Gomen por la tardanza!!! Ando atareada con finales de fics y sumida en una
depre terrible, pero aqui esta el siguiente capítulo.
**********
- Akiyama... - la pelirroja se volvió a poner la mano en la boca, tosiendo ligeramente y sacando algo de sangre, la cual se limpió con unos pañuelos que tenía el castaño en el buró - A esto me refiero... tengo Leucemia...
El joven se quedó callado unos instantes; el sabía a lo que la joven se refería con eso de Leucemia, una muerte tarde o temprana para la pelirroja, sintiendose derrumbar todo su mundo al alrededor, mas ahora tenía un motivo mas poderoso para permanecer a su lado.
- ¿Me entendiste? - mencionó ella, bajando la mirada - No creo... una persona como tu no puede sentir nada por una enferma...
- ¿Quien dijo que no podía sentir nada? - mencionó el joven, tomandola de la mano - Si no sintiera nada, tu no estuvieras aqui en mi departamento...
- No sabes cuanto odio sentir esto... el estar completamente humillada... y mas ante ti...
- Todo estara bien, ya lo veras, y mas cuando te recuperes...
Ella no pudo responder nada, y el joven la dejó unos momentos para ir por mas chocolate para el. Cuando regresó pudo verla dormida tranquilamente, envuelta en un par de mantas. La noche el la pasó en el sillón, ya que le había cedido su cama a la chica. Era extraño, tenía a una chica en su cama pero no de la manera de siempre. Se levantó muy de mañana y preparó el desayuno; y a eso de las 10 de la mañana la pelirroja se apareció en la cocina aun con la pijama de franela, dirigiendole una mirada como las que solo ella sabía darle.
- Me encanta cuando me miras de esa forma - mencionó a la vez que le sonría seductoramente.
- Odio que te comportes asi...
- Veo que ya te sientes mejor...
- Una cosa es que me sienta mejor, y otra cosa es que este mejor...
El desayuno transcurrió tranquilo, mas a falta de ropa limpia para Rika, el joven le prestó algo de su ropa para que pudieran ir al medico. Ella se colocó un pantalón negro con una camisa de botones de igual colo, de manga larga, que ocultaban los golpes en la mayoría del su cuerpo, mientras que su pelo estaba suelto para ocultar los golpes del cuello. El medico solo pudo quedarse con los ojos abiertos al ver las heridas de la chica.
- ¿Pero que?
- Una pandilla la asaltó - mintió Ryo - Cuando llegó a casa venía asi... lo bueno es que no le paso nada mas... - Rika solamente se le quedó mirando al joven, con sopresa.
- Bien, para comenzar a examinar y recetarle algo, digame... tiene alguna enfermedad o alergia? o es alergica a algun medicamento?
Ella miró al castaño Akiyama y luego se dirigió al medico.
- Leucemia...
- Desde cuando se dio cuenta de que tenía esa enfermedad? Alguien mas lo sabe?
- No recuerdo... creo que tenía unos 13 o 14 años... y solo el joven aqui al lado lo sabe...
El doctor intento hacer que la pelirroja siguiera un tratamiento de quimioterapia, a lo que ella se nego rotundamente y no hubo poder humano que la hiciera cambiar de opinión, pero acepto hacerce unos analisis de sangre para calcular su tiempo de vida. Después de aquello, el joven la llevó de nuevo al departamento, dejandola dormida después de darle las medicinas para regresar al lugar donde la encontró, por algo de sus pertenencias. Dio rapidamente con el lugar, justo frente a el se encontraba la casa en cuya puerta encontró a la pelirroja. Tocó el timbre y pronto escuchó pasos, para luego darle paso a una rubia envuelta en una bata de franela abriendole la puerta.
- Rika eres tu? - la rubia se dio cuenta de su error - perdón, pense que...
- Lo se, no se preocupe, ella está bien...
- Seguro? La viste? Donde esta?
- Tranquila señora, soy un amigo de ella, y ella se encuentra en mi casa... no hay problema, ella se encuentra bien...
- Me alegra saberlo, me asuste mucho de donde pasaría ella la noche...
- Esta bien, solo que terminó empapada, le presté algo mio... pero de ahi en fuera no paso nada...
- Entiendo... ahorita te dare algo para que le lleves... - volteó atras para ver discretamente - quedate afuera, no vaya a ser...
- Si, entiendo...
La rubia entró y salió unos momentos después con una bolsa con ropa y otra con varias cosas personales.
- Dile que es lo mejor que le encontre de ropa, y que la quiero mucho... que me perdone por no ser lo suficientemente fuerte para defenderla...
- Ya vera que todo va a mejorar...
- Ojalá joven, ojala... - Ryo comenzó a irse - Oiga, no me dijo su nombre...
- Ah si, perdone, soy Ryo Akiyama...
- Akiyama...
El joven se despidió rapidamente y regresó para con la pelirroja, que seguía profundamente dormida, o al menos eso creía el.
Distancia. Definitivamente ella tenía que poenr distancia, para no ilusionarse e intentar alguna locura cuando su corazón se rompiera en mil pedazos. La desesperación la tenía en su mente por completo, no quería hacerse ilusiones de algo que no podría ser por causa del tiempo, del cual sospechaba que le quedaba muy poco.
Todo por culpa de su sangre, su sangre maldita que llevaba en las venas y que hacía que ella odiara al mundo con todo lo que estuviera dentro. ¿De que le servía tener vida cuando se la arrebataban tan facilmente? Tal vez por eso no se había forado una meta en su vida, resignandose a conservar su beca solo por conservar feliz a su madre, en vez de forjarse un sueño para el futuro.
Sintió un mareo de repente y puso sus manos en la boca, tosiendo y expulsando algo de sangre. Sus manos volvierona quedarse manchadas por su propia sangre.
Maldita.
Sangre maldita que la mataba poco a poco, lentamente, ella no lo setía, pero podía presentir a la muerte rondando alrededor de ella, alterandola en todos sus sentidos y sin poder hacer nada.
El joven se percató de lo que le sucedía y rapidamente buscó una toalla para poder ayudarla, ademas de llevarle un poco de agua fresca. Tal vez no sabía mucho de ella, y tal vez aun no se ganaba su confianza, pero el estaba dispuesto a todo con tal de cuidarla.
- Tranquila... todo estara bien...
Fue increible la confianza que deposito en el en esa semana, y en la que siguió tambien, dos semanas en que ambos chicos se trataron mutuamente debido a las situaciones por las que estaban pasando ultimamente (mas bien Ryo no la dejaría ir hasta que se aliviara completamente de los golpes) a pesar de las diferencias que existian en ambos. Aun asi ella aun no le tenía la confianza suficiente, a pesar de que esas dos semanas había estado viviendo con el en su casa, dos semanas en las ella se recuperó de algunas heridas y golpes, dos semanas en las que no había visto a Ryo con ninguna mujer a pesar de que estas le caían del cielo practicamente, dos semanas en las que ellos iban juntos de un lado para otro, aunque si los vieran en la calle pensarían que son dos desconocidos mas caminando por las calles de Japon. En una de esas caminatas ambos terminaron en la mansión Makino, aquella casona donde fue el encuentro de su primer beso, ya que ella intentaba arreglar lo que podía de la casa para segun ella algun dia vivir ella y su madre fuera del alcance de su padrastro.
- Oye, nunca me dijiste de donde es todo esto...
- Aquí es donde vivía de pequeña, antes de que muriera mi abuela...
- Ya casi no se te notan las heridas...
- Lo se, el tratamiento esta funcionando bien... tarde o temprano te pagare por haber comprado las medicinas, de eso puedes estar seguro...
- No hay de que, solo quiero que me tengas confianza...
- Si a confianzas vamos... - la pelirroja puso una mirada maliciosa - ¿Cuanto tiempo llevas sin sexo?
- No lo he hecho desde el dia después de que te conoci - mencionó Ryo, levantando la mano - palabra de honor... Torturante no crees?
- Para nada, yo tengo 18 años sin eso y no digo nada...
El joven se quedó en silencio, mirandola y meditando lo que la pelirroja le insinuó en esa frase: Su virginidad.
- Entonces tu todavía eres... - insinuó el castaño.
- ¿Virgen? - respondió la pelirroja - Para nada... bueno, tal vez sicologicamente si, pero fisicamente no lo soy... y ultimadamente por qué te estoy diciendo esto? No es de tu incumbencia...
- Claro que me incumbe... porque te quiero...
El joven se acercó a ella lentamente, poniendo una de sus manos sobre una de las de la pelirroja. Ella se ruborizó pero de manera que el no se diera cuenta. Ella se pasó un mechon de cabello detras de la oreja, sin mirarlo siquiera, mientras el tomaba su rostro con ambas manos, acercandolo hacia si y besando suavemente sus labios. Ella sintió como ese beso era diferente a los otros dos... el primero había sido un beso casi forzado, el segundo había sido robado, y ahora el tercero... lo sentía tan diferente a los otros dos, como si en ese beso estuviera toda su vida misma, lleno de pasión, de ternura... pero a la vez de amor... ¿Pero que demonios estaba ella sintiendo? ¿Amor? No! Ella no podía sentir amor!
Sus labios estaban entrelazados al igual que sus manos. El castaño posó su mano en la cintura de la pelirroja, ella al sentir el roce con su piel sintió como la sangre se le subía a la cabeza, provocando un ligero sonrojo en ella mientras que el joven castaño besaba su cuello apasionadamente.
¿Pero que demonios estaba ella haciendo? ¿Dejandose besar por un sujeto cualquiera? Aunque el no era un sujeto cualquiera... Era Ryo Akiyama!!! Estaba siendo besada!!! Y por Ryo Akiyama que era peor!!
Pero no se conformaba con que su cerebro pensara eso, lo correcto seria que su cuerpo respondiera a las ordenes que le daba su cerebro sobre alejarse de el. Pero no le respondía, practicamente sus manos desobedecieron y se enroscaron alrededor del cuello de Akiyama, mientras que sus labios seguían fundidos en ese beso que parecía eterno. De repente el joven bajó y comenzó a besarla lentamente en el cuello, haciendo que ella soltara ligeros gemidos que solo el podía percibir, queria amarla, tenerla, hacerle el amor ahi mismo y estar con ella todo lo que pudiera, sin importarle nada y nadie.
Fue ella la que volvió a atraerlo contra si para besarlo en los labios, inexpertamente pero que el guiaba dulcemente, inclinandoce hacia ella y apoyandose en el suelo para seguir besandola, teniendola completamente a su merced por la posición en la que se encontraban. Sus manos comenzaron a moverce, subiendo por su pierna y comenzando a desabrochar el pantalón de la joven, ya que con la otra se apoyaba para no caer. De repente ella interrumpió el beso, mirandolo fijamente a los profundos ojos azules que la miraban a los suyos violetas.
- Olvidalo Akiyama... no voy a caer asi de facil - mencionó Rika, al momento que se separaba de el.
- Rika...
- Aunque no lo creas te conozco, y se cuando alguien intenta jugar con una mujer...
Ella se abrochó el pantalón, dandole a entender que no quería tener nada que ver con el. El silencio reino por unos instantes que parecieron eternos, hasta que ella tosió y puso sus manos en su boca, para poder contener la sangre que salía de ella.
El se sintió furioso, no podía hacer nada, solo quedaba esperar los resultados de los analisis para saber cuanto tiempo le quedaba a su pelirroja. Porque era SU pelirroja, aunque ella no quisiera aceptarlo, era su pelirroja, solamente suya.
- ¿Por qué no? - dijo el, esperando alguna reaccion de ella.
- Olvidalo Akiyama... simplemente olvidalo...
Sentía la pena y angustia al no ser correspondido de la misma manera, al sentirse completamente inutil.
Después de lo sucedido se regresaron al departamento, donde ella se quedó profundamente dormida en el sillón, cansada. Aun no podía regresar por su madre, tenía que tener todo listo, y por supuesto que el no la dejaria sola. La dejo durmiendo en el sillón, mientras que el fue a su cuarto por algo de ropa para darse una ducha. Apenas atraveso la puerta cuando unas manos femeninas lo tomaron por sorpresa, plantandole un sorprendente y apasionado beso en los labios mientras intentaba quitarle la camisa bruscamente. Ryo solo miraba a una rubia despampanante que lo besaba como si fuera la ultima vez que lo vería.
- Kanoe... - dijo el, quitandosela de encima - ¿Como demonios fue que entraste?
- ¿Que no recuerdas que el portero del edificio ya me conoce?
- Como sea que hayas entrado, sera mejor que te vayas...
Ryo le tapó la boca a la rubia, mientras que la sacaba discretamente del departamento para que Rika no se levantara por el estruendo, a la vez que evitaba que la rubia mirara a la pelirroja dormida en el sillon, ya que la rubia iba pataleando y dandole golpes y patadas a Ryo. Una vez que la llevo afuera, le cerro la puerta en las narices, dandole a entender que ya no tenia nada que ver con ella. Suspiró, tenía que acabar con eso antes de que su pelirroja lo odiara mas de lo que ya lo odiaba.
Un momento... si ella lo odiaba... ¿Entonces por qué le correspondió cuando la beso?
- Me quieres o solo estas jugando conmigo?
Esa voz lo saco de sus pensamientos, ahi estaba la pelirroja, sentada en el sillón, mirandolo a los ojos fijamente. Al parecer no la había dejado dormida y ella había presenciado todo lo que el chico tuvo que hacer para sacar a la rubia del departamento.
- Si no te quisiera, no estaría pasando todo esto junto a ti... te hubiese dejado sola...
- No me has respondido... ¿Me quieres o no?
- No te quiero... te amo...
Su sangre... de no ser por su maldita sangre, ella no se sentiría impotente, sin poder hacer nada. Y definitivamente no le gustaba sentirse la enferma, pero no podía evitar lo que le sucedia; su cuerpo se empezo a mover sin obedecer las ordenes de su cerebro, tomando al joven y aventandolo en el sillón, colocandose encima de el, acercandose directo a esos labios que la llamaban solamente a ella. El la tomó mas contra si, el no se iba a quedar atras, si ella había tomado la iniciativa, entonces el la besaría.
Y lo hizo, tomó su rostro entre ambas manos y lo acercó mas a el, primero con un roce de labios y luego profundizandolo mas. Su aroma le encantaba, lo envolvía magicamente y hacía que perdiera el control de si mismo, pasando sus manos de manera lenta por la espalda de ella, sintiendo sus rojos cabellos caer en parte de su rostro y cuelloal cual comenzó a besar lentamente.
De repente, la actividad ceso, justo cuando el había encontrado la manera de desabrocharle la blusa que llevaba, ella cayo justo encima de el, con su cabeza recargada en su pecho, sintiendo el suave aroma lavanda de sus cabellos.
Ella simplemente se había quedado dormida, diciendo cosas incomprendibles entre sus sueños.
- "No importa, creo que valdra la pena esperar..."
**********
I still remember the world
From the eyes of a child
Slowly those feelings
Were clouded by what I know now
Where has my heart gone
An uneven trade for the real world
I want to go back to
Believing in everything and knowing nothing at all
I still remember the sun
Always warm on my back
Somehow it seems colder now
Where had my heart gone
Trapped in the eyes of a stranger
I want to go back to
Believing in everything
Evanescence - Field of Innocence
*** Perdoneme por este capitulo, que la verdad fue muy dificil escribirlo, quería hacerlo mas largo, pero tengo una semana en una etapa de depresión de la cual no creo salir hasta dentro de un mes, asi que por favor, espero que me comprendan si no actualizo pronto.
Nayru.
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- Akiyama... - la pelirroja se volvió a poner la mano en la boca, tosiendo ligeramente y sacando algo de sangre, la cual se limpió con unos pañuelos que tenía el castaño en el buró - A esto me refiero... tengo Leucemia...
El joven se quedó callado unos instantes; el sabía a lo que la joven se refería con eso de Leucemia, una muerte tarde o temprana para la pelirroja, sintiendose derrumbar todo su mundo al alrededor, mas ahora tenía un motivo mas poderoso para permanecer a su lado.
- ¿Me entendiste? - mencionó ella, bajando la mirada - No creo... una persona como tu no puede sentir nada por una enferma...
- ¿Quien dijo que no podía sentir nada? - mencionó el joven, tomandola de la mano - Si no sintiera nada, tu no estuvieras aqui en mi departamento...
- No sabes cuanto odio sentir esto... el estar completamente humillada... y mas ante ti...
- Todo estara bien, ya lo veras, y mas cuando te recuperes...
Ella no pudo responder nada, y el joven la dejó unos momentos para ir por mas chocolate para el. Cuando regresó pudo verla dormida tranquilamente, envuelta en un par de mantas. La noche el la pasó en el sillón, ya que le había cedido su cama a la chica. Era extraño, tenía a una chica en su cama pero no de la manera de siempre. Se levantó muy de mañana y preparó el desayuno; y a eso de las 10 de la mañana la pelirroja se apareció en la cocina aun con la pijama de franela, dirigiendole una mirada como las que solo ella sabía darle.
- Me encanta cuando me miras de esa forma - mencionó a la vez que le sonría seductoramente.
- Odio que te comportes asi...
- Veo que ya te sientes mejor...
- Una cosa es que me sienta mejor, y otra cosa es que este mejor...
El desayuno transcurrió tranquilo, mas a falta de ropa limpia para Rika, el joven le prestó algo de su ropa para que pudieran ir al medico. Ella se colocó un pantalón negro con una camisa de botones de igual colo, de manga larga, que ocultaban los golpes en la mayoría del su cuerpo, mientras que su pelo estaba suelto para ocultar los golpes del cuello. El medico solo pudo quedarse con los ojos abiertos al ver las heridas de la chica.
- ¿Pero que?
- Una pandilla la asaltó - mintió Ryo - Cuando llegó a casa venía asi... lo bueno es que no le paso nada mas... - Rika solamente se le quedó mirando al joven, con sopresa.
- Bien, para comenzar a examinar y recetarle algo, digame... tiene alguna enfermedad o alergia? o es alergica a algun medicamento?
Ella miró al castaño Akiyama y luego se dirigió al medico.
- Leucemia...
- Desde cuando se dio cuenta de que tenía esa enfermedad? Alguien mas lo sabe?
- No recuerdo... creo que tenía unos 13 o 14 años... y solo el joven aqui al lado lo sabe...
El doctor intento hacer que la pelirroja siguiera un tratamiento de quimioterapia, a lo que ella se nego rotundamente y no hubo poder humano que la hiciera cambiar de opinión, pero acepto hacerce unos analisis de sangre para calcular su tiempo de vida. Después de aquello, el joven la llevó de nuevo al departamento, dejandola dormida después de darle las medicinas para regresar al lugar donde la encontró, por algo de sus pertenencias. Dio rapidamente con el lugar, justo frente a el se encontraba la casa en cuya puerta encontró a la pelirroja. Tocó el timbre y pronto escuchó pasos, para luego darle paso a una rubia envuelta en una bata de franela abriendole la puerta.
- Rika eres tu? - la rubia se dio cuenta de su error - perdón, pense que...
- Lo se, no se preocupe, ella está bien...
- Seguro? La viste? Donde esta?
- Tranquila señora, soy un amigo de ella, y ella se encuentra en mi casa... no hay problema, ella se encuentra bien...
- Me alegra saberlo, me asuste mucho de donde pasaría ella la noche...
- Esta bien, solo que terminó empapada, le presté algo mio... pero de ahi en fuera no paso nada...
- Entiendo... ahorita te dare algo para que le lleves... - volteó atras para ver discretamente - quedate afuera, no vaya a ser...
- Si, entiendo...
La rubia entró y salió unos momentos después con una bolsa con ropa y otra con varias cosas personales.
- Dile que es lo mejor que le encontre de ropa, y que la quiero mucho... que me perdone por no ser lo suficientemente fuerte para defenderla...
- Ya vera que todo va a mejorar...
- Ojalá joven, ojala... - Ryo comenzó a irse - Oiga, no me dijo su nombre...
- Ah si, perdone, soy Ryo Akiyama...
- Akiyama...
El joven se despidió rapidamente y regresó para con la pelirroja, que seguía profundamente dormida, o al menos eso creía el.
Distancia. Definitivamente ella tenía que poenr distancia, para no ilusionarse e intentar alguna locura cuando su corazón se rompiera en mil pedazos. La desesperación la tenía en su mente por completo, no quería hacerse ilusiones de algo que no podría ser por causa del tiempo, del cual sospechaba que le quedaba muy poco.
Todo por culpa de su sangre, su sangre maldita que llevaba en las venas y que hacía que ella odiara al mundo con todo lo que estuviera dentro. ¿De que le servía tener vida cuando se la arrebataban tan facilmente? Tal vez por eso no se había forado una meta en su vida, resignandose a conservar su beca solo por conservar feliz a su madre, en vez de forjarse un sueño para el futuro.
Sintió un mareo de repente y puso sus manos en la boca, tosiendo y expulsando algo de sangre. Sus manos volvierona quedarse manchadas por su propia sangre.
Maldita.
Sangre maldita que la mataba poco a poco, lentamente, ella no lo setía, pero podía presentir a la muerte rondando alrededor de ella, alterandola en todos sus sentidos y sin poder hacer nada.
El joven se percató de lo que le sucedía y rapidamente buscó una toalla para poder ayudarla, ademas de llevarle un poco de agua fresca. Tal vez no sabía mucho de ella, y tal vez aun no se ganaba su confianza, pero el estaba dispuesto a todo con tal de cuidarla.
- Tranquila... todo estara bien...
Fue increible la confianza que deposito en el en esa semana, y en la que siguió tambien, dos semanas en que ambos chicos se trataron mutuamente debido a las situaciones por las que estaban pasando ultimamente (mas bien Ryo no la dejaría ir hasta que se aliviara completamente de los golpes) a pesar de las diferencias que existian en ambos. Aun asi ella aun no le tenía la confianza suficiente, a pesar de que esas dos semanas había estado viviendo con el en su casa, dos semanas en las ella se recuperó de algunas heridas y golpes, dos semanas en las que no había visto a Ryo con ninguna mujer a pesar de que estas le caían del cielo practicamente, dos semanas en las que ellos iban juntos de un lado para otro, aunque si los vieran en la calle pensarían que son dos desconocidos mas caminando por las calles de Japon. En una de esas caminatas ambos terminaron en la mansión Makino, aquella casona donde fue el encuentro de su primer beso, ya que ella intentaba arreglar lo que podía de la casa para segun ella algun dia vivir ella y su madre fuera del alcance de su padrastro.
- Oye, nunca me dijiste de donde es todo esto...
- Aquí es donde vivía de pequeña, antes de que muriera mi abuela...
- Ya casi no se te notan las heridas...
- Lo se, el tratamiento esta funcionando bien... tarde o temprano te pagare por haber comprado las medicinas, de eso puedes estar seguro...
- No hay de que, solo quiero que me tengas confianza...
- Si a confianzas vamos... - la pelirroja puso una mirada maliciosa - ¿Cuanto tiempo llevas sin sexo?
- No lo he hecho desde el dia después de que te conoci - mencionó Ryo, levantando la mano - palabra de honor... Torturante no crees?
- Para nada, yo tengo 18 años sin eso y no digo nada...
El joven se quedó en silencio, mirandola y meditando lo que la pelirroja le insinuó en esa frase: Su virginidad.
- Entonces tu todavía eres... - insinuó el castaño.
- ¿Virgen? - respondió la pelirroja - Para nada... bueno, tal vez sicologicamente si, pero fisicamente no lo soy... y ultimadamente por qué te estoy diciendo esto? No es de tu incumbencia...
- Claro que me incumbe... porque te quiero...
El joven se acercó a ella lentamente, poniendo una de sus manos sobre una de las de la pelirroja. Ella se ruborizó pero de manera que el no se diera cuenta. Ella se pasó un mechon de cabello detras de la oreja, sin mirarlo siquiera, mientras el tomaba su rostro con ambas manos, acercandolo hacia si y besando suavemente sus labios. Ella sintió como ese beso era diferente a los otros dos... el primero había sido un beso casi forzado, el segundo había sido robado, y ahora el tercero... lo sentía tan diferente a los otros dos, como si en ese beso estuviera toda su vida misma, lleno de pasión, de ternura... pero a la vez de amor... ¿Pero que demonios estaba ella sintiendo? ¿Amor? No! Ella no podía sentir amor!
Sus labios estaban entrelazados al igual que sus manos. El castaño posó su mano en la cintura de la pelirroja, ella al sentir el roce con su piel sintió como la sangre se le subía a la cabeza, provocando un ligero sonrojo en ella mientras que el joven castaño besaba su cuello apasionadamente.
¿Pero que demonios estaba ella haciendo? ¿Dejandose besar por un sujeto cualquiera? Aunque el no era un sujeto cualquiera... Era Ryo Akiyama!!! Estaba siendo besada!!! Y por Ryo Akiyama que era peor!!
Pero no se conformaba con que su cerebro pensara eso, lo correcto seria que su cuerpo respondiera a las ordenes que le daba su cerebro sobre alejarse de el. Pero no le respondía, practicamente sus manos desobedecieron y se enroscaron alrededor del cuello de Akiyama, mientras que sus labios seguían fundidos en ese beso que parecía eterno. De repente el joven bajó y comenzó a besarla lentamente en el cuello, haciendo que ella soltara ligeros gemidos que solo el podía percibir, queria amarla, tenerla, hacerle el amor ahi mismo y estar con ella todo lo que pudiera, sin importarle nada y nadie.
Fue ella la que volvió a atraerlo contra si para besarlo en los labios, inexpertamente pero que el guiaba dulcemente, inclinandoce hacia ella y apoyandose en el suelo para seguir besandola, teniendola completamente a su merced por la posición en la que se encontraban. Sus manos comenzaron a moverce, subiendo por su pierna y comenzando a desabrochar el pantalón de la joven, ya que con la otra se apoyaba para no caer. De repente ella interrumpió el beso, mirandolo fijamente a los profundos ojos azules que la miraban a los suyos violetas.
- Olvidalo Akiyama... no voy a caer asi de facil - mencionó Rika, al momento que se separaba de el.
- Rika...
- Aunque no lo creas te conozco, y se cuando alguien intenta jugar con una mujer...
Ella se abrochó el pantalón, dandole a entender que no quería tener nada que ver con el. El silencio reino por unos instantes que parecieron eternos, hasta que ella tosió y puso sus manos en su boca, para poder contener la sangre que salía de ella.
El se sintió furioso, no podía hacer nada, solo quedaba esperar los resultados de los analisis para saber cuanto tiempo le quedaba a su pelirroja. Porque era SU pelirroja, aunque ella no quisiera aceptarlo, era su pelirroja, solamente suya.
- ¿Por qué no? - dijo el, esperando alguna reaccion de ella.
- Olvidalo Akiyama... simplemente olvidalo...
Sentía la pena y angustia al no ser correspondido de la misma manera, al sentirse completamente inutil.
Después de lo sucedido se regresaron al departamento, donde ella se quedó profundamente dormida en el sillón, cansada. Aun no podía regresar por su madre, tenía que tener todo listo, y por supuesto que el no la dejaria sola. La dejo durmiendo en el sillón, mientras que el fue a su cuarto por algo de ropa para darse una ducha. Apenas atraveso la puerta cuando unas manos femeninas lo tomaron por sorpresa, plantandole un sorprendente y apasionado beso en los labios mientras intentaba quitarle la camisa bruscamente. Ryo solo miraba a una rubia despampanante que lo besaba como si fuera la ultima vez que lo vería.
- Kanoe... - dijo el, quitandosela de encima - ¿Como demonios fue que entraste?
- ¿Que no recuerdas que el portero del edificio ya me conoce?
- Como sea que hayas entrado, sera mejor que te vayas...
Ryo le tapó la boca a la rubia, mientras que la sacaba discretamente del departamento para que Rika no se levantara por el estruendo, a la vez que evitaba que la rubia mirara a la pelirroja dormida en el sillon, ya que la rubia iba pataleando y dandole golpes y patadas a Ryo. Una vez que la llevo afuera, le cerro la puerta en las narices, dandole a entender que ya no tenia nada que ver con ella. Suspiró, tenía que acabar con eso antes de que su pelirroja lo odiara mas de lo que ya lo odiaba.
Un momento... si ella lo odiaba... ¿Entonces por qué le correspondió cuando la beso?
- Me quieres o solo estas jugando conmigo?
Esa voz lo saco de sus pensamientos, ahi estaba la pelirroja, sentada en el sillón, mirandolo a los ojos fijamente. Al parecer no la había dejado dormida y ella había presenciado todo lo que el chico tuvo que hacer para sacar a la rubia del departamento.
- Si no te quisiera, no estaría pasando todo esto junto a ti... te hubiese dejado sola...
- No me has respondido... ¿Me quieres o no?
- No te quiero... te amo...
Su sangre... de no ser por su maldita sangre, ella no se sentiría impotente, sin poder hacer nada. Y definitivamente no le gustaba sentirse la enferma, pero no podía evitar lo que le sucedia; su cuerpo se empezo a mover sin obedecer las ordenes de su cerebro, tomando al joven y aventandolo en el sillón, colocandose encima de el, acercandose directo a esos labios que la llamaban solamente a ella. El la tomó mas contra si, el no se iba a quedar atras, si ella había tomado la iniciativa, entonces el la besaría.
Y lo hizo, tomó su rostro entre ambas manos y lo acercó mas a el, primero con un roce de labios y luego profundizandolo mas. Su aroma le encantaba, lo envolvía magicamente y hacía que perdiera el control de si mismo, pasando sus manos de manera lenta por la espalda de ella, sintiendo sus rojos cabellos caer en parte de su rostro y cuelloal cual comenzó a besar lentamente.
De repente, la actividad ceso, justo cuando el había encontrado la manera de desabrocharle la blusa que llevaba, ella cayo justo encima de el, con su cabeza recargada en su pecho, sintiendo el suave aroma lavanda de sus cabellos.
Ella simplemente se había quedado dormida, diciendo cosas incomprendibles entre sus sueños.
- "No importa, creo que valdra la pena esperar..."
**********
I still remember the world
From the eyes of a child
Slowly those feelings
Were clouded by what I know now
Where has my heart gone
An uneven trade for the real world
I want to go back to
Believing in everything and knowing nothing at all
I still remember the sun
Always warm on my back
Somehow it seems colder now
Where had my heart gone
Trapped in the eyes of a stranger
I want to go back to
Believing in everything
Evanescence - Field of Innocence
*** Perdoneme por este capitulo, que la verdad fue muy dificil escribirlo, quería hacerlo mas largo, pero tengo una semana en una etapa de depresión de la cual no creo salir hasta dentro de un mes, asi que por favor, espero que me comprendan si no actualizo pronto.
Nayru.
