar y ser traicionada…

            No se sentía así desde su primer año.

            Lo cual no era una buena señal. Porque en ese año había sido dominada por Voldemort. Bueno, entonces aún Tom Ryddle.

            Tom

            Había que reconocer que no estaba del todo mal, se parecía a Harry.

            Vale, ahora si que el asunto pintaba grave.

            La pequeña de los Weasleys se levantó sin hacer ruido, cogió su capa y salió de puntillas de la habitación, mientras sus compañeras dormían profundamente, inconcientes de sus actos.

            Draco miró con odio a su rival, que dormía profundamente en la otra esquina de la habitación. Lo odiaba. Tenía que fastidiarlo todo. Por su culpa su estancia en Hogwarts no era tan brillante como había esperado, siempre conseguía arrebatarle la Copa de las Casas y hacía dos años incluso la de Quidditch. Y ahora se atrevía a intentar arrebatarle a Katrinna.

            Se arrebujó en la cama, ocultando parcialmente su cara en las sabanas, dejando fuera solo sus brillantes ojos grises.

            Sonrió con malicia. Quizás aún tenía la ocasión de devolverle golpe tras golpe. La pequeña de esa familia pelirroja y entrometida estaba a punto de caer. Su amor por Harry sería su perdición. Eso y algo de ayuda por su parte, por supuesto.

            Y quien sabe, su caída podría resultar muy agradable. Para ambos.

            Cerró los ojos con rapidez al escuchar la puerta de la sala abrirse. Seguramente sería la enfermera haciendo otra de sus rondas.

            Los suaves pasos se dirigieron sin titubear hasta su cama, parándose cerca de la cabecera. Volvió a sonreír con malicia mientras abría lentamente sus ojos, dirigiendo su brillante mirada hacia la persona que temblaba ligeramente a su lado.

            Ocultos a la vista de todos, cierta persona se esforzó en escuchar los susurros provenientes del fondo de la sala. Cada palabra comprendida se clavaba en sus entrañas. No podía arriesgarse a moverse para poder vislumbrar a la interlocutora del joven mortifago, pero escuchó con atención.

            Cuando la puerta volvió a cerrarse, sus ojos verdes se cerraron pensativos.

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            Aliena: Bueno, no te preocupes, en el próximo capítulo habrá más acción y se aclaran algunas cosas. O mejor dicho, se definirán más los planes de nuestro querido Voldy.  ¿A que te gustó tu personaje? No te preocupes, se qué no habla, pero ya tendrá algunas frases. Sabes que siempre me había parecido que JKR había puesto muy pocos alumnos por casa. Sobre todo después de ver la de gente que asistía a los partidos (¿Qué pasa? ¿Que se multiplican o que salen de de debajo del caldero de Severus?) jajaja. Y escribiré más a menudo, te lo prometo. Quiero tus reviews también para mi otra historia… XD

            Némesis Ryddle: Claro que lo leí, me gustó mucho. Como ves, ya los he solucionado, ahora solo me falta aprobar mis exámenes… De esperanzas también se vive. Bueno, me alegro que te gustara la parte de Draco y Ginny, pero la verdad es que no le veo mucho futuro como pareja… Pero no te preocupes, habrá algunas más. Espero que éste también te haya gustado y espero con ansia tu review.

            Amemait: Me alegro que te haya gustado, espero que te lo hayas terminado de leer ya!!!jajaja. Me alegra que la gente me apoye en este intento de historia, espero tener noticias tuyas a menudo.

            Arel- M: Antes de nada, me encantó tus nuevos capítulos!!! Aunque tengo una pregunta. ¿De verdad pasan solo 5 días??? Porque si yo fuera ellos debería dormir 6 más seguidos. xD. Bueno, esta claro que lo voy a dejar como esta, total, si hace falta mato a Sirius y ya está… Es broma. XD. Como verás aquí también se ríe Severus y tampoco esta Colin!!  Lo que paso en el entrenamiento se verá después, aunque las consecuencias ya se están pagando. Espero que con esto estés más tranquila respecto a Draco y Ginny.

            Ya me he buscado a un técnico así que asunto solucionado a menos que los idiotas de la ADSL no vuelvan a pifiarla otra vez… AJJ!!

            Espero tener tus reviews también en mi próxima historia.

            Besos

            Golobueno: Como ves cumplí con mi palabra y aquí está el nuevo capítulo, no la pienso dejar a medio terminar, no te preocupes. Y sigue escribiéndome, que me animas mucho.

            Gracias a todos, y ahora me voy que son las 1810 y aún no he hecho nada. Xd. Intentaré terminar mi primer capitulo de la otra historia esta noche o mañana por la mañana.

Besos

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