¡¡¿¿Hermione??!!
El Gran Comedor estaba absolutamente lleno. Y sólo eran las siete y media de la mañana.
Los alumnos esperaban ansiosamente al director para que les mostrara la primera actuación del día. Después de las memorables actuaciones (cada una por razones bien distintas) de los merodeadores y de Lucius Malfoy y Severus Snape, los estudiantes querían ver más.
Cuando Harry y Ron se despertaron, ni Seamus, ni Neville, ni Dean estaban ya en la habitación. Y para su sorpresa, cuando llegaron al gran comedor, Ginny y Hermione ya estaban preparadas para recibir al profesor Dumbledore.
-¡Buenos días! –saludó Hermione con una gran sonrisa.
-¡Hola, dormilones! –dijo Ginny alegremente. Harry y Ron se miraron con complicidad.
-¿Estáis esperando algo, chicas? –preguntó Ron alzando una ceja.
-Noooooooooooooooooooooooo –dijeron ellas a la vez, haciendo gestos negativos con las manos.
-¿Nosotras? ¿Cómo podéis pensar eso? –dijo Hermione con aire dolido.
-Estos chicos... –dijo Ginny con superioridad. En ese momento se oyeron unos murmullos de alegría desde la otra punta del Comedor. El profesor Dumbledore había llegado.
-Bueno, parece que estaban todos ustedes esperándome –dijo con una gran sonrisa. –Parece ser que mi castigo está gustándoles mucho ¿eh? –varias chicas asintieron fervorosamente con la cabeza, recordando la actuación del día anterior de Draco Malfoy.
-Entonces –dijo al tiempo que se aproximaba a su silla en la mesa de profesores y realizaba un movimiento de varita -¡Que empiece el espectáculo!
Como de costumbre, las luces se apagaron y una figura borrosa apareció en la mesa de Gryffindor. Algunos alumnos aplaudieron de la emoción, y al hacerse la luz, muchas chicas gritaron de emoción al reconocer a uno de los Merodeadores, mientras Harry se golpeaba con la cabeza en la mesa de madera.
De pronto, una voz (muy parecida a la de James Potter) anunció con gran alegría:
-¡Señoras y señoritas, con y para vosotras, el graaaaaaaan: SIRIUS BLACK!
Tú dirás que estoy loco
loco loco loco
pensarás que estoy loco
loco de atar
y es verdad que estoy loco
loco loco loco
loco por poderte besar
La música era pegadiza y los movimientos sexys de Sirius contribuían a que la canción mejorara mucho. De pronto surgieron detrás de Sirius dos chicas, vestidas con unos cortos vaqueros (muy MUY cortos), unas camisetas negras con letras doradas y unas botas de tacón altísimas. Sirius se acercó a una de ellas meneando la cadera y siguió con la canción.
Dime dónde estás nena
dime adonde vas nena
por qué siempre das
sólo una de cal
y dos de arena
no lo dudes más
chica
déjate llevar chica
que la música te
invita
Al llegar a este fragmento de la canción, todas las chicas del Gran Comedor gritaban, aplaudían, lloraban y se tiraban de los pelos mientras admiraban la completa y bien formada anatomía de Sirius, completamente visible a través de una chaqueta de cuero con sus iniciales grabadas en letras plateadas, y unos pantalones anchos complementados con unas zapatillas blancas y negras. Su largo pelo negro se movía con cada movimiento del propietario y unas cuantas cadenas en el pantalón eran su único complemento.
Se acercó a la otra chica, y siguió cantando.
Quiero verte aqui nenay tocar tu piel
con sabor a miel
menta y canela
déjame sentir chica
lo mejor de ti chica
la emocion se multiplica
Todas las chicas se habían apiñado en la mesa de Gryffindor para mirar un poco más de cerca a Sirius, y bailaban como locas mientras gritaban cosas mucho peores que las que le dijeron a Malfoy.
-¡Oh Dios mío! –dijo Ginny con los ojos desorbitados, mientras miraba a Sirius sin perderse ningún detalle.
-Creo que cuando vea a Sirius voy a pedirle que repita la actuación, porque si lo hace tan bien como ahora, me fugo con él –declaró Hermione, mientras sin poder evitarlo seguía el ritmo de la música con los hombros. Ginny la imitó y en pocos segundos ambas estaban bailando encima de los bancos de madera, justo por debajo del Sirius adolescente.
Muchas chicas de Gryffindor siguieron su ejemplo y comenzaron a bailar por su propia voluntad de forma sexy y provocadora (N/As: a Sirius seguro que le hubiera gustado mucho!!!!).
Tú dirás que estoy loco
loco loco loco
pensarás que estoy loco
loco de atar
y es verdad que estoy loco
loco loco loco loco
loco por poderte besar
Dime de qué vas nena
de qué lado estás nena
que desperdiciar una noche
así es una pena
Déjate besar chica
que tu boca me incita
y la mía te necesita
Harry y Ron contemplaban a las chicas mudos de asombro, sin ni siquiera un comentario irónico. Neville, Dean y Seamus, por otra parte, se dedicaban a mirar a las chicas bailando, lo cual les parecía bastante entretenido.
Tú dirás que estoy loco
loco loco loco
pensarás que estoy loco
loco de atar
y es verdad que estoy loco
loco loco loco loco
loco por poderte besar
no lo dudes más chica
déjate llevar chica
que la música te invita
El Gran Comedor se parecía más a una discoteca que al comedor de un colegio. Todas las chicas, sin excepción (las Slytherin no parecían darle mucha importancia a que el chico fuera un Gryffindor, se fijaban más en... otras cosas)bailaban al ritmo que imponía Sirius, quien meneaba las caderas y los hombros haciendo las delicias de las chicas, al ritmo de una coreografía muy bien escenificada.Sin embargo había varios alumnos que no lo estaban pasando muy bien.
-¡Tu padrino es una especie de... terror de las nenas! –decía Ron señalando al Sirius adolescente y mirando a Hermione y Ginny moviendo las caderas.
-¿Por qué demonios todos los miembros de mi familia tienen que hacer el ridículo más espantoso? –preguntó Harry, escondiéndose entre las manos.
-Esto sólo tiene algo bueno –dijo Ron mirando hacia la mesa de Slytherin –Malfoy lo está pasando igual de mal que nosotros.
El rubio miraba a Sirius completamente furioso. Esperaba que todas las chicas estuvieran esperándolo a él y se había encontrado con el estúpido padrino del cara-rajada haciendo movimientos sexys y con todas las alumnas derritiéndose con la música.
Y mientras tanto, Sirius llegaba ya al final de la canción entre gritos de: "Guapo" "Tío bueno" "Estás más bueno que el pan con chocolate" etc...
Tú dirás que estoy loco
loco loco loco
pensarás que estoy loco
loco de atar
y es verdad que estoy loco
loco loco loco loco
loco por poderte besar.
El baile terminó con las dos bailarinas abrazadas a Sirius, pasándole las manos por el pecho y la espalda (N/As: ohhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!! que suerte acariciar esa anatomía de Sirius!!!!!!!!!) mientras Sirius dirigía una mirada profunda a todas sus "fans".
-Nos vemos, chicas... –dijo con voz seductora antes de desvanecerse.
Se escuchó un "ohhhhhhhhhhhhhhhhhhh..." general y las chicas volvieron a sus asientos con pocas ganas y comentando ciertos "aspectos peculiares" de la anatomía del cantante.
Ginny se sentó en el banco con cara de satisfacción y una gran sonrisa, mientras Hermione se dejaba caer en el asiento con expresión embobada. Ambas suspiraron a la vez.
-¡Esto es repugnante! –dijo Ron con cara de asco.
-Dímelo a mí –contestó Harry con cara de cansancio.
-Pues yo creo que es fantástico –dijo Ginny todavía sonriendo y con la mirada perdida.
-Estoy deseando ver a tu padre, Harry –dijo Hermione con vehemencia. De pronto su cara se iluminó -¡Y al profesor Lupin! –terminó suspirando y mirando hacia el profesor de DCAO, quien parecía bastante abochornado por la actuación de su mejor amigo.
-Creo que me voy a clase –dijo Ron mirando a su mejor amiga como si se hubiera vuelto loca, y levantándose de la silla.
-Me voy contigo –decidió Harry al ver la cara de felicidad de Ginny.
A la hora de la comida, Harry y Ron se sentaron lo más alejados posibles de Hermione, Ginny, Lavender y Parvati, quienes no habían dejado de comentar ni uno sólo de los detalles de la actuación del padrino de Harry.
A la hora de la cena las chicas se habían calmado un poco, y ya sólo hablaban de Sirius cada media hora, por lo que Harry y Ron volvieron a sentarse con ellas como de costumbre. Esta vez la cena transcurrió sin sorpresas, y todos los platos fueron retirados de la mesa cuando los estudiantes terminaron. Pero cuando ya estaban a punto de marcharse a sus salas comunes, el profesor Dumbledore volvió a dirigirse a ellos.
-Sentaos un momento más, por favor –pidió amablemente. –Quisiera anunciaros que los colegios Durmstrang y Beauxbatons han decidido... participar en nuestro pequeño juego y han enviado unos voluntarios de intercambio. Démosles una cálida bienvenida, por favor.
A las palabras de Dumbledore las grandes puertas del Comedor se abrieron y aparecieron dos pequeños grupos de gente. Víctor Krum iba a la cabeza del grupo de Durmstrang con otros diez estudiantes, y el grupo de Beauxbatons estaba encabezado por Fleur Delacour, quien parecía muy divertida ante la idea de cantar y bailar.
Los Beauxbatons se sentaron con los Ravenclaws, mientras los Durmstrang se sentaban en la mesa de Slytherin.
-¡Oh, no! ¡Oh, no, no, no, no! ¡Esto no puede ser! –gimoteaba Ron viendo como se sentaban el jugador de quidditch y la rubia medio veela. Se giró hacia Harry en busca de comprensión -¡Voy a hacer el ridículo delante de ellos! ¡Esto es horrible!
-VAMOS a hacer el ridículo, Ron –dijo Harry con voz amargada. Pero, para sorpresa de Harry, la cara de Ron se iluminó de pronto.
-Claro... si ellos están aquí... ¡Significa que ellos también cantaran! –de pronto el pelirrojo parecía muy feliz ante la idea de ver a Víctor Krum bailando "La bomba" como Dumbledore.
-Vamos a hacer un brindis por la amistad entre los colegios, por favor –pidió Dumbledore. Todos alzaron sus copas con un poco de miedo. -¡Salud! –dijo el director bebiendo.
-¡Salud! –contestaron todos los alumnos bebiendo a la vez.
Ginny miró hacia Harry y Ron, que no parecían haber sido afectados por el hechizo. Hizo un gesto de disgusto y miró hacia Hermione.
-Nada, estos chicos parecen inmunes... ¡¿Hermione?! –preguntó con ojos atónitos. Todo el Comedor se giró para ver a la chica. Su pelo crecía rápidamente hasta la cintura, y en vez de el uniforme, vestía un pequeño top desgarrado y con las orillas deshechas, así como un pantalón de cuero de cintura bajísima y muchas pulseritas indias en la mano derecha.
Hermione se puso en pie de un salto sobre el banco de madera y subió a la mesa con un movimiento sensual. La música comenzó a sonar.
-¡¡¿¿HERMIONE??!! –gritaron Dean, Seamus, Neville, Harry y un atónito (pero gratamente impresionado) Ron.
Mientras la música sonaba, Hermione movía las caderas describiendo círculos y se pasaba las manos por el pelo.
Suerte que en el Sur hayas nacido,
Y que burlemos las distancias
Suerte que es haberte conocido,
Y por ti amar tierras extrañas
Mientras cantaba y bailaba, Hermione se paseaba por la mesa de Gryffindor, donde los chicos la miraban con los ojos muy abiertos.
Yo puedo escalar los Andes,
solo, por ir a contar tus lunares
Contigo celebro y sufro todo,
mis alegrías y mis males
Bajó de un salto de la mesa de Gryffindor y se subió a la de Hufflepuff, donde había varios chicos con la boca abierta.
Lero lorebray...sabes que
Estoy a tus pies.
Contigo mi vida,
Quiero vivir la vida.
Y lo que me queda de vida,
Quiero vivir contigo.
Hermione se sentó en la mesa y comenzó a bailar suavemente, con delicadeza, lo que hizo que varios chicos de Hufflepuff se tuvieran que desatar el nudo de la corbata.
Suerte que es tener labios sinceros,
Para besarte con más ganas
Suerte que mis pechos sean pequeños,
Y no los confundas con montañas
Lanzando un beso con la punta de los dedos, Hermione se despidió de la mesa de Hufflepuff, para subir ágilmente a la de Ravenclaw. Los chicos ya se habían repuesto de la impresión y vitoreaban a Hermione, mientras seguían el ritmo de la canción dando palmas en la mesa.
Suerte que heredé las piernas firmes,
Para correr si un día hace falta
Y estos dos ojos que me dicen,
Que han de llorar cuando te vayas
Lero lorebray...sabes que,
Estoy a tus pies
También se despidió de los Ravenclaws, esta vez con un movimiento sexy de cadera, y subió a la mesa de Slytherin. Allí todos los chicos la recibieron con aplausos y con gritos de ánimo, mientras ella movía la cadera describiendo círculos de arriba abajo. Se acercó hacía donde estaba Víctor Krum (justo delante de Draco Malfoy, quien no dejaba de mirarla todavía con los ojos muy abiertos) y girándose hacía él siguió cantando.
Contigo, mi vida
Quiero vivir la vida.
Y lo que me queda de vida,
Quiero vivir contigo
Lero lorebray...sabes que,
Estoy a tus pies
Lero lorebray
La felicidad tiene tu nombre y tu piel
Y justo después de depositar un suave beso en la mejilla de Krum, velozmente se dirigió de nuevo a la mesa de Gryffindor, donde sus compañeros formaron un griterío enorme, con silbidos, aplausos y vítores, mientras la mayoría de los chicos del Gran Comedor se quitaban la corbata y le daban vueltas por encima de sus cabezas en señal de alegría.
Sin titubear ni un momento, Hermione pasó por delante de Naville, Dean, Seamus y Harry, a quienes también mandó un beso con la mano, y se plantó delante de Ron.
Contigo, mi vida
Quiero vivir la vida.
Y lo que me queda de vida,
Quiero vivir contigo
Ya sabes mi vida, estoy hasta el cuello por ti,
Y si sientes algo así, quiero que te quedes junto a mí.
Y mientras sonaban las últimas notas de la canción, moviéndose acompasadamente se dejó caer en la mesa de Gryffindor y besó a Ron en la punta de la nariz.
Cuando la música terminó Hermione se quedó allí un segundo, quieta sin saber que hacer. Minutos después, tanto las chicas como chicos (muchos más chicos, naturalmente) se acercaban a ella en medio de un enorme jaleo.
Ginny llegó antes que nadie y la abrazó muy fuerte con una enorme sonrisa.
-¡¡ESTO HA SIDO CASI MEJOR QUE LO DE SIRIUS!! –gritó, pero luego se quedó pensativa. –Bueno mejor no, porque el culo de Sirius...
Pero Hermione no parecía muy contenta.
-¡SÁCAME DE AQUÍ! ¡POR FAVOR, QUE VERGÜENZA! –pedía con la cara completamente roja. Y en menos de medio minuto, Ginny se las había apañado para sacarla del Gran Comedor.
-¡Increíble! –decía Seamus.
-¡Fantástico! –exclamó Dean.
-Genial –susurró Neville con admiración.
-Ha sido... –Harry se quedó pensando la mejor palabra para describirlo –Impresionante.
Todos se quedaron mirando a Ron, quien se había quedado quieto como una estatua después de recibir el beso de Hermione.
-Es... simplemente... perfecta –dijo en un susurro.
-Tío, no sabía que Hermione estaba tan buen.. –pero Seamus no pudo acabar la frase porque la mirada que Ron le dirigió le cortó el habla. Seamus tragó saliva –Estoo... que bailaba tan bien, quiero decir.
Tampoco Víctor Krum parecía muy recuperado. Tenía una sonrisa en la boca y parecía muy feliz, aunque un poco despistado, porque varios de sus compañeros le hablaban y no podía contestarles.
-Creo que lo mejor será que nos vayamos a dormir –dijo Harry divertido mirando todavía la cara de embobado de su mejor amigo, cuando casi media hora después el Gran Comedor había quedado ya casi vacío.
-Sí, será mejor –le dijo Dean a Seamus muy bajito, para que sólo le oyera él –porque yo necesito una ducha fría, y con urgencia.
-¡Yo primero! –gritó Seamus, y se lanzó escaleras arriba seguido de Dean y de la mirada atónita de Harry y Neville.
0000000000000000000000000000000000000000000000
(se escuchan gritos de fondo y se van acercando)
-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡SIRIUS, TIO BUENO!!!!!!!!!!!!!!!!!!! –canta Nacilme.
-¡¡¡¡¡¡¡MACIZORRO!!!!!!!! –dice Nagini con los ojos iluminados.
-¡¡¡¡¡¡¡¡GUAPÍSIMO!!!!!!!!!!! –prosigue Nacilme con alegría.
-¡¡Y esa Hermy, que bien que lo hace!! –dice Nagini, feliz.
-¬¬... Me quedo con Sirius...
-¡¡Y yo con Oliver!!
-Bueno, vamos a despedirnos ya, que a Nagini le ha dado el ataque con Oliver Wood y le puede durar hasta la semana que viene... (se oyen a lo lejos gritos de "¡¡¡¡¡OLIIIIIIIIVEEEEEEEER!!!!!") Las canciones incluídas en este capítulo son: "Tu dirás que estoy loco" de Miguel Angel Muñoz (interpretada mucho mejor por nuestro Siri) y "Suerte" de Shakira.
- ¡Y que sepáis –dice Nagini con los ojos entrecerrados- que las chicas que soban a Sirius y que se apretan contra él y le pasan las manos por el torso... SOMOS NOSOTRAS!! ¡MUAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA! ¡¡Hasta el capítulo que viene!!
