Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore, el argumento se beneficia de historias varias de vampiros.
No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.
AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash)y este se da entre los personajes Jarlaxle y Artemis, además de Vladimir Giurescu (personaje propio), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.
Capítulo 15. La Dama Herida
Entreri no podía moverse, no tenía fuerzas mas que para intentar seguir respirando, forzando por pura fuerza de voluntad el paso de aire, intentando mantenerse consciente pues sabía que de desmayarse moriría sin duda alguna. El mundo era una voragine a su alrededor.
Creía haber oido la voz de Jarlaxle pero era mas probable que fuera una alucinación.
Sentía frio... tanto frio...
Jarlaxle no se permitió pensar en nada, focalizó todos sus sentidos en la batalla, en su enemigo. Debía matar al vampiro. Tenía que matarlo. Nada mas importaba.
Ambos contendientes se movían por la habitación en encuentros fugaces y brutales, un torbellino de filos, dagas y colmillos, espada y garras, atacándose con toda la brutalidad de quien sabe que al perdedor solo le espera la muerte.
La sangre, mortal e inmortal, salpicó el suelo y las paredes en arcos, los gruñidos animalescos de ambos les hacía parecer alimañas rabiosas.
Corte. Desgarro. Amago. Embestida. Estocada. Gancho. Patada.
Súbitamente un brutal arco de garras destrozó la pierna de Jarlaxle, sesgando la carne como si fuese gelatina a la altura del muslo. El drow gritó pero logró hacer blanco en la cara de Giurescu antes de caer al suelo agarrándose las profundas heridas.
Giurescu enseñó su lupina dentadura mientras se arracaba la daga de la cara, llevándose un ojo con ella. No pareció importarle.
- Essstupida cucaracha, ¿ssabes que less ocurre a lass cucarachass?
Jarlaxle le lanzó otra daga, que arañó el cuero cabelludo de Giurescu. El vampiro emitió un sobrecogedor aullido, horrendo, helaba la sangre en las venas, detenía el corazón, Jarlaxle sintió que se se rompía por dentro, algo moría en su mente.
Y supo que moriría alli y ahora, que no podía salvarse a si mismo, y mucho menos a Artemis.
Entreri se sacudió bajo el aullido. El pánico se apoderó de él al percatarse de que se había olvidado incluso de respirar. Tenía que aspirar, tenía que reponerse, mantener el ritmo... Los párpados le pesaban, su cuerpo pesaba, no podía permanecer despierto, le dolía la cabeza de una forma insoportable
Se moría...
Jarlaxle no pudo moverse mientras Giurescu le laceraba los hombros, levantándole del suelo, el vampiro le levantó y le arrojó contra la pared. El drow apenas pudo quejarse por la fuerza del impacto, si no se le había roto la columna faltaba poco.
- ¡¡Ssse acabó!!
Laxjale alzó la vista. Esa no había sido la voz de Giurescu.
Anna Giurescu, la mas joven de las damas, atacó a su señor.
Laxjale se sintió profundamente aliviado. Había temido que Anna hubiese decidido abandonarle a su suerte.
La joven vampiresa le había sorprendido. Pero había cierta lógica en su traición.
La mas joven, la mas bondadosa. Demasiado inocente para la horrenda vida del vampiro, su sangre había sido envenenada por Giurescu y su espíritu no podía soportar aquello en que se había convertido.
Forzada a alimentarse de aquellos que había amado, de la gente del pueblo en el que había nacido. Transformada contra su voluntad, sufriendo el tormento de ser algo que aborrecía por su simple naturaleza. Era normal que su corazón se hubiese llenado de odio.
Anna se lo había contado todo cuando la había encontrado en el bosque, despues de matar a Voica, aprovechando su debilidad por estar gravemente herida.
Durante años Anna había deseado venganza, por su vida arrebatada, pero no tenía poder para vengarse, era demasiado joven y estaba completamente sola. Solo había podido envenenar poco a poco los oidos de las damas y de su amo, si ella no era feliz ninguno de sus torturadores lo sería.
La llegada de Entreri le había dado esperanzas y la oportunidad que esperaba, sabía que el humano era fuerte, y que su compañero drow también debía serlo. El enloquecido amor que Vladimir sentía por el humano sería el desencadenante del caos en la casa de Giurescu. Solo tenía que recoger el fruto de sus manipulaciones.
Había lanzado a Catherine contra Jarlaxle para dar a Entreri y al drow la excusa para matarla. Había eliminado a Irina durante la cacería y despues a Voica.
Y hacía solo unos instantes, mientras Laxajarle eliminaba a Caroline, había matado a Mary, aprovechandose de la confianza que su juventud inspiraba en las demas damas.
Solo quedaba el último, el mas poderoso y al que realmente deseaba matar.
Vladimir, que la había seducido con su belleza y poder, que la había mentido prometiendola amor y felicidad, vida eterna y belleza juvenil. Pero solo la había dado un lugar de doncella entre sus damas, la había dado un amor que repartía como migajas a sus vampiras, y una vida a cambio de la sangre de los mortales.
Vladimir no podía comprender lo que ocurría. Anna, su dulce y pequeña Anna, a quien amaba como a una hija, estaba sobre él, atacándole con tanto odio que era inverosimil en su bello rostro.
Las garras de Anna desgarraron buscando su garganta y Giurescu apenas si fue capaz de mantener a raya a la fiera dama. Para cuando logró arrojarla lejos de sí, tenía el torso sangrando abundantemente, Anna le había arrancado la piel a tiras.
- ¡¡Anna, ¿qué haces? ¿te has vuelto loca?!!
- ¡¡Si, loca tenía que volverme, loca despues de lo que me hiciste!!
Anna lloraba sangre, surcaba su rostro angustiado de dolor y alivio por dejar salir a la luz todo lo que había callado durante aquellos años de sufrimiento.
- ¡Me lo quitaste todo, la vida, mi familia, el amor y el calor! ¡Y recibí una vida maldita y un amor falso!
Volvió a abalanzarse sobre Giurescu, gritando todo su odio, pero esta vez Giurescu estaba preparado y el obvio ataque fue rechazado con un duro golpe que lanzó al suelo a la vampira.
Pero Giurescu no pudo terminar con ella. Detrás de Anna había atacado Jarlaxle, nada mas la dama cayó al suelo, el drow estaba tras ella para acabar el ataque.
La espada de magnifica manufactura atravesó el corazón de Vladimir.
Giurescu retrocedió, confuso, como si no comprendiera que había ocurrido. Un momento después se recobró.
Con un tirón se libró de la espada, y propinó a Jarlaxle una bofetada que lanzó al drow contra los postes de la cama, mirando lastimosamente su pierna casi mutilada.
Vladimir, gravemente herido se acercó a ambos, había perdido mucha sangre, una sangre que debía reponer inmediatamente. El drow serviría a ese proposito. Despues acabaría con la traidora, y despues tendría a Entreri para sustituirla a ella y a todas las demas, no las necesitaba, no necesitaba a nadie.
En ese momento se fijó en Entreri.
Su pecho no se movía. Sus labios estaban morados y su expresión era placida.
No... eso no... Entreri no...
- ¡NO! ¡Mirad lo que me habeis hecho hacer!
Jarlaxle no comprendió hasta que Giurescu saltó sobre la cama y sacudió el cuerpo de Entreri. El drow sintió un pánico indescriptible. Mientras luchaban... Entreri había muerto... frente a sus narices...
- No...no puede ser...
Giurescu movió sus manos sobre Entreri, su sangre no tendría ningun efecto sobre Entreri si estaba muerto. Si se moría ahora... lo perdería para siempre. Tenía que vivir, tenía que vivir para poder transformarse.
Un latido, solo un latido. Giurescu sonrió aliviado, aun había tiempo.
Jarlaxle se abalanzó sobre él, arrojándole de la cama y rodando con él al suelo, mientras intentaba acuchillale desesperadamente. Giurescu le apartó y el drow gritó de dolor, las magulladuras de los golpes anteriores y la terrible herida de su pierna, le produjeron un dolor excruciante al dar de nuevo con el suelo.
Vladimir no disfrutó de la visión del debilitado drow.
Anna se había hecho con la espada de Vladimir, que tan descuidadamente había abandonado bajo la cama, y ahora estaba de pie, mirándole con una expresión de total locura, una vengadora demente.
- Anna... amada mia...
El intento fue inutil. Anna no tenía oidos para nada. Se lanzó contra él, sin sopesar un segundo su propia seguridad, y antes de que Giurescu la desnucara, dandole la vuelta a la cabeza de un solo golpe, la espada se clavó firmemente en el maltratado corazón del vampiro.
La sangre manó a borbortones, Giurescu ya no tenía poder para detener la hemorragia de semejane herida despues de la anterior. Su sangre se derramó sobre el suelo en un gran charco rojo y negro. Miró el cuerpo de Anna y al drow, que le miraba con desprecio y victoria, pese a no ser el artífice de su muerte.
Giurescu intentó maldecirle pero la sangre que manó de su boca se lo impidió.
El vampiro quedó seco de sangre, y pronto su cuerpo comenzó a secarse y arrugarse como un pergamino, hasta que solo polvo quedó del antiguo Giurescu.
Jarlaxle se arrastró hasta la cama, trepó miserablemente hasta arriba y se arrimó a Entreri, desesperado por comprobar su estado.
Estaba vivo. Gracias a todos los panteones. Estaba vivo.
Respiraba lentamente, al borde de la nada, y sin duda moriría en breve de no recibir ayuda. Una ayuda que Jarlaxle había traido con él.
Bendita fuera Anna, le había dado dos pociones de sanar y una especial de Giurescu, que ayudaba a regenerar sangre a mas velocidad.
Lentamente, vertiendolas bajo la lengua para no atragantarle, hizo beber a Entreri las pociones, hasta comprobar con alivio que su respiración se hacía visible al menos. Incluso un poco de color pareció regresar a su rostro.
Jarlaxle sintió que el cuerpo le dolía un poco menos al ver abrirse aquellos ojos grises.
- ¿Jarlaxle?
- Estoy aquí.
Jarlaxle sacó la segunda poción de Sanar para él mismo y se la bebió de un trago. Quería estar en forma cuanto antes y sacar a Entreri de allí. Algo mas recuperado, se dispuso a levantarse cuando Entreri le tomó la mano debilmente.
- ¿Qué? Solo voy a buscar el equipaje.
Entreri sonrió. Una sonrisa honesta y sincera. Jarlaxle sintió calor, en varias zonas de su cuerpo. El humano se incorporó levemente para hablar.
- ¿Qué hay del beso a la dama en apuros?
El drow soltó una carcajada y se inclinó para cumplir con la tradición.
Nota de la autora: Yujuuu! No temais que aun voy a escribir el apílogo, esto sería dejarlo muy colgado. ¿Qué tal? A ver que escribo para el epílogo, que aun no se muy bien que hacer, ¿empalagoso o verde? ¿Las dos cosas?.
Gracias, Ari Linsar, por la review, me ha encantado y me ha animado muchísimo a escribir. Respecto a un Zak/Jar... mmmh, no se, si me sale bueno, sino, al menos prometo seguir con fanfics de Entreri (adoro a este chico).
