Cap.7: Forbidden Memories

Disclaimer: Harry Potter y correlacionados pertenece a Jk Rowling, todo lo que no se le parezca, es de mi invención.

Advertencia: Slash:relaciones hombre/hombre, no flame, Lemon.

[… No tenían de otra más que entrar, ya que la rubia como elemental de hielo que era, vio avecinarse una tormenta muy fuerte. Patricia le había consolado diciendo que no podían hacer más nada por Harry que dejarlo en su cama, y esperar a que despertase, aunque, el prospecto que le esperaba, no era nada agradable.

— ¡Demonios! ¡¿Qué hacía ese hombre allí?! ¡Por Merlín! —Decía Patricia exaltada—. ¡Por qué demonios Harry no despierta! —Seguía logrando que enervarle los nervios a Draco, el cual se limitaba a estar arrodillado solícito al lado de Harry sin mediar palabra. El ojiverde estaba frío, como vacío… ¡Si Patricia no se callaba le iba a dar un ataque!

— ¡Carajo Patricia! ¡Cállate! ¡Joder! ¡Ya me estás alterando! —Soltó totalmente crispado. Volvió su atención al cuerpo, volviendo a tomar las manos—. Está muy frío… ¿Es normal? —Preguntó.

— ¿¡Y si hacemos una poción rehabilitadora y se la damos caliente!?

— Tengo una mejor idea. Le lanzamos un Enervate —Propuso Draco.

— ¡Es una genial idea!

— ¡Estás loca! Él está desmayado por falta de algo, no lo podemos enervar… ¡Qué pésima sanadora eres!

— Yo no critico tu trabajo —Le dijo con su orgullo herido.

— ¡Sí claro! —Contestó irónico. En ese momento, sintió como la mano se movía un poco, al minuto Harry estaba parpadeando, muy confundido. Era muy extraño, puesto que tenía tiempo que no se sentía de esa manera.

— "Mi cabeza" —Pensó llevándose una mano a la zona afectada.

— ¡Harry! —Exclamaron los dos a dúo.

— ¿Estás bien?

— Algo…

— ¿Seguro? —Insistió no muy convencido de la respuesta. Harry hizo un rictus de dolor, soltándose del agarre del ojigris y cubriéndose la cara con las manos. Las palabras de Voldemort le llegaron claramente. Así que otra vez estaban con eso… no salían de uno para entrar en otro… lo que no entendía era el por qué había nombrado a Draco. ¿Le había pedido que disfrutara? ¿Qué se lo iban a llevar? ¿Qué no importaba cuanto lo protegiera? ¡Maldición! —Pensaba el moreno desesperado con su cerebro trabajando más rápido de lo que podía en ese momento.

— Harry. ¿Quién era ese hombre que hablaba contigo?

— Hay que volver a Inglaterra —Espectó tratando de levantarse pero Draco se lo impidió.

— ¡No me evadas la pregunta!

— ¡No te la evado! ¡Era Voldemort! ¡Joder!

— ¿Qué? —Preguntó Draco deteniéndose en el acto, al igual que Patricia.

— ¿Me estás diciendo que estabas hablando con alguien a quién mataste hace ya bastante tiempo?

— ¿Yo? ¿Matarlo? ¿A él? Ajá claro… sólo sin contar el hecho de que si lo mataba me moría yo, puedes sacar tus propias conclusiones.

— ¿De qué estás hablando, Harry? —Preguntó el ojigris.

— Yo no puedo matar a Lord Voldemort…, hay una conexión que nos une… pésele a quién le pese… en estos momentos está de vacaciones con todo pagado en el infierno, donde, tengo entendido, y no me miren como si estuviese demente; lo recibieron con honores entre bombas y platillos.

— Nadie dice que estás loco. Aunque, no creo que haya sido algo muy cuerdo haberlo llamado. ¿Te sirvió de algo? —El ojiverde respondió moviendo la cabeza negativamente.

— Tom como siempre hablando en clave.

— Pérdida de poder y tiempo. Una total catástrofe. Entonces ¿Nos vamos de nuevo a Inglaterra? Voy a arreglar todo eso. Los dejo aquí. Les agradezco no hacer ninguna locura.

— Tenemos que hablar seriamente, ya esto se me está escapando de las manos… —Murmuró el moreno sin mirar a Draco, luego de que Patricia se hubiese ido de allí.

— ¿Hablar? ¿Ahora sí quieres hablar? ¿Quién te entiende? —Preguntó el rubio alzando una ceja ligeramente molesto.

— Claro, si tú no quieres hablar, no te voy a obligar, pero te digo una cosa, esto te afectará tanto como a mí…

— ¿Ah?

— Draco, una pregunta bastante inocente: ¿Qué tanto crees saber sobre tu familia?

— Me estoy enfadando, Harry. Y es más conmigo mismo que contigo. Así que por favor, al punto —Soltó perdiendo la paciencia.

— Jaja —Se rió Malfoy, recordando de forma fugaz los viejos tiempos—. Muy Malfoy eso que acabas de decir —Draco lo miró furibundo—. ¿No te da curiosidad de saber lo que el Lord me dijo? —Inquirió sinuoso. Él sabía como comprar a Draco. Y la curiosidad de un Malfoy, iba más allá de los límites normales—. ¿Qué creías? ¿Qué íbamos a hablar de tú y de mí? No Draco, yo ya te dejé las cosas en claro… mejor reformulemos la pregunta: ¿Qué sabes acerca de los Nethilium?

— ¿Los qué?

— ¿La organización Nethilium? —Volvió a preguntar en forma circunstancial.

— ¿Qué voy a estar sabiendo yo de eso?

— No me estás ayudando en nada, Draco —Le regañó Harry, fastidiado.

— ¿¡Cómo quieres que te ayudo si no sé que demonios es lo que me hablas?!

— Bésame.

— ¡¿Qué?!

— ¿Estás sordo? Que me be-ses

— ¿Para qué? —Volvió a preguntar. Si lo iba a besar, cuando menos quería saber el por qué.

— Demonios —Detractó el ojiverde. Agarró el brazo del rubio y lo besó. La primera reacción de éste, fue alejarse, pero luego de unos segundos comenzó a sentirse ido, en trance. Parpadeó unos momentos tratando de ubicarse. Dio un paso adelante, ¿dónde estaba, Harry? Frente a él, apareció un hermoso ser. Tenía una túnica blanca, y unos ojos verdes que le recordaban a alguien:

— ¿Harry?

— Pues, no exactamente —Le respondió el desconocido.

— ¿Quién eres? ¿Dónde estamos? Y, disculpa mi curiosidad, pero ¿Por qué eres tan parecido a Harry?

— Tranquilo, estás aquí para que te responda todo lo que quieras, con calma y paciencia, ¿Deseas sentarte? —Preguntó apacible. Una sala de estar apareció con dos butacas antiguas tapizadas con motivos ornamentales. Draco sintió que ese era el Harry Potter que él había conocido hacía tiempo atrás. Unas fieras ganas de llorar le acometieron, sin embargo, decidió tragarse sus sentimientos y sentarse.

— ¿Ajá?

— ¿Dónde estamos? En el subconsciente de Harry.

— ¿Perdón?

— Me explico: Estamos en la parte no conciente de Harry Potter. O en lo más profundo de su mente, realmente, no sé, y tampoco interesa mucho.

— Ah…

— ¿Quién soy?

— ¿Quién soy? Lo único que te puedo decir es que, Harry me encerró aquí hace mucho. Creo que soy parte de su personalidad, conciencia o algo por el estilo. Si él te mandó acá es porque tiene que explicarte algo que él no puede, o simplemente no le da la regalada gana de hacer —Explicó con su clásica sonrisa a un confundido Draco.

— ¿Qué demonios es "Nethilium"?

— Según lo que he investigado, es una organización parcialmente secreta, que… adora al demonio.

— ¿Ajá…? —Soltó con incredulidad.

— Exacto… son como los mortífagos sólo que un poco más kamikaze y terroristas. No sé con que propósito se reúnen o por qué existe la dichosa organización. Lo que sí sé es que tienen una base en un espacio cero, y por eso es tan difícil encontrarlo.

— ¿Por qué andan tras Harry? —El ojiverde sonrió cómplice.

— No andan tras de mí. Andan tras de ti. Bueno, talvez, venganza, yo les arruiné una de las formas más fáciles de realizar sus 'cultos y creencias'.

— ¿El Dark Lord?

— ¡Bingo! ¡Draco! ¡Muy bien!

— ¿Por qué Harry no acabó con el Lord? —Preguntó a pesar de que no tenía nada que ver con el tema que se desarrollaba.

— Porque —Comenzó un poco más oscuro—. Yo también hubiese muerto. ¿Sabes? Él no puede morir, si no lo hago yo primero. Así que lo único que hice fue dejar al maldito bastardo de Riddle sin mi sangre y mandarlo directo al infierno sin parada en el purgatorio —Le explicó.

— Estoy sin palabras.

— A pesar de lo que todo el mundo piensa, no soy masoquista, Draco.

— Pues, no lo parece.

— Vamos, sé lo que pasa por tu cabeza. Por mi supervivencia y la de muchos otros, el Harry que conociste tuvo que morir. Y la verdad, ya estoy un poco harto de ser el responsable de tantas muertes. Sin embargo, la mayoría de las veces se me sale de control —Se detuvo al ver la cara de su ex novio, le comprendía perfectamente—. No te preocupes —Le dijo sonriente, se levantó de su asiento y se acuclilló colocándole una mano la mejilla acariciándole—. Harry está bien, aunque no me creas, sí lo está.

— Es fácil para ti decirlo.

— Draco, ¿no me ves parado en frente? —Preguntó acercándosele más, sólo unos pocos milímetros separaban sus labios—. Puedes tocarme y ver que no soy un fantasma —El rubio hizo lo que le habían recomendado. Muy asustado lo besó, fue corto, pero lleno de sentimiento—. Soy yo de verdad.

— ¿Se acordará de esto?

— No lo creo…

— Lástima…

— ¿Disfruta el momento? —Preguntó divertido—. ¿Y qué más quieres saber? —Prosiguió jugando con sus dedos.

— ¿Él de verdad me ama?

— ¿Y todavía me lo preguntas, maldito?

— Perdón —Se disculpó Draco cabizbajo.

— No importa. Hay algo que el Harry corpóreo no sabe pero yo si, más que todo porque, este conocimiento era de Tom y no de Harry propiamente dicho: Draco, cielo. Tú, eres el último líder nacido de los Nethilium…, tu padre jamás iba a dejarte participar en esa maldita organización, pero, al morir… tanto él, como Voldemort, necesitan a un nuevo Líder…

— ¿Y ese alguien, soy yo?

— Sí —Le respondió preocupado.

— Maldición.

— Lo sé. Voldemort se lo dijo pero con indirectas. Antes de que te vayas, porque, ya has pasado mucho tiempo aquí. Habla con Harry aunque él no quiera hablar contigo. Haz que te escuche y no lo dejes solo. Amárralo, hechízalo, lo que se te ocurra… pero hazle que te perdone ¿vale? ¿Me lo juras? —Le preguntó sosteniéndole las manos.

— Te lo juro, aunque, no será fácil.

— No le prestes atención a sus ironías. Él no quiere ser así, pero las circunstancias lo obligan —Harry lo besó como despedida y Draco volvió a la realidad, para encontrarse encima de Harry Real en una posición poco decorosa.

— ¿Cuándo menos bájate, no? —Le soltó hiriente.

TCB