Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore, el argumento se beneficia de historias varias de vampiros.

No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.

AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash)y este se da entre los personajes Jarlaxle y Artemis, además de Vladimir Giurescu (personaje propio), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.

ATENCI"N: Este capítulo tiene sexo gráfico y total. Se intercala a lo largo del capítulo y lo domina en su mayor parte.

Capítulo 14. Las horas.

Entreri tuvo una sensación de deja vü al encontrarse tendido en la alcoba de Giurescu, debil e indefenso.

Giurescu estaba sobre él jugueteando con los botones de su camisa, desatándolos con lentitud enervante. Disfrutando del nerviosismo de Entreri.

Jarlaxle volvería, lo sabía. Entreri deseó fervientemente que el maldito drow tuviese al menos la inteligencia de no volver solo, aunque dudaba de que Jarlaxle pudiese conseguir ayuda en tan poco tiempo.

Tiempo, tenía que ganar tiempo, todo el que pudiera antes de que le vampirizaran.

Giurescu apartó la camisa y arañó levemente la piel con sus colmillos. Acercándose a su cuello, pasando la lengua sobre la yugular en una velada amenaza.

Tenía que ganar tiempo.

Volvió el rostró hacia Giurescu y buscó sus labios.

El vampiro titubeó, sorprendido, pero despues respondió vorazmente.

Entreri apenas si pudo mantenerse a la par del vampiro, este chupó su lengua y le invadió como hacía siempre, robándole el aliento y el control.

- Sabía que lo deseabas.- Ronroneó Giurescu contra sus labios.

Entreri sintió ganas de reir, que poco imaginaba Giurescu que Entreri estaba recordando las horas pasadas con Jarlaxle para tener una erección.

Las manos de Giurescu desgarraron la ropa, impaciente por yacer nuevamente con Entreri, de volver a saborear los placeres que le había proporcionado aquel mortal.

Entreri cerró los ojos e intentó imaginar que no era Giurescu quien le desnudaba, que era Jarlaxle, que eran sus manos las que le arrebataban la ropa interior, que eran sus labios los que se cerraban sobre su pezón, su lengua la que le atormentaba...

Gimió sonoramente y apretó su entrepierna contra la piel de Giurescu.

- Mas...

Giurescu volvió a besarle en respuesta a la petición y se restregó contra él, frotando sus cuerpos con un deseo que había aguardado doce años.

- Te daré mas, te lo daré todo.- Le prometió.

Aquella voz no era la de Jarlaxle, pero Entreri ya no necesitaba imaginar nada, aunque no quisiera estar con él, Giurescu no había dejado de ser deseable, y poderosamente erótico. Sus manos eran como seda sobre él, su lengua punzaba los sensibles botones de su torso y descendía siguiendo la linea de vello hasta el ombligo y...

Entreri echó la cabeza hacia atrás, sin poder contener la oleada de placer cuando su miembro recibió la cálida humedad de la boca de Giurescu.


Jarlaxle siguió las indicaciones y atravesó el castillo a la carrera, rezando a quien quiera que quisiera escucharle porque no llegase demasiado tarde.

Apenas había podido pasar una hora desde que Giurescu se había llevado a Entreri, con suerte se estaría tomando su tiempo para disfrutar de su victoria.

Antes de que hubiese alcanzado la puerta que llevaba a la torre de Giurescu, una nube de humo precedió la aparición de una de las damas, la vampiresa rugió y Jarlaxle se prepararó para combatir, esperando que su aliado se decidiera a volver pronto y ayudarle con aquel obstaculo.


Entreri jadeó entre los brazos de Giurescu, el vampiro le alzaneaba desde atrás, empujándole contra la cama, imponiendo un salvaje ritmo de frenetica lujuria que le enfebrecía. No podría alargar aquello mucho mas, las manos de Giurescu se cerraban sobre su miembro, forzando el orgasmo. Entreri no era capaz de contenerse mucho mas, por mucho tiempo que quisiese ganar su cuerpo tenía demandas incontrolables.

Giurescu sacudió su verga al ritmo de sus embestidas y finalmente Entreri no pudo frenar la explosión y se derramó sobre las sábanas. El vampiro se corrió poco despues y le volvió sobre la cama para mirar el rostro ruborizado del exhausto mortal.

- Delicioso.- Susurró, y se inclinó sobre él para culminar con aquello.

- Mas...

Giurescu rió levemente mientras apartaba el cabello negro del cuello de Entreri.

- No seas impaciente, no puedes mas...

Entreri elevó las caderas y probó a Giurescu su error tocandole con su erección, el vampiro le miró sorprendido por su vitalidad dado su debilitado estado.

Entreri se pasó la lengua por los labios y acarició el torso de Giurescu.

- Otra vez... damelo otra vez...

Y el vampiro se cernió sobre él de nuevo. Entreri dejó que su cuerpo se dejara llevar por las sensaciones, por un lado se sentía sucio por permitir aquello, de algún modo estaba vendiendo su cuerpo, por otro lado era lo único que se le ocurría para ganar tiempo, y de todos modos, no podía evitar el deseo ni engañarse respecto a lo placentero que era abandonar todo control, dejar que el sexo dominase todo.

Vladimir le penetró nuevamente, esta vez desde delante, levántandole las piernas por debajo de las rodillas, alzándole el trasero. El ritmo frenético volvió a dominar el acoplamiento, sacudiendo a Entreri desde su mismo nucleo.

Se mordió el labio cuando la mano de Giurescu se cernió sobre su sexo. Tenía que pensar en otra cosa, tenía que aguantar el máximo tiempo posible.

No sería capaz de mantener una tercera ronda.


Otra dama muerta.

Jarlaxle recuperó el aliento a duras penas, la vampira le había herido pero no había sido una rival tan dificil como las otras vampiresas, Catherine le había atacado estando enfermo, y Voica era la mas poderosa. Ahora la situación era mejor.

Subió las escaleras a saltos, temiendo a cada segundo que fuese demasiado tarde. No iba a perder a Artemis, no pensaba permitirlo.

Despues de todo lo que había hecho, todo lo que había conseguido, no poder proteger lo único realmente importante le atormentaba.

La alcoba estaba cerca, tenía que llegar.


Giurescu gruñó con furia despues de derramarse sobre su amante. Entreri estaba conteniéndose. Estaba claro.

- ¿Qué haces? ¿Por qué te torturas?

Entreri jadeó intentando por todos los medios no terminar. Vladimir no se lo ponía facil pues seguía bombeando su erección con impaciencia.

Giurescu comprendió, Entreri estaba retrasando su vampirización intentando prolongar la cópula. Esta revelación le hizo soltar una carcajada.

- Mi dulce... no debes temer tanto mi sangre. Déjate llevar, la transformación no es dolorosa en absoluto.

Entreri gimió de nuevo, con angustia, Giurescu le tomó en la boca, acabando con su concentración y forzándo un potente orgásmo que le dejó agotado y desmadejado sobre la cama, aguardando con languidez lo inevitable.

- Despues volveremos a disfrutar juntos, no temas nada.

Y los colmillos de Giurescu perforaron nuevamente su piel, Entreri no pudo sinó suspirar el nombre de Jarlaxle, sin fuerzas para defenderse a si mismo mientras su vida caía en la oscuridad, en la boca de Giurescu.


Jarlaxle abrió la puerta y la sangre le hirvió ante la escena.

Giurescu y Entreri desnudos sobre la cama, el olor a sexo colmando la habitación, el vampiro lozano y fuerte, irradiando fuerza, el humano pálido como un muerto, respirando de forma angustiosamente lenta.

- Sanguijuela...

Giurescu alzó la vista hacia el drow, sonriendo con prepotencia al ver que el necio volvía a su merecida muerte. La sonrisa flaqueó al ver a Jarlaxle lanzarse sobre él como un auténtico drow, sin una sonrisa, sin un chiste, solo una imperturbable máscara de muerte. Un elfo oscuro.

Nota de la autora: Y nos acercamos al gran final, se harán revelaciones y tendremos el fin del fanfic. A ver que tal me queda el final, que en los otros fanfics que tengo no me suelen gustar las conclusiones. Espero que las "escenitas" del los capítulos Slash no queden demasiado fuera de lugar, que a veces ocurre. Gracias por los ánimos de los reviews, ayudan muchísimo.