Cap.9: Katrid
Disclaimer: Harry Potter y correlacionados pertenece a Jk Rowling, todo lo que no se le parezca, es de mi invención.
Advertencia: Slash:relaciones hombre/hombre, no flame, Lemon.
Luego de merodear un rato sin llegar a algo en concreto, decidió entrar en un pequeño cuarto. En él, sólo había un piano y un taburete. Se sentó, y colocó su cabeza a descansar en sus manos, para meditar; claro que en ese momento, lo menos que quería oír era el molesto zumbido en su cabeza.
— Oye Draco, no que vaya a pecar yo de metiche pero, ¿Qué te pasa? —Le preguntó ajena a todo.
— Nada Patricia. Cosas de la vida —Fue la inocua respuesta que recibió de su homónimo. La mujer alzó una ceja en un estado bastante desagradable de confusión…
Harry seguía mirando el piano de forma ausente. Indeciso como estaba, se debatía en si debía abrir la tapa o dejarlo todo como estaba y seguir hundiéndose en su depresión. Se alzó de hombros en un gesto de exasperación y decidió levantarla. Las teclas estaban empolvadas y amarillas. Hizo un simple conjuro y todo quedó como si jamás el tiempo hubiese pasado sobre el instrumento. Colocó los dedos en posición y dejó fluir una triste melodía. Abrió los ojos esperando lo que sucedería a continuación.
No se hizo de rogar. Cada vez que tocaba, una niña-fantasma aparecía bailando y riendo. Se detuvo con sutiliza y se dedicó a observar a la criatura.
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— ¿Qué es eso que suena? ¿Es un piano? —Le preguntó a Patricia.
— Sí, Harry tocando el piano —Le respondió con simpleza, restándole importancia.
— ¿Sabe tocar? —Soltó sorprendido.
— Sí ¿No sabías? Es bastante bueno, a decir verdad.
— ¿Dónde está el piano?
— Segundo a la izquierda —Le respondió haciendo los gestos necesarios como complemento a su explicación.
No era muy común lo que vio cuando entró al cuarto.
— ¿Algún día vas a hablarme?
— ¿No te asusto?
— No. Realmente no menos que causas es temor… —Le respondió vacío—. ¿Quién eres?
— Yo soy… eh… je, je… —Draco se había acercado en ese momento a ver a la criatura más de cerca.
— No se detengan por mí…
— Erhg, no sé quién soy, de verdad. Antes yo vivía aquí con mis padres y mi hermano y éramos felices. Hasta que un día llegaron unos tipos con máscaras y nos destruyeron… al ver que no podían matarme, separaron mi alma de mi cuerpo —Dijo con tristeza mientras que sus ojos vacíos miraban la radiante mañana que se asomaba esplendorosa en la ventana.
— Mira Harry, ya tienes consuelo —Bromeó el ojiverde y los dos lo miraron furibundos…
— ¿Era tuyo el piano? —Decidió preguntar obviando el mal chiste de su ex.
— No, era de mi hermano. Cada vez que el tocaba, me permitía bailar. Tú me recuerdas mucho a él. También siempre andaba triste y solo. Aunque yo sé que tenía un gran corazón.
— ¿Sabes como te llamas?
— No… hace mucho tiempo que lo olvidé…
— ¿Sabes dónde está tu cuerpo?
— Descompuesto en la cripta familiar. Tengo más de cien años en este estado… jamás pude terminar el colegio… perdí a todos mi amigos. Quisiera seguir bailando y jugando pero, ahora sólo medio existo —Dijo desconsolada empezando a llorar. Harry le puso una mano en la cabeza, a pesar de no poderla tocar.
— ¿Por qué has esperado tanto tiempo para hablar?
— No me ibas a hacer caso… pero, hoy, hoy estás feliz, extrañamente alegre…, dirás que soy una aprovechada —Le contestó apenada—. Pero, hasta hoy sentí necesidad de hablarte…
— No eres interesada. Yo te puedo ayudar a tener un cuerpo… sólo necesito algo de ti. Y si estás aquí por venganza. Yo puedo ayudarte también a tenerla, pero, te sentirás peor luego de hacerla. Te habla la voz de la experiencia…
— ¿Querrías ser mi padre? —Preguntó la niña soñadora de malla y tutú rosa.
— Se están burlando de ti —Aportó sin ser de ayuda alguna, mientras se sentaba en el piso.
— Tú serías mi otro padre —Le dijo, sacándole la lengua.
— No tengo problema en ser tu padre, encantadísimo de tener una hija tan bella como tú, pero, el que sabe de Inferis y resurrecciones milagrosas, es Harry y no yo.
— ¿Son pareja? —Preguntó con inocente malicia.
— Estamos en eso, desgraciadamente, es algo un poco desastroso.
— ¿Eres bruja? Me explico ¿tienes poderes? —Preguntó Harry, tratando de desviar el tema.
— Sep. Estudié hasta segundo años en Colegio de Salem.
— Yo me gradué de Sanador en el Colegio-Universitario de Salem —Le dijo Harry, compartiendo sus igualdades.
— ¡Genial! Por cierto, tú ¿cómo te llamas? —Le preguntó a Draco.
— Soy Draco Lucius Malfoy.
— ¿Y yo como me puedo llamar?
— Buena pregunta… —Soltaron al unísono.
— ¿Por qué no me bautizan? Hagan una bonita elección, ya que van a ser mis padres…
— Umm… ¿Paulina?
— No me gusta.
— ¿Leica?
— ¿Por qué me quieres poner esos nombres tan horribles?
— Concuerdo totalmente con la niña —Comentó divertido Harry.
— ¿Alejandra?
— Así se llama todo el mundo —Le explicaron molestos los dos al mismo tiempo.
— Catherine.
— Ni que fuera yo francesa.
— Samantha…
— Mi hermano llamó a su perra Samantha… no me pienso llamar como un perro —Harry sonrió ante esto. Era curioso, el una vez tuvo una perra llamada Samantha…
— Katrid —Nombró el ojiverde entusiasta y los otros dos voltearon a verle—. ¿Ese si te gusta, verdad?
— Ya va… momento… ese nombre… me suena.
— Es tu verdadero nombre.
— ¿Cómo tú sabes eso? —Cuestionaron Draco y Katrid al mismo tiempo.
— Me tocaste. Soy vidente —Explicó realmente divertido con la cara de incrédulos que portaban las dos cuartas partes de su familia.
— Se me había olvidado ese punto… —El ex Gryffindor se levantó sintiendo algo, de lo que los demás se percataron poco después.
— ¿Qué fue eso? —Preguntó la chica asustada, abrazándose a una pierna de Harry.
— Venga… se ha encendido otra vela del Candelabro —Reveló el ojiverde, preguntándose a quién había decidido proteger esa vez…
— ¿Y eso que es?
— Salgamos de éste cuarto… ya no tienes porque esconderte, te doy libre albedrío para que andes por la que es tu casa —Conjuró el moreno apurándoles fuera del cuarto—. Te dejo con tu papi Draco —Soltó mirando a un punto en específico—. Déjenme ir a ver que sucedió exactamente con el candelabro "La sangre de Voldemort debe estar causando estragos" —Pensó—. Ya regreso…
— ¿A dónde se fue?
— No lo sé. Es bueno desapareciendo así…
Draco se había encargado de presentarle a Katrid el resto de la familia, o mejor dicho, a Patricia, la cual había quedado encantada con la idea de tener una sobrina. Los elfos de igual forma habían prendados de ella. Aunque Krecher solamente se alegró que fuera sangre pura, y la aceptó con su apático modo de ser.
— Oye ¿Tienes tu varita por ahí?
— Debería…, sé que no se la llevaron en día del desmadre… No sabes lo emocionada que estoy ¡Voy a tener un cuerpo! ¡A lo mejor hasta pueda estudiar magia de nuevo! —Harry apareció traspazando la pared. Empolvado, despeinado, y algo maltrecho, pero se le veía satisfecho.
— ¡Niño! ¿Y a dónde fuiste a parar? —Le preguntó Katrid.
— Tuve un pequeño intrincado —Le sonrió diligente—. Pero, aquí está el libro que nos ayudará a darte un cuerpo. Ahora, si tuviéramos tus huesos o tus restos, te podría devolver a tu cuerpo original…
— Están en la cripta familiar —Le respondió con algo de melancolía.
— No me gusta la idea de profanar una tumba, pero…
— No sería profanar. Yo te estoy dando mi permiso ¿no? —Preguntó insegura. El moreno movió la cabeza de un lado al otro pensando en lo que le acaban de decir. Tenía coherencia…
Katrid se había convertido en la hija, amiga y compañera de Harry. Luego de haber creado un plan más o menos cuerdo, ya que el ritual tenía que hacerse en un cementerio propiamente dicho. Pasaron los días, en los que se preparaban para regresar. La niña quería ayudar en todo lo que pudiera, pero, sólo le dejaban escoger las cosas de su cuarto, o que se haría para la cena, del resto, estaba un poco marginada en lo que sucedía en la casa. Sólo faltaban cinco días para navidad…
Harry se había detenido un momento en sus labores para recordar…
— Bueno, ya está casi todo hecho —Comentó el moreno—. Katrid —Llamó para que se acercara—. Talvez te sientas un poco extraña, y algo de dolor también. Pero, no te preocupes, ¿ok? Yo voy a estar a tu lado siempre. Sólo diré unas pocas palabras in entendibles y con un poco de suerte te desmayarás y no sentirás nada en lo absoluto.
Harry siseó unas pocas líneas. Los cabellos de todos los presentes, utilizados como testigos; se movían a causa de la brisa mágica. Lo único que se escuchó fue un grito y todo se volvió negro…
Veinte minutos después. Todos los integrantes de la casa, se encontraban esperando a que la niña dormida, despertara.
— El problema está si no despierta —Era lo único que decía Harry frenético, hecho un manojo de nervios, sin preocuparse en ocultarlos.
— Tranquilo… se hizo todo correctamente —Dijo deteniéndole en seco. Sus constantes vueltas estaban volviéndoles loco.
— Ahh… que bien dormí —Se desemperezó la niña. Todos volvieron su atención a Katrid. Se tocó la casa y no se traspasó— ¡AH! ¡FUNCIONÓ! ¡YEI! ¡SI! ¡BRAVO! ¡SOY HUMANA DE NUEVO! —Se le lanzó a Harry encima abrazándole—. ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! —Agradecía la chica de forma compulsiva—. ¡Por fin podré vivir! ¡Y morir!
— Bueno —Comenzó desembarazándose de su hija—. Vuelve a dormir, adécuate a tu cuerpo, que mañana nos devolvemos a Inglaterra.
— Ehem… Harr…
— ¿Sí?
— Podría… bueno… ¿dormir contigo esta noche? —Pidió abochornada. Sus mejillas ardían en un estrafalario magenta. Harry se mordió el labio, él tenía otros planes… ya se le habían chafado…— No hay problema… —Le contestó sonriéndole.
— ¡Síiii!
2
Habían pasado algunas horas desde que todos se habían retirado a descansar. Harry no sabía por qué, pero tenía un mal presentimiento. Esa noche navegaba entre pesadillas tiznadas de nada en específico. Se levantó al sentir que los terrenos de su mansión eran profanados. Tomó su varita e iba a salir cuando Katrid le detuvo.
— Los que han acabado con mi familia, hoy vienen a acabar conmigo… —Le dijo en trance. El moreno la cargó en sus brazos y bajó cautelosamente. Allí estaba Draco, se le acercó por la espalda
— 1 —Comenzó el ojiverde.
— 2 —Le siguió ya habiéndole sentido.
— ¡Desmanius!
Eran solamente dos personas… se acercaron con cautela, sus rostros estaban cubiertas con unas máscaras hechas de oro. Harry con magia las retiró. Eran humanos, pensaron todos, regañándose por su estupidez.
— Nethilium —Declaró con simpleza el moreno al ver el pentagrama invertido en las máscara—. Deben ser novicios… o algo así. Nadie cae en una trampa de forma tan estúpida —Sin esperar un poco más y de forma frívola, junto los dos cadáveres de una patada, y sin dudarlo ni un minuto—. Avada Kedavra…
TBC
